La primera infidelidad de mi esposa
Querido debo contarte algo que me pasó y no estoy segura de que lo aceptes porque nunca antes lo habíamos hablado.
Ya les he contado en mis relatos de tríos hechos con mi mujer como fue cambiando de actitud frente al sexo, de ser una mujer prejuiciosa y autocensurada pasó a ser una mujer sexualmente liberada, a tal punto que amen de hacer tríos junto a mi, comenzó a tener alguna aventurilla fuera del matrimonio que luego me narraba y yo flipaba de la calentura y cogíamos como locos pensado en lo que había hecho la putita de mi mujercita.
La primera vez que me contó de su aventura fue así:
Ella: Querido debo contarte algo que me pasó y no estoy segura de que lo aceptes porque nunca antes lo habíamos hablado
Yo: Bueno mi amor, sabes que soy capaz de entender todo lo que te suceda, así que cuéntame sin omitir detalles, (yo ya presentía por donde venía, y realmente me ponía muy cachondo)
Ella: Ayer cuando iba en ómnibus a casa de mi madre, tomé un interno que venía muy lleno de gente, con lo cual luego de sacar el boleto me fui corriendo para la parte trasera del colectivo ya que estaba hasta las manos de gente parada, finalmente me ubiqué en el medio ya que no podía pasar más y quede apretujada por la gente.
En eso ciento que una persona me apoyaba por detrás de mí y me di cuenta que se trataba de un hombre, tan es así que podía sentir su paquete pegado a mi culo, quise cambiar de lugar pero por la cantidad de gente que viajaba no me lo permitía, era sencillamente imposible, así que me resigné a la situación y me quede a pesar de lo que pasaba.
El tipo seguía apoyando y comencé a sentir como le crecía su paquete pegado a mi culo, que sumado al traquetear del micro hacía que el movimiento en mi cola se sintiera cadencioso, y comencé a sentirlo placentero, muy a gusto, ya al rato, más que a gusto me estaba calentando un montón (me siento una putita contándote esto mi amor, ¿me perdonarás?), aún no había visto la cara del personaje y cuando me di la vuelta para verlo me encontré con un joven de unos 35 años rubio, corpulento, era un bombón, mi cabeza comenzó a fantasear con el chico, entonces paré un poco más la cola y me apreté contra él para que se diera cuenta que yo estaba muy a gusto, fue el momento en que me tomó con una mano de la cintura moviendo muy suavemente la pelvis hacia delante y atrás, me volvía loca de la calentura y como había tanta gente nadie se percataba de lo que pasaba entre nosotros, lo cual sirvió para que yo con una mano pudiera meterla por atrás mío y agarrarle el paquete. La sorpresa fue que me encontré con algo realmente grande, que el solo hecho de pensar en acariciarlo, mamarlo y tener dentro semejante pedazo, hizo que sintiera un escalofrío que me recorrió entera, sentía como me bajaba el juguito de la concha que a esa altura estaba encharcada, recaliente y mojaba literalmente mi bombacha
Yo: seguí, seguí mi amor, me imagino como debería estar ese pobre joven con el pedazo de mina que estaba fregándose me hubiera encantado verte con él ¿Y no te invito a ir a un telo?
Ella: Despacio, tranquilo, todo a su tiempo, en eso al dejar de apoyarme el pene en el culito comenzó con un masaje de nalgas por arriba de las polleras que no tardó en subir casi hasta la cintura y metió mano directamente a mi sexo, yo abrí las piernas para dejar libre el camino a donde quería llegar, cuando puso la palma de la mano en mi mojado sexo por momentos abría con la yema de su dedo mi rajita y la recorría de punta a punta pudiendo comprobar lo mojada que estaba, metía su dedo profundamente en mi vagina, así varias veces hasta que lo sacó y se lo llevó primero a su nariz para sentir el olor de mi cuca y luego a su boca saboreándolo como si se tratara de un caramelo, yo a esa altura era capaz de dejarme culear por el colectivo entero de lo caliente que estaba, quería tener esa pija clavada, ya no aguantaba más, eso me volvió loca por completo al punto de darme vuelta y decirle en vos muy suave que me llevara a coger que estaba recaliente.
Yo: ¿Y que hizo?
Ella: Me tomo de un brazo y en la parada siguiente bajamos, inmediatamente nos presentamos con un beso de lengua divino, se llamaba Eduardo, era hermoso, caminamos hasta llegar a un telo de barrio, pero era la calentura la que nos conducía, así que entramos sin reparar en nada, al entrar a la habitación comenzó a desnudarme, y a desnudarse, en breve estábamos como dios nos mandó al mundo, la tremenda tranca que tenía era realmente grande gruesa y llena de venas marcadas, lo que se dice "un poema", creo sin exagerar que debe tener como 8 cm. de grosor y unos 22 de larga. Sencillamente una delicia, la miraba y al pensar que la tendría toda adentro, mí conchita comenzó a despedir flujo que sentía como chorreaba por mis piernas y llenaba el ambiente con un olor a sexo muy erótico y excitante para ambos, cuando Eduardo se percato de esto fue bajando por mi pecho, se detuvo en mis pezones a los que aplico un tratamiento profesional de lengua dejándolos parados y duros como piedra, siguió su camino y al llegar a mi rajita primero estuvo un rato disfrutando de ese olor a sexo que despedía, la tenía bien abierta y mojada, mi concha a esa altura estaba muy hinchada, colorada y muy brillosa, yo sentía como la olfateaba y me calentaba cada ves más, le pedí que se acomodara en un 69 para engullirme su herramienta y así lo hizo, apenas si podía meterme su capullo en la boca porque era muy gruesa, despedía líquido pre seminal que yo lamía sin desperdiciar ni una gota, de pronto siento como la punta de su lengua comienza a recorrerme la raja desde el culito hasta el clítoris donde aplicaba círculos y piquetes con la punta de su lengua, esto me llevaba al éxtasis haciéndome acabar de una manera bestial, casi una eyaculación vaginal llenando toda su boca con mis flujos que degustó y tragó entre jadeos de felicidad, por mi parte me deleitaba con su tremenda pija que apenas si podía meter la cabeza en la boca, se la besaba y pasaba la lengua por el tronco hasta el capullo, me la refregaba por la cara dejando sus líquidos preseminales en mi rostro, yo recogía los que podía con la lengua, se la pajeaba y se le iba poniendo cada ves más dura y venosa, era una verdadera maravilla y ya no aguantaba más quería que me cogiera por todos lados, me sentía la mujer más puta del mundo, creo que en ese momento lo era porque sentía como me latía la vagina y me chorreaba el flujo de calentura y la bestial acabada que había tenido.
Yo: pero dime en algún momento habrás pensado en mí o al menos en compartir conmigo haciendo un trío con ese chico
Ella: Ni se me cruzó por la cabeza, en ese momento estaba tan caliente que lo único que pensaba era en tener esa pija clavada hasta los huevos, quería sentirla en mi concha, en mi culo y donde entrara, tenía el clítoris parado y durísimo solo quería ser cogida a morir, no daba más de la calentura, por eso pensé que te molestaría, porque me sentía realmente una puta pidiendo que se la coja un desconocido.
Yo: No mi amor, nada más lejos de la realidad, yo estoy encantado de que seas bien puta y que quieras coger de esa manera, realmente me calienta mucho el saber o el verte coger con otro, siempre y cuando me lo cuentes para disfrutar los dos evocándolo, nada tiene que ver el amor con el sexo, mientras me ames a mi y me confíes tus aventuras con otras personas yo te permitiré que te cojas a quien quieras y si lo compartes conmigo me harás el tipo más feliz del mundo, me encanta que seas una verdadera ninfómana y que quieras coger continuamente porque a mi me pasa lo mismo.
Ella: Gracias mi amor, ya lo sabía, por eso te cuento todo y sabes que puedes hacer todo conmigo y me puedes pedir que haga lo que quieras que lo voy a hacer y también a disfrutar.
Me dio un beso de lengua y me acarició el paquete, el que estaba duro como piedra por la confesión, bajó la cremallera y sacó la pija comenzando una buena paja mientras seguía con la narración de los hechos que me calentaba sobremanera.
Ella: Me acosté de espaldas y le dije que me la clavara de una ves, me levanto las piernas hasta sus hombros abriéndolas bien, quedo mi concha totalmente expuesta abierta y muy, pero muy mojada, un hilito de flujo salía de ella y corría por mi agujerito trasero cayendo sobre la cama, puso su capullo en la entrada de mi cuca y con una pequeña presión la fue entrando en mi lubricada caverna, cuando quise darme cuenta la sentí toda adentro estirando las paredes de mi vagina a más no poder, era maravilloso tener una tranca tan gruesa incrustada hasta los huevos y sintiendo que me abría como nunca había sentido, comenzó el mete saca, primero despacio con mucho cuidado, fue aumentando el ritmo a medida que mi concha se acostumbraba al tamaño, de pronto me la estaba dando tan fuerte que hacía golpear sus huevos en mis nalgas, mi concha estaba hinchadísima y exploté en un orgasmo múltiple que no paraba y me hacía retorcer de la calentura que debe haber durado varios minutos, después me zafé y lo puse a él de espaldas para cabalgarlo a gusto. Me acomode la cabeza de su pija en la entrada del culito y comencé lentamente a bajar clavándomelo, pensé que no entraría pero al tener todo el agujerito empapado con mis propios y abundantes flujos poco a poco fue entrando el capullo, me dolía muchísimo porque no estaba acostumbrada a semejante tamaño, pero la calentura que tenía era tan grande que no podía parar y seguí metiéndolo, cuando entro todo el capullo me quedé quieta para acostumbrarme, y comencé a subir y bajar por ese palo que estaba más grande y duro que nunca, sin darme cuenta en un momento estaba cbalgando frenéticamente y ya sentía las vibraciones y latidos de su tranca que auguraban una acabada fuerte, mi movimiento fue ascendiendo en intensidad subía y bajaba con desesperación ya muy cerca de acabar, en eso siento en mi recto que comienza a derramarse en una eyaculación súper, súper caliente e interminable, sentía en el culo como su pija palpitando descargaba la leche a raudales en chorros y chorros desencadenando en mi un orgasmo múltiple que me hizo gritar, jadear hasta que quedé exhausta en la cama con la concha y el culo rebalsando de leche.
Yo: fue un polvo fabuloso, me encantaría que lo invitásemos a realizar un trío con nosotros, me encantaría verte coger desenfrenadamente con él, que te rompa bien la concha y el culo llenándote de leche y después yo mamarte hasta dejarte bien limpita
Ella: Si realmente ha sido fabuloso, después de bañarnos nos fuimos cada uno por su lado pero nos pasamos los teléfonos para contactarnos y coger nuevamente, pienso en el trío y me late la concha, que te parece si lo llamamos y combinamos para este fin de semana que es largo y podríamos ir los tres a algún lugar tranquilo y coger todo el fin de semana seguido.
Yo: Si mi amorcito lo que tu quieras, eres la perra mas hermosa y puta que he conocido pero me haces muy, muy feliz y te amo.
Me pasó el teléfono y lo llamé, quedó sorprendido cuando le hice la invitación pero acepto encantado diciéndome que tenía una mujer estupenda. Ya les contaré como nos ha ido.