La POPU (5)

En este capitulo conocemos a una coprotagonista nueva en la historia. Alguien que va a entrar en la pesadilla sin siquiera darse cuenta.

Popu IV (por

Mr JOPI

)

Aumentando la apuesta

Eran ya las 10 de la mañana del sábado. Un día hermoso de sol bañaba la ciudad.

-Hola ¿Andrea?-

-Si, ¿quien habla?- respondieron del otro lado del teléfono

-Soy yo, Claudia, la mamá de Laura. ¿Laura esta con vos ahí?-

-No..-

-¿No tenés idea de donde puede estar? Se fue ayer a la tarde y no volvió.

-Ni idea... ¡Que raro que no haya llamado!.- respondió Andrea.

-Bueno, si sabes algo llamame.-

-Esta bien, lo mismo digo, llamame así yo también me tranquilizo.-

-Esta bien.-

Claudia estaba desesperada. Hacia ya mas de 30 horas que su hija no estaba en la casa. Realmente no sabía si dar aviso a la policía. Pero pensaba que ella podía estar con algunos amigos o amigas y después sería un problema explicar porqué a todos. Definitivamente esperaría a esa noche para denunciar la desaparición.

(TOC) (TOC) tocaron la puerta

Claudia temerosa miró por la mirilla de la puerta pero no vio a nadie. Lentamente abrió la puerta y siguió sin ver a nadie. Al darse vuelta para volver a entrar a la casa vio en el suelo un sobre blanco cerrado. Rápidamente lo levantó. Miró por todos lados y vio que no tenía identificación. Tratando de sacarse la curiosidad lo abrió y encontró una carta de puño y letra de su hija.

-¡No!... ¡No puede ser! - decía mientras la leía.

-Mi nena... no te vayas así... - sollozaba

Buscó y rebuscó por todos lados del sobre pero en ningún lado había teléfono o dirección alguna.

-¿Y ahora como hago para encontrarla...? ¡Tengo que hablar con ella! - se decía a si misma.

Una y otra vez releyó la carta tratando de buscar alguna pista. Finalmente la encontró: Wipestuck. Allí mismo tenía indicado el teléfono y la dirección. Inmediatamente llamó al numero que le habían pasado. El teléfono sonaba largamente pero nadie del otro lado atendía. Finalmente luego de un rato una grabación le dijo:

-"Bienvenido a WipeStuck. La empresa mas eficiente en fuerza de trabajo nocturna. Nuestro horario de atención es de 20 a 6am de lunes a domingo. Por favor vuélvanos a llamar mas tarde."-

Claudia se sorprendió pero se comenzó a preparar para ir esa misma tarde. Pensando en que iba a visitar a su hija en su primer trabajo decidió usar su ropa mas linda para la ocasión. No deseaba avergonzar a su hija.

-Hola Andrea. Soy yo, Claudia.-

-¿Y..? ¿Alguna novedad

-Si, me escribió una carta. Voy a ir a verla en un rato-

-La acompaño.-

-No, gracias Andrea. Tengo que hablar temas muy personales con ella.-

-Esta bien, si Ud. quiere las dejo solas.-

-Gracias, yo se que me entendés...-

Claudia se preparó para ir a buscar a su hija como si se tratara de una fiesta. Un vestido negro, su mejor cartera, sus mejores zapatos. Enseguida pidió un taxi por teléfono y partió hacia donde le habían dicho.

Cuando subió al taxi el chofer la miró como sorprendido.

  • ¿Adonde me dijo que iba?.-

  • A la fabrica WipeStuck en calle .... y ....-

Esta bien.. si Ud. lo dice.- respondió mirándola con cara extrañada

Por mas de una hora dieron vueltas y mas vueltas sobre la ciudad. Finalmente, siendo las 19:30 llegaron a la dirección que le habían dado. Sorprendida, Claudia miró el derruido edificio y se lamentó de como iba vestida. Estaba en el medio de la nada. Igualmente decidida bajó del auto y le pagó al chofer que inmediatamente se fue. Sentada en un banco oxidado y viejo miraba su reloj mientras esperaba la hora.

De repente, rápido como una luz, un muchacho pasó corriendo y le arrebató la cartera.

-¡¡¡Hey !!!. ¡¡Ladrón !! gritó

Miró a su alrededor pero no había nadie que pudiera ayudarla. En ese momento recordó que dentro de la cartera tenía sus documentos y el dinero que le había traído a Laura. Viendo que el ladrón se metía en el edificio de WipeStuck se decidió a correrlo. Rápidamente llegó adentro del edificio pero el ladrón ya no estaba a la vista. Un pasillo oscuro desembocaba en una vieja puerta de madera delante de ella. Un poco por curiosidad y otro poco tratando de encontrar al ladrón Claudia se dirigió a la puerta y la abrió. Lentamente caminó dentro de la todavía obscura habitación forzando sus ojos tratando de ver un poco mas.

De repente la puerta se cerró y una pálida luz se encendió sobre el escritorio en el medio de la habitación. La luz era tan suave que solo iluminaba a menos de un metro alrededor. Sin ver otra cosa, y enceguecida por la oscuridad Claudia decidió acercarse a la luz para poder orientarse. Cuando finalmente llegó al borde de la mesa, y tan repentinamente como antes, todas las luces de la habitación se encendieron. Encandilada por la diferencia de luz, Claudia miraba a su alrededor sin ver nada. Cuando la vista se le fue aclarando sus ojos se abrieron de par en par. Mas de una docena de hombres alrededor de ella se le acercaban con intenciones dudosas.

-¡¡¿Que pasa?!!- preguntó Claudia

-¿Sra. Claudia Emocal? - preguntó uno

-Si... ¿Cómo saben mi nombre?-

-Sabemos eso y mucho mas... ahora vas a venir con nosotros ... si es que querés ver a tu hija viva.-

-¡¡Socorro!! ¡¡Secuestro!!.- gritó tratando que alguien la oyera.

-Gritá tranquila... acá nadie te va a escuchar. Nadie mas que nosotros.-

Luego de esto la tomaron del brazo y la encapucharon hasta llevarla a otra habitación. Allí la sentaron en una silla y le ataron los brazos por detrás sostenidos a su vez por el respaldo de la silla. Una vez Allí le sacaron la capucha y Claudia pudo ver une enorme habitación muy iluminada con un colchón en el piso en el medio de la misma

.

-¡¿Donde esta Laura?! ¿Donde esta mi hija?.- preguntaba insistente Claudia.

-Tráiganla.- dijo Manguera

Un rato después apareció Laura. Cansada y abatida por la noche anterior Laura se dejaba llevar sin oponer resistencia. Mientras dos hombres colocaban unas cadenas en la pared a escasos 3 metros frente al colchón los otros llevaban a Laura en esa dirección. En pocos segundos Laura estaba colgada de las cadenas. Con sus brazos levantados y sus piernas abiertas en forma de X, desnuda miraba sin darse cuenta de que en la misma habitación estaba su madre.

-¡Laura! ¡Laura...! ¿estas bien hija?.-

Laura no respondía. Su mente estaba tan golpeada con todo lo que le había pasado que no reaccionaba.

-¡Laura! ¿Que le pasa a mi hija? ¿que le hicieron?- vociferaba Claudia

-¡¡Suéltenme!! ¡¡Quiero ir con ella!!-

Manguera hizo una seña imperceptible y dos de sus hombres soltaron a Claudia. La mujer se paró tan rápido como pudo y corrió al lado de su hija. Mirándola de frente sintió el olor que ella tenía encima.

-Laura ... mi amor... ¿Que te paso? ¿Que haces acá con esta gente?- preguntaba angustiada la madre

-Cuidado mama... andate..- susurraba Laura con su ultimo esfuerzo.

La madre se acercó un poco mas a su hija. Su mente no comprendía bien lo que estaba pasando. Instintivamente Claudia acariciaba a su hija y sentía su piel pegajosa. Cuando se dio cuenta que todo su cuerpo estaba húmedo y pegajoso vio que en su rodilla chorreaba un liquido. Acercando su cara al lugar para ver mejor pasó la mano por allí y se dio cuenta que el liquido provenía de su entrepierna. Y Allí fue cuando vio a su sexo chorreando el blanco semen sin remedio.

-¿Estas lastimada? ¿Que es esto? - dijo oliendo el semen.

-¡Mama... corré... escapate antes que te agarren!.- decía ya en voz mas fuerte Laura.

-¿Escaparme?-

Un par de gruesas manos tomaron los brazos de la mujer y la tiraron hacia atrás llevándola hacia la cama.

-¡Es semen mama! ¡Me violaron todos!.- logro decir Laura

-¡¡¡Nooooo!!! ¡¡¡Suéltenme!!! - grito con desesperación la madre

Un par de sopapos le dieron a entender a Claudia que no estaban bromeando. La ropa interior de uno de ellos que ya se había desnudado sirvió de mordaza para la boca de la mujer.

-Ayer a la noche trabajaste bastante Laura- dijo Manguera

-Hoy te trajimos alguien para que te reemplace. ¿que te parece?.- agregó

-¡¡¡La puta que los parió... !!! ¡¡¡Dejen a mi madre!!!. Agarrensela conmigo.-

-No putita. Te dejamos descansar un rato, mañana vas a estar otra vez sabrosa como ayer.-

Tomando el vestido de Claudia con la mano, Manguera lo abrió al medio como si fuera un papel. Laura quería no estar ahí. Delate de ella su madre, tomada de brazos y piernas estaba siendo desvestida brutalmente para una sesión de sexo no menos violenta que la que ella misma había sufrido. Poco a poco, pese a su insistente bamboleo de piernas y manos, Claudia fue perdiendo a pedazos su hermoso vestido de fiesta, luego su corpiño de encaje negro y finalmente tomándola del borde Manguera arrancó su bombacha dejándola completamente desnuda.

  • A ver si sos tan sabrosa como tu hija.-

Desesperada, Claudia hacia señas con su cabeza tratando de que entendieran que ella no quería ser penetrada. Poco les importaba a ellos que muy a pesar de ella se habían reunido a su alrededor y ya comenzaban a desearla

-No está mal la vieja... tiene las carnes firmes.- decía uno de ellos

-Vamos a ver si aguanta tanto como aguanto la perra de la hija.- se reía el otro

-Te quiero escuchar como gritas morocha prostituta.- le dijo Manguera a Claudia sacándole la mordaza de la boca

-No te voy a dar el gusto, animal.- le respondió ella

-Eso lo vamos a ver.- dijo Manguera acomodándose sobre ella y tomando su pene entre sus manos

Claudia observó de reojo el miembro carnoso del muchacho y sus ojos saltaron de sus orbitas. Jamás había pensado que un hombre pudiera tener un pene de ese tamaño. Sin darse por vencida, Claudia hacia fuerza para cerrar sus piernas, pero los fuertes brazos de los otros muchachos ya dejaban marcas azuladas en sus doloridos tobillos sin que ella pudiera cerrar por completo el acceso a su sexo. Finalmente y sin mas tramite Manguera apoyó la punta de su enrojecido miembro sobre los labios vaginales de la mujer. Con desagrado Claudia sintió como los gruesos dedos de sus manos abrían el vello púbico y comenzaban a acariciar sus labios suavemente. Claudia continuaba luchando contorsionando su cuerpo mientras sentía las caricias en su zona erógena tratando de bloquearlas. Sin que pudiera evitarlo suavemente los labios se abrieron y su vagina quedó expuesta.

-¡¡Noo!!.. ¡¡Déjenme!! ¡¡Animales!!...- gritaba ella

-Yo te dije que ibas a gritar ¿viste?- le sonreía Manguera sobre su cara

-Y ahora prepará aliento porque vas a gritar mas todavía.-

Tomando el pene entre sus manos Manguera lo apuntó con precisión sobre la apretada entrada de la vagina y de un solo empujón metió quince centímetros dentro de ella

-¡¡¡¡Aaaaaaayyyyyy!!!! ¡¡Noooo!! ¡¡¡Violación!!! ¡¡Ayúdenme!!.- gritaba Claudia

Colgada de la pared Laura sentía arder en su vagina al recordar los dolorosos momentos de las primeras penetraciones y lloraba en silencio por su madre. Claudia, por su parte había perdido todo en control de su persona. Un intenso dolor que abría su sexo al medio recorría su cuerpo como nunca había sentido.

-¡¡Ahhhh!!! ¡¡Por favor basta!!-

-Recién empezamos puta llorona.-

La sensación era inaguantable. Dentro de ella su carne se desagarraba al paso del grueso miembro que cada vez ingresaba mas adentro de su cuerpo. Aun cuando le habían soltado las piernas, el dolor era tan intenso que no podía hacer fuerza y el peso de Manguera sobre ella ayudaba a que cada vez el miembro penetrara mas hondo. De repente Claudia sintió que el miembro temblaba dentro de ella y un chorro de semen caliente inundaba por contra su voluntad su sexo. Sorprendida no podía creer que le hubieran eyaculado dentro de ella sin protección.

-Me...me acabaste... me acabaste adentro...- decía sorprendida

Sin decir nada, Manguera se levantó de arriba de ella y dejó paso a otro muchacho que inmediatamente se abalanzo sobre Claudia. En menos de dos segundos la punta de su miembro apretaba los mojados labios de la mujer.

-No... basta... otro mas no...-

Un par de sopapos sobre sus pezones desnudos la hicieron gritar de dolor. Nuevamente con los tobillos agarrados Claudia se arqueaba tratando de sacarse de su intimo orificio el miembro de su agresor.

A esta hay que tranquilizarla un poquito- decía Manguera

Mientras que Claudia peleaba, Laura pudo ver a Manguera como se dirigía a la nefasta caja de implementos y la traía apoyándola con toda malicia delante de ella.

-Hmmmm... ¿vos crees que este le gustara a tu mama?.-

-Por favor... no la lastimes... tenele piedad, ya se va a calmar.-

-¡¡Pero yo me quiero divertir un rato también!!.- dijo con una sonrisa en la boca

-Vos mirá y aprende lo que te pasaría si no cooperas. ¡¡Sosténganla!!.-

Como si todo se hubiera detenido, los hombres sostenían a Claudia tan quieta como podían. Con el pene aun dentro de ella, la mujer vio como Manguera se acercaba trayendo algo entre sus manos. Cuando lo vio mas de cerca percibió que era algo metálico, pero aun no sabía de que se trataba. Tapando con su propio cuerpo la visión de Claudia, Manguera abrió la pinza y la colocó sobre el pezón derecho de la mujer.

-¡¡¡Ahhhhhh.... ahhhh... me dueleeee!!!-

Luego de esto colocó la otra pinza sobre el otro pezón con no menos dolor para ella. La pequeña cadena que los unía tenia a su vez otras dos cadenas unidas que Manguera pasó por un par de orificios del colchón y llevándolas por el costado las pasó por debajo de sus muslos hacia su entrepierna. Separándose un poco de ella, su violador dejó paso a Manguera para que actuara.

-Esto te va a doler un poquito Claudia, pero mejor quedate quieta si sabes lo que te conviene.-

-Ayyy... me duelen los pechos.. suéltenme por favor... - lloraba Claudia

Sin ver lo que sucedía, Claudia sintió de repente que alguien tomaba sus labios vaginales y el dolor fue increíble. Manguera colocó otro par de pinzas en el otro labio y Claudia saltaba como enajenada.

-Nooooooooooo... ahí nooooooo... duele.... duele.... sáquenmelo...-

-Quedate quietita que duele menos.- decía Manguera.

-Se pone estrecha cuando le duele esta puta. Me lo esta exprimiendo.-

Laura miraba a su madre con su rostro bañado en lagrimas y sus ojos se humedecían de impotencia. Poco a poco Claudia fue calmando sus movimientos. El hombre dentro de ella ya estaba eyaculando nuevamente. Pese a que no era el primero la mujer seguía sobresaltándose con el caliente legado que le dejaban en su vientre. Otro hombre mas se colocó en posición y Claudia miró impotente como el hombre apuntaba su miembro a su vagina empujándolo y enterrándolo poco a poco en su castigada entrepierna.

-Eeeso. Así quietita como una buena prostituta.-

-¡¡Los odio... los odio a todos!! ¡¡Degenerados!!- repetía entre dientes Claudia

-Ahora vas a aprender la lección numero 2.-

Con su mano, el hombre tomó el manojo de cadenas en su mano y la miró a los ojos.

-Ahora vas a abrir bien grande la boca para que mi amigo te la meta hasta la garganta ¿si?.

-No. Me da asco, por favor. Jamás nadie me la puso en la boca.-

-Es hora de aprender, abrí te digo.- dijo tironeando de las cadenas

-¡¡¡Ahhhyyy ... si, si, no tires... aaaaa!!!.- respondió Claudia con la boca abierta todo lo que podía y un par de lagrimas en sus mejillas.

Parado justo detrás de ella había otro hombre que tomando su miembro lo incrustó en la boca de la mujer. Claudia sintió el nauseabundo aroma de un miembro sin lavar y aguantó su reflejo de arcadas mientras el pene se enterraba mas y mas dentro de ella apretándole la lengua y llegando hasta su garganta.

-Ahora vas a respirar profundo... 1... 2...¡3!- dijo el muchacho mientras empujaba su pene mas adentro de su vagina.

Con ojos desorbitados Claudia sintió como la verga del hombre pasaba su campanilla adentrándose en su garganta. La sensación era la de un empalamiento por ambos lados. Su sexo y su garganta estaban siendo penetrados al mismo momento sin que ella pudiera evitarlo. Luego de un minuto la cara de Claudia se transformó en desesperación. No podía respirar. Sentía como el hombre tranquilamente frotaba el carnoso pene en su garganta y no veía el momento de que lo quitara. Un minuto y medio, dos minutos... finalmente el muchacho lo sacó de su garganta y Claudia comenzó a toser.

-Te dije que respiraras. Vas a aprender a hacerlo como una profesional.-

-Otra vez.. vamos 1, 2 y ... 3.-

Esta vez Claudia tomó una gran bocanada de aire antes que el miembro cerrara una vez mas su garganta. Con sus ojos clavados en los testículos del hombre pasó dos minutos y medio antes de notar que le faltaba el aire. Esta vez fueron tres minutos de penetración en su garganta.

-Vas aprendiendo.¿viste?-Otra vez... 1, 2 y 3.-

Una nueva bocanada de aire y nuevamente sentía el pene frotándose asquerosamente contra las paredes de su garganta. Los testículos del hombre bailaban frenéticamente pegando contra su nariz en la creciente violencia que el hombre ponía a su penetración. Esta vez Claudia vio como los testículos se encogían y repentinamente recordó que era lo que iba a suceder. Por mas que quisiera evitarlo no podía. Un espeso y caliente mar de semen pegaba contra su garganta bajando suavemente hacia su estomago. La primera eyaculación fue violenta y rápida, adentrándose en las profundidades de su esófago. El hombre ya sacaba el miembro de su garganta mientras la tomaba fuertemente de sus mejillas.

El segundo chorro fue mas lento y de mayor cantidad, y esta vez impactó de lleno en su lengua. Claudia sentía el palpitar del pene en su boca, espasmódico, frenético, violento. Como una catarata el tercer espasmo inundó su boca cayendo por gravedad en su nariz. Claudia ya comenzaba a sentir que el característico sabor del esperma se impregnaba en su boca escurriéndose en su lengua mientras veía como el liquido se esparcía en su cara chorreando de su nariz y de sus comisuras. Una sensación de asco la invadía casi al punto del vomito. Repentinamente un nuevo tirón de las cadenas en sus pezones y labios la llamó a obedecer.

-Tragate todo. No se te ocurra escupir porque te vas a arrepentir.- decía el muchacho

Sacudiendo su pene sobre su cara con una mano y tirando las cadenas con la otra el muchacho se reía de las muecas de asco de Claudia. Haciendo un esfuerzo Claudia tragó lo que tenía en la boca. Espeso y pegajoso se hacía difícil de manejar, pero finalmente pasó su garganta mientras ella sentía como se deslizaba lentamente por su esófago rumbo a su estomago.

Luego de tres horas, Claudia era una húmeda masa de carne. Sus mandíbulas y su sexo le dolían y sentía su vientre lleno de esperma, tanto en su sexo como en su estomago. Rendida, yacía tendida sobre la mesa luego de 14 contactos con los hombres que la rodeaban. Finalmente había acabado con todos y solo pensaba en descansar.