La primera entrega de mi mujer

La verdad, es que nunca imaginé que accediera, pero la llenaron de una gran polla.

Hola y saludos a todos, sobre todo a los que anhelan ver cumplidos sus sueños cornudos y bueno,,,,,unos lo han conseguido, otros a medias, otros no,..etc.

Lo que brevemente voy a relatarles, sucedió hace años y me produjo tal temperatura en su momento, que todavía se me enciende la cara al pensar en ello y deseo con locura que volviese a ocurrir, pero.............

Siendo un matrimonio normal, serio y educado, sencillos, con una vida como todos, dos hijos, un trabajo, etc, la vida sexual normalita como muchos...........La verdad es que mi mujer, digamos en adelante Maria, para no dar detalles, nunca ha sido fantasiosa en el sexo, !claro que le gustaba que la trabajase, pero enseguida quería correrse y poco más, nada de fantasías ni juegos, nada.

Yo, Javier , por mi parte, en el sexo, era y sigo siendo, un libro abierto, digamos que podría encajar perfectamente en un estilo de vida swinger, pero no ha sido así, el estar en un matrimonio, implica mucho y para mi está antes que nada la estabilidad y respeto.

Bueno, al grano................todavía no se como logré convencer a María, de verdad es que muchas veces me lo pregunto y no consigo contestarme, llevaba mucho tiempo comentándola en ciertos momentos que la veía receptiva, la posibilidad de dar un toque de pimienta al sexo en nuestro matrimonio, ella estaba bien, bajita, morena y con unas carnes duras, por entonces sobre los 37 años los dos, -ya pasamos de los 50-; como digo la comentaba cosas que todos podemos imaginar, que si unos juegos con otra pareja...etc; ella siempre se sorprendía y me contestaba: !pero muchacho, con quien íbamos a jugar de estas maneras, donde, que vergüenza si se entera alguien, etc. yo la comente que había visto un anuncio en la revista del momento por aquellos años, de un matrimonio de nuestra edad más o menos, en nuestra región, Extremadura y que podia entablar algún diálogo en este sentido; ella me dijo, bueno, pero comunica tu y ya veremos, cono lo que mantuvimos un par de cartas o tres con el citado matrimonio y bien, similares, novatos totales, normales en todo, etc.

Pero como digo, y no se como, después de mucho trabajar el asunto, pues nada, me dice: Vale, vamos a visitarlos, -yo no acertaba a creerlo- así que un sábado por la tarde, nos fuimos de la provincia de Cáceres. Durante el camino, María me comentaba: Pero si llegamos a algo, yo no se la chupo, primero a ver como es el hombre, me da vergüenza,  etc etc. La cuestión es que llegamos, como en casi todos estos casos similares, en una cafetería, las presentaciones, un café, conversaciones triviales, etc, hasta que bueno, ellos, -digamos Fran y Silvia- nos invitaron a cenar en su casa y todos muy nerviosos y novatos, pero con los cuerpos ardiendo, al menos yo, nos encontrábamos poco después en su casa, solos, -habían dejado los críos con sus padres-. La verdad, muy bien, buenas personas, una conversación agradable, unas copas después de la cena, María no bebió, yo creo que temblaba como un flan, a pesar de que lo disimulaba bien.

La cuestión es que comenzamos a romper el hielo y derivar la conversación hacia lo que todos habíamos propiciado, que era eso, dar un poco de rienda suelta a la fantasía y al menos por mi parte, intentar que mi esposa María y todos, disfrutásemos.

Como quiera que sea, comenzamos a ver unos vídeos familiares de ellos etc y luego Fran propuso ver una peli que tenía y que ellos veían en los momentos calientes, así que al poco rato, todos estábamos callados viendo en la peli como dos parejas se entregaban a todo, se cortaba el aire con un cuchillo hasta que Fran comenzó a meter la mano por debajo de la falda a su mujer Silvia y de reojo lo veíamos, así que me animé y dije: A ver, estamos nerviosos y no nos decidimos, hagamos algo y pasémoslo bien si todo es correcto y nos encontramos cómodos.

Decidimos quedarnos a solas cada uno con la pareja contraria y hablar un poco, tomar confianza sin los respectivos delante etc, por lo que nos toco a su esposa Silvia y  a mí, irnos a charlar a otra habitación, mientras Fran y mi mujer María, se quedaban en el salón. Convinimos que cuando nos encontrásemos confiados y tranquilos, reunirnos en el dormitorio principal, en el cual nos había tocado quedarnos a Silvia y a mí.

Silvia y yo, llegamos al dormitorio y yo iba ardiendo del morbo que llevaba encima y más pensando que harían Fran y mi mujer María en el salón. No hablamos apenas, nos quedamos de pié y, simplemente como dos imanes, nos pegamos en un morreo impresionante mientras mis manos levantaban su falda y apretaba sus nalgas sin que ella rehusase nada, -yo notaba que también era morbosa y estaba caliente- seguido la tumbé en la cama y la aparté la braga comenzando a comerla el coño con una desesperación y ardor indescriptibles mientras como posesos nos íbamos quedando desnudos y en un 69 lujurioso nos comíamos como locos.

Seguí lamiándola el voluminoso culo y metía mi lengua en su ojete hasta que me pidió que la penetrase el culo, que su marido lo intentaba pero con la enorme polla que tenía no se atrevía................ y así nos pillaron en el dormitorio poco rato después, mi mujer y su marido.

Estuvieron un par de minutos mirándonos y al poco desaparecieron. Silvia era ardiente y se corrió dos veces, una por el culo y otra mientras la comí el coño, así que dijimos de ver donde estaban nuestros respectivos y en silencio fuimos desnudos hasta una habitación contigua y entre la puerta vimos a los dos, mi mujer en pompa sobre una cama y Fran con la polla dentro de su coño, !aquello no era una polla, era un trabuco¡, pedazo de polla se estaba tragando por detrás María, no hablaba, sólo jadeaba casi en silencio, jamás he vuelto a sentir tanto morbo en mi vida.

Nos fuimos de nuevo al dormitorio y volvía follar a Silvia el culo, cuando al rato, desnudos María y Fran, se nos presentaron en el dormitorio mientras yo follaba a Silvia por detrás.

María estaba roja como un tomate y se sentó en una silla mirándonos y Fran se fue hacia nosotros, se tumbó boca arriba en la cama, Silvia se tiró encima de el y se metió su enorme polla hasta dentro en el coño al tiempo que me indicó que se le metiese de nuevo en el culo. Así estuvimos un buen rato hasta que nos corrimos todos de nuevo mientras María sentada en la silla nos miraba.

Después de ducharnos, Fran y Silvia nos invitaron a que nos metiésemos los cuatro de nuevo en la cama, pero María dijo que prefería dejarlo para otro momento.

Nos quedamos a dormir en su casa y ya a solas, mi mujer me confesó que si que se había corrido, que había tenido un poco de vergüenza, pero que con tacto y en buena armonía, podríamos hacer algo más en otra ocasión. Cuando la toqué el coño, lo tenía ardiendo y chorreando, jamás se lo había visto así en todos los años de casados.

Con todos los respetos, creo que hay muchos perjuicios, falso pudor,etc y la mujer en general no se abre por ese miedo a que dirán, etc, pero salvo raras excepciones, a ver que mujer no se pondría ardiendo con un par de buenas vergas y si le va, como no, un buen coño.

La verdad es que por circunstancias, no pudimos verlos más, pero si que hay otra historia real con algo de bi en ella que si lo desean contaré más adelante, ya que tras esto, no hemos vuelto a tener este tipo de relaciones.

SALUDOS.