La primera vez con Marta (2)

Un amante o admirador de la mujeres y una escritora de relatos eróticos se conocen a través de la red. Un encuentro explosivo, sexo, pasión, desenfreno a tope. Segunda entrega.

Continuación de: MI PRIMERA VEZ CON MARTA – PARTE 1ª.

Para poder entender y meterse en el relato antes se debe leer la primera parte.

2ª. PARTE

Tras el primer apasionante y desenfrenado polvo nos metimos en la bañera de hidromasaje. Conectamos las burbujas comenzamos a jugar acariciarnos mutuamente, enjabonarnos por todos lados, hasta que la situación se fue poniendo a punto para un nuevo combate, en el anterior me toco perder, ella dos yo sólo uno. Dependiendo de cómo se miré, igual, el que gano fui yo, eso me permitiría poder darle más placer si cabe en las siguientes horas, me quedaría algo más de reservas que si las hubiese agotado todas en el primer asalto.

Tras estar un rato de juegos la senté en el borde de la bañera para hacerle una comida de coño, siempre me ha gustado para comerme un coño que esté reluciente, recién lavadito y si es posible con poco vello o ninguno. El que tenía ante mi en esta ocasión, estaba recién afeitadito y pidiendo que me lo chupase a gritos. Antes de comenzar relatando la comida les voy a exponer lo que tenía ante mi, aunque un coño es un coño, no todos son iguales. Era pequeño, no de esos de labios alargados que parece que entra un puño y no se inmuta, de ahora ya se porque presionaba tanto mi polla en el combate anterior, un coño oscuro con los labios prominentes, así como los de una negra, pero entre las piernas. Un pequeño botoncito que colgaba de su parte superior, al que se fue directamente mi lengua a darle unos golpecitos de castigo o de agradecimiento, vaya usted a saber, tras los toquecitos al clítoris me dedique a pasar la lengua a lo largo de los labios, mientras le abría la vulva y pugnaba por meter la lengua lo más adentro que podía. Se dejó ir de espaldas en sobre la amplia repisa que había en ese lateral de la bañera, ahora ya se para que la habían puesto ahí, abriendo las piernas y dejando su coño abierto presto para que le hiciese lo que me apeteciera en todo momento. Desde este lugar especialmente privilegiado, ahora podía penetrar con mi lengua en lo más profundo, con mis dedos acariciaba lo que no ocupaba la lengua, con los labios le chupaba el clítoris en lo que la follaba literal y materialmente con los dedos, intercambiando dedos, lengua, mano, labios, …, todo lo que podía para hacerla gozar, sentirla disfrutar del trabajito que le hacía con la esperanza de ver compensados mis esfuerzos en una nueva y brutal corrida que no tardaría mucho rato en llegar.

Sus manos comenzaron a apretujar mis cabellos, a tirarme de ellos y a apretar mi cabeza contra sus bajos para que le diera más y más gusto, mayor y mejor placer. Con las manos me dirigía los movimientos de la cabeza, mientras comenzaba a mover las caderas y el culete, buscando una mayor actividad de la pelvis que la ayudase a disfrutar lo más posible de la comida que le estaba dando. Terminó tirándome de los pelos y enterrando mi cabeza en medio de sus piernas, sus muslos presionaban mis orejas y ya pensaba que iba a morir ahogado sin remedio cuando comenzó a correrse, se quedó completamente quieta, con los muslos apretando mi cabeza, creo que sólo movía los labios del coño o se los movía yo con la lengua, no lo tengo muy claro, pero creo que era lo único que se movía, los labios de su coño y mi lengua con ellos, buscando penetrar en su coño, castigar su clítoris, mojar su labios. Más creo que ella se mojaba más que lo que la mojaba yo, sus jugos vaginales fluían al exterior se mezclaban con mi saliva y aquello cada vez estaba más y más mojado, era normal, se estaba corriendo de una forma explosiva y las grandes corridas van acompañadas de gran cantidad de flujo. Al final me dejó libre, casi estaba sin resuello, esto hace pensar si en algunas ocasiones no cometeremos imprudencias que pueden llevar a un accidente a casi perder la vida,..., por saborear un coño

Abandone mi privilegiado lugar tiré de ella para sentarla y besar su boca, me devolvió el beso con fuerza mientras sus manos se apoderaban de mi polla, me la comenzó a acariciar, a jalar, a pajearme de todo un poco, mientras nos besábamos, dejó de besar mi boca y dirigió su cara a mi polla, me puse completamente de pie dejando la polla a la altura de su cara, comenzó a pasar la lengua por la punta, jugueteando con el hilillo de liquido que comenzaba a salir por ahí, luego enroscó la lengua y siguió lengüeteando el capullo, pasaba la lengua por alrededor del capullo, se lo tomaba con tranquilidad y delicadeza, punto por punto y sin dejar nada sin pasar la lengua, terminó su recorrido lingüístico con la parte trasera del capullo, en este punto yo sentía calambres, escalofríos y no se que sensaciones más. Creo que hay pocas cosas que te hagan sentir más hormigueo interior que una buena pasada de lengua por la parte donde el capullo termina, debe ser la zona más sensible que tenemos los hombres. Mientras sus manos sobaban mis huevos y acariciaban la base de la polla, yo estaba alucinando en colores, pocas veces me lo habían realizado con tanta parsimonia, tanta delicadeza y tanto oficio. El oficio en estos asuntos es saber dar y recibir el placer con la mayor sensibilidad posible, su oficio siguió unos minutos hasta que decidió que era hora de comérsela toda. Abrió su boca y se la engulló casi entera, comenzó a chupar y un mete y saca rápido que me hizo ver más que estrellitas, se la metía y sacaba de la boca a una velocidad increíble, luego se detenía y se la comía de lo más lento, lentamente, con la mayor parsimonia del mundo, pasaba de un estado a otro sin darte tiempo a tomar el gusto a lo que estaba haciendo. Cuando estabas disfrutando de lo lento, comenzaba rápido y a viceversa, cuando estabas en lo rápido se volvía parsimoniosa, creo que lo que intentaba era alargar al máximo mi corrida, con dos fines, uno que pudiese disfrutar más, aunque creo que era de las personas que disfrutan haciendo disfrutar y, el otro, que mis huevos se cargasen al máximo de leche para que le diese una abundante ración de ella. A esta conclusión llegué en unos minutos, cuando abandono la mamada y comenzó a frotarse la polla por sus pechos, por los pezones, el centro de ellos, por todos lados, terminó tendiéndose sobre la repisa de la bañera y llevándome tras de si me hizo arrodillar de forma que mi polla quedase en medio de sus pechos.

Apretándolos con fuerza dejó mi polla prisionera en medio de ellos, una auténtica cubana, mientras me pedía que me moviese en vaivén como si la estuviese follándo, su lengua iba directa a la punta de mi capullo, unas veces con la lengua otras con los labios a cada vaivén me esperaba su boca, correte sobre mis pechos, me decía. A los pocos minutos sin poder aguantar más, la cosa me gustaba mucho, pero hay un límite al aguante del placer, por lo menos para mi, y, sin posibilidad de poder alargar más la cubana, terminé corriéndome sobre ella, unos chorros sobre su pechos, otros a su cara, a pesar de que con sus manos intentaba dirigir los chorros sobre sus pechos, algunos fueron a su cara.

Terminó chupando la última gota que pugnaba por salir, la que ya no quedaba fuerza para disparar y sale un poco a ver que hay por ahí fuera, sin saber si se queda en la puerta mirando o si se deja caer al abismo. Tras esto ni corta ni perezosa comenzó a pasar su lengua por la parte de los pechos donde alcanzaba, sorbiendo y chupando los restos de leche que había en ellos, la dejé con su labor y me tendí en la bañera a recuperar fuerzas. Pues "no sentía las piernas", no tardo mucho en acompañarme al interior de la bañera y volvimos a los mismos juegos que al inicio con el fin de conseguir una relajación total. Relajación y recuperación, que todo hay que decirlo, las mujeres, no tanto, por lo menos la mayoría, pero los hombres necesitamos un periodo de recuperación tras un encuentro sexual.

Entre unas cosas y otras ya habían pasado varias horas y se acercaba la hora de la cena. Había que salir a cenar, una abundante cena, cargada de proteínas, vitaminas,…, que ayudase a recuperar fuerzas para lo que quedaba, toda una noche, …, pero eso será para la tercera entrega.

Bueno espero que haga sido de su agrado la lectura de la segunda entrega y que estén deseando recibir la tercera, será en unos días, tiempo al tiempo, que para todo se necesita…, hasta para practicar lo más sabroso que existe, el sexo, se necesita tiempo

Espero sus comentarios y demás en mi correo. A las mujeres que os apetezca agregarme al msn con el fin de charlar, comentar,…, …, en fin, pasarlo bien si surge la ocasión, os espero.

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