La POPU (09)

La recien llegada es el objeto de la atención de todos. Lentamente la dominación y la esclavitud sexual van entrando en las vidas de Laura y Claudia.

POPU IX

"Entrenando a Andrea"

Durante todo el día Andrea, Laura y Claudia fueron violadas y sodomizadas aun mas allá de lo que sus cuerpos resistieran. Ya entrada la madrugada no quedaba ningún hombre con ganas de tener sexo en la sala por lo que finalmente las luces se encendieron y todos fueron saliendo así como habían entrado. Sobre el escenario, doloridas y exhaustas las tres mujeres no podían moverse del cansancio, Sus cuerpos impregnados de transpiración y semen acumulado apestaban del olor a sexo. Sin embargo, lo que mas les preocupaba a ellas era sus enrojecidas vaginas y anos que aun no terminaban de cerrarse y parecían haber quedado arruinados para siempre. Aun goteando el esperma en su interior, los orificios estaban tan abiertos que tranquilamente podían meter sus dedos dentro de ellos sin tocarlos.

Al rato un par de hombres ayudó a incorporarse a Laura, otros ayudaron a Claudia. Otros dos hombres intentaban que Andrea se incorporara, pero su estado lamentable no la ayudaba. Finalmente la tomaron de pies y brazos y la llevaron colgando hasta su cama.

Las tres mujeres solo apoyaron la cabeza sobre las almohadas e inmediatamente quedaron dormidas. Andrea sin embargo parecía no poder evitar las pesadillas que durante toda la noche le recordaron los inmensos penes perforándola y abriéndola en dos.

A la mañana siguiente Laura y Claudia se despertaron y fueron directamente a la ducha para sacarse de encima el reseco semen que se había pegado a su piel. Claudia, que se despertó una hora mas tarde no conocía el lugar hasta que finalmente y casi arrastrándose llegó a la ducha. Por debajo de la puerta, como todos los días les pasaron a las tres sus escasas galletas y la jarra de semen de la mañana.

Salió de la ducha aun mojada y se secó con la andrajosa toalla que había en el pequeño baño. Cuando Andrea volvió a su cama encontró la ración que habían dejado bajo su puerta. Durante los primeros minutos intentó rebelarse contra la humillación de su cuerpo y pensó que prefería morir de hambre a continuar como objeto de sexo de hombres desconocidos. Su estomago gruñía por el prolongado ayuno y el gran gasto de energía de la noche anterior. A cada rato no podía evitar una mirada a las 5 galletas que habían dejado en la bandeja. Finalmente su hambre pudo más y pensando que solo unas galletas no le harían daño a su hambre las tomó y las comió con desesperación. Eran realmente sabrosas , particularmente saladas, y pronto las 5 desaparecieron del plato. Una sed ardiente comenzó a crecer en su boca y pronto comenzó a mirar el vaso y la pequeña jarra con leche con deseo. La sed creció y pronto Andrea se estaba sirviendo un abundante vaso del liquido. La consistencia del liquido le extrañó al principio pero no le dio importancia y llevando la copa a la boca bebió un buen trago. Su cara se contorsionó en una mueca de asco. Su lengua trataba de interpretar el extraño sabor de ese liquido blanco. Sin estar del todo segura Andrea llevó otro sorbo a sus labios en un largo buche tratando de interpretar el extraño sabor. De repente, como un rayo, una imagen cruzó su mente y comprendió el perverso contenido de la jarra. Su boca repleta de inmundo semen estaba a punto de hacer arcadas del asco. Andrea corrió hacia el baño y escupió el contenido en el lavabo. Rápidamente abrió la canilla para enjuagar su boca, pero el agua no salió. Una carcajada resonaba en el ambiente, mientras el liquido brillaba en sus rojos labios y formaba pequeños hilos dentro de su boca. Antes que pudiera reaccionar, un par de hombres habían entrado en la habitación y la arrastraban hacia afuera. Apenas con fuerza para resistirse Andrea no fue rival para los dos musculosos hombres y pronto terminó esposada a una cama con resortes de acero solo en la ropa interior que había llegado a colocarse luego del baño.

-Buenos días señorita Andrea.- la saludó Manguera

Andrea incorporó su cabeza y pudo ver la perversa cara de quien la había raptado y humillado y su cuerpo sintió nuevamente el temor a lo que estuviera por suceder. Sus manos y rodillas comenzaron a temblar y por un momento deseo que al menos su amiga estuviera allí. Casi como un deseo cumplido su amiga y su madre entraron por una puerta lateral.

-¡¡Bien!!, Parece que ya estamos todos- dijo Manguera

Laura y su madre miraban hacia el piso. Vestidas en una brillante tela roja se mantenían firmemente paradas a dos pasos de Manguera.

  • Ahora te vamos a mostrar algunas lecciones de comportamiento. Como verás tus amiguitas vinieron acá solas y obedecerán cualquier cosa que les pida.-

-Claudia, vení acá y arrodillate entre mis piernas.- agregó

Sin ninguna duda en su rostro Claudia avanzó hacia el y se arrodilló entre sus piernas.

-Ahora, Claudia... Quiero la mejor chupada de la historia...- ordenó

Claudia le bajó el elástico de el jogging y con su mano derecha sacó el inmenso y oscuro miembro del hombre de entre su ropa. Aun flácido el pedazo de carne no medía menos de 20cms. Tomándolo con repulsión, sus manos lo dirigieron hacia la boca y Claudia comenzó a sorberlo con una dedicación única. Andrea no podía creer lo que veían sus ojos, pero estaba ocurriendo delante de ella.

-Supongo que creerás que es muy fácil lo que hago con Claudia... esta bien. Vamos a probar algo mas complicado.-

-Laura, vas a ser torturada. Se buena y sentate en esa silla.-

Tampoco hubo señas de duda en la cara de Laura. Aun sabiendo que sería torturada, la muchacha se sentó en la silla y se dejó amarrar por las correas de cuero sosteniéndole la espalda, muñecas, brazos, muslos y tobillos. Cuando terminaron, aun si Laura lo hubiera deseado no hubiera podido moverse. Con su rostro impasible Laura fue abierta de piernas desde el control remoto en manos de Manguera. Un pene artificial de enormes proporciones se asomó a la altura de su pelvis y comenzó a subir rápidamente hasta tocar los labios de la vagina de Laura. Los ojos de Laura se crisparon cuando el brillante pene de goma ingresaba dentro de ella.

-¿Te duele Laura? - preguntó sádicamente Manguera

-Si- respondió secamente Laura

-¿Lo aguantarás por mi?-

-Si maestro.-

-Si lo aguantás 10 minutos te prometo un buen orgasmo.-

-Gracias maestro.-

Andrea estaba desconsolada por la sumisión que veía en sus amigas. Los ruidos inconfundibles de la intensa succión de Claudia y el rostro angustiado de Laura.

-¡Uhhhh... ayyyyy.... es muy grande...!- gemía Laura

-Si no aguantas mas solo tenés que pedirme y paramos Laura.-

-No maestro. Quiero seguir.-

Mirando a Andrea, Manguera hizo un par de señas y una docena de hombres aparecieron inmediatamente.

-Así es la cosa Andrea. Ahora te toca a vos. Tu orden será satisfacer a estos 12 hombres. Por ahora te doy a elegir ¿como querés hacerlo? ¿con la boca o con tu sexo?-

Andrea perdió la ultima esperanza en ese momento. Su mente se debatía entre la humillación y la supervivencia. Sabia perfectamente que si algo resultaba mal iban a torturarla, pero miraba a su amiga laura empalada por un pene de 30cms dentro de ella y con su sexo abierto otros 5cms y pensaba que quizás eso algún día le tocara a ella.

-No quiero... por favor no...- lloró Andrea

-Igual lo vas a hacer nena, por las buenas o por las malas. Vos decidís.-

-Que sea en la boca.- dijo llorando Andrea casi arrepintiéndose de sus propias palabras

Los hombres soltaron las muñecas y brazos de Andrea y se acercaron alrededor de ella con sus miembros en sus manos. El primero se acercó a la cara de ella con su miembro desnudo y lo dejó a escasos centímetros de sus labios.

-Tomalo con la mano y metelo en tu boca-

Con muchísimo asco, pero mayor temor Andrea tomó el pene y abriendo tímidamente su boca lo introdujo dentro de ella. El desagradable sabor y la extraña presencia sobre su lengua la sobresaltaron.

-Ahora suavemente comienza a chupar muchacha.- indicó el hombre

La muchacha hizo oídos sordos a la orden y continuó sin hacer otra cosa que sostenerlo en su boca. Una fuerte bofetada sobre sus pechos desnudos le hizo volver a la realidad. Casi sin pensarlo la muchacha comenzó a sorber suavemente el pene del joven.

-¡Bien! Ahora mueve tu lengua sobre mi pene acariciándolo.-

Con asco en su rostro Andrea comenzó a masajear el pene con su lengua, y sintió como este crecía en su boca.

-Ahora niña, la lección final. Voy a eyacular en tu caliente boca, pero bajo ningún motivo dejarás de sorber el pene o lamerlo. Si quieres puedes quedarte el semen en la boca un rato o tragarlo directamente, pero que no se te ocurra escupirlo.-

Las manos de Andrea apoyadas sobre la velluda pelvis del hombre temblaban y traspiraban de nervios. Si bien anoche ya había sorbido un par de penes, el hecho de estar haciéndolo concientemente y cuidando los detalles la humillaba mas aun. Pronto la eyaculación fue inevitable y un río de semen invadió su boca. Andrea, si bien continuaba chupando se resistía a tragar el viscoso y caliente fluido.

-Eso es putita... sigue chupando y lamiendo.... te sacaré buena mamadora de vergas...-

Cuando el hombre terminó. Andrea aun tenía su buche lleno de semen. El hombre sacó su enrojecido miembro y apretó las comisuras de la boca de la muchacha haciéndole abrir los labios.

-Tienes todo en el buche niña... tragalo ahora mismo-

Andrea se resistía a tragar la gran cantidad de esperma en su boca. De solo pensarlo le daba asco, pero cuando el hombre le apretó debajo de su mandíbula no le quedó otra alternativa que tragar. El viscoso liquido bajaba lentamente por su garganta dejándola pegajosa a su paso.

-¡Muy bien Andrea! Ya terminaste con el primero, solo te faltan once mas.- comentó Manguera

-¿Porque me hacen esto a mi?- lloriqueó Andrea

-Porque de ahora en mas, este será tu trabajo. Solo queremos que te acostumbres a tu nueva vida.-

El siguiente hombre se acercó con su pene erecto delante de la cara de la muchacha.

-Ahora te toca hacerlo a vos solita. Cuanto antes aprendas, menos vas a tener que practicar ¿entendés linda?-

Andrea asintió tímidamente con la cabeza y sumisamente abrió su boca envolviendo la punta del miembro. Inmediatamente comenzó a sorberlo y lamerlo con dedicación mientras el muchacho apoyaba su mano sobre su cabeza siguiendo el rítmico ir y venir de sus labios. Tan bien le hizo la mamada que el muchacho tardó menos de 3 minutos en acabar en su lengua. Nuevamente Andrea tragó el liquido, y abrió la boca mostrándola nuevamente.

-Vas aprendiendo bien nena. Ahora vamos a hacerlo mas interesante.-

Con los ojos abiertos de par en par Andrea vio delante de ella un hombre con un pene sumamente largo. Media al menos unos 30 cms. Sin dejarse impresionar abrió la boca y lo engulló. Comenzó a lamerlo y chuparlo también, pero esta vez su boca no pasaba de la mitad del miembro.

-Ahora te vamos a enseñar la técnica de "garganta profunda".-

Andrea abrió sus ojos con sorpresa, quería protestar, pero no se animaba. Solo podía mirar hacia arriba con ojos de miedo.

  • El asunto es meter todo esto que sobra dentro de tu garganta. No te preocupes, no duele, pero eso si... tenés que relajarte y aguantar la respiración lo mas que puedas.-

El muchacho comenzó a masajearle el cuello a Andrea que trataba difícilmente de relajarse. Finalmente, y a la cuenta de 3, el muchacho tomó su cabeza y la empujó hacia su pelvis presionando su pene contra la garganta de la mujer. Lentamente la garganta de Andrea fue cediendo y el miembro se metió mas y mas adentro hasta tocar con su nariz el vello de su pubis.

-Eso es nena... así se hace... suave...-

El muchacho iba y venía con el pene en su garganta pero sin sacarlo aun. Finalmente después de un minuto y medio lo sacó. Andrea tosía con sus ojos enrojecidos del esfuerzo.

-Tenés que relajarte mas... sino te vas a cansar enseguida- le indicó el muchacho

La segunda vez que el miembro atravesó su garganta Andrea ya no estaba desprevenida. Tratando de controlarse abrió su garganta y esta vez sintió como la carne se metía en su garganta, pero no la lastimaba. Con calma prestó atención a la sensación y pudo sentir cada vena del miembro deslizarse dentro de ella.

-Eso esta mejor, no es difícil. ¿no?-

Andrea miró hacia arriba con temor y vio la cara de felicidad del muchacho. La mano le recorría su cabello acariciando su cabeza. Por un momento Andrea olvidó donde estaba y hasta imaginó que el muchacho la quería. Muy pronto volvió a la realidad y sintió como el pene comenzaba a temblar y eyaculaba, esta vez mas allá de su garganta. Con una rara sensación desconocida hasta entonces por ella sintió el fuerte chorro de semen impactar contra su traquea y deslizarse cálido y viscoso por el interior de su cuerpo.

El muchacho acabó rápidamente y quitando su pene de la boca fue reemplazado por el siguiente. Una hora y media después Andrea, con su cara brillante de semen terminaba de sorber la punta del enrojecido pene del ultimo hombre. Disimuladamente, como quien no tiene la intención de mirar, Andrea observaba a Manguera mientras abusaba de Laura por su ano. Sin embargo, Andrea no podía asegurar si Laura gritaba por dolor o por placer.

-¡Bien Andrea! Supongo que te mereces un descanso.-

-Gracias- respondió Andrea sin saber que contestar

Sin desatarla, Andrea pudo descansar durante cinco minutos antes que Manguera le avisara que la segunda parte estaba por comenzar

-Vamos holgazana, a volver a trabajar.-

-Acá estoy. No te preocupes, así como me tienen no puedo irme muy lejos.-

-Suéltenla.- ordenó Manguera

Andrea se incorporó y miró a su alrededor. Otra docena de hombres la rodeaba. Aun si hubiera podido correr no hubiera sabido donde ir. Con su brazo limpió su boca de los restos de semen que chorreaban por sus labios y comisuras y preguntó.

-¿Ahora que?-

-Ahora viene la parte mas interesante.-

Uno de los muchachos se quitó el característico pantalón de jogging con que todos vestían, y se acostó boca arriba en el piso.

-Ya te imaginaras que hacer.- comentó Manguera

Andrea, casi automáticamente se arrodilló entre sus piernas y comenzó a sorberle el miembro. El pene crecía en tamaño y cada vez se ponía mas tieso mirando al techo.

-Bueno, ya basta de eso. Ahora quiero que te agaches sobre el y te lo metas entre tus piernas, dentro de tu sexo.-

La muchacha miró a Manguera sin poder creer lo que le pedían. Miró alrededor suyo y vio los doce hombres y sus caras sonrientes mirando su cuerpo desnudo. No tenía sentido resistirse, solo le acarrearía dolor y no cambiaría su situación. Con su cara roja de vergüenza Andrea dio unos pasos con las piernas a ambos lados del hombre. A la altura de su pecho miró hacia abajo y miró hacia los costados.

-Eso es muñeca, ahora baja sobre el, no te va a doler.-

Andrea cerró los ojos y comenzó a ponerse en cuclillas. Muy lentamente bajó su pelvis hasta sentir el tibio contacto del pene con sus muslos. Con los ojos aun cerrados sintió como el hombre acomodaba su verga en la entrada de su vagina. Por casi un minuto se mantuvo en esa posición mientras Manguera acariciaba su cabeza con una ligera presión hacia abajo. Muy pronto sus piernas no pudieron mas, sus rodillas flaquearon y su peso se apoyó sobre el duro miembro del hombre. La sensación le hizo perder la poca fuerza que le quedaba, el miembro acariciaba muy suave y sensualmente sus labios y su clítoris y eso la aflojaba como nunca hubiera supuesto. De repente Andrea pudo sentir como el pene se iba metiendo, penetrándola suave y lentamente. Pronto su cuerpo se rindió y su pelvis tocando con la del muchacho le recordaron que los 20cms. de carne estaban muy dentro de su parte mas intima. ¿Pero...la estaban penetrando o era ella sola la que lo hacía?

-¡¡¡¡Uhhhh....!!!- gimió Andrea

-Muy bien nena, ahora vas a subir y bajar como si fuera un caballito.-

-¡¡¡¡Uhhhh....Uhhhh....!!!-

Andrea sentía el pene que la llenaba por completo, y su mente confundida se debatía entre la humillación y el placer físico. No podía negarlo, su cuerpo se estremecía y vibraba con un placer que nunca antes había sentido. Su sexo se derretía con cada penetración gozando de la dureza y tamaño del miembro que estaba montando. Con sus jóvenes ojos entrecerrados Andrea trataba de bloquear su mente y ahogaba sus expresiones mordiéndose el labio inferior.

Una mano acarició dulcemente su mejilla y el dedo de Manguera recorrió el labio.

-¿Te gusta ...? - le murmuró al oído

La muchacha abrió los ojos tratando de mantener su cara impasible y no demostrar ninguna emoción, pero las caricias de Manguera en sus caderas y el movimiento de su propio cuerpo casi la hacen perder el control

-No te reprimas Andrea, es normal que te guste. Queremos escucharte ...-

-No, por favor... basta...- pedía Andrea perdiendo el control

La mano de Manguera se apoyó sobre la rodilla de Andrea y lentamente fue recorriendo su tenso muslo hasta llegar a su pubis. Con una habilidad de experto Manguera empezó a jugar con el clítoris de Andrea. En cuanto lo tocó por primera vez Andrea arqueó su espalda y sus jóvenes labios por primera vez gimieron de placer. Ya no recordaba donde estaba ni lo que estaba haciendo, y pronto una oleada de placer la invadió como nunca en un orgasmo memorable. El primer orgasmo completo de su vida.

Abrazándose a Manguera, Andrea gemía y lloraba mientras cabalgaba salvajemente al miembro debajo de ella. Pronto el hombre que la penetraba eyaculó y ella sintió como su placer se triplicaba llevándola al limbo.

Jamás Andrea había sentido esa sensación en su vida. Fue su primer orgasmo completo y por un momento la tomó tan de sorpresa que su mente vagaba obnubilada por el placer. Tan perdida estaba que no se dio cuenta que dos hombres la tomaban de los brazos y la alzaban mientras el hombre debajo de ella era reemplazado rápidamente por otro. Cuando la bajaron, su cuerpo estaba colocado en perfecta posición sobre el rígido miembro erecto bajo su vientre. Con su sexo lubricado por el reciente orgasmo y la copiosa eyaculación recibida, la penetración solo duró segundos. Cuando la muchacha abrió los ojos ya podía sentir los testículos del hombre pegar contra sus nalgas.

-No, esperen... déjenme descansar un poco...- pidió Andrea

-No, no podes descansar dulce. No hasta que te acostumbres un poco a la rutina.-

Andrea abrió la boca para contestar, pero sus palabras quedaron en su garganta. Sorprendida nuevamente sintió nuevamente en su sexo las mismas sensaciones que habían acompañado su anterior orgasmo. El dulce ardor sexual de su vagina, apenas perceptible pero inconfundible, que iba creciendo a medida que ella se movía sobre el hombre.

-Uhhhh... no puede ser.... otra vez...-

  • Te gusta ¿no es cierto linda?- le preguntó manguera

Con su cara roja de vergüenza Andrea no contestaba, solo se tomaba de las rodillas intentando controlar sus manos y comenzando a menearse de arriba hacia abajo. Con su boca cerrada y sus labios apretados aun se podían escuchar los gemidos de la joven en estado de descontrol total.

Tres minutos después, Andrea cabalgaba furiosamente al hombre mientras lo tomaba con ambas manos de sus nalgas forzándolo lo mas adentro de su cuerpo que podía. Su cara transfigurada mostraba el esfuerzo que el placer le costaba al intentar contenerlo. Por fin, el hombre debajo de ella llegó al orgasmo y en cuanto eyaculó dentro de ella, Andrea gritó como nunca antes lo había hecho. Con sus manos presionando los testículos del muchacho, se enterró en el miembro mientras su cuerpo temblaba y traspiraba copiosamente dándole un brillo especial.

-Eso se llama "segundo orgasmo" Andrea- le explicó manguera

-Basta... por favor- pedía Andrea

-Lo máximo que vimos llegar fue a un quinto orgasmo, pero vamos a ver a cuantos llegas vos antes de desmayarte.-

-¡No! ¡Por favor!-

-No te va a hacer mal, solo queremos conocer cuanto podes aguantar antes del cansancio total.-

La siguiente protesta de Andrea ya fue sobre el tercer pene de su maratón. Los labios de la muchacha comenzaron nuevamente a temblar y también lo hacían sus rodillas. Casi no podía sostenerse sobre el muchacho. Rápidamente el muchacho la abrazó y dio la vuelta dejándola a ella de espaldas contra el piso. Con energía y sin misericordia el muchacho comenzó a bombear dentro del sexo de la mujer. Andrea tomada con fuerza del colchón comenzaba otra vez a sentir la creciente sensación de placer dentro de ella. Agotada por los dos orgasmos anteriores sabía que no debía dejar que el placer la dominara o pronto sería peor que una prostituta, pero su cuerpo muy cansado y el placer que inundaba su mente hicieron imposible evitarlo.

En determinado momento, el hombre tomó los tobillos de la muchacha y levantándole las piernas, las llevó a ambos lados de su cara. Con el cuerpo en esta posición arremetió nuevamente penetrándola y Andrea sintió que todo su cuerpo temblaba de placer. Era como si de esa forma pudiera sentir aun mas el cálido roce del pene contra su vagina, como si su cuerpo apretara aun mas el miembro del muchacho. Por tercera vez Andrea llegó al orgasmo y gritó desesperada sin poder evitar sus instintos mas primitivos. Finalmente, el hombre sacó su verga de entre las piernas y se lo colocó sobre la boca. Con sus instintos mas animales encendidos Andrea abrió su boca envolviendo al miembro y succionó hasta la ultima gota de semen en su lengua.

Totalmente exhausta la muchacha yacía recostada boca arriba. Sus labios manchados de su ultima succión se entreabrían dejando pasar la agitada respiración de la joven.

-Cansada ¿no?- preguntó Manguera

Andrea solo movió levemente la cabeza. Su cuerpo le pesaba y su cabeza flotaba como en un sueño. Solo un minuto pudo descansar mientras que hablaba con Manguera. Cuando el hombre se incorporó pudo ver detrás de el a un corpulento muchacho masturbando su carne para mantener la erección. Con una sonrisa en sus labios el muchacho tomó sus tobillos con ambas manos y con suma facilidad los separó a la vez que se arrodillaba entremedio de sus piernas. Con suavidad bajó sobre ella y al tiempo que acariciaba sus pezones la penetró nuevamente. Andrea ya no se quejaba, su cansado cuerpo solo seguía sus instintos naturales mientras su castigada vagina se abría dócil una vez mas a la penetración. Ella no podía creerlo, con sus sentidos ya embotados aun podía sentir las rugosas paredes de la verga que la invadía. ¡¡Era el cuarto hombre consecutivo !! La muchacha solo era un cuerpo inmóvil bajo las violentas arremetidas del hombre.

Con sus piernas nuevamente a la altura de su rostro el hombre la sostenía con una mano mientras con la otra jugueteaba con sus endurecidos pezones. Muy a su pesar, otra sensación devastadora de estimulación sexual crecía dentro de ella. Las arremetidas cada vez mas violentas y profundas la llevaron nuevamente a la cima del placer. Un par de lagrimas corrían por las mejillas de Andrea que, ya sin ninguna fuerza, dejaba que un nuevo orgasmo la invadiera y sacudiera su cansado cuerpo. Poco le importó ya sentir el espeso y violento estallido de la primera eyaculación en su vagina. Tampoco se sobresaltó cuando se sintió llena del cálido liquido escurriéndose mas allá de la boca del útero. Solo sentía las espasmódicas contracciones de su vagina apretando y escurriendo aun mas el duro miembro en su interior, y las centellantes ondas de placer que estallaban en su columna y la hacían vibrar. Luego de eso, solo fue la oscuridad y un dulce sueño que la relajó totalmente.