La prima elisa
Pequeña história de la estancia de una prima y su famili en la residencia veraniega de un joven universitario, sucesos eroticos entre ambos y con su madre. Introducción y 7 Capítulos
LA PRIMA ELISA
INTRODUCCION.-
Corría el comienzo del verano y ya hacía una semana que mi familia se había desplazado a la residencia habitual estival, un dúplex tirando a chalecito cercano a la playa, muy cómodo y agradable. Mi vida transcurría relajadamente sin grandes avatares, necesitaba recuperarme de mi ajetreado curso, por lo que me dejaba llevar por cada momento según iba ocurriendo, al ser muy poco el tiempo transcurrido desde nuestra instancia estival aún no había empezado el síndrome del aburrimiento, pasando el mismo entre el ocio, la navegación y alguna salida con alguna copita.
Mi hermana se encontraba recién ida a Escocia para un curso de inglés de esos que nunca se aprende ingles y mis dos hermanos mellizos menores en el campamento de verano con el colegio. Por tal motivo mis padres estuvieron comentando de la posibilidad de llamar e invitar a unos tíos por parte de mi padre que ya hacía casi tres años que no les veíamos, vivían en una provincia de interior a unos 450 o 500 Km. Los típicos tíos muy modestos tanto espiritual como económicamente, él funcionario de escala baja y mi tía algún trabajo esporádico con una hija algo menor que yo que desconocía que estaba haciendo, si recuerdo que de una carita muy alegre y simpática de jovencita. Tras varias llamadas e insistencias reiteradas y mi padre aparentando con su dinero les regaló los billetes sacados por internet, para venir en una semana.
Al venir tres me dijo mi padre de llevarle al aeropuerto a recogerlos y por lo tanto viniendo él allí estábamos tres cuartos de hora antes. Transcurrido el tiempo salieron por la puerta de llegadas mis tíos acompañados por un monumento femenino de bucles rubios brillantes, de entre diecisiete a veinte añitos, respetable estatura, cuerpo de modelo disimulando con una camisola airada unos abundantes pechos, entre 70 – 80 de talla, con una tez finísima de esas que dicen tócame que veas que es cierto, muy poco acompañada de maquillaje. Mi impresión de aquella chiquilla que yo conocía a la mujer que acababa de presentarse delante de mi fue como de sobresalto emocional. Tras los correspondientes besos y abrazos acompañados por los consecuentes piropos personales mi tío me dijo:-Alvarito te acuerda de la prima Elisica-, respondiendo con el consiguiente mosqueo de lo de Alvarito que si hubiese venido sola no la hubiese podido reconocer. Al cabo de una hora ya nos encontrábamos en casa, saludos con mama, ubicación para pernoctar y aperitivo de media tarde previo a la cena. Después de cenar se imponía una sobremesa debido al cansancio del viaje de los familiares, mis padres y tíos se quedaron juntos hablando y Elisa y yo estuvimos en una mesita del pequeño jardín intercambiando estados personales, trabajo, estudios, formas de vida en el pueblo, etc… al mismo tiempo que no le quitaba la vista de encima aprovechando el mas mínimo movimiento de asomo de escote, el cual vislumbraba unos hermosos pechos. Los dos eramos muy jóvenes y conocíamos perfectamente la movida de nuestra edad aunque yo tuviese cuatro años mas que ella, por lo que nos adentramos en aquí pasa esto, ¿y en el pueblo?.....
CAP.I.- PRIMEROS CONTACTOS.
Al día siguiente, lo típico de enseñarles la zona mañana y tarde con el consiguiente paseo y baño en barco a medio día con aperitivo incluido. Ahí me di cuenta del cuerpazo de Elisa, aunque con unos pechos excesivamente apretados por el biquini donde se notaban disimuladamente los pezones, con una sobresaliente corona del pezón, típica de jovencitas lo que me sobreexcita tremendamente. Culito respingón de esos que entra ganas de clavarla desde atrás, biquini discreto pero insinuante, tejido finito que vislumbraba su pubis abultado y peludito, que una vez mojado se reafirmaba aún más. Cuando estábamos bañándonos le dije que tenía un cuerpo prohibido para enseñarlo en un pueblo, nadando llegamos a una cala cercana donde había anclado, sin toallas ni nada nos tendimos en la arena de espaldas a una roca, insinuándole que allí los visitantes era típico que se quedasen desnudos. A lo que únicamente hizo una bajada de tirantes del sujetador del biquini permitiéndome que le diese crema bronceadora. Al poco nos volvimos al agua dándose cuenta ella discretamente que mi rabo estaba medio empalmado, sonriente me dijo: –hala al agua que te vendrá bien para quitarte los calores-.
Por la noche nos fuimos a visitar los distintos lugares de ocio donde íbamos encontrando algunos amigos y amigas en los distintos lugares de copas. En alguna disco bailamos en grupo con los amigos o en parejas cuando la música lo requería, una de las veces estaba con un compañero y yo no dejaba de mirarla, ella se dio cuenta y también lo hacía, me excitaba ver su cuerpo juvenil moverse, yo serio no dejaba de quitarle la vista de sus ojos, al poco tuvimos ocasión de bailar junto y la excitación fue mayor, notar las puntas de sus pechos restregándose en mi, me permitía bajar las manos por debajo de su cintura donde se adivinaban unas bragas pequeñitas, no tanga, al mismo tiempo que acercaba su cuerpo al mío sin que hiciese ningún amago de huida. Creo que se percataba de que estaba con un empalme incipiente pues de vez en cuando era ella la que se apretaba a mi. Separando su cara de mi hombro y manteniéndose muy pegada me preguntó si me gustaba, a lo que le dije que mucho. De mutuo acuerdo salimos de la disco con un cubata en un bote cada uno. Me dijo que ya estaba cansada y que prefería estar a solas conmigo, me cogió de la mano y empezamos a caminar. La casa quedaba lejos pero elegimos caminar con el agradable fresco de la noche.
En nuestra vuelta me comentó que mis amigas le dijeron que yo era un inalcanzable, que si que habían conseguido algunas salir alguna vez sin llegar a nada estable, que una le dijo, poniéndosele los mofletes coloradillos a la luz de una farola, que si tenía suerte podía ser follada por un gran rabo, que se había corrido entre ellas el tamaño de mi rabo. Esto dio pie a que nuestra conversación derivase hacia lo sexual. Le comenté lo importante que eran para mi estos asuntos, que de vez en cuando salía con alguna amiga y terminábamos haciendo el amor, aunque seguía teniendo algo de insatisfacción, como si faltase algo más. Ella sugirió que posiblemente fuera un poquito de amor, que el sexo debe de ir acompañado de algo más: -Oye tu sabes mucho- a lo que me comentó que nó, que muy poco, sus experiencias sexuales eran mínimas y muy insatisfechas, las típicas en un coche o algún otro rincón sin entrar en detalles. Le confesé que cuando tenía ganas de hacer el amor no tenía inconveniente en hacerlo casi de inmediato, siempre había alguna amiga agradable dispuesta a prestar su apartamento con su cuerpo donde retozábamos horas. También le confesé que era cierto lo del tamaño, según me decían, mi madre en mi inocente juventud le salían frases como: -¿Quién tendrá la suerte de llevarse esto?- también recuerdo, le comentaba secretamente, que le gustaba enjabonarme cuando me bañaba de joven, recreándose en darme jabón en mis partes dándome un gran rubor cuando yo notaba que aquello crecía, tal vez lo que ella deseaba, y una vez casi estuvo a punto de hacerme una paja si no me giro rápidamente mientras ella preguntaba sarcásticamente ¿Qué me pasaba?. Noté que no le disgustaba en mi este tipo de conversación, al contrario, por lo que decidí continuar.
Entre bromas y verdades le confesé que uno de mis vicios en sexo era la buena pornografía, el sexo silencioso, a lo que me dijo que según que porno no le disgustaba, que ella aunque no mucho pero también se bajaba algo de vez en cuando y algunas veces con amigas donde comentaban de todo. Le pregunté que si no acababa algunas veces masturbándose a lo que ruborosamente me dijo que sí y hasta en grupo, yo le confesé que salvo dificultades siempre acababa masturbándome, muy despacito y durante largo tiempo pero al final corriéndome. Solamente una vez había estado viéndolo con una amiga, pero estaba realmente loca de atar, aun así me excitó muchísimo el estar en pareja. Le sugerí si quería que lo hiciésemos a lo que me contestó con un poco de vergüenza que podíamos probar pero si se encontraba incomoda me lo decía y cortábamos. Le indiqué que no había problema o nos poníamos en la terraza si los abuelos se habían acostado o nos poníamos en el jardín siempre hablando bajito. En ese momento ella se paró acercándose cariñosamente y dándome un delicado beso en los labios mientras decía: –hagámoslo-, me quedé muy parado y acerqué mi cara a la suya rozando una y otra vez mis labios muy suavemente sobre los suyos como lamiéndolos, ella se excitó y me propinó un tremendo beso lametonero quedando los dos enganchados, entrelazando nuestras lenguas hasta que un coche pasó pitándonos. Ya estábamos muy cerca de casa y continuamos cogidos de la mano sin decir palabra salvo algún apretón entre nuestros dedos.
Al llegar a casa estaban los abuelos aún despiertos pero con graves síntomas de somnolencia, pasamos a la cocina a refrescarnos y le dije a Elisa de esperar a que se acostasen disimulando nosotros escuchando un poco de música, le sugerí prepararnos una copa a lo que accedió. Salimos a la terraza con todos y dije en voz alta: -¿Elisa te apetece una copa de algo y un poco de música?, ¿Y a vosotros?- Lo que agradecieron indicando que era muy tarde y única mente estaban esperándonos para acostarse. Una vez puestas las copas y una música bajita y agradable me puse un poco separado con mi PC hasta que los abuelos se despidieron amablemente hasta el día siguiente, posteriormente Elisa se vino junto a mi apretándose como si fuese invierno y tuviese frio, al poco abrí un disco duro que tengo con mis colecciones desplegándose todo un listado y preguntándole a Elisa si prefería algo en especial. Pajas, chupadas, grandes pijos, corridas en la cara, sacadas de leche con la boca, etc,etc……… de algunas cosas me preguntaba que era o diferencias entre esto o aquello, optó porque pusiese lo que yo quisiese. Le puse unas pajas monumentales de una pornostar que las hacía muy sensualmente y en primeros planos haciendo que la leche saliese muy lentamente como si emanase del pijo como en un volcán la lava, de esta misma pornostar unas mamadas en el mismo plan dejando salir la leche al final muy despacito. Cada video lo iba pasando mas o menos rápido y comentándolo con ella, eso me excitaba tremendamente y se lo dije, haciéndole al mismo tiempo preguntas morbosas a su oído: -¿Le haces eso a tus amigos?, ¿Cómo te gusta hacerlo?,….-. Le puse uno de un negrazo con una polla descomunal que primero se la chupaban, después se follaban hasta donde podían y con corrida en la boca, al mismo tiempo que le preguntaba si le gustaría meterse una cosa así que le llenase de leche su coñito. Me confesó que nunca se había metido una polla aunque varias veces se había quedado con ganas, que no le gustaría una tan grande y menos tan negra, que le gustaba verlo pero que no lo haría. Me pidió que continuase que estaba muy excitada y se estaba mojando toda, le puse una gran follada excitante y con magnifica corrida final, le comente que siendo mujer simplemente se podía meter un poco la mano y masturbarse, me contestó que prefería que se lo hiciese yo y que continuásemos. Le fui poniendo unos y otros y le llamó la atención las chupadas sin manos con sacadas de leche de la polla, le expliqué que era de las cosas que más placer me producía si me lo hacían bien, que no me gustaba que se tragasen la leche, si que la dejasen salir fuera. Mientras mi verga se había puesto tremendamente dura y se me notaba bastante por fuera de mi pantalón, cosa que ella se dio cuenta pasando su mano por encima y diciendo que mi amiga tenía razón. Me preguntó si me la meneaba y le dije que si aparecía casualmente algún abuelete nos íbamos a poner en un compromiso, por lo que le sugerí que continuásemos un rato y después nos fuésemos al garaje, cosa que le pareció muy bien. Le aclaré que mi polla estaba chorreando y haciéndome daño del empalme que tenía ahí encerrada, por lo que acerté en poner un video donde se veía como sale el líquido preseminal previo.
Me hacía preguntas de si estaba operado, si me la chupaban mucho, cuanto follaba, etc……. Algunas cosas las contestaba y en otras seguíamos viendo videos, mientras veíamos corridas en la boca y cara le comentaba que no estaba operado pero que descapullaba muy bien, explicando lo de descapullar, cosa que me gustaba más que tener el glande siempre fuera, por lo que perdía algo de sensibilidad, entre medias de vez en cuando le soltaba: –eso que estás viendo te lo haría yo-, con esta pollita de 18 cm que tengo y unos 4.5 cm. Aprox de diámetro, preguntándome cuanto era eso a lo que le respondí que ya lo vería. Así seguimos hasta que le pedí que nos fuésemos al garaje, que mi polla se iba a desbordar e imaginaba que sus bragas estarían chorreandito, cortamos el PC y silenciosamente nos fuimos al garaje que estaba fuera apagando las luces.
En el garaje encendí una luz pequeñita, extendí en el suelo una colchoneta y dejé a un lado una toalla que me había traído, una vez cerrado me abracé a Elisa babeándole en su boca y besándonos como desenfrenados mientras nuestras manos nos inspeccionaban por todas partes, la descamisé dejándola en sujetador y desabrochando su pantalón vaquero la liberé de él, dejando ver una monería de bragas a las que mis manos se fueron inmediatamente, reconociendo que realmente estaba muy húmeda. Ninguno de los dos caímos en habernos lavado antes, pero no nos importó, yo rápidamente estaba sin mi polo y con los pantalones quitados, haciéndose notar un buen bulto algo mojado de mi erección. De nuevo nos abrazamos casi sin ropa dándonos escalofríos por todo el cuerpo, en ese momento me separé de ella y me quedé como a dos metros de distancia bajándome sin prisas mis apretados calzoncillos dejando libre mi muy empalmada verga que inmediatamente se empinó totalmente, ella sin quitar vista de mi rabo y echándose la mano a la boca como de sorpresa exclamó: -¡Que tremenda!-, con los dedos puestos en redondo la descapullé despacito liberando el pre seminal que empezaba a deslizarse hacia abajo, estaba totalmente erecto hacia arriba y totalmente húmeda, sin intención de hacerlo me salió un poquito de leche que bajó por el tronco del pene hasta gotear por los testículos. Al igual ella muy serena se quitó el sujetador dejando ver la maravilla que me imaginaba, pechos muy tersos, tal vez entre un 70 y un 80, con pezones hacia arriba ligeramente separados hacia fuera y corona del pezón sobresaliente del pecho, estaban erectos, eran de un color marroncito claro haciendo honor a su pelo, seguido dejó caer sus bragas quitándoselas con el pié, enseñando un monte de venus no muy peludo, si recortadito por los lados tal vez por el biquini, prominente vulva. De esta guisa nos acercamos ambos abrazándonos por todo nuestro cuerpo, mis manos acariciaban sus pechos sin parar, acercando mi boca a uno de ellos me metí pezón y corona en la boca succionando y al mismo tiempo dándole con la lengua en el pezón, mientras mi otra mano se bajaba a su coño inspeccionándolo de arriba abajo, le metí un poco el dedo y salió totalmente mojado, por lo que se lo restregué hasta su clítoris que ya con el dedo se apreciaba saliente, no dejando de masajearla mientras la besaba, mordía, chupaba. Elisa bajó su mano y palpó mi pene como tomando contacto de sus medidas, descapullándolo al poco y volviendo a mirar hacia abajo, -¿Te gusta?- a lo que contestó asintiendo con la cabeza.
Puse la colchoneta encima del motor de uno de los coches y la cogí de la mano para ayudarla a sentarse, en ese momento me pidió que hiciésemos de todo pero que no la follase, no se encontraba preparada, que en otro momento me lo ofrecería todo para mí, la senté y seguimos besándonos y sobándonos, le metí mi dedo pulgar en la boca para que lo chupara aunque no fuese necesario debido a la humedad de su coño, el dedo penetró suavemente en su vagina deslizándose y produciéndole continuos estremecimientos, me arrodillé delante de ella y mi lengua empezó a pasearse sin escrúpulos por su vulva introduciéndola de vez en cuando y parándome en su clítoris hasta casi hacerla gritar de placer, sabía un poco a sabor acre que no me era desagradable, de cualquier forma era su olor, se contorneaba de un lado a otro apretando mi cabeza con sus piernas, cosa que me hacía no sacar mi lengua de su clítoris, así hasta casi diez minutos seguidos para después darme un empujón como tirándome fuera y gritar jadeando: -¡Ya no puedo más basta!- ¡Ahora me toca ami!-. Se arrodilló delante mía y sin el mas mínimo escrúpulo, ni siquiera secarla o limpiarla, empezó a metérsela en su boca, primero tal cual estaba sin descapullar, después me bajó el precipúcio y aun chorreando el glande de preseminal, se la introdujo en la boca auténticamente chupándola, sus carrillos se inflaban y desinflaban chupando, debía de estar tragándose el preseminal, mientras yo me retorcía flojeándome las piernas, el placer recorría toda mi columna haciéndome estremecer. Después de ese primer envite la sacaba de su boca para practicar lo aprendido en los videos, la lamía de abajo hacia arriba parándose en el precipúcio donde tanto placer da, acariciaba mis testículos y no se veía restos del preseminal primitivo, debió de tragárselo. Yo de vez en cuando la apretaba en la base del tronco cerrándole la circulación, por lo que aún se ponía mas tiesa, cosa que a Elisa la excitaba más y más chupaba, poco a poco empecé a sentir espasmos de placer a lo que le dije –Cariño creo que me voy a correr- lo que hizo que sus chupadas fuesen más continuas y profundas, mis piernas flojeaban e iba notando como el esperma se iba preparando para salir de los testículos, al par de segundos una explosión de leche empezó a inundar su boca que continuaba succionando y yo seguía sin parar de derramar mi caliente esperma, siguió un minuto o menos hasta que empezó a producirme unos pinchazos dolorosos, por lo que la hice parar y retirar su boca de la que empezó a caer una bocanada de leche mezclada con su saliva formando un pequeño charquito blanco en el suelo, escupió más cantidad aunque creo que no despreció tragarse un poquito. Aun mareado un poco tuve la suficiente fuerza para levantarla y también sin escrúpulos besarla en su boca hasta dentro y así los dos en uno solo hasta separarnos mirándonos.
Nos fuimos de nuevo a la terraza de la casa donde nos pusimos una muy necesaria copa y nos pusimos a comentar de lo maravilloso sucedido en el garaje, Elisa estaba encantada que aún sin penetración nunca había disfrutado tanto, que cuando me apartó de comerle el clítoris cree que perdió por un momento el conocimiento. Que también disfrutó mucho chupándomela, le recordé que se había estado tragando el preseminal a lo que me dijo que si que recordaba un saborcito algo especial y que al final si que cree que se tragó un poco de leche pero no sabía decirme a qué sabía, que su placer era notar los golpes de leche en su boca. Que le había encantado el tamaño de mi picha, su dureza y esa tremenda cantidad de esperma que le vacié, le aclaré que también mi calentamiento de caldera también había sido grande y eso influye mucho en la cantidad de esperma, así como la juventud. Decidimos acostarnos no sin antes preguntarle a Elisa: -¿Cuándo me vas a dejar meterte toda esta polla en tu caliente coño?, Debemos de comprobar si cabe toda dentro, ¿Qué crees?- A lo que me contestó –Si la metes tu seguro que cabe toda-.
CAP.II.- SALIDA EN BARCO.
Al día siguiente nos levantamos más tarde que el resto, desayunando le susurre al oído que anoche mientras me dormía no dejaba de pensar en nuestro rato, como consecuencia empezó a ponerse un poco dura y terminé haciéndome una paja, a lo que me dijo: -¡Que casual, a mi me pasó lo mismo!-. Analizando nuestro futuro día se me ocurrió algo sencillo para pasar el día solos sin acompañantes, decir a mis padres que anoche con unos amigos habíamos quedado en salir en el barco. Se lo comenté a Elisa y dijo que genial si se podía, así que sin esperar más después de desayunar se lo dije a mis padres con la excusa de que si ellos querían salir. Me dijeron que les parecía una idea muy buena sobre todo por Elisa, que madre nos prepararía algo para llevarnos de aperitivo-comida, así que les dije que contactaría con mis amigos y fijaríamos la hora. Le dije a Elisa que si le parecía bien las doce para salir de casa y que de solo pensarlo se me estaba poniendo dura. Sin decir nada me fui a los comerciales que hay cerca de casa en busca de una farmacia donde compré vaselina y de un expositor de Durex cogí condones y una crema retardante, no sin sorpresa de cara de la farmacéutica mirando mi juventud y a las diez de la mañana comprando, “vaselina+condones+retardante” a una farmacéutica ya marcada en años –Aquí tiene joven , son dieciséis con cincuenta-, y carita sonriente mientras salía de la farmacia. Un par de amigos me habían recomendado la crema para relaciones muy prolongadas.
Llegada la hora partimos con nuestro equipo veraniego de toallas, cremas, gorros y nuestro picnic, mama nos preguntó cuándo sería la vuelta y le contesté que ya sabía cómo era el mar que se sabe cuando se sale pero no cuando se vuelve, de todas formas que si lo deseaba la llamaríamos por teléfono. Marchamos dirección al puerto que nos separaba de el al menos media hora, en el camino le pregunté a Elisa que si para ella era más atractivo nos quedábamos sin salir en el puerto y en el barco, a lo que me contestó que teníamos que ser obedientes y salir a navegar, a mi también se me hacía más atractivo, nuestras ocasiones serían mayores que a barco parado. Durante el trayecto le fui explicando los diferentes sitios hasta el puerto, hasta que llegamos al mismo con la consiguiente descarga, quitada de lonas, preparación de desatraque y de marineria, fuera camisas y pantalones, bastante crema anti solar y gorras. Le expliqué la poca maniobra por su parte para ayudarme a desembarcar, en pocos minutos estábamos saliendo de puerto, le apunté que muchas mujeres normalmente se quitaban la parte superior del biquini pero también le advertía de la cantidad de mirones con prismáticos, como también le daba miedo quemarse optó por permanecer como estaba. Navegando me preguntó si lo había pasado bien anoche a lo que afirmé que fue deliciosamente precioso y excitante, su sacada de leche fue épica, a lo que se ruborizó, afirmando que estaba demasiado excitada y hubiese hecho cualquier cosa, la atraje hacia mi pues iba en la timonera, echándole mi brazo por encima y sentándola en mi muslo, besándola profusamente al mismo tiempo que metía mi mano en su braguita. Besuqueándole en la oreja le susurre al oído lamiéndoselo que si hoy le apetecía follar, que teníamos mucho día y me dijo que aquí se encontraba más tranquila a lo que también al oído y bajito le dije que la iba a inundar de leche en toda su vagina, ella notó que mi verga se estaba poniendo dura por lo que la acaricíó por encima del bañador. Seguimos navegando, charlando y entrando en calor hasta una cala muy recogida donde decidí echar el ancla asegurándome que estaba suficientemente separado de costa para evitar roces, una vez asegurado el barco casi sin preguntar ambos nos lanzamos al agua transparente y fresca, lo que nos vino muy bien para hacer bajar nuestra temperatura. Ya en el agua ella se quitó el sujetador del biquini lanzándolo al barco y abrazándose a mi, no sin mencionar que se me estaba poniendo muy dura, así abrazados me pidió que alguna vez le tenía que dejar hacerme una paja para cerquita ver como me salía la leche, -Si claro, quedan días por delante para entregarme todo a ti cielo- descendiendo mi mano dentro de su biquini al mismo tiempo que ensalzaba la belleza de su pubis rubio peludito, a lo que puso cara de extraño e indicando que casi todas sus amigas se afeitaban, a lo que le indiqué que es una falsa creencia de que a los hombres nos gusta el coño pelado, totalmente incorrecto en mi caso. Mi mano siguió deslizándose por todas sus nalgas hasta deslizarle un dedo por el anillo del ano, a lo que puso cara de placer y continué un ratito, así continuamos diciéndonos palabras cariñosas al oído hasta que sugirió que subiésemos al barco. Una vez el el nos secamos tomando un poco el sol y alguna cervecita, le expliqué lo de la farmacia por la mañana y pregunté qué hacíamos con los condones, que a mi me disminuían mucho la sensibilidad y para una principiante no creía que fuese muy sensible hacer toda una follada con condón, que mis amigos recomendaban hacerlo sin condón y ponérselo antes de eyacular, decidimos que por ser la primera vez lo mejor sería hacerlo a pelo y esta tarde o mañana ir al Centro de Salud a por una pastilla del día después. También le aclaré que sabia por alguna amiga del placer que se siente notar el chorro de leche chocar con las paredes de la vagina y el útero a lo que ella asintió que lo había oído en alguna amiga y que le habían dicho que hasta algunos consoladores disponían de una pera con agua tibia para apretarla cuando alcanzan el orgasmo. La crema retardante decía de ponérsela cinco o diez minutos antes, que la epidermis la reabsorbía rápidamente permitiendo perfectamente practicar el sexo oral. Irónicamente le dije que estábamos mojados y sería conveniente cambiarnos de ropa.
Una vez en la cabina del barco, dejé la puerta corredera algo abierta para que hiciese algo de corriente de aire con el tambucho de proa, con las pequeñas cortinitas corridas. Ambos nos miramos en silencio, Elisa ya se quitó el sujetador del biquini en el baño yo dejé caer mi bañador descubriendo mi verga en estado de pre empalme, la piel del pene me tenía cubierto el glande, ella también se quitó el biquini vislumbrándose su manojito de pelos rubios mojados, alargué la mano y cogí la crema retardante destapando el tubo y echando algo en los dos dedos centrales de mi mano derecha, aun en silencio observándonos me bajé la piel de mi capullo y lo froté de crema así como el tronco, limpiándome la mano en la toalla. Me acerqué a Elisa y abrazándola un escalofrío recorrió mi cuerpo, nos sentamos en un pequeño sofá litera en el que había extendido una toalla, mi boca inmediatamente se dirigió a uno de sus pezones introduciéndolo en mi boca mientras la echaba en el asiento del pequeño sofá, se los succionaba con fuerza uno y otro, tenían una epidermis altamente suave, los pezones se le pusieron duros y erectos, mientras mi mano se paseaba por su vulva, empecé a lamerla toda mientras mi verga se ponía tremendamente dura y caliente, si se cogía con la mano se notaba perfectamente los latidos del corazón, le cogí su mano haciendo que asiera mi polla tiesa diciéndole: –Mira como me la has puesto-, con cara un poco extraña dijo de lo caliente u dura que estaba. Le puse un cojín en su cabeza para poder verle su cara con la intención de comerle todo el coño, le dije cariñosamente que si estaba dispuesta a que se lo comiese a lo que asintió sin decir palabra, me fui bajando lamiéndola hasta tener mi cara frente a su pubis y con mis pulgares abrí los dos labios hasta quedar visible su garbancito de clítoris, sin dejar de mirarla a los ojos pasé mi lengua desde abajo hasta arriba, estaba realmente húmeda, paré por un momento la lengua en su agujerito introduciendo la punta de la lengua que le hizo preguntar jadeando: -¿Qué haces?- a lo que no contesté y continué hasta su garbancito, manteniéndole las piernas ligeramente abiertas y mirándola a los ojos se lo lamia una y otra vez viendo como se retorcía de placer, metí un dedo en su conducto vaginal totalmente mojado y dándole un pequeño movimiento de vaivén. Le pregunté en voz bajita: -¿Quieres correrte ya mi cielo?- a lo que me dijo que ya lo había hecho pero que continuase, con esa magnífica capacidad que tienen las mujeres de correrse varias veces, mi boca y lengua retornó a su clítoris con mayor fuerza hasta hacerla gemir y gritar como una posesa retorciéndose, justo en ese momento me subí a su cara besándola con la lengua de su humedad y compartiendo los dos esos jugos.
La crema estaba haciendo su efecto porque mi picha ya no me cabía en la piel de dura y caliente, aunque ya he mencionado que no soy fimótico cuando va engrosando el cuerpo por debajo del glande la piel va apretando y estrangulando la polla de una forma excitante, llegando a ponerse de un color granate de la sangre oprimida y haciendo que se ponga más dura. Ella se sentó acariciándola y meneándola despacio hasta hacer que saliese una buena cantidad de liquido preseminal, sin decir nada bajó su cabeza y lo lamió delicadamente, seguidamente se la metió en su boca hasta que tropezó con su garganta, diciendo seguidamente: –Te la voy a destrozar- le susurre que no la chupase mucho que nos quedaba trabajo por delante, al poco le hice que se quitase y la senté en el pequeño sofá arrastrando un poco sus caderas hacia fuera, yo me arrodille entre sus piernas quedando nuestros genitales frente a frente, mi polla si le apretaba un poco salía liquido seroso y ella estaba muy húmeda. Aun así mi verga era grande como una estaca y no sabía cuan pequeño era su clítoris, por lo que alargué la mano y sacando del tubito un poco de vaselina me unté principalmente mi tronco, el glande y su vagina chorreaban. Me abracé a ella susurrándole cosas morbosas y no al oído: –vas a disfrutar como una perra-, -te voy a inundar de leche como nunca has imaginado-, - te va a llegar hasta el culo-…………. Todo esto mientras con mi mano derecha tenía asida mi polla pasándole la cabeza del glande desde abajo hasta arriba y vice, de vez en cuando paraba en su entrada y empujaba un poquito a lo que ella retrocedía, mas por el qué pasa que por el daño que le hacía, jadeaba y pedía: –dame más cariño- una de las veces de masaje con el glande paré en la entrada de la vagina y la hice penetrar un poco, su himen cedió pero sin romper, ella volvió a gemir que no le hiciese daño, a la siguiente vez volví a hacer lo mismo pero penetrando más, mi rabo era un autentico palo ardiendo, noté la presión que hacia el velo de su clítoris, dando un pequeño golpe seco hacia dentro y liberándose la presión del velo, no eché hacia atrás sino al contrario continué empujando hacia adentro, mientras ella chillaba y jadeaba y retorcía intentando evadirse, -¡No más no, sácala, me estas rajando, me destrozas!-,pero mi magnifica erección penetró hasta que mi pubis chocó con su vulva, estaba realmente toda dentro, paré y no retrocedí sino que la dejé entera metida susurrándole al oído: –Ahí la tienes toda tuya-, seguidamente retrocedí hasta media verga para después volver a meterla hasta el fondo, así continuamos nuestro baile amoroso por un buen rato, no quería sacarla entera pues al penetrarla de nuevo podría hacerle más daño, poco a poco ella se fue adaptando a ese palo duro y caliente al que parecía hasta sentirse agradable, una vez más me dijo: –dámela toda cielo- a lo que yo encantado la penetraba hasta el fondo donde la cabeza de mi polla rozaba con algo agradablemente, poco a poco iba aumentando mi ritmo de penetraciones notando que aún se ponía más dura, síntoma de mi pronta descarga, efectivamente empecé a notar el cosquilleo de mis testículos a lo que le dije a Elisa –Queda muy poco para que pruebes mi sangre- a lo que seguía respondiendo: -¡dame más, dámela toda!- En ese momento la penetré más profundamente que ninguna otra vez mientras mis testículos descargaban leche a raudales, retrocedía un poco y penetraba descargando de nuevo, los dos jadeando como locos, ella -¡Dame más…!- y yo no se cuantas veces descargué hasta quedar exhausto, cuando retiré mi polla salió un buen chorrete de leche como diciendo que ya no quedaba sitio. Ella se pasó la mano quedando untada de semen y sin quitarme su vista de la cara lamió un poco sus dedos, ambos quedamos abrazados, jadeando y en silencio durante un buen rato. Nos dejamos caer desnudos en ambos sofás-litera y pronto quedamos dulcemente dormidos.
La sirena de un barco cercano nos despertó, lo que hicimos como sin saber donde estábamos, pronto vino la realidad, los dos desnudos, una toalla manchada de sangre y semen y nosotros casi ruborizados, pronto Elisa se sentó a mi lado susurrándome –eres muy bruto, mira lo que me has hecho con esa polla tan gorda, aun me duele- y seguidamente decía –Ha sido maravilloso notar un trozo de tu cuerpo dentro de mi descargando tu semen, por cierto se notaba mucho como lo descargabas, ¿Cuándo repetimos?- -Cielo dame un poco de tiempo, pero de aquí no nos vamos sin que te folle de nuevo, pónmela bien tiesa-. Mientras hablamos un poco de lo que me comentó que sus únicas experiencias se limitaban a tocamientos, morreos y hacerse pajas en sitios incómodos, llegando a haberlo hecho alguna vez con amigas, por lo visto algo muy común en su pueblo mientras cada una comentaba sus experiencia de sexo. También le conté algunas experiencias mías, no son muchas y si un buen aprendizaje con los videos, por lo que tenía fama de buen follador entre mis amigas, pero porque se había colorido la voz no porque lo hubiese hecho con todas. -Vamos continuemos que nos queda poco tiempo de sol-.
Le ofrecí mi polla flácida y recubierta de su pielecita a la que empezó a acariciar bajando y subiendo la piel mientras le susurraba que la iba a follar a lo perro que aún penetraba más o acostados de lado y penetrarla hasta que mis huevos tocasen su vulva -¡Que animal eres!-, -Es para que tengas experiencias para contarles a tus amigas- -¡Dios no se van a creer todo lo que estamos haciendo!-, -Cotilla-. Mientras mi pene se estaba endureciendo por momentos, que al notarlo lo acercó a su boca chupándolo como en el garaje, succionándolo con su boca produciéndome un placer intenso, -¿Es así como se la chupas a tus amigos?- -¡Cerdo, nunca lo había hecho!-, reímos y continuó chupándomela y meneándola. Mientras saqué de nuevo la vaselina para antes de penetrarla, sugiriéndome si lo deseaba que podía continuar hasta sacarme toda la leche a lo que le indiqué que deseaba volver a penetrarla. Una vez que se me había puesto bien tiesa le indiqué que se pusiese con las piernas abiertas y apoyada cómoda en la mesita, su traserito respingón se me ofreció deseante, busqué el espejo del cuarto de aseo y lo puse en el respaldo del pequeño sofá al lateral nuestro de tal manera que ella pudiese ver como la penetraba, algo que la excitó mucho, una vez dispuestos unté el tronco de mi verga y con un dedo se lo introduje por su vagina. En el espejo la imagen no podía ser más excitante, un culito preparado y frente a él un gran pallón, que ya se había puesto granate, dispuesto a entrar donde debe, me acerqué y se lo fui restregando con una suave fuerza desde abajo hasta que claramente encontró su puerta empujándola toda dentro hasta que algo tropezó con el glande, había llegado hasta el fondo, mientras ella jadeaba: -¡Me haces daño pero continúa, destrózame!- Mis caderas chocaban con sus nalgas y ella no dejaba de mirar el espejo, -¡Joder, como entra!-, giré un poco el espejo para apreciar sus pechos colgando, su vaivén era demencial, como flanes moviéndose de un lado a otro, lo que me hizo inclinarme hacia delante y cogerlos con las manos, al poco paré y me puse acostado de lado en uno de los sofás diciéndole que se pusiese de espaldas a mi también acostada, le levanté una pierna y puse de nuevo el espejo frente a nosotros, pudimos ver claramente como se adentraba toda la verga en su vagina húmeda excitándonos ambos enormemente, llegando a sacarla entera y volviendo a meterla, me confirmó que había conseguido que se corriese. Afloje mi velocidad de acometidas para retardar mi eyaculación y le pregunté si cambiábamos de posición antes de correrme, que le iba a gustar, a lo que asintió. Puse en la mesita un par de toallas y un pequeño cojín donde la hice acostarse, sus piernas colgaban, notándose las gotitas que le salían de su vagina, le levanté las pierna hasta apoyarlas en mis hombros apoyando mis brazos por fuera en la mesita, quedando ella totalmente espatarragada, con mi mano derecha cogiendo la verga se la introduje para después empujar hasta el fondo, era una sensación bestial el notar mis testículos golpeando en su vulva mientras ella se condolía, jadeaba y retorcía de placer, mirándonos cara a cara, cogí el espejo y con la mano hice que viese como la penetraba bestialmente hasta enredarse nuestros pelos púbicos. Dejé el espejo y me incliné hasta donde sus piernas me lo permitían, notando como la subida de leche me estaba viniendo, la introduje de un golpe hasta lo más profundo y mi polla de nuevo vomitó leche sin parar en su interior mientras gritaba -¡Échame más……!!!-, cuando paré exhausto la saqué lentamente poniéndole el espejo a su cara donde veía su vulva peludita, al sacarla un pequeño golpe de leche salió. –Ves cariño como si que te he llenado-, has conseguido que en estos dos polvos y anoche eche más leche que yo me conocía nunca, hasta que te vayas te voy a estar follando-.
CAP.III.- DIA CASERO.
Retornamos a casa hablando del increíble día pasado y como podían planificar el resto de días que eran aprox cinco dias, le dije que las cosas planificadas siempre solían salir algo mal, que era mejor dejar el vivir cada día y así actuar sobre él. Casi llegando a casa me dijo que ella era muy confidente con su madre y que posiblemente le preguntase por ellos dos, si es así: -¿Qué le digo?- a lo que le contesté que si realmente las dos se llevaban tan bien que le contase lo que creyese conveniente, que yo no entraba en esos asuntos particulares, pero si que era importante para mí que lo que le dijese quedase en la intimidad familiar de ellas dos. Al poco de llegar a casa paré en el Centro de Salud y pedimos hora para el día siguiente. Una vez llegados y después de los saludos pertinentes nos dispusimos a ducharnos y cambiarnos de ropa, al ir cada uno a un cuarto de baño oí a Elisa con su madre que le decía: -Niña traes una cara reluciente, ¿qué lo habéis pasado bien?-, a lo que me vino a la mente “No me gusta esto”. Una vez duchado me quedé fresquito con un pantalón corto y camisola de marca. Elisa salió preciosa con un vestidito veraniego como dando por hecho que íbamos a salir.
Cuando retornaron mi padre y mi tío dijeron que habían estado hablando de salir a cenar y si se tornaba bien tomar una copa en algún sitio agradable, a lo que nuestras madres se les puso su carita muy contenta. Yo dije que les acompañase Elisa que el barco siempre cansa bastante y prefería quedarme, a lo que mi madre confirmó lo del cansancio del barco y Elisa dijo que aunque si le apetecía un poco, no le gustaba ir de escopeta, que se quedaba haciéndome compañía o nos dábamos un pequeño paseo a la zona de ocio cercana. Por lo que nuestras madres inmediatamente se fueron a ponerse las pinturas de guerra, los padres ya estaban arreglados y me quedé con ellos, Elisa se subió con las féminas. Al rato bajaron las tres, Elisa igual que subió y mi tía y madre muy arregladas, observé que Elisa era muy parecida a mi tía ahora que se había dado un toque de titanlux, una cuarentona de poco con muy buen cuerpo, unos pechos aun muy deseables, caderas anchas pero sin sobra y una cara muy guapa. Al poco se despidieron oyéndose el coche alejarse. Elisa me preguntó si era cierto lo del cansancio a lo que le dije que nó, que como le dije al venir había que aprovechar cada momento del día a día y aquello sonaba a poder quedarme a solas con ella una vez más aunque solo fuese para mirarla, me propinó un profundo beso dándome después las gracias, -Eres genial- dijo. Tomamos un bocado en la cocina y nos sentamos en el sofá delante de la tele con la mano por encima de su hombro, al mismo tiempo que me susurraba al oído: -Quiero disfrutar más hoy cariño-, y me acordé de su petición de este medio día que tenía que dejarle que me hiciese una paja, tal lo pensé se lo dije, a lo que sonrió y permaneció callada.
Como nos encontrábamos en el salón que quedaba oculto al exterior y a la propia puerta de entrada de la vivienda, le sugerí conectar el PC a la tele para seguir viendo alguna guarradita que otra, al poco esta todo conectado y a pantalla grande y nítida, nos metimos en el índice que quedó en pantalla esperando nuestras ordenes. Elisa me dijo que al ducharse con un espejito se miró su coñete y que estaba todo enrojecido, a lo que jocosamente le dije: -Que se lo dijese a su mama y que le diese un remedio-, -Bruto más que bruto, ¿a que lo hago?-. Se acurrucó junto a mi diciendo: -¿Qué me vas a enseñar hoy?-, volvimos a nuestro índice en el que había una carpeta de “Grandes corridas”, pero me pareció un poco fuerte para empezar, opté ir a la carpeta de “Manualidades” (Pajas) que al mismo tiempo tenía otras sub-carpetas, Solos, Lady X, General…., como más suave abrí la de “Solos” a lo que me dijo que le ponía eso de ver tíos solos haciéndose pajotes, algunas de ellas eran por la cantidad de leche que expulsaban más que la paja en sí, una era haciéndose un pajote delante de un espejo al que dejaba totalmente chorreando por todos lados, otra de la pollón de un moro operado, claro está, donde solamente cogiendo el tronco por la parte baja le sale la leche disparada a gran distancia, después pasé a un pajazo de una Lady a su compañero pero muy completa desde el principio, le eché la mano por el hombro a Elisa y dejé el video correr, no era largo, 15 a 18 min., al mismo tiempo que le hacía comentarios, el video de muy buena imagen estaba mucho en 1ers. Planos, se la envaselina un poco no mucho y lo descapulla también envaselinando para posteriormente “pasear” su mano de abajo a arriba y vice, parándose frecuentemente en el collar del glande oprimiéndolo y después haciendo frotamientos en la comisura posterior de donde sale la piel, el precipúcio que tanto placer da a los hombres, mientras mi mano se deslizaba por su escote hasta sus pechos. El video continuaba lentamente hasta que el hombre avisaba de su pronta corrida, a lo que ella disminuía su ritmo y se limitaba al glande poniendo sus dedos pulgar e índice en redondo bajándolo lentamente por el mismo, cuando el compañero avisaba de la venida, paraba cerrando con sus dedos añillados la base del pene con los testículos, bramando leche como la lava de un volcán deslizándose capullo abajo hasta ir enlechando los dedos, todo ello en un magnifico 1er. Plano, demostrando un gran control en la eyaculación. A Elisa le excitó muchísimo el ver esa salida de leche altamente espesa pausada y muy abundante. Posteriormente de la misma pornostar le puse otro mixto entre pajote y mamada, donde metía su boca como acariciando el glande, al final cuando avisaba el sufridor se quedaba solo con la boca o mejor dicho con los labios succionando el glande muy despacio hasta que de nuevo volvía a bramar leche, ya no tan lentamente sino a pequeños golpes que se apreciaban perfectamente como entraban en su boca para ir dejando caer la leche entre sus labios y la verga por todo su contorno embadurnándolo todo hasta los testículos.
Elisa me miró y sin mediar palabra se subió el vestido, abrió las piernas e introdujo su mano derecha debajo de sus braguitas diciendo: -No puedo más tengo que hacerme una paja o mil- mientras se le iban quedando sus ojitos de vez en cuando en blanco. Después busqué otra carpeta de grandes corridas en las que habían dentro del coño, en la cara, en la boca, en las tetas o sacándola y echándola encima de la barriguita, alguna de grandes pajazos muy lecheros, estuvimos viendo mientras ella seguía con su mano metida. Yo me desabroché el pantalón y baje el calzoncillo hasta dejar salir mi polla ya empalmada la que empecé a acariciar suavemente, mientras busqué un cordelillo o algo parecido cuando pensé en una abrazadera de esas de cables eléctricos que aprietan mucho y no sueltan, hay que romperlas, con el fin de hacerme y probar lo que es un anillo pélvico, también busqué mi crema retardante y la vaselina, puestos todos los artículos me volví a sentar sacando de nuevo mi polla. Elisa miraba y continuaba manoseándose con sus estremecimientos, me dijo que ya se había corrido tres veces y me confesó que cuando lo había hecho con sus amigas se lo hacían unas a otras, nunca una sola, pero que no le habían proporcionado tanto placer como estas. Yo le dí un poco de crema retardante a mi capullo y esperé unos pocos minutos mientras continuábamos viendo videos y mi verga se iba poniendo cada vez más tiesa, con la mano derecha bajé la piel hasta el máximo dejando todo el capullo al descubierto, probé a oprimirlo por su base y untando un pelín mi mano izquierda con vaselina empecé a deslizar mi mano como si fuese una vagina, apreté la base de los testículos con el tronco del pene y este se estiró y endureció más. Cogiendo la abrazadera de plástico me la rodee justamente donde estaba oprimiendo y la apreté hasta casi hacerme daño, la verga quedó super erecta y endurecida, para comprobarlo me puse en pié y el pene se mantenía como si fuese un palo, le dije a Elisa: -Ya es tuyo-.
Convinimos en hacer un intercambio, ella me dejaba mi mano izquierda debajo de sus bragas y ella con su derecha menearía mi polla, muy abrazados así lo hicimos, también baje un poco sus bragas totalmente mojadas para que también favoreciese meter el dedo en su vagina. Le puse un poco de vaselina en la mano y empezó deliciosamente a deslizarla, no a menearla, apretaba la mano como si se le fuese a escapar produciéndome una sensación de placer cada vez que bajaba y subía. Yo acariciaba el clítoris cuando paré e introduje mi dedo en su vagina sin dejar de darle movimiento y al poco introduje dos dedos juntos a lo que me dijo que parecía que la estaban follando, le sugerí que así lo pensase y que imaginase a quien quisiese que se la estaban follando mientras me estaba haciendo un pajazo, en algún momento aunque cruzándola mi mano derecha la llevaba a su clítoris sin sacar los dedos, notándole algún espasmo que otro. Así seguimos un rato bajo el efecto de la crema cuando yo mismo me dí un poco para acelerar el éxtasis final devolviendo a su mano, empezando a notar el cosquilleo cervical le dije que un poco más despacio y en la mismísima cabeza de la polla, al poco y ella muy lentamente me hizo exclamar: -¡Ahí la tienes cabrona!-, fue inevitable el primer envite de leche que descargó al final por todos lados llegando hasta su cara, leche más liquida y fluida -¡Sigue viciosa!-, ya más despacito si que mi verga eyaculaba chorreante capullo abajo enfangando toda su mano una leche más espesa blanca y densa y llegando en su caída hasta los mismos huevos, cuando ya empezaban a darme estertores le así la mano y la paré, ella se llevó su mano a la cara restregándose la leche que le había quedado entre los dedos y yo rápidamente corte la abrazadera de plástico de mis cojones y picha notando una liberación de la circulación de sangre y desfallecimiento de mi verga. Los dos quedamos exhaustos, se montó encima mía abriendo las piernas y besándome como una posesa me susurraba cosas al oído que en ese momento no alcanzaba ni a escucharlas.
Nos limpiamos un poco y nos compusimos nuestras desarregladas indumentarias, detuve el PC y nos echamos cogidos en el sofá. -¡Dios contigo no pararía de follar nunca aunque me deshidratase!-, ella me dijo que si se volvía a encontrar con mis amigas mi cotización erótica iba a sobrepasar el listón. Que le gustó lo de que le metiera los dos dedos húmedos por lo que le hice una pequeña demostración de lo fácil que es echándome un poco encima de ella y metiendo mi mano debajo de la falda buscó dentro de las bragas su agujerito para introducirle un dedo. Continuamos hablando de morbosidades y estados excitantes, le pregunté que si alguna vez escuchó a sus padres en algo y me dijo que prácticamente nada, que debía de haber algún problema teniendo la edad que tienen, que hace un par de años una noche escuchó a su madre gritar: -¡No, por ahí nó!- y seguir un poco escuchando ruidos solamente: -Creo que la enculó-. Dijo que está convencida que si su madre supiese que no se enteraba nadie, le pondría los cuernos a su padre, a lo que le dije que eso era más sencillo y silencioso de lo que parece, que yo conocía casos de algunos jóvenes y menos jóvenes que se ponen los cuernos a capazos, para más detalle yo estuve con una mujer sabiendo que su marido estaba en el trabajo en la misma ciudad, sugiérele a tu madre disimuladamente que tu colaborarías silenciosamente, pero teniendo cuidado como se lo dices, sonsácale primero su deseo de sexo insatisfecho. Para mi algo muy excitante es ver sexo en menores, ojo, no pedófilo, sexo entre menores sin participación, si alguna vez me surgiese algo de sexo con alguna chica menor, dudo de lo que haría. Una vez me dejaron un DVD de los incopiables de sexo entre jovencitos de 13, 14, 15 añitos, me excitó mucho pero estaba muy mal grabado y no me he atrevido a preguntar directamente en alguna sex-shop por lo delicado de la pedofilia. Hace más de tres años en esta casa provoqué unos tocamientos y algo mas entre una sobrina y un vecinito, la sobrina estaba aquí en casa con su familia y el vecinito siempre estaba con ella, eran de 12, 13 años aprox. Aproveché que tanto mis padres como los de mi sobrina se fueron a navegar todo el día, y sabiendo que tenían algunos juegos en el sótano les dejé encima de una mesa una revista pornográfica. Cuando adiviné que podían bajarse les dije que me iba un rato y volvería en algo mas de una hora, que no se fuesen, si acaso se bajasen a jugar al sótano, inmediatamente me bajé al sótano y me escondí en una de las habitaciones con la luz apagada y la puerta un filo abierta.
Al rato los dos púber bajaron y hasta un cuarto de hora después no se percataron de la revista, que fue la chica claro está, -¡Mira lo que hay aquí!- y los dos callados estuvieron pasando páginas, después se sentaron en un sofá y siguieron viendo y leyendo, se hacían preguntas como: -¿Tu la tienes así?, ¿Te sale eso?... ¿Te la meneas?- así siguieron mirando –¡Mira como se la mete!, ¡Mira se la está chupando y le saca eso!- -Pues a mi me sale de eso- dijo el chico mientras le pasaba la mano por encima de la camisa en los pequeños pechos. –Prueba a sacarte eso meneándola- y obediente el chico se sacó su pollita y comenzaba a menearla, pidiéndole que le ayudase a lo que ella le cogía su pollita y como podía se la meneaba, al poco el joven se puso en pié y estiró mientras su pequeño pene vaciaba un chorrito encima de ella. Inmediatamente cortaron dejando donde estaba la revista y yéndose hacia arriba, lógicamente me encerré en el cuarto de aseo haciéndome un gran pajazo. Elisa me dijo sonriente -¡Sadico!-, si estuviésemos en el pueblo te propondría que hiciésemos cualquier numerito de los nuestros delante de una primita suya muy salida que siempre la está machacando con preguntas de sexo, el problema dije es que quiera participar. Le sugerí a Elisa que si le apetecía podíamos acabar viéndonos algún otro video, cosa que consintió y nos pusimos a ello.
Ambos repantigados en el sofá volvimos a nuestro listado clasificatorio, buscamos al azahar algún video de una buena follada, busqué una clásica de los años 80-90, suelen ser muy buenas y tienen algo de temática y entran en variedad de sexo, la dejamos corre por libre y si encontrábamos algo pesado le dábamos hacia delante. Elisa se acercó a mi abrazándome, la peli no era mala, francesa de tíos típicos salidos de pueblo francés persiguiendo jovencitas, ya de entrada en una casa de campo el capataz de turno se folla a una de las criadas de la casa, con un coñete peludo y un rabo bien hermoso, la variedad estuvo en que al final le ofreció la polla en la boca y ella recibió toda la leche a boca cerrada que una vez que sacó el rabo derramó la leche en el suelo, así con otras historias. Abrazados como estábamos le metí la mano a Elisa debajo de su falda palpando las bragas que continuaban húmedas, momentos después mi dedo se estaba introduciendo en su vagina, sacándolo de vez en cuando para masajear su clítoris. Así continuamos viendo nuestra película cuando Elisa me preguntó: -¿Te queda leche?- a lo que le contesté que si era para ella iba y la compraba, -¿Te apetece follar?- -Si pero muy suave, me escuece bastante-, -Te propongo una cosa, me la pones tiesa y la unto con vaselina para follarte a lo perro mientras ves la película-, -Sin quitarnos la ropa, es tarde y pueden haber apariciones, solamente las braguitas y yo la saco totalmente por la bragueta del pantalón- -¡Genial!. Yo ya la tenía un poco tiesa de la película y me la saqué incluidos los testículos fuera de la bragueta, no siendo dificultoso debido a que eran pantalones cortos. Elisa empezó a masajearla, lamerla y algún chupetón que otro hasta dejarla bien tiesa, sin perde tiempo puse a Elisa a cuatro patas en el sofá mirando a la tele y tras untarla con un poco de vaselina levanté sus faldas para buscar primero con la mano su coñito al que también unté con el dedo que le quedaba un poco de vaselina. Una vez más agarre el tieso rabo y rápidamente lo había penetrado un poco, dando Elisa un quejido como de dolor, pidiendo que lo hiciese despacito, continué penetrando muy despacio hasta que ya no me quedaba polla fuera, iniciando un suave vaivén mientras le susurraba picardías y groserías referente a la película, no había prisa hasta que no se oyese ruido de coche o de puertas. Le dije a Elisa -¿Te imaginas que entrasen nuestras madres es este momento?- -¡Sigue follando morboso!-. El placer era enorme, ese coñete estrechito y mi buen diámetro de verga abriéndose paso, hacía que el placer aumentase por momentos, le dije que ya quedaba poco para correrme y me dijo si quería que me la chupase a lo que le dije que para ella era más placentero el sentir el lechazo dentro, -Intenta correrte tu también- -Sigue, aguanta un poco y seguro que lo consigues-, afloje en mi ritmo no sin aconsejarle que se pasase su mano por el clítoris también, al poco ella misma estaba pidiendo que me corriese, cosa que con solo apretar un poco el ritmo me salió un chorro de leche en el fondo de su vagina, quedando Elisa por primera vez encantada de habernos corrido los dos juntos, -¡Sácala mi cielo!-, retirando pausadamente mi verga hacia atrás, viendo por primera vez como su entrada de vagina se salía también junto con mi polla debido a la presión del diámetro de mi verga, al sacarla del todo un fino hilo de leche se deslizó por su vulva. Le dije –Elisa estoy fundido, me voy a acostar-, ella prefirió esperar a que viniesen los padres viendo un poco la tele. Recogí todo el material y dándole un profundo beso le susurré que difícilmente se pudiese repetir un día como este en mi vida.
CAP.IV.- ESCARCEOS EN EL SOTANO.
Al día siguiente me desperté temprano y al poco los padres estaban todos levantados por lo que mientras tomábamos café y desayunábamos me contaron sus andanzas nocturnas, en cuanto tuve la mas mínima oportunidad subí a las habitaciones y de un beso en la boca desperté a Elisa diciéndole que se levantase que tenía que ir al Centro de Salud y yo no podía hacerlo por ella ni acompañarla para no despertar sospechas. Al poco bajó con cara somnolienta achacando a su tardanza de acostarse, pues parece ser que al llegar los padres ella se quedó un rato con su madre, cosa que no me hizo mucha gracia por aquello de las confidencias. Elisa dio como excusa que iba a correr un poco para despejarse poniéndose unos pantaloncitos cortos sumamente apretados y una camisa también ajustada, su monte de venus se adivinaba perfectamente salvo la rajita, le susurré que iba a calentar al sanitario. Al poco con la excusa de tomar un café me salí de la urbanización a esperar a Elisa, después de casi una hora la vi venir graciosamente caminando, estaba encantadoramente preciosa con esa ropa tan ajustada, inmediatamente le pregunté como había ido y me dijo que muy bien que había dado con una doctora súper agradable que la atendió estupendamente, que como estaba un poco cortada le sortó de sopetón: -Es que… ayer por primera vez…. con un chico..- Y la doctora se enterneció con lo de la primera vez al ver su edad, le dio la pastillita y un par de recetas de dos tipos de anticonceptivos, explicándole cada uno, al terminar se despidió diciendo: -Suerte, ¿Era guapo el chico?- a lo que le contestó Elisa: -Guapísimo de “todo”-, -Continúa hija, continúa..-. Ahora si nos fuimos a tomar un café y sentados me confesó que anoche habló con su madre, que le dijo cosas pero no todo y estuvieron hablando de ellas, a lo que le dije: -Elisa me das miedo, estás tan contenta que eres capaz de soltarlo a los cuatro vientos-, -A los cuatro vientos nó, pero si pillo a alguna de tuuus amigas le iba a cantar algo-, -¡Nooo, porfa!-, así que esta mañana mi tía me miraba con carita sonriente.
Al retornar a casa esperamos a ver que se disponían a hacer los padres hasta tomar nosotros alguna decisión, me fui a mi cuarto a leer alguna cosa mientras se ultimaba la casa, escuché a mi madre decir algo de hacer un arroz y que los hombres fuesen a hacer la compra, bajé y Elisa me pidió si tenía algún libro, lo que le di a elegir de lo poco que tenía, en voz alta le propuse irnos al sótano, cogí mi ordenador y mi libro y le dije a mi madre que si necesitaba algo de nosotros estábamos en el sótano. El sótano era un lugar agradable con algo de luz exterior, semi-sótano, un par de habitaciones, lavadero, aseo y un gran salón, nos pusimos cómodos en una mesa redonda y al poco acerqué mi silla a la de Elisa, dejé el libro y comencé a besuquearla por el cuello mientras mi mano se introducía debajo del sujetador, ella alarmada dijo: -¿Y si baja alguien?-, -No te preocupes se escucha perfectamente cuando bajan la escalera- y continué mis escarceos, besándola en la boca la mano se bajó a su pantalón palpándola por fuera, como quedaba debajo de la mesa y no se veía, solté un botón y baje su cremallera introduciendo mi mano dentro de sus bragas masajeándole toda la vulva y restregando un poco su clítoris susurrándole burradas a su oído conforme yo me iba calentando. Le sugerí una morbosidad, enfrente estaba el pequeño cuarto de aseo y desde nuestra mesa se veía perfectamente dentro quedando oculto a la bajada de la escalera, que fuese y se bajase los pantalones o se los quitase y mirándome se pusiese a hacerse una paja que yo en la mesa y los pantalones debajo me la sacaba y me hacía otra, previamente busqué algo que le sirviese de consolador, en las herramientas que estaban en el lavadero había un destornillador de puño grueso redondo, lavándolo muy bien. Subí con la excusa de coger un refresco junto con una servilleta de papel, la vaselina y un condón, una vez abajo volvimos a sentarnos y de nuevo a ponernos calientes, una vez ya estábamos salidos mandé a Elisa al cuarto de aseo donde ya estaba el destornillador con el condón untado de vaselina, previamente estuvo dándose con el dedo hasta que le hice una señal y asió el destornillador por la parte metálica empezando a darse masaje en todo el coño, le dije bajito: -Métetelo-, a lo que empezó con miedo a meterse el puño en forma de falo y poco a poco empezó a introducirse mas. Yo me saqué la verga debajo de la mesa no sin antes enseñársela a ella un momento, empezando a meneármela despacito, Elisa de vez en cuando se le iban los ojos imponiendo ella la velocidad de meneo, con voz bajita le dije: -¿Te gusta?-, -¡Mucho!, al ser virgen nunca se había introducido algo así de gordo, apoyaba un pie en una sillita quedando sus piernas abiertas y viéndose perfectamente como se introducía el puño del destornillador. Mi verga se iba poniendo cada vez más caliente, pero al estar pajeando yo podía retardar un poco la eyaculación hasta donde pudiese, al ratito le susurre a Elisa: -¡Ya no puedo más!-, ella aceleró su ritmo y en ese momento me puse en pié poniéndome de perfil a Elisa, con la servilleta de papel delante empecé a emanar leche hasta que me vino algún espasmo, la limpié y me senté cuando ya Elisa venía a la mesa, le enseñé la leche en la servilleta y le dije: -¡Va por ti!-, -¿Te has corrido bien cielo?- -Magníficamente, nunca me había introducido algo así de gordo- me comentó que se introducía pequeños cilindros pero que no le daban ese placer, que sus amigas desvirgadas tenían juguetes de varios tamaños, pero no muy grandes, que mi polla era más grande que los juguetes. Le dije: -Ahora subes y le dices a tu madre que acabas de hacerte un pajote delante de mí-, -¡Cerdo!, a que se lo digo de verdad-. Así que perfecto comienzo de día.
CAP.V.- EL APARTAMENTO.
A medio día primero baño y después una buena paella, en la playa Elisa y yo nos pusimos un poco separados de nuestros padres, lo suficiente para que no nos escuchasen, le dije que si le parecía bien iba a localizar a mi grupo de amigos a ver si entre los de confianza alguno estaba solo o en algún apartamento que nos lo pudiese prestar, le comenté que eso entre nosotros era de lo más normal, hasta yo mismo estando solo les permitía venir a casa alguna vez. Le dio un poco de vergüenza, pero le aclaré que posiblemente ni sabían quién era la pareja, entonces antes de la comida mientras se terminaba el arroz empezaría a hacer mis gestiones. Una vez en la casa llamé a mi buen amigo Germán a ver si él sabía de quien podía hacernos el favor y quedó que encantado me hacía la gestión, imaginó quien era la pareja pues nos vio la otra noche cuando les presenté a Elisa, simplemente me dijo: -Muy buena elección- sin preguntar nada más, y Elisa no se enteraría. A la media hora me llamó Germán diciendo que lo tenía solucionado, que nuestro amigo J.Lopez al ser comienzo del verano estaba solo en el apartamento o pequeño piso de sus padres y que si era necesario se iba a dormir con él, se lo agradecí y quedé en confirmarle posibles horarios. Una vez lo hablé con Elisa quedamos en que podíamos salir a media tarde y diciendo que nos íbamos de fiesteo con amigos podíamos volver bien tarde. Puesto en contacto con Germán le informé del plan, por lo que me dijo que se encargaba de hablar con J.Lopez y donde yo dijera me entregaban las llaves a lo que propuse verlos en el pub Pato Loco de seis y media a siete, -OK, si hay algo en contra me pondré en contacto contigo-, le aclaré que iría solo.
Comimos nuestra paella y necesariamente había que descansar un rato, le había dicho a Elisa que ya iría a recoger las llaves y enterarme de la dirección a media tarde y después nos arreglaríamos un poco para disimular nuestra salida con los amigotes. En la mesa ya dije de nuestra intención de aceptar la invitación de amigos y amigas para vernos esta tarde noche para ir de picoteo y después a alguna disco o pub, lo que les pareció muy lógico y más entre jóvenes. No pude dormir mi siesta creo que debido a estar un poco nervioso, a las cinco y pico me levanté y me puse a leer un poco para hacer tiempo, Elisa se despertó después de los padres y cuando fueron cercanas las seis de la tarde dije que iba a tomar un café con un amigo aquí detrás. Como el pub Pato Loco no andaba lejos, me fui paseando, cuando llegue ya era la hora y Germán y J.Lopez estaban puntuales, me pedí un café y enseguida J.Lopez me dio las llaves explicándome donde se encontraba, que no tuviese prisa pues él ya no pensaba volver esta noche y que me advertía que no había nada de bebida y comida hasta que sus padres viniesen el próximo fin de semana, que ocupásemos la cama grande y no nos preocupásemos de la ropa, la mandaba a lavandería. Les agradecí su favor diciéndoles que no se trataba de una aventurilla cualquiera, era algo más serio, por lo que me desearon buena estancia y feliz noche. -¡Ah, no te preocupes de las llaves, las dejas en el buzón, llevo la copia. Me volví a casa pausadamente por lo que se hicieron las siete y media, diciéndole a Elisa que había quedado con este amigo para vernos con los demás de ocho a y media, por lo que nos fuimos a cambiar de ropa más que arreglarnos para una fiesta, pantalón corto de marca, polo también de marca y unos buenos zapatos, ella faldita corta con camisa ajustada de cuadritos, con muy ligeros toques de maquillaje, nos despedimos con alguna mirada insinuosa de mi tía, sacando el coche del garaje con el adiós pertinente, lógicamente en el coche iba todo el material, pastillas, PC, cremas, el consolador……. Le dije a Elisa que en el piso no había nada de despensa, que si comprábamos algo o bajábamos esta noche un poco a lo que me dijo que comprásemos algo de refrescos o alcohol un poco y mejor bajábamos cuando nos apeteciese: -No vamos a estar todo el tiempo follando Arturo-, paramos en una pequeña tienda de esas playeras y compramos refrescos y algún botellín de esos pequeñitos de alcohol.
Llegados a la urbanización que conocía de referencia, tenía muy buena apariencia y cercana al mar, buscamos el portal núm. 7 y una vez en él subimos al piso 8º, previamente miré en el buzón y si ponía algo de Lopez, era de esos portales de edificios donde daba la sensación que nadie se conocía, mejor así. Introduje la llave en la puerta y entramos en un pequeño pisito de lo más coqueto, vistas al mar sin que nos viesen nadie, aseo pequeñito y muy limpio y en el dormitorio una cama que nos pareció inmensa, dejamos los refrescos en el frigorífico y nos quedamos con dos sentándonos en el sofá del salón, previamente habíamos abierto ventanas de terraza y dormitorio. Nos miramos a la cara maliciosamente sonriente como diciendo: -¿Por dónde empezamos?-, le sugerí a Elisa si le parecía bien que nos quedásemos totalmente desnudos y que viniese lo que viniese, sin mediar palabra empezó a quitarse su camisa al igual que yo, -¡Espera Elisa!, no te quites el sujetador y las bragas-, yo me desnudé dejando los calzoncillos, en pié Elisa estaba excitante con sus pechos y su vulva marcadita, yo miraba excitándome a más tal como se apreciaba en mi slip, La acaricié hasta donde pude y al muy poco estábamos los dos totalmente en pelotas, cogí el espejo del recibidor y lo apoyé en una pared de dormitorio, cogidos los dos nos miramos en silencio en el espejo y en ese momento se me escapó un pelín de semen del capullo goteando al suelo, a Elisa le hizo mucha gracia eso, -Ves, me la has puesto babeante de solo mirarte-, ante eso unté de crema retardante mi capullo con un poco mas de cantidad que las primeras veces, lo froté para que se extendiese bien, había que esperar no mas de cinco minutos por lo que me limité a besarla babeándole en su boca y succionando sus pezones hasta ponerlos duros, nos fuimos al dormitorio llevándonos el espejo y poniéndolo en apoyado a la pared paralelo con el lateral de la cama echándonos en la misma. -¿Elisa empezamos con un 69?-, primero me puse yo debajo y Elisa poniendo su coño frente a mi cara empezó a lamer la cabeza del capullo, seguidamente era todo el capullo que podía dentro de su boca hasta llegar a atragantarse, mi lengua y mi boca no daban abasto de comerme el coño y el clítoris, al poco continuamos pero dándonos media vuelta y quedando de lado levantándole a Elisa un poco una pierna para que su coño fuese más comible. –Elisa quieres follarme tú encima mía, puedes elegir o mirándome a la cara o de espaldas, o ambas-. Antes de empezar le dije que la chupase un poco para que se empalmase al máximo, así lo hizo y yo me puse un anillo abrazadera de los del otro día, por lo que mi verga estando yo en pié se veía tremendamente grande y empalmada, estando así me eché boca arriba en la cama manteniendo con la mano la verga hacia arriba, Elisa se montó a caballo mirándome, sugiriéndole que cogiese ella el falo y fuese ella misma quien se lo fuese introduciendo, así lo hizo muy despacito dando suspiros y algún quejido. Su entrada era estrechita por lo que producía una presión en mi verga altamente placentera, -¡Vamos cariño clávatela hasta donde quieras!-, -¡Me duele un poco mi amor!-, cuando llevaba la mitad de la verga metida empezó con pequeños movimientos que fueron haciendo que mi verga se fuese introduciendo cada vez más, llegando a sentarse en mis testículos, se quedó como a cuatro patas con el pijo metido y dejándola quieta a ella empecé yo a mover mis caderas hacia arriba introduciendo y sacando el rabo bien empalmado, miró al espejo y dijo que era muy excitante y que esa forma de follar le producía un gran placer, cambiamos de posición poniéndola a ella debajo y subiéndole las piernas hasta mis hombros, le dije: -Mira al espejo que veas cómo te la meto-, como su vagina estaba muy húmeda y ya había ensanchado un poco cogí mi verga aun con su anillo y de un golpe se lo introduje todo, soltando un pequeño grito, empezando a sacarlo entero y volviendo a entrar, eso me producía a mi más placer pues el recorrido del tronco era total dentro de su vagina golpeando los testículos en su vulva. Volvimos a cambiar de postura ahora a lo perro abrazando un tanto las tetas, pero así estuvimos poco, la volví hacia arriba totalmente acostada abriéndole las piernas y alzándole las rodillas, poniéndole una cabecera en los riñones me abracé a ella al mismo tiempo que se la introducía entera. -¡Ahora ya no te escapas corazón!- al mismo tiempo que la besaba frenéticamente mi polla entraba y salía, notando el contacto de nuestros cuerpos mi excitación iba en aumento y le dije: -Elisa vamos a corrernos cariño- a lo que me dijo: -¡Yo ya me estoy corriendo hace rato, córrete tú!- y mientras la besaba y susurraba a su oído bajito -¡Te quiero amor!- mi leche empezaba a bramar frenando su salida lo que podía para que fuese mayor el tiempo de escupir el esperma, sus manos me abrazaron clavando sus uñas en mi espalda dándome la sensación que estaba corriéndose, cuando ya no podía más me quedé con la verga dentro y echado encima de ella que gemía -¡Sigue, sigue….corazón!-, saqué mi polla ya casi flácida quedando semi desvanecido a su lado, mientras que por su coño salía el semen sobrante para placer suyo que se lo restregaba con su mano por toda su vulva. Exhaustos los dos decidimos bajar para conocer un poco todo aquello.
Nos sentamos en una cafetería para tomar un bocado y recuperarnos un poco de nuestro último envite, le dije: -En serio Elisa otra de estas y yo no puedo más, ya se que tú si, pero a mi me has dejado para el arrastre-, comentó: -Si que me parece que te has corrido más que otras veces a estimar por tu corrida de leche, ¡pobrecito!-, -Cuando volvamos a subir, nos damos una sesión de videos a ver si cargamos las pilas-, continuamos tomando nuestros sándwich y después de un pequeño paseo volvimos a nuestro cubil de amor donde nos pusimos un par de combinados y nos dispusimos a poner el PC aparentemente con poca gana, le dije a Elisa: -Para animarnos más sería interesante y muy morboso ver los videos con alguien más, ¿porqué no buscamos otra pareja?-, ¡Vale, probémoslo!, por lo que nos fuimos de nuevo a la calle en busca de una pareja que quisiese ponerse caliente. Pasamos por la cafetería donde estuvimos, había una pareja más adulta que nosotros y no nos gustó, así estuvimos casi media hora dando vueltas, ese nó, ese si pero nó, y ya cuando desistíamos cerca del portal había una pareja muy jóvenes bastante amartelados un poco en la penumbra, -¿Les preguntamos?-, le dije a Elisa que me dejase a mí: -Hola, buenas, ¿sois de aquí?-, -Si, ¿buscais algo?-, -Somos nuevos, nos han dejado un apartamento y hemos bajado un poco-, -La verdad chicos, estábamos un poco aburridos e íbamos a vernos algunos videos porno, muy porno y se nos ha ocurrido buscar a otra pareja para verlos juntamente-, ambos se miraron un poco atonitos, nos miraron y dijeron: -Parecéis una buena pareja y que decís la verdad, ¿Vamos con ellos Elvira?-, -De acuerdo- dijo un poco temblorosa. En el ascensor se apreciaba su juventud, ella claramente menor de edad y él no me extrañaría que también, mejor no preguntar.
Elisa les ofreció una copa o refresco, los nuestros estaban encima de la mesa calientes ya, puso tres combinados y un refresco, encima de la mesa estaba el PC apagado y antes de encender, tomando nuestras copas hablamos un poco: -¿Os gustan los videos porno?, ¿soléis verlos en compañía, digo entre vosotros dos?-, -Si nos gustan pero nunca lo hemos hecho juntos-, -Os advierto que es muy excitante, o preguntarle a Elisa que pasó la primera vez que lo hicimos- El chico preguntó: -Que apartamento tan bonito tenéis- a lo que le aclaré que no lo habían prestado hasta esta madrugada, a lo que sonrieron más aún viendo la puerta abierta del dormitorio y la cama toda revuelta. Les aclaré que tenía videos de todas intensidades y clases, más guarros, más fuertes, flojitos, pero básicamente todo porno duro, les desplegué el índice donde claramente se identificaba de todo y la chica, Elvira dijo de sopetón: -¡Pijos, ver pijos!- a lo que me quedé pensando y se me ocurrió preguntarle: -¿Tíos solos haciéndose una paja?-, -Sí, eso vale-. Yo estaba al centro con Elisa a mi izquierda, Elvira a la derecha y más allá el chico. Ya sabéis que suelen ser clips o videos muy cortos, algunos de ellos de mala grabación, -bueno, vamos-. Fui eligiendo los que recordaba eran de algo de calidad, con corridas de diferentes clases, vi que le agradaban las grandes corridas, le puse uno grabado a cámara lenta de una gran polla operada soltando leche un buen rato, me atreví a preguntarle a Elvira: -¿Te gusta hacerlo?-, -Mucho, y notar lo dura que se pone- a lo que Elisa se metió por en medio y dijo: -Anda, si ves como se le pone a este, es un autentico palo- y continuó: -¿Y a tu pareja?-, -Bien, no es muy larga pero sí gordita y siempre termina salpicando a todas partes-. Continuamos cada vez subiendo de tono, Elisa y yo estábamos bastante calientes, por lo que no dejábamos de besuquearnos y meternos mano por debajo de la ropa, les dijimos que podían hacer lo que quisiesen hasta follarse, a lo que pusieron cara de extraños, entonces Elisa me abrió el pantalón y sacó mi polla diciéndole a ella: -Mira lo que tiene mi novio-, -¡Dios que grande!-, -Cógela, mira lo dura que está-, tímidamente acercó su mano y abrazó dificultosamente todo el contorno meneándola un poco. De inmediato se volvió a su pareja y prácticamente lo desnudó, era fimótico por lo que bajaba la piel con cierta dificultad, se la meneaba tirándole hacia abajo hasta hacerle daño a lo que le dije que no tuviese prisa que se iba a correr, -Toma ponte un poco de esta crema, hace que te corras más tarde-, -¿Folláis ?-, -Dos veces lo hemos hecho y a escondidas y no muy bien. Elisa se puso junto a él y con un poco de vaselina en la mano empezó a deslizársela en todo su capullo, -Ves como hay que hacerlo, deslizando la mano-, el chico estaba encantado y yo le susurre a Elvira: -¿Quieres meterte un poco de mi polla?, es fácil aquí mismo te sientas encima mía abriendo las piernas y te metes el trozo que quieras y tú le das el meneo que desees mientras sigues viendo videos-, Elisa se dio cuenta y acercándome a su oído le susurré: -Ponle un condón y se la chupas un poco-, de mis cosas le pasé una goma mientras Elisa le comentaba al chico: -¿Te la chupo un poco?-, abrió el condón poniéndoselo en su pollita bien tiesa empezando a lamérselo despacito. Elvira se había montado a caballo encima mía y con su mano derecha asía mi capullo restregándoselo en su coñete hasta pararse en la entrada, se dejó caer un poco clavándose literalmente en mi verga y soltando un pequeño alarido, -Así, tu sola encanto-, yo cambiaba a videos más fuertes y ella subía y bajaba como si estuviese empalada en una estaca diciendo: -¡Que grande, dura y larga está!-, Elisa seguía mamándola por lo que aprecié que no quería metérsela, yo de vez en cuando daba un empujoncito hacia arriba lo que provocaba un gemido en Elvira. Su chico no tardó mucho en correrse en la boca de Elisa con su condón puesto, yo así por las caderas a Elvira dándole a su vaivén mas movimiento y susurrándole al oído: -¡Vas a saber lo que es un rio de leche!-, efectivamente mi corrida fue inmediata vomitando varias veces leche hasta que empezó a hacerme daño y la desclavé, saliéndole gran parte de la leche encima de mi polla, nos limpiamos sin decir palabra mirándonos como avergonzados, nos pusimos la ropa interior y ellos se vistieron para al poco despedirse mencionando lo bien que lo habían pasado, quedando de nuevo Elisa y yo solos.
De nuevo solos Elisa exclamó: -¡Que burros, mira que follarnos a dos menores!-, a lo que dije: -Yo no sabía que eran menores-, la verdad que Elvira tenía unas téticas de niña pezoneras y el coño muy estrecho, estrangulaba mi polla. -¿Y tu pendonaza, mamándosela a un jovenzuelo?, ahora en serio, ha sido una experiencia de lo los más morboso y excitante. -¿Y ahora qué?-, pues continuemos un poco viendo algún video a ver si conseguimos volver a calentarnos y nos vamos cielo. Puse una compilación muy buena en cuanto a grabación de corridas en la cara y boca, entremedias salía también alguna mamada sacando la leche con la boca, las caras de las chicas eran preciosas y de los tíos solo se veía una gran polla muy lechera con gestos muy excitantes, -Mira Elisa eso te voy a hacer- y se veía una cara como se iba llenando de leche espesa hasta sus ojos, o abriendo la boca el tío se la meneaba un poco descargando dentro de la boca para después dejarla caer de su boca, o: -Elisa eso me vas a hacer- y una boca encantadora la chupaba sorbiéndola, notándose y escuchándose como se corría el tío con toda la polla dentro para dejar de succionar y dejar salir la leche de la boca. Después cambiábamos a otros de HD (Alta definición), -Mira como le mete el pollón y como se retuerce, a lo perro el coño se le sale hacia fuera cuando la saca de lo gorda que es. –Elisa ponte en pié delante mía abriendo las piernas por fuera de las mías o bien te arrodillas un poco en el asiento del silloncito, para dejar tu coño frente a mi-, sin dejar de estar sentado y manipulando el PC así lo hizo Elisa, inmediatamente empecé a comerme su coño, en algún momento ayudado por mi mano abriéndole los labios chupando y mordisqueando su clítoris o introduciéndole uno o dos dedos. De vez en cuando decía: -¡Me estoy corriendo cabrón!, y yo más le lamía hasta que ella se quitaba saciada. –Chúpamela mientras vemos algo-, se arrodilló junto a mi asiendo mi verga y haciéndole de todo, lo mismo estaba succionando que se ponía a mordisquear la cabeza, ella continuaba mientras yo lo estaba viendo doblemente en algún video, -¡Lámeme los huevos!, y cuando vayas a sacarme la leche, quita las manos, solo succiona lamiendo con la lengua dentro de tu boca la cabeza del capullo-, muy obediente siguió así hasta que le avise que la leche estaba cerca, -¡Succiona despacito!- y el semen empezó a brotar, notando que le llegó hasta su garganta continuando llenando su boca, -¡Ya vale Elisa, me vas a matar!- sacó su boca del capullo, reteniendo aún la leche que me la mostraba mientras cerrando un poco la boca le brotaba pausadamente hasta encima de mi verga, quedando su boca manchada de leche un poco, se la tragó mirándome a la cara, en ese momento la subí hasta mi cara besándola profundamente como agradeciéndole lo que había hecho, seguro que algo se llevó mi lengua. Optamos por darnos una ligera ducha y pensar en marcharnos. Cuando bajábamos en el ascensor le comenté a Elisa: -Me duelen los testículos-, a lo que preguntó el porqué, -Pues sencillamente, son la máquina de producción de esperma y la estamos forzando un tanto- Me recordaba también cuando de jovenzuelo me pegaba un calentón con alguna niña sin hacer nada y después me dolían los huevos, por lo que si me hacía una paja el esperma se liberaba y el dolor cedía, era distinto a ahora que era por exceso de producción, volvimos a casa como dando un paseo en el coche, al llegar todos estaban durmiendo y le dije a Elisa que yo me iba a acostar a ver si me recuperaba a lo que me dijo: -Te he tumbado tiarrón-, -Chica ya sabes que los hombres tenemos nuestras limitaciones sexuales, demasiado he aguantado-, -Es broma, lo estás haciendo muy bien, demasiado bien cariño-, -Yo también me voy a acostar-, nos dimos un fuerte beso y nos despedimos.
CAP.VI.- SALIDA NOCTURNA:
Al día siguiente me levanté tarde, ya estaban todos desayunados y lo primero que hice fue tomar un café muy largo, a lo que preguntó mi madre si había resaca, le aclaré que en lo absoluto, que estaba algo atontado. A mis tíos y a Elisa les quedaba hoy y mañana de estancia y al parecer habían estado hablando de los planes de los dos días antes de que me levantase. Esta mañana la dejamos pasar hasta la hora del baño, yo me adelanté con Elisa y su madre a bajarnos a la playa, madre ultimaba la comida para poder bajarse también y mi padre acompañando a mi tío no se por donde pero seguro que a tomarse cervezas, era un gran bebedor de birras, notándosele un poco cuando pasaba de seis. Al llegar a la playa con todo el equipo e instalarlo todos nos quedamos en bañador, observé que mi tia aún a sus cuarenta y pocos, con un biquini bastante discreto pero bien puesto, tenía un cuerpo muy hermoso con unos abundantes pechos que aparentemente eran aún turgentes, vamos que hacía ojo entre los maduritos y no. Yo encontré a dos de mis amigos, si con resaca estos, por lo que me puse a hablar con ellos, Elisa se quedó debajo de la sombrilla hablando con su madre, estando bastante tiempo hasta que bajó mi madre diciendo que los maridos no habían vuelto aún, que les había dejado una nota en la puerta.
A la hora de la comida estuvieron hablando de cómo mañana era el último día podían ir de visita a la capital que los tíos conocían muy poco y conocer algún rincón más de la provincia. Para ello hacían falta dos coches al ser seis y yo continuaba no estando muy bien, como si tuviese un poco de enfriamiento, por lo que si no me espabilaba lo iba a pasar mal pues yo sería uno de los conductores. Elisa me preguntó si realmente me encontraba tan mal a lo que le dije: -Que no era mucho pero que si lo dejaba si podía hacerme algo, por lo que iba a tomar algún analgésico de esos especiales y así lo amortiguaba- continué diciendo: -No te preocupes hoy no te acuestas sin que te folle, ya veremos cómo-. Después de comer me tomé una pastilla y me eché a dormir un poco, me desperté a las cinco y media, más atontado por las horas dormidas que por mi malestar. Pasamos la tarde en casa y a la hora del atardecer los padres dijeron de ir a la zona de tiendas de atrás de casa. Yo les dije que saldríamos un poco más tarde pero con coche para ultimar de enseñarle a Elisa toda nuestra zona estival y playas cercanas, no estaba para andar mucho, tomé otra pastilla y permanecimos en casa, los padres se marcharon diciendo que vendrían pronto, quedando Elisa y yo solos, inmediatamente le dije: -¿No te habrás creído lo de la ruta turística?, conozco algunas playas que se quedan solitarias de noche y no son conocidas que nadie moleste, si de visita de parejitas-,-Me lo imaginaba que de turismo poco-, nos fuimos y estuve dudando donde ir, al final opté por una algo alejada pero un poco salvaje, cuando llegamos salimos del coche y nos sentamos en el chinarro de la playa viendo la bonita noche que comenzaba, Elisa con la cabeza apoyada en mi hombro susurro: -¿Qué va a ser de nosotros cuando marche pasado mañana?- a lo que contesté: -Elisa piensa solo en hoy, no futuríces, mañana no existe y cuando llegue pensaremos que hacemos-, seguidamente le di un largo beso en la boca recreando a nuestras lenguas. -¿Qué tanto hablabas con tu madre hoy en la playa?-, -Cosas nuestras de mujeres-, -Elisa que miedo te tengo, ¿Hasta dónde le has contado cosas nuestras?-, -Cosas Álvaro, cosas- y volvió a besarme.
-¿Dónde te apetece que follemos: Poniendo una toalla aquí en la oscuridad de la playa o nos ponemos cómodos en el coche?-, -Mejor en el coche, más discreto, sin clavarnos piedras y expuestos a algún posible mirón nocturno-, por lo que marchamos al coche, previamente el asiento paralelo al conductor lo corrí totalmente hacia atrás y recosté un poco el respaldo, cada uno nos pusimos en muestro sitio y procedimos a calentarnos como buenamente podíamos, yo me quité los pantalones que eran cortos y Elisa sabiendo a lo que íbamos se puso su vestidito corto, -Quítate las bragas cariño-, le abrí la camisa por lo que pude dejar sus pechos al aire bajándole el sujetador. Nos entrelazamos con manos, boca y todo tipo de tocamientos y sin dejar de frotar su garbancito de clítoris, al poco pasé a su asiento colocándome de rodillas sobre una toalla en la alfombrilla abriéndole las piernas y arrastrando su culito un poco hacia fuera, sin quitarme el calzoncillo lo bajé por delante sacándome la verga incluso los huevos. Ella la cogió meneándola suavemente, recostado un poco sobre ella, succionaba sus pezones, sus labios, sus orejas y babeando con la lengua en su boca, me era una postura incomoda para comerle el clítoris, por lo que opté por pasearle la cabeza del capullo por toda su vulva, de vez en cuando mojándola en el flujo de su vagina, así estuvimos un muy buen rato, Elisa se corrió porque noté sus uñas clavarse en mi espalda un par de veces, estaba totalmente mojada de flujo vaginal,, le dije: -Cógela e introdúcetela en tu agujerito- por lo que encarada mi polla a su vagina la introduje con suma facilidad de lo mojado que estaba toda, la penetré hasta el fondo enredándose los pelos de nuestros pubis, me abracé un poco más a ella iniciando un vaivén suave y rítmico, de vez en cuando la sacaba entera para después penetrarla con más energía, -¡No me hagas daño cariño, la tienes muy grande y gorda!-, opte por seguir haciendo lo mismo pero con penetraciones suaves, tardando un poco entre que comenzaba a entrar hasta que tocaba fondo, a lo que Elisa masculló: -Siento un placer tremendo haciéndolo así- yo continuaba lentamente lo que favorecía a la tardanza en correrme, imagino y algo notaba que de vez en cuando salía un poco de liquido pre seminal. Cuando ya llevábamos más de un cuarto de hora mis huevos empezaban a dar aviso, entre otras cosas empezando a notarse un poco de dolor, -Vamos cariño- penetrándola hasta el fondo y haciendo pequeños movimientos de vaivén pero con toda la verga dentro, al poco empecé a soltar leche que Elisa notó inmediatamente abrazándose mas fuerte a mi mientras yo terminaba de menear mi cuerpo descargando esperma, me pidió: -¡Déjala un poco dentro que disfrute de ella!-, quedando en silencio abrazados y con nuestros cuerpos unidos un buen rato, al poco la desclavé limpiándola con el propio calzoncillo que estaba bajado, Elisa se puso sus braguitas y se arregló su camisa para disponernos a retornar. Al salir vimos tres o cuatro coches en los que en alguno se vislumbraba las sombras de la pareja. Durante nuestro retorno Elisa no paró de besuquearme por el cuello, orejas y donde pillaba. Al llegar a casa nos preguntaron: -¿Qué tal vuestra ruta turística?-, a lo que Elisa casi con exclamación dijo: -¡Muy bien, muy bien!-, su madre se quedó mirando con ojos sospechosos. Volvimos a comentar el viaje de mañana a lo que dije que si continuaba con mal cuerpo aunque me estaba medicando, posiblemente no iría, así seria más cómodo para ellos al ser solo necesario un coche, tomamos un refresco y aunque se quedaron, yo me tomé una pastilla más y me acosté, al poco paso Elisa disimuladamente para darme buenas noches y un beso.
CAP.VI.- LA TIA DE ELISA.
Al día siguiente temprano me levanté para tomarme otra pastilla y volverme de nuevo a la cama, ya estaban desayunando para salir temprano, me preguntaron cómo me encontraba y les confirmé que mejor pero volvía a la cama, mi madre me explicó lo que me dejaba para comer y volví a la cama. Así como a las once casi desperté y no mal, las pastillas estaban haciendo su efecto, no tenía mucha gana de levantarme y puse la música quedando acostado con la ventana entrando la luz y si me incorporaba veía el mar. Al poco tocaron en la puerta y me alarmé, -¿Quién es?-, la puerta se abrió y entró mi tía, -Escuché música y he llamado por si quieres algún café u otra cosa, ¿Cómo te encuentras?- -Bastante mejor, pero tú no te ibas también-, -Si pero me he encontrado un poco indispuesta, cosas nuestras, ¿Te traigo el café?-, -Bueno, gracias, muy largo-.
Al poco entró con el café y lo dejó en la pequeña mesilla para después sentarse en el borde de la cama, yo me incorporé para poder tomar el café, solo llevaba el pantalón del pijama. Entonces ella dijo: -Quiero ser sincera y explicarte, no me encontraba nada mal, solamente tenía intención de hablar contigo y debido a nuestro corto tiempo de estancia hasta nuestra marcha decidí indisponerme-, continuó: -Elisa me ha contado cosas de vosotros dos, ¡No!, no me voy a meter en lo que hayáis hecho, bendito sea lo que hayáis hecho para que esté como está, una temporada antes de venir Elisa era una chica si nó triste, melancólica, aislada, algo ególatra y otras cosas más y la Elisa de ahora es exuberantemente hermosa, alegre, desborda simpatía, yo diría que está enamorada y quería preguntarte: ¿Qué has hecho con ella, qué le das Arturo?-, me dejó un tanto parado y solo se me ocurrió decirle: -Tía lo único que he pretendido es darle cariño, comprensión, amistad, algo de sexo y tolerancia, es una mujer magnifica- -Pues lo has hecho muy bien Álvaro, ¿al sexo le habéis dado bien verdad?-, -Tía somos muy jóvenes, ella muy hermosa y ambos nos caímos muy bien desde el principio, hoy en día es natural que estas cosas pasen-, -Se que mi hija Elisa era una mujer bastante inexperta y por lo visto ha tomado bastantes lecciones de un buen maestro-, -Tía, porfa ha estado todo muy bien pero cambiemos de tema, que siga siendo ella la que te cuente cosas, no yo-.
-Está bien sobrino, es que me dais verdadera envidia en este tema mi vida está bastante vacía y cuando veo cosas como estas vuestras me siento desgraciada, que el tiempo se me escapa y eso no vuelve. Las cosas entre tu tío y yo en lo referente al sexo marchan muy mal, Elisa conoce algo pero muy poco, yo no quiero separarme solo por eso y menos en un pueblo, pero mis deseos de sexo está ahí- Continuaba hablando y cada vez sus ojos estaban más llenos de lágrima las que limpiaba de vez en cuando con la sabana, me decía lo mal que se pasaba cuando se es una mujer activa sexualmente y no tener nada, le dije: -Tía será una burrada pero ¿porqué no te echas un amante para esto del sexo, hasta en los pueblos es posible?-, -Habrá que pensarlo y pronto, pero no puede ser cualquiera para hacer sexo por sexo- Sus lagrimas seguían saliendo de sus ojos y con la cabeza agachada y dando pequeños gemidos me dijo: -Arturo tú podrías darme un poco de lo que le das a Elisa- mientras continuaba llorando y mirando al suelo volvió a decirme gimiendo más: -Arturo un poco, solo un poco, no me digas que no-, me estaba desarmando, mi corazón estaba encogido. La ocasión era perfecta, los dos solos, ella aunque con sus cuarenta y muy pocos una mujer francamente hermosa, era sincera en su petición y comprendía que realmente le hacía falta. –Tía, ven siéntate aquí a mi lado, descárgate de tus sentimientos si lo deseas-, los dos apoyados en el respaldo de la cama le pasé mi brazo por encima de ella al que me dio un ligero beso en mi mano. Llevaba una camisa donde se vislumbraba su amplio canalillo de los pechos, mientras continuó hablando un poco mas calmada sin decir nada desabroché más botones de su camisa, dejándose ver un precioso sujetador de fina quincalla, la mano que estaba por encima del hombro se deslizaba por los pechos, por encima del sujetador y por encima del mismo, notándose que era de esos finitos de tejido por lo que conformaba muy bien sus senos, así continué mientras ella seguía hablando, tal vez algo nerviosa.
Acerqué mi boca a la suya besándola primero con los labios bien prietos con los suyos y sin soltar meter mi lengua que fue gratamente recibida, mi mano se deslizó dentro del sujetador sacándole un pecho fuera, un pecho aún terso con buena corona morena y un pezón prominente, mi boca se acercó besándolo primero por fuera y después succionando el pezón que se puso más rígido, con la otra mano dejé al descubierto el otro pecho y ella se desabrochó el sujetador quitándoselo, los pechos no colgaban demasiado y eran realmente hermosos, le dije: -Tienes unos pechos preciosos- a lo que contestó: -Suelo cuidarme un poco-. Salí fuera de la sabana para volver a echarme solo con el pantalón de pijama, le solté su cintura del pantalón y tiré de sus patas para quitárselos, llevaba unas bragas tipo culote no se si puestas para la ocasión pero que excitaban. Seguí besándole los pechos donde se notó claramente en endurecimiento de sus pezones, siendo un placer mayor succionarlos y poco a poco bajando mi boca hasta llegar a sus muslos, levantándolos y besándolos por su cara interior, cosa que le producía escalofríos, abrí sus piernas y ladee su culote donde se dejaba entrever un coño peludito y hermoso, con una mano sujetando las bragas pasé mi lengua por toda su vulva, -¡Genial sobrino, ya no me acordaba de esto, te advierto que si no me he olvidado cuando me caliento soy efusivamente ardiente y me estoy calentando!-. Seguidamente le bajé las bragas dejándolas en la mesilla y yo me quité el pantalón del pijama dejando ver mi verga ya empalmada, -¡Dios, eso es lo que le das a mi hija, así está ella de radiante, qué hermosura de pene!-, babeaba un poco no se si de esperma o de liquido pre seminal, ella se levantó y como ansiosa empezó a comerme por todas partes como una fiera, se bajaba y lamía mi polla y mis huevos, se la metía en la boca, me acariciaba el culo, de un empujón me tiró encima de la cama abalanzándose sobre mi polla, se la metía hasta la garganta, la sacaba y me mordisqueaba el glande en su corona, se la metía entre sus tetas pajeandola. No sin hacer fuerza me revolví y la puse a ella debajo buscando ansioso su coño, con mis dos dedos abrí los labios donde se apreciaba un desarrollado clítoris que admitía hasta chuparlo y succionarlo, cuando así lo hacía se retorcía de placer mas si le introducía un par de dedos en su vagina. La levanté enérgicamente y la empujé contra la pared levantándole sus brazos y sujetándolos con el mío izquierdo, un poco brutal con un pié le separé las piernas, bajando mi cintura y asiendo mi verga totalmente tiesa cual palo mayor de un barco, sin contemplaciones de ningún tipo después de buscar su cuevecita se la introduje de un enérgico golpe hasta el fondo, haciendo que emitiese un pequeño alarido, -¡Mátame animal, rájame por dentro, perfórame!- continué sacándola y enérgicamente metiéndosela de nuevo, paré y la eché encima de la cama subiéndole las piernas y volviendo a penetrarla hasta tropezar nuestros pubis, al poco le dije: -Aquí tienes mi recuerdo para que no se te olvide- y mi leche empezó a descargar muy al fondo de su vagina, prácticamente sin moverme, solo echándole golpes de leche hasta que ya no emanaba más, la saqué e inmediatamente debido a la cantidad depositada en su vagina la leche corrió pierna abajo. Mi polla babeaba algunas gotitas del glande un par de gotitas, gotitas a las que pasó su lengua y succionó mi capullo hasta hacerme daño, pero ella sacó la leche que quedaba. Entonces dijo: -Ahora lo comprendo todo sobrino, eres sencillamente genial, un hombre capaz de satisfacer a la más ardiente mujer-, me dejó para ir al cuarto de aseo a lavarse o ducharse, seguidamente entré yo.
A medio día se disponía a bajarse para darse un baño y le dije si quería llevarse el aperitivo, no entendía y le dije: -Pónmela tiesa y te explico el recuerdo- Me bajé sin quitármelo el bañador sacándome entera mi verga y los huevos, ella se abalanzo a mi polla como una posesa mordisqueándola y succionándola divinamente, se notaba su experiencia, -No me hagas daño cabrona-, cuando ya estuvo bien tiesa la puse apoyada en la mesa del salón abriéndole las piernas y ladeando su biquini se la introduje otra vez a lo bestia, rápidamente practiqué un rápido vaivén con lo que pronto estaba echándole la leche que me quedaba, ella rápida mente se volvió a chupármela lo que quedase hasta hacerme daño, enseñándome después su lengua la poca leche que me había sacado y posteriormente tragándosela. Yo no salía de mi asombro con esta mujer. Una vez subió comimos y nos echamos un rato, quería que fuese juntos pero no me atreví por si se presentaban de improviso, cosa improbable, así que cada uno a su cama, cuando me desperté eran pasadas las cinco y mi tía estaba despierta, comentándole: -Tía de veras siendo como eres debes de buscarte un amante, estoy seguro que Elisa te encubriría, no me explico cómo puedes aguantar siendo así, ¿Nunca has puesto los cuernos?-, -Bueno sí alguna vez pero muy pocas y en ocasiones esporádicas y con gente desconocida prácticamente-, -Tía ¿como con el del butano?-, -Si algo así-, -Y ¿te encontraste alguna vez con una polla respetable?-, Asintió y dijo que con el carnicero del barrio, que esperaba a que cerrase temprano y en la trastienda por la puerta de atrás se vieron unas tres veces, que tenía un rabo no muy largo pero si tremendamente gordo al que decía que su mujer no lo soportaba, dejaron de verse por el inminente peligro que corrían. Y ya hacía bastante tiempo que no había hecho nada, le aconsejé dentro de mi poca experiencia que yo probaría con dos o tres elegidos o alguno más y al que mejor follase lo escogería, si un amante es eso, alguien que de alguna manera te guste y folle bien. -¡Mira el niñito!-.
Casi acabando la tarde hicimos una llamada a ver donde estaba el resto de la familia, seguían visitando un último pueblo distante al menos una hora por la carretera. Le propuse terminar nuestro encuentro sexual a lo que inmediatamente aceptó, le propuse buscar un juguete a lo que al final encontré en el frigorífico un calabacín de diámetro respetable y le dije: -A esto le ponemos un condón y un poco de vaselina y la polla de tu carnicero en más larga-, lo lavé fuertemente con detergente y busqué mis condones y la vaselina, entre los dos le pusimos el condón y lo dejamos para después. Cerramos la puerta del chalet y nos desnudamos, estaba realmente hermosa con ese felpudito negro, la senté en la mesa y yo delante sentado en una silla, se lo comí de todas las formas posibles, era muy excitable debido a su prominente clítoris por lo que no se cuantas veces se corrió. Le corrí el culo hasta el borde de la mesa quedando su pubis prácticamente fuera, cogiendo el calabacín lo unté de vaselina e intentando buscar su agujero para meterlo, con la mano izquierda abrí los labios viéndose claramente la entrada de la vagina, con suavidad empecé a restregarle el calabacín diciéndole al oído: -Acuérdate de tu carnicero-, mientras empujaba un poco hacia dentro, una vez entró un poco vi como llenaba su coño, era excitante, empujé más al mismo tiempo que le daba movimiento de vaivén, y cada vez un poco más adentro, le entró casi todo cuando dijo: -¡No metas más me estas dando en el útero cabrón!-, lo saqué un poco y continué con el movimiento al mismo tiempo que le decía burradas susurrándolas: -¡Imagínate la polla de un mulo puta o un negro senegalés con 25 cm. O el repartidor jovencito del super, pequeñajo pero con una polla descomunal…….. Córrete cabrona!-, ¡Ya lo hago cornudo, sigue un poco!-, al poco ella misma se lo sacó y le dije: -Termina tu la faena chupándomela y sacándome la leche-, por lo que obediente cambiamos de sitio, ella en la silla y yo sentado en la mesa, -Trae esa maravilla que seguro tiene locas a las nenas-, se la introdujo en la boca lamiéndola, de vez en cuando la levantaba y se metía un testículo en su boca, la succionaba como nadie y le dije: -Piensa en que se lo estás haciendo a tu futuro amante, se cariñosa- Y me mordía y succionaba más, cuando pasó un poco me abrazó de las nalgas y empezó a chupar y succionar sin manos cuando le dije: -Tiita has puesto a la fábrica de leche a funcionar y el tanque está casi lleno-, siguió como si tal hasta que empezó a bramarme la leche del capullo con su boca cerrada continuando hasta que le dije: -¡Cabrona para que me matas!-, su boca paró pero no se sacó la verga, notaba como mascullaba la leche, cuando se soltó, no tenía ni una gota de leche en su boca, se la había tragado toda a lo que únicamente dije: -¡Toma proteínas-, me dejó totalmente para el arrastre y otra vez con dolor de huevos. Ella se enjuagó la boca y yo me lavé el capullo, deshaciéndonos del pepino troceado en una papelera de la calle.
CAP.VII.- EPILOGO.
Pasados unos tres cuartos de hora llegó el resto de la familia, preguntando todos como nos encontrábamos, a lo que por mi parte dije que casi bien del todo aunque seguía tomando pastillas. Elisa me dijo que si después de cenar podíamos salir a los pub de atrás para poder despedirnos, a lo que asentí sin excusas. Se arregló con otro vestidito monísimo, por lo visto los pantalones no le gustaban para vestir fuera de lo sport, nos fuimos y una vez sobrepasada la urbanización me cogió de la mano preguntándome que como había pasado el día, le dije que descansando y con algunas conversaciones con su madre. -¿Te a contado algo?-, -Particularidades no, solo generalidades, ¿Qué me parecías tu?, que tú estabas muy distinta estos días, etc..- Aunque mintiese no quería entrar en particularidades, que me dijo que le dábamos una gran envidia cuando nos veía a los dos tan alegres y yo pensaba: -Mas lo que le haya contado Elisa, le has puesto los dientes largos que ha despertado algo en ella-. –Debo hablar seriamente con ella- dijo Elisa. Nos sentamos en un pub y pedimos un par de copas, Elisa enseguida entró al ataque: -Álvaro, ahora ¿Qué va a ser de nosotros?, yo no quiero volver a mi rutina triste de todos los días después de haber conocido el Paraíso-, le volví a mencionar el vivir hoy, solo por hoy, que sería bueno que ambos lo meditásemos con la almohada y hablásemos después para ver qué camino tomar. A mi me queda algún año para terminar mis estudios, que si lo decidíamos podíamos seguir viéndonos de vez en cuando, pasar algunos días juntos cuando pudiésemos, o bien en su pueblo o en mi casa o los dos solos, que el tiempo diría. Elisa tenía lágrimas en sus ojos y dijo de levantarnos e ir a la playa a pasear un poco.
La noche estaba alumbrada por una luna creciente, el mar estaba totalmente en calma y Elisa aprovechaba cada vez que pasábamos por una sombra para darme un fuerte beso. Llegamos a una pequeña zona con arboles donde nos sentamos entre la hojarasca y la arena, entregándonos a acariciarnos. Me preguntó Elisa: -¿Podemos hacerlo en algún sitio por aquí?, ¿Tienes gana?-, -Estoy cansado y algo flojo de mi enfriamiento, pero si tu quieres podemos buscar algo-, entre la arboleda había zonas realmente apartadas, -Podíamos hacer algo por aquí, cuando se me ponga tiesa te apoyas en un árbol agachadita y te follo a lo perro ladeándote las bragas-, continuamos sentados y ella manipulaba mi capullo para conseguir excitarlo, cosa que costaba un poco, optó por bajar su cabeza y lamerlo un poco chupándolo, una vez que consideramos estaba bien tiesa la verga, la estrangulé en la base del tronco para que se mantuviese la erección. –Apóyate en ese árbol y abre bien las piernas cielo-, levanté su faldita y ladee un poco su braguita para enseguida mi polla buscar su entrada penetrándola despacito para no hacerle daño y soltara algún gemido, -Cariño que bien me la has metido-, -No podemos tardar mucho este sitio es peligroso-, asiéndola por las caderas mis penetraciones se fueron haciendo más rítmicas y mi verga se terminó de endurecer, -Cariño toma mi último recuerdo- y al igual que por la tarde con mi tía, penetré hasta el fondo dando ella un ligero quejido y la dejé quieta, en pocos segundos lo que me quedaba de leche o la que había fabricado descargó en Elisa hasta que retrocedí poniéndole sus braguitas de nuevo en su sitio a lo que me dijo Elisa aún excitada: -Déjalas que se unten de tu leche, me encanta después oler como huele tu semen, te prometo que cuando lo haga me haré una paja-.
Por la noche estuvieron todos despidiéndose, una cena de aperitivos pues tenían que salir a media mañana pero como mínimo había de tres cuartos de hora a una hora más el adelanto en aeropuerto, hablamos de quien íbamos pues para un coche máx. son cinco, por lo que me ofrecí al haber bastantes kilómetros, mi madre se quedaría en casa. Al día siguiente nos levantamos temprano para desayunar ya con las maletas hechas, marchamos sin prisa hacia el aeropuerto, tenían que pasar mostrador al llevar equipaje por lo que fueron mi padre y mi tío, yo me acerqué a una floristería que estaba detrás nuestra y compré dos ramitos muy pequeños y coquetos, violeta para Elisa y florecitas rojas para mi tía, les di los ramitos y quedaron encantadas, aproveché una ida al servicio de Elisa para darle una tarjeta a mi tía diciéndole: -No la leas ahora, déjalo para después-, a la hora de despedirnos primero con los tíos y separando un poco a Elisa con los ojos llorosos le di un profundo beso mientras mis tíos y mi padre no nos quitaban ojo, -Te llamo Elisa, buen viaje, ya tienes un trocito de mi corazón-, seguidamente se marcharon vía túnel de control, nos volvimos en silencio con la cara más bien seria.
Una vez en el avión mi tía disimuladamente sacó la tarjeta en la que leyó:
Entre Elisa y yo veo difícil un noviazgo
Veo difícil un emparejamiento
Veo difícil un matrimonio,
Porque si pudiese ser cualquiera de las tres, TU SERÍAS
MI AMANTE.
Te quiere Arturo.