La primera experiencia de Mara

Luis liga por primera vez con un librero al que sorprendera cuando le descubra su verdadera identidad sexual.

Queridas amigas y admiradores, después de haber leído algunas de vuestras historias, es mi deber y placer compartir con vosotras y vosotros mi primera vez. No es muy diferente a las vuestras, pero al igual que leyéndoos me he puesto cachonda, espero que al leer la mía, os humedezcáis como perras en celo a la búsqueda de esos machorros que nos espían, nos buscan y quizás alguno nos envidie.

Como todas, desde pequeña me había aventurado a crecer en nuestro mundo femenino reprimido y ansiado de explotar. Había vestido ropa de mis vecinitas, había robado ropa de mujeres, había curioseado en el tocador de mi madre… Todo aquello olía y me hacia sentir feliz, cercana a la imagen de mujer ansiada. Desde los 11 a los 16 buscaba esas oportunidades en que exploraba primero con curiosidad y luego con envidia, la ropa y los objetos que nuestras amigas incorporaban en su crecimiento como mujeres. Incluso había comprado en un par de ocasiones braguitas tipo bikini o tanga con florecitas, blancas, con algún encajillo.

De relaciones, no había tenido, recuerdo a Eduardo con quien me aproxime pero no llegue a intimar por vergüenza. Mi virgo se lo entregue a un desconocido….

Solía salir a correr, con 16 años apenas tenia vello y no estaba formada. Usaba un pantalón de atletismo que me estilizaba las piernas y que insinuaba el comienzo de mi nalgas. En uno de mis circuitos, había detectado una librería que se llamaba "polichinela" y que vendía prensa. Recuerdo que la primera vez que la vi, pare para encontrar las revistas de adultos y envidiar las figuras de mujeres con lencería. Sin embargo, en aquella librería me encontré en primer plano una revista "gay", de "hombres". Aquel descubrimiento me hizo sospechar del dueño, un hombre joven de apenas 30 años con bigote.

Aproveche una tarde tras los exámenes. Mis amigos habían marchado a ver "Bolero" de Bo Derek, yo la tenia requetesabida y requeteenvidiada. Quien pudiera operarse los pechos como la Obregón y ser cada día un poquito mas sexy. Me puse una braguita bikini con un pequeño cierre en la cadera y mi pantalón de deporte favorito. Recuerdo haberme mirado dos y tres veces en el espejo buscando la provocación en el inicio de mi culito respingón. Me puse una camiseta regalo de una amiga y salí a correr. El corazón me latía desbocado.

Llegue a la librería media hora antes de cerrar. Llevaba el dinero justo para comprar la revista por si hacia falta. El librero atendía a una chica guapa de unos 17 años, recuerdo como la envidiaba. Por fin nos quedamos solos.

¿Qué deseas?

¿Podría alcanzarme aquella revista?

¿A Cuál te refieres? ¿Esta? –se refería a una típica revista x de sexo ubicada justo sobre la que me sirvió de señuelo-

No… Es…. es la de mas abajo.

En aquel momento entro una mujer de treinta y poco años, una madre joven. Se quedo mirándonos sin saber si entraba en mal momento. El librero, rápido y nervioso pues intuyo algo en mi, se disculpo conmigo y atendió a la mujer. Yo me estaba poniendo colorada. El corazón se desbocaba. Estaba sudando. La mujer parecía demorarse en su pedido y me observaba de reojo. Me sentía incomoda. Por fin se decidió, pago y se marcho no sin antes mirarme con curiosidad. Yo estaba cortada y parada hasta que su voz me volvió a la realidad.

Te referías a esta otra… – Me mostraba ahora la revista de hombres que servia de señuelo. Aunque emplasticada, parecía haber sido abierta.

si! –yo estaba tremendamente cortada-

Será mejor que pases a la trastienda. No estoy seguro que sea lo que buscas. Con un ademán me hizo pasar a la trastienda oculta tras una pared-estantería.

En la trastienda, sobre una mesa camilla, dejo la revista y me invito a hojearla. "Comprueba si es la que buscas" me dijo. Nerviosa pasaba las páginas. Primero tres hombres vestidos hablaban. En las siguientes páginas se desnudaban. El librero se acerco a mí por atrás y me susurro en el oído "asegúrate si es la que quieres". Yo no me retire. La siguiente página mostraba a dos machos humillando a uno más delicado, que empezaba a inclinarse mamar el pene de uno mientras el segundo le abría sus nalgas. Yo sentía la entrepierna del librero sobre mis nalgas. Mis piernas temblaban.

¿Te gusta lo que estas viendo? ¿Te gustaría hacerlo?

Si

Sentí rápidamente su lengua en mi boca. Yo le respondía, buscando mi mejor pose femenina.

Yo soy Roberto ¿Como te llamas?

Luis

Siguió besándome y magreándome. Estábamos calientes. De repente bajo mi pantalón de deporte y encontró mis braguitas

Así que mas que gay eres una putita en celo. Te gusta ser mujercita ¿Cómo quieres que te llame?

¡Mara!

Mi putita Mara, aquí no es lugar que sigamos, quedan apenas 10 minutos para cerrar. ¿Quieres venir a mi piso? Allí te puedo hacer toda una mujercita.

Como quieras.

Volvió a besarme, tocándome el culo mientras yo me rendía y buscaba su lengua. Me dirigió las manos a su entrepierna mientras me mascullaba… "acostúmbrate zorrita, acostúmbrate…". No separamos y cerró apresuradamente. Me invito a seguirle. Me dijo que era de Zaragoza, vivía aquí solo. Tenía amigos. Era gay. Aunque las niñitas como yo "también le ponían". Su piso estaba cerca. Un segundo piso anodino. En el cuarto de estar me mostró una colección de fotos "entre amigos"…. "Si quieres algún día con un amiguete te preparamos tu book de princesa"… Me puso más cachonda. Rápidamente me condujo a su dormitorio.

Me magreo entera, me besaba y devoraba. Me desnudo dejándome únicamente con mi braguita. "Caliéntate bien putita que hoy empezara a ser hembra". En algún momento bajo su cremallera y apareció su miembro. Era un pene normal. "Primera lección" recuerdo que me dijo. Arodillada empecé a lamer y posteriormente a mamar. Su mano tras mi nuca y sus susurros me mostraban el camino. "Usa la lengua nenita". Yo mamaba y sentía como crecía en mi boca. Se tumbo y me hizo ponerme de costado, arrodillada. Mientras mamaba, me daba tironzitos a mi pene y masajeaba mis huevos. "Voy acercándome a tu coñito nenita". "¿Querrás sentirte completamente hembra?".

Soy tu novia. –me aventure a decir-.

Eres una autentica hembra. Te gusta que te llame zorrita ¿Eh Mara? Traga putita. Comela. –En ademán dejo mi braguita recogida como si llevase un tanga del que se escapaba mi pene duro y excitado-.

De repente sentí un dedo en mi interior. "Estas húmeda por dentro". "Que cachonda". Un nuevo ademán y metió un segundo dedo. "Ya tienes dos dedos dentro", "Menudo zorrón, si estas limpita y todo". "Vaya si ya tienes tres de mis dedos dentro" ¿Seguro que eres virgen? Yo asentí. No quise comentar mis prácticas desde los diez años con diversos objetos mientras fantaseaba sobre mi feminidad. "Ponte a cuatro patas que voy desvirgarte".

Me puse en posición mientras el con un poco de vaselina terminaba de masajear los labios de mi esfínter. Con un ademán rápido la sentí dentro. "Ya la tienes Marita". "Por Dios que coñito mas caliente". Sentía sus acometidas y sentía lo que toda mujer busca. En mis muslos y nalgas su acometida. Cogida por las caderas. Su miembro entraba y salía. Yo fantaseaba excitada buscándome unos pechos que aún no tenía. Roberto se fijo y agachándose me susurro… "dame tu pezones que los pellizque"

De repente en un ademán se soltó. Se quito el preservativo y me atrajo a su miembro. "Nenita he de bautizarme". "Me has puesto tan cachondo…" Se sacudía agitado y rápido su miembro mientras yo lo lamía. Conozco un amigo que hará de ti la real hembra y puta que quieres ser…" "Chupa y mama, mamona"… Yo tragaba. Su mano impedía que me retirase. De repente una sacudida y una gelatina viscosa y salada rellenaba mi boca. "Traga nenita" "Es tu bautismo", "Papa te hará feliz y te buscara el machorro que buscas…"

Su semen se desbordo por la comisura de mis labios mientras excitada terminaba de masturbarme liberando a mi vez toda mi fantasía…"Mara eres morbosa y calentorra", "Llegarás a ser una auténtica puta".

Aquí acaba este encuentro, hubo otros pero son para otro momento… Un besote nenas

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