La POPU (3)
La historia de Laura continúa. Esta vez la pesadilla toma un giro macabro que amenaza con cambiar su vida para siempre.
Popu II - Un siniestro cautiverio -
Laura abrió los ojos y poco a poco su vista se fue acomodando nuevamente a la luz. Su cabeza le dolía luego del largo y accidentado viaje a "quien sabe donde". Su cuerpo dolorido por la incomoda posición lentamente se fue levantando del sucio colchón sobre el cual había despertado. El frío de la habitación pegaba contra su piel haciéndole notar que aun estaba desnuda.
Tratando de mantener la calma y con un nudo en su garganta Laura observó toda la habitación tratando de encontrar la forma de salir de allí. La habitación era pequeña y parecía no estar terminada. De hecho daba la impresión que se encontraba en algún edificio abandonado. Un par de trapos tapaban la única y diminuta ventana. Moviéndolos con asco Laura intentó mirar hacia afuera pero lo único que pudo ver era un descuidado gran parque y nada le resultaba familiar. Ya anochecía y se hacia difícil distinguir el lugar. Pensó en escapar por la ventana, pero las estrechas rejas no dejaban pasar su cabeza. Con detenimiento siguió buscando y encontró dos puertas que daban a un pequeño placard. Abriendo las puertas encontró algunos trapos y mucha suciedad.
Pegado a la habitación encontró el baño. Era desastroso el estado en que se encontraba. Haciendo un esfuerzo de voluntad entró en el baño y con el agua de la canilla lavó un par de los trapos que había encontrado en el placard. Con fuerza los escurrió todo lo que pudo y luego se los colocó cubriendo lo mejor que podía sus partes púdicas. Al menos mentalmente eso la hizo sentir mejor, menos expuesta que hasta ahora. Su cabeza no dejaba de pensar en Martín. ¿Donde estaría?
Sin mucho que hacer, Laura se recostó sobre el colchón (habiéndolo sacudido lo mejor que pudo previamente) pensando que lo mejor era que estuviera descansada, eso le permitiría escapar mas fácilmente en la primera oportunidad que tuviera o... o... aguantar mejor cualquier cosa que se propusieran hacer con ella... pensó asustada.
Un par de horas mas tarde, la puerta de su habitación se abrió y Manguera entró junto con otros dos muchachos.
-¿Que van a hacer conmigo? - preguntó desesperada Laura
-¡Silencio! ¡Acá el único que habla soy yo. Si no se te pide no deberás hablar!.- retrucó enojado Manguera
Laura prefería morir a someterse de esa forma a los gritos de ese degenerado, pero ante la difícil situación simplemente calló.
-Así esta mejor.- dijo Manguera escuchando el silencio
-A partir de ahora solo vas a hacer lo que nosotros te ordenemos. ¿Esta claro?- agregó con voz firme
-Si.- respondió Laura
-¿Como...?-
-Si señor- masculló Laura
-Perfecto...-
Los muchachos rodearon a Laura hasta que ella se encontró en el rincón. Allí le dijeron
-Preparate porque hoy a la noche vas a trabajar. ¿entendiste?-
-Si señor.-
-¿Y sabes que es lo que vas a tener que hacer?-
-No señor.- dijo Laura aunque ya se imaginaba la sucia respuesta
-Tu trabajo hoy a la noche va a ser correr y gritar... ah... y si querés llorar también.-
Laura se quedó callada mirando al piso. De solo pensar en pasar nuevamente por la experiencia de la cancha le revolvía el estomago y le hacia doler su sexo. Sabía que no tenía alternativa y sus esperanzas de libertad se debilitaban
-Hoy a la noche organizamos una fiestita. Vamos a ser unos 40 muchachos y vos. Preparate.-
Diciendo eso arrojaron un paquete sobre la cama y cerraron la puerta nuevamente. Laura se quedó maldiciendo dentro de la habitación y pensando qué haría. Durante un rato observó el paquete envuelto en papel brillante sin animarse a abrirlo. Finalmente su curiosidad pudo mas y, lentamente lo fue desenvolviendo.
-¡¡Degenerados!!- maldijo para sus adentros
Dentro del paquete había la ropa necesaria para que ella se vistiera nuevamente. Una pollera escocesa, una camisa blanca, una corbata azul y un par de zapatillas blancas y medias con puntilla completaban lo necesario para vestirse de colegiala. Un conjunto de ropa interior con motivos de adolescente debajo de la ropa tapaban una nota debajo de todo.
Laura levantó la nota y la leyó.
"Laura: Tenés que ponerte esta ropa para la fiesta de hoy a la noche. No es una opción, es una orden. Y por si acaso pasa la idea por tu cabeza de no hacerlo, te sugiero que des vuelta la hoja."
Rápidamente Laura dio vuelta la hoja y del otro lado encontró pegada una foto Polaroid. En la foto se lo veía a Martín con su cara llena de golpes y con una pistola 45mm en su sien. Con letra muy desprolija debajo decía: "Pumm".
-¡¡Noooo!!- gritó Laura tratando de borrarse la imagen de su cabeza
Por un rato Laura se quedó llorando acurrucada en un rincón, poco a poco fue retomando la calma y dándose cuenta que no tenía sentido su llanto comenzó a vestirse lentamente, sabiendo que solo estaba siendo parte de un perverso juego de sus captores. Finalmente debajo de la ropa encontró un estuche de maquillaje y un frasco de perfume. Por un momento pensó en dejarlo, pero la foto y la cara de Martín no la abandonaban. Ya tenía en su conciencia el haber iniciado todo esto y no quería tener además la muerte de Martín.
Mientras Laura se maquillaba lenta y tristemente, sentía a lo lejos una serie de ruidos sordos de perforadoras, martillos, sierras, etc. "Debemos estar cerca de una obra en construcción" pensó inmediatamente Laura.
Al cabo de un tiempo los ruidos cesaron y el silencio reinaba en el lugar. Para ella fue una larga y tensa espera. La luz del sol ya había desaparecido y una tenue luz iluminaba el estrecho claustro dándole un aspecto lúgubre y siniestro. Laura miraba su reflejo en el oxidado espejo detrás de la puerta y maldecía e insultaba para sus adentros. No era mas que un juguete al que habían vestido para divertirse. Luego la desvestirían y se divertirían viéndola sufrir. Media hora mas tarde la puerta se abrió nuevamente.
-Acompáñanos... La fiesta va a empezar.-
Laura entendía perfectamente el significado de esas palabras. La fiesta era ella... Sin poder resistirse la indefensa joven salió de la habitación a un pasillo largo y penumbroso. Caminó por ese pasillo llevada por sus captores y recorrió dos pisos mas hasta llegar a una gran habitación donde pudo observar diversos artefactos distribuidos a lo largo de la misma. Inmediatamente recordó los golpes y ruidos y sus ojos se abrieron desorbitados.
-¡No! ¡Por favor! ...-
Con la cara transformada por el pánico recorrió uno por uno con la vista observando los diversos aparatos que esperaban ahí a su próxima víctima, ella misma. Desde cruces, sillas con los mas diversos y perversos agregados, potros, manillares en las paredes y en el suelo, todo le daba pánico de solo verlo.
-Bienvenidos muchachos.- comenzó diciendo Manguera
-Les presento a nuestra invitada de hoy... Laura. -
-Laura, saludá a los invitados.- continuó
-¡No! ¡Por favor! ... piedad... ayúdenme...-
Manguera se dio vuelta y le sacudió un tremendo y sonoro sopapo sobre la mejilla derecha a Laura
-¡¡Saludá!!...-
-Bue... Buenas noches.- saludo Laura con terror
-Como verán amigos, Laura no está acá por voluntad propia, lo que la hace perfecta para nuestra fiesta. Ella esta acá pagando muy caro un error que cometió. Ella tiene apenas 19 años y hasta ayer era virgen... Como saben, en esta fiesta está todo permitido, pero traten de no matarla ni dejarle marcas feas así podemos seguir usándola algún tiempo mas.-
-¡¡¡Nooooo!!! ¡¡¡Degenerados!!!...- dijo Laura mientras la sostenían de sus brazos.
-Creo que no hace falta que te explique mucho el jueguito ... ¿no Laura? ¿Te imaginas lo que va a pasar si te agarramos? Lo único que te voy a explicar son algunas cosas para que no malgastes energías-
Entonces Manguera comenzó a decirle mientras señalaba cada cosa:
La casa está a 20 Km. de la persona mas cercana. Podes gritar todo lo que quieras. Nadie te va a escuchar mas que nosotros
El jardín esta cercado a 1.80mts de altura con una sólida reja electrificada, no te gastes en intentar escaparte por ahí. Aparte en el jardín hay 10 perros Gran Danés, y algunos de ellos están alzados ... no nos gustaría que te rompieran toda antes de tiempo...
En la casa obviamente no hay teléfonos. No pierdas el tiempo buscándolos
Algunas puertas se abren, otras no... y algunas se abren una sola vez y quedan cerradas detrás, pero nosotros tenemos llaves de todas
Y lo mas importante.... Tenés exactamente 2 minutos para escapar a partir de....
-¡¡¡Ahora!!!-
-¡¡¡Noooo !!!! ¡¡¡Por favor, alguien que me ayude!!!.- lloraba Laura de rodillas delante de todos
Detrás de sus lagrimas Laura miraba a los hombres como se reían y se preparaban. Sin duda no le tendrían piedad y a nadie le interesaba su sufrimiento.
-Un minuto 45 segundos- descontó Manguera
Abatida por encontrar tan poca comprensión y asustada de muerte Laura comenzó a correr tan fuerte como sus cansadas piernas pudieron. Corrió por el pasillo y entró en una habitación. De esa habitación pasó a otra y a su vez a otra más. Allí se escondió dentro de uno de los armarios dispuesta a no dejarse atrapar. El olor a humedad y suciedad mezclados revolvía su estomago, pero por su propio bien la muchacha mantenía el silencio absoluto detrás de la puerta.
- Laura... ¿donde esta-aas ? - se escuchaban las voces llamándola desde las habitaciones cercanas.
Las piernas de la joven temblaban de solo pensar lo cerca que estaban y el futuro que le esperaba si la atrapaban. Los pasos de los hombres se sentían cercanos en la misma habitación que estaba ella. El silencio era su aliado y no se dejaría atrapar.
De repente Laura lanzó un grito agudo y penetrante y salió corriendo sacudiéndose la pollera sobre la pierna derecha. Un par de segundos después una pequeña rata gris caía sobre el piso y Laura respiraba aliviada. En ese momento ella se dio cuenta que ya no estaba dentro del placard y que había perdido su escondite. No solo eso... con el grito de seguro había atraído a todos los hombres hacia ella. Levantando lentamente la vista del piso vio a tres hombres alrededor de ella y escuchó los pasos de muchos otros que se acercaban corriendo.
- ¿La querés fácil o la querés difícil? - preguntó uno
Sin pensarlo mucho, Laura intentó pasar por entre dos de los muchachos, pero uno de ellos alcanzó a ponerle el pie y Laura cayó contra la puerta amortiguando el impacto c. Rápidamente intentó pararse nuevamente, pero esta vez ya tenía 5 hombres alrededor de ella. Sin darse por vencida intentó gatear entre ellos para escaparse por debajo, pero una patada en su nalga izquierda la hizo caer al piso tropezándose.
-Ayyyy.... no me peguen... por favor...-
-¡¡Levantate puta!!- ordenó uno de ellos
Todavía dolorida Laura se incorporó lo mejor que pudo hasta que uno de los muchachos la tomó del pelo y la arrastró al medio de la habitación.
- Traigan las cosas.- pidió
(ohhh... no... ¿que serán "las cosas"?) pensó Laura
-She´s quite a good looking girl. Good job guys...- escuchó que decía otro
Laura sabía inglés y reconoció inmediatamente el acento neoyorquino del hombre. (¿que hace este americano acá?) pensó inmediatamente. Su cabeza aturdida por el dolor en el cuero cabelludo por la fuerza con la que la sostenían no podía pensar muy claramente. Con sus manos agarradas a las de quien la estaba tironeando (jalando) caminaba en puntas de pie rumbo a donde habían partido, la sala donde había visto las maquinarias de tortura que nunca había pensado podían existir.
Al rato uno de los hombres trajo un maletín plateado de donde el americano sacó una pieza de cuero de unos 10 cm de ancho por unos 40 cm de largo. Mientras algunos le sostenían los brazos a ambos lados del cuerpo, el americano le colocó la prenda alrededor de su cuello atando firmemente las hebillas que la sostenían. Luego sacaron un par de piezas mas pero estas eran mas finas y más cortas. Acercándose a las manos el yanqui las colocó sobre las muñecas de la muchacha con una practica increíble.
-Ok, now guys let her hands lock at her neck.-
-No... por favor... no.. no me aten...-
-I see you understand english little whore... ok, better for me...-
-¡¡Fuck you bastard!!- ella le respondió
-I don´t think so... may be we all will fuck you...-
Pese a los esfuerzos desesperados de la jovencita, sus brazos finalmente quedaron anclados por firmes ganchos a las argollas del implemento en su cuello.
- And now.... this...-
Laura no podía ver lo que el hombre le estaba por colocar, pero pronto sintió sus codos tirados hacia atrás por una barra que los obligaba a una incomoda posición amarrándolos a su espalda. Parándose delante de ella, el americano sonrió y comenzó a acariciar sus pechos.
-¡¡Degenerado... Hijo de puta!!-
Laura retorcía su cuerpo tratando de evitar que el hombre la manoseara, pero las intenciones eran otras. Lentamente uno primero, otro después, tres de los botones de su camisa fueron abiertos. De adentro de la valija el hombre sacó una bolsa de paño rojo y de esa bolsa asomaron dos objetos pequeños y brillantes. Cuando Laura se dio cuenta de lo que eran quiso escapar, pero rápidamente la tomaron de los codos y de la cintura mientras que el americano metía su mano dentro de la camisa y colocaba la pequeña pinza sobre el pezón izquierdo de la joven.
-¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!! - gritó Laura
-¡¡¡Por favor.... el pezón nooooo!!!-
-¡¡¡Como mierda se decía pezón en ingles...!!! ¡¡¡No please don't ... don´t do that !!!-
El agudo dolor recorría su espalda y sus ojos se humedecían sin poder evitarlo. Luego el americano colocó la pinza del otro lado y Laura creyó que se desmayaría, pero la suerte no la acompañaba. Tomando los dos hilos en sus manos el perverso yanqui comenzó a manejarla como si fuera un títere. Tirando de uno u otro de los hilos Laura bailaba de un lado o del otro.
-Ok... You'd better run now...
Laura se imaginaba lo que sucedería y sin poder evitarlo comenzó a correr detrás del americano hacia la nefasta habitación. Sabía que si no lo hacía el dolor podría ser infinitamente mayor si lastimaba alguno de sus pezones. Cuando llegó a la habitación se agitaba y gritaba tratando de escapar de lo que veía inminente. La sola presencia de los aparatos a su alrededor la alteraba y el pánico no tenia límite.
-Tranquila Laura. No te agites que todavía falta lo mejor.-
-¡Dejenme ir... por favor... dejenme ir...
Arrastrándola de sus pechos Laura fue llevada a la cruz en X donde la pararon de frente al instrumento de suplicio.
-¿Sabes para qué es esto?- le preguntó Manguera
Laura no contestaba y miraba al piso como tratando que al no verlo el artefacto desapareciera. Tomando su pera delicadamente en su mano derecha Manguera la obligó a mirar al nefasto artefacto.
-Te pregunté si sabes para qué es esto , puta.-
Laura asintió con la cabeza. Sabía perfectamente lo que continuaría.
-Contame, ¿que vamos a hacer ahora?- insistió Manguera
-Me van a atar a eso supongo.- respondió por temor
-¿Y...?-
-No se...- se limitó a decir sin querer admitir lo que se imaginaba
-¿Como que no sabes? ¡Que falta de imaginación! ¿Querés que te cuente?-
Laura se mantenía en silencio y continuaba mirando al piso.
-Te cuento. Primero te vamos a colocar un juego mas de pulseras de cuero en tus tobillos. Después, te vamos a asegurar sobre esas argollas que ves ahí. Para que no te caigas ¿no?. Cuando estés bien sujeta vamos a girar lentamente esta manija hasta que tus brazos y piernas se abran tanto que comience a molestar un poquito. Ahí vas a empezar a gritar y vamos a aprovechar para arrancarte la ropa... ¿te gusta la idea?- contaba Manguera
La cara de Laura se enrojecía de bronca, pero bien sabía que nada podía hacer para evitar lo que le habían relatado. Un par de manos destrabaron sus muñecas, pero pese al esfuerzo de Laura, ella sentía como la colocaban sobre la cruz sin poder impedirlo. Varios ruidos metálicos confirmaron que sus muñecas y tobillos se encontraban firmemente agarrados de la estructura de madera
Con un rechinar de maderas el artefacto comenzó a abrirse lentamente mostrando mas y más los tersos muslos de la muchacha. Con la palma de su mano, el americano comenzó a acariciar los muslos de la muchacha, apenas levantando un poco la pollera. Laura se retorcía tratando de evitar el manoseo, pero al estirarse mas y mas la cruz sus piernas y brazos se tensaban y comenzaban a doler.
-¡¡Basta!! ¡¡Basta por favor!!.- pedía Laura
Un par de vueltas mas y Laura comenzó a gritar de dolor.
-Ahí está... dejala ahí- dijo uno de ellos
Con gran trabajo el americano pasó los hilos de sus pezones hacia adelante a un par de rueditas al costado de la mesa y luego hasta detrás de su cabeza y los unió a su cuello dejándolos tensos de manera tal que cuando Laura levantara la cabeza el hilo mismo tirara de sus pezones. En esa incomoda posición Laura sintió como se prendían de su pollera haciéndola trizas y dejándola en camisa y bombacha. Luego un par de muchachos mas arrancó a jirones la camisa que llevaba puesta. Ya solo estaba en bombacha y corpiño y cerraba los ojos tratando de evitar ver como la preparaban para su inmolación al dolor. De repente una mano se colocó sobre su sexo y recorriendo debajo del borde de la bombacha ingresó a acariciar sus labios. Sorprendida Laura levantó la cabeza por instinto para ver quien la estaba manoseando. El intenso dolor en sus pechos no se hizo esperar. Tensados desde su cuello los hilos que sostenían las pinzas intentaron moverse en vano hacia adelante, tirando fuertemente y sin piedad de los enrojecidos y sensibles pezones de Laura
-¡¡Aaaaaay!! ¡¡La puta que los parió!! ¡¡déjenme en paz!!.-
Mientras que Laura se concentraba en el intenso dolor en sus pezones, varios habían tomado su bombacha y en pocos segundos la misma se deshizo en pedazos. La apertura de sus piernas era tal que se podía ver el rojo húmedo de su vagina expuesto por la apertura de sus muslos. Una tijera bien afilada terminó rápidamente con lo ultimo que quedaba de su nueva ropa, llevándose el corpiño y dejándola expuesta a los salvajes que la rodeaban. En su mente Laura revivía los dolorosos recuerdos, aun frescos de las múltiples y violentas penetraciones que su cuerpo había recibido. Su vagina fría y reseca se contraía mas y más empeorando la situación. Sus ojos abiertos y sus puños crispados esperaban el inevitable embate. Bajando los ojos sin levantar la cabeza pudo ver como el americano se le acercaba con su miembro en la mano.
-Let´s see how good is this meat!- dijo en ingles
-No... please.... don´t touch me.. -
El americano era un hombre alto y corpulento, y si bien Laura no había podido ver el tamaño de su miembro se imaginaba la proporción del mismo. Con sus dedos acarició el enrulado vello púbico de Laura deslizándolos suavemente hacia abajo y oprimiendo dentro del sexo de la joven.
-Noooo!!!!-
-Hmmm... so tender.-
Los preliminares no duraron mucho. Visiblemente excitado por el bello cuerpo de la muchacha, el americano no demoró mas su penetración, y tomándose de su cintura hundió sin piedad sus primeros 5cms dentro de ella. Seca y contraida, la penetración fue un real infierno para Laura que sentía como el miembro se llevaba dentro de ella la piel de su canal vaginal raspándola e irritándola sin remedio.
-So fucking dry bitch !!!.-
-What the fuck did you expected ... you mother fucker son of a bitch ... demmed rapist!!!- le contestó ella en su mejor ingles
-You´re gonna regret that smartass...-
Diciendo esto, se agachó y sacó de la valija unos cuantos implementos más. Laura desesperada miraba sin comprender para que servían esas cosas extrañas, pero muy dentro suyo sabía que no le iban a gustar, y mas aun ... sabia que tarde o temprano las iban a usar con ella.
First, lets shut that fucking mouth of yours.-
No... no... la boca no !!!-
Acercándose a la cabeza de Laura, tomó un aparato con forma de grandes alambres de acero y lo colocó por arriba desde la cabeza de Laura bajando hasta sus dientes. Allí le oprimió las quijadas a la joven hasta que no tuvo mas remedio que abrir su boca. Insertando la herramienta en su boca la colocó entre sus dientes agregándole luego una barra mas de acero a la altura de la mitad de su lengua que se aseguraba a la parte de abajo del aparato. Con varias correas la aseguró a la nuca de la joven y probó su solidez.
-Good!!!. Now lets start opening your mouth.-
-No pleashhh.- pedía laura aun pudiendo hablar un poco.
Con sus dos manos, el yanqui comenzó a girar dos manivelas a la altura del lóbulo de la oreja de Laura, y los dos aparatos comenzaron a separarse ganando en ángulo dentro de la boca de la muchacha. Lentamente la boca se fue abriendo mas y más hasta que Laura pensó que ya no podría más. Finalmente el hombre terminó y Laura quedó allí con su boca abierta de par en par con su cansada cabeza cayendo por detrás de la cruz.
-Fuck her mouth boys !!!.-
Laura quería cerrar su boca pero no podría. Su abertura era una obscena invitación a que la penetraran y ella no podía evitarlo. Dos lagrimas se escaparon de sus ojos rodando hacia su frente mientras un par de muchachos se peleaban por ser quienes primero la sodomizaran por su boca. Atareada corriendo la cabeza y tratando de evitar su inexorable penetración oral Laura se olvidó del yanqui. Sin embargo, un frío y duro metal penetró su vulva sobresaltándola e inquietándola. (¿Que me piensan hacer ahora?) pensó Laura intrigada. Lentamente sintió como el metal dentro de su sexo se abría e inmediatamente reconoció el desagradable instrumento. Era un aparato de ginecología, pero ¿que pasaría si le daba mas apertura de la necesaria?. Laura deseo no haberlo pensado Jamás. El aparato se abría rápidamente y Laura podía sentir como sus músculos cedían ante la fuerza incontrolable del instrumento. Sin poder gritar Laura gemía agudo y profundo casi como un llanto descontrolado. Finalmente el hombre se detuvo y Laura respiró mas pausado tratando de controlar su suplicio. Sin que ella se diera cuenta el americano tomó de su valija una gran jeringa y abriendo un frasco de un potente vigorizador sexual lo vertió dentro de la misma, e insertándola dentro de su vagina regó el viscoso liquido dentro de ella. Casi inmediatamente Laura comenzó a sentir como su sexo hervía y ardía. Un apagado grito de desesperación inundó la habitación antes de los aplausos del resto de los hombres.
-She's ready now.-
Poco a poco el hombre fue achicando el aparato y sacándolo de dentro de ella. Ella sentía como a medida que su vagina se cerraba nuevamente, el liquido se desparramaba e inundaba todo su sexo llevándola a un estado de excitación que ella Jamás hubiera imaginado. Esta vez Laura gemía pero su gemido era mas bien el de una hembra en celo que necesitaba una pronta penetración. Sus manos crispadas en las puntas de la cruz se abrían y cerraban con desesperación como pidiendo que la penetraran. Mientras tanto, a propósito, nadie la tocaba y todos la miraban retorcerse en su desesperación sexual.
Cuatro minutos después, los enrojecidos ojos de Laura humedecidos por su llanto vieron como finalmente el americano se acercaba a sus piernas y tomando su miembro lo apoyaba sobre su sexo refregándolo contra su inflamado clítoris. Laura estaba fuera de si. Jamás en su vida había deseado tanto que un hombre la penetrara como en ese momento. Moviendo su pubis como pudo, intentaba tener el pene del hombre dentro de ella. De un solo golpe el americano ingresó todos sus 28cms dentro de ella. Los ojos de la muchacha se abrieron de par en par como sorprendidos por el increíble placer que sentía. Gimiendo y agitando su cuerpo Laura intentaba llegar a su orgasmo pero el americano se movía lenta y pausadamente llevando su desesperación a la locura. Mientras tanto, un par de hombres mas se acercaban por delante y tomándola de las orejas ubicaron su cabeza a la posición justa para insertar sus miembros. Sin lengua ni labios para detenerlos, Laura vio indefensa como los muchachos por turno metían sus gruesos penes hasta su garganta y presionándola la obligaban a tragar sus miembros. Con el vello púbico sobre sus labios y su nariz llegando a los anos de los muchachos la sumisión era total, tal como si fuera un orificio mas de un juguete sexual.
Con su sexo ardiente, el miembro del yanqui la llevaba lentamente al éxtasis, y sus pechos bailoteaban al compás del manejo de los hilos del hombre. Finalmente, excitado por los gemidos de Laura el americano apretó su sexo bien adentro de la muchacha y explotó en un mar de caliente y pegajoso semen que llevó también a la muchacha al orgasmo.
Pocos segundos después, uno de los muchachos eyaculaba copiosamente dentro de su desprotegida boca y barriendo con su miembro dentro de ella desparramaba su semen por toda su boca sin que ella pudiera hacer nada por tragarlo o moverlo. El semen le daba asco, el tenerlo en su boca la humillaba tremendamente, pero nada podía hacer por evitarlo.
Muy dentro de ella, Laura lloraba y de desconsolaba de solo pensar lo que estaba sucediendo. Se estaba convirtiendo en el juguete sexual de un grupo de hombres y nadie sabía cuanto duraría ese cautiverio. Haba tenido el segundo orgasmo involuntario de su vida y su boca nuevamente estaba llena del repulsivo esperma de su violador, pero lo más grave era que ya había pasado una hora y recién la habían violado tres hombres. Era evidente que esa iba a ser una noche bastante atareada para Laura y quien sabía que otras cosas mas le harían.
-Oh... fuck !!! What a tastefull little whore you have here !!- dijo el yanqui
-I knew you would appretiate that young piece of our meat.. ja ja !!- Le respondió Manguera
-May be you´re right. We should talk. Let´s go have a cup of coffee
Laura entendía perfectamente el ingles de ambos y poco a poco comenzaba a entender que el americano y uno de los latinos tenían negocios juntos. En ese momento solo deseaba no ser parte de esos negocios y pensaba en su pobre madre que seguramente estaría preocupada por ella.
Uno de los hombres comenzó a desatar sus brazos mientras otro desataba sus piernas. Dolorida por la posición, Laura apenas se podía sostener en pie y sus brazos le colgaban sin fuerza al lado de su cuerpo. Cansada y sin esperanzas la joven se dejó llevar por el grupo de hombres, la noche recién empezaba quería conservarse lo mejor que pudiera.
Con semen chorreando de su boca aun abierta con el aparato y su sexo dolorido, no sería rival para un grupo de 30 o 40 hombres. Laura sabía que estaba yendo sin resistirse a donde la continuarían violando hasta hartarse. (De nada me sirve resistirme, me van a violar igual. De todas formas, ya me violaron por donde quisieron, estoy hecha una puta, y me lo merezco) pensó mientras lloraba por el camino.