La primera exhibición de Emma
Cuando Emma quiso realizar todos sus sueños exhibicionistas y yo estaba allí para ser su fotógrafo privado.
Después de mucho tiempo hablando por el messenger del facebook, skype, whatsapp, etc, por fin llegó el momento. Emma estaba preparada. Su anterior relación no le fue demasiado bien y quedó muy tocada, si a eso le añadimos la opresión y la casi total prohibición de salir que tenía por parte de sus padres pues simplemente se obtuvo una bomba de relojería a punto de estallar, sus ganas de exhibicionismo, nudismo, ganas de ser fotografiada y demás llegaron al punto más álgido de su sexualidad y todo ese cúmulo de despropósitos eclosionaron el día en el que la iba a buscar a su casa y se dejaría exhibir con toda la libertad del mundo.
Mucho se había hablado, muchas ilusiones que pensaban no llegaría o que se echaría para atrás en el último momento, muchas dudas, pero que por suerte nunca se llegaron a producir y todo lo sucedido mantuvo su curso con la máxima ilusión posible.
Sin más, conduje hasta su casa, me paré cerca y le hice una perdida, si todo iba bien no importaría apenas discutir sobre lo que en esta tarde noche tendríamos que hacer porque cada uno se sabía el plan a la perfección. Sus padres no le impedirían salir, ya era mayor con sus 20 años y estaba cansada de ser una monja en casa, me respondió al whatsapp que en nada bajaría las escaleras. Yo me quedé en el coche, nervioso esperándola mirando su portal hasta que por fin la vi aparecer. Muy guapa como siempre, pequeñita y gordita, con buenas curvas en todos los lugares donde las mujeres deben tenerlas, y un culo y unos pechos que quitaban el hipo. Vestía un vestido corto y unas botas marrones con un buen tacón, justo como lo habíamos acordado. Cerró la puerta, me miró, sonrió y se dirigió a la puerta de su aparcamiento, bajó y los siguientes 2 minutos fueron de los más largos de mi vida, tenía mis dudas de que lo haría, mi corazón palpitaba y podía oir mis latidos a todo tren, hasta que casi se me paró cuando vi abrir la puerta de nuevo y salió como tantas veces habíamos soñado, sin el vestido, sólo con las botas, y unas llaves en la mano. Había dejado el vestido en el trastero y solamente vendría con las llaves y las botas por si no podía caminar descalza cuando fuera necesario. Cuando estaba a punto de cruzar la calle, le hice señas de que parase, me miró extrañada pero lo hizo, me obedecería en todo lo que le pidiese, hasta ciertos límites claro está, pero en todo caso esos límites eran muy lejanos.
Saqué la cámara y empecé a fotografiarla, era una tarde en la que empezaba a oscurecer y el barrio más residencial que otra cosa parecía un cementerio en ese domingo por la tarde, qué lastima pensé, con lo que disfrutaría de que saliera algún vecino o alguien de su barrio y se la topara así en la calle... sólo salió con el vestido para que sus padres no la vieran desnudo, después no había límite alguno sobre quien podría verla desnuda ni dónde poría llevarla, era su ilusión, lo que tantas veces me había comentado. Y con lo que yo tantas veces había soñado, una chica joven, pequeña y gordita, muy guapa, sin tabúes, sin redes sociales, sin peligro alguno sobre qué dirían sus amigos, o familiares si la viesen desnuda o la grabasen o fotografiasen en la calle, sin problemas en general a causa de su casi total reclusión en su casa y con apetito sexual voraz y un morbo para ser exhibida en plena totalidad después de su mala experiencia pasada.
Como no pasaba nadie, decidí tocar el claxon, ella me miró sorprendida, como diciendo, pero qué haces?, pero seguí insistiendo, sin éxito alguno, así que le dije que se acercara poco a poco, y la vi caminando, con todas sus curvas y con su preciso metro y medio en medio de su calle como dios la trajo al mundo con un balanceo hipnótico de sus pechos al son de cada paso. Casi intentó meterse en mi coche pero le dije que no es lo que iba a hacer, que me diera las llaves de su casa y de su trastero y que volviera a la entrada de su casa y que me esperara, que iba a dar una vuela en el coche a la manzana y volvería con la esperanza de que alguien se la topase desnuda para que luego me contase la experiencia, como prueba le dejé una pequeña gopro para que se hiciera algún selfie o mini video, no iba a dejar pasar una ocasión como esta sin prueba alguna. Me dijo que era algo arriesgado por si salían sus padres, pero con la sonrisa que llevaba en su cara se notaba que estaba excitada y ansiosa por hacer todo lo que le decía. Dicho y hecho, me tiró las llaves por la ventana, se alejó moviendo para mi su precioso trasero con la gopro en las manos, mientras a medio camino la encendió y se puso a grabar dando vueltas en medio de la calle. Mi excitación era monumental pero tenía que hacerlo mejor aún. Puse el motor en marcha y me alejé mirando por el retrovisor como Emma se autoogrababa desnuda en medio de su calle a apenas unos metro de su casa justo delante de las ventanas de sus vecinos y de sus padres mismos.
Decidí dar una buena vuelta, sin dejar de pensar en cómo se sentía, sin ropa, sin posibilidad de vestirse ni entrar a su casa, en la calle de toda su vida, con el viento azotando su cuerpo desnudo con total exposición a cualquier persona que pasase por aquella zona. Con la tontería de mis pensamientos, me pasé de largo el desvío en el que quería girar y me empecé a poner nervioso, no conocía demasiado aquella zona y me estaba yendo demasiado lejos, tenía que regresar ya porque no quería que pese a la emocionante de la situación y a su toyal morbo, le fuera a pasar nada de malo. Volví a girar un par de veces mientras los minutos pasaban, y justo al cuarto de hora encarrilé por fin su calle, al principio de todo, aceleré para poder llegar rápidamente donde ella vivía, y mi sorpresa fue mayúscula: allí no había nadie, ni a un lado, ni a otro de la calle. Empecé a sudar de lo lindo, qué iba a hacer? la habían raptado? una chica de 20 años desnuda en medio de la calle era una tentación demasiado grande... lo mejor sería irse de allí pitando y aparentar que no sabía nada del asunto, a decir verdad a mi nadie me conocía ni ella tenía a nadie con quien hablar de mi... sí era lo mejor, la excitación me bajó en picado mientras estaba parado delante de su puerta con el coche en segunda fila. Mi cabeza estaba a punto de explotar cuando de repente oigo: hola, sí que has tardado!, me giro y la veo caminando como tal cosa, con su absoluta desnudez, con un brazo levantado mientras se seguía grabando con la gopro.
Como has tardado mucho y me aburría, decidí dar la vuelta a la manzana mientras volvías.
En tu manzana? en tu vecindario? pero si es enorme, podría haberte pasado cualquier cosa y no sabría donde encontrarte...
Tranquilo, ha sido emocionante a cada paso estar desnuda esperando ver salir gente del bar o de cualquier portal o comercio donde todos me conocen de pequeña.
Bueno, al menos no te ha pasado nada, y ni siquiera ha pasado gente ni coche.
Entonces me miró lasciva, y me dijo:
- ¿Éso es lo que tú te piensas?, pues entonces te sorprenderá lo que he grabado en la gopro.
Me quedé helado, ¿qué había pasado esos 15 minutos en los que había estado dando vueltas con mi coche?
- Venga, entra y me lo vas contando.
Se acercó a mi, me cogió la mano la puso contra su culo y me dio uno de los mejores besos que me han dado en mi vida mientras apretaba todo su cuerpo y sus pechos en mi torso y notaba su piel en plena ebullición, ¡esa chica no estaba caliente, estaba ardiendo! Seguidamente me miró, rió, me entregó la gopro y se fue caminando hacia el coche como quien no quiere la cosa, se sentó, se puso el cinturón que le quedaba de maravilla entre sus pechos mientras yo seguía embobado de pie en la acera, hasta que desperté, fui corriendo al coche y me senté.
- Si quieres, antes de partir, mira el video que he grabado a ver qué te parece.
Me pareció una genial idea, aparqué algo mejor el coche, me giré a verla y estaba preciosa, sonriendo con total naturalidad mientras aunque pareciese un sueño seguía desnuda en mi coche, con su culo aposentado en el asiento del copiloto y sus pechos bailando con sus movimientos, y pese a estar gordita, la tripa que le salía le quedaba tremendamente sexy.
- Veamos, qué gran video puedes haber grabado en estos 15 minutos...
Encendí la gopro con su pequeña pantallita y al cabo de unos segundos la miré petrificado de excitación y con un morbo que podían cortar con un cuchillo... pero ¡¡¡qué era eso!!!!
No podía dejar de sonreir.