La princesa blanca 20
Joey y Judith ven una peli. Nayam envía un mensaje.
20
Un Wasap de Amber le despertó a las siete de la mañana. Había estado leyendo de un tirón la segunda parte del relato y no había podido dejarlo hasta terminar. Le dio las gracias por permitirle leerlo y le exigió que se diese prisa en escribir el siguiente capítulo.
Joey dejó el móvil sobre la mesita e intentó dormir un poco más, pero en pocos minutos su madre se levantó para ir a trabajar y aunque intentó hacer el menor ruido posible le desveló definitivamente.
Como a esas horas no podía hacer otra cosa, cogió el portátil y se lo llevó a la cama.
Yamín entró en el despacho del rey con paso apresurado. Senabab levantó la vista de los papeles que estaba examinando y frunció el ceño. Aquel hombre era un funcionario eficiente, pero cuando se presentaba sin previo aviso en su despacho, con aquel hábito gris revoloteando en torno a él, le recordaba a un pájaro de mal agüero y raramente traía buenas noticias.
—Majestad. —saludó el clérigo haciendo una leve reverencia.
—Adelante Yamín, ¿Qué noticias me traes?
—Ninguna buena mi señor. —dijo Yamín poniendo cara de circunstancias—Es el gran templo de Eruud. Me temo que ha ardido hasta los cimientos.
—Pero por Assab, ¿Cómo ha podido ocurrir? —dijo fingiendo una turbación que no sentía.
—Aun lo estamos investigando majestad, pero puede que tenga que ver con la Baddi´a y el ganador del torneo.
—¿Cómo es eso? —dijo el soberano súbitamente interesado.
—Bueno, parece ser que tanto la elección de la Baddi´a como el torneo fueron un tanto irregulares.
—¿En qué sentido?
—Parece ser que alguien se dedicó a repartir dinero entre los asistentes para que ganase una de las jóvenes en concreto y luego ese mismo individuo se presentó en el circo y ganó el torneo.
—Pero ¿Y el ganador de la subasta? ¿No llevaba armadura?
—En realidad no era uno. Aun no conozco las circunstancias concretas. El mensaje ha llegado en un halcón y por razones obvias no era muy extenso pero el individuo derrotó a tres aspirantes armados hasta los dientes. —respondió Yamín con evidentes muestras de zozobra.
—¿Se sabe algo del desconocido?
—Cuando se presentó ante el Gran Padre dijo ser el hijo menor de un terrateniente. Evidentemente era una mentira. Tenía un acento extraño, dijo que su madre era de Alisse...
—Y también probablemente el resto de su familia. Pero ¿Por qué un espía de Juntz querría correr tales riesgos?
—No se me ocurre...
—¡JODER! —dijo súbitamente el rey al verlo todo claro de repente. ¿Hay una descripción de la Baddi´a?
—Rubia, piel blanca como el alabastro, ojos verdes, excepcionalmente bella según todos los presentes.
—¡Es increíble! ¡Hemos tenido a la princesa Nissa en nuestras manos y un tipo, ese compañero de Guldur probablemente, nos la ha robado en nuestra narices! —Exclamó el rey dando un terrible puñetazo a la mesa. La elección fue hace dos días. Manda un mensajero a Noab para poner a Guldur sobre aviso y ordena intensificar los entrenamientos y las maniobras. Para bien o para mal, el momento de embarcar está próximo.
Joey dejó el ordenador a su lado, se estiró y salió de la cama. Cuando levantó la persiana vio con disgusto que el sol del día anterior volvía a ser sustituido por unas oscuras nubes de tormenta. Estaba observando cómo las nubes se arremolinaban sobre las montañas cuando el móvil sonó a sus espaldas.
—Hola Judith, ¿Qué tal?
—Muy bien cariño. —respondió ella haciendo que la palabra cariño le produjese a Joey un breve repelús.—Quiero que sepas que ayer fuiste muy atento conmigo y lo pasé muy bien.
—Yo también disfruté eres una amante fantástica.
—Bueno, seguro que las has tenido mejores. —dijo ella intentando sonsacarle.
—No seas tonta. Lo que tuvimos nosotros ayer fue distinto, había algo más que pura lujuria. Sentí que conectábamos de una forma que no lo hecho en el resto de ocasiones.—replicó Joey— Y no seas exagerada, sabes perfectamente que no soy un ligón. De hecho Amber y tú sois las únicas, espero que eso no te moleste.
—Al contrario. Así sé a qué atenerme. Y a los enemigos hay que tenerlos más cerca que a los amigos. —sentenció Judith.
—¿De dónde es eso? ¿De la Tora?
—No, de una peli de Statham. ¿Sentías lo mismo que sientes conmigo cuando estabas con Amber? —preguntó Judith después de una pausa.
—No creo, la verdad es que era todo más físico. Yo deseaba poseerla y follarla. Me gustaba que disfrutase para tenerla indefensa ante mí, no por el hecho de estar compartiendo algo más profundo con ella.
—Creo que lo entiendo.—dijo ella.
—¿Y tú ? ¿Qué me dices? ¿Cuántos amantes has tenido?
—He tenido dos novios. Aunque realmente no me gustaban mucho salí con ellos por curiosidad. El primero era un cerebrito y tan tímido que la primera vez que lo besé casi se desmaya. No duró mucho y lo dejé por Rick.
—¿El del equipo de baloncesto? —preguntó Joey.
—Sí y fue con él con el que perdí... Bueno, ya sabes.
—¿Ese era el de la mala experiencia?
—Sí. —respondió ella con un ligero cambio de tono en la voz.
—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Joey con suavidad.
—No es algo de lo que este orgullosa. Llevábamos un par de semanas saliendo y Rick me invitó a una fiesta que daba un amigo que se había quedado solo en casa. Yo me puse guapa, ya sabes una minifalda, unos tacones y un jersey ajustado y él me vino a recoger en su Camaro. La casa era enorme y estaba a rebosar de gente y cerveza.
—Y bebiste...
—La primera parte de la noche fue genial. Estuvimos bailando como locos. Nos abrazamos, nos besamos y bebimos cerveza. Después de un buen rato me noté un poco mareada y tenía ganas de hacer pis. Como no sabía dónde estaba el baño Rick me guio amablemente a uno de los servicios de arriba que estaba libre. Cuando entré, él me empujó para entrar conmigo y cerró la puerta tras de sí. Yo no le tomé en serio y le dije que se fuera pero en vez de hacerme caso se acercó aun más a mí y empezó a sobar mis pechos y besarme.
—¿Qué hiciste?
—Intente resistirme y razonar con él, pero en vez de escucharme empezó a chuparme y morderme los pechos a través del suéter. Con un empujón me acorraló contra los azulejos y metiendo la mano por debajo de mi falda empezó a acariciarme. Yo le pedía que parase pero él no me hizo caso y no sé si fue por efecto del alcohol pero yo también comencé a excitarme. Cuando empecé a gemir él comenzó a decirme guarradas al oído y sacando su polla me obligó a tocarla y a acariciarla hasta que estuvo totalmente erecta.
— Maldito cabrón...
—Segundos después me tiró del pelo y me obligó a ponerme de rodillas para que se la chupase. Fue humillante, mientras me metía esa cosa dura e intimidante en la boca el no paraba de llamarme putita y guarra. Cuando estuvo satisfecho me tumbó en el suelo y me quitó las bragas. Yo aun seguía excitada a pesar de todo y le dejé hacer. Sin siquiera quitarse la cazadora del equipo se puso un condón, se tumbó sobre mí y me penetró. Yo no estaba del todo preparada y fue bastante doloroso. Rick ni se dio cuenta, se dedicó a empujar en mi interior salvajemente y cuando finalmente empezaba a disfrutar sacó su polla de mi interior y quitándose el condón se corrió sobre mi cara y mi jersey nuevo.
—Vaya, lo siento. —dijo Joey—Los tíos a veces somos imbéciles.
—En cuanto terminó se subió la cremallera se arregló el pelo y se marchó sin decir ni adiós mientras yo me encerraba en el baño a lavar el suéter. A los diez minutos salí de la casa por la puerta de atrás. Al día siguiente, el muy cabrón se acercó a mí con la sonrisa de siempre como si no hubiese pasado nada. Le arreé una bofetada que me dejó dormida la mano toda la mañana.
—Bueno, eso es agua pasada. No pienses más en ello.
—La verdad es que tampoco fue tan malo. Después de eso me prometí a mí misma que no me volvería a pasar y hablé con mi primo David con el que me entreno dos veces por semana en Krav Maga. —dijo ella— Si te pasas conmigo te espachurraré como una mosca.
—Me encanta. El suspense de hacer el amor con alguien que puede romperme el cuello como a una gallina, lo hace más excitante todavía. Es una lástima que vaya a desatarse el diluvio universal. Te llevaría otra vez al lago y pasaríamos toda la tarde haciendo el amor...
—¿Qué tal si vienes a la tarde por aquí y vemos una peli antes de ir al comedor social? Mi madre va a llevar a mi padre de compras y me ha prometido que no volverán hasta las seis.
—De acuerdo allí estaré.
—Vale, cariño ahora me voy a entrenar.
—De acuerdo te imaginaré en ropa ceñida caliente y sudorosa pegándole con saña a un saco de arena. —dijo el colgando el teléfono y poniéndose a escribir de nuevo.
Nayam se había adaptado tan bien a la vida en su nuevo hogar que ni siquiera echaba ya de menos a sus esclavas. Se había dado cuenta de que no necesitaba tener a alguien de su propiedad para que su vida fuese feliz y estaba sinceramente enamorada de su marido. Por otra parte el descubrimiento de todo lo que podía hacer si se lo proponía y Serpum se lo enseñaba le tenía maravillada.
Mientras entraba en la sala del trono y se reunía con Serpum, Magad y su marido en torno a la mesa de los mapas, Nayam sintió una ligera nausea que achacó a la tensión y a la responsabilidad que sus nuevas habilidades le habían conferido.
—Adelante, coronel. Infórmenos sobre los preparativos. —comenzó el rey.
—Majestad, —dijo Magad inclinando la cabeza con respeto—Hemos intentado infiltrar espías en Krestan, hasta ahora sin éxito. Las buenas noticias es que el ochenta por cien de nuestra flota está siendo carenada y en menos de una semana estará preparada para zarpar.
—¿Y los barcos nuevos que proyecté? —preguntó Serpum.
—Tendremos preparados alrededor de noventa en una semana. Todo Alisse está trabajando en ello. Lo más difícil es la fundición del acero para la proa. Hemos movilizado a herreros de todo el país y esperamos tener todo preparado en menos de diez días. Por otra parte la Guardia Alpina y el ejército están entrenándose y adiestrándose continuamente.
—Muy bien, gracias por el informe. Puedes retirarte. Vuelve a Alisse y ayuda al almirante con los trabajos. Nosotros iremos lo antes posible. Buen trabajo.
—Gracias majestad. Solo nos limitamos a cumplir con nuestro deber.—Respondió Magad.
El coronel saludó y se retiró dejando a los tres inclinados sobre el gran mapa que estaba extendido en la mesa a la luz de las velas.
—¿Dónde estarán ahora? —preguntó el rey recorriendo con los dedos el camino entre Eruud y Noab.
—Por lo que Nayam nos ha descrito, los planes de Albert son dirigirse al río e ir en una barcaza llevado por la corriente. —respondió Serpum— Al principio irán rápido, pero a medida que se acerquen al mar la navegación se hará más lenta. Calculo que en estos tres días habrán recorrido un tercio del camino y aun tardarán al menos otra semana en llegar.
—Creo que es el momento de intentar contactar con Albert. —dijo el rey— Nayam, ¿Estás preparada?
—Sí , comencemos. —dijo la reina cerrando los ojos para concentrarse—¿Qué debo decirle?
—Antes de que hagas nada quiero que tengas en cuenta que cuando intentes contactar con Albert debes proyectar una imagen que le resulte familiar para que sepa que es un mensaje y no producto de su imaginación. —dijo Serpum.
—¿Y no sería más sencillo inducirle a desconfiar de Guldur. —preguntó ella.
—No es mala idea pero es difícil controlar la intensidad de esa desconfianza. Podrías excederte y provocar un odio que nublase su juicio e hiciese olvidar a Albert su misión principal.
—Entiendo. Y entonces, ¿Qué imagen debo proyectar?
—La de Serpum.—dijo el rey adelantándose al arcipreste— Nissa me ha mencionado más de una vez que Albert sospechaba que eres algo más que un simple cortesano.
—Además le di algunas cosas cuando partió que probablemente le hayan ayudado a confirmar sus sospechas. —añadió el anciano—Si proyectas mi imagen y mi voz mientras le trasmites la advertencia no la pasará por alto.
—Está bien empecemos —dijo Nayam poniéndose cómoda y concentrándose mientras evocaba la imagen del arcipreste.
Albert dormitaba a la luz de la luna con la mano apoyada en el timón de la barcaza. Nissa se había retirado bajo cubierta para dormir un rato en un coy. Habían estado haciendo el amor toda la tarde y estaban exhaustos. La caducidad de su relación hacía que cada polvo fuese más ardiente y desesperado que el anterior y la ausencia de novedades hacía del sexo el único pasatiempo a bordo.
Tras tres días de navegación la corriente se había ralentizado considerablemente y la barcaza avanzaba con desesperante lentitud. Por un momento pensó en atracar en la orilla y dirigirse a la calzada que unía la ciudad santa con el puerto de Noab pero prefirió no llamar la atención e ir por el río ya que en esa época del año, con el Tannit, el tráfico de mercancías era muy escaso.
Albert cerró los ojos un rato disfrutando de la fresca brisa que se levantaba todos los días al anochecer. Poco a poco se fue hundiendo en un profundo sueño. Las imágenes de todas las aventuras que había pasado hasta llegar allí se arremolinaron en su mente hasta que una imagen fue abriéndose paso en ese cáos. Poco a poco el rostro del arcipreste fue ocupando su mente hasta que finalmente abrió la boca y comenzó a hablar.
—Albert, esto no es un sueño. Supongo que a estas alturas ya sabrás que soy algo más que un simple consejero de tu rey, así que no voy a malgastar mis energías en convencerte. Necesito enviarte un mensaje y necesito que lo recuerdes cuando te despiertes.
—Sé que antes eras conocido como el gran Ümwallas. —pensó Albert — Adelante te escucho.
—Sabemos que has encontrado a Nissa y que te diriges a Noab.—dijo Serpum despertando el temor en el soldado de que supiesen de su romance con la princesa—Queremos avisarte de que Guldur nos ha traicionado y que sigue vuestra pista. Es seguro que fue él el que dirigió a los trasgos y planeó el secuestro de Nissa. El rey quiere que tengas lo ojos bien abiertos y eludas cualquier enfrentamiento con él, tu misión sigue siendo traer a Nissa a Juntz sana y salva. Si consigues un barco dirígete a Alisse, pero ante el más mínimo atisbo de peligro ve hacia el este, hacia Styros y veas lo que veas no te detengas hasta llegar a puerto...
El cuerpo de Nissa acurrucándose a su lado le despertó bruscamente. Albert abrió los ojos y vio a la princesa con un cuenco de sopa recién hecha.
—Lo siento mi amor, ¿Dormías? —dijo alargándole el cuenco.
—No —dijo el joven cogiendo el cuenco de las manos de su amada — Creo que he recibido noticias de casa.
—Pero, ¿Cómo?
—Verás, a lo largo de este viaje he descubierto algunas cosas. Entre ellas que Serpum no es la persona que crees que es...
Un ruido en la ventana hizo que Joey desviara su vista de la pantalla del ordenador. Pocos segundos después Mike estaba asomado a la ventana de su habitación demostrando que sin la escayola volvía a ser el mismo zumbado de siempre.
—Hola Joey, mira lo que he conseguido. —dijo Mike colándose en la habitación con una cerveza en cada mano.
—Hola Mike, —dijo Joey cogiendo la cerveza y echando un trago.—¿Cómo demonios te las has arreglado para conseguirlas? Con este tiempo ni siquiera los mendigos rondas las licorerías.
—El tío Sean ha venido a pasar unos días a casa y me las ha traído de regalo, dice que me harán un hombre.
—El tío Sean, ¿No es el hermano de tu madre, ese que siempre que viene se pasa todo el día borracho viendo el beisbol hasta que su mujer le perdona y le deja volver a casa de nuevo?
—El mismo y gracias a Dios pareces ser que esta vez la bronca es de tres semanas por lo menos.
—Brindemos por el tío Sean —dijo Joey adelantando la botella de cerveza para brindar con su amigo.
—Y por San Patricio, —dijo Mike golpeando el botellín de Joey con el suyo.
Joey le dio un trago a la cerveza. El liquido amargo corrió por su garganta refrescándole y produciéndole un ligero mareo. Los dos amigos rieron y bebieron en silencio durante un rato hasta que Mike lo rompió.
—¿Estabas escribiendo?
—Un poco. —respondió Joey señalando el ordenador. —Y tú, ¿Qué hacías?
—Estaba patinando, celebrando qué volvía a tener de nuevo dos brazos y dos piernas hasta que se ha puesto a llover de nuevo. ¡Asco de sitio, puñetas!
—Deberías haberte dedicado al estudio de los anfibios. —replicó Joey sonriendo.
—En fin, que decidí coger la cerveza y venir a ver qué tal te iba. ¿Sigue cabreada Judith contigo?
—Peor que eso, ahora viene conmigo al comedor y se está haciendo amiga de Amber.
—Joder tío, —dijo Mike dándole otro trago a su birra— deberías dejar esa estupidez de cuento y escribir un diario. Para que luego digan que eso de que la realidad supera a la ficción es una tontería.
—Ya ves, se dedican a hablar de mí como si yo no estuviera y luego cuando estamos a solas me pregunta por ella. ¿Qué será lo siguiente?
—No lo sé, pero no dejes de contármelo, tiene pinta de que va a ser muy divertido. ¿Vas a hacer algo esta tarde?
—He quedado con Judith para ver una peli en su casa.
—Déjame adivinar ¿Los Puentes de Madison? ¿El Diario de Noa? —Preguntó Mike haciendo el amago de meter sus dedos en la garganta.
—Muy gracioso pero te equivocas, veremos Charada.
—Podía ser peor, Mattau y Coburn están geniales. —dijo Mike terminando la cerveza—Bueno me ofrecería para acompañaros pero soy consciente de que tres seríamos multitud. De todas maneras si ves que Amber se vuelve a poner pesada piensa en mí.
Mike se llevó los dos botellines vacíos y volvió a desaparecer por donde había venido. Poco después la madre de Joey le llamó para que bajase a comer. Cuando volvió a subir buscó la película y se tumbó un rato mientras esperaba a que llegase la hora de ir a casa de Judith.
Se despertó una hora después con el tiempo justo para vestirse y salir zumbando.
—Hola Joey —Dijo Judith abriendo la puerta y dándole un beso— Pasa, mis padres ya se han ido.
Judith como siempre estaba guapísima. Se había puesto cómoda y llevaba una minifalda sencilla de algodón con vuelo y una camiseta ajustada que resaltaba sus generoso busto Joey la contemplo unos segundos embobado y entró.
Hubiese deseado tirarla en ese mismo momento sobre el sofá y follársela pero se limitó a poner el DVD y sentarse con ella a ver la película.
El interés por las peripecias de Audrey Herpburn duró poco y en menos de un cuarto de hora Judith estaba encima de él comiéndoselo a besos, desabrochando botones y bajando cremalleras.
—Creo que no deberíamos... —dijo Joey un poco cohibido.
—Vamos no seas mojigato. —dijo Judith con la voz ronca por el deseo— Además esto es una democracia. Y yo y ésta —dijo señalando la polla erecta de Joey— votamos que sí. Es mayoría absoluta.—agregó ella metiéndose el miembro de Joey en la boca.
Joey disfrutó de la suavidad de la lengua de su novia acariciándole la polla y dejó de pensar en otra cosa que en la lujuria que recorría todo su cuerpo. Con las manos sobre el cabello de Judith acompañaba cada chupetón con un ligero movimiento de vaivén de su pelvis.
El placer era tan intenso que tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para apartarse y no correrse en la boca de Judith.
Joey besó los labios de la joven que aun tenían el sabor de su polla. Alargó su mano y acarició sus pechos con suavidad. Los pezones de Judith se endurecieron inmediatamente y Joey los chupó y los mordisqueó a través de la fina tela de la camiseta.
Joey bajó sus manos y peleó con el tanga y la camiseta de la joven hasta que solo estuvo vestida con la minúscula faldita. Judith se tumbó sobre él y empezó a frotar su sexo ardiente sobre las piernas y la polla de Joey dejando un leve rastro de humedad en ellos.
Con un nuevo beso Judith se inclinó y se metió la polla de Joey con un suspiro. Inmediatamente empezó a moverse y saltar sobre Joey con todas sus fuerzas intentando sentir la polla de su amante lo más adentro posible.
Aguantó unos minutos y a punto de correrse de nuevo tuvo que separarse ante las protestas de la joven que deseaba más. Joey tumbó Judith sobre el sofá y magreó todo su cuerpo chupando mordisqueando y arañando hasta llegar a su sexo.
Con dos dedos la penetró explorando su interior hasta encontrar la zona más sensible y comenzó a masturbarla con violencia a la vez que con la lengua acariciaba su clítoris. En pocos segundos la joven se retorció soltando un profundo gemido.
Joey tiró de aquel cuerpo ligero y aun estremecido y la colocó de espaldas a él sobre el brazo del sillón.
—Quiero sentir lo que Nissa siente. —susurró Judith mirándole a los ojos.
Joey asintió y acarició con sus dedos untados de saliva la entrada del ano de la joven. Judith se puso rígida y soltó un quejido cuando los dedos de Joey forzaron la entrada en las entrañas de la joven. Poco a poco Joey fue ensanchando el agujero con suavidad a la vez que con la otra mano acariciaba el sexo de la joven excitándola de nuevo.
Finalmente se incorporó y agarrando su miembro lo guio hasta el ano de su novia. La polla entró con suavidad y se deslizó en su interior con suavidad mientras Judith a penas soltaba una débil queja.
Joey agarró a la joven por la cintura y comenzó a empujar, primero con suavidad y luego más fuerte ante las súplicas de la joven. Esta vez Joey no paró y siguió penetrándola con fuerza hasta eyacular en su interior. Tras el orgasmo seguía tan excitado que siguió agarrado a la joven, empujando con todas sus fuerzas, disfrutando de los gritos de placer de Judith al correrse de nuevo.
Joey se separó una vez más y se quitó el condón. Judith lucía como un diosa.
Satisfecha y brillante por el sudor de ambos, se arrodilló y cogiendo el miembro de Joey entre sus pechos lo masajeo entre ellos hasta que la polla de Joey se sacudió y escupió varios chorreones de semen espeso y caliente sobre ellos
Aun jadeantes, se vistieron y se tumbaron en el sofá, abrazados, muy juntos, dormitando hasta que llegó el final de la película.
Judith, más segura de sí misma y de las intenciones de Joey, se presentó ante el padre O´Brien agarrada de la mano de él, sin que el padre dijese nada más que un divertido chiste sobre convertir a la joven al catolicismo. Durante la cena Amber y Judith hablaron animadamente con lo que Joey tuvo tiempo para pensar en otras cosas mientras servía el arroz con pollo.
Cuando terminaron era bastante tarde, los tres estaban rendidos, así que al ver que el novio de Amber no había podido ir a recogerla, Judith le preguntó si quería que la llevaran. Amber no se hizo de rogar y aceptó rápidamente.
Durante el viaje hasta casa de Amber, las dos chicas se dedicaron a recordar anécdotas del instituto en las que él había sido el protagonista, mientras Joey intentaba justificar cada pasaje intentando inútilmente conservar su dignidad. Amber se despidió de los novios con lágrimas de risa en los ojos.
El viejo Honda se alejó en dirección a la casa de Judith a la vez que una figura corpulenta se escurría entre las sombras y se alejaba furtivamente en la oscuridad de la noche.
Cuando llegó a casa después de dejar a Judith en la suya, Joey estaba tan cansado que se durmió por primera vez en mucho tiempo sin escribir un solo renglón.
Un ruido en la calle le despertó un par de horas después. Joey se incorporó y escuchó de nuevo. Un nuevo golpe, sonido de cristales rotos.
Se levantó y temiéndose lo peor se puso unas zapatillas y una bata y salió corriendo por el pasillo.
—¿Qué demonios pasa ahí fuera? —preguntó su madre aun medio dormida asomando la cabeza por la puerta de su habitación.
Joey pasó como una exhalación en dirección a la puerta sin responder.
Cuando salió, dos figuras se alejaban alertadas por las luces encendidas. Joey desvió la vista de ellas y la fijó en su Honda. Nunca había sido un coche bonito pero ahora daba pena verlo. Los muy cabrones lo habían destruido a conciencia. Le habían roto todas las lunas y rajado las cuatro ruedas. Habían martilleado la chapa con bates de beisbol hasta dejarla como un papel arrugado y habían reventado el capó y se habían ocupado del motor arrancando cables y machacando todo lo que estaba a la vista.
El vecino de enfrente se acercó y negando la cabeza incrédulo se ofreció a llamar a la policía.
Guía de personajes:
Reino de Juntz.
Rey Deor II: Soberano de Juntz.
Eldric: Único hijo varón del rey Deor. Príncipe heredero de Juntz. Prometido con Nayam de Gandir.
Nissa: La hermana de Eldric. Prometida con Taif príncipe heredero de Gandir.
Serpum: Conocido en la corte de Juntz como el arcipreste. Preceptor de los hijos del rey y fiel amigo y consejero del soberano. Tiene un oscuro pasado que solo el Rey Deor conoce.
Coronel Magad : Jefe de los Guardias Alpinos La élite del ejército de Juntz
Almirante Stallion: comandante de la flota de Juntz
Albert: Miembro de la Guardia Alpina y guardaespaldas de Nissa.
Guldur: Compañero de Albert en la Guardia y guardaespaldas del príncipe Eldric.
Fugaz: Caballo del príncipe Eldric.
Reino de Gandir.
Accab I: 2º rey de la decimotercera dinastía de Gandir.
Taif: Primogénito del rey Accab y heredero al trono de Gandir.
Nayam: Princesa de Gandir.Primera hija de Accab. Prometida al príncipe heredero de Juntz y tras su muerte del rey Deor.
Reino de Irlam
Senabab: Rey de Irlam.
Yamín: Gran visir del rey.
Kondra : Madame del prostíbulo más lujoso de Senabab.
Swich : Espía de Juntz en Veladub.
Nesgar: Posadero ladrón y traficante de seres humanos en Veladub.
Vulk: Cómplice y guardaespaldas de Nesgar .
Amwar: Supremo sacerdote de Veladub.
Piratas
Baracca: Capitana del Tormenta.
Moser: Lugarteniente de Baracca y contramaestre del Tormenta.
Algún lugar en la costa oeste de los EEUU
Joey: estudiante y autor de la princesa blanca. Enamorado de Amber.
Amber: Jefa de las animadoras.
Sres. Kingsey : Padres de Amber.
Johnny: Novio de Amber y quarterback del equipo.
Mike: Mejor amigo de Joey y loco del skate.
Judith: Amiga y compañera de Joey desde la infancia.
Robert y Nora Rosen: Padres de Judith.
Srta. Freemantle: Profesora de química en el instituto dónde estudia Joey .
Lisa: Madre de Joey.
He colgado un mapa de los tres reinos en esta URL por si queréis consultarlo. Lo hice para mi propio uso a la hora de escribir la historia, así que no esperéis una obra de arte.
[URL=http://www.subirimagenes.com/otros-mapaprincesablanca-8904614.html][IMG]http://s2.subirimagenes.com/otros/previo/thump_8904614mapa-princesa-blanca.jpg[/IMG][/URL]