La POPU (10)

Este es el anteultimo capitulo de La POPU que tengo escrito. Existe uno mas y lanzo la campaña para que USTEDES decidan el final de la historia. En esta parte de la historia la recien llegada es entrenada en las virtudes de una prostituta.

La POPU 10

Andrea se entrena para puta

Este es el anteúltimo capitulo de La POPU que tengo escrito. Existe solo uno mas y lanzo la campaña para que USTEDES decidan el final de la historia.

Vayan pensándola y preparándose para escribirme con sus propuestas.

Luego de pasar mas de 6 horas durmiendo, Andrea despertó nuevamente. Su cuerpo dolorido por el esfuerzo estaba cubierto solo por una suave sabana que se había pegado en algunas partes con los restos de semen sobre su piel.

-¿Descansaste?- preguntó Manguera

-Un poco.- contestó aun dormida

-¡Bien! Porque tenemos que seguir trabajando.-

-Por favor... no mas... me duele ... estoy toda irritada.- sollozaba suplicando

-No te preocupes linda, no vamos a lastimarte mas por ahí. Tu dulce agujerito tendrá su tiempo para curarse.-

-Gracias.- susurró no muy convencida de lo que estaba agradeciendo

-A propósito, estuviste genial hace un rato. ¡¡Cuatro orgasmos en menos de dos horas!! ¿Te gustó la fiestita no? Te escuchamos gozar unas cuantas veces.-

Andrea enmudeció. En unas pantallas de televisión alrededor de ella pudo verse en uno de los momentos de lujuria cabalgando sobre un brillante y largo pene mientras tomaba las nalgas del hombre incrustándose más y más. La muchacha miraba con ojos atónitos el tamaño del sexo del hombre y no se explicaba como había podido con el.

-¿Sabias que sos muy fotogénica? Deberías ser modelo.- comentó manguera

-¡La puta que te parió!.- respondió ella enfurecida

-No no no no.... esos no son modales de una modelo de televisión. Ahhh... ¿te mencioné que también estas en Internet?-

La muchacha no estaba sorprendida, conocía el poder de Internet en la divulgación de la información. Sus compañeros de clase se jactaban de obtener cualquier clase de pornografía por ese medio, y no dudaba que a esta hora ya hubiera cientos de copias de su impensada actuación alrededor del mundo. Lo poco que le quedaba de autoestima estaba derrumbándose en una lagrima que corría por su mejilla.

-Ahora te vamos a enseñar a disfrutar de algunas partes "no tradicionales" del sexo -

-Por favor... basta.... ya no mas...- suplicaba ella

-No te preocupes, es igual que hace un rato, en cuanto le tomes el gusto lo vas a agradecer. -

Parados alrededor de ella un grupo de cinco o seis hombres desnudos mostraban sus penes semierectos como en exposición. Andrea ya no se sorprendía con la visión de miembros masculinos como al comienzo, pero le llamó la atención los pomos de vaselina liquida en manos de varios de ellos.

-¿Te imaginas que es lo que sigue para que aprendas?-

-¡¡No!! ¡¡Por favor!! ¡¡Por atrás no!!-

-Si nena... tenés que aprender... de una forma u otra lo vas a hacer. Vos decidís, si cooperas vamos a tratar que no te duela, sino... ya te imaginarás.-

Con su cabeza entre ambas manos Andrea lloró por mas de 3 minutos. Al fin su cara asomó entre sus dedos y sin ver cambios en la actitud de los hombres preguntó resignada:

-¿Que quieren que haga?-

-Primero debes ponerte de pie.-

Con dificultad Andrea se puso de pie cubriendo su cuerpo con la corta sabana. Sus manos a la altura de sus pechos cubrían los rosados pezones mientras el borde inferior de la sabana apenas cubría los últimos vestigios de su enrulado vello púbico.

-Hermoso trasero- dijo uno de los hombres

-Bien, linda, ahora suelta la sabana.- ordenó Manguera

Sonrojada por la apreciación y conservando aun su pudor, Andrea soltó tímidamente la sabana cubriéndose con ambas manos sus pechos y pubis.

-No vas a tener vergüenza justo ahora ¿no?. No después de lo que hiciste.- se reía Manguera

-Ahora vas a apoyarte con tus manos adelante tuyo y nos vas a mostrar ese hermoso trasero tuyo.-

Temblando e inclinándose con temor hacia adelante la muchacha tomó la posición que le habían requerido y mirando hacia uno de los lados observó los rostros de los hombres clavando sus miradas en sus nalgas descubiertas. Sus manos y brazos temblaban con temor mientras los hombres acariciaban sus suaves y rosadas nalgas. Aun más temor sintió cuando uno de los hombres se acercó decidido con su pomo de vaselina en la mano y lo insertó entre sus nalgas. Andrea podía sentir el frío gel internándose en su cuerpo a medida que ingresaba por su ano. Los dedos del hombre entraban y salían de su recto molestándola y provocándole sensaciones que ella nunca había sentido en su vida.

-Te estamos lubricando para que no te duela.- le explicó el muchacho

-Gracias, muy dulce lo tuyo.- respondió sarcásticamente Andrea con una mueca en el rostro.

-Ahora Andrea, necesitamos que te relajes lo mas que puedas, cuanto mas relajada estés, menos va a doler.-

Andrea hizo su mejor esfuerzo mientras sentía los molestos dedos del hombre jugueteando dentro de su trasero. En un momento el muchacho sacó sus dedos y comenzó a empujar la punta de su pene en el cerrado orificio anal de la muchacha. Con mucho esfuerzo y algunos gritos de dolor de Andrea logró meter los primeros tres centímetros dentro del cuerpo de la joven. Andrea sintió como las paredes de su ano se dilataban y absorbían con dolor el ingreso del caliente y tieso miembro en su cuerpo. El dolor fue mucho para ella y sin poder aguantarlo mas cayó sobre sus rodillas, aun manteniéndose en cuatro patas. Sus ojos lloraban lágrimas silenciosas que corrían por sus mejillas hacia el piso.

-Uhhh... me duele...- lloriqueó Andrea

-Estamos yendo despacio nena, pero alguna vez hay que empezar a expandir el orificio ¿no?- contestó el hombre

El muchacho empujó otro poco mas y ya eran cinco los centímetros adentro de ella. La respiración de Andrea era agitada y sus manos se crispaban con cada movimiento del hombre por mínimo que fuera. Las lágrimas ya eran abundantes y sus ojos se enrojecían mientras todo su cuerpo intentaba luchar contra esa invasión.

-Tenés que relajarte nena.- dijo Manguera

-¡¡¡No puedo con esa cosa adentro!!!.- gritó ella ofuscada

-Avisame cuando estés mejor.- dijo el muchacho

Andrea se limpió las lágrimas de los ojos y procuró relajarse mientras su cuerpo se acostumbraba a esta nueva intrusión. Unos minutos después decidió seguir para terminar de una vez con el tema y evitar perder el poco control que le permitían de la situación. El solo imaginar que le rompieran el culo por la fuerza la paralizaba de terror.

-Ya estoy mejor.- murmuró

-Respira hondo y relajate....-

Casi previendo lo que se venía, Andrea decidió que era preferible cerrar sus ojos. Sin embargo sintió perfectamente cuando el muchacho dio el ultimo empujón metiendo diez centímetros más de un solo empujón dentro de ella. La sensación era rara. Podía sentir perfectamente el roce y la forma del pene que la sodomizaba pero aparte del dolor natural de la expansión de su recto podía sentir una extraña sensación de necesidad de defecar que la hicieron desesperar.

-Uhhhh.... despacio por favor-

-Ya esta, lo tenés todo adentro. ¿viste que no era tan difícil?.- insistió Manguera

-¿como se siente?- preguntó el muchacho

-¡¿Como querés que me sienta boludo?! Me siento con el culo empalado, me rompieron el culo.-

-Calmate nena, ya te vas a acostumbrar y te va a gustar.- dijo el muchacho

-Cuando vos quieras podes empezar a moverte.- le indicó Manguera a Andrea

Ella lo miró con cara de sorprendida. Estaba dispuesta a permitir que la sodomizaran, pero tomar la iniciativa y moverse era mucho para ella. Nuevamente pensó en qué sucedería si ellos la tomaran por la fuerza, y eso le incitaba a moverse y a obedecer. Sin embargo algo la paralizaba.

Los minutos pasaron y la posición no cambiaba ni el muchacho se movía. Viendo que no había otra forma de terminar esto la muchacha comenzó a moverse hacia adelante hasta sacar unos diez centímetros de carne de su cuerpo. Con las manos en sus hombros, el hombre no la dejaba ir mas allá. Lentamente comenzó a hacer fuerza hacia atrás y sentir como la carne caliente volvía a entrar en su cuerpo. Una y otra vez repitió este ejercicio sintiendo el abdomen del muchacho chocar contra su espalda en un desagradable sonido. Poco a poco las sensaciones iban cambiando. Al cabo de la primera media hora, su recto estaba mas distendido y lubricado y lo que originalmente había sido dolor ahora era un placer distinto y novedoso que recorría su cuerpo. Con los recuerdos frescos de sus orgasmos en su mente ella comenzó a sentirse realmente estimulada y pronto estuvo al borde de un nuevo orgasmo.

-¡¡Ohh no!! ¡¡No de esta forma también!!-

-Si nena, vas a gozar así también.-

El ruido de la penetración iba creciendo mientras los pechos de ella se bamboleaban en el frenético y salvaje frenesí de sexo. Muy pronto ella sintió como el torrente de semen se enterraba en su recto y estimulaba su sexo llevándola al orgasmo.

-Uhhhh... si... si.... - gemía Andrea

Durante un rato largo la muchacha sacudió su cabeza hacia arriba arqueando su espalda y sintiendo como el orgasmo la recorría una vez mas. Casi como sin querer dejar esa sensación continuaba con sus nalgas pegadas al pubis del muchacho. El muchacho se quitó de repente de su recto y ella reaccionó abriendo los ojos. Delante de ella otro muchacho con una cámara en su mano había registrado todas sus expresiones en su primer orgasmo anal. Maldiciendo Andrea se odiaba a si misma por ingenua y por la debilidad de su carne. Delante de ella un televisor mostraba como la cámara se acercaba a sus nalgas. Un acercamiento y la ayuda de dos manos abriendo sus glúteos mostraron el enrojecido ano latiendo en su amplia abertura de unos dos centímetros mientras que un hilo de semen escapaba de su borde chorreando sus muslos. Andrea miraba la cámara y sabía que su vida estaba escrita de ahora en mas, era una prostituta en entrenamiento.

La imagen mostró un grueso pene negro que ocupaba toda la pantalla. Ella no podía definir bien su tamaño pero le pareció que no era pequeño. La cámara volvió a su cara. Ella la miraba fijamente, como desafiándola. El hombre apoyó su miembro en el ano de la muchacha y la expresión dio cuenta de que sentía su calor y dureza. Un primer empujón volvió a expandir su dilatado recto y abriendo su boca al máximo Andrea contuvo su grito mientras el miembro se internaba rápido y profundo en su ser.

-¡Despacio!- gritó

-Ya casi esta... te estas portando muy bien.-

-Pero sos mas grande que el otro, casi me abrís al medio.-

-Ya falta poquito, un poquito mas.-

-Uhhhhh... duele...-

El pene no solo era mas largo, castigando su recto donde nadie aun había llegado. También era más grueso y Andrea sentía el ardor en su ano mientras se estiraba aun mas. Muy pronto sintió los testículos del negro golpeando sobre su vagina y supo que había superado la segunda prueba. Levantando la vista pudo ver la cámara enfocando su ano expandido a unos cuatro centímetros sosteniendo el oscuro pene en su interior. El contraste era notable, sus blancas nalgas eran la nieve comparadas con el negro obelisco en su interior.

Las manos del negro se posaron sobre su cintura y recorriéndola hasta sus pechos la tomaron con fuerza mientras comenzaba un violento ir y venir dentro de su sexo. La situación casi le cortaba la respiración, y la muchacha solo jadeaba tratando de no pensar lo que estaba sucediendo.

-Uhhh... estas estrechita. Deliciosa.- gemía el negro

De repente, el negro se convulsionó y un fuerte chorro de semen inundó a Andrea. Los ojos de ella se abrieron sin poder creer la fuerza y la cantidad de esperma que ese negro estaba dejando dentro de ella. Clavado hasta el fondo de su recto, el liquido calentaba su vientre. Instintivamente Andrea llevó una mano a su ombligo sintiendo los borbotones que la invadían.

-Uhhh.... dulce bomboncito. ¿Te gustó?-

Ella lo miraba como sin entender lo que le decía y instintivamente asintió con la cabeza.

Entre varios y sin que ella pudiera reaccionar la levantaron y colocando debajo de ella un embudo y un vaso vaciaron los derrames de su ano en un vaso de trago largo.

Luego de eso Andrea quedó exhausta sobre su costado derecho. Sus ojos vidriosos daban cuenta que su mente estaba perdida. Su cuerpo era un cúmulo de sensaciones demasiado fuertes para que pudiera controlarlas o al menos entenderlas. Su vida estaba cambiando demasiado rápido.

Unos veinte minutos después, Manguera se le acercó al lado y acariciando su cabello charlaba con ella.

-Viste que no era tan difícil.-

-Dolió un poco al principio.- le respondió Andrea casi sin pensar en la perversión de lo que había hecho

-Pero ya te acostumbraste y ahora no duele tanto ¿no?-

-Es cierto, casi como que no es dolor.-

-¿Te animas a seguir? Ahora viene una parte que te va a gustar-

-No se-

-¿Querés tener otro orgasmo? ¿Te acordás el de hace un rato?-

-Si, me gustan, pero estoy rendida.- admitió ella sin poder creer lo que admitía frente a Manguera

-Es el ultimo, después te vas a descansar otra vez.-

-Bueno, esta bien, quiero otro orgasmo para antes de la camita.- dijo con una sonrisa

-Pero vas a tener que ayudar.- le aclaró

-Uds. digan, hasta ahora saben mas que yo.-

-Vamos a hacer una doble penetración. ¿Te animas?-

-¿Como es?-

Andrea atendió a las indicaciones y comprendió rápidamente. Enseguida eligió a sus compañeros y comenzó a chuparles sus miembros para asegurarse que estuvieran bien tiesos y calientes. Un robusto muchacho se acostó en el piso y con su pene como mástil observaba mientras la muchacha le colocaba su ano sobre la punta de su miembro y bajaba lentamente empalándose sola.

-¿Estas bien?- Preguntó ella

-Espectacular.- respondió el

Suavemente se dejó caer de espaldas sobre el pecho de el, y tomando de la mano a un enorme negro lo acercó a su entrepierna. Luego tomó el grueso miembro del negro y lo apoyó sobre su ya chorreante vagina. Tomándolo de las nalgas lo trajo hacia ella y sintió como la penetraba hasta lo mas hondo.

-Uhhh.... es delicioso. Me siento llena.-

Los muchachos comenzaron a mover sus miembros dentro de la muchacha y ella comenzó a gemir primero y gritar después de placer. Varios hombres mas sorbían sus pechos y mordían sus pezones. En un éxtasis total Andrea llegó dos veces mas al orgasmo hasta que los hombres descargaron sus penes dentro de ella.

Tirada en el suelo, exhausta vio como Manguera se acercaba trayendo un vaso en sus manos. Era el mismo vaso de la recolección pasada, con el agregado de los hombres que habían eyaculado al ver su ultima practica. El vaso de trago largo estaba hasta la mitad de un liquido blanco indefinido.

-Antes de ir a la camita hay que tomar la leche.- dijo Manguera

El circulo de hombres seguía alrededor de ella. Andrea los miró y viendo que no había otro camino tomó el vaso y lo llevo a sus labios. En el primer intento tomó tres tragos, pero el viscoso liquido se pegaba en su boca y en su garganta evitando que lo pudiera tragar rápidamente. Acomodando y haciendo esfuerzo por tragar lo que quedaba en su boca la muchacha hizo el segundo intento. Esta vez no llego al tercer trago, en el segundo una sensación de arcadas casi hace un desastre.

-Despacio. No hay apuro. Saborealo.-

-Son unos hijos de puta.- dijo sonriendo mientras que el semen caía por sus comisuras

Al cabo de unos diez minutos, y cinco intentos mas, el vaso estaba vacío y el estomago de Alicia lleno de semen. Con una sonrisa acarició su estomago. Ya no le cabía ninguna duda. Se sentía una puta consumada, pero le estaba gustando. Sabía que su vida estaba arruinada para siempre, pero mientras fuera una puta bien cuidada, no tendría de qué preocuparse.

-Creo que fue un día agotador. Gracias por el trago y me voy a la cama.- dijo ella relamiéndose para calentarlos mas aun.

-Te lo has ganado.- dijo Manguera

Caminando con dificultad, sus piernas arqueadas y un notable entumecimiento en la pelvis, Andrea siguió hasta su cuarto y arrojándose sobre el colchón quedó profundamente dormida. Pese a la pesadilla que había vivido desde que estaba ahí, una sonrisa acompañaba su dulce sueño.