La primera vez? (2)

La primera noche no sucedió nada a pesar de que, creo, ambos lo deseabamos. Podríamos concretar esta vez ?????

Pretendíamos dormir y por eso cada uno se dio vuelta para cada lado pero estoy seguro que a los dos nos había quedado un vacío, creo que ambos teníamos toda la intención de seguir experimentando, pero quien se atrevería a dar el primer paso. Quien de los dos tomaría el control de la situación y se animaría a insinuar, al otro, el siguiente paso.

Pienso que en la cabeza de los dos, de la mía estoy seguro, las posibles situaciones e imáge- nes que podrían pasar en la realidad se reproducían a mil por hora. Yo personalmente se- guía muy caliente y no había logrado reducir mi erección; sin hacer ningún comentario me coloqué boca abajo y nuestras piernas se rozaron, sentí el calor de su cuerpo y su respira- ción agitada, seguramente él también estaba recordando lo sucedido y preguntándose "aho-

ra que ???".

No pasaron dos minutos que siento que su brazo derecho pasa por encima de mi espalda y me toma del hombro derecho, no reacciono, no muevo ni un solo músculo de mi cuerpo y solamente espero a ver que sucede. Inmediatamente siento que al mismo tiempo que empie- za a acariciarme con su mano derecha su pierna derecha abre mi pierna izquierda e inmedia tamente se me sube.

Todo su cuero, ardiente, esta encima mío yo abro mas mis piernas y siento su pene entre mis cachetes, como imaginaba, totalmente erecto y seguramente con ganas de estar dentro mío, su mano izquierda ahora esta en mi cuello y su cara pegada a la mía. Su respiración es agitada, comienza a besarme en el cuello y la oreja, sin palabras, pero siento que su mano derecha baja a tomar su verga y sin mas trata de encaminarla hacia mi virgen colita. Real-

mente se hace difícil explicar con palabras lo que se siente esa primera vez creo que los dos estábamos extasiados.

Como podrán imaginar no era tan fácil que me penetrara, él me susurraba que me relajara que no hiciera fuerza cerrando mi cola que lo dejara estar dentro mío. En ese momento les aseguro que era lo que yo mas quería pero quizás los nervios o el temor al dolor hacían que no me entregara a sus deseos y, probablemente, también a los míos. Lo intentó varias veces yo sentía en mi ano la cabeza de su pija tratando de vencer la resistencia y como se desliza- ba hacia abajo, entre mis piernas, empezando un mete saca en falso. Me preguntaba de por- que no colaboraba si eso era lo que queríamos pero no sabía que decirle, por lo que se bajó y se puso de costado mirando a la pared.

Muchos de ustedes dirán que mi actitud fue una estupidez, pero realmente fue lo que suce- dió.

Yo también me puse de costado dándole la espalda y nos quedamos dormidos. Cuando nos despertamos, nos levantamos, nos bañamos y sin comentar absolutamente nada de lo que habíamos hecho nos vestimos y cada uno se fue a cumplir con sus obligaciones diarias. Por supuesto quedamos que a la noche Gabriel volvería a dormir a casa ya que al día siguiente ambos saldríamos, en carpa, de vacaciones.

Por supuesto que toda la tarde estuve pensando sobre lo que había sucedido y si realmente era lo que yo quería, y si así fuera, porque no le había permito penetrarme. La idea me daba vueltas en la cabeza permanentemente.

Llegó la noche yo ya estaba en mi casa cuando suena el timbre, abro y era Gabriel dispues- to a quedarse nuevamente en casa para salir temprano al otro día de vacaciones, nos saluda- mos dándonos un beso en la mejilla (eso se estila mucho entre varones en mi país) e ingresó a casa. Conversamos de todo lo que habíamos hecho durante el día y de cómo nos divertiría

mos en nuestras vacaciones, cenamos y nos quedamos viendo un rato televisión. Les aclaro que mi casa en realidad era un departamento de un ambiente.

Luego de tomar algunas cervezas nos vino mucho sueño y decidimos acostarnos para poder levantarnos temprano y partir en mi auto. Nos corrimos hasta la habitación empezamos a sa carnos la ropa, por turno fuimos al baño y nos acostamos. Gabriel tenia colocado un calzon- cillo de piernas con botones en la bragueta (creo que ya no existen mas) y yo un pequeño slip. Como siempre cada uno se dio vuelta para cada lado y nos despedimos. A los pocos minutos yo me dí vuelta y apoyé todo mi cuerpo sobre el de él, realmente ambos cuerpos estaban ardientes.

Pasé mi mano izquierda por encima de su cuerpo y empecé a acariciar su pecho, bajé a su ombligo, descendí un poco mas rozando su pene y noté que estaba semierecto. El no decía nada por lo que empecé de a poco a desabrochar los botones de su calzoncillo y pude libe- rar su mástil, suave, caliente, como de 18 cm, normal, ninguno éramos estrellas porno. Em-pecé a masturbarlo suavemente, corriendo su piel de abajo hacia arriba, en silencio, tocando con las yemas de los dedos la cabeza de su pija hasta sentir en mis dedos su líquido prese- minal. Su reacción fue la de darse vuelta, de golpe y se quedó mirándome, sus ojos eran u- nos hermosos ojos verdes que se clavaron en los míos e inmediatamente empezó a bajarme el slip que con ayuda de su pierna me los quitó totalmente e hizo lo mismo con su calzon-

cillo.

Me tomó del hombro y me hizo girar dándole la espalda, sentí como al mismo tiempo que empezaba a besarme el cuello y la orejas llevó sus dedos a su boca para mojarlos con saliva y al mismo tiempo que me levantaba la pierna derecha con la suya llevó su mano a mis ca- chetes y empezó a acariciarme e intentar introducir su dedo en mi cueva. Me relajé, hoy quería que sucediera, quería sentirlo dentro mío, quería experimentar lo prohibido por lo que su dedo pudo penetrarme fácilmente y mientras me hablaba diciéndome que ahora es-

ba mejor, que confiara en él y que llegaría hasta donde yo quisiese me masajeaba con sus dedos los pliegues internos de mi esfinter, dándome un placer increíble.

Realmente yo ya no daba mas y quería que esto concluyera con él dentro mío, por lo que le pedí que me penetrara. Tomó su verga y sentí su cabeza en la entrada de mi cueva, hizo un poco de presión y no se si es por lo mucho que lo deseaba que se metió fácilmente, no me dolió, lo sentí todo dentro mío y comenzó esta vez un mete saque, lento, suave como mi- diendo cada uno de sus movimientos. Su mano derecha me acariciaba el pecho hasta bajar a mi pene al que acarició y empezó a pajearme suavemente y al ritmo que Gabriel entraba y salía de mí.

Fue algo hermoso, indescriptible, ambos estábamos fuera de sí a cada momento su ritmo era mas rápido, sus jadeos mas fuertes, sentí como su pene se agrandaba dentro mío previo a su eyaculación y al mismo tiempo que yo derramaba mi esperma en su mano sentía dentro mío como Gabriel me llenaba de su leche caliente. Ambos quedamos exaustos ninguno de los dos dijo nada él se quedó dentro mío, abrazándome y nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente nos despertamos y nos preparamos para iniciar nuestros quince días de vacaciones, en carpa. . . . .

(Espero sus comentarios. Gracias)