La playa
El mejor día de playa que uno puede tener.
Hola de nuevo lectores como prometí os iré narrando todo lo que he tenido con esa vecina con la que se me cae la baba aun recordándolo.
Esta vez mi historia se sitúa en la playa, una calurosa mañana de junio, después de acabar todos mis exámenes, mi madre y la madre de mi amiguita decidieron ir a pasar el día a la playa con nosotros.
En fin éramos, mi madre, su madre, ella y yo. Nos fuimos a una playa que esta a un ratito de casa en autobús por motivos de aparcamiento pues era más cómodo ir en bus sino llevábamos muchos trastos. El caso es q llevábamos la típica sombrilla y una neverita para mantener la bebida en fresco.
Estando en la parada del autobús ya ella y yo empezábamos a jugar con la mirada, desnudándonos el uno al otro, buscando el calentamiento mutuo y en el bus decidí que sería el momento oportuno para calentarla aun más. Debido al exceso de pasajeros que llevaba ese día la línea 15, mi madre y su madre se sentaron por delante ( por suerte cogieron sitio ), con las cosas y nosotros dos nos tuvimos q conformar en ir en medio del gusano ( lugar donde se juntan las dos partes del bus ).
Allí, con tanto mozo y moza de pie nuestros cuerpos estaban tan pegados como en una lata de sardinas, y yo no pude controlar mis instintos y me empalmé, ella q estaba delante mía, su culo pegado a mi paquete, se dio cuenta enseguida y disimuladamente se apretaba mas contra mi para sentirlo mejor, yo cada vez estaba más cachondo por su reacción y tenía ganas de hacerle de todo en esos instantes.
Cuando el bus hizo su primera parada subieron todavía mas pasajeros, y yo apunto de reventar pues no podíamos estar mas pegados, hubiera preferido que estuviéramos frente a frente, pero todo no es posible ... aunque bueno así también estuvo muy bien, pues su mano se deslizo poco a poco de adelante a atrás y cuando nadie miraba o creíamos q no miraba nadie, empezaba a acariciármela por encima el bañador, yo cogido a la barra de arriba del bus para no caerme, la apretaba cada vez con mas fuerza como si quisiera arrancarla ... presentía q seria un gran día de playa.
Así anduvimos todo el paseito en el 15, bien pegaditos y disfrutándolo. En la penúltima parada para disimular nuestros actos, cuando se vaciaba el bus fuimos a coger sitios para sentarnos, sería sospechoso que nos quedásemos igual de pegados con mucho espacio.
Entonces comenzamos a hablar y me dijo; " Veo que sigues en plena forma" riendo maliciosamente y poniéndome aun más caliente. Yo le contesté " Pues aun no has visto todo lo que puedo llegar ha hacer" , nos echamos a reír y esperamos la ultima parada para bajar.
Cuando nos toco bajar fuimos a buscar a nuestras respectivas madres para cargar con los bultos ( aunque yo ya cargaba con uno ... ), bajamos del autobús y fuimos caminando hasta la playa.
Al llegar la playa estaba inundada de playeros que estaban pasando un día como íbamos a pasar nosotros. Buscamos un sitio donde no hubiera mucha gente y pudiéramos estar cerca de la orilla. Coloqué la sombrilla mientras las demás se ponían cómodas y colocaban sus toallas. Después de eso me fui a dar un baño a ver si me calmaba un poco, nadé un buen rato hasta estar cansado y al volver a la toalla, me dijo ella si podía echarle un poco de crema pues nuestras madres se fueron al quiosco a comprar un par de helados y ella como es lógico no podía hacerlo sola. Bien mientras agitaba el bote para q la crema saliera sin problemas ella se fue quitando la parte de arriba del bikini, después de todo lo sufrido para bajar la erección que había tenido hasta ahora me hace esto ... en fin se colocó y sus senos debido a su tamaño apareciendo por fuera de lo q seria la espalda. Yo comencé a esparcir la crema de bronceado, suavemente, como haciéndole un pequeño masaje, cuando no puede aguantar la tentación y masajear también la parte de los senos que sobre salía por el costado un buen rato, ella sin quejarse es más gustándole me dijo : " mmm eso no es la espalda " y se echo a reír, a lo q yo no contesté y seguí a lo mío. Al ver q se acercaban nuestras madres decidí dejarlo ya no sería conveniente q nos pillaran.
Mi madre me había comprado un helado de vainilla, me lo dio y me senté en la toalla y empecé a comérmelo tranquilamente. Mi amiga q también tenía helado al verme en frente de ella y nuestras madres q estaban de espaldas a nosotros, empezó a lamer el helado como si fuera mi pene, y me miraba con cara de viciosa y yo cada vez mas caliente y con mas ganas de hacerle de todo, en fin era mala conmigo sabiendo q uno no podría hacer nada por las madres me hacía todas estas cosas.
Después de comer nuestras madres decidieron q sería hora de volver sobre las 4 que eran, y así tener tiempo de preparar un cena, ducharse con tranquilidad y todo lo hacen ellas, yo dije q por mi era igual no tenía prisa cuando quisieran marchábamos.
Ella, quizás viendo que la deseaba con locura; más que nunca, dijo " Bueno, si queréis ir vosotras hacia casa ya, yo me quedaré un rato más con él, así si tiene ganas de quedarse un rato más, que por mi si"
En fin nuestras madres asintieron y no tuvieron problemas en dejarnos solos, nos dejaron dinero para comprar algo mas si queríamos y para coger el autobús y se fueron hacia casa.
En el momento en que perdimos a nuestras madres de vista, estando en las toallas nosotros tumbados, se abalanzó sobre mi y me besó con pasión. Y me dijo " Perdona por todo lo que te he hecho pasar ven conmigo". Me llevo a una pequeña cala desierta q conocía, donde la corriente era mínima y se estaba muy bien. Y allí estuvimos un buen rato acariciándonos, besándonos, hasta calentarnos de tal manera que refugiados en esa pequeña gruta por así llamarla, nos quedamos desnudos y empezamos a masturbarnos el uno al otro, besando cada pliegue de su cuerpo, mamando de sus senos, lamiendo con locura esa concha preciosa q tenía, y recibiendo otra preciada mamada increíble ...
Después de estar un rato así, se sentó encima mía, cogió mi pene y se lo llevó a la obertura de su monte de venus, y poco a poco fue introduciéndolo dentro de ella, hasta q estuvo dentro por completo. Entonces empezó a cabalgar sobre mi, mis manos acariciaban y acompañaban cada sentada y ella iba imponiendo el ritmo, cada vez más rápido y duro, cada vez más placer ... hasta que acabamos los dos en un orgasmo largo y tendido, abrazada a mi mientras descargaba toda mi leche dentro de ella.
Después de besarnos otro rato mas y gozar de nuestros cuerpos, decidimos volver a por nuestras cosas e irnos hacia casa.