La primera impresión

Lo que hace que hablen bien de tí por ahí...

La primera impresión

Trabajo para una de esas grandes multinacionales tan preocupadas por el bienestar de sus empleados. Estamos en un centro empresarial de las afueras de Barcelona, y en el edificio que ocupamos se construyó una piscina cubierta para lo empleados. No es muy grande pero la mayor parte de la gente pasa de ella. Como no hay mucho sitio en la planta del edificio y la empresa es tan moderna, los vestuarios son comunes para tíos y tías. Como he dicho no suele haber gente y cuando hay se es muy educado.

Un día, después de haber estado nadando una hora y media, me estaba secando en una de las cabinas del vestuario cuando oí que se abría la puerta. La cabina en la que me había metido no tenía pestillo (algún animal se lo debió cargar) y de repente la puerta se abrió de par en par.

Allí me encontré a una chica nueva del departamento contable, con los ojos como platos al ver mi cuerpo desnudo y mi morcillona polla. Me había pillado secándomela y estaba medio erecta. Me cogió tan desprevenido que tardé en reaccionar, y cuando lo hice fue para taparme. En ese momento ella se disculpó y se marchó corriendo.

Yo creo que pasó más vergüenza ella que yo, aunque eso sí, se deleitó un rato.

Un par de días después me encontré en el ascensor con aquella chica y una compañera suya que estaba que se rompía de buena. Un buen par de tetas y un culito rico y respingón. Llevaba siempre unos taconazos de la hostia y movía el cuerpo que dejaba a todo el edificio babeando. Dí los buenos días al entrar en el ascensor pensando que no le daría mayor importancia al asunto del vestuario, pero pude notar como se sonrojaba. La maciza, Elena es su nombre, también se dio cuenta pero no dijo nada. Cuando llegué a la cuarta me despedí y salí del ascensor como si nada.

A media mañana bajé a tomarme un café porque estaba que me caía de sueño, y mira tú por dónde me encontré con Elena de nuevo. Saludé y me apoyé en la pared frente a ella.

No suelo fijarme en la gente en los ascensores pero aquella tía era imponente. Le echaba miradas furtivas al escote, que era de escándalo. Debía tener una 100 C de pecho y bien orgullosa que estaba de ello. Yo la pillé mirándome el paquete un par de veces. Me extrañó porque tiene novio y es el típico mazas. Yo soy muy normalito, fibroso pero no llamo la atención.

Ese día pasó sin mayor novedad que una bronca del jefe que se levantó con el pie izquierdo.

El jueves de la semana siguiente, a eso de las 7 me bajé a la piscina, a ver si me desestresaba un poco y volví a encontrarme con Elenita. Llevaba un top ajustadísimo que gracias al aire acondicionado en posición frío polar dejaba en relieve, y menudo relieve, ese par de tetas y sus pezones bien duros. Evidentemente se me fue la mirada. Un segundo pero ella me vió, aunque no pareció ni molestarle si sorprenderle (normal cuando las lleva tan a gala)

A la piscina?

Eh?! Ah! Si

Vas mucho?

Bueno, siempre que puedo, pero con el jefe en plan ogro para lograr objetivos estoy yendo menos de lo que me gustaría. Tu ya para casa?

Los jueves salgo antes y he quedado con Sonia para tomarnos algo por ahí y salir de marcha un poquito, que mañana hay que currar

Eso está bien. Yo me quedo aquí. Tened cuidado con los moscones que esta ciudad está llena.

Sí sí, no te preocupes. Y tú nada mucho.

Lo que me den los alambres estos. Hasta luego.

Adiós campeón.

Me sorprendió aquella despedida, pero no mucho más que el resto de la conversación porque nunca había hablado con ella. Lo que más perplejo me había dejado fueron sus miradas al paquete y su "descuidado" juego con su escote. Evidentemente estaba yo un poquito caliente, y el agua de la piscina no logró calmarme.

Tras apenas tres cuartos de hora de nado no me había concentrado y empezaba a tener frío, así que me salí del agua. Iba camino del vestuario con la imagen de Elena jugando con su escote. De ahí pasé a imaginármela chupándome la polla y ofreciéndome su culito respingón. Cuando llegué al vestuario la llevaba ya dura. Me metí en la primera cabina según entré y me quité el bañador. Fue hacer esto y empezar a secarme cuando se me volvió a abrir la puerta. Esta vez era Elenita y parecía que sabía a por lo que venía.

Me contó Sonia vuestro "encuentro" de la semana pasada y desde entonces tengo curiosidad por saber si la tienes tan grande como cuenta

Qué? – No daba crédito a lo que estaba oyendo

Y parece que tiene razón. A ver corazón?

Y según dijo eso tendió la mano y me la cogió. Ya estaba dura pero se puso más y más a medida que me la acariciaba.

  • Qué pedazo de polla tienes campeón

  • Normalita, como yo

  • De eso nada. Te lo digo yo que me he comido muchas

Y sin haber apenas terminado de decir eso se arrodilló y se la metió en la boca.

Mmmmmmmmmmm siiiiiiiii – dije en un suspiro

Te gusta eh campeón?

Sigue sigue

Estuvo así un buen rato. Adelante y atrás adelante y atrás sin parar más que para chuparme los huevos. Yo estaba que reventaba así que la levanté, le quité el top y el sujetador y empecé a comerle las tetas. Eran perfetas, le pasaba la lengua por todo el canalillo, le rechupeteaba los pezones se las masajeaba mientras ella no hacía más que suspirar. Parece que se lo hacía bien.

No aguantaba más. Le bajé los pantalones y le arranqué el tanga de un tirón, cosa que la excitó muchísimo, y se la metí por su coñíto húmedo. Lo estaba deseando y con la primera embestida casi se corre. Se la saqué casi por completo y se la volví a meter más fuerte.

Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh siiiiiiiii. Asíiiiiiiiiiiiiiii

Así? – Y se la calvé de nuevo

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Fóllame

Así?

Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Dame duro siiiiiiiiiiiiiiii

Y entonces empecé a darle duro y rápido. Más y más y más, y cada vez se me ponía más dura y ella gritaba más, la debía estar oyendo hasta su jefe en la 7ª planta. Y yo lo que estaba era en el 7º cielo, y entonces me dice.

Méteme tu pollón por el culo

Qué? – No me lo esperaba

Que me revientes el culo campeón, que me revientes el culo como a una puta.

Sí señora. A sus ordenes.

Se la saqué de un agujero, le levanté el culo al tiempo que ella se apoyaba en la pared, y se la coloqué en la puerta.

VÁMOS DÁME DURO!

Yo iba tener cuidado, pero después de eso le pegué un empujón que casi se da con la cabeza en la pared.

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Toma puta, toma

Siiiiii, sigue campeón sigue sigue sigueeeeeeeeeeeeeee

Le dí bien duro y bien fuerte. Empecé a notar que me iba a correr, y viendo que Elenita era una guarrita se la saqué del culo, le pegué dos empujones en el coñito que la hicieron retorcerse de placer, y le hice arrodillarse delante de mí. Inmediatamente comenzó a chupármela. Succionaba con tanta fuerza que me cortó la corrida, así que la levanté, se la clavé y me la follé contra la pared. Ella gemía como una auténtica perra y yo me volví a calentar muchísimo. La bajé y le coloqué la polla entre las tetas. Esas pedazo de tetas que me tenían loco y que ahora me iba a follar. Se las estrujé, metí mi rabo en medio y me las follé. En tres idas y venidas noté que no había marcha atrás y le avisé

Elenita me corrooooooooooo

La cabrona abrió la boca y me pegó dos chupetones que me hicieron estallar. Saltó el primer chorro directo a su boca, dando los dos siguientes en sus mejillas y cayendo el resto entre aquellas maravillosas tetas.

Mmmmmmmmmm qué rico te sabe campeón

Pues toma, aprovecha lo que queda

Y con su boquita me relamió la polla de arriba abajo al tiempo que recogía lo que le escurría entre las tetas.

Cuando se limpió y arregló el top me dijo

Le voy a tener que decir a Sonia que tenía razón, que tienes un pedazo de polla que todas las tías de la oficina deberíamos catar. Claro que con lo modosita que es seguro que se escandaliza

Y con estas palabras se marchó del vestuario, dejandome exhausto y con una sonrisa en los labios.