La Prima del Interior Capitulo V

- Doctora, la busca la señora Introini. - Que pase.... - dijo Sonia a la recepcionista del estudio......

  • Doctora, la busca la señora Introini.

  • Que pase.... - dijo Sonia a la recepcionista del estudio. Alquilaban ese lugar entre cuatro abogados, y entre todos pagaban el sueldo de Ana María. Se quitó los lentes...le sorprendía que Adela viniera a verla, seguramente estaba de paso por la ciudad, porque llevaba ya un par de años trabajando en Brasil. Se puso de pie justo en el momento en que Adela entraba a la oficina. Se miraron por unos segundos, y fue Adela quién tomó la iniciativa y le dio un abrazo a Sonia.

  • Te ves linda como siempre...

  • Gracias...también tú te ves muy bien - dijo Sonia, sin poder disimular que la situación le incomodaba un poco...el abrazo de Adela se le antojó demasiado efusivo, y eso lograba siempre envararla. Fiel a su estilo hiperfemenino en el vestir, Adela traía un falda negra ajustada y con un largo que permitía ver mas que largamente sus hermosas piernas. El sweater turquesa completaba un conjunto muy atinado, el cabello rubio y largo caía mas allá de los hombros, cuidadosamente cepillado. Adela quebraba todos los estereotipos sobre cómo debía lucir una lesbiana, porque poquísimas mujeres heterosexuales podían competir con ella en lo que a despliege de femineidad se refería. - ¿Y qué haces por la ciudad?.

  • Vine a presentar la nueva línea de calzado...y a testear un poco el mercado aquí, estaré unos dos meses en al ciudad.

  • Ah...que bien...

  • No pareces muy contenta con la noticia....

  • Sí, sí estoy contenta.. Y sorprendida también...pero me alegra verte, sabes que es así.

  • Pues que bueno...porque a mi SI me alegra verte de nuevo - dijo Adela, tomando la mano de Sonia y reteniéndola un poco, antes de soltarla...lo suficiente para hacer que Sonia la mirara, y que las miradas de ambas se cruzaran. Sonia sintió que el rubor subía a sus mejillas...detestaba que eso le pasara, porque la ponía en evidencia cuando algo la ponía nerviosa, pero no podía evitarlo. Y no le gustaba que Adela la viera ponerse nerviosa por un comentario suyo.

  • ¿Quieres un café?.

  • Mas que café...mujer, es hora de almorzar, veo que no pierdes la costumbre de ser una desorganizada con las comidas...¿por qué no dejas es papeles y me acompañas?...he pasado tanto tiempo fuera de la ciudad que casi no reconozco nada.

  • Tengo mucho trabajo Adela y....

  • Por favor...¿te niegas a acompañarme?...me haces sentir muy solitaria...

Los ojos verdes de Adela estaban clavados en los ojos negros de Sonia, con esa mirada que parecía querer traspasarla...Sonia flaqueo, y cerrando las carpetas dijo:

  • Bueno, pero no me retengas hasta las mil y quinientas, que tengo mucho que hacer.

  • Lo prometo...te soltaré temprano.

Fueron a un restaurante japonés, muy cercano adonde Sonia tenía el estudio....en la zona vieja de la ciudad habían proliferado los restaurantes en el último tiempo. Ordenaron y fue Adela quién inició la conversación.

  • Y cuéntame, qué has hecho en este tiempo.

  • Pues lo mismo de siempre...estar en el estudio, tengo casos, así que no me va tan mal...pero no es algo muy excitante ser abogado, ya lo sabes.

  • Claro...claro que lo sé. Viví contigo ¿lo recuerdas?.

  • ¿Y tú, en donde estas ahora? - preguntó Sonia, haciendo oídos sordos al comentario tan directo de Adela.

  • En Calzados Fiore...estoy diseñando algo allí, pero mi trabajo es testear qué puede gustar en cada uno de los países donde esta la marca, verificar los puntos de venta...así que viajo mucho.

  • Cosa que a ti te encanta.

  • Sí, no puedo negarlo...tengo alma gitana, me encanta viajar, conocer gente, hacer conocer la marca en nuevos mercados.

Sonia asintió, pensando que Adela siempre estaría "casada" con su trabajo...las prioridades de Adela eran el trabajo, luego ella misma...y en un pobre tercer lugar la persona que fuera su pareja. Sin embargo, siempre había candidatas para ese puesto, porque Adela era hermosa y tenía un charme que pocas mujeres poseían...además de deslumbrar con su aire mundano.

  • Que bueno, creo que es el trabajo ideal para ti.

  • Es verdad...satisface mi sentido trashumante...pero a veces extraño la estabilidad y el poder tener raíces en algún lugar. Creo que conozco mas los cuartos de hotel que las paredes del apartamento que tengo en Río.

  • Eso no debería serte ajeno - respondió Sonia. Durante e tiempo que estuvieron juntas, Adela pasaba mas tiempo viajando que en casa, así que dudaba que recordara con exactitud la disposición de los cuartos del apartamento que compartieron, y en donde Sonia vivía ahora.

  • No me es ajeno, es verdad...pero quizás me estoy poniendo mayor, y quisiera otra cosa con mi vida.

El camarero llegó con el pedido y Sonia suspiró, aliviada...no le gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación.  Adela probó el vino, y luego dio la orden para que lo sirvieran. La comida estaba deliciosa, y Sonia tuvo que reconocer que estaba hambrienta.  Adela seguía todos sus movimientos con esa mirada felina que en otro tiempo encantaba a Sonia, pero que ahora solo lograba ponerla nerviosa.

  • ¿Estás nerviosa?.

  • No.

  • Te conozco Sonia, estas nerviosa.

  • Te aseguro que no

  • OK, si tú dices que no...¿te gusta el vino?.

  • Delicioso....siempre has tenido buen gusto para los vinos.

  • Claro. Y dime....¿qué otros lugares han abierto en la ciudad y que yo no conozco?. ¿Algún nuevo bar?.

Sonia sabía que la pregunta se refería exclusivamente a sitios lésbicos. Ellas se habían conocido en un bar para lesbianas, en una de las pocas ocasiones en que Sonia se había animado a ir a uno. Adela en cambio conocía todos los de la ciudad, siempre había estado muy metida en el ambiente.

  • No sé Adela...sabes que no suelo ir a bares.

  • O sea que sigues siendo una miedosa.

  • Sí, sigo siendo miedosa. Me siento incómoda en un lugar gay.

  • Lo sé...aún recuerdo la cara de susto que tenías el día que te conocí...y cuando te hablé casi te mueres, por un momento temí que tuviera que hacerte respiración boca a boca....aunque no hubiera sido tan mala idea....

  • Harás que me avergüence.

Sonia recordaba muy bien ese día. Entró al bar después de estar casi por media hora estacionada en la acera de enfrente, espiando cómo eran las mujeres que entraban al lugar y si lucía decente o no. Al fin, cuando consideró que por la cantidad de gente sería mas fácil pasar desapercibida, entró...el bar no era muy grande, tenía varias mesitas y una gran barra hacia el fondo, estaban pasando música suave aún porque era bastante temprano y el baile se armaba un poco mas tarde. Fue a la barra y pidió un refresco, ante la mirada un poco extrañada de la barman. Entonces Adela, que estaba junto a ella le habló:

  • Creo que deberías tomar algo mas fuerte....te ves muy pálida.

Sonia casi había muerto del susto al oír esa voz tan cerca...al levantar la vista y encontrarse con la mirada felina de Adela casi se muere de nuevo, pero no del susto, sino de la impresión que se llevó al ver el rostro bello de Adela.

  • Te quedaste con la mente en las nubes Sonia...regresa a la tierra  la voz de Adela la sacaron de sus recuerdos, mientras veía como la rubia llenaba de nuevo su copa de vino.

  • No puedo tomar tanto, tengo que regresar al trabajo.

  • Entonces no tomamos mas ahora, pero mañana salimos, me averiguas con alguna de tus conocidas que sí vayan a bares cual es el de moda y me llevas.

  • ¿Crees que soy tu chofer acaso?.

  • Pues....casi, casi. Estoy pretendiendo pasar bien estas dos semanas que estaré en la ciudad, y que mejor que contigo como guía.

  • Veré si puedo....

  • Haz el esfuerzo, por favor  dijo Adela, tomándole la mano sobre la mesa, y usando su voz baja y suplicante, estremecedoramente seductora. Sonia casi vuelca su copa de vino ante el contacto suave de esa mano sobre la suya.

  • Haré el esfuerzo...llámame en la tarde...y veremos....ahora, de verdad...tengo que volver al estudio  dijo Sonia, mientas le hacía una seña al mozo. Adela hizo un gesto con la mano.

  • Yo me hago cargo de la cuenta mujer....ve tranquila a ese trabajo, que estas inquieta desde hace rato, y yo mañana te llamo.

  • Esta bien.

Regreso a la oficina enojada consigo misma...no podía permitirse ser tan débil con Adela, sabía de lo encantadora que podía ser cuando quería algo...pero también sabía que era muy peligroso sentirse de nuevo atraída por ella. No quería que eso le sucediera. El resto de la tarde casi no pudo concentrarse en lo que hacía, así que al fin, cerca de las 7 de la tarde puso los legajos en su maletín....mejor los estudiaba en la casa, Verónica debía estar esperándola. Llamó a la rotisería antes de salir, para que llevaran algo a la casa alrededor de las 8 de la noche...no tenía ganas de parar por el camino.

Cuando llegó a casa Verónica estaba leyendo en la sala. Le sonrió al verla entrar y Sonia se sintió extrañamente reconfortada. Dejó el maletín y las carpetas en el cuarto junto a la computadora y vino a sentarse junto a ella.

  • ¿Cómo te fue?.

  • Bien...bastante bien ¿cómo pasaste tú el día?.

  • Entretenida...vi unos videos, dormí un rato....hace apenas media hora me levanté y me puse a leer.

  • ¿Te has sentido bien en general?.

  • Bueno, un poco adolorida a veces....pero nada serio, creo que estoy bastante bien.

  • Me alegra...ordené pasta a la rotisería, la traen como a las 8 de la noche...si quieres otra cosa estamos a tiempo de detener el pedido.

  • No, no, esta bien. ¡Ah, casi lo olvido!. Te llamó Adela Introini hoy en la mañana, dijo que llamaría mas tarde pero no ha vuelto a llamar hasta ahora.

  • Ah....gracias  murmuró Sonia...ahora entendía un poco mas la "aparición" de Adela por su estudio, cosa que ni cuando vivían juntas había hecho jamás. Adela estaría muerta de curiosidad por saber quién era que vivía en su apartamento.

Verónica tomó la repentina seriedad de Sonia como un signo de reprobación, así que siguió hablando.

  • Le dije que era tu prima porque ella preguntó.

  • Esta bien Verónica, no hay problemas...vi a Adela hoy, así que no creo que llame, no hasta mañana al menos.  ¿Qué lees?.

  • Algo de Stephen King..."Cujo"...es interesante King.

  • Tendrás pesadillas esta noche...es por eso que dejé de leerlo.

  • Ah, yo nunca tengo pesadillas, no te preocupes.

Sonó el portero y Sonia fue a atender. Era el mensajero de la rotisería, con la comida. Le dejó pasar, le pagó y fue a la cocina con los paquetes. Preparó los platos y desde la cocina le preguntó a Verónica:

  • ¿Quieres comer allí en el living o pasamos a la mesa?.

  • Pues...estoy un poco dolorida, no tengo muchas ganas de caminar....

  • Quédate ahí entonces.

Llevo la bebida, los platos y los cubiertos. La salsa que estaba sobre los spaghettis parecía mas que apetitosa, así que por unos minutos solo se dedicaron a comer...mas tarde Sonia se estiró hacia atrás en el sillón, después de dejar el plato sobre la mesilla, perezosa.

  • Después de todo lo que comí hoy tendré que hacer dieta el fin de semana.

  • Como si lo necesitaras con esa figura que tienes.

  • Ah, pero tengo que cuidarme, no creas.

  • Pues no te creo, y como estaré aquí un tiempo lo comprobaré con mis propios ojos  respondió Verónica...pensado maliciosamente que en realidad le gustaría comprobarlo con sus propias manos, así que sus ojitos brillaron pícaros y Sonia se quedó viéndola, encantada por ese brillo.  Sonrió también, preguntándose que estaría pensado Verónica.

  • Me gusta verte sonreír ¿sabes?.

  • También a mí me gusta que tú sonrías...creo que no lo haces a menudo.

  • Puede ser...creo que una pierde la costumbre.

  • Pues no deberías, te ves totalmente diferente cuando sonríes....tan cálida, es como ver un poco dentro de ti, y descubrir a otra Sonia.

  • ¿Otra Sonia?.

  • Sí...otra Sonia mas humana, no tan seria y estructurada.

  • Ajá....piensas que soy demasiado seria entonces.

  • No digo que seas demasiado seria....lo pareces...pero creo que escondes algo de tu personalidad, la parte divertida....¿te estoy molestando con mis apreciaciones?.

  • No, para nada....me sorprendes. En seis días digamos que has logrado "adivinarme", cosa que otra gente no ha podido hacer en años.

  • Quizás no han prestado suficiente atención.

Sonia pensó en Adela...no, nunca le había prestado suficiente atención. La noche en que se conocieron, después de ofrecerle un trago la invitó a bailar...ella se había negado, sin embargo un rato después había accedido, quizás envalentonada por causa de las dos cervezas que había tomado. Adela intentó besarla un rato mas tarde, y ahí fue donde Sonia se ofendió bastante....seguramente Verónica no hubiera hecho algo así..

  • "Pero que tonterías estás pensando Sonia Laurenti....Verónica no hubiera hecho algo así sencillamente porque no es gay, no seas estúpida".

  • ¿Decías algo?  preguntó Verónica, y Sonia la miró con una mezcla de susto y estupor...¿acaso leía el pensamiento?.

  • No...

  • Me pareció entonces. Me voy a acostar....disculpa, pero que camine mucho hoy....

  • Esta bien...te acompaño....

  • No, no es necesario, quédate tranquila....todavía que me tienes que servir solo falta que también tengas que ayudarme a acostar, sería el colmo. Hasta mañana.

  • Hasta mañana.

Sonia encendió el televisor y lo puso en el Discovery Channel. No se había dejado besar por Adela en esa ocasión, pero sí cuatro días después...pensado en retrospectiva, quizás había permitido que las cosas fueran demasiado rápido entre ellas....pero caramba, tampoco era fácil resistir al encanto de una mujer tan bella.

Se entredurmió en el sofá del living, pensando en eso...despertó al sentir quejido provenientes del cuarto de Verónica. Rápidamente fue hasta allá...Verónica se quejaba, seguramente presa de una pesadilla...se sentó en la cama y le acarició el cabello.

  • Verónica...despierta...vamos....

Verónica estaba llorando en sueños, así que Sonia le secó las lágrimas e insistió.

  • Despierta, es solo un sueño...despierta mujer...

Mientras tanto reparó en la remera que Verónica traía para dormir...con una lambda color rosa bordada a la altura del seno izquierdo....una lambda...no era un símbolo común, y una lesbiana sabía lo que significaba...Verónica despertó.

  • ¿Estas bien?.

  • No...estaba teniendo un mal sueño....

  • Te quejabas mucho...anda, ven  dijo Sonia, atrayéndola hacia sí, abrazándola  llora, creo que necesitas hacerlo.

No se atrevió a preguntar que estaba soñando Verónica, pero la sintió llorar un rato antes que se calmara totalmente....todo ese tiempo la mantuvo cerca de su cuerpo, abrazada, simplemente siendo su soporte emocional.

Verónica estaba soñando con Pía, mas exacto con el día en que descubrió el secreto de Pía....muchas veces le pasaba, el soñar con ese día...y despertar llorando, como si las lágrimas que se negó a llorar ese día pugnaran por salir. Solo que nunca antes se había permitido seguir llorando como ahora lo estaba haciendo en brazos de Sonia...lloró hasta que sintió que las cosas estaban bien....que ya no era necesario derramar mas lágrimas por aquello. Sonia le ayudó a secarse la cara, le acomodó el pelo con una ternura que no había pensado que poseyera.

  • ¿Ya pasó?.

  • Creo que sí....gracias....no tienes idea de cómo me has ayudado.

  • No des gracias...te traeré agua...¿te han recetado algo para dormir?.

  • Sí, ya lo tomé....

  • Agua entonces...ya regreso.

Tardó poco en venir con el agua, Verónica tomó unos tragos y se acomodó en la cama. Sonia la tapó cuidadosamente y se quedó junto a ella hasta que volvió a dormirse...una vez dormida le acarició el cabello.

  • "Debería preguntarle si es lesbiana....serían mas fáciles las cosas".

¿Mas fáciles....para qué?..fue la pregunta que Sonia se hizo a sí misma ante ese pensamiento. Y no se atrevió a responderla.