La primera vez que fui a un motel
Finalmente Alejandro me lleva a un motel.
A pesar de que yo ya había tenido algunos novios, a los 19 años (cuando empecé a andar con él) seguía siendo virgen, mi primera vez fue con Alejandro (quien no tenía mucha experiencia en el asunto) y poco a poco los dos fuimos "aprendiendo" a tener encuentros más placenteros, cada rincón de mi casa había sido escenario de nuestros encuentros amorosos, mi recámara, la de mis papás, las de mis hermanos, la cocina, el estudio, la sala, el cuarto de servicio, el de lavado, hasta la cochera y en su casa igual. Él estudiaba Derecho y yo Administración de Empresas en una reconocida universidad mexicana administrada por Legionarios de Cristo. Amigos en común nos presentaron y empezamos una relación poco tiempo después de habernos conocido.
Como todos los jueves después de clases, Alejandro y yo fuimos a comer con algunos amigos de la universidad, después fuimos a recoger a su hermano Diego de 10 años del entrenamiento de futbol, llegamos a su casa y su mamá aún no llegaba del trabajo. Diego se metió a bañar y Alejandro y yo empezamos a besarnos, con los besos empezaron las caricias y apresurándonos, Alejandro bajó el cierre de sus jeans, sacó su pene y comencé a chupárselo, después me bajé los jeans y me recosté en la cama, Alex hizo mi tanga a un lado y comenzó a penetrarme "de perrito", sabía que me encantaba que lo sacara todo y volviera a metérmelo, estaba empezando a disfrutar nuestro "rapidín" cuando escuchamos que Diego salía de su recámara, inmediatamente nos acomodamos la ropa y nos pusimos a platicar como si nada hubiera pasado.
Obviamente, yo me había quedado con muchas ganas, igual que Alejandro pero ni modo, seguiríamos mañana, ya estaba todo planeado. Estuvimos un rato jugando con Diego y Max, el labrador de mi novio, después llegó su mamá y nos pusimos a platicar sobre el campamento al que se iría Diego mañana y regresaría hasta el domingo, mi suegra iba a aprovechar para irse a Cuernavaca con su novio, Carlos. Por tanto, Alejandro y yo tendríamos su casa todo el fin para nosotros dos, yo ya había dicho en casa que me iría a Valle de Bravo con mis amigas. Todo estaba perfecto.
Después de unas horas me fui a mi casa repasando lo que tenía que arreglar para nuestro fin de semana, ya había seleccionado lo más básico: la lencería que utilizaría. Al llegar a casa, empecé a empacar mi ropa, todo lo que necesitamos las mujeres, shampoo, perfume, crema para cara y cuerpo cené y me preparé para dormir, necesitaba descansar para el fin de semana que me esperaba.
Por la mañana con todo listo, me fui a la universidad, tomé las clases y me encontré con Alejandro, iríamos al súper a comprar vino y algunas botanas. Mientras estábamos en el súper, llamó Grace y por la cara que puso Ale supuse que algo estaba mal, al colgar me dijo que una hermana de su mamá llegaba de visita. Nuestro plan estaba acabado y además, no podía regresar a mi casa hasta el domingo, porque mis papás creían que estaría en Valle y desde que mi abuela vive con nosotros, mi casa es el último lugar en el que podría tener sexo, mi abuela es bastante entrometida.
Mientras íbamos caminando hacia nuestros autos, se me ocurrió que nos fuéramos a Valle, a Ale le agradó la idea, me dijo que mejor nos quedáramos en un hotel, en lugar de la casa que tiene mi familia allí. Fuimos a su casa a saludar a su tía y solo le dijimos a Grace que Ale iba a pasar el fin con mi familia, en Valle. Mientras él iba por sus cosas, me quedé pensando en la idea del hotel. Algunas amigas me habían contado que preferían ir a un motel (hotel de paso o "corta estancia") por la excitación que producía el temor a que te vean entrar o salir de allí. Cada vez que le pedía a Ale que me llevara a un motel me salía con el rollo de "eso es para putas, mejor en tu casa o en la mía".
Salimos de su casa y en menos de 15 minutos ya estábamos en la autopista México Toluca (los dos vivimos en la zona de Bosques de las Lomas), aprovechando que íbamos en su camioneta fui tocándolo por encima del pantalón, sabía que eso le gustaba y comencé a bajarle el cierre y saqué del bóxer su pene, empecé a masajearlo y poco a poco lo masturbaba, él ya estaba a punto de venirse y al ver que estábamos cerca de la caseta de cobro, guardé su pene y noté que él ya estaba súper caliente. Mientras pasábamos la caseta de cobro le dije a Ale que pasáramos a un motel. Para mi sorpresa aceptó, entramos a Toluca y recordé que una amiga (Tamara) me había contado que una vez fue a un motel sobre la carretera a Valle, así que tomamos la carretera y a menos de 100m vi el motel.
Eran las cuatro de la tarde aproximadamente y había algo de tránsito por la carretera, sentí que todo mundo nos vería entrar, solo recuerdo que llevaba las gafas de sol. En cuanto entramos, la excitación se apoderó de mí, un tipo se acercó a la ventanilla de la camioneta y Ale bajó el vidrio y simplemente nos preguntó "¿Sencilla o doble?" al ver nuestra cara de confusión nos planteó la pregunta en otros términos "¿de paso o toda la noche?". Ale volteó a verme y dije doble, nos cobró los $600 y nos indicó el número de habitación.
La cochera estaba abierta, Ale se estacionó y el tipo de la entrada se acercó, le dio un paquete de condones y apretó un botón para que se bajara la puerta del garaje. Se encendieron las luces y la mezcla de nervios y excitación se hizo más evidente, bajamos nuestras maletas y subimos por la escalera alfombrada, abrimos una puerta y prendimos las luces, tal y como lo habían contado mis amigas. La habitación era grande, el baño en la entrada a la izquierda, con las puertas de la regadera de vidrio, un espejo enorme en el baño y otro más frente a la cama, un tubo de striptease, una televisión, cama King size, dos silloncitos y una mesa.
Ale entró al baño y yo me senté en la cama, prendí la tv y vi a una chavita de mi edad metiéndose un vibrador, estaba pensando en cómo empezar nuestra sesión cuando escuché que tocaban la puerta, me asusté y solo dijeron "soy la camarista traigo las cervezas de cortesía". Las dejaron en un compartimento junto a la puerta, abrí una y empecé a tomar cuando salió Ale.
Nos empezamos a besar, una a una nuestras prendas fueron cayendo y nos recostamos en la cama, yo empecé a besarle alrededor del pene, lo tomé con la mano y lo metí a mi boca, podía sentir que se había lavado antes de empezar, estuve chupándolo como a él le gusta, pasar la lengua por la punta y seguir hasta los huevos, masajear los huevos, chupar la punta mientras con la mano lo masturbo, así hasta que él me avisaba que se iba a venir y me echaba el semen en las pompas.
Para mi sorpresa no me avisó y se vino en mi boca, no me desagradó pero no estaba preparada para recibir su semen caliente en mi boca, me lo tragué todo y me fui a cepillar los dientes (es muy especial, no le gusta besarme después de habérselo chupado). Regresé y me pidió que bailara para él en el tubo, yo no tenía ni idea, pero empecé a moverme lo más sexy que pude, me tocaba los senos y me di cuenta que ya tenía otra erección. Fui hacia él y empezamos a tocarnos, él me tocaba los senos, estiraba mis pezones y comenzó a chuparlos, con su mano empezó a buscar mi clítoris y lo frotaba mientras un dedo se metía a mi concha que ya estaba chorreando. Nos separamos un momento para que pudiera ponerse el condón, se acostó y yo me puse sobre él, lo monté despacio para sentir todo su pene dentro mío, me encanta sentir esa verga tan grande (18cm y gruesa), fui acelerando mis movimientos, él no dejaba de decirme que era una puta, me tocaba las nalgas, y me chupaba los senos, nos separamos y ahora yo me recosté, subí las piernas a sus hombros y me la clavó, la metía y la sacaba rápidamente, yo movía las caderas y no dejaba de gritar, me excitaba ver en el espejo como me estaba cogiendo Ale y además escuchaba los gemidos de la habitación de al lado. Cambiamos de posición, y me puse en 4, Ale no tardó en darme nalgadas provocando que tuviera un orgasmo fenomenal, él se vino poco después que yo.
Abrazados en la cama, nos pusimos a ver la tele y descansamos un poco, pedimos comida y nos la llevaron a la habitación. Estuvimos fajando un rato para después bañarnos juntos, la fiesta de nuestros vecinos seguía, nos divertíamos escuchando a la vecina gritar como loca.
Mientras veíamos una película porno, en la que la protagonista se masturbaba frente a su pareja, Ale me pidió que la imitara. En lo personal, no soy fanática de la masturbación, por qué hacerlo si otros lo pueden hacer? En fin, me quité la bata y empecé a tocarme las bubis, fui bajando hasta llegar a mi pubis que está totalmente depilado, busqué mi botón y lo frote despacio, hasta que empecé a mojarme, luego metí un dedo y después otro más. Ale se acercó y me metió la verga a la boca, tomó mi cabeza y empezó a moverla hasta que se vino, esta vez en mis bubis. Yo tenía ganas de verga y se la volví a chupar hasta que se paró, Ale me puso en 4 y me jaló el cabello, me penetró hasta que sentí sus huevos chocar con mi cuerpo, las nalgadas eran cada vez más fuertes y me gritaba que era su perra, yo solo gritaba por el placer que sentía, los dos alcanzamos otro orgasmo y al terminar, Ale me chupó las nalgas, que ya estaba rojas de tanto golpe que me dio.
Nos volvimos a bañar y dormimos un rato. Por la mañana volvimos a coger y después de alistarnos, nos fuimos a Valle, donde seguimos con nuestro fin de semana. Desde esa ocasión, continuamente fuimos a moteles de la Ciudad de México. Unos meses después Ale y yo terminamos, él se fue a Madrid de intercambio y yo a Boston. Ahora solo somos amigos.