La primera vez

Me acababa de llamar de recepción que ella había llegado, así que deje la puerta un poco abierta y me senté al fondo de la habitación en penumbra, no tardé en oír cómo se abría el ascensor y unos pasos claramente de tacones se acercaban. Después unos toques de llamada en la puerta certificaron su presencia.

Me acababa de llamar de recepción que ella había llegado, así que deje la puerta un poco abierta y me senté al fondo de la habitación en penumbra, no tardé en oír cómo se abría el ascensor y unos pasos claramente de tacones se acercaban. Después unos toques de llamada en la puerta certificaron su presencia.

  • Pasa - le dije

Ella avanzó tímidamente y cerró la puerta tras de sí

  • Buenos días señor - dijo con algo de timidez
  • Buenos días perra, avanza hasta un paso de la cama y quédate frente a ella, manos a la nuca y piernas abiertas.

Dejó su bolso en una silla y con rapidez se situó donde y como le dije

  • Bien cerdita, ya sabes porque estas aquí, eres un desastre de aprendiz, no atiendes a tu señor como tu propia entrega te exige, y aún crees que puedes hacer las cosas cuando y como te apetece. Pero hoy vas a saber cual es tu sitio.
  • Si señor

Al acercarme a ella olí su perfume y vi sus nervios mientras me miraba

  • Manos a la espalda
  • Si señor

En cuanto lo hizo la agarre fuerte de su pelo haciendo que su cabeza quedara mirando al techo.

  • A ver, en esa posición a donde debes mirar
  • Mirar abajo

Tal como estaba mi otra mano cayó sobre su mejilla dejado a su paso una sonora bofetada

  • A ver, en esa posición a donde debes mirar
  • Mirar abajo - dijo - me dijiste que al suelo

Otra bofetada cruzó su piel

  • Mirada abajo señor, perdón señor
  • Bien - dije, mientras mi mano forzaba su cabeza a mirar al suelo

  • Estas muy acostumbrada a desoír todo lo que te enseño, o a interpretarlo como más te conviene, y hoy vas a empezar a sentir que pasa cuando no cumples como debes. Después del tiempo que llevas aprendiendo podrías ser una sumisa excelente pero solo eres un trozo de carne sin más uso que el castigo. No sabes ni lo que eres, ni donde estás, eres lo más bajo que se puede ser en este mundo, con el deseo pero sin la actitud. Y cómo has venido hoy saldrás de aquí como una vainilla más o como una perra disciplinada. Dime, ¿cómo vas a salir de aquí?

  • Como una perra disciplinada señor.
  • Ya lo creo que vas a salir así, desabrochate tres botones de la camisa

Con las manos hechas un flan le costó atinar a sacar los botones del ojal pero al final dejando su camisa entreabierta volvió a poner sus manos a la espalda.

  • Mu bien cerdita, de momento tu falta de educación de antes te va a costar el sujetador, voy a coger unas tijeras y lo voy a cortar, así que hoy saldrás de aquí con esas ubres sueltas bajo la camisa
  • No por favor, eso no - dijo llevando sus manos sobre la abertura de su camisa
  • Largate de aqui - le dije alejándome y volviéndome a sentar al fondo de la habitación

Quedó como pensativa un rato, pero llevo sus manos a la espalda y aun tardo un rato en reaccionar.

  • Perdón señor, le pertenezco y puede hacer conmigo y con mi ropa lo que desee. Lo siento mucho señor, su puta gorda está a su servicio.

Sabía lo mucho que le disgustaba esa coletilla, su sobrepeso era un bloqueo constante en su vida y por supuesto en su devenir como sumisa, y oírlo de su boca me hizo entender que estaba dispuesta a seguir con todas las consecuencias.

Me levanté, cogí las tijeras y corté primero la parte central de las dos copas y después los tirantes y si delicadeza estiré la prenda hasta que quedó en mis manos. Después seguí cortando hasta que la prenda quedó a sus pies como un conjunto de retales totalmente inservibles.

  • Eso voy a hacer contigo, te voy a desmontar para volver a montar como yo deseo, y no esperes de mi nada mas que mis deseos, porque si me sirves, solo estaras para atenderlos.
  • Si señor, estaré solo para sus deseos
  • Bien, ve al bar y traeme una botella de agua - le dije acercándole un billete - y por supuesto nada de abotonarse la camisa. Además en cuanto estés en el bar vas a hacer una videollamada y comprobare que realmente vas como te digo

La vi dudar, pero tuvo consciencia de que era un deseo que tenía que cumplir y se dirigió hacia la puerta con indecisión pero sin detenerse.

No tardó ni tres minutos en llamar

  • Hola cerdita, ya has pedido la botella
  • Si, me estan cobrando
  • ¿no se te olvida algo?
  • Me están cobrando señor
  • Desabrochate otro botón
  • Perdón señor, lo siento señor, no por favor
  • Dos, o lárgate
  • Si señor
  • Y quiero ver como lo haces

Como estaba pegada a la barra disimuladamente desabrocho los botones, y si antes la abertura estaba a la altura del sujetador, ahora ya rondaba por debajo de sus tetas.

  • Muy bien zorrita, que pareces así
  • Una puta, señor
  • Lo que vas a ser entre otras muchas cosas, y ahora cuando te den las vueltas vas a poner el móvil enfocando a tus ubres y te vienes
  • Si señor

Oi como el camarero le devolvía el dinero, y contemple como en el camino de vuelta el movimiento exagerado de sus tetas dentro de la camisa y cómo de vez en cuando ralentizaba el paso sintiendo como hacia lo posible para que no se salieran de aquel delicado escondite.

Cuando  llegó vi su rostro ruborizado y su respiración algo desbocada pero se acercó a mí y me dio la botella y el dinero.

  • Vuelve a tu posición - le dije sin prestarle atención, abriendo la botella y bebiendo un trago.

La observé durante un rato, al principio le costó tranquilizarse pero poco a poco comenzó a sentirse observada, y no paraba de realizar pequeños movimientos de su cuerpo pero sin mirarme. La cosa cambió cuando oyó que me levantaba.

  • Menuda paja se hará el camarero recordando la puta que ha ido enseñando los melones a la barra - le dije mientras metía la mano dentro de su camisa y cogía con fuerza una de sus tetas.
  • ¿te gusta ser una puta exhibicionista?
  • Me gustara lo que mi señor desee que sea - dijo después de unos segundos
  • Por supuesto perra, ven - le dije dirigiéndome a la puerta de la habitación.
  • Abre la puerta
  • Por favor señor - dijo mirándome - pero con mi mirada solo tardó un par de segundos en abrirla
  • Ponte en la puerta cara al pasillo en la misma posición que antes

Miro a un lado y al otro y cumplio lo que le pedia

  • Sabes cerdita - le dije metiendo mi mano por debajo de la falda, y llegando a su sexo desde atras encontrandolo inundado de flujos y acariciandolo - como dijiste, lo que yo quiera, aqui estas disfrutando con tu coño chorreando como una perra en celo, eres una guarra y lo sabes, y yo te voy a hacer mas todavia, termina de desabotonarte la camisa

Lo hizo con mucho temblor de mano pero al final su camisa quedo abierta y mientras seguia martirizando su sexo mi otra mano comenzó a sobarle las tetas sin ningun tipo de recato dejandolas totalmente descubiertas. Sentía como su cuerpo se estremecía cada vez más y su respiración se hacía más caótica.

  • ¿quieres correrte?
  • Si señor, por favor señor
  • ¿te lo mereces?
  • Solo merezco lo que mi señor desee
  • Muy bien cerdita - dije parando el tratamiento que le estaba dando - desnudate
  • ¿aquí? - Dijo con cara sorprendida

No llego ni a reparar en mi mirada. Dejó caer su camisa y desabotono su falda dejándola caer a sus pies, mirando nerviosa a los dos lados del pasillo. Cogí su ropa y la lancé dentro de la habitación.

  • Que pensarían tus hijos, tu familia, tus amigos, la mujer decente y respetable con sus carnes desnudas a la vista de quien pueda pasar, y aun así mojada como una guarra salida.
  • Por favor señor - dijo suplicando
  • Masturbate
  • Dios -dijo poniendo su mano sobre su sexo y haciendo sonar su sexo con un delicioso chapoteo
  • Eres una guarra
  • Soy su puta guarra señor - susurro retorciéndose
  • Si perra, lo eres, haciendo temblar tus carnes en medio de un pasillo como una vulgar salida
  • Si señor, por favor señor
  • Dime tu coletilla más odiada
  • Su puta gorda de mierda le pide por favor que la deje entrar - dijo susurrando y sin dejar de tocarse
  • Señor si sigo tocándome me voy a correr
  • Si te corres te quedas en el pasillo perra, así que no se te ocurra

La vi sufrir un poco mas, como temblaba y se movia buscando no centrarse en el placer que la embargaba, como cerraba la boca con fuerza para no emitir ningun sonido mas alla del evidente que emanaba de la friccion con su sexo.

  • Para
  • Gracias señor - dijo jadeante
  • Arrodillada en espera sobre la cama

Rápidamente cumplió la orden mientras cerraba la puerta, se arrodilló con las piernas abiertas sentándose sobre sus tobillos y poniendo sus manos en la nuca, abriendo los codos hacia afuera.

  • Muy bien perra, parece que algo se te ha quedado en esa cabeza hueca que parece que tienes
  • Si señor, gracias señor

Tal como estaba cogí el collar y se lo puse en el cuello

  • Te ahoga perrita
  • No señor, esta bien
  • Claro que esta bien, es tu mejor vestido, a cuatro patas
  • Si señor

No tardó en ponerse en esa postura, lo que aproveché para ir a por las restricciones y una a una ponerlas en su sitio. Las de las manos no requirieron ningún trabajo extra, pero las de los pies las dispuse después de retirarle los zapatos de tacón que era la única prenda que conservaba.

Despues me sente a su lado, sentia su respiracion agitada, sus tetas colgando subían y bajaban de forma ostensible

  • ¿estás cansada?
  • No señor
  • ¿y ese jadeo?
  • Excitada y nerviosa señor
  • ¿cómo te sientes vestida de verdad?
  • Muy bien señor
  • ¿mejor que con tu pulcra y recatada ropa de vainilla respetable?
  • Si señor
  • ¿no te molesta estar asi, con tus ubres colgando, tu sucio coño expuesto y mostrando tus carnes
  • No me gusta señor, pero mis gustos no son importantes
  • Me da igual que no te guste, es cierto, me perteneces, y me es indiferente que esto o esto - dije tocando su vientre y un michelin lateral - te incomode, igual que tener esos melones colgando y bamboleándose, acostumbrate, porque hoy ya has tenido la prueba de cómo vas a estar para mi, y poco va a importar tu opinión de perra. Porque no tienes opinión, siempre que esté dentro de tus límites. Ahora voy a jugar un rato contigo, y no quiero oír ni una palabra de tu sucia boca de perra desobediente y caprichosa, aquí no eres más que mi posesión.

No veía su cara tapada por su pelo, que no lo llevaba muy largo pero, en esa postura caía y me impedía la visión.

Me levanté y cogí lubricante y el plug.

Ahora hinca tu cara en la almohada para que tu culo quede mas levantado y con tus manos abre tus nalgas.

  • Si señor

Un sonoro azote cayó sobre su culo y con su consiguiente quejido

  • Te he dicho que no quiero oírte, gorda inutil, si vuelves a pronunciar una sola palabra te voy a dejar el culo que no lo vas a conocer.

Esta vez no respondió y se situó con la habia pedido, abriendo sus generosas nalgas dejándome  sus agujeros a mi disposición de forma evidente.

  • Muy bien, lo que veo ahora, es para lo único que sirves ahora, agujeros que rellenar y usar, una patética perra.

Deje caer lubricante sobre su ano, arrancándole un gemido sordo, y después embadurne el plug y lo encare a su ano. Era el más pequeño de un juego de tres. Al sentir el contacto note como su cuerpo se tenso.

  • Relájate putita, no voy a parar hasta que tu culo esté como me gusta

El plug de principiantes era fino y largo con lo que fui presionando y sacando poco a poco, y con el abundante lubricante no tarde en vencer esa primera barrera de entrada, cosa que fue acompañada por otro gemido más largo y fuerte. No tardó en adecuarse al tamaño y empecé a follarla lentamente con el. Ahora su cadencia de sonidos eran más tranquilos y placenteros, cosa que me hizo parar y coger el segundo plug, más grueso que no tarde en usar con aquel culo tan generoso. De nuevo se tenso al sentir el cambio de diámetro, pero con la misma delicadeza pero sin pausa fui trabajando su agujero.

  • Ese culo lo van a visitar pollas de todos los tamaños asi que acostumbrate a tenerlo ocupado. Es un agujero más del que voy a disponer, seguro que una cerdita como tu gritara de placer mientras la sodomizan con fuerza, y eso va a ser muy habitual.
  • Voy a encularte y hacer que te enculen, y no solo eso, si no que tu misma lo rellenarás con polla cuando te lo pida.

El plug y el trabajo dio sus frutos y con un último empujón quedó alojado completamente arrancándole un sonoro gemido.

  • Ves cerdita, tanto miedo y ya tienes el mediano ensartado en tu culo, hoy no te dare mas, y repetiré esto varias veces hasta que estés preparada para el siguiente.

La deje descansar cinco minutos y volví a repetir la operación pero antes le introduje un consolador de 18 cm en modo vibración. Cuando comencé a trabajar su ano sus gemidos ya eran descontrolados y no se estaba quieta.

  • Mira perra, o te estás quieta o te aseguro que uso el plug grande

Aquello la aquieto, pero no dejo de gemir de forma ostensible. Por la cantidad de flujo y las contracciones que apreciaba sabía que se estaba corriendo, pero aun así no deje de mover los dos aparatos en su interior.

  • Pero que guarra eres, ahora si que eres una cerda chorreando sin parar, seguro que el que venga a limpiar se hará una idea de la clase de zorra que ha estado en la habitación.

Segui con esa distracción casi un cuarto de hora, alternaba momentos de gemidos pausados con otros de escandalosos gritos de placer. Cuando decidí terminar, pare el vibrador, y dejándole los aparatos incrustados la deje descansar.

  • Túmbate boca abajo y descansa

Ella cerró las piernas y estiró las piernas quedando su cabeza hundida en la almohada, respirando pesadamente.

Si estuvo unos diez minutos, en los que no se movió un milímetro de su posición, y solo se apreciaba su respiración agitada. Después de ese descanso me levanté y con delicadeza retiré de su interior los dos aparatos yendo a limpiarlos y dejarlos en sus contenedores.

  • Perra levántate, ponte ante mí, inspección.

Respondio rapido a la orden saliendo de la cama y plantandose ante mi en la postura indicada.

La inspeccioné como muchas veces dije que lo haría, y pese que había mostrado reparos a ser tratada como un animal al que revisan su limpieza y estado general, no puso ningún reparo. Su cara congestionada por el tratamiento anterior se ruborizó un poco más.

  • Quitando el coño de guarra que me llevas, todo lo demas esta bien, asi que a los 20 azotes que ibas a recibir como bautismo por tus múltiples cagadas añadiremos 10 más por el estropicio que llevas entre las piernas, ¿lo ves justo?
  • Sí señor - respondió de forma comedida
  • Bien, además me agradecerás cada azote con tu coletilla odiada, cada vez que te azote me dirás “su puta gorda le agradece el azote y le da las gracias” después de contarlo, y recuerda de contarlos, porque si no no valdrán, y volveremos a empezar
  • Sí señor - dijo mas enojada
  • Se que no te gusta nada lo que vas a tener que hacer, pero ya te dije que tus gustos no valen nada, como tu entrega ahora mismo, y vas a saber lo que sucede cuando tu actitud no es la que espero, y ese tono de orgullosa malcriada te lo vas a guardar ya mismo o voy a reconsiderar el número de azotes.
  • Sí señor, lo siento señor, perdone a su estúpida perra - dijo cambiando el tono a una súplica
  • Bien

Me senté en una silla y le señalé mis rodillas, su cara cambio a la sorpresa porque aquella postura la incomodaba mucho, pero avanzo hacia mi y volteo su cuerpo para que su culo quedara en pompa.

  • Muy bien perra, te voy a azotar por primera vez, y vientos tu actitud, sé bien que no será la última, pero esta se te quedará grabada a fuego.

Solté el primer azote sin mas, oyendo su quejido de dolor

  • Uno, su puta gorda le agradece el azote y le da las gracias - dijo lentamente y bajito

Zas

  • Dos, su puta gorda le agradece el azote y le da las gracias - hablando más alto

Hizo ademán de poner la mano pero rápidamente la bajo, quizás recordando lo que le dije

  • Muy bien zorrita, ni se te ocurra poner una mano, puedes irte cuando quieras, esto es por tu mala educacion y tu pobre entrega, pero es tu entrega al fin y al cabo y tu decides donde quieres estar
  • Sí señor, su puta gorda aguantará el castigo

Los azotes fueron cayendo con precisión, recorriendo sus dos nalgas y a todas las alturas, cosa que hizo que su color natural blanco se tornará rojizo y su frase fuese un grito de desesperación, pero no dejo de contar

Zas

  • Treinta, su puta gorda le agradece el azote y le da las gracias - dijo casi sollozando

Su respiracion era un poema, y su coño un mar, asi que le introduje dos dedos y empece a follarla con ellos, no tardo ni un minuto en suplicarme un orgasmo, cosa que le concedi y la tuve 5 minutos en un extasis brutal, amasandole las tetas con saña mientras martirizaba su sexo. Cuando paré, cogí la crema que tenía preparada y con delicadeza cubrí la piel azotada con ella mediante un delicado masaje que arrancó gemidos de placer por parte de ella mientras me daba las gracias con devoción.

  • De pie perra

Se levantó a duras penas y con las piernas temblorosas pero se puso de pie enfrente de mi

  • Qué has aprendido
  • Que mi señor me educara con severidad por no cumplir sus deseos
  • Y cual es tu misión
  • Servirle señor
  • Que no se te olvide, vístete

Se quedó algo parada pero busco su ropa y no tardó en volver son su falda, su camisa y los zapatos puestos.

  • Bien perra - le dije desabotonando dos botones de la camisa que estimaba que se había cerrado de más - ahora te largas de aquí, de momento no mereces mas, espero que esto te haya servido como acicate, y que tus desconexiones, caprichos, errores y demas cagadas, desaparezcan de tu mente.
  • Si señor
  • Adiós perra
  • Adiós señor

Se fue lentamente cogiendo su bolso y antes de salir se giró y me habló

  • ¿y mi señor no desea nada?
  • De una sumisa inexperta e inutil, no, cuando sepas lo que eres te usare como tal
  • Lo siento señor, seré esa sumisa
  • Eso espero

Y se fue como supe después llorando por su mala entrega y perjurando en mejorar.