La playa nudista [parte 1]

Un chico y su hermana no encuentran lugar en la playa cercana y terminan en otra un poco más liberal.

Capítulo I

Mi nombre es Lucas, tengo 18 años, soy un chico digamos... normal. Ojos marrones, cabello castaño, 1,65, en fin.... Normal. Esto que les voy a contar ocurrió el verano pasado, más precisamente en las vacaciones.

Hacía bastante tiempo que mi familia no salía a veranear. Los últimos 2 años digamos que... no me fue muy bien en el colegio, y dado que mis padres no pueden elegir las fechas para sus vacaciones, mi necesidad de rendir exámenes en febrero y sus tiempos hacían imposible que salgamos. Por ese motivo, fue una grata sorpresa cuando mis padres en navidad nos dijeron a mi hermana y a mí que tenían una sorpresa para darnos: En Febrero nos llevarían a la costa, como premio por haber terminado yo el colegio (debo reconocer que ese último año me inspiré y, si bien me llevé geografía y matemáticas a Diciembre, aprobé todo en ese turno de exámenes) y a mi hermana por haber logrado aprobar el examen de ingreso a la universidad.

Y dicho esto, debo contarles acerca del resto de mi familia: Mis padres son empleados bancarios, aunque trabajan en distintos establecimientos. Cada vez que cuentan esto, la primera pregunta que les hace quien no los conoce es si se conocieron en el banco, a lo que mi padre siempre contesta a modo de broma que “si, pero en el de la plaza”. Mi madre está un poco cansada de este chiste pero supongo que lo tolera. Es que en verdad se conocieron en una plaza, aunque creo que no precisamente en un banco. Como ambos trabajaban relativamente cerca, se cruzaban a la hora del almuerzo y... bueno, supongo que se dio, jaja. El tiene 43 y ella 39, son relativamente jóvenes...

En cuanto a mi hermana, la pesada en cuestión se llama Magalí, aunque le decimos Maga o Magui. Tiene 2 años más que yo y está estudiando medicina. Empezando la carrera más bien. Si bien nos llevamos bien, la relación tampoco es que se pueda decir que es la gran cosa, hay días en que casi ni nos hablamos a pesar de vivir en la misma casa, y se refiere a mí como “mocoso”. Nunca supe por qué, debe ser porque soy menor que ella, qué se yo. Sumado a esto, debo decir que por momentos es increíblemente caprichosa, por ejemplo una vez salimos con mi familia al cine y ella quería ver una película que no le gustaba a nadie, insistió tanto que al final terminó yendo a verla sola mientras los demás nos fuimos a ver la que queríamos... En fin, Ella es así.

En fin, los que conocen la costa argentina, saben que los meses de Enero y Febrero explota de gente, y que es difícil encontrar lugar para sentarse a veces. Precisamente eso nos pasó el primer día que fuimos: llegamos alrededor de las 11.00 y ya estaba todo ocupado. No nos tuvimos que volver y afortunadamente pudimos colocar la sombrilla, pero la verdad que no lo pasamos muy bien. Todos nos comprometimos a volver más temprano al día siguiente. No obstante, ese primer día pude ver nuevamente, después de muchos años, el cuerpo de mi hermana. No malinterpreten eh, no es que quisiese verlo, que la espiase ni nada por el estilo, pero era habitual que ella anduviese con remeras o musculosas por la casa y verla de golpe en bikini fue un tanto shockeante. Ese día se había ido a la playa de short de jean y una remera amarilla, de esas que tienen un dibujo en el frente, no recuerdo de que era. Una vez que hubimos encontrado un pequeño lugar y acomodado nuestras cosas, mi madre dijo que quería ir a meterse en el mar de nuevo y le preguntó si la acompañaba, a lo que ella dijo que si, pero que primero debía sacarse la ropa.

Yo estaba en otra cosa, mirando la gente, rememorando la última vez que había estado allí... cuando de repente la vi como no la había visto antes: Maga mide 1,58 (es un poquito más baja que yo), tiene cabello castaño y ojos color miel. Cara aniñada, lo que complementa con pecas, que la hacen parecer incluso menor de lo que es. Cuando se cruzó delante mío mientras esperaba a que mi mamá se cambie, debí hacer un esfuerzo enorme para no mirarla como lo que realmente era: una mujer. Cuándo había crecido tanto? Se suponía que yo era el menor! Tenía una malla roja, verde y amarilla y corpiño a juego. Si bien sus tetas no eran muy grandes, eran... Uf, estoy hablando de mi hermana, pero debo decirlo, eran preciosas... En cuanto a su cuerpo, si soy honesto estaba bastante... Cuidada. No era muy flaquita (tenía ese pequeño indicio de rollitos que a algunas chicas se les hace llegando a la cintura, pero era mínimo) y al momento en que fue al mar pude ver una cola por demás preciosa, redondita tipo manzana. Qué hago yo hablando del traste de mi hermana por favor... Pero bueno, la cosa es que me decidí a contar esta historia y tengo que hacerlo de la forma más honesta posible. O me lo saco de adentro o me muero con la culpa.

La cosa es que de repente me di cuenta que tenía un principio de erección. Si, la más incómoda de la historia. Así que traté de ocupar la mente en otras cosas y me quedé charlando con mi padre vaya uno a saber de qué. Cuando volvió, toda bañada en agua de mar, mi amigo volvió a indicar que le gustaba lo que veía, pero me forcé a mirar hacia otro lado para obligarle a que bajase.

Afortunadamente, para el momento en que me tocó ir al mar, ya no se notaba mi... emoción? Y pude hacerlo tranquilo, vestido con mi malla (esas que llegan a la rodilla, es de color verde por si les interesa saber), pasando el resto de la jornada sin sobresaltos. Bueno, sacando el momento en que Maga se tiró a tomar sol de espaldas que.. Bueno, tuve que mirar hacia otro lado.

Pero sobreviví y prometo que no miré más de 2 o 3 veces. Uno no es de piedra tampoco. Volvimos a casa por la tarde y a su turno, cada uno se duchó. Me fue muy difícil no pensar en esa cola o en sus tetas en la ducha, me daba muchísima culpa. Pero hice el esfuerzo también, y pude evitarlo aunque no voy a negar que si me masturbé pensando en una compañera de colegio. No quiero aburrirlos con detalles de la cena y el resto de la tarde porque... Bueno, calculo que a ustedes no les interesan.

La casa era un 3 ambientes, por lo que por la noche, Magalí y yo compartíamos habitación, lo que no pasaba hacía años. Mis padres tenían su propio cuarto y, alrededor de las 23.00 hs. nos fuimos a acostar. Aunque no me dormí por un rato largo, por un lado porque la visión de esa tarde no me lo permitía, seguída dando vueltas en mi cabeza por más que intentaba alejarla. Por otro, mi hermana estaba dale que te dale con el celular. Decidí intentar hacer lo mismo, me entretuve con algunos juegos pero se hicieron las 12.00 y ella seguía con el suyo. Siempre tuvo esa costumbre de ponerle sonido a las teclitas... En serio queda gente así en el mundo? En serio?

-Maga, no te vas a dormir?

-Eh? Si, ahora en un rato...

-Dale, aunque sea sacale el ruido a las teclitas...

-Ay, callate mocoso, date vuelta si querés y dormí...

-Es que no puedo por ese ruido! Dale! Qué es tan importante? Es un novio?

-No! Nada!

Pero el cambio de tono en su voz evidenció que mentía

-Dale, mandalo a dormir como lo mandabas a tu ex, tengo sueño...

-...

Se hizo un silencio incómodo, hasta que Magui respondió:

-Es mi ex.

-Volviste con Mati?!

Mati era un idiota. El típico chico que casi repetía todos y cada uno de los años en el colegio y aprobaba más por compasión de los profesores que otra cosa. El que todos sabíamos que de chico comía tierra y que ahora de grande se burlaba de otros por cualquier cosa... El típico idiota.

Magui nunca contó por qué se había separado de él, pero como con mis amigos teníamos algo de contacto con algunos de sus amigos, nos enteramos que al parecer se estuvo besando con una amiga de mi hermana en un baile y justo otro par de amigas de mi hermana estaban para verlo y le contaron.

-No volví, me mandó mensaje...

-Es un idiota...

-Qué sabrás vos, mocoso... Dale, andá a dormir...

Decidí no meterme e intentar conciliar el sueño, lo que se iba a hacer difícil... Pero finalmente logré.

Al otro día, alrededor de las 9.00 me levanté, para contemplar una de las cosas más excitantes que vi en mi vida. Mi hermana estaba durmiendo en la cama de al lado, nos separaban sólo un metro y la mesita de luz, por lo que a la escasa luz del día pude vez cómo a través de su remera amarilla (la misma del día anterior) se insinuaban sus pechos y traslucían apenas sus pezones. Mi pene saltó de inmediato, apuntando al lugar al que claramente yo estaba mirando sin el menor disimulo. Evidentemente ella aún dormía. La sábana cubría de su cintura hacia abajo, por lo que no pude ver nada más, aunque por un momento pensé en quitársela para tener una visión completa.... Pero no lo hice.

Decidí en cambio empezar la rutina de la mañana y, tras grabar bien en mi mente ese instante, fui al baño y comencé a preparar el desayuno para los 4.

Un rato más tarde estábamos desayunando. Mi padre tomó la palabra:

-Chicos, quizá hoy vayamos más tarde a la playa, aún tenemos que arreglar con el dueño de la casa unos temas respecto del pago...

-Si quieren quédense viendo la tele, nosotros no tardaremos mucho...

Dijo mi mamá.

Magui no estaba muy contenta:

-Pero ya llegamos tarde ayer y estaba re lleno!

-Bueno Magui, pero no es tan grave... tenemos una semana más acá...

-Si, pero yo quiero ir también...

-Es que no es que no vamos a ir, iremos más tarde...

-Ufa.

Terminó de desayunar a regañadientes y se fue a seguir con su celu en la habitación. Mis padres se fueron y no habían pasado ni 15 minutos cuando me dice:

-Mocoso, me voy a la playa

-Eh? Pero nos dijeron que nos quedemos...

-Si, pero van a tardar un montón y yo quiero ir.

-Y si esperamos aunque sea que sean las.... 10?

-Falta como media hora, si querés esperá vos a las 10.

-Dale... Si esperás te acompaño, así no vas sola...

Pareció pensarlo. Mi intención era evitar que se vaya sola a una playa en una ciudad que casi no conocíamos, estaba algo preocupado, no lo voy a negar...

-Ok, pero 10 en punto salimos, ni un minuto más tarde.

Acepté y me fui a cambiar, con la esperanza de que llegasen mis padres. No voy a mentir, tenía miedo del posible castigo, pero estaba motivado por repetir la visión de ayer. Claramente mi hermana ya estaba cambiada (tenía su short de jean y una remera, esta vez era verde).

Se hicieron las 10 y aún ninguna señal de nuestros padres. Para evitar un posible castigo, decidí mandarles un mensaje, a lo que respondieron que tenían para rato. Les conté la situación y, contrario a lo que suponía, la respuesta de mi madre fue tranquilizadora: “Ok, vayan, pero cuidá a tu hermana, vos sabés como es cuando se pone así, y llévense los celus por si los tenemos que ubicar” (a esto sumado unos gifs, típico de mi madre).

A las 10 en punto, como había prometido, mi hermana estaba abriendo la puerta. Casi tuve que correr para que no me deje atrás. Llegamos a la playa y, para nuestra sorpresa, ya estaba llena también, esta vez más que el día anterior según parecía.

Como claramente Magui estaba de mal humor, le propuse seguir caminando por la rambla, quizás encontraríamos otra playa más vacía, y así lo hicimos.

No puedo decir cuánto caminamos, pero sé que fue mucho. Afortunadamente, en un momento encontramos una playita casi escondida con poca concurrencia; sólo había un par de sombrillas y poca gente en el agua. Pero cuando digo poca es POCA. 3 o 4 pude divisar desde lejos.

La cara de mi hermana se transformó de repente, vaya que le gustaba la playa. Fuimos bajando hasta que llegamos a una escalera de madera bastante descuidada por cierto, que era el último tramo hasta la arena. Comenzamos a bajarla, hasta que en el descanso del medio vimos un cartel mediano que claramente decía:

“Playa nudista” - “Prohibidas las cámaras y equipos de filmación”

Nos quedamos mirándonos. Magui comenzó a reírse.

-Bueno, sigamos buscando

Le dije

-Qué, no te animás?

Me miró con una sonrisa entre socarrona y desafiante.

-Eh? Sssi, no... o sea... Igual se puede entrar con algo de ropa no?

Casi como si lo hubiese tenido ensayado, me señaló el cartel de al lado, que yo aún no había leído: “Prohibido arrojar basura” - “Nosotros respetamos sus ropas afuera, usted respete nuestra desnudez adentro – Prohibida la permanencia con elementos de vestimenta”. Al parecer se lo tomaban bastante en serio. La propia escalerilla estaba bastante escondida de la calle y desde ahí no podía ver la rambla por lo empinado. Calculo que la gente de la rambla tampoco podía vernos a nosotros, salvo que se inclinase específicamente sobre ella, solo verían el mar.

-Vos si querés volvete a casa, yo me voy a meter al mar aunque sea un ratito

-Pero...

-Quedate a cuidarme las cosas si querés...

-No, está bien, yo también voy...

A esta altura no quería parecer un cobarde.

Claramente mi hermana no lo era, ya se había sacado la remera y el short.

-Bueno, y? No podés entrar así

Me saqué la remera y me quedé sólo con la malla. No tenía nada abajo. Cuando terminé de pasar la remera por sobre mi cabeza, mis ojos quedaron justo mirando su pecho. Realmente se iba a sacar el bikini? Lo hizo. Frente a mí aparecieron las tetas de mi hermana, completamente desnudas. Sus pezones eran de tamaño mediano y rosados, se desperezó, con lo que pude ver su pecho en todo su esplendor. Antes dije que no eran muy grandes, ahora me corrijo, eran perfectas.

-Y, vamos o te vas a quedar mirándome las tetas?

Si ya estaba colorado, me puse carmesí. Debía bajarme mi bermuda pero tenía el pene duro como una roca. Magui, en ese momento creí que para darme ánimos, me dijo:

-Hagamos, algo: a las 3 los 2 nos sacamos lo de abajo, qué te parece?

Yo estaba embobado. Estaba a punto de verla completamente desnuda, pero tenía una erección que no era muy propia de un hermano... Sin embargo, asentí.

-Uno, dos y... TRES!

Me bajé mi bermuda, pero Magui no hizo lo propio. En cambio me miró y empezó a reírse.

-Ajajajajajaja, mirá cómo estás? Qué, te calientan estas?

Se apretó las tetas

-No! Yo... es la situación... Hiciste trampa!

-Ay, dale... No es para tanto, vamos.

Se dio vuelta, se bajó la bombacha y emprendió camino bajando la escalera, dejándome con una visión casi perfecta de su culo, aunque por la velocidad casi no pude verla de frente. Me dejó ahí, con mi pene mirando al cielo, congelado.

Así que emprendí yo también el descenso.

CONTINUARA