La primera vez que me hicieron el amor
Mis primas organizaron una barbacoa con sus amigos y allí conocí a un chico que me gustó; aunque nunca había tenido relaciones sexuales plenas con un hombre y tenía un poco de miedo, no podía dejar de pensar en como sería sentirme en sus brazos y que me cortejara.Pero las cosas suceden y sucedió.
Habíamos preparado la fiesta de la barbacoa con todo detalle para nuestros invitados. Mis primas Olga y Cristina me insistieron en que debía seguir vistiendo de nena, y aunque el día anterior había comprado mis primeras ropitas, no debía repetir el modelito, así que me dijeron que eligiera entra su vestuario. Después de probarme de todo, elegí un vestidito corto por encima de la rodilla, de flores en tonos rosas y con vuelo. Debajo llevaba un conjunto de lencería de Cristina, blanco y rosa con encajes. Unas sandalias de tacón rosas también que dejaban ver mis uñas pintadas, me hacían tener una figurita esbelta. Me maquillaron en tonos suaves: sombra azul celeste en los párpados, una linea en los ojos, rimmel, un poco de colorete en los pómulos y mis labios de rosa. Los complementos y un peinado sencillo pero sensual hicieron el resto. Estaba espléndida.
Entre los chicos había uno, Ricardo, que me gustó desde el principio y creo que yo a él también. Me lo presentaron y enseguida empezamos a hablar y reír, olvidándonos un poco de todos los demás. Al poco, parecía que nos conociéramos de toda la vida, y no paraba de piropearme y decirme cosas bonitas, siempre con delicadeza y educación, era muy galante conmigo. Yo me estaba excitando un poco y me dejaba querer.
Con la escusa de ir a por unas bebidas, me acerqué a mis primas y les consulté como comportarme. Me dijeron que Ricardo era muy buena persona, además de guapo, que le siguiera la corriente, me comportara como la nena que era y que me resistiera un poquito pero que no le rechazara.
"¿Y si se da cuenta que no soy una chica del todo?" les pregunté
"Pues para eso no tenemos respuesta, ha nosotras nunca nos ha ocurrido" contestaron
"Tendrás que improvisar algo, pero quizás no se lo tome mal, ya que es muy moderno y liberal" añadieron.
Volví con Ricardo y al pasar ante un espejo, me vi como una señorita muy linda y femenina y me sentí más segura de mi misma, así que decidí seguir junto a él toda la velada.
Después de tomar algo, me sugirió dar un paseo por el gran jardín de la casa y obviamente acepté encantada. Enseguida tomó mi mano y me la besó dulcemente, lo cuál me produjo una sensación única. Luego paso su brazo por mi cintura a la vez que me decía cosas bonitas, siempre educadamente. Yo ardía ya en deseos de besarlo, pero siguiendo el consejo de mis primas, dejé que él llevara la iniciativa, como debe ser. En un momento que ya estábamos alejados de miradas indiscretas, me tomó entre sus brazos, me sonrió y me dijo:
"Marta, eres preciosa y creo que te voy a besar"
Yo no respondí, simplemente rodee con mis manos su cuello, cerré los ojos y le ofrecí mi boquita de rosa. Sentí sus labios junto a los mios y me volví loca, lo besé apasionadamente y nos fundimos en un beso interminable jugando con nuestras lenguas. Mi cuerpo se estremecía y el lo notaba.
Acarició mi culito y yo sentía el roce del vestido con mis braguitas de encaje, mientras me apretaba contra su pecho varonil.
"Creo que nos gustamos, ¿verdad cariño?" me susurró al oído.
"Si amor, me estás volviendo loca y no se si debemos ir tan rápidos" contesté haciéndome la recatada mientras ya pensaba en su polla
"Lo que tu quieras preciosa, pero no le pongamos trabas al amor"
Esa frase me animó a seguir y empecé a acariciarle por encima de los pantalones, notando su verga que se estaba empalmando. Estábamos los dos muy calientes, por lo que fuimos a un cobertizo cercano para poder estar a salvo de miradas indiscretas. Ricardo me acariciaba el culito cada vez mas fuerte a la vez que me besaba en el cuello y me metía mano por todos lados. Yo para evitar que descubriera mi secretito, me arrodille ante él y empecé a bajarle los pantalones, acariciando su polla que ya estaba dura como una piedra. Sin pensarlo mucho comencé a besarla dulcemente mientras él me acariciaba la melena.
Loca de ganas, me la metí en la boca y se la chupé con pasión. Era la primera vez que sentía una polla en la boca y me encantaba. Estaba dura y jugosa y Ricardo gemía de placer. Estuve chupándosela mucho tiempo, no veía el momento de parar de tanto que me gustaba.
"Lo haces muy bien Marta, eres una chica muy fina y delicada, pero también se nota que eres un poquito puta, por lo que te gusta chupar una buena polla, ¿verdad zorrita?"
Me encantó la frase, porque llevaba toda la razón. Me sentía una nena muy puta, vestida con ropitas muy femeninas y chupando sin parar aquella verga descomunal y no quería parar. Sólo pude decir:
"Me ecanta, me encanta chuparte la polla y ponértela dura"
"¿Quieres que te folle cariño? Te haré sentirte todavía mas puta Marta"
Estaba loca porque me penetrara, pero debía improvisar algo para que no me descubriera.
"Es que tengo la regla y quizás no te guste", le dije mientras seguía chupando y chupando sin parar
"No tengo problema, pero si lo prefieres te follo el culito, que también te gustará"
Con el calentón que tenía no me pude negar, así que me puse a 4 patas, me subí el vestido, me bajé las braguitas y le dije:
"Siiii Ricardo, métemela toda, fóllame por favor, quiero ser tuya y que me folles como a una nena muy puta" mientras abría mi agujerito para él
"Pero házlo con delicadeza, soy virgen"
Golpeó su polla contra mis nalgas y la restregó por ellas, mientras me cogía fuerte por las caderas. Poco a poco y con suavidad me fue penetrando, metiéndola y sacándola con cuidad de no hacerme daño.
"¿Te gusta así Martita?"
"Siiiii, sigue, sigue, mas y mas dentro cariño, me duele un poquito, pero me encanta que me folles"
De pronto me la sacó y ante mi asombro cogió un tubo de vaselina que llevaba en un bolsillo y la restregó en mi culito, metiéndome un dedo primero y luego dos y luego tres....
"Ahora te vas a enterar de lo que es tener un pollón dentro"
Me cogió fuertemente de las caderas y me la metió de un golpe hasta los huevos. Yo gemí de dolor, pero me gustaba. Me la metía hasta dentro y me la sacaba toda, una y otra vez. El dolor desapareció, mi culito ya estaba muy dilatado y entraba y salía con facilidad.
Yo gemía de placer...mmmmmmmmm....
"Que puta eres Marta, como te gusta, ¿verdad zorrita mía?"
"Siiiiiii, me encanta, me encanta ser tu putita y que me folles mas y mas fuerte, sigue, sigue...."
Así siguió hasta que sentí su leche caliente dentro de mi, como bombeaba su lechecita, haciéndome sentir mujer por primera vez.
Se corrió mientras me decía lo mucho que le gustaba follarme y lo bien que lo hacía yo, como a pesar de ser una chica muy fina y elegante, sabía comportarme como una puta con un macho caliente.
Me dejo totalmente pasada, pero encantada, me incorporó, me rodeó con sus brazos, me aplastó contra su pecho, me besó con pasión y me dijo:
"A sido maravilloso, espero que se repita pronto"
Yo estaba en una nube de felicidad, me sentía una nena totalmente, en los brazos de un macho satisfecho que me apretaba contra él.
"Cuándo quieras cariño, seré toda tuya"
Se nos había olvidado totalmente la fiesta, así que me recompuse el vestido, me retoqué el maquillaje y volvimos con los demás. Mi cara de satisfacción debía ser evidente, porque Cristina al vernos me dijo:
¿Que tal Marta? Parece que os habéis divertido mucho solos ¿verdad?
Sólo pude esbozar una sonrisa muy coqueta y suspirar delicadamente.....
Los días siguiente fueron maravillosos, pero eso ya os lo contaré mañana.
Besitos
Marta