La primera vez de los primos.

Belén y Ginés tienen su primera expiencia sexual mientras su abuela fantasea con historias de romanos.

LA PRIMERA VEZ DE LOS PRIMOS.

Estos relatos pertenecen a la serie “Deseos en Familia”, siendo el capítulo 3 de dicha historia.

La  nieta: Belén. El debut sexual.

Belén camina nerviosa y feliz hacia la casa de Juan. Va a debutar. Ha tenido que  encontrar una disculpa para dejar a la familia en la playa y poder ir a reunirse con su amor. Decidió  decir que había  quedado con él para acompañarle  a comprar  un regalo para su madre. Estaban tan entretenidos en tomar el sol, bañarse y charlar que nadie pareció hacerle caso, solamente su abuela le recordó que intentara volver a almorzar, y que trajera a su amigo para que no comiera solo.

Juan le espera en la el jardín, ella le mira y siente derretirse, es tan guapo y tan viril, que querría dar un salto para caer en sus brazos.

Se besan dándose un piquito y la toma de la mano para entrar en la casa. Una vez cierran la puerta estallan. Se funden un abrazo lujurioso, los labios y las lenguas pelean con pasión y las manos recorren los cuerpos sobre la ropa. Belén siente contra su pubis el miembro erguido del muchacho. Se restriega contra él.

-“Sos adorable. Déjame verte bien”- le dice Juan cuando se despegan. El traje de baño muestra una enorme erección que parece querer romper la tela.-“ Mira como me has puesto”- continua señalando el duro bulto que se levanta orgulloso.

- ¿ Qué quieres que haga? No lo he hecho nunca. Enséñame vos”- le pide Belén , excitada pero a la vez tímida. Quiere que su amor la guíe. Y se pone en sus manos, para realizar sus deseos que también son los suyos.

-“Desnúdate.”-

La muchacha lo hace nerviosa, pero intentando imitar alguna de las escenas que ha visto en la tele. Primero la camisola, después el corpiño del bikini. Sabe que tiene unas lolas espectaculares, grandes, erguidas. Las típicas tetas que los chicos se vuelven a mirar, y que las amigas miran con envidia.

Los pezones están erectos por la excitación. Se baja la bombachita, y se queda parada ante Juan. Tiene el vello recortado en un pequeño triángulo.

- “ Ven.”- le ordena el joven, bajándoseel traje de baño y mostrando su dura verga en alto, orgullosa de su fuerza.- “ ¿ Quieres aprender bien?”

-“Sí, haré lo que me digas”- Juan la ve entregada, rendida, dispuesta a satisfacerle en todo.

Si lo hacemos ahora, me voy a ir enseguida. Así que primero chúpamela y después de que suelte la primera leche, y vos estés más caliente, lo hacemos. Anda, ven a la cama.”

Van al dormitorio de los padres, sobre la cama, Juan ha colocado una toalla enorme, en la que se tumba con la pija apuntando al cielo. La joven se sienta en el borde y acerca sus labios gordezuelos al arma jugosa. No sabe cómo hacerlo, pero quiere darle la mayor felicidad a su novio. Agarra el vástago con su puño, abre la boca y va introduciendo la polla  despacio, tiene miedo que le den arcadas. Cierra los labios y empieza a mover la cabeza arriba y abajo. Tiene los ojos cerrados, se concentra en lo que está haciendo. Se nota excitada. Le gustaría que él la acariciase, pero sólo le sujeta a cabeza con una mano para que no pare.

“ ¡Qué bien lo haces! ¡Sos una maravilla!Sigue así….asiiiií…. voy a soltar la leche…..trágatela…”

Los empujones del miembro del chico queriendo llegar al fondo de su garganta se ven limitados por la mano de la muchacha que le tiene agarrado, a pesar de ello, siente una arcada cuando el semen golpea en su boca. Piensa que gracias a Dios, se ha controlado, si llega a vomitar, hubiera quedado como una niñata. Orgullosa levanta  la cabeza y le mira a los ojos.

Las manos de Juan buscan sus pechos, los acaricia al principio, pero poco a poco la presión es mayor. La toca la concha, mete un dedo. Belén se da cuenta que el pene del muchacho ha vuelto a enderezarse y a ponerse duro.

La lleva ante el espejo del dormitorio, la lujuria se dispara al verse desnudos, la joven desea que la posea.

-“Ponte en cuatro”- ordena Juan. Ella no le entiende. – “ Como una perrita, mirando hacia el espejo. Así te va a gustar más.”-

Obedece, le da vergüenza verse, pero al tiempo la excita. Espera ansiosa, devorando con los ojos el cuerpo atlético de su novio. Éste, tras ella, con la verga en alto, se acerca a la puerta del sexo. Apoya la punta, los labios íntimos se abren para recibirle. Nota como entra y de pronto, un dolor , un desgarro, gime, ha debutado, su himen se ha roto, está feliz, desea que siga.

Y sigue, cada vez con más fuerza, más rápido, le gusta, se siente mujer  con él dentro, jadea, va avanzando hacia ese punto de no retorno que ha experimentado cuando se masturba. Le excita aún más las palabras de Juan

mi amor…. mi niña….mi putita…” , saberse eso su putita la vuelve loca, va a estallar, los embistes del hombre son muy rápidos, muy profundos, se da cuenta que está soltando la leche, a ella le queda un poco, se mueve deprisa, quiere llegar, empieza……

El se retira, ella no ha acabado y jadea.

- “ Ha estado maravilloso. Me has vuelto loco.  Te has ido, ¿ verdad?. Voy a lavarme la pija , que le tengo con tu sangre”

“Sí, he terminado.” - Miente , cuando ve que entra en el baño, sus dedos buscan su clítoris inflamado y se acaricia hasta que se queda satisfecha.

Le ha gustado mucho se siente frustrada, tres veces ha estado a punto y no ha llegado con él. Recuerda una frase de Mariela, una compañera de colegio: “ la mayoría de las veces te gusta , pero no te vienes, los chicos no saben hacernos llegar.”

-“Belén , ¿ por qué no te lavas la concha  y vamos a comer con tu familia que me han invitado?”

La  abuela: Susana. Fantasía romana.

Debo ser una obsesa sexual, no es normal que a mis años , me apetezca coger tanto. Es que me ponen caliente muchas cosas y me lío a fantasear y me entra una necesidad de tener sexo, que gracias a dios que mi marido es un cumplidor, sino me tendría que pajear como cuando era adolescente.

Me ha puesto Juan, el noviete de mi nieta, es un yogur pero musculoso. Y además se le marca un paquete delicioso en el bañador. Cuando le veía comer me apetecía violarlo. Bueno, mejor usarlo como si fuera un esclavo y yo una señora romana, un poco como en Spartacus. Le habría comprado en el mercado tras examinarle bien sus atributos, tacándolos con mano experta, él tendría que estarse quieto, pero no había podido evitar empalmarse con mi exploración. Le llevaría a la casa y le ordenaría que se desnudara, así tendría una buena vista de su cuerpo. Le mandaría bañar, no mejor que estuviera sucio, con olor a macho, después yo me sacaría la toga y quedaría en cueros ante él. Seguro que tendría la minga parada, pero la tocaría para comprobar su dureza, la querría más dura , así que le mandaría que se pajease hasta que yo se le dijera que parara. Después se la volvería a palpar , debía estar como una piedra. Le empujaría hasta que quedara tumbado en el suelo con la polla en alto, yo pondría un pie a cada lado de sus muslos y despacio me lo ensartaría. Seguro que me llenaba toda la vagina. Entonces me movería arriba y abajo , primero despacio y luego deprisa hasta que me soltara la leche. Pero la dejaría dentro. Haría que me mirara mientras yo me acariciaba, se le volvería a poner dura, a los jóvenes se recuperan enseguida, y lo volvería a follar.

- “ Mamá, se te ve un poco distraída. ¿Estás bien?”- me pregunta mi hijo.

- “Tengo un poco de sueño. Debe ser el sol y la cerveza. Creo que me voy a casa a acostarme un poco……Gabriel ¿me acompañas?”-

- “ A mí también me conviene un poco de descanso, el trote en la playa me ha dejado …”-

Lo que te ha dejado es caliente, pienso para mis adentros. Se ha ido a acompañar a mi nuera, que  le pone y ha vuelto con espíritu juvenil. Ahora me toca aprovecharlo a mí. Seguro que nos echamos un polvito de los lentos.

El nieto: Ginés. No podía creérmelo.

El almuerzo ha sido largo y pesado, yo he comido una milanesa. Mi tía estaba contenta, se reía, y hablaba con Juan, el noviete de mi prima, me ha puesto celoso, creo que coqueteaba con él, el cerdo no le quitaba los ojos de encima, y era para no quitárselos, con el bikini que lleva parece que está desnuda.

Bajamos a la carpa, hace calor, mamá , la tía , el tío y yo nos vamos a dar un baño, mi padre se queda sentado leyendo una novela.

Parecemos dos parejas, el tío Sebastián juega con mi madre a saltar las olas, yo aprovecho cualquier oportunidad para rozarme con mi tía. Lo mejor es que a ella parece no importarle. Le toco un par de veces el culo, y se ríe, yo no saldría del agua. Es mi madre la que emprende la vuelta a la arena.

Belén y Juan han desaparecido, seguro que se han ido a meterse mano, se besan y se acarician en cuanto pueden y creen que nadie les ve.

- “Hermano, hay que ir a comprar pescado para la cena. Papá nos los quería hacer a la plancha y también hay que algunas cosas más del súper .”-

  • De acuerdo, nos damos una ducha y vamos antes de que se acabe la pescado fresco.  Sabes liarla , hermanita, con lo a gusto que estoy yo con mi Juego de Tronos.”- contesta mi padre sin  muchas ganas. Para comprar pescado fresco como le gusta al abuelo, hay que ir a un pueblo cercano y llegar antes de que se acabe.

- “Ginés, vente con nosotros”- me pide mi tía, mientras se levanta , agarra su bolsa y sube hacia los baños.- “ Os espero a la salida de las duchas”-

-“ Donde hay capitán, no manda marinero. Anda , vamos.”- me dice mi padre.

Bajo el agua, nos quitamos la sal, los dos nos ponemos mallas secas y salimos. Apenas tenemos que esperar a mi tía. Está preciosa con una túnica de colores que le llega por encima de la rodilla, el pelo en una cola, sin pintar. Al ir hacia el coche me doy cuenta como se le mueven las tetas, no lleva corpiño, siento que se me pone dura la polla. Es un espectáculo como bailan suavemente al ritmo de su andar.

En el coche me siento atrás. Intento mirar por el espejo retrovisor las lolas de mi tía pero no puedo. Llegamos a la pescadería, bajamos, al trasluz su cuerpo se ve en toda su perfección. No ha llegado la pesca del día, tardará un poco más de media hora.

- “ Genaro, por qué no te quedas en la confitería de enfrente ,te tomas un café, sigues con tu libro , mientras Ginés y yo vamos al súper”

Mi padre acepta encantado dándole las llaves del coche a mi tía que me toma de la mano y me lleva con ella.

Cuando se pone el cinturón de seguridad y se le marcan las tetas con toda nitidez no puedo dejar de mirar embobado. Ella no dice nada, cuando al conducir se le sube la túnica casi hasta el final de los muslos. Llegamos al súper, hacemos las compras , no son muchas, me toca llevarlas a mí. Tengo un nudo en la garganta, me he dado cuenta que no lleva bombacha, y no sé cómo disimular la erección que tengo, lo hago con las bolsas de la compra.

Al volver al coche y sentarnos, el tamaño de mi polla dura no se puede ocultar quiere romper el traje de baño. Me mira , se sonríe y arranca. En vez de volver directo a la pescadería donde nos espera mi padre, se desvía llegando a una zona de arbolado. Para el coche.

- “ Así no puedes volver con tu padre.”- me dice mirando el bulto de mi verga a punto de estallar. No sé que decir.

-“ Deja que te ayude.”- No puedo creerlo, sus manos tiran del bañador dejando al aire mi polla que se yergue orgullosa.

Se escupe en la palma derecha y me la agarra. Empieza a moverla, sólo tiene en su mano la mitad superior , no veo mi glande tapado por su puño. Me la menea a un ritmo delicioso, ni rápido ni lento, una sacudida por segundo.

- “Cuando vayas a soltar la leche, avísame. No querrás manchar el coche de tu padre.”- mientras me lo dice rebusca en su bolso hasta que saca el top de l bikini.

Parece como si lo hubiera adivinado porque me veo obligado a casi chillar:

-“ No aguanto más”-

Ella acelera el ritmo y acerca el pedazo de tela a la explosión que como un volcán me llega. Suelto la leche como si fuera lava, veo que se queda en su mano y la prenda, casi me desmayo de gusto.

- “¿ Te has quedado bien? ¿Te queda algo dentro?”-

-“Estoy perfecto. ¡Qué gusto más grande!”- Es todo lo que se me ocurre decir.

-“Pues límpiame la mano”- me acerca su mano llena de semen a mi boca. Chupo, lamo y tengo que tragarme mi leche. Cuando acabo, ella me da un beso en los labios.

- “Métela dentro y vamos a buscar a mi hermano……Sobrinito, sobrinito….Me parece que necesitas unas cuantas lecciones…de sexo”

La obedezco , me guardo la polla deslechada en el traje de baño y pienso que tengo una suerte loca.