La Policía
Todos amamos de manera distinta, continúan las aventuras sexuales de estas señoritas.
Estaba en camino a una reunión de trabajo, hoy había decidido ir a la oficina a pie no me queda muy lejos tal vez unos treinta minutos caminando muy lento, cuando de repente siento que pasa un hombre fuerte a mi lado me empuja y se lleva mi cartera, yo trate de seguirlo pero era muy rápido, corrí una cuadra tal vez dos cuando me siento mareada me apoye en la pared y, veo que mi brazo izquierdo esta lleno de sangre al igual que mi pierna. Unos señores que iban pasando me ayudaron a sentarme en un pequeño café que estaba a unos pocos metros, en verdad estaba bastante desorientada, entre el susto, la preocupación de las cosas que se llevaron y no saber como me había lastimado ¿con que me había cortado?.
¿Señora se encuentra bien?- Preguntó un joven apuesto arrodillado frente de mi. ¿Podemos llamar a alguien? - completo cuando no respondi.
Yo, mm (respire profundo) si, por favor debo llamar a la oficina y debo colocar la denuncia del robo, se llevaron mi maletín y mi cartera.- Respondi nerviosa aún, mis manos estaban temblando tanto que me costaba sujetar las cosas de manera firme.
¡Buenos días! Salude a la detective que habían asignado para investigar mi caso.
¡Buenos días!- Respondió con una sonrisa. ¿Me puede indicar que sucedió? trate de no obviar nada por muy tonto o inútil que le parezca. - Completó sentándose en la silla que estaba al extremo de la mesa.
Narré todos los hechos, desde que desayune hasta el momento que salí de la casa y el hombre robo de mis pertenencias, pero el susto estaba pasando factura y me sentía realmente agotada, aparte el raspón en mi rodilla y brazo estaban empezando a resultar realmente dolorosos; no eran grandes ni profundos eran raspones leves pero el susto si me tenía bastante alterada.
¿Cómo te llamas? pregunté cuando iba en la patrulla, ya había hecho la declaración y firmado, solo faltaba que ella la llevara a la delegación pero, sin embargo, por el radío había hecho un reporte.
Me llamo Jessica Duarte. Respondio cortésmente, atendiendo a una indicación que le di para llegar a la casa.
Cuando llegamos le pedi ayuda para subir, más que todo porque no quería que se fuera, era una mujer realmente sexy, un cuerpo definido, blanca, con el cabello marrón y corto por las orejas, unos ojos color café muy lindos y dulce, una sonrisa coqueta que provocaba que cuando sonreía se formarán dos hoyuelos muy tiernos en sus mejilla. “pasa siéntate en el sofá, ¿quieres café? ¿tu turno ya ha terminado no?” pregunté indicando dónde quedaba la sala.
Fui a la cocina y cuando regrese ella esta observando unas fotos en la que yo salgo con un grupo de amigas escalando una montaña, “la salida fue hace unos dos meses a una montaña en el límite de la ciudad, es un campamento de vida salvaje, fue un viaje bastante divertido para un fin de semana”. Comenté acercándome por detrás deleitándome con su perfume floral.
- Por las fotos se puede ver que fue muy divertido.- Respondio sin alejarse de mi.
- Si fue bastante divertido, puedo llevarte un fin de semana que tengas libre.- Respondi acercándome aún más a ella.
Nuestros cuerpos casi se tocaban de la poca distancia que teníamos entre nosotras, sabía que la policía era lesbiana, mi gay radar se había vuelto loco al verla, coloque mis manos sobre sus hombros y las baje lentamente por sus brazos hasta llegar a sus caderas, descansando mis manos ella me acerque con algo de miedo, (pues aún puede rechazarme ser gay no es seguridad de que yo le guste), la bese suave con algo de temor, cuando sentí que me respondía el beso me acerque aun más, el beso se fue haciendo más pasional. Ella tomó el control sujetando mis caderas sin dejar de besarme, me pego al sofá chocando nuestras caderas, ella comenzó a acariciar mi piel debajo de mi camisa negra, sus manos subían con vida propia por mi espalda quemándome con su pasión, me senté en el respaldo del sofá atrayéndola más a mi y rodeando sus caderas con mis piernas, saque la camisa de su uniforme dejándola con un sexy sujetador de encaje negro que sostenían en su lugar sus hermosos senos, duros grandes, enterré mi cara ellos, besando la piel caliente entre ellos; baje el encaje de su seno derecho y comencé a besar su seno dándole delicados besos por el borde de la aureola, notando el pezón erecto reclamando atención, le quite el sujetador por completo dejando que sus hermosos senos quedaran libres para mi, los acaricie con mis manos de forma suave, mientras yo besaba la piel debajo de ellos, notando el abdomen plano y trabajado de mi policía.
Ella me tomo por los gluteos llevándome cargada hasta la habitación donde me dejó en la cama con delicadeza, vi como se desabrochaba su cinturón y de la parte de atrás sacaba sus esposa, la vi con un poco de miedo hasta que comprendí lo que haría. Tomo mis manos y las llevó sobre mi cabeza al cabecero de la cama donde las esposó en “v” a el, luego con lentitud fue desabrochando mi camisa, hizo lo mismo con mis pantalones ajustado, saco el pantalón con cuidado dejándome en ropa interior, sentí por un momento una presa indefensa de la policía definida que tenía casi encima de mí, con una sonrisa pícara fue besando todas mis piernas desde los tobillos hasta casi llegar a mi entrepierna. “Me encantas, tu piel es tan suave”. Dijo acariciando mi piel volviendo a besarla toda, subió a mi boca y me beso, con una pasión que casí hizo que llegara, sentía su cadera embestirme suave, sentía su calor en mi centro y como el contacto de su entrepierna con mi clítoris me hacía ver estrellas.
“ Por favor” gemí cuando sentía que cortaba mi sujetador liberando mis senos duros, deseosos mis pezones erectos, estaban tan duros que me dolía el aire de su respiración en ellos, los rodeo con su lengua caliente y húmeda, gimiendo conmigo al momento de tocarme, para luego chupar y jalar hasta estirarlos tanto que se salieran de su boca, la línea del dolor y el placer apenas dibujada no en mí no me permitía saber si me dolía o si por el contrario su lengua y su boca me daban tanto placer que me dolía. Sentí como sonrió ante mi reacción “¿te gusta duro no nena?” se alejó para ver mi cara y yo solo podía gemir, sentía que mi cuerpo no me pertenecía, solo quería que me poseyera y me hiciera acabar, me estaba quemando, sentir su piel me quemaba. “Si quieres que pare puedes decir rojo de lo contrario no pararé” volvió a besarme esta vez mordiendo mi labio inferior un poco más fuerte, sentí como mi sexo se contrajo humedeciendose aún más si era posible.
Corto mi panty haciéndome un poco de daño pero me dio placer, me estaba volviendo loca, me gustaba que esta mujer me hiciera daño, me tomará así como si fuera su juguete. “ya vengo” dijo dandome un beso largo en mi coño, pasando su lengua a lo largo de toda mi húmeda, haciendo un poco de presión en mi clítoris; inmediatamente yo levante mis caderas para alargar el contacto pero ella al igual que hace unos minutos sonrió de medio lado y salió de la habitación. Cuando regresó venía con varias cosas en las manos, dejó todo en la mesa de noche a mi lado y se quitó el pantalón, dejándome ver su panty de encaje negro a juego con su sujetador; sentí como mi garganta se secó y todo mi cuerpo vibró de excitación de ver a esa mujer así con mirada felina y aire electrizante parada justo a lado de mi cama. Sonriendome de forma coqueta tomo un cubo de hielo de un envase, se lo metió en la boca y recorrió mi abdomen haciendo figuras sin sentido en él con el hielo, subió con el hielo hasta mis senos dibujandolos, bordeandolos hasta que llegó a mi pezón duro y erecto,”ahh” gemí de nuevo sintiendo su boca fría en contraste con mi piel hirviente. Su mano bajó hasta mi entrepierna acariciando mis labios mayores, “me encanta como te pone un poco de mano dura” susurró en mi oído besándolo mientras dos de sus dedos entraban en mí, sentí como me llenó por completo con sus dedos largos y fuertes. “No puedes llegar hasta que no te lo indique” volvió a susurrar en mi oído mordiendo mi cuello _ me quedará marca mañana _ me dije.
Volvió a dejar un camino de besos por mis senos y mi abdomen hasta llegar a mi mojada entrepierna, sentía pena de que me viera así de mojada, pero al sentir sus labios tocándome ahí, Dios, que placer, era indescriptible; se metió entre mis piernas, y su lengua me recorrió toda, sentía como sin control su lengua subía, bajaba y volvía a subir por mi sensible clítoris. “vamos nena abre las piernas para mí” me ordenó; abrí mis piernas y sentí como dos de sus dedos entraron en mi lentamente, abriéndome a su paso nuevamente. “ahh” gemí sin control. Cada vez me penetraba más rápido, más duro, hasta que sentí como el orgasmo se iba formando en mi interior con fuerza, urgido, sabía que este orgasmo sería fuerte; “vamos nena regalamelo” y así fue, un orgasmo, que hizo que vieras estrellas, que todo mi cuerpo temblara, que todas mis terminaciones nerviosas sufrieran pequeños electroshock haciendo aún más largo el orgasmo.
Me quedé unos segundos o tal vez unos minutos quieta, sintiendo como mi cuerpo se iba recuperando y como ella me iba besando con delicadeza cada poro de mi piel; cuando sentí que estaba recuperada, que mi corazón no sufriría un infarto abrí los ojos, sorprendiendola observándome dulcemente mientras con la punta de sus dedos hacia figura en mi abdomen.
Ella gateo sobre mi de una manera muy sexy haciendo que mi cuerpo volviera a sentir la llama de la pasión de forma instantánea, “ven sube” dije con una sonrisa en mis labios; ella también sonrió sabiendo lo que quería de ella, con cuidado se puso en posición para cabalgar mi boca, tomó mi cabello con su mano derecha para dirigir el ritmo, saque mi lengua un poco para saborearla, la bese con cuidado, hasta que dejo que el contacto fuera pleno, permitiéndome introducir mi lengua en su interior, saboreandola, deleitándome con el vaivén vertiginoso de sus caderas, sentía como sus piernas empezaban a temblar, como su abdomen se contraía, levante mi vista para observarla acariciarse su seno derecho con su mano izquierda, su cabeza tirada atrás, gimiendo, para finalmente convulsionar en mi boca. Se dejó caer a un lado de la cama escondiendo su rostro en mi cuello, mientras daba dulce besos a mi cuello “debemos dejar de armar estas fantasías así, un día de estos me darás un infarto”- comentó preocupada.
- Lo siento nena fue sin querer, pero, sé que te ha gustado, prometo para la próxima no involucrar tanta gente.- Respondí robandole un beso.
- Ven bella te desataré, para darnos una rica ducha.- comentó desatándome.
- ¿Podemos esperar unos minutos? no creo que mis piernas me aguanten. sonreí un poco extenuada.
Nos dormimos un rato, cuando despertamos ya el sol se había escondido, la desperté con un beso dulce en los labios, “vamos a bañarnos mi Cristina grey” le dije sonriendo plenamente feliz de tener a la mujer que amo a mi lado.