La primera caliente cita de una bonita historia
Fue la primera después de quedar varias veces. El preámbulo de una bonita historia
Había salido de casa con las cosas claras.
Hoy, le beso!
Había buscado cualquier excusa durante los últimos 4 días para verlo y había salido decidida igual que hoy, pero la vergüenza y que no tenía claro si él sentía lo mismo me paralizaba.
Miradas y sonrisas tontas habían marcado la última semana de unas quedadas con mucho rollo y una amistad sana.
Mientras aceleraba me di cuenta que a cada kilómetro que me acercaba me sentía más nerviosa y acalorada.
Eran los nervios? el morbo? que me ponía mucho?
Llame al timbre y abrió la puerta con la euforia de siempre.
Era un chico atractivo, vivaracho y con mucha energía.
Andaba vestido de sport como buen deportista que era.
Su cuerpo era robusto y fuerte. La ropa que llevaba siempre dejaba entrever que estaba musculado.
Me ofreció una cerveza y nos sentamos a conversar de cualquier cosa.
Mientras él hablaba, yo observaba sus muñecas fuertes, sus manos grandes... Mi mente divagaba y podía hasta sentir como sujetaban mi cintura desnuda mientras imaginaba una escena bastante porno.
- Céntrate!- pensaba.
Su mirada era limpia y tierna. Sus pequeños ojos tenían moteados de verde y miel y brillaban más cuando sonreía a pesar de quedar escondidos por la mueca de la risa.
Yo hablaba de algo mirando hacia otro lugar, pero en mi mente sólo estaban las ganas de besarle. Podía olerle y hasta rozarle sentado en el costado de la mesa, estaba muy cerca.
Mantenía los codos apoyados en la mesa y sus bíceps asomaban por la manga corta de la camiseta que llevaba. Estaba fuerte, si. No excesivamente, pero se notaba que hacía ejercicio y se cuidaba.
Percibía su olor cuando gesticulaba con las manos al hablar. Un olor entre perfume y corporal que producía en mi estómago vuelcos parecidos a como cuando vas a subirte en una montaña rusa por primera vez.
Yo seguía hablando.
- Bueno!- me cortó - yo ya tengo ganas de probar tu sabor...
Sonreía esperando una respuesta.
Me había dejado atónita. Mis pensamientos acababan de pegar un frenazo para pasar a la realidad.
- venga!- le dije con una sonrisa y me acerqué para poder besarlo.
En un segundo, se abalanzó al sofá donde estaba sentada besandome efusivamente y mientras jugábamos con la lengua buscaba desabrochar mis pantalones.
No sólo quería besarme, iba a follarme!
Antes de que me diese cuenta, mis pantalones junto con mi tanga habían volado por encima de la mesa y su cabeza se situaba entre mis piernas.
Me sujetaba las piernas en alto mientras con su lengua recorría mi coño mojado de hacía ya rato. Bajó un poco más y se detuvo en mi ano lamiéndolo suavemente para volver a jugar con mi clítoris de nuevo.
Me abría los labios y lamía insistente.
Estaba tan caliente que pensé que me iba a correr así mismo...
No aguante mucho, me tocaba probarlo, necesitaba probarlo.
Le subí la cabeza apartandola de entre mis piernas.
- Me toca- dije
Busque desabrochar su pantalón mientras se ponía de pie, pero enseguida se los quito él.
Se bajó la parte delantera del calzoncillo para quitarse el resto después y asomo una enorme polla dura y tiesa.
Tenía una ligera curvatura hacia arriba que más adelante comprobaría que me volvería loca de placer.
Se la agarré con una mano y me dispuse a comérsela bien.
Estaba tan cachonda que me la metía entera y a pesar de las arcadas seguía comiéndosela sin parar. Mi mano llena de saliva resbalaba acompañando mi boca arriba y abajo.
- Te la quiero meter- me dijo mientras me cogía del brazo para ponerme de pié.- ven! Vamos al cuarto!
Caminaba por el pasillo con él detrás dirigiéndome por la cintura y besándome la espalda mientras me rozaba las nalgas con su miembro y entramos en su habitación.
En el camino me quité el jersey y el sujetador y lo tiré a un lado al entrar.
En la pared al lado de la cama, un espejo enorme llamó mi atención y me puse más caliente imaginando el reflejo que iba a poder observar.
que quieres hacer? - me preguntó mientras me besaba pasionalmente.
follar! - contesté. Y me apoye en la cama a cuatro patas ofreciéndole una visión de lo que podía tomar.
Se agachó y me dió un lameton desde el clítoris hasta el ano, se agarró la polla que estaba dura y grande y empezó a metérmela muy despacio.
Mi coño palpitaba y la absorbía mientras entraba.
Miré al espejo mientras gemía por la penetración en busca de ver la escena que me estaba volviendo loca.
Tenía su polla enorme entrando por mi coño desde atrás mientras agarraba mis nalgas fuertemente y las separaba para ver mi culo.
Miré su cuerpazo. Se notaba que siempre había hecho deporte y se le marcaban los abdominales cada vez que empujaba su polla dura dentro de mí. Sus glúteos redondos se endurecian con cada empuje y provocaban que su miembro creciese un poco y llegase más hondo.
Alargué mi mano por debajo de mis piernas para tocarme, pero comprobé que no me hacía falta. Mi clítoris estaba tan hinchado que solo el golpeteo de sus huevos en cada embestida ya lo masturbaba, así que me acomode para seguir teniendo buena visión a través del espejo y me dispuse a disfrutar de la acción.
Enseguida llegó el primer orgasmo fruto del espectáculo que estaba viendo y disfrutando.
Mi flujo salía resbalando por su polla y goteaba por sus huevos.
Saco su polla mojada y me la restregó por todo el coño, luego por el culo...
Con un ligero empujón me puso boca arriba y volvió a follarme así.
Me sujetaba las piernas en alto inclinadas a un lado mientras de rodillas movía la cadera frenéticamente y su polla entraba y salía de mi.
Paró un segundo para colocarse en cuclillas con la polla aún metida en mi y mis piernas sobre sus hombros y siguió metiéndomela de arriba a abajo mientras hacía una especie de sentadillas.
Empecé a gemir a gritos.
Su polla entraba forzada hacia mi culo y eso hacía que la sintiese toda entrando y saliendo, presionando puntos que hasta ahora no había notado nunca.
Me corrí otra vez entre gritos agarrándome a las sábanas y retorciéndome de placer.
Unos segundos después, su mirada en mis tetas, sus músculos poniéndose rígidos y su sonrisa con los dientes apretados me decían que iba a correrse él.
Gimió mientras seguía moviéndose despacio y me inundó de un abundante semen caliente.
Me recliné para que me soltase y suavemente me dejó en la cama sentándose en el borde.
Seguía con la polla dura y tiesa. Se la tocaba mientras me seguía con la mirada. Le besé jugando con la lengua mientras se la agarraba y le masturbaba despacio.
Aquello no bajaba, ni iba a bajar.
Me levanté y me puse frente a él. Me acercó obligándome a abrir las piernas para dejar las suyas en medio pero estando aún de pié y me comió el coño lamiendo cada gota que salía de nuestras corridas. Chupaba intensamente, me metía un dedo y lo sacaba para rechupetearlo. Volvía a meterlo y lo movía mientras a mí se me ponían hasta los ojos en blanco. Lo sacaba y lo chupaba otra vez...
- La quiero dentro otra vez!- le dije
Me senté en su polla y empecé a moverme despacio. Él se dejó caer en la cama,tumbado y yo me dispuse a disfrutar otra vez.
Me la había metido toda y frotaba mi clítoris con su pubis moviendo la cadera con un bamboleo circular.
Me agarraba las tetas fuerte mientras me pellizcaba dulcemente la punta de los pezones.
Me sentía supe excitada teniéndolo ahí abajo mirándome con una sonrisa mientras disfrutaba. Empecé a tocarme mientras gemía casi sin respirar.
De repente se le puso más dura y su expresión cambió.
Se mordía los labios y me miraba con ojos de depredador. Había empezado su camino hacia el orgasmo.
Me incliné para besarlo mientras sólo movía mi pelvis arriba y abajo usando el twerking aprendido en zumba.
Su polla resbalaba entrando y saliendo unas veces solo la punta y otras hasta el final.
Su cuerpo empezó a ponerse más duro al mismo tiempo que yo me excitaba más y más.
Le besé y casi no era capaz de responderme.
- Córrete, vamos!- le susurré - me voy a correr otra vez.
Ahora empezó a moverse él también moviendo mis caderas al ritmo que él quería.
Prácticamente saltaba encima de él y podía oírse un Palmetto rápido y constante.
Mis gemidos eran cada vez más rápidos. Volví a tocarme para poder culminar mi placer.
Me corro!- grite mientras gemía con un orgasmo intenso
y yo!
Se sumó a mi gemido y los dos estallamos de placer.
Al acabar mi orgasmo me derrumbe sobre el con su polla aún dentro de mí mientras mi coño chorreaba nuestros flujos calientes.
Tenía el pecho empapado en sudor y yo el cuerpo entero.
Acaricié uno de sus pechos allí tumbada y él respondió con un espasmo en todo el cuerpo, sacudiéndose.
No pude evitar reírme...
- queeeeee??
Me abrazó, nos besamos, le acaricie la espalda y nos fundimos en un sueño profundo mientras permanecíamos enmarañados exhaustos de placer.