La primera confesión de mi esposa
Engaño en la luna de miel.
La primera confesión de mi esposa
Luego de las experiencias narradas anteriormente, mi mujer decidió contarme lo que había pasado en nuestra luna de miel. Algo de lo que yo nunca había sospechado, pero que ahora que lo se, comienzo a entender algunas cosas.
De recién casados fuimos a pasar muestra luna de miel a Punta Cana, en Republica Dominicana; es un pequeño país en el caribe lleno de gente muy hospitalaria, capaz de hacer lo que sea por complacer al turista. En su composición étnica hay mucha gente de color, la cuál es aún más simpática y amable.
Recuerdo que las mozas del hotel eran tan simpáticas y amables que luego de los primeros días y unas buenas propinas, se dejaban tocar las piernas por mi cuando venían a servirme y hasta e llegado a acariciar sus traseros delante de mi esposa sin que ella se de cuenta.... o al menos eso creí....
Bueno lo que les voy a contar me lo confeso mi mujer, mientras estábamos en lo mejor de una cogida, mientras yo se la estaba metiendo, ella comenzó a hablarme al oído, entre jadeos y gemidos.
Diana: "Tengo que confesarte algo, Juan!. Te acordas en nuestra luna de miel?
yo: Que cosa?
Diana: vos sabes que yo siempre fantaseo con un negro no?
Yo: Si
Diana: Bueno en la luna de miel, te acordas de Hector?
Yo: no, quien era?
Diana: El coordinador de las actividades recreativas, el negro musculoso.
Yo: Si, lo recuerdo
Diana: bueno, el siempre me miraba, sobre todo cuando estaba tomando sol en topless y me hacia caras. Y la verdad es que a mi me excitaba tanto que se las correspondía.
Esto comenzó a excitarme más y empecé a imaginar la situación..
Diana: bueno un día, que vos estabas desayunando, y yo me dirigía hacia ahí. Me cruce con el y nos pusimos a charlar. Y el me confeso que yo lo excitaba mucho, que no podía dejar de mirarme y que le gustaría que nos conociéramos mejor.... yo le dije que no podría ser y me fui... Pero a partir de ahí comencé fantasear con el..
Yo: Bueno amor eso es normal que suceda, lo importante es que me lo cuentes y que no haya pasado a mayores
Diana: Es que, bueno nada
Yo: que? Dime
Diana: unos días más tarde que vos estabas en la piscina y yo tomando sol. Héctor comenzó a mirarme nuevamente y hacerme gestos obscenos. Entonces no pude mas, deseaba probar y....
Yo: que? Que hiciste?
Diana: Fui hasta donde estabas vos y te dije que iría a averiguar los horarios de gimnasia femenina y que luego a la habitación al baño. Entonces con esa excusa, me dirigí hacia Héctor y le dije que lo esperaba en la habitación en unos minutos. Me dirigí a la habitación y antes de cerrar la puerta el ya estaba llegando. Entro y ahí nomás, me beso y me metió una mano entre las piernas buscando mi conchita. Ya estaba húmeda, por lo que su dedo no dudo en penetrarme, su otra mano me saco el corpiño de la bikini y tomo una de mis tetas con fuerza. Luego, retiro sus manos y me saco la tanga, y con sus dos manos me tomo de las nalgas empujándome hacia el.....ahí sentí, un enorme mástil negro contra mi estomago y no resistí la tentación. Me arrodille, baje sus pantalones, y saque ese enorme y brilloso palo negro de unos 22 cm y comencé a lamerlo....
No podía creer lo que me contaba pero no deseaba que se detenga, porque eso me ponía mas y mas caliente..
Yo: y? Continua
Diana: Luego le coloque un preservativo, el cual le quedaba chico y una vez puesto; me alzo a upa suyo y me penetro de parados, con sus manos me sujetaba de las nalgas y sus dedos me penetraban por el culo. En ese momento tuve un orgasmo impresionante. Luego me bajo, me hizo arrodillar y poner mis manos en el suelo; coloco saliva en mi ano y empezó a hacer fuerza para penetrarme, como tu sabes mi culo era casi virgen y su enoerme pene no lograba penetrarme hasta que en un momento me logro introducir la mitad de el. Empezó a bombera mientras sus manos estimulaban mi clítoris, cuando estaba bien caliente salió me arrodillo, saco el preservativo y tomándome de la cabeza con ambas manos me metió su pene el la boca donde expulso toda su leche caliente.... Luego de eso me bañe, me vestí y fui con tigo devuelta, me había dejado la rayita tan abierta que la tanga de metía entre mis labios y tuve que ponerme un short. Lo recuerdas?
Yo: Si te recuerdo con ese short ajustado, que me calentó tanto porque los labios de tu vagina quedaban separados, lo que yo no sabia es que el negro te los había abierto...
En ese momento acabe y tuve un orgasmo impresionante, ella al sentir mi semen comenzó a gemir y a disfrutar su tercer orgasmo. Porque mientras me relataba la historia había tenido otros dos
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