La princesa blanca 25

Joey recibe una buena noticia. Las dos flotas se enfrentan al fin.

25

Joey despertó en su cama aun no sabía cómo y con la polla dolorida por una intensa noche de sexo. Las imágenes de Amber y Judith desnudas sobre él volvieron a provocarle una nueva erección. Si seguía así, iban a acabar con él.

Con la polla tropezando contra todos los sitios, Joey se acercó al ordenador. La historia estaba  llegando a su desenlace y no podía dejar de escribir. En ese momento las chicas le mandaron otro paquete de Wasaps, al parecer habían dormido juntas y habían seguido la fiesta por su cuenta. Joey les  echó un vistazo, pero su mente ya hervía con los acontecimientos que quería relatar y las dejó para observarlas más tarde con detenimiento poniéndose  a escribir.


Las pequeñas galeras que patrullaban las aguas al Oeste de Alisse tardaron tres días en avistar la gigantesca flota de Senabab. Mientras unas pocas se mantenían a una distancia prudencial , el resto se dirigieron a dar la alarma.

Un par de horas después los trirremes  del rey salieron de la protección del puerto y se dispusieron en una larga línea de batalla de cara a la flota que se les acercaba. Mientras tanto las  puertas de Alisse se cerraron y Magad tomo posiciones en el fuerte sobre la colina que dominaba la ciudad y la playa donde desembarcarían las fuerzas enemigas. Las órdenes de Magad eran muy sencillas resistir sin dar un paso atrás, sobre todo en la colina.

En cuanto las galeras se dispusieron en orden de batalla, setenta pequeños esquifes con sus afiladas proas de acero brillando al sol del mediodía se colaron por detrás de la línea de trirremes ocultándose de la vista de las galeras enemigas. En ese momento, en vez de avanzar, la flota de Deor,  comenzó a retirarse en dirección a mar abierto manteniendo la formación.

—¿Qué diablos se proponen? —preguntó Senabab en voz alta.—Se están retirando. Dejan Alisse desguarnecida.

—No sé —dijo Yamín— Las cadenas en la bocana del puerto nos impiden entrar y no sabemos cuántas tropas han quedado en tierra.

—Da igual, da orden de desembarcar a la flota auxiliar. —ordenó el rey.

—Deberíamos derrotar a su flota ahora, no son más que cincuenta galeras. Si nos quedamos aquí protegiendo a los transportes, apiñados y desordenados,  podrían sorprendernos.

—Haremos las dos cosas. —Dijo el rey—Dejaremos una docena de naves cubriendo el desembarco y el resto se dispondrá en dos filas persiguiendo a  la flota de Deor.

Las órdenes fueron cumpliéndose y mientras una docena de galeras se colocaba en posición defensiva fuera del alcance de los trabuquetes de Alisse y esperaban la llegada de los lentos y atestados transportes, el resto de la flota comenzó a disponerse en orden de combate.

En ese momento, proveniente del sur, un velero se acercaba directo hacia la sitiada ciudad. El barco se movía a sorprendente velocidad haciéndose más y más grande a cada minuto. Cuando casi estaba al alcance de los escorpiones de las naves de Senabab,  pareció identificarlos y dando una fuerte bordada que le hizo escorar,  giro noventa grados y escapó en dirección oeste.

—¿Quiénes son esos? —preguntó el almirante de Senabab.

—No lo sé pero me temo que ahí va la hija de Deor.

—¿Quiere que les persigamos? —peguntó el almirante preparándose para dar las órdenes.

—Si ellos no lo han conseguido —dijo Yamín señalando una galera que se acercaba más lentamente. —como quieres que lo hagamos nosotros  con doscientos soldados a bordo.

—Adelante. —intervino el rey —perseguid a la flota sin romper la formación. En cuanto hundamos la flota, la princesa caerá en nuestro poder.

Acércate todo lo que puedas —dijo Albert a Baracca — haciendo visera con su mano.

Con un escalofrío el guerrero aun convaleciente pudo contar más de ciento treinta naves dispuestas en  dos filas para adaptar su frente al de la flota de Juntz. Cuando le pareció que la pirata se acercaba más de lo aconsejable a la flota enemiga, dio un brusco giro y se dirigió al oeste, hacia la flota del rey Deor.

Después de dos días en que la fiebre no le dio tregua Albert se había levantado por fin y aunque aun débil, había subido a cubierta en cuanto tuvo noticias de que la flota enemiga estaba a la vista. Mientras observaba la evolución de las galeras Baracca se colocó a su lado. El calor de la mujer a su lado le recordó sus sueño febriles en los que aquella atractiva joven le acariciaba y le cuidaba con un cariño del que no le creía capaz. Como si supiese en que estaba pensando,  la mujer se volvió y le miró sin disimular su deseo.

Nissa se había quedado apartada, observando con tristeza como aquella mujer desplegaba todas su armas mientras que ella no podía hacer nada por un hombre que debía haber sido suyo.  Intentando olvidar su triste situación, se dirigió a proa y con una mezcla de alegría y desasosiego vio como  los barcos de su padre, cada vez más cerca, se retiraban lentamente, marcha atrás, dejando que la flota enemiga se fuese acercando paulatinamente.

A media tarde se habían acercado lo suficiente como para poder hacerse oír y Nissa se acercó a la proa para que todo el mundo pudiera verla.

El rey desde su nave insignia vio acercarse a su hija a bordo de aquel extraño navío que se acercaba a ellos a todo trapo y su corazón se llenó de alivio. Tuvo que mantener toda su presencia de ánimo para no abrazar al almirante que se encontraba a su lado y echarse a llorar como un niño.

En seguida, el mismo dio órdenes al velero para que cruzase la formación y se dirigiese hacia retaguardia esperando el desenlace de la batalla . Mientras pasaba observó a su pequeña que ya era una mujer, con un cuerpo maduro que le recordaba al de su madre fallecida. Era evidente que estaba ilesa pero una apenas perceptible nube de tristeza asomaba en su rostro.

—Majestad. —dijo un hombre desde  un esquife que hacía de enlace— Su esposa, con la flota de Gandir. ¡Ya están aquí!

—¿Saben lo que tienen que hacer? —preguntó el rey.

—Si majestad su esposa y Serpum  en unos minutos.

—¡Que todo el mundo se prepare!  Ya basta de huir.

Guldur observó impotente como el grácil velero al que habían estado persiguiendo infructuosamente durante días se colaba entre la flota enemiga.

—¡Maldición!

—Es inútil señor. Están a salvo. Viremos y unámonos al resto de la flota.

—¡De eso nada ! —exclamó Guldur encolerizado— Zafarrancho de combate dirígete contra la nave insignia.

—Pero señor, eso es un suicidio. —dijo el capitán.

—Tú  eliges o cumples mis órdenes  o te mato ahora mismo. —siseó Guldur empuñando una daga y apretándola contra el cuello del capitán.

Magad se asomó por el parapeto y echó un vistazo. Los primeros transportes empezaban  a llegar a la playa. Magad observó a los hombres poner el pie en tierra mareados y desorganizados intentando encontrar el estandarte de su unidad para poder agruparse. Con una señal de su brazo dio la orden de ataque y los trabuquetes comenzaron a batir con grandes rocas la playa.

Los atacantes no tenían donde refugiarse y solo tenían los escorpiones de una docena de galeras para  apoyar su avance. Pronto los transportes vacíos comenzaron a obstaculizar a los cargados que llegaban. En ese momento, con una sonrisa lobuna el coronel ordenó cambiar el objetivo de las máquinas de guerra de los hombres a los transportes.

En pocos instantes enormes cántaros cargados con líquidos incendiarios cayeron sobre la flota que desembarcaba. Solo unos pocos hicieron blanco pero esos pocos bastaron para provocar el caos. Las dos líneas de barcos, entorpecidas por el viento que soplaba hacia tierra comenzaron a desorganizarse haciendo que el desembarco se hiciese aun más lento y trabajoso.

A pesar de todo no podía reprocharse a esos hombres  falta de valor. En pocos minutos se organizaron y lanzaron un ataque colina arriba sabiendo que su caída les daría vía libre a la ciudad.


El timbre volvió a interrumpir su trabajo. Como su madre había marchado a trabajar Joey no tuvo más remedio que bajar y abrir la puerta.

—¡Alegra esa cara chaval! —dijo Mike al ver la cara de hastío con la que Mike abría la puerta—¡Tengo grandes noticias!

—Vamos Mike, no estoy de humor para chorradas.

—No, en serio. —replicó Mike empujando a su amigo al interior de la casa— Cuando terminé besarás el suelo por el que piso.

—Está bien —dijo Joey sentándose todavía poco convencido— Desembucha.

—¿Te acuerdas de mi tío Sean?

—Si el borracho que acogéis cuando su mujer lo echa de casa.

—Ese mismo; resulta que su mujer ha cambiado hace poco de trabajo.

—¿Y? —preguntó Joey sin interés.

—Pues resulta que ahora es secretaria ejecutiva de un editor, —dijo poniendo a Joey súbitamente en guardia— así que hablé con mi tía y le envié un correo con un resumen de tu relato y un archivo con todo lo que habías escrito hasta ese momento y me prometió que lo colaría entre su trabajo.

—¡Joder! ¿Estás loco?

—Espera. Eso no es todo. Resulta que el capitoste leyó tu relato y le ha gustado tanto que me envió un contrato dos días después. —dijo sacando una carpeta de la mochila— No estaba mal, te ofrecía un anticipo y el porcentaje habitual  en las ventas de los ejemplares para un escritor novel. A cambio tendrás que hacer publicidad, firmar libros y esas cosas.

—Estás tomándome el pelo. —respondió Joey incrédulo.

—Puedes leerlo tú mismo. —le alargó Mike el contrato— el caso es que regateé un poco con él y aparte del anticipo te he conseguido un coche.

—¿Un coche? —dijo Joey con la cara iluminada por la esperanza.

—Si claro, además le dije que era tu representante y que estaba hecho, así que acaban de enviarme el coche. Está ahí fuera.

Joey revisó el contrato con cara de no creérselo del todo. Pero ahí estaban el anticipo, los porcentajes, sus obligaciones...

—Por supuesto, a todo eso debes descontarle el diez por ciento que son los emolumentos de tu representante... O sea yo. —dijo Mike aparentando quitarse una mota de polvo  de su raída camisa.

Joey se quedó estupefacto por un segundo sin saber qué hacer, luego se levantó y acercándose a Mike le dio un abrazo.

—Eres un amigo cojonudo.  —dijo dándole un beso en la mejilla.

—¡Eh! ¡Eh! Mariconadas las justas. —dijo Mike— Ahora vamos a ver tu coche.

—No me dirás que es un Honda.

—No, desde luego —dijo Mike adelantándose para abrir la puerta.

—¿Qué demonios es eso? —dijo Joey — ¿Es que nunca voy a tener un coche normal?

Ante él había un coche negro,  de tamaño mediano, tipo hatchback, con una enorme "s" en la parrilla. El coche no era feo pero no parecía nada estimulante.

—¿Y esa "s"?—preguntó Joey— ¿No será de esa marca yugoslava verdad?  Como el que sale en Arma Letal.

—No, ese era un Yugo. y salía en La Jungla Tres.

—¿Entonces qué coños es esto? Preguntó Joey señalando el coche.

—Es un Seat León. He leído algo sobre él. Es de una filial de Volkswagen.

—Estupendo, una versión cutre del Golf.  En fin, —dijo dando una vuelta alrededor del coche— Peor que el Honda no será. Por lo menos parece nuevo.

—Apenas tiene ocho mil kilómetros. El editor tiene otros negocios. Se había asociado con un español para  construir trenes de alta velocidad pero resultó que todo fue un pufo. El españolito se largó con la pasta y le dejó un montón de deudas y este coche que no  podía colocar a nadie. Así que cuando le conté tu triste historia y le apreté un poco las clavijas me dio el coche como  parte del anticipo.

—¿Y eso  de Cupra 280? —preguntó Joey señalando el logotipo debajo de la S.

—Monta y da una vuelta. —respondió Mike con una sonrisa astuta.

Joey cogió la llave de las manos de Mike y arrancó el coche. El sonido del motor le indicó que no era un ocho cilindros, ni siquiera tenía seis, pero al apretar el acelerador el coche le dio una sensación de potencia increíble. Mike se sentó a su lado y Joey puso la primera y apretó el acelerador a fondo.

El coche salió disparado  empujando a Joey contra el respaldo del coche.

— El 280 significa doscientos ochenta caballos. Casi tan rápido como el Camaro V8 y mucho más barato de mantener. —dijo Mike agarrándose al cinturón mientras Joey cogía un curva a una velocidad endiablada.

Llegaron a casa de Judith en menos de tres minutos. Joey le envió un Wasap y su novia salió de casa en pocos minutos.

—¿A dónde vamos? ¿Y ese coche? —preguntó Judith.

—Es una larga historia pero prefiero contártelo cuando esté Amber y así no tener que repetirme.  —respondió Joey dándole un beso.

—¿León? Nunca había oído hablar de esa marca. ¿Los mejicanos hacen coches ahora? —preguntó Judith al entrar en el coche.

—León es el modelo y la marca es Seat, es un coche español. —puntualizó Mike.

El Ahh de asentimiento de la joven se convirtió en un  grito de sorpresa cuando Joey salió quemando rueda más de veinte metros.

—¡Joder, como corre este trasto! —dijo Judith con la voz entrecortada.— ¿Y tú, Mike? ¿Qué haces aquí?

Joey se calmó un poco y levantó el pie del acelerador. Poco después pararon al lado de Amber que ya les estaba esperando a la puerta  de su  casa.

—¡Vaya! Coche nuevo. —Exclamó Amber dándole un apasionado  beso.

—Un momento —dijo Mike —Tú, Judith, Amber... ¡Joder! ¿Os habéis hecho mormones sin  que yo me enterase?

—Cortad el rollo y contadnos qué demonios está pasando. —dijo Judith.

—Bueno resulta que vuestro chico ha conseguido vender su primera novela.  Bueno para ser más exacto su representante literario es el que lo ha hecho. —dijo  alargando a las chicas sendas tarjetas— también me dedico a la representación de actrices porno. Si me demostráis lo que sabéis puedo convertiros en la próxima Sasha Grey. ¿Qué me decís chicas?

Las chicas le ignoraron y gritaron y batieron palmas de alegría. Besaron a Joey obligándole a parar un momento e incluso llegaron a dar un beso de agradecimiento a Mike que volvió  a hacerles todo tipo de sucias propuestas de negocio.

En ese momento la lluvia empezó a caer sobre el techo panorámico dando la sensación a los chicos de que el agua les caía encima sin llegar a mojarles.

Dieron una vuelta por la ciudad y finalmente lo celebraron  comiendo en un restaurante. Joey firmó el contrato y Mike llamó al editor con el altavoz del teléfono para que todos pudiesen escuchar la voz de satisfacción del  ejecutivo.

Una hora después dejaron a Mike en la estación  porque quería llevarle el contrato en persona al editor y a continuación las llevó a casa para celebrarlo.

Una vez atravesaron el umbral las dos se le echaron encima  ansiosas. Sin saber muy bien cómo, Joey se vio desnudo y con su cuerpo acosado por las caricias de dos  bocas y cuatro manos.

Ahora Joey se sentía más seguro de su relación con las chicas y no  intentó  controlarse para que las dos jóvenes recibiesen caricias a partes iguales. La verdadera igualdad entre ellos era el poder besar y acariciar lo que les apetecía sabiendo que disfrutaban tanto por las caricias directas como por el placer que experimentaban los  otros.

Con un guiño Judith  y Joey se volvieron sobre   Amber haciéndole objeto de sus caricias. Amber suspiró y gimió  con todos sus nervios a flor de piel mientras Joey y Judith le arrancaban la ropa a tirones hasta que quedó totalmente desnuda.

La animadora creyó derretirse cuando Judith comenzó a comerle el sexo mientras Joey le acariciaba y le besaba los pechos,  la boca y el cuello.  Cerrando los ojos se dejó caer suavemente en el sofá con las piernas abiertas gimiendo y  temblando.

Joey le metió la polla de un golpe obligándole a abrir los ojos con la sorpresa. Amber se agarró a Joey  con desesperación y disfrutó como una loca del miembro duro y candente de su novio.

La boca de Judit chupando sus pezones y sus manos acariciándole el pubis hicieron que no tardase en correrse. Cuando sus amantes lo notaron se separaron un instante  y comenzaron a lamer y mordisquear su sexo haciendo que Amber se retorciese y gritase poseída por un intenso placer.

Dejando a Amber recuperándose, Joey desnudo a Judith y abrazándola por detrás la empujó hasta la pared.  Cogiendo su polla con la mano la introdujo en el coño de su novia. Judith gimió mientras Joey empujaba en su interior profundamente hasta obligarla a ponerse de puntillas.

El chico abrazó a la joven amorosamente por la espalda y la penetró con suavidad disfrutando del íntimo contacto de sus cuerpos.

Segundos después Amber se unió a ellos. Joey se giró con Judith unida a él y fue Amber la que sostuvo ahora a Judith mientras Joey se la follaba.

Mientras las chicas se abrazaban y se besaban Joey disfrutó del aroma y la suavidad de los cuerpos de ambas hasta que incapaz de contenerse por más tiempos se separó y eyaculó sobre el culo de Judith mientras Amber masturbaba a Judith unos momentos más hasta llevarla   al orgasmo.

Fue curioso, porque por primera vez  las chicas se abrazaron a él y ninguna de las dos le pidió que siguiera con el relato de la Princesa Blanca, así que un par de horas después las llevó a sus respectivas casas y cuando finalmente estuvo en su habitación de nuevo se puso a escribir.


En cuestión de minutos Nayam y Serpum estuvieron a bordo de la nave insignia. La reina mandó a la mierda el protocolo y le dio un largo beso a su esposo haciendo que todos los hombres que había a su alrededor sonriesen y  se girasen intentando dar un poco de intimidad a los monarcas.

Tras intercambiar unas pocas palabras la joven reina se puso a proa y empezó a respirar profundamente para poder concentrarse. Mientras tanto, Serpum había dado las órdenes pertinentes y calculaba  con precisión el momento de atacar.

—Mi señor. —dijo Yamín— Será mejor que suba, la flota enemiga a dejado de retirarse.

—Estupendo. —dijo Senabab con una sonrisa de triunfo— Zafarrancho de combate, que las galeras avancen a paso de carga.

—Hay un problema, está atardeciendo y tienen el sol a su espalda...

—Y qué más da —le interrumpió el rey— En el mar no hay ninguna trampa que puedan ocultar a nuestros ojos.

Una vez en cubierta vio como la flota enemiga había interrumpido su retirada, incluso que había empezado a avanzara hacia ellos. De repente, cuando estaban a menos de una milla, un destello que se inició en la nave insignia de la flota enemiga se convirtió en un intenso fulgor  que uniéndose al  resplandor del ocaso los cegó totalmente.

— Que sigan adelante. —dijo Senabab poniendo las manos delante de los ojos— Acabad con esos imbéciles.

Cuando la flota aceleró hasta su velocidad máxima,  el rey observó como Nayam extendía sus brazos y pronunciando el hechizo canalizaba todo su poder proyectándolo sobre todo el frente de la flota enemiga. En ese momento, como si lo hubiesen entrenado miles de veces, los esquifes se colaron entre las líneas de galeras que les habían ocultado del enemigo y se lanzaron sobre la flota contraria  a una velocidad abrumadora.

Maniobrando con pericia se colocaron a uno de los lados de los barcos enemigos y embistieron sus líneas de remos de la banda de babor con sus brillantes y afiladas proas. Las galeras no los vieron venir y no pudieron elevar los remos para poder esquivarlos, con lo que los remos de esa banda quedaron automáticamente inutilizados.

Antes de que pudieran darse cuenta, merced al impulso de los remos de la otra banda las galeras de Senabab se giraron sobre sí mismas mostrando sus flancos indefensos a los espolones de las galeras de Juntz y Gandir. En unos instantes   setenta naves enemigas sufrieron la embestida de otras tantas, tal como Serpum había planificado.

Sin esperar a que las naves atacadas reaccionasen, las naves de Deor invirtieron el rumbo para separarse y ver a una distancia cómoda como los barcos enemigos se hundían. Los esquifes mientras tanto se movían entre la segunda línea de naves que intentaban socorrer a las primeras lanzándoles flechas incendiarias y provocando el caos.

Tras ver como los hombres de Magad rechazaban dos ataques consecutivos los escuadrones enemigos optaron por hacerse fuertes en la colina adyacente y empezaron a montar un campamento fortificado para  ir recibiendo a las tropas a medida que desembarcaban.

Magad procuraba  dificultar el acceso de las tropas desembarcadas al campamento lanzándoles proyectiles y enviando frecuentes cargas de caballería. Tras toda una tarde peleando desde su colina Magad vio con sorpresa y enorme satisfacción como la vanguardia de la  flota enemiga era desbaratada por el rey en pocos minutos y el resto comenzaba a retirarse acosadas por los esquifes y la flota aliada que aun continuaba intacta y en formación.  La batalla estaba ganada.

El Tormenta había pasado entre las filas de la flota aliada como una exhalación y solo se había parado cuando quedó a casi una milla a retaguardia de la flota aliada. Desde esa distancia hubiese sido imposible ver lo que ocurría de no ser por una sobrenatural luz que enfocaba a la flota enemiga. En pocos minutos, con gritos de alegría, Nissa y Albert vieron como la flota de Senabab era desbaratada. En un segundo plano Baracca puso cara de póquer aunque por dentro estaba henchida de satisfacción; ahora aquel hombre cumpliría su promesa y se quedaría a su lado.

El único barco que había resistido el embate de las galeras enemigas era el suyo. Gracias al refuerzo de cobre que tenía bajo la linea de flotación, el espolón de la nave enemiga solo había abierto una pequeña vía de agua. Los galeotes redistribuyeron los remos restantes junto con algunos que había de repuesto y se retiraron entre una nube de flechas proveniente de los esquifes.

Senabab y Yamín permanecían en el castillo de popa en un estado de total estupor.

Habían perdido más de la mitad de su flota, las mejores naves se hundían irremisiblemente ante sus ojos con todas sus tripulaciones a bordo. El Almirante,  dio una orden de retirada que ya estaba llevando a cabo el resto de la flota.

Guldur bramó enloquecido al ver como la flota de Senabab era desbaratada. Desatendiendo las súplicas del capitán, que veía todo perdido, siguió avanzando a toda velocidad en dirección a la nave insignia aliada. Deseaba vengarse con todas sus fuerzas así que cuando estuvo a un distancia apropiada preparó un arco y lanzó una saeta en dirección al foco de luz que iluminaba la flota de Irlam, sabiendo que de todas formas llegaba tarde.

Segundos después dos naves de Gandir que les habían visto evolucionar se acercaron y embistiéndole se lanzaron al abordaje.

Guldur estaba enloquecido y a pesar de las pierna herida y de que se veía ampliamente superado en número, peleó como una fiera acorralada formando una pila de cadáveres a su alrededor, hasta que  finalmente media docena de flechas enemigas lo derribaron.

Las dos galeras enemigas se retiraron poco después dejando que el cadáver de Guldur  fuese  arrastrado  poco a poco al fondo del mar junto con su embarcación.

Esta vez Serpum no lo vio venir y observó impotente como un flecha lanzada desde un galera solitaria que venía del sur, se clavaba en el pecho de Nayam derribándola. El rey, que hasta aquel momento estaba exultante de satisfacción  se volvió hacia su esposa con un grito de desesperación.

Serpum se agachó inmediatamente sobre la joven reina para inspeccionar la herida pero no había nada que hacer, la mujer se moría.

Ante la mirada impotente del arcipreste el rey se arrodilló y con las lágrimas corriendo por sus mejillas puso a la joven en su regazo.

—Lo sien... to. —logró decir la reina con la palidez de la muerte apoderándose de su cuerpo.

—No lo sientas mi amor.—dijo el rey intentando sonreír y meciendo su cuerpo suavemente— Lo has conseguido, Juntz se ha salvado gracias a ti. Te amo.

—Te amo... —dijo la joven con sus últimos estertores...

Mientras el rey  atendía a su joven reina agonizante,  el almirante Stallion ordenó atacar a toda la línea. La mayoría de las galeras lograron escapar pero a costa de dejar a la  los transportes indefensos. Como zorros en un gallinero las galeras se dedicaron a hundir sin misericordia todos los transportes que pudieron.

La batalla se prolongó durante toda la noche y solo cuando se puso la luna, la  oscuridad ayudó a huir a los pocos transportes que habían sobrevivido. Desde la colina Magad vio como la playa era desalojada y solo quedaban los esqueletos de unas cuantas naves destruidas. Ahora las tropas que habían logrado desembarcar estaban aisladas. Intentando evitar que los cerca de mil quinientos hombres aislados en la colina se dispersasen y se convirtiesen en bandidos dio órdenes para cercar la colina  y rendirlos por hambre.

Guía de personajes:

Reino de Juntz.

Rey Deor II: Soberano de Juntz.

Eldric: Único hijo varón del rey Deor. Príncipe heredero de Juntz. Prometido con Nayam de Gandir.

Nissa: La hermana de Eldric. Prometida con Taif príncipe heredero de Gandir.

Serpum: Conocido en la corte de Juntz como el arcipreste. Preceptor de los hijos del rey y fiel amigo y consejero del soberano. Tiene un oscuro pasado que solo el Rey Deor conoce.

Coronel Magad : Jefe de los Guardias Alpinos La élite del ejército de Juntz

Almirante Stallion: comandante de la flota de Juntz

Albert: Miembro de la Guardia Alpina y guardaespaldas de Nissa.

Guldur: Compañero de Albert en la Guardia y guardaespaldas del príncipe Eldric.

Fugaz: Caballo del príncipe Eldric.

Reino de Gandir.

Accab I: 2º rey de la decimotercera dinastía de Gandir.

Taif: Primogénito del rey Accab y heredero al trono de Gandir.

Nayam: Princesa de Gandir.Primera hija de Accab. Prometida al príncipe heredero de Juntz y tras su muerte del rey Deor.

Reino de Irlam

Senabab: Rey de Irlam.

Yamín: Gran visir del rey.

Kondra : Madame del prostíbulo más lujoso de Senabab.

Swich : Espía de Juntz en Veladub.

Nesgar: Posadero ladrón y traficante de seres humanos en Veladub.

Vulk: Cómplice y guardaespaldas de Nesgar .

Amwar: Supremo sacerdote de Veladub.

Piratas

Baracca: Capitana del Tormenta.

Moser: Lugarteniente de Baracca y contramaestre del Tormenta.

Algún lugar en la costa oeste de los EEUU

Joey: estudiante y autor de la princesa blanca. Enamorado de Amber.

Amber: Jefa de las animadoras.

Sres. Kingsey : Padres de Amber.

Johnny: Novio de Amber y quarterback del equipo.

Mike: Mejor amigo de Joey y loco del skate.

Judith: Amiga y compañera de Joey desde la infancia.

Robert y Nora Rosen: Padres de Judith.

Srta. Freemantle: Profesora de química en el instituto dónde estudia Joey .

Lisa: Madre de Joey.

He colgado un mapa de los tres reinos en esta URL por si queréis consultarlo. Lo hice para mi propio uso a la hora de escribir la historia, así que no esperéis una obra de arte.

[URL=http://www.subirimagenes.com/otros-mapaprincesablanca-8904614.html][IMG]http://s2.subirimagenes.com/otros/previo/thump_8904614mapa-princesa-blanca.jpg[/IMG][/URL]