La primera vez de Maria (03)
Lo que iba a ser una placentera siesta, fue una nueva sesión de apasionado sexo.
LA PRIMERA VEZ DE MARIA ( III )
Como ya os conté en las dos primeras partes de este relato, soy un chico de 35 años, que desde hace muchos años me transformo en una mujer elegante y muy femenina siempre que puedo. Como vivo sola y parte de mi trabajo lo realizo en casa, puedo de vivir como mujer muchas horas del día y de la noche, entonces mi nombre es Maria.
En las anteriores partes de esta historia ya es os expliqué las sesiones de sexo que habían tenido lugar el Viernes por la noche y el Sábado hasta el mediodía del fin de semana que estaba pasando invitada por Ricardo en su casa de Tossa de Mar a unos 80 km de Barcelona, terminé el anterior relato cuando nos disponíamos a hacer la sienta el Sábado a eso de las 4h de la tarde. Ahora es voy a contar lo que sucedió.
Estábamos tomado el sol en el césped que rodea la piscina y nos dirigimos hacia la casa, los dos llevábamos puesto el bañador, yo el de color blanco de una sola pieza atado en la nuca que me había comprado por la mañana, ya dentro de casa y en dirección a nuestra habitación yo iba delante seguida de Ricardo, un tanto descaradamente exageraba los movimientos de mis caderas y mi culo. Al entrar en la habitación noté como su cuerpo se pegaba a mi espalda, con las manos me tocaba, acariciaba y apretaba suavemente mis pechos. A través de mi bañador podría percibir perfectamente como su pene que ya estaba rampante pegado a mi trasero, me besaba en la nuca, en el cuello, los dos estábamos muy calientes.
Me di la vuelta para podernos fundir en un apasionado beso, las lenguas entraban y salían de nuestras bocas, buscando de una forma frenética enroscarse con la lengua de nuestro amante. De pie como estábamos fui descendiendo con mis besos por su amplio tórax, besando y mordisqueando sus pezones, al mismo tiempo con las manos le bajaba su bañador, para dejar salir su altivo miembro, que ya estaba apuntando al frente.
Yo, tenia esa maravillosa herramienta de 25 cm de largo delante de los ojos, empecé a lamerla como si de una golosina se tratara, primero el glande, después el tronco, luego los testículos, cuando ya había lamido todo el pene empecé por tragarme el glande, lo lamía, lo besaba, lo succionaba. Poco a poco iba tragándome mas y mas centímetros, notaba sus palpitaciones en mi boca, también notaba como mi pequeño pene estaba excitado, no erecto, pero si húmedo y mi orificio anal estaba empezando a palpitar de placer, pronto necesitaría algo dentro de mi para calmar estas sensaciones.
Ricardo, cariñosamente me ayudo a ponerme de pie, yo con mis manos continuaba el masaje a su pene y sus testículos, nos besamos, me deje llevar por mi macho, me indicó que pusiera un pie encima de la cama, que separara un poco de la cama el pie que tenia apoyado en el suelo y que inclinara el tronco hacia delante, quedando este paralelo al suelo. Me separó hacia un lado la fina tela del bañador, en esta posición mi orificio anal quedaba expuesto a la merced de Ricardo, el cual ya estaba detrás de mi untándose su miembro con vaselina, después con sus manos me iba separando las nalgas, primero note la humedad de la crema en mi ano, después como me acariciaba con un dedo la entrada de mi agujerito, este mismo dedo untado de crema empezó a entrar y salir de mi, yo estaba ya esperando su penetración, mi ano ya estaba abierto, ansioso, se empezaba a acostumbrar a tener relaciones sexuales cada pocas horas.
Noté como su glande se apoyaba en la entrada de mi agujero, poco a poco fue introduciendo la totalidad del glande, esta vez ya no me dolía nada, me tenia sujeta con sus manos en mis caderas. Estaba totalmente dilatada, con sus manos presionó ligeramente mis pechos y pellizcaba mis pezones, yo a pesar de mis prótesis de silicona insertadas en el bañador percibía perfectamente las caricias como si mis pechos fueran de verdad. De una sola, pero lenta estocada introdujo la totalidad de su gran miembro hasta el fondo, que placer, me temblaban las piernas, toda yo estaba vibrando, después empezó un movimiento lento pero rítmico de meter y sacar
Sacaba el pene casi hasta el final, para después de una suave embestida llegar hasta el fondo, yo notaba como sus testículos llegaban a chocar con mis nalgas. Se notaba que Ricardo era un experto, la posición en que me había puesto permitía una penetración muy profunda y muy placentera. Al mismo tiempo me besaba en la nuca, me mordisqueaba las orejas, hasta que me susurró al oído "Ahora, cariño, túmbate en la cama sobre un costado ". Dicho esto me desensartó despacio y me tumbé sobre mi costado derecho, Ricardo se instaló a mi espalda, yo le permitía que me indicara los movimientos que quería que yo hiciera. Tenia su brazo derecho por debajo de mi cuello y con la mano me acariciaba de forma alternativa mis pechos, con la mano izquierda me levantó mi pierna izquierda un poco flexionada.
Esto le daba una buena perspectiva a mi agujero anal, de un solo empujón, pues mi ano ya estaba totalmente relajado, me penetró hasta el final, empezando un constante movimiento de mete y saca, los dos empezamos a acelerar nuestra respiración, jadeábamos, estábamos a punto de tener un orgasmo simultaneo. Nuestros cuerpos se tensaron, noté como su miembro se tensaba hasta del máximo, entonces empecé a notar como chorros de liquido caliente se introducían en mis entrañas, en este momento me sentía la mujer mas feliz del mundo, al mismo instante, mi aprisionado y casi flácido pene tenia unos pequeños espasmos expulsando un poco de liquido seminal que quedo en el bañador,
Ricardo perdía la erección de forma muy lenta, lo que hacia aumentar mi sensación de placer, y así nos quedamos, con su miembro dentro de mi y su cuerpo pegado a mi espalda, nos dormimos en una bien merecida siesta hasta las 7 de la tarde, lo que pasó luego será motivo de otra parte de este relato que ya os contaré.
Si tenias ganas de comentar alguna cosa de mis relatos o de mi persona os espero ansiosa en mi e-mail.