La playa

Nada es lo que parece, en un mundo perfecto.

Años han pasado desde que leí mi última historia fantástica, pero ahora después de tanto tiempo, siento que vivo en una.

Desde hace 3 años, vivo con mi hermano, en una casa cerca del mar, mejor dicho al lado del mar, mis abuelos fallecieron y esta casa fue nuestra herencia. Mi habitación tiene un gran ventanal desde el cual puedo ver la costa, el mar a unos metros, vivimos sobre arenas blancas, es realmente mágico. Mi hermano tiene su pieza al otro lado de la casa, nos veíamos pocos, ya que teníamos diferentes horarios, a veces desayunábamos juntos, ya que el llegaba a esa hora muchas veces.

Hace una semanas, comencé a sentirme extraña, en las noches no podía dormir, y en el día me costaba concentrarme, tenia pegada en mi mente un melodía, muy suave pero que no me dejaba en paz. La primera noche que no pude dormir, decidí bajar a la playa, y bañarme, la parte de la playa que está en mi ventana es prácticamente privada ya que esta naturalmente cercado por rocas, y yo y mi hermano le pusimos a las partes que se podía pasar carteles prohibiendo la entrada, así que en las noches podía bañarme perfectamente desnuda, Esa noche el agua estaba tibia y tranquila, era una sensación pacifica, me moje hasta los hombros, no quería mojarme el pelo. Estaba mirando el océano, cuando sentí un suave roce en mi cintura, mire a mi alrededor y no había nada, ni nadie. Continúe nadando, pero me sentía incomoda, miraba a mi alrededor a cada rato, sabía que mi hermano no estaba, y que la casa estaba cerrada... sentí nuevamente que me tocaban esta vez en mis piernas, al no encontrar nada, supuse que serian algas, pero me había puesto demasiado nerviosa, así que decidí salirme del agua y volver a mi cama. Al día siguiente desperté con la melodía en mi mente... por más que pensé que canción era, no tenía ni la menor idea, pero sentía que la había escuchado hace poco.

Y así continuaron los días, no sé el por qué todas las noches me daba por meterme al agua, era como que esperara, sentir esa incomodidad o esa sensación de que alguien me miraba y me tocaba, también no sabía el por qué la música no salía de mi cabeza, cada noche era igual y durante el día también... Hasta que 5 días desde el inicio de esta locura, antes de acostarme tocaron el timbre de la casa. En la puerta encontré un joven, tal vez un par de años menos que yo (yo tengo 25)

-Buenas noches, perdona la hora pero estoy buscando a Matteo, soy León, compañero de universidad- me dijo con voz baja pero nerviosa

-Matteo, no se encuentra a estas horas en la casa, por lo general a esta hora esta en Blizts, trabaja hasta como las 3 am-

Miro su reloj -¿Te molesta si lo espero, es que son las 1:20 am y estoy muy cansado como para ir hasta allá?- me dijo con timidez

-está bien pasa, la pieza de Matt, esta al fondo, si quieres puedes ir al living o ¿tienes hambre?, hay comida en el refri, hay suficiente para tú y para Matt- le dije mostrando las habitaciones que mencionaba

-Me quedare en el living, y bueno si no te molesta y para no molestarte, iré a la cocina a buscar algo para tomar- me dijo con una sonrisa

En ese momento recordé que estaba con una bata y mi ropa interior, y más encima mi bata se encontraba semi abierta, me avergoncé -bueno te dejo, me iré a dormir tengo muchas cosas que hacer mañana-

Me moví rápidamente a mi habitación y me recosté, me di vueltas en la cama como 15 minutos, antes de darme cuenta que no podría dormir. Me levante una vez mas y me dirigí a mi baño nocturno. Me desnude y me metí al agua, me estremecí al inicio pero luego rápidamente entre en calor. El agua hacia hervir mi sangre y me prendía, me excitaba, y aun mas cuando sentía que me tocaban bajo el agua. Pero esta vez algo cambio, sentí que me tocaron, pero esta vez vi a alguien a mi lado, al inicio pensé que sería León, que me había visto y seguido, pero no, era alguien completamente diferente, era un hombre rubio, de barbilla cuadrada, y ojos azules. Me congele al mirarlo, era hermoso, era increíble, era más allá del hombre perfecto.

Su mano salió del agua acariciando mi mejilla, era suave, me miraba a los ojos con dulzura.

-¿Quién eres?- pregunte con la poca voz que salió de mi boca, pero él no me respondió, solo comenzó a tararear mi melodía. Que más impresionada -¿Quién eres? ¿Qué es esa canción?- pero el nuevamente no me respondió, el solo se acerco y me beso, con lujuria, apenas tocando mi cuerpo, aun que mas que sentirlo que una sensación cálida.

Una voz venia desde la orilla, deje de besar y mire, era León

-¿Qué haces?- me dijo riendo -¿esta rica el agua? ¿Quieres compañía?

Es que acaso no veía que ya estaba acompañada, mire a mi Dios, y este no estaba, mire a mi alrededor y había desaparecido ¿me estaba volviendo loca?, toque mis labios, sabía lo que había sentido ¿Dónde se había metido? Escuche nuevos sonidos en el agua, volví a mirar a León, estaba entrando al agua desnudo, no sabía qué hacer aún estaba muy confundida, cuando llego a donde yo estaba, recién recordé que yo también estaba desnuda y el agua era tan transparente que se veía todo me tape con mis brazos, pero ya era tarde, me había visto entera desde mucho antes.

-creo que debo irme- dije rápidamente tratando de escapar, pero León me afirmo del brazo y me acerco a su cuerpo, sentí como su cuerpo firme palpitaba de excitación y su miembro que sorpresivamente era enorme, estaba saludándome

-no te vayas, creo que podemos pasarlo bien juntos, y no me mientas, sabes que lo deseas- el tenia razón, mi cuerpo pedía a gritos sexo, pero no era con el, si no con mi hombre misterioso.

-León por favor suéltame- pero el no pretendía hacerlo, y con su otra mano, comenzó a recorrer mi cuerpo, acaricio mis pechos y mi ombligo, con mucha suavidad con su boca recorrió mi cuello hasta mi oreja y me susurro

–eres deliciosa, eh increíblemente hermosa, tus pechos me tienen loco, desde que entre a esta casa, y tu sexo llama mi pene con intensidad hermosa, así que dejémonos llevar, que será inolvidable- y con un rápido movimiento me puso frente a él, coloco una de sus manos en mis glúteos y con la otra mano acariciaba mi pecho, y me beso rápidamente, y yo ya no podía resistirme.

Su pene, rozaba mi vagina, acariciándola antes de alimentarse de mi sexo. Sus manos acariciaban mi culo levantándome, era una lujuria insostenible, conocía la energía sexual de estas aguas, las había probado antes, pero nunca como ahora, el calor salía por nuestros poros, se veía el vapor salir del agua, casi como que fueran termas, era una locura. Sus manos me apretaban fuerte el trasero y eso me tenía loca, hasta que no aguanto más y me levanto colocando mis piernas en su cintura, y con una mano condujo su enorme serpiente a mi nido, y sin dejarme respirar lo metió con potencia, el tenia mi cuerpo en sus manos por lo que el ritmo, lo tomo él, y me sentí como un juguete. Me lo metía y sacaba mientras mordía y succionaba mis pechos, y mis gemidos y gritos no tardaron en llegar, así estuvimos un rato, hasta que me susurro al oído.

-vamos a tu habitación, tengo muchas ganas de hacerte cosas, que si lo intento aquí me ahogaría- me levanto en brazos sin sacar completamente su pene de mi concha, y salimos del mar, le indique como llegar a mi habitación y me apretó contra la pared de mi cuarto, y continuo besándome y penetrándome como animal, pero ahora el agua no estaba de por medio así que el roce era mucho mejor, que manera de coger. Luego para no terminar tan rápido, me recostó en la alfombra de mi habitación y se coloco en el siempre bueno 69 y que manera de ahogarme, no me sentía del todo cómoda así que lo hice rotar, y quede yo encima y tome mi ritmo para tragar su miembro monstruoso. Me costaba concentrarme ya que su lengua, como todo en él, hacia maravillas en mi clítoris.

Cuando ya llevaba incontables orgasmos, me levanto y se levanto él, me puso junto a mi cama y me coloco con las manos afirmada en el borde de la cama, me acaricio la espalda y abrió mis piernas, miro mis nalgas, y las acaricio, también me pego fuerte en las nalgas y suavemente me penetro, de eso no recuerdo mucho realmente, se que disfrute y grite mucho, de eso recuerdo, pero fue tal éxtasis que, me causo el mismo efecto que 1 botella de ron.

Desperté temprano en la mañana, con el cuerpo adolorido, lentamente me senté y mire a mí alrededor, estaba sola, completamente sola ¿Qué había pasado con León?, mire el reloj, eran las 7 am, por lo general me despertaba a las 8… de repente escuche ruidos en la cocina, me levante, me puse un pijama, ya que estaba desnuda y me dirigí a la cocina.

-Hola hermanita, ¿Cómo amaneciste?- me saludo Matteo, con voz somnolienta

-emmm. Bien, ¿oye y tu amigo León? Te estaba esperando anoche- le dije haciéndome la tonta

-¿León?... yo no conozco ningún León. ¿Estás segura que se llamaba así? – me dijo muy extrañado

-Si estoy segura, llego como a las 1 buscándote, dijo que era tu compañero de universidad, y le dije que te esperara- me comencé a poner nerviosa

-eso es extraño, uno no conozco ningún León y segundo… no había nadie cuando yo llegue-

-Deja de molestarme, me estas mintiendo- le dije asustada, pero el movió la cabeza en forma negativa.

Comencé a revisar las cosas, quería saber si algo faltaba… me demore una hora en revisar todo, y no faltaba nada. Sabia que había sido todo real… no era un ladrón, no me violo… por lo menos no me forzó, no era un asesino, que me faltaba. ¿Mentira? ¿Abre soñado? Pero los sueños por lo general no los recuerdo, este lo recordaba con detalles… ¿o no? ¿Qué paso con el hombre misterioso? Eso si parecía irreal, eso no tenía mucho sentido. Me di media vuelta y volví a mi cama. Llame por teléfono avisando que no llegaría ya que había amanecido enferma. Mi hermano me trajo un vaso de bebida y me pregunto qué me pasaba, yo no sabía cómo explicarlo, pero le dije que no se preocupara que tal vez hubiera soñado, y enseguida sin siquiera darme cuenta me quede dormida.

Desperté un poco antes de las 12, había dormido todo, todo el día, tenía sed, tenía hambre, así que me levante a la cocina y cuando estaba ahí sonó la puerta de la casa, abrí… esos ojos, esos labios, ese hermoso cabello, era mi hombre misterioso, quede congelada. –Estará Matteo, hoy pidió el día libre y me dijo que lo pasara a buscar- -yo, yo… Hola ¿Matteo? ¿Conoces a mi hermano?- -¿no debería? Si lo conozco de la universidad ¿eres su hermana ¿no?- -emm… si ¿no me conoces?- -no- me dijo mirándome bastante extrañado -¿te sucede algo?- -nnno, tranquilo ¡MATTEO! Te, te llaman- corrí a mi habitación y me encerré, algo andaba mal. Me metí a la ducha necesitaba pensar, pero el agua me quemaba, por más que la enfriaba, me salí de la ducha y mire la playa, me llamaba. Así que camine nuevamente a la playa, estaba fría, me estremecí, me recosté y flote, estaba tranquila en mi medio, hasta que escuche pasos y chapoteos de agua, me pare y mire a mí alrededor, y no había nadie, luego me di vuelta y estaban 2 hombres parados mirándome con lujuria, eran León y… el hombre misterioso -¿Qué hacen aquí?- pero no me contestaron solo se acercaron a besarme y a tocarme, uno de ellos me besaba el cuello por la espalda y el otro me besaba la boca, y los 2 me tocaban, incansablemente, me sentía muy sexy, los dos me sacaron del agua y me recostaron en la playa, León me besaba las piernas, desde los pies a mi entre pierna, el chico misterioso me acariciaba los pechos, me besaba, me sentía en el cielo.

Me desperté sola en mi cama a las 8 am. Sin recordar nada nuevamente. Y así continuaron los días, cada noche aparecía uno de ellos y me hacía el amor hasta dejarme completamente inconsciente, y en la mañana estaba completamente sola. le pregunte a mi hermano nuevamente por León y el otro chico y él decía que no conocía a ninguno de ellos, y comenzó a preocuparse, me hizo una cita con un psiquiatra amigo de él, y cuando fui, me receto un medicamento relajante. Con los medicamentos podía dormir, pero… amanecía llena de marcas a las cuales no les encontraba respuesta, nuevamente fui a donde el psiquiatra y le conté, y se preocupo, me receto otras pastillas, pero sucedió lo mismo.

Un día desperté en el living, estaba sobre el sillón blanco, no tenía idea de él porque, sentí en mi mano algo, mire y era un gran cuchillo lleno de un liquido, rojo y espeso. Era sangre. Me levante asustada botando el cuchillo ¿Qué estaba sucediendo? Mire a mi alrededor y seguí unas manchas de sangre, llevaban a la habitación de Matt, abrí la puerta y estaba él recostado con un vendaje en su pierna, estaba empapado en sudor, me miro asustado -¿¡Qué sucedió!?- -ALEJATE!!!!- -Pero matt, que paso- le dije llorando. En ese momento forzaron la puerta y entro unas personas con una camilla y unos policías me tomaron arrestada.

Ahora… estoy en un sanatorio, en el área psiquiátrica, al inicio no entendía nada, pero mientras pasaron los días, me di cuenta de que todo había sido una trampa. Matteo, Matteo, Matteo, el había planeado todo, lo supe un mes después de que me internaron, cuando uno de los doctores me conto que mi hermano estaba bien, pero que, vendería la casa y se iría a vivir a Mar del plata. Esa fue mi gran respuesta, el me había drogado, había pedido ayuda a sus amigos, había hecho todo eso, para vender la casa y quedarse con todo el dinero, ya que si estaba en el centro psiquiátrico igual luego me llevarían a la cárcel. Ese maldito me había hundido. Pero todo no estaba tan mal… ya que me divertía con todos en el hospital.