La portera enseña su porteria
Mucha mujer para un solo hombre.
En la universidad vivía en un piso con otros 3 estudiantes mas, todos ellos mayores, Enrique era el mayor tenia 24 años estaba en ultimo curso de biología, Luis tenia 22, estaba en cuarto de periodismo, y Sergio con 22 años hacia derecho, realmente no sabíamos que curso hacia, debería estar en cuarto pero tenia asignaturas de los años anteriores, y yo era el cuarto el mas joven con 18 años y estudiaba ciencias económicas.
A todos nos unía una cosa nos gustaba divertirnos, llevaba mes y medio en la universidad, al llegar al piso, el jueves por la tarde, mis tres compañeros de piso estaban celebrando una pequeña fiesta y el alcohol era claro protagonista.
Enrique, mi compañero de piso, me dijo “Ha llegado un paquete para ti” le pregunte “¿Dónde esta?” sonriendo me dijo “Lo tiene Martina, la portera, si vas a buscarlo me ha dicho que lleves la picha limpia” eso origino la risa en los presentes. Martina, era rumana rondaría los 30 años, su marido, Esteban, era conserje en la universidad, tendría unos 50 años; Martina era rubia, alta, no muy guapa y con un cuerpo mas bien rellenito, aunque proporcionado, destacando sus tetas, estaba para follarla sin pensarlo; pero tanto Enrique como el resto sabían que era fría como un tempano, y que muchos le habían tirado los tejos sin resultado.
Baje a la portería, y llame a Martina, pero nadie contesto, decidí dejarle una nota: Soy José Antonio del tercero, me han dicho que tiene un paquete para mi, y me subí al piso, me uní a la fiesta, contaban anécdotas de la universidad, a medida que el alcohol hizo efecto las anécdotas subieron de tono, en eso sonó el timbre de la puerta, fue Luis el que abrió, dijo sonriendo “José Antonio, aquí esta tu … paquete”, cuando me fui a levantar Enrique no me dejo, se acerco y dijo “Martina, dichosos los ojos que te ven” Martina no llevaba mucho tiempo en España solo nueve meses, todos sabíamos que había venido a España gracias a su boda con Esteban, por lo que no dominaba el idioma. Por eso dijo “… dichosssos ojos … que decir” Luis intervino diciendo “¿Qué te tomes una copa?” ella entro y dijo “Si pero muy poca, que me pongo mala” Enrique dijo “Tu mala si estas muy buena” sonrió y dijo “Si buena …”.
Martina no se daba cuenta o no se quería dar cuenta, lo que producía en los hombres, vestía de forma muy sexy, falda corta y blusa con escote pronunciado, solo verla ya se te ponía dura. Se sentó en la silla y cruzo las piernas, cuatro pares de ojos miraron aquel movimiento, le sirvieron una copa, la frialdad que normalmente lucia, quedo a un lado, y sonreía.
Estábamos los cinco, incluida Martina, sentados en forma de circulo, mientras Enrique y Sergio seguían contando anécdotas y algún que otro chiste, Luis seguía sirviendo alcohol a Martina, la sonrisa de Martina delataba que se estaba emborrachando, en una de las anécdotas de Sergio hizo referencia al miembro viril como badajo todos reímos y Martina pregunto “¿Que ser badajo?” Sergio no se lo pensó se levanto se puso delante de Martina, se saco la polla, y dijo señalándosela “Esto es un badajo” Martina le miro y dijo riendo “Eso ser polla”, Enrique también se saco la polla y pregunto “¿Y esto que es?” Martina riendo dijo “Otra polla”, Luis le sirvió una copa mas, y me dijo que me tocaba a mi, y lo hice me saque la polla, Martina dijo “Otra polla”, y Luis hizo lo mismo se saco la polla y Martina dijo riendo “Cuatro pollas” entonces Enrique se acerco y le dijo “Cómeme la polla” Martina pregunto “¿Comer polla?” Luis le dijo gráficamente lo que era, y ella cómicamente dijo “Yo solo comer polla a mi marido”, ante aquella respuesta deberíamos haber parado, pero estábamos muy excitados, Luis cogió a Martina por detrás de la silla, Sergio tiro de la blusa desgarrándola, Martina pregunto “¿Qué hacer, bruto?” y Sergio dijo “Quiero verte las tetas” ella dijo “Yo no querer”. Sergio manoseo sus tetas por encima del sujetador, y metió la mano por debajo para pellizcar los pezones. Martina se resistía, estábamos llegando muy lejos, Martina dijo “Chicos malos, yo no querer ser violada”, entre Enrique y Sergio le habían cogido las piernas, Luis los brazos, intervine para decirles “No seguir, nos jugamos la expulsión” Enrique que era el que mas se jugaba dijo “José Antonio tiene razón” y soltó a Martina, Sergio también y dijo “será mejor” el ultimo fue Luis.
Cuando Martina se vio suelta se arreglo, y dijo nuevamente “Chicos malos” y se fue hacia la puerta ya saliendo, se giro y dijo “Guardar pajarito” era cierto aun teníamos la polla fuera, lo inesperado fue cuando dijo “Mañana marido de guardia por la noche, nosotros gran fiesta, vale” cerro la puerta, nos quedamos sorprendidos, fui el primero en recogerme la polla, y después el resto. Los comentarios eran de incredulidad, y ansiedad de que sucedería al día siguiente.
Cuando al día siguiente baje para ir a la universidad, Martina estaba en el rellano de la portería, llevaba una falda corta de pliegues, se le veían las piernas y casi todo el muslamen, me miro y me guiño un ojo, se dio la vuelta y se agacho para coger un papel del suelo pero sin doblar las rodillas, lo que significa que me enseño su trasero solo cubierto por la tirita de su tanga. Se me puso dura de golpe, pensé: esto es un anticipo de esta noche . Lo cierto, que en toda la mañana no me pude concentrar. Comí en el bar de la facultad, no sabia cuando nos veríamos con Martina, la espera era excitante, tan excitante que mi polla no cavia en la bragueta, me fui a estudiar a la biblioteca.
A las seis ya no pude mas y me fui al piso, al pasar junto a la portería la puerta estaba entre abierta, decidí entrar, pregunte “se puede” en seguida salió Martina, llevaba la misma ropa que por la mañana, dijo “Que haces aquí aun es pronto” le conteste vi la puerta abierta...”ella no me dejo terminar dijo “Mi marido puede venir” si antes lo dice antes escucho por la puerta “Cariño, cuantas veces te he dicho que no dejes la puerta abierta” , ella me cogió de la mano se puso un dedo en la boca en señal de silencio y me empujo dentro de cuarto pequeño donde tenia una plancha, me escondí tras la puerta que se quedo algo entre abierta y a través de las aperturas de las bisagras podía ver la escena, Esteban le puso las manos en el culo a Martina.
- “Quita tus manos de mi culo” dijo ella.
- “Hasta mañana no te voy a ver” le contesto el.
- “Por eso, te calientas, y en el trabajo se enfadan” repuso ella.
Esteban la tenia cogida por la cintura, presionando con su paquete en su trasero.
- “Déjame un poquito, uno rápido, te agachas y te la meto Martina” propuso el.
- “Vale, uno rápido, que tengo cosas que hacer y tu te tienes que ir” lo dijo sabiendo que yo los estaba viendo. La polla la tenia tiesa, se me puso a punto de estallar, seguí observando.
Esteban le bajaba el tanga, el se saco la polla, le subió la falda, Martina estaba apoyada en una silla y le ofreció su trasero, y el se la endiño. Esteban no tardo mucho en correrse, le dejo todo el culo lleno de semen.
- “Ves por eso no quería” dijo ella
- “¿Por qué? Le pregunto el
- “Me has dejado con ganas, y tu tan a gusto, tendré que lavarme” contesto ella.
El con la polla aun fuera se dirigió la cuarto de baño,
- “Si quieres, te puedo ayudar a llegar manualmente” repuso el.
- “Me tienes que hacer llegar con la polla” dijo ella sonriendo, mientras me indicaba que saliera.
- “Es que estas muy buena, y me excito y me corro” dijo el.
- “Cualquier día me busco uno que me haga llegar” dijo ella seria.
- “Con uno no tienes suficiente necesitaras dos” dijo el saliendo.
Yo ya estaba fuera, no ande ni dos pasos cuando la puerta se abrió y apareció Esteban, y desde el fondo del piso se le escucho decir a Martina “Con cuatro voy a follar”. Esteban al darse cuenta que yo lo había escuchado, se apresuro a decir “Mujeres, no saben como llamar la atención”. Sonreí como si lo que había dicho fuese una gracia” pero pensé para mi, pregúntamelo mañana cuando tengas cuatro pares de cuernos uno por cada uno de los que se follen esta noche a Martina.
Subí al piso allí estaban mis tres compañeros al entrar me dijo Enrique “me extrañaba que no hubieses llegado” los mire y les dije “No creeréis lo que acabo de ver” y Luis dijo “A Martina con una faldita corta y un tanga azul” y Sergio continuo “A todos nos lo ha enseñado” los mire les dije “Eso lo vi esta mañana, me refiero ahora...” y les conté lo que había visto, tal como lo relataba Sergio y Luis no hacían mas que apretarse el paquete, y Enrique dijo “A otro perro con ese hueso” les conteste “Bueno, yo se lo que he visto”.
Cada uno siguió con sus quehaceres, una hora después, rondando las ocho llamaron a la puerta, todos miramos sin atrevernos a abrir la puerta, fue Luis quien se acerco y abrió la puerta, era Martina, y entro cerrando la puerta tras de si. Nos enseño un disco y dijo “Tenéis donde ponerlo, es para empezar la fiesta” Sergio afirmo con la cabeza, Martina dijo “Toma, ponlo” y Sergio fue a su habitación y lo puso comenzó a sonar una música lenta, muy lenta. Ella dijo “Todos delante mío” y nos pusimos delante a un par de metros, tenia tan tiesa la polla que me dolía, Martina dijo “Desnudaros....” no tenia que repetir la orden rápidamente nos fuimos a desnudar, pero ella dijo “... despacito, seguir el ritmo de la música”, nos paramos, pero decidimos seguirle el juego, antes de que terminara la música ya estábamos desnudos. Martina dijo “Ahora con la segunda canción, quiero que pongáis las manos en la cabeza” y obedecimos mire de reojo, era ridículo, los cuatro desnudos con las manos en la cabeza, y nuestras pollas tiesas como preparadas para revista.
Comenzó la segunda canción también lenta y Martina comenzó a moverse, sensualmente, despojándose de la poca ropa que tenia, cuando se quito el sujetador se escucho un oh generalizado, sabíamos que tenia unas tetas grandes pero al estar libres parecían que se habían multiplicado de tamaño, Luis hizo ademan de cogerse la polla, pero ella gesticularmente se lo recrimino, y nuevamente puso las manos sobre la cabeza.
Siguió el striptease hasta quedar totalmente desnuda, coincidió con el final de la música, y el inicio de la tercera canción, Martina dijo “Ahora tengo que escoger” Enrique dijo “No puede ser todos a la vez” ella sonrió y dijo “Después si aun podéis, ahora de uno en uno” era imposible estar mas excitado, y de pronto Martina me señalo a mi “Te gusto lo que vistes en mi piso” yo afirme con la cabeza, “Pues te ha tocado, ¿Dónde vamos?” todos señalamos la habitación de Enrique que era la mas grande, me cogió de la polla y me llevo dentro. Luis se atrevió a decir “podemos ver” Martina sonriendo dijo “Claro, pero cuidado con las cochinadas que después os toca”.
Martina se tumbo en la cama, se abrió de piernas, levantando las rodillas y me dijo “Haber como te comportas”, mire aquel coño que tenía delante, me acerque y le dije “te has lavado el chocho” ella repitió “ Chocho ” y señale a su coño y ella sonrió y dijo “Siiiiii” metí mi cabeza en su entre pierna, aunque tenía unas ganas locas por meterle la polla sabia que aquella mujer necesitaba algo mas, acaricie sus labios vaginales, los deje abiertos con los dedos, para usar mi lengua para acariciar su clítoris, los labios vaginales, sentí como se estremecía y gemía de placer, mantuve la acción durante una buen rato, Martina estaba muy excitada, la humedad de su entrepierna era evidente, subí hacia arriba besando su cuerpo, primero su barriguita, después la base de los pechos, y terminar mordisqueando sus pechos, ella pronunciaba palabras en su idioma, y de pronto se la metí sintió como mi polla entraba en su vagina lentamente la recorría una y otra vez, Martina estaba jadeando, entonces envaro su cuerpo y alcanzo un orgasmo, dio un grito y dijo “Siiiii”.
Saque mi polla de la vagina, Sergio me quito de en medio y se la metió, ella dio u grito, pues fue una penetración fuerte de un tirón hasta los huevos, y no tardo mucho Sergio en dejar escapar su leche. Enrique fue el siguiente, sin parar, fue en un orgasmo de Martina cuando Enrique también soltó su leche. Faltaba Luis, estaba tan excitado y había estado masturbándose, que nada mas metérsela se corrió.
Martina estaba sobre la cama, revolviéndose había alcanzado un par de orgasmos pero para ella no era suficiente, por eso dijo “Mas quiero más” me acerque hice que se diera la vuelta y se pusiera a cuatro patas, Marina tenía un buen culo, ancho, con los fluidos que salían de su coño, flujo vaginal y semen de mis tres compañeros, lubrique su ano, enfrente mi polla y se la metí lentamente, Martina lo agradeció, y se echo hacia tras para que la penetración fuese total, y mis testículos tocasen sus nalgas.
Enrique no se corto y se puso delante de ella le cogió la cabeza y presiono para que ella le comiera su polla, Martina se resistió y dijo “Solo como polla a mi marido” Enrique dijo “Imagina que soy tu marido” ella lo miro, y se metió la polla dentro de la boca, Luis y Sergio cada uno por un lado le agarraron las tetas gigantes, y mordieron sus pezones eso la excito muchísimo, y alcanzo otro orgasmo, pero ninguno dejo en su empeño, Enrique quería que probase su leche, por mi parte saque la polla del culo para volver a metérsela en la vagina, Enrique eyaculo en su boca y se aparto para que Luis le metiera la polla en la boca, y una vez más se corrió rápidamente para dar paso a Sergio, yo empecé a dar embestidas mas rápidas, estaba llegando, pero no era el único pues Sergio también, se corrió en la boca de Martina, y esta alcanzo un nuevo orgasmo, y mi semen entraba en sus entrañas.
Quedamos todos repartidos alrededor de la cama, y Martina en la cama boca abajo, se dio la vuelta y dijo “No ha estado mal” nos miro todos menos Luis teníamos aun la polla tiesa, así que se acerco a Luis y comenzó a chuparle la polla, al hacer eso se puso nuevamente a cuatro patas, quedando su culo delante de Enrique, que no se lo pensó y se la metió por el ano que aun estaba lubricado. Seguimos follando a Martina rotando entre los cuatro, sentí que me dolía la polla de tanto hacerlo, pensé si yo estoy así como estará Martina, mire el reloj, me sorprendió que fuesen cerca de las dos de la madrugada, habíamos estado cerca de seis horas seguidas.
Me retire a mi habitación a descansar, lo mismo hizo Luis y Sergio, Enrique se quedo allí era su habitación acostado junto con Martina, que estaba como ella misma dijo “Muy cansada, pero muy satisfecha.
Fue una fiesta de sexo, la primera, porque durante los tres años que estuve en la universidad hubieron muchas más fiestas de sexo con Martina la insaciable , y con los años los compañeros de piso fueron cambiando, la iniciación a de los nuevos compañeros de piso se les decía: esta noche la portera quiere enseñarte su portería .