La Prima del Interior Capitulo II

Las chicas empiezan a conocerse....

Después de cuatro día, ese jueves temprano en la mañana Sonia estaba en el hospital para buscar a Verónica. Había conseguido unas muletas alquiladas, así que la muchacha podía desplazarse con cierta independencia. Fue un poco dificultoso entrar al apretado Volkskwagen, pero con ingenio todo se puede.

  • Escucha..diremos que somos primas ¿sí?...en tu pensión y en mi edificio...si no tienes inconvenientes.

  • No, claro que no  respondió Verónica aliviada que Sonia pensara en eso. No quería líos en la pensión, donde la dueña se llevaba la palma de oro a la mujer curiosa.

Pasaron por la pensión, donde Sonia se encargó de poner en bolsos ropa de Verónica. Tal como había acordado le dijeron a la mujer que Sonia era prima de Verónica y que debido al accidente se quedaría en su casa hasta que se recuperase. Lo mismo dijeron al llegar al edificio, donde Sonia le presentó al portero. Una vez en el apartamento Sonia instaló a Verónica en el cuarto pequeño donde tenía la computadora y los papeles de los casos, en la cama marinera que había comprado por las dudas.  Verónica curioseo un poco los papeles de Sonia antes de preguntar:

  • ¿En qué trabajas?.

  • Soy abogada.

  • Ah, que bien. Yo hice preparatorio humanístico, pensaba dedicarme a las leyes.

  • ¿Y qué pasó?.

  • No pudo ser...tuve unos problemas familiares, así que al fin me recibí de profesora de Inglés y durante mucho tiempo di clases en mi pueblo...cuando vine aquí estudie computación, solo para estar preparada por si alguna otra oportunidad de empleo surgía.

  • Veo que eres una mujer inquieta...y si sabes de computación podrás echarme luego una mano con esta máquina que insiste en no obedecerme. En la heladera hay comida, cualquier cosa llamas al portero....ah, y aquí te dejo anotado mi celular....regresare como las siete de la tarde....espero que no te aburras mucho. En el living esta el televisor mas grande, hay unos videos....no sé, tú ves lo que haces.

  • Esta bien, no te preocupes...

  • Bueno...nos vemos entonces al rato...ah, en la biblioteca del living hay una gran cantidad de libros, quizás encuentres algo interesante por allí....no sé, si te gusta leer digo...

  • Me encanta leer, así que asaltaré tu biblioteca.

Sonia esbozó una sonrisa y salió del apartamento, apurada. Tenía un par de casos que atender en ese día. Verónica quedó sola en el departamento, descansó un rato y luego se decidió a ver la famosa biblioteca. Efectivamente había una enorme cantidad de libros atestando el mueble, que no era pequeño, y otros tantos prolijamente apilados en el suelo. Le llamó la atención ver "Los poemas de Bilitis" de Pierre Louys, y algunos libros de Cristina Peri Rossi, también algo de Paul Verlaine...tomo una novela de Peri Rossi, y regresó al cuarto pequeño dispuesta a disfrutar de la lectura.

Verónica era una lectora ávida, así que en poco tiempo terminó el libro, sorprendiéndose al encontrar tres relatos en el mismo alusivos al lesbianismo, en forma directa en dos de ellos y como referente en el tercer relato. Luego recordó que Cristina Peri Rossi era lesbiana...alguien se lo había dicho hace tiempo, pero hasta ese momento no había tenido oportunidad de conocer algo de su obra.

Volvió a sorprenderse cuando comenzó a leer a Pierre Louys...las alusiones al tema lésbico eran mas que evidentes. Fue en ese momento que empezó a pensar que Sonia tenía un interés muy marcado por el tema y que quizás podría ser lesbiana. Se quedó unos minutos pensando en ello, para luego desechar la idea...caramba, por tener dos libros referentes al tema no podía ya encasillarla como gay. Seguramente en muchas bibliotecas existían los mismos libros, porque mas allá del particular interés de Verónica por la temática, debía reconocer que eran excelentes obras literarias.

Sonrió para sí misma...sí, claro que sería bonito que Sonia fuera lesbiana, porque quizás con un poco de astucia, y un poco de ejercicio del arte de la seducción podría hacer que se interesara en ella...era una mujer muy interesante, y había demostrado un gran sentido de la responsabilidad y muy buenos sentimientos al ayudarla del modo en que lo estaba haciendo. Pero también sería demasiada suerte, demasiada....