La primera vez de Maria (02)

Continua el fantastico fin de semana de Maria con un hombre.

LA PRIMERA VEZ DE MARIA ( II )

Como ya os relaté en la primera parte de esta narración, yo, Maria, había pasado mi primera noche con un hombre, que me hizo sentir plenamente feliz y me hizo sentirme una mujer de verdad.

Al despertarme en la mañana de Sábado, lo primero que sentí fue la respiración rítmica de alguien a mi lado, era la respiración de Ricardo, mi hombre, fue una sensación muy agradable.

Me giré hacia el, despacio, lleve mis manos hasta su miembro que ahora estaba flácido, descansaba de la guerra que dio en la noche anterior, lentamente introduje su miembro en mi boca, sin dificultad, pues ahora debía de medir solo unos 10 cm, con mis caricias con la lengua y otras caricias con las manos en sus testículos, su pene despertó rápidamente, lo sentía crecer dentro de mi boca, al poco, ya estaba en forma, con sus esplendorosos 25 cm de largo, así ya no me cabía en la boca, empecé a lamer el glande, a besarla de arriba a bajo, pasar la lengua por todo la longitud del mástil, de la punta a la base.

Ricardo ya estaba despierto, pero continuaba en la posición de tumbado sobre sus espaldas en la cama, me dejaba hacer a mi, y yo continué con la espléndida mamada que le estaba haciendo a toda la extensión de su inmenso pene, la punta palpitaba y estaba muy lubricada por mi saliva y por sus propios fluidos preseminales.

Sin permitir que Ricardo cambiar de posición, me lubriqué a fondo mi ano con vaselina. Vaselina que tan bien había hecho su trabajo la noche anterior.

Con los pies planos encima de la cama, uno a cada lado de sus caderas, flexioné las rodillas y me fui sentando encima de Ricardo, hasta notar que la punta de su mástil rozaba mi sexo, entonces el me susurró " Cielo, ponme un preservativo antes de penetrarte". Pero, yo, que sabia que podía confiar en el, le respondí "No cariño, no es necesario, no creo que me dejes embarazada y además quiero que llenes mi culo con tu preciada leche".

En esta posición pronto me di cuenta de que era yo quien controlaba el ritmo de la situación. Muy despacio fui flexionando mas las rodillas. Noté como una parte de sus 25 cm iba entrando dentro de mi, me dolía pero también me daba placer, estuve unos pocos minutos con la mitad de su miembro emn mi interior, dando tiempo a que mi esfínter anal aceptara el diámetro del pene de Ricardo, después, de un solo golpe me deje caer encima de el, permitiendo que me ensartara de una sola vez hasta el final, note sus testículos junto a mi ano.

Dios , que dolor..., pero al cabo de unos 5 minutos el dolor fue disminuyendo, mi ano se había acostumbrado a estar atravesado por una herramienta de tan importante tamaño.

Entonces suavemente, lentamente, empecé a subir y a bajar mi cuerpo, para que su miembro gozara de un movimiento de entrada y salida, ahora ya no sentía dolor, solo sentía un inmenso placer, después las subidas y bajadas fueron ganando velocidad, mi cuerpo subía hasta solo dejar la punta de su glande dentro de mi y desde aquí me dejaba caer para me ensartara toda su herramienta de un solo golpe

Al cabo de unas cuantas de estas embestidas bestiales, note como el cuerpo de Ricardo se tensaba, anunciando un próximo orgasmo, en el mismo momento noté como de mi pequeño y casi flácido pene salían unos chorritos de leche, simultáneamente Ricardo tenia un orgasmo dentro de mi ano-vagina. Noté como sus chorros de caliente leche invadían mis intestinos de una forma salvaje, me sentí llena, fue fantástico, era el segundo orgasmo simultaneo que compartíamos en pocas horas. Este fue mejor que el anterior, pues al no haber usado preservativo, note mucho mejor su penetración y su eyaculación en mi interior,

Estuvimos un buen rato en esta posición, puesto que después de haber eyaculado, la erección de Ricardo no disminuye del todo, permitiendo quedarnos fundidos en un romántico abrazo y con mi culito aún penetrado.

Después nos ducharnos, teníamos que ir al pueblo, Ricardo me dijo que me esperaba en el coche mientras yo me vestía. Quería estar muy guapa. Me puse un body con ligueros de color blanco, medias de color marfil y zapatos de unos 4 cm de tacón de color blanco. Un vestido estampado de colores blanco y rojo muy primaveral y sobre todo muy femenino. Bien maquillada y bien peinada. El pelo es el mio natural, pues lo tengo bastante largo y solo lo he de peinar de forma femenina. Algunos anillos, pulseras, pendientes y con collar de perlas de 3 vueltas completaban mi vestuario

Salí de la casa en busca de Ricardo, al verme dijo " Cariño estas guapísima, vamos sube al coche que quiero comprarte unos regalos". Yo tambén quería comprarme un bañador, pues aunque aún es primavera, quería tomar un poco el sol en la piscina de "nuestra " casa.. Estuvimos paseando por el paseo marítimo cogidos de la mano como dos enamorados. Entramos en una boutique que tenían ropa de buenos diseñadores y complementos muy bonitos y de muy buenas marcas. Encontré un bañador blanco que me quedaba divino

Ricardo insistió en que me probara un par de vestidos que el escogió, uno era de gasa de color negro, de noche de DKNY y el otro era un vestido ajustado de color blanco y rojo de Armani. Insistió en regalármelos, también me regaló unos zapatos a juego para cada vestido. Me quedé con un par de color negro de raso de unos 12 cm de tacón para el vestido DKNY ( imposible andar con ellos sin ir de la mano de un hombre) y un par de mules de color rojo de unos 8 cm de tacón para el otro vestido

Volvimos a casa e inmediatamente que puse el bañador blanco y unas sandalias también blancas de 5 cm a juego. Con mis prótesis de silicona dentro del bañador y mis atributos masculinos bien sujetos por un mini , pero muy apretado tanga debajo del bañador estaba radiante y hermosa.

Hacia el mediodía comimos al lado dela piscina algo que había preparado Ricardo amablemente. Después de comer entramos en casa para hacer una siesta, pero pronto me di cuenta de que no iba ser una siesta cualquiera, iba a ser una nueva sesión de sexo, pero esto os lo contaré en una nueva entrega de la narración de mi romántico fin de semana.