La plaga Capítulo 3: La comisaría

Antes de salir Daniel decide echarle un vistazo a la comisaría como lugar seguro al que volver, decide muchas cosas por su cuenta; pero no se fía de compartirlas con nadie aún, se arma hasta los dientes y se prepara para la guerra.

La plaga capítulo 3

La comisaria

Salgo del despacho del comisario que ahora es el del sub comisario echo una furia, decido guardar esa rabia para cuando la necesite; me pongo a observar las condiciones de la comisaria como refugio y de los refugiados, porque este edificio no está echo para esto.

Cuento por encima 100 civiles y están llegando más, 10 prisioneros de estos 1 de sangre; 6 por chorradas y 4 por delitos, los policías son los que vigilan puertas y ventanas. El resto de compañeros descansa y un par patrullan por dentro, los 100 civiles están sentados sin hacer nada; voy a la cafetería y empiezo a comer la ración de hoy, mientras pienso en todo esto y en las caras de los civiles o de los compañeros.

Los compañeros están tensos, preocupados la mayoria; cansados unos pocos, pero todos están cumpliendo su deber por ahora. Los civiles están aterrados, preocupados algunos por los disparos constantes; muchos lloran, otros simplemente tiemblan pero casi todos miran las puertas y ventanas cada vez que alguien dispara...supongo, esperando que alguien las atraviese o más bien temiendolo; acongojados, sin ser capaz de cuidar de si mismos.

Bilbao y Cantamañanas se sientan a la mesa, los miro mal; pero no digo nada, Bilbao lo nota pero no dice nada y el otro me suelta...

  • tío, Dapena te has pasado tres pueblos con barbie

Lo miro mal en respuesta pero no digo nada.

  • insisto la has dejado destrozada

Gruño

  • prefiero eso a que muera.

Bilbao sonríe

  • así que en realidad la tratas mal porque te gusta y no quieres que muera.

  • ¿acaso, eres idiota?

  • no, soy viejo...

  • el idiota eres tú, ella es joven; pero no es torpe es inexperta - dice cantamañanas

  • ¿es que no lo entendéis? En una situación normal ella podría aprender, pero estamos en el principio del fin; no es el momento de que aprenda, morirá y posiblemente nos arrastrara con ella.

  • enseñame - dice la voz de Barbara detrás mía.

La miro y acto seguido ellos dos.

  • enseñadme los tres, por favor.

  • cuenta conmigo - suelta Bilbao

  • y conmigo - añade Cantamañanas

  • ¿quieres que te enseñe?

  • si, por favor.

  • quédate y no vayas a la misión, al llegar te enseñaré.

  • paso, voy a cerrar tu boca; yendo a ella y sobreviviendo.

  • como quieras...

  • espera ¿adónde vas?

  • me incomoda la compañía, prefiero comer solo.

Ellos siguieron hablando con ella y me fui a comer a una oficina, mientras analizaba la situación; pensaba también que coger para la misión, tengo que ir bien armado pero...ignoro que abra en el arsenal y tampoco debo coger demasiado peso o no podre moverme con agilidad.

Tras terminar la comida, llevo la bandeja de vuelta a la cafetería; voy directo al arsenal adonde ya veo al resto, Bilbao a simple vista lleva 2 pistolas y 2 escopetas. Cantamañanas lleva 4 escopetas y 2 pistolas, Barbara lleva 2 escopetas; 4 pistolas y todos llevan encima el traje antidisturbios blindado, eso seguro evitará que muramos con facilidad.

Me saludan al entrar y los saludo con la cabeza, estoy molesto pero tengo que callarmelo; el trabajo en equipo es fundamental para sobrevivir a algo así, Barbara se pone nerviosa al entrar en el arsenal yo y se le cae el arma.

  • tsk - decimos al unísono y me mira molesta, pero la ignoro totalmente.

Me pongo el traje antidisturbios blindado, pongo una funda en cada pierna bajo la cadera; dos fundas detrás cruzadas, dos en el pecho. Me pongo 8 pistolas cargadas con las 15 balas, el cinturón lleno las 14 cartuchos de escopeta; cojo una escopeta le meto los 7 cartuchos, cojo un cinturón y me lo cruzo por el cuerpo llevando 14 cartuchos más. Busco entre las armas requisadas, veo un revólver con 12 balas; lo cargó y lo meto en una bolsa; veo una escopeta de cañón recortado con capacidad para 2 cartuchos, la cargo y me la pongo a mano en una funda en la espalda. Agarro un machete y me lo engancho en el cinturón con su funda, cojo varias granadas de lacrimógeno; una escopeta para lanzarlas, 4 cargadores de pistola y un par de navajas que me pongo a mano para lanzar.

Cuando me giró, veo la mirada atónita del supervisor; de Barbara, de mis compañeros.

  • ¿qué te crees que haces? - pregunta el supervisor

  • ¿te crees Rambo? - añade Cantamañanas

  • vas mejor equipado que el - rie Bilbao

Barbara me mira pero no dice nada.

  • sobrevivir, voy a equiparme bien; ya que soy el único que tiene huevos de volver a salir, sino no salgo tu veras.

Todos escuchamos como el supervisor traga fuerte.

  • esta bien, ¿qué más quieres?

  • quiero el tomahawk que tienes detrás y las llaves de una furgoneta.

  • esta bien, pero es conmemorativo; ¿lo sabes, no?

  • es igual, cumplirá su función.

  • aquí lo tienes.

Me lo engancho al cinturón también.

  • ¿para qué lo quieres? - pregunta barbie mientras agarra otra pistola.

  • le ha echado huevos el chico - murmura Bilbao, mientras agarra otra porra.

  • apuesto a que no está acostumbrado a respuestas así - murmura Cantamañanas, cogiendo otra escopeta.

Cuando salimos por las puertas, el supervisor me da la lista de paradas que tenemos que hacer.

  • ¿si el sub comisario pregunta que habeis cogido que le digo? Habeis saqueado medio arsenal.

  • dile que hemos cogido lo suficiente para sobrevivir ahí afuera y que gracias a eso, puede que volvamos con vida.

El supervisor asiente y se queda callado, mientras Barbara me mira raro; los otros dos me miran llenos de admiración, felicitandome por mis respuestas.