La POPU (2)

La POPU, o "La Popular" es una tradicion en el futbol Argentino. En este relato, una muchacha va con su novio a la cancha. Comete un error y paga caro las consecuencias.

La Popu

(por Mr JOPI)

Relato de ficción. Contiene escenas de violencia y de abuso sexual. Si no le gusta esa temática NO SIGA LEYENDO.

Rápidamente Laura y Martín subieron al auto y en menos de una hora estaban cerca de la cancha.

-Ufff... ¡Que trafico que hay!- Dijo Martín

-Si, mejor deja el auto acá y vamos caminando.-

Cuando llegaron a la cancha la cola era interminable. Con paciencia y sin apuro se pusieron en la cola y poco a poco fueron avanzando hasta llegar al estadio. Ya se escuchaba el grito de las hinchadas y los cánticos daban el típico aspecto de fiesta a la tarde. Laura sonreía contenta que luego de tanto tiempo alguien la llevara a la cancha. Cuando finalmente entraron la policía les indicó el camino a la bandeja inferior porque la bandeja superior estaba completa. Martín había sacado las entradas en la bandeja superior, pero desde abajo el partido se veía mejor por lo que no protestó y siguió las indicaciones de la policía. Cuando llegaron a la popular, la bandeja estaba completa. Solo quedaban algunos lugares atrás de todo al lado de la barra brava. Martín, olvidándose que esta vez iba con su novia subió las escaleras y recostándose contra la pared le preguntó a Laura

-¿Ves bien?-

-Si. Desde acá se ve perfecto.-

Luego de algunas demoras, los equipos entraron a la cancha, la lluvia de papelitos azul y oro casi no los dejaba ver. Los equipos se acomodaron en la cancha mientras por los parlantes se escuchaba la formación, un rato después el partido comenzó con el saque de mediocampo de Boca. Laura se mordía los labios de los nervios. El calor era agobiante, pese a estar bajo techo. Laura metió la mano en su cartera y sacó el pañuelo para secarse su cara. Cuando guardo el pañuelo, una cinta roja y blanca se le cayó de la cartera. Ahí recordó la apuesta que le había hecho a Andrea y mirando a su alrededor deseó por primera vez que River no hiciera ningún gol. Con disimulo guardó la cinta en el pequeño bolsillo de su pantalón y miró para todos lados para ver si alguien la había visto.

Lamentablemente para su suerte, a los 8 minutos del primer tiempo River hace un gol espectacular y la hinchada visitante grita desenfrenada el gol. Laura no se anima a gritar el gol, pero su cara denota la alegría de la victoria.

-Viste que te dije que ganábamos.- le comenta a Martín

-Esperá que esto recién empieza... no cantes victoria todavía.- le responde él

Dentro de la barra brava el humor estaba bastante denso. El gol no solo los irritó sino que empezaron a cantar mas y mas fuerte. Una bandera de Boca se levantó tapando toda la tribuna mientras se agitaba alentando al equipo a igualar el partido.

-¿Escuchaste lo que dijo la pendeja (despectivo por niña) esa Manguera?- le dijo uno de los barras bravas al otro al oído

-No. ¿Que dijo?- respondió el otro

-Que ella sabia que River iba a ganar...-

-Ahhh... ¿vos decís que tenemos una putita gallina acá en la tribuna?- (*gallina le dicen a los hinchas de River)

-Si maestro... Esa mina esta del marote- (esta loca )

-Viste como se cuidó de gritar el gol ¿No pistón?-

-Si, es que si llega a gritar un gol le meto tal vergazo en la boca... le meto... que no va a poder tragar por un año.- agregó Anguila –

-Andate con Pitón y Matraca de la otra punta por si llega a pasar algo y si te hago señas dales la voz a los de la bandera para que tapen.

A los 16 minutos de juego sucedió lo que Laura deseaba que nunca llegara. En pleno ataque de River un defensor le pone un planchazo tremendo al volante que venía con la pelota. El referí pita y es penal para River. El murmullo bajo y los insultos al árbitro son lo primero que se escucha en la hinchada donde estaba Laura.

En la mente de Laura las cosas iban a mil. Muy dentro de ella se preguntaba si debía o no gritar el gol. Por un lado le asustaba el hecho de estar en la hinchada contraria, pero por el otro lado escuchaba la voz de su amiga riéndose de ella, diciéndole que su novio no la defendía. (-¿Lo grito o no lo grito?-) se preguntaba mentalmente.

Su mano lentamente se deslizó a su bolsillo y inconscientemente tomó la punta de la vincha de River que había guardado unos minutos antes. El jugador ya estaba delante de la pelota y ella no se había decidido... toma carrera... va a patear... -¡¡¡¡Goooooool!!!!- grita Laura levantando instintivamente la mano con la vincha entre su puño cerrado.

Dos segundos después, con los ecos de la hinchada de River de fondo, Laura se da cuenta que finalmente gritó el gol. Su cara se pone roja y se da cuenta que todos la están mirando.

-¡¡¡Laura!!! - le grita Martín -¡¿Qué hiciste?! ¡¿Cómo vas a gritar el gol de River acá?!-

Mirando a su alrededor Martín se da cuenta que algo no esta bien. Rápidamente toma una decisión y la toma de a mano a Laura.

-¡Vamos! ¡Nos vamos ya!- casi le ordena

Laura, con sus piernas flojas de miedo siente la mano y se dispone a seguirlo. Martín comienza a bajar las escaleras rumbo a la salida pero un par de hombres le impiden el paso.

-¡Permiso!- dice Martín

-¿Vos sos el novio de esta conchuda?- le pregunta Matraca

-Mas respeto hermano... es una señorita... Permiso quiero pasar- le retruca Martín

-Vos no vas a ningún lado... y tu amiguita tampoco... acá primero tenemos que hablar.- le responde Pitón

Martín se da media vuelta e intenta salir por otro lado. Sin embargo, cuando llega atrás para intentar pasar otro hombre lo ataja.

-¿Sos medio pelotudito o no entendés? Te dijeron que de acá no te ibas.- le dijo Manguera

Martín ya comenzaba a ponerse nervioso e intentó un ultimo esfuerzo desesperado. Con toda su fuerza empujó a Manguera tratando de pasar. No solo no logró moverlo sino que, sintiendo el intento de violencia Manguera le dio tal trompada en la cara que Martín cayó sangrando por su nariz al piso. Limpiándose la nariz con la manga se paró, levantó la guardia e intentó pegarle a Manguera. Un par de trompadas mas dieron con Martín por el suelo mientras Laura miraba desesperada y gritaba

-¡¡No le peguen!! ¡¡No le peguen!!-

-¡Corre Laura.... corre...! atinó a murmurar Martín

Hecho un ovillo en el piso Martín se retorcía de dolor mientras le seguían propinando patadas en su estomago, espalda y a veces en su cara. Preocupada por la vida de su novio, Laura no se movía de su lugar ni hacia caso a lo que por su bien le decía su el. Tampoco vio cuando Manguera hizo la seña y una espesa bandera de Boca cubrió la tribuna dejándolos aislados en un sector de 20 por 10 metros. Cuando los hombres dejaron de castigar a Martín, Laura se agachó y se acercó a Martín para tratar de ayudarlo.

-Perdoname... - le dijo ella besándole las magulladuras de la cara

-Perdoname vos... no pude mas...- respondió entre toses y resoplidos Martín

-Hiciste lo que pudiste... estuviste genial...- le dijo ella con una sonrisa -Pero... pero... no te pude ayudar... a zafar...- (zafar = escapar)

Laura no entendía bien el significado de las palabras de Martín. En su mente el evento había terminado, ahora lo levantaría a Martín y se irían a curarlo. ¿Que había querido decir con "ayudarla a zafar"?.

En cuanto Laura levantó la vista notó un extraño vacío en la tribuna alrededor de ella. Trató de ubicar la salida pero no pudo. En el horizonte lo único que veía era azul y amarillo. De repente sintió que un par de gruesas manos tomaban sus brazos y la arrastraban unos 3 metros hasta el para-avalanchas. De su bolsillo se caía la vincha de River y uno de los hombres la agarraba. Sin que pudiera reaccionar rápidamente la ataron con banderas cintos y vinchas a los fríos caños de la estructura. Rápidamente le tomaron los tobillos atándoselos a los palos verticales y tirando de forma tal de hacerle abrir las piernas. Mientras uno metía su pañuelo en su boca y la amordazaba con su propia vincha, otros ataban sus manos y cintura a la barra vertical de la estructura.

-¡¡Suéltenme!! ¡¡Animales... hijos de puta!! -

En pocos segundos su boca fue amordazada y sus últimos gritos por ayuda se perdieron en el ruido del estadio.

-¡¡Martín... Socorro... Alguien que me ayude mmmphhm mmm mmmph!!-

Martín, desde el piso miraba impotente como su novia era preparada para lo que él ya se imaginaba. Una lagrima corría por su rostro. Hizo un ultimo esfuerzo por levantarse pero un par de hombres al lado de él lo terminaron por tirar al piso nuevamente. Seguramente le habían fracturado una costilla porque el dolor en su pecho era inaguantable. Una vez en el piso y a una seña de Manguera, otros dos barras bravas lo envolvieron en una bandera de Boca dándole varias vueltas y lo ataron con los cordones de la misma. Dolorido e inmovilizado Martín solo podía mirar el triste destino de Laura.

Atada y amordazaba Laura miraba mientras envolvían a su novio y lo sacaban fuera de combate. Mirando alrededor de ella notaba las caras de los hombres sonriendo. Como por un tema de rango, el primero que se le acercó fue Manguera. Tomando su pera entre sus manos la miró a los ojos.

-¿Vos tenés idea de lo que hiciste nena?-

Laura sintió un frío recorrer su espalda y sin dudarlo movió la cabeza a los lados en negativa.

-Ahhh.. no sabes... Venís a la popu de Boca, andas murmurando con tu novio que estas segura que van a ganar las gallinas... y después... y después..-

  • No se te ocurre mejor cosa que gritar de la forma que gritaste el gol de River...-

Laura cerraba sus ojos. Su miedo iba creciendo y la presencia de Manguera por cierto era intimidante.

-¿Sabes que hacemos nosotros con los putos de River?... ¡Los cagamos a palos !... – (los zurramos)

-¿Y sabes que hacemos con las gallinas que vienen por acá?.-

-¿Te imaginas?-

Dentro de la mente de Laura ella negaba lo obvio. Su destino estaba casi escrito, pero ella lo negaba. Con un lento movimiento de cabeza negó la pregunta.

-¡Que poca imaginación! ¿No sabes?. Te voy a explicar... En este momento tenés tus pies y manos atadas... ¿cierto? También podrás notar que tus piernas están un poquito abiertas ¿cierto?, Bueno nena... ¿seguís sin entender?.- dijo Manguera tratando de torturarla mentalmente lo máximo posible

-Ahora vamos a agarrar esta navaja y vamos a cortar esos lindos pantalones tuyos... Y después ¡¡Te vamos a coger hasta que la leche te salga por los ojos!!- le dijo con su peor cara de enajenado y mirándola fijamente a los ojos.

-¡¡¡Mppphhh.... Mpphmm mmmmm... mmmm...mmppmh..!!! gritaba ella atrás de la mordaza girando su cabeza de izquierda a derecha

La navaja estaba bien afilada y lo primero que se llevó fue el botón del jean que rebotó en los escalones de la tribuna y se perdió. Metiendo sus gruesas manos en su escote Manguera tiró hacia los lados rajando al medio su blusa blanca.

-Hmmm... que linda pancita...¿como se verá embarazada?.-

Las manos recorrían la cintura de Laura mientras ella se retorcía tratando de evitarlo. Suavemente recorrieron su abdomen y tomaron los bordes del pantalón. Con fuerza lo intentaron bajar, pero era tan ajustado que solo bajó u par de centímetros.

-¡Que pantalones mas ajustados que usas putita...! ¿No te aprietan la concha?.-

Laura se retorcía mas y mas y las lagrimas corrían por sus mejillas. Ahora entendía lo que Martín le había dicho. Mientras la navaja trabajaba sobre la entrepierna de su pantalón, muy cerca de su sexo, y el pantalón iba cediendo abriendo sus costuras y rasgando su tela, ella miraba con ojos de desesperación a Martín.

-No puedo hacer nada mi amor... lo siento... perdóname...- se escuchaba a Martín desde dentro de la bolsa.

Laura entonces entendió que la culpa no había sido de su novio, sino de ella misma. Su llanto se hizo mas profundo y pronto sintió como sus nalgas quedaban al aire. Ahí estaba, en ropa interior frente a una centena de furiosos hombres que la miraban con odio y lujuria. En sus adentros perdonó a Martín sabiendo que él había hecho lo que pudo.

  • Tenés un lindo cuerpo guachita... se ve que sos muy puta igual que todas las gallinas.-- Mmmmm.... y olés bien... -

Laura no podía dejar de pensar en lo que le estaba pasando. Su mente deseaba que solo fuera una mala pesadilla y que pronto despertara, pero su cuerpo le hablaba a las claras que no, que esto que sucedía era realidad y que era aquí y ahora. Una mano tomó su corpiño blanco y tiró hasta romperlo. Otra mano tomó su bombacha desde el frente y nuevamente se la llevó en pedazos. Los pedazos de su ropa desaparecieron rápidamente entre las manos de los hombres que la rodeaban, guardándolos como recuerdo del botín de guerra. Laura gritaba frenética. Desnuda y atada frente a toda la hinchada su humillación era total.

-Relajate y gozá linda...- le dijo una voz desde atrás

En pocos segundos los pantalones de Manguera estaban en el piso y atrás de ellos su ropa interior. Laura alzó la vista y miró el miembro de su próximo violador. Un frío mortal le recorrió el cuerpo mirando los treinta y pico de centímetros del pene.

-¿Asustada ?-

Laura asintió desesperada con la cabeza tratando de obtener piedad de su atacante, pero aparentemente a el no le importaba.

-¡Mejor! Así estas mas cerradita...-

En su mente Laura trataba de pensar, pero las emociones la dominaban y su cuerpo no le respondía. Paso a paso lo vio venir acercándose y finalmente sintió su mano recorriendo sus pechos y apretando sus pezones. Manguera se escupió la mano y la pasó por la entrepierna de ella tratando de lubricar la entrada. Ella respiraba hondo y rápido, como tratando de prepararse para un dolor inevitable. Sin poder evitarlo sintió el calor del cuerpo de él acercándose al de ella y su mano jugueteando con sus labios vaginales. Con desesperación se dio cuenta que los estaba abriendo. En pocos segundos la punta del miembro tocó su vagina y Laura supo que estaba perdida. Un empujón y el pene se introdujo unos milímetros dentro de ella. El segundo empujón mas fuerte ya ganó un par de centímetros mas. Ella respiraba hondo tratando de relajar su cuerpo y abrir su sexo a lo inevitable. Lentamente su vagina fue cediendo en una dolorosa penetración que inundó su cara de lagrimas y gritos ahogados en la mordaza.

-Uhhhh.... sos estrecha putita dulce....-

Laura sabía que era lo que iba a suceder en cualquier momento. Manguera seguía metiendo su miembro dentro de ella pero de repente un obstáculo impedía su paso.

-Uy uy uy.... parece que tenemos una frutita sin estrenar por acá...-

-Perdoname flaquito ... no era mi intención comerme tu frutita pero tu amiguita lo buscó y se lo merece...-

  • ¡¡¡¡Noooooooooooo!!!!!- gritó Martín desde dentro de su aprisionada inmovilidad

Laura lanzó un llanto como nunca había llorado y sintió con dolor como Manguera la penetraba rompiéndole su virginidad para siempre. De repente Laura sintió como su cuerpo se llenaba con el inmenso miembro de Manguera y crispó sus manos en desesperación de esa nueva y a la vez horrible experiencia. El ir y venir del pene de Manguera dentro de ella le provocaba extrañas muevas sensaciones que ella negaba en su mente. Los resecos labios vaginales le ardían y las paredes de su vagina no se estiraban lo suficiente para evitar el dolor. Para peor la punta del pene atropellaba lo más hondo de su sexo y las manos y boca de Manguera jugueteaban con sus pechos. Pese a su dolor y a la negación de su mente, su cuerpo se fue lubricando gracias a la madre naturaleza. Allí empezó a sentir que el pene ya no le raspaba y que su vagina se estiraba como un guante acariciando el intruso. Mas relajada comenzó a tratar de controlar su llanto y mirar a los ojos a Martín.

Martín desde su posición veía con claridad como el pequeño y dulce cuerpo de Laura era el objeto de los deseos mas bajos de Manguera. El ritmo iba creciendo y Manguera jadeaba mas y mas. De repente Laura sintió algo que nunca en su vida había sentido antes y sus ojos se abrieron de par en par, sus manos se crisparon y su cabeza giraba enloquecida. Muy dentro de ella sentía fluir por primera vez el caliente y pegajoso semen golpeando e impregnándose en las paredes de su vagina y poco a poco llenándola de su caliente fluir.

-Ahhhhh.... siiii.... eso... tomá putita....-

Manguera sacó el pene chorreando sus jugos mezclados de dentro de su sexo y Laura sintió su ausencia como si lo necesitara dentro de ella. Poco a poco el semen se escurría por su vagina y se enredaba en su vello púbico hasta chorrear por su pierna. Sin embargo, pocos segundos después otro hombre la tomaba de la pera y le decía

  • Ahora me toca a mi nena... vamos a ver que tan estrechita sos...- Dijo Matraca

Laura no podía moverse y ya comenzaba a ver como la situación era mas grave de lo que pensaba. En pocos segundos el segundo pene estuvo en la puerta de su vagina y ayudado por el semen de Manguera entró rápidamente dentro de su cuerpo. Laura nuevamente volvió a sentir su cuerpo acomodarse al intruso pero esta vez la sensación era mas suave, casi placentera. Cerrando los ojos pensó en su novio Martín delante de ella y se esforzó en concentrarse en no dejarse llevar por su cuerpo y bloquear las nuevas sensaciones. El miembro entraba y salía de su cuerpo con una lenta suavidad mientras que entre varios ya acariciaban sus pechos chupándolos, mordiendo sus pezones duros y besándola. (No puedo... no puedo...) pensaba Laura tratando de controlarse. De repente su cuerpo ya no respondió mas a su mente y comenzó a contorsionarse y gemir sin poder evitarlo. Por primera vez estaba al borde de un orgasmo. En ese momento recordó cuando jugueteaba con su clítoris de noche cuando su madre no la veía y sintió que esto era mas aun que esas noches de placer. Su vagina comenzó a contraerse rítmicamente y sus ojos se desorbitaban.

  • ¡Esta puta esta acabando...! ¡Dale masajeale el clítoris... ayudame!- Pidió Matraca

Un grupo de al menos diez hombres se reunió alrededor de ella y para su pesadilla comenzaron a manosearla y sobarle el clítoris y los pechos en un frenesí total mientras que otro con malicia le desataba la mordaza. Sin poder evitarlo Laura no estaba mas en control de si misma.

-Ahhh... ahhhh... .no... por favor... no.... ahhh....aiiiiii –

  • Eso putita.... gritá-

  • Perdoname ... ahhh.. Martín..... no puedo..... no puedo....-

  • ¡¡¡Auuuuuuuaaaaauiiiiiiii.... iiiii... iiiiiaaaaa .... uuuuu.. !!!! - gritó desesperada - ¡¡Basta por favor!!

-¡¡¡Ahí voy!!! gritó Matraca - ¡¡¡Nooooooooo!!! ¡¡¡ Ahhhh... noooo... !!!-

Otro torrente de semen inundó su sexo en gruesos borbotones que se le impregnaban dentro de su matriz. Laura sabía que a esa altura era casi seguro que estuviera embarazada de alguno de ellos. Bajando su cabeza solo atinó a llorar y a gritar

-¡¡ Noooooo!! ¡¡ Me van a embarazar !! ¡¡Hijos de Puta!!-

Una carcajada general le indicó lo poco que les importaba a los que la rodeaban ese tema. Miró al alrededor y contó al menos unos cincuenta hombres con sus pantalones bajos y supo que esto había llegado aun mas lejos. Ya nada podría repararlo.

-¡¡Por favor!! Déjenme ir... no voy a decirle a nadie...- sollozaba tratando de que la dejaran

A un costado, Manguera había agarrado su cartera y la había dado vuelta sobre el piso. Su billetera fue rápidamente vaciada en los bolsillos de Manguera. Las tarjetas de crédito que su madre le había dado como extensiones de la suya pasaron rápidamente a los bolsillos de Matraca. Manguera había encontrado sus documentos y la miraba.

  • Laura Emocal, 18 años... bastante bien para 18 años la pendeja.-

  • ¿Y estas llaves? seguro que vinieron en auto.- agregó Matraca

Mientras Pistón la seguía penetrando y su vagina se abría por tercera vez Manguera se acerco a ella y le acarició la cara.

  • A ver Laura... decime ¿donde dejaron el auto?-

Laura inflamada de rabia le escupió en la cara. Manguera, enojado se limpió y tomándole el pezón derecho se lo retorció hasta que ella sintió que casi se lo despega del cuerpo

-¡¡¡Auuuuuu!!!!-

-Hasta ahora no te hemos hecho mas que el favor de hacerte conocer lo que es el buen sexo, pero podemos ser muy malos ¿sabes?-

Laura gritaba y lloraba del dolor mientras Pistón la seguía cogiendo. No estaba dispuesta a ceder mas aun si tuviera que sufrir.

  • Esta bien... lo querés difícil... va a ser difícil entonces.-

  • Pistón, ya sabes, la quiere difícil, ese regalito es tuyo.-

  • Perfecto...-

Inmediatamente Pistón sacó su pene de la vagina de Laura para sorpresa de ella. Dio la vuelta a la muchacha y tomando sus nalgas las abrió como un libro apoyando la punta d su pene en su delgado ano.

  • ¡¡¡Noooooo !!! ¡¡¡Por ahí no!!!-

  • Decime donde esta el auto entonces-

  • ¡No!-

Un solo empujón de Pistón fue suficiente para que Laura comenzara a gritar como condenada. Apenas había ingresado un par de centímetros a su recto y ella sentía que su cuerpo hervía y su ano le quemaba.

  • ¿Me vas a contar Laura? ¿O seguimos?-

  • ¡Anda a la puta que te parió!- respondió entre lagrimas

Otra arremetida de Pistón y la mitad del pene estaba dentro de ella. Una rara sensación de ardor le quemaba el recto pero no estaba dispuesta a rendirse.

-Dale, sé buenita.... contame...-

-¡Sacamelo... por favor...!-

-Primero tenés que decirme.-

-No, ya te dije que no te voy a decir.-

Pistón continuó y todo su miembro entró en el apretado orto de Laura. Con ambas manos la tomó de la cintura y comenzó a cogerla por atrás mientras ella gritaba de dolor y pedía clemencia.

  • Ya sé como me lo vas a decir.- dijo Manguera

Dando unos pasos al costados agarró una cadena y empezó a pegarle a Martín dentro de la envoltura de la bandera. Martín gritaba cada vez que le pegaban en las costillas rotas.

  • ¡¡¡ Nooo!!! ¡¡A él no!!.-

-¡¡Decime ya o lo agarro a patadas hasta matarlo!!.-

  • Esta enfrente del correo que esta en acá a dos cuadras.- se resigno a decir Laura

  • Muy bien nena... eso es Laurita...-

  • Andá y traelo al lugar de siempre.- le indicó Manguera a otro hombre

  • Ahora vas a hacer algo mas por haberte portado mal. ¿Si?-

-¿Que mas querés...? Ya me cogieron, me embarazaron, me rompieron el orto... no tengo mas nada.... mátenme...-

  • Noooo Laura. Yo no te mataría, sos mas divertida viva que muerta. ¿no?-

  • ¡¡La puta que te remil parió!!-

  • Esa boquita es un problema... a ver Biberón, dale la "sin hueso" a la señorita...-

De un solo salto Biberón se subió a los parantes del paraavalanchas donde estaba atada Laura y agarrándola de su pelo azabache le colocó el pene en la punta de sus labios.

  • Ya sabes lo que tenés que hacer... si no querés que tu novio sufra ¿no?.- le dijo muerto de risa Manguera

  • Abrí la boca- le dijo Biberón

Laura se resistió a abrir la boca, pero ante la primera patada de Manguera a su novio abrió la boca y cerro los ojos.

  • Ahora tenés que chupar como si fuera un helado.- le dijo Biberón

Aparte del desagradable gusto del pene del hombre en la boca que ya le provocaba arcadas Laura ahora tenía que chupar si no quería que Martín la pasara muy mal. Con un esfuerzo de voluntad comenzó a chupar el sucio pene mientras Biberón le metía y sacaba el pene de su boca. Su orto ya no sentía dolor en la penetración de Pistón, pero de repente y sin aviso alguien mas la tomó de la cintura por adelante y la penetró. Laura abrió los ojos al sentirse penetrada por tres lados al mismo tiempo. Un par de minutos después sintió un caliente fluido que subía por su recto y enseguida supo que Pistón había acabado en su orto. El hombre dejo rápidamente el lugar a otro hombre y su nalgas nuevamente dejaron paso a otro pene. Dos minutos después Biberón le avisaba

  • Ahora nena ... nada de arcadas... a chupar toda la lechita..-

Laura sabía que era lo que iba a suceder pero su mente no estaba dispuesta a recibir esa humillación, De reojo miró a Manguera, pero este seguía al lado de Martín. Resignada pensó que lo mejor era obedecer y rogar que esto acabara pronto. Sin que ella pudiera preverlo Biberón comenzó a eyacular en su boca una interminable cantidad de espeso y caliente semen. Su boca se inundaba del nauseabundo liquido y pronto comenzó a salir por su nariz y comisuras.

-Uhhh.. sii... eso... llenate la boca...- decía Biberón

Cuando Biberón terminó quitó el pene de su boca. Laura la sentía pegajosa, pastosa y con un fuerte sabor que le revolvía el estomago. De solo pensar lo que tenía entre sus labios le provocaba nauseas. Laura intentó escupir el liquido pero se dio cuenta que era demasiado espeso y pegajoso para deslizarse por sus labios.

-No, la lechita no se escupe Laura. Se traga.- le dijo Manguera

Con toda la cara de asco Laura hizo su mejor esfuerzo y de a poco pudo ir tragando el semen que tenía en su boca. Sin embargo el salado y agridulce sabor no se le iba mas de la boca. Mientras tanto otro de los muchachos le acariciaba la garganta mientras tragaba. Laura se sentía doblemente humillada, no solo por haber sido salvajemente violada sino por sentirse observada por los sádicos hinchas que gozaban de su deshonra.

-Eso es putita... tragalo bien ... ¿esta rico Laura?-

-¡Andá a la puta que te parió! - le contesto Laura

-Eeepaaa... ¿estas enojada? ¿no te gustó la fiestita?-

-¡Que machos que son! ¡Se desquitan contra una mujer atada!.- gritó ella

-Desatala.- dijo sin subir el tono de voz Manguera

Uno de los muchachos sacó de su pantalón un cuchillo y cortó las ataduras de las manos de Laura. Ella inmediatamente quiso mover los pies para escaparse, pero a mas de una hora de estar en la misma posición, sus piernas y brazos se le habían dormido y torpemente se podía desplazar entre los escalones de la tribuna. Al tercer paso que dio Laura se tropezó y cayó de frente sobre la tribuna. Una docena de tipos la rodeaba, y ella recordó que si bien estaba suelta, solo tenía puestas sus medias blancas y sus zapatillas rosa.

Sin mucho esfuerzo, uno de los muchachos la tomó del brazo y la abrazó por su cintura. Con un movimiento de su cadera hizo que ella perdiera el equilibrio volteándola y acostándola a lo largo del escalón de cemento.

-¡¡Noooo!! ¡¡Soltame!! ¡¡Basta por favor!!.-

En menos tiempo de lo que ella hubiera deseado sus piernas eran abiertas con las fuertes manos de su agresor y su vulva volvía a sentir la presión que antecedía a otra humillante penetración. Con el peso del muchacho sobre ella sus muslos ya no tenían fuerza y su sexo húmedo por el semen y su propio orgasmo no ayudaba en lo mas mínimo a detener lo inevitable. Con bronca y crispando sus puños Laura se sintió otra vez penetrada.

-¿Estas mas cómoda ahora? - le preguntó su agresor

-¡Andá a la concha de tu hermana, pelotudo!-

-Me gusta mas tu concha calentita... estas sabrosa Laura...-

Laura miraba hacia arriba y veía las caras de los hombres brillar de lujuria deseándola. Algunos ya se sacaban sus pantalones preparándose, otros se masturbaban viéndola. Laura maldijo la hora que grito el gol de River y sobre todo se maldijo a ella misma. Al fin y al cabo solo era culpa de ella lo que estaba sucediéndole. Desconsolada y odiándose a si misma quería llorar, pero su cuerpo ya no le respondía.

Una vez mas su cuerpo comenzó a sentir como el miembro entre sus piernas palpitaba. A esta altura Laura ya sabía distinguirlo y sabía lo que vendría a continuación. Cansada y sabiendo que era inútil resistirse esperó el chorro de esperma como si se tratara de algo natural. Efectivamente a los pocos segundos su cuerpo era inundado una vez mas por el semen del extraño que la penetraba. Cuando el muchacho sacó su pene del sexo de Laura, un par de gotas chorrearon hacia sus blancos muslos mientras otro hombre ocupaba el lugar del anterior si darle tiempo a su vagina de acomodarse. Viéndola en esa actitud, algunos de los muchachos se entusiasmaron y acercándose a su cara comenzaron a masajear sus olorosos penes sobre su cara y sobre sus labios tratando de introducir el miembro en su boca.

-Abrí la boca Laura.- le pidió Manguera

Con miedo a las represalias y deseando que esto se acabara cuanto antes Laura cumplió la orden, recibiendo 20 Cm. de pene en su boca en menos de 2 segundos. Parado a la altura de su cara, el muchacho comenzó a mover la pelvis literalmente cogiendo por la boca con un ritmo pausado mientras gemía de placer. Decidida a terminar con su ultraje cuanto antes, Laura oprimió sus labios con suavidad pero con firmeza en el tronco del miembro. La reacción fue casi instantánea y el pene comenzó a temblar y a eyacular una cantidad impresionante de esperma en su ya pastosa boca. Su lengua era ya una laguna del tibio y viscoso semen. El liquido se le pegaba al paladar y a sus dientes haciéndole difícil hablar o siquiera mover su lengua. Gruesos hilos de semen se formaban cada vez que ella movía su lengua. Su estomago ya no se revolvía. El fuerte aroma invadía su boca y su nariz dejando para siempre en su memoria la fuerte fragancia a sexo. Con su boca aun cubierta de semen y aun sin tragarlo otro miembro invadió su boca. Laura ya no relacionaba los penes con los hombres, simplemente veía y contaba penes erectos alrededor de su cara.

Decidida a probar si solo se había tratado de un tema de suerte Laura comenzó a apretar nuevamente los labios sobre el miembro en su boca. Inmediatamente sintió el gemido y la respuesta del muchacho. Había encontrado un arma... y con ella iba a tratar de manejar la situación. Apretando mas los labios logró que quien la sodomizaba en su boca no durara mas de 2 minutos. Esta vez su boca esperaba la eyaculación del muchacho. Primero vinieron los gemidos, luego las contracciones y luego la catarata interminable que terminó por inundar su boca. Cuando su boca no podía mas, el semen comenzó a subir por su nariz saliendo en una abundante cantidad sobre su labio superior. (uno menos) pensó Laura mientras seguía tragando como podía el viscoso contenido de su boca.

El muchacho en su vagina no se decidía a eyacular y eso la ponía nerviosa. Ella sentía su tiesa carne recorrerla una y otra vez, pero cuando estaba a punto de acabar se detenía. Armándose de valor Laura decidió experimentar allí también. Primero intentó cerrar su vagina haciéndola mas estrecha, pero no hubo resultados. Luego, mas decidida esperó a que el muchacho se detuviera y justo en ese momento comenzó a mover su pelvis logrando que el la continuara cogiendo. El muchacho sorprendido solo atinó a tomarla de su cintura y gemir mientras acababa dentro de ella. El caliente liquido que la invadía le confirmó su objetivo cumplido.

-¡¡Puta de mierda!! ¡¡Me hiciste acabar antes... yo te quería disfrutar un rato mas!!.- gritaba el muchacho sopapeando sus pechos

-¡¡Ayyy!! ¡¡Ayy!!. ¡¡Perdoname... fue sin querer!! ¡¡No me pegues!!.- gritaba Laura

-¡¡Dos minutos!!- gritó Manguera

Laura tardó un poco en relacionar que era lo que había dicho Manguera. Un minuto mas tarde, con el griterío de la cancha se acordó, el referí había adicionado dos minutos. Sacando cuentas mentalmente se dio cuenta que había pasado casi los 90 minutos del partido siendo violada y entre penes y semen. El partido había terminado, ya no le importaba si su querido River había ganado o perdido. Su mente pensaba a mil qué sucedería ahora, ¿los dejarían libres?...

-Vamos muchachos, envuélvanla con la otra bandera. La metemos en el auto de ellos y nos vemos en el aguantadero.- (guarida)

Laura sintió que su alma se venia al piso. Su pesadilla no había terminado, recién empezaba. Su dolorido cuerpo, atado y amordazado fuertemente fue puesto sobre la bandera de Boca y mientras giraba y se mareaba todo se oscurecía mas y mas.

Sin consuelo ni esperanza Laura lloró y lloró por su destino

(continuará?)