La primera vez que me convirtió en mujer bisexual
Tengo o tenía novio soy una mujer pero ella era tan hermosa, sexy y caliente que acabé teniendo el mejor sexo de mi vida con una mujer, su nombre Laura, sus orgasmos eran de otro mundo y lo que me hizo sentir aun me calienta.
Aquella tarde después de pasear con mi novio estaba sobre excitada. Había visto aun chica hermosa en el parque con piel blanca, delgada pero no excesivamente, pelo largo color castaño que hacia pequeñas ondulaciones sobre sus senos, ojos marrones sensuales, mejillas sonrosadas y labios con brillo rosado que le daban a su cara un aspecto de mujer dulce. Llevaba la chica un vestido color salmón y con algunos encajes rodeando su cintura y sus voluptuosos pechos además, unos zapatos a juego que hacían sus piernas quilométricas. Aquella mujer dulce y apetecible tenía que tener 20 años, sabía esto no por su aspecto de niña buena sino por su mirada de gatita en busca de un amo o ama, su mirada era tan sensual que mojaría hasta a una monjita.
Su forma de moverse desprendía sensualidad. Sus labios al moverse se me antojaban como suaves y rápidos en un beso desenfrenado, de una amante calenturienta. Sus manos eran pequeñas y rosadas que se movían con gracia al hablar y que de vez en cuando se llevaba a la boca y ponía su dedo pulgar entre su labio inferior sus dientes mientras que la punta de su lengua jugueteaba con la punta de su dedo como si este fuera un clítoris y la movía de abajo a arriba hacia un lado en círculos y terminaba sacando su dedo chupándolo con sus labios. Sus parpados mientras tanto se movían con lentitud, se abrían y cerraban despacio como si te fueran a engullir. Su risa era encantadora y cada vez que sonreía llevaba su lengua hasta su paladar.
No pude resistir que después de despedirme de mi novio volver al parque a verla. Allí estaba sentada en el césped con las piernas cruzadas y tocándose el pelo. La mire, me miro y sonrió.
Se levantó del césped coloco bien su vestido pasándose su mano por el trasero y empezó a andar hacia mí. Me volvió a sonreír y se acerco tanto a mí para hablarme que nuestros pechos estaban a escasos tres centímetros de tocarse.
Volviendo su cabeza hacia la derecha y luego la giro hacia a mi me dijo:
- Encantada, soy Laura. ¿Quieres unirte?
- … igualmente, soy Ana. Y a su pregunta solo asentí.
No me había dado cuenta que estaba con más chicas, solo me había fijado en ella. Yo de vez en cuando miraba a otras chicas, aunque esta vez estaba babeando por Laura, eso para mí era algo normal pero no me consideraba lesbiana. Las chicas que estaban allí eran variopintas unas se veían normales pero iban abrazadas de otras chicas con pinta de chico y otras se veían bastante sexys pero la más sensual y hermosa era Laura.
Laura me puso su mano en mi antebrazo y me dijo con voz suave y delicada:
- ¿Te las presento? ó ¿Quieres conocerme solo a mí? He visto que antes con tu novio me estabas mirando.
Yo respondí con voz asustadiza:
- Eres hermosa y me gustaría conocerte solo a ti.
Con esa respuesta desate una sonrisa en ella que acabo en una caricia con su mano en mi mejilla y en un nos vemos hacia sus amigas. Agarro mi mano y dijo vamos a tomar algo. Cuando nos volvimos y comenzamos a andar ella me susurro en el oído:
- Y tú sí que eres muy sexy.
Empezamos a meternos por unas calles que yo creía que estábamos siguiendo al azar mientras manteníamos una conversación.
Ella me preguntaba irónicamente sobre mi novio, a lo que yo respondía que era malo en la cama. Me pregunto sobre si antes había tenido deseos con mujeres a lo que respondí que si pero que nunca tan fuertes con los que tenia con ella. Me contó que era lesbiana aunque había estado con hombres anteriormente.
Atisbe en su forma de charlar que era muy juguetona y traviesa pues empezó a excitarme contándome su primera vez con una chica. Hablaba con una voz sensual y me explicaba los gemidos tan fuertes que tenia con mujeres y lo duros que se ponían sus pezones al tocarlos con la punta de la lengua.
Se paró ante unos pisos de construcción antigua justo antes de prometerme que me enseñaría como eran sus orgasmos. Y me dijo:
- Te he prometido que te enseñaría uno de mis orgasmos y que tomaríamos unas copas, esta es mi casa, ¿Quieres pasar? estoy sola.
- Vale pero antes las copas y luego el placer. Respondí esto ya que estaba muy nerviosa, era mi primera vez con una chica y aunque estaba muy caliente quería disfrutar a tope.
Subimos a su piso, era un quinto y tenía unas vistas hermosas. Me invito a sentarme en su sofá y me ofreció un “Jack Daniel’s” se sentó pegada a mí y puso su mano sobre mis muslos. Debido a que yo llevaba una falda al tercer trago del “Jack Daniel’s” Laura ya había encontrado la tira de mi tanga y estaba jugueteando con ella. Tome de un trago todo lo que quedaba de “Jack Daniel’s” y pasé a la acción, aunque esto era nuevo para mí quería aprender por mí misma.
Laura no me paró pero me dijo con voz sofocada por la calentura:
- Te dejo hacerme lo que quieras pero déjame hacerte lo que yo quiera.
- Respondí mientras besaba su cuello. Vale pero empiezo yo.
Esa respuesta le tuvo que excitar sobre manera porque agarro mi cabeza y me dio el beso más apasionado y excitante que me han dado en toda mi vida. Sofocada por aquel beso y aun más caliente me levante del sofá y delante de ella me quite la blusa y terminé de quitarme la falda. Me senté en una mesa bajita que había y mirándola le dije:
- Ayúdame a quitarme las medias.
La sonrisa picará que se formó en su rostro la condujo hasta mí. Posó sus manos en mis hombros las bajo hasta mi sujetador que rozo delicadamente y siguió bajando hasta llegar a las medias, las retiró de mis piernas, después empezó a besar mis piernas de abajo a arriba dio un tierno beso en mi tanga, subió hasta mis pechos y desabrocho el sujetador. Rozo y lamio suavemente mis pezones y me ayudó a levantarme. Ya muy excitada me pregunto:
- ¿Me ayudas a quitarme el vestido? Tengo muuucho calor.
A esa pregunta respondí dejando caer mis manos en sus caderas y poco a poco acercándolas al final de su vestido para sacarlo por arriba. Cuando vi su conjunto de ropa interior me tuve que contener de quitárselo con la boca. Era de rosas de color rosa bordadas sobre una tela semi-transparente. Fue una pena que ella no llevara medias pues esas sí que se las hubiera quitado a bocados. Acaricié su rostro y desbroché aquel sujetador, para dejar sus senos expectantes de mi lengua.
Agarré cada uno con mis dos manos y pasé mi lengua por sus pezones a lo que Laura respondió con mucha sensibilidad.
Con la punta de mis dedos bajé sus braguitas y quedó al descubierto aquel hermoso coñito suave y solo con un poco de vello en la parte superior de la rajita del clítoris, que me hacía pensar solo en lamerlo. Ella agarró mi cabeza y me subió hasta arriba puesto que también deseaba ver mi conejito. Me tumbo en el sofá y sacó algo agresiva mi tanga, creo que no le gustan los tangas. Pero si le gustó lo que vio debajo de este, tanto que puso sus manos en mis rodillas y empezó a bajar hasta los muslos y mis ingles, toco suavemente mi clítoris y miró lo mojada que estaba, sonrió y empezó a lamerme el coño. Realmente me gustaba puesto que bajaba la punta de la lengua con suavidad y cuando estaba abajo volvía haciendo “eses” sobre mi clítoris una y otra vez luego utilizo sus dedos y tocó con cierta rapidez mi clítoris por abajo, mientras seguía lamiéndome. Utilizó aquellos dedos para hacer círculos en el comienzo de mi vagina y poco a poco ir avanzando hasta dentro. Con su mano derecha siguió tocándome por adelante y con su mano izquierda empezó a rozar mi ano, haciendo pequeños circulitos que me hacían gemir.
Yo también quería hacerle lo mismo así que logre sentarme en el sofá y sentarla a ella en la mesita baja que teníamos delante. Quite los zapatos que aun llevábamos debido a que no nos habíamos dado cuenta de estos por la excitación del momento. Subí mis manos por sus piernas y con la palma de mi mano abarque como puede toda su concha. Me dispuse a lamer su coñito que estaba bien húmedo, pero antes la iba a recostar sobre la mesita a lo que ella respondió:
- Quiero mirarte como disfrutas de mi coñito y como metes tus deditos dentro de mí y me haces gemir. Porque quiero que me hagas todo lo que tú quieras.
Me gustó lo que me dijo y la deje mirando como le lamia su conejo su sabor era rico y sus gemidos fuertes y excitantes. Deslice mi lengua a su clítoris y le hice todo lo que sabía, mientras mi mano derecha acariciaba su vagina y poco a poco metía un dedito en ella, la mano izquierda acariciaba su ano.
Ella agarró mis manos e hizo que nos pusiéramos de pie, lamio mi teta derecha y dijo:
- Por ser tan buena lamiendo mi coñito calenturiento te enseñare a utilizar un juguetito que te va a gustar mucho. Y me llevó a su dormitorio.
El dormitorio era minimalista, tenía un armario y una cama de matrimonio en el centro sobre la que recaía una tela de rejilla desde el techo hasta el suelo. Abrió la tela y me recostó sobre la cama sonrió y saco del armario un doble consolador y pregunto:
- ¿Nunca lo has probado? Pues ahora no vas a querer otra cosa mas que esto.
No me dejo responder cuando ya estaba poniéndome en pompa y chupando un solo lado del aquel vibrador tan apetitoso. Como vio mi cara de querer chuparlo acerco la otra punta sin chupar y casi me ordeno:
- ¡Chúpala! Para que entre mejor dentro de mí.
Chupe todo lo que pude me lo saco de la boca y me lo metió desde atrás en mi coñito y luego ella se metió su parte por su coño mientras que gemía de placer. Iba poco a poco al principio y me metía todo lo que podía cuando estábamos en la posición de perrito pero cuanto más botaban sus tetas más rápido iba. Se paró un momento dentro de mí y la saco poco a poco cuando casi la tenia fuera me la volvió a meter fuertemente haciéndome sentir todo aquel consolador en mi cuerpo calenturiento.
Probamos más posturas, en las que principalmente ella era la activa y yo la pasiva. Me tumbó sobre la cama boca arriba, subió un poco mi cintura metió el consolador dentro de mi t luego dentro de ella y con gran fuerza metió todo lo que pudo dentro de mi y me dejó gemir todo lo que quería, mientras que también rozaba mi clítoris que estaba bien duro y caliente. De esa postura me dejó llevar las riendas a mi y me dejó ponerme encima y meterle aquel consolador tan grande y lleno de lubricante por nostras mismas.
Me tumbó en la cama y saco su parte de consolador, y se volvió a acercar al armario, esta vez sacó dos pequeños vibradores en forma de capsula. Chupó uno, se aseguro de que yo estaba en pompa y empezó a lamerme el culo y tocarlo con los dedos cuando estaba a punto de caramelo, debido a sus lengua y a que yo estaba masturbándome sola con el doble consolador, volvió a chupar aquel pequeño vibrador y me lo metió en el culo y con una cuerdecita al que estaba atado el vibrador que regulaba la velocidad lo puso solo a la mitad y me dijo:
- Ponme a mí el otro en el ano pero no te puedes sacar ni el doble consolador ni el nuevo que te he puesto.
- Estas siendo mala. Inquirí, pero me excitaba también que ella fuera mala aunque por fuera pareciera un ángel.
Hice todo lo que ella me mandó puesto que pensé que más adelante ella me daría el gusto de hacerle lo que yo quisiera.
Metí aquel pequeño vibrador en su culo y lo puse a tope. Ella noto que estaba a tope y se volvió y tal y como lo hizo me tumbó en la cama boca arriba sacó de dentro de mí el doble consolador y me dijo antes de comenzar a chuparme la concha:
- Has sido mala… hasta que no grites que quieres que te taladre el culo poniendo el vibrador al máximo no te voy a meter nada por ese coñito húmedo que tienes y te lo voy a lamer para que chorees como nunca lo has hecho.
Por supuesto Laura lo llevó a cabo, mi coñito choreo como nunca lo había hecho, le grité que quería más pero esas no eran las palabras que ella quería oír. Me lamia suavemente el clítoris y rozaba la entrada de mi vagina con un solo dedo, mientras tanto mi culito quería un vibrador más grande y que vibrara más, quería correrme allí y ahora pero no ocurriría hasta que le dijera aquello. Con mi coño bien caliente y muy húmedo le dije:
- ¡Quiero que me taladres el culo y me hagas tener el mejor orgasmo de mi vida! ¡Lo quiero ahora y así! Quiero más y más y más…
Ella rió y puso a tope aquel vibrador que estaba dentro de mi culo y con sus dedos y su lengua toco mi clítoris de todas las maneras posibles además, sacó otro vibrador. Era un vibrador normal pero tenía una vibración bastante fuerte. Lo metió en mi vagina, yo solo deseaba que Laura me follara. Laura mientras lamia mi clítoris y lo dejaba a punto cuando veía que me iba a correr paraba un poco y me volvía a poner a punto de caramelo, solo hasta que ella no quiso hacer que me corriera no lo puede hacer. Para ello el vibrador del culo que estaba bien fuerte, aquel vibrador que metía y sacaba de mi muy rápido y la lengua de Laura que con mucha rapidez no paraba de lamer mi clítoris rítmicamente de arriba hacia abajo, llegue al orgasmo más fuerte y largo de mi vida mirando aquella hermosa mujer lamiendo mi coño con los pezones duros, chorreando de su coño y deseosa de que el vibrador de su culo fuera más grande. Después de aquel momento solo se me ocurrió hacer una cosa, devolverle el favor pero a mi manera.
Dejé el vibrador del culo aun dentro pero saqué el de mi vagina. Llevé a Laura hasta la ventana que tenia las cortinas abiertas hice que sus senos tocaran aquel cristal, la puse en pompa. Pasé el vibrador que me había metido en la vagina por su boca y ella lo chupó y mientras ella lo chupaba me acerque a su boca y chupe con ella aquel vibrador que me había dado tanto placer. Con sus senos bien duros, su culo vibrando de placer y su boca chupando lo que antes había estado dentro de mí empecé a lamer su conejito como ella lo había hecho antes pero sin dejarla que se corriera. Luego metí el vibrador bien húmedo en su vagina y los gemidos que dio Laura llegaron hasta el bloque de al lado, creo que en ese momento alguien nos vio pero eso solo logró que nos excitáramos más. Ella pedía más y más y yo solo tenía ganas de verla gritar y tener un orgasmo detrás de otro, lamí su coño desde atrás, metí más el vibrador anal con lo que logré que chorreara más aun, me puse delante de ella y de su clítoris a lamerlo y rozarlo con la punta de la lengua de abajo a arriba y de arriba abajo mientras metía y sacaba el vibrador de su vagina y lo volvía a meter con rapidez. El orgasmo no tardó en llegar justo cuando más abierta tenia mi boca ella agarró mi pelo con fuerza y mientras se corría tuvo una largo orgasmo.
Nos tumbamos sobre el suelo pero aun las dos llevábamos los vibradores anales ahora puesto al mínimo. Nos miramos, ella se puso encima de mí y me dio un largo beso con lengua, nos sacamos los vibradores del culo y como si se tratará de una conversación normal dijo:
- No sé si esta noche podré dormir debido a la excitación que tengo, deberé meterme unas bolas por el ano a ver si se me calma.
- (Solo quería saber si volvería a verla así que me arriesgue) ¿Quieres que mañana te traiga un regalito?
- ¿Cuál? Preguntó intrigada
- Un mando
- ¿De qué? Pregunto extrañada
- De mi huevo vibrador inalámbrico
- (Le gustó la idea) ¡Sí! ¿Realmente es para mí?
- Sí, pero si después de dar un paseo sigues aun con las bolas que dijiste que te ibas a meter por ese hermoso culito que tienes.
- Con una sonrisa de chica mala dijo: quedemos en el parque de nuevo mañana por la tarde a las 19h.
Muchos más orgasmos vinieron detrás de esos.