La POPU (1)
La POPU, o "La Popular" es una tradicion en el futbol Argentino. En este relato, una muchacha va con su novio a la cancha. Comete un error y paga caro las consecuencias.
La Popu
(por Mr JOPI)
Relato de ficción. Contiene escenas de violencia y de abuso sexual. Si no le gusta esa temática NO SIGA LEYENDO.
Andrea y Laura se conocían desde muy chicas. Siempre habían sido muy amigas y el noviazgo de Laura no iba a impedir que se siguieran viendo. Desde la escuela secundaria siempre habían compartido sus secretos más íntimos, nunca se ocultaban nada. Esos últimos días Andrea veía a Laura con una cara de alegría que hablaba a voces lo bien que se llevaba con su novio Martín. Desde hacia tiempo que no la veía tan contenta y optimista. Andrea sin embargo dudaba de la relación... ¿o serían sus celos?
-¿Cómo anda Martín?- Le preguntó Andrea
-Bien ... nos llevamos re-bien. El lunes cumplimos 6 meses.-
-¡Que bien!... ¿Y...?-
-Es un divino... me cuida, me mima, me lleva a todos lados...-
-Son todos iguales...- decía despectivamente Andrea
-¡No...!, Te juro que no, él es distinto... Me cuida muchísimo...-
-¡Andaaa..!- no me mientas
-¡En serio! Me invitó este domingo a ver River Boca y me va a llevar a la cancha.-
-Pero... ¿no es de Boca él?-
-Si... ¿y...?-
-¿Y vos no sos de River?-
-¡A muerte!- respondio Laura
-¿Y van a pasar todo el partido separados?-
-No... lo acompaño yo a la popu de Boca... siempre se puede hacer un pequeño sacrificio por la persona que uno quiere ¿no?-
-¿En la bombonera? ¿Vos estas loca?-
-No te preocupes... él me cuida.-
-No sé si se va a animar...-
-¡Pero nena...! Seguro... es capaz de agarrarse a piñas con toda la barra brava por mí-
-Esa no me la creo...-
-Estoy re segura...- decía convencidísima Laura
-Estás re-loca.-
-En serio nena.-
-Te apuesto a que no te animas a gritar un gol de River en la popu de Boca.-
-¡Mira que sos guacha ehhh....! Pero no importa... yo te apuesto a que si, que me animo... porque el me defiende.-
-¿Que apostás?- Pregunto Andrea
-Te apuesto el ultimo CD que me compré.-
-Eso... y si yo pierdo te compro uno nuevo...-
-¡Hecho!-
Las dos amigas charlaron un rato mas y se despidieron, cada una pensando lo fácil que le iba a ser ganarle a la otra. La semana pasó rapidísimo, entre exámenes y libros. Justo esa semana Laura tenía exámenes parciales de Química y de Matemática. Metida en sus estudios ni se acordó del partido. El viernes, Martín la llamó a Laura y arreglaron para salir el sábado.
Laura, con sus 18 años era una muchacha muy coqueta. Le encantaba vestirse bien e impresionar a su novio. A Martín también le gustaba que ella se vistiese bien, y la llevaba a lugares caros. Martín la pasó a buscar con la camioneta de su padre (una van que durante el día servía para la reparación de aire acondicionados). Impecablemente limpio lo estacionó en la puerta de la casa de Laura y tocó el timbre.
La madre de Laura era una persona muy amable y moderna. Nunca le hizo problemas a su hija con los novios, y ella tampoco le dio muchos motivos para hacerlo. Sonriendo le abrió la puerta a Martín
-¡Pasa... pasa, Laura ya viene!. Esta terminando de arreglarse... vos sabes como somos las mujeres.- dijo ella
-No hay problema señora... la espero-
Un rato, y un café después, Laura bajaba por las escaleras desde su habitación luciendo radiante. Martín se paró y fue a recibirla. Un abrazo y un dulce beso en la boca hicieron que Martín sintiera una erección que tuvo miedo se notara en su pantalón. El aroma de su perfume, la suavidad de su piel... todo jugaba en su contra. Tratando de poner su mente en otra cosa le dijo:
-¿Estas lista?-
-Si, mi amor... Espera que busco algo que me olvide de poner en la cartera y ya nos vamos.-
Esa noche salieron a comer y Laura estrenó un vestido rojo que se ajustaba a su cuidada cintura y le llegaba apenas a cubrir sus muslos. Cuando caminaban por la calle era inevitable que los hombres se dieran vuelta con disimulo para mirarla. Laura lo sabía y muy dentro de ella le gustaba. El se sentía orgulloso de la muchacha que lo acompañaba y aunque sabia que todos miraban su figura no le preocupaba, Laura era una muchacha fiel y jamas la engañaría con otro. Sus piernas eran un espectáculo que no podría evitar la atención de nadie.
-¿Y como te fue con los exámenes?- preguntó Martín
-Supongo que bien... todavía no estoy segura.- le respondió Laura
-¿Cómo que no estas segura? ¡Seguro que te fue bien!.-
-Si vos lo decís...-
-Bueno... mañana gana Boca y salimos a festejar las dos cosas. ¿Si? -
-Ni de casualidad... mañana gana River Martín.-
-Bueno, no vamos a empezar a discutir otra vez por esta pavada... ¿no?-
-Estoy de acuerdo, que gane el mejor.- dijo Laura
-Y después festejamos gane quien gane ¿no?- propuso Martín
-¡Dale!.- aceptó ella
-¿Tenés las entradas?- agregó
-¡Seguro! Mañana a las 2 de la tarde estamos allá- aseguró Martín
-¿Fuiste a la cancha alguna vez?- le preguntó él
-Si, pero hace como 4 años, con mi primo, pero desde que se fue a vivir a España no tuve quien me lleve-
-No te preocupes mi amor, yo te voy a llevar.-
-¿Y me vas a cuidar?- pregunto mimosa Laura
-Seguro mi amor-
Esa noche volvieron temprano y a eso de las 12 y media se estaban despidiendo en la puerta de la case de Laura. Un par de besos por parte de él y unas escapadas por parte de ella y Martín se subió a su auto mientras Laura abría la puerta. En cuanto entró a su casa se dirigió al dormitorio de su madre para avisarle que había llegado bien
-¡Ya llegue Ma!.-
-¿Todo bien?- le preguntó ella curiosa pero tratando de no incomodarla
-Todo bien Ma... mañana voy a ver el partido con Martín.-
-Muy bien... cuidate.-
-Si Ma....¿que me va a pasar en un partido de fútbol?-
-Ya se nena... yo digo por si acaso.-
-Está bien Ma, quédate tranquila... hasta mañana.-
-Hasta mañana cielo... que duermas bien.-
La madre de Laura era muy temerosa de lo que pudiera pasarle a su hija. Desde la muerte de su marido hacia 5 años en un accidente de tránsito estaba muy sensible. Sin embargo había algo en Martín que la tranquilizaba. Sabia que en el podría confiar. Sin preocuparse esa noche durmió tranquila.
A la mañana siguiente el día amaneció espléndido. El sol calentaba fuerte y no había nubes en el cielo. El día se preveía caluroso. Cansada por haberse acostado tarde, Laura se levantó a las 11:30. Alarmada miró el reloj y se apuró a bañarse y vestirse. En poco menos de dos horas pasaría Martín y ella ni siquiera había desayunado. Apurada desayunó un café con leche y se metió en el baño a ducharse. A las apuradas sacó la ropa de su placard y la dejó al costado para vestirse luego.
A eso de las 13:00 sonó el timbre de la puerta. Laura se apuró aun más y terminó de secarse. Inmediatamente y casi en forma automática se roció el perfume predilecto de Martín por todo el cuerpo y comenzó a vestirse. Un par de jeans con agujeros y una blusa blanca fue lo que tenía a mano y se lo puso encima. La blusa era del tipo torerita, media corta dejando entrever su ombligo sobre su blanco abdomen. Rápidamente se maquilló lo mejor que pudo y salió del baño para no hacer esperar a su novio.
-¿que tal estoy?- le preguntó con su típica sonrisa de adolescente
-Espectacular como siempre mi amor.-
-Nena... no te olvides la cartera...- le recordó su madre acercándosela
-Gracias Ma.-
-A eso de las 6 estamos de vuelta, señora.- le aclaro Martín
-No se preocupen, vayan y disfruten.-
-Chau ma...- dijo Laura dándole un beso a su madre
-Cuidate hija...- le respondió la madre
-Siiii maaaa....- respondió Laura cansada de la sobreprotección de su madre, sobre todo enfrente de su novio.