La primera vez que practiqué sexo anal
Lo que paso cuando estaba en estado etilico.
LA PRIMERA VEZ QUE PRACTIQUÉ SEXO ANAL
La primera vez que probé un culo con la polla y la lengua fue en una fiesta a la que me invitaron unos amigos que compartían piso y juergas desde hacía años. Llegué con mi botella de buen vino y me encontré con los dos ya borrachos, acompañados de una tía también bastante piripi, y magreándose a más no poder, aunque todavía las cosas no habían pasado a mayores. La chica era rubia y estaba buenísima, todas curvas doradas rematadas por pezones oscuros y pequeños, y con un culo macizo y perfecto: una luna llena cobriza partida en dos mitades por un oscuro meridiano su raja.
Se movía y ondulaba todo, desde los rizos casi platinados hasta la planta de sus pies. Todo esto lo vi porque estaba desmadejada en el sillón, totalmente desnuda, dejándose sobar con una copa en la mano. Hasta el aire olía a alcohol: eso y la cantidad de botellas vacías me dieron una idea sobre las dimensiones de la borrachera, así que me inhibí y me quedé sentado bebiendo mientras los miraba magrearse. Nunca me ha gustado aprovecharme de la debilidad de nadie, y no sabía si la chica era consciente de lo que hacía.
-¡Ven, únete al trío! me dijo Daniel con un pezón entre los dientes...
-No, prefiero no hacerlo...está muy borracha.
-¿Que no sabe lo que hace? ¿Estás loco? Ya lo hemos hecho montones de veces... ¡le encanta follar con unos cuantos tíos, cuantos más, mejor! Ven, ¡anímate!
Sintiéndome muy raro, me fui quitando la ropa. Al final, me quedé tan desnudo como ellos, y cuando vi. que no me prestaban atención porque estaban concentrados en el cuerpo estupendo de la tía, me relajé y dejé que mis instintos llevaran el timón. Además, se ve que le gusté a la dama porque no bien me acerqué a ellos, me cogió de la mano, y tirando, me hizo caer sobre sus desnudas redondeces... Mi cara quedó a pocos centímetros de su pubis. No lo llevaba depilado como se estila ahora. Tenía el pelo cortito y perfilado, muy cuidado, pero allí había vello pubiano donde meter la lengua y enredar los dedos. Saqué la lengua y le rocé el clítoris, y se arqueó inmediatamente, pegando su botón a mi boca como una lapa.
Tuve que dejar de chuparle ese pequeño miembro porque el grupo se estaba reestructurando: Daniel sentó a la rubia sobre su polla y se la clavó fuertemente en el chocho. Ella lanzó un gritito de placer y se empezó a menear como una campana cuyo badajo fuera la polla de mi amigo. A Santi y a mí no nos quedó más remedio que poner nuestras mingas en la boca de la muchacha, y nos hizo una mamada tan magistral que a los pocos minutos los dos nos corrimos mezclando nuestras leches y viendo cómo se las tragaba. Daniel también estaba eyaculando en su interior, y eso llevó a la chica al clímax.
Se retorcía como una anguila fuera del agua, y chillaba como una gata caliente hasta que se calmó y se libró de la polla de Dani. Pero después dijo algo que me llenó de asombro. Quiero que tú me des por culo...y me miraba a mí, que nunca había probado un trasero, ni con la lengua ni con la polla... Santi se recostó con la minga tiesa nuevamente y ella se la clavó, tan pancha... Entonces vi. su culo abierto y negro en el medio de la raja entre las nalgas. Estaba allí para mí, para que yo lo rellenara...Me unté la polla con saliva y coloqué la cabeza roja e hinchada en la puerta de entrada. Empujé un poco, y mi cosa entró con un leve ruido de succión. El culo de nuestra hermosa amiga era una autopista de alta velocidad, no un camino secundario poco transitado.
Mi verga se deslizó suavemente por allí y los músculos del esfínter, aunque un poco cedidos por el uso, me apretaron la pija como un guantelete de acero... ¡Que gusto, señor! La ensarté hasta la empuñadura, y notaba en el miembro los empujones que daba Santi dentro de su chocho. Ella se la chupaba a Dani, y se movía pidiendo más y más guerra...Entré y salí de aquel culo caliente y húmedo y mis pelotas chocaban y chocaban con las de Dani mientras él perforaba la almeja de la rubia. Era maravilloso verla penetrada por los dos orificios, y parecía tener sitio para dos pollas mas. Me corrí en su ano después de tanto vaivén y ella me siguió a los pocos segundos, contagiando con su frenético ritmo a Dani y a Santi, que le llenaron de leche los agujeros. Luego hicimos algo inusual, creo.
Metimos dos pollas en su coño, uno entrando por delante y otro por detrás...Yo no sé que me habían dado ese día, pero tuve otro coito anal antes de que terminara la agotadora jornada. Es que le había tomado gusto a la jodienda por detrás. Cuando me marché ya era de día y parecía que un tiburón me había mordisqueado la minga. Pero había hecho realidad aquello de "no te acuestes sin haber aprendido algo nuevo". Ese algo se ha convertido en un vicio. Dar por culo es mi mayor afición en la actualidad, tanto que casi he abandonado los coños. No sé si iré al infierno por ello, ya que dicen que es contra natura...Pero si voy al infierno ¡qué diablos! espero que esté lleno de putas y de culos abiertos a la espera de que yo los folle.
Escríbanme a alvaromontes58@hotmail.com