La Piscina Cachonda (y 2)

Tras descubrir el hobby de Dormi, Maribel y Ricardo traman un plan para darle un escarmiento.

La Piscina Cachonda (y II) - Autor: Picantex

Maribel continuó observando tras la puerta. Dormi volvió a dirigir su mirada hacia el primer monitor, en el que se estaba reproduciendo el comienzo de la actuación de Maribel y Ricardo. Exactamente en el momento en que su cuerpo desnudo era untado de crema. El voyeur estaba muy quieto, y desde la puerta no se adivinaba lo que estaba haciendo, hasta que, por un movimiento del brazo derecho, Maribel cayó en la cuenta de que se estaba masturbando. Además, lo estaba haciendo contemplando su cuerpo desnudo y brillante debido a la crema bronceadora. En ese momento, la protagonista del vídeo se sintió una estrella porno, imaginando como los tíos se pajeaban con sus películas.

En cierto modo se puso cachonda, aunque no dejaba de parecerle asqueroso el hobby de aquel tío. Digamos que se despertó en ella una sensación oculta hasta ese momento. Se mantuvo en su posición hasta que Dormi se corrió, viendo incluso como parte de su semen caía a sus pies, junto a la silla.

En ese momento, Dormi paró la cinta, y a través del monitor vio a Ricardo plácidamente tumbado, lo que hizo que se sobresaltara. Inmediatamente, Maribel, se apartó de la puerta, y sin hacer ruido, se apresuró a salir de la casa para volver con Ricardo y evitar que Dormi se preguntara dónde estaba.

Al llegar a la piscina se tumbó en la toalla, pero se levantó y se metió en la piscina. Un momento después, Dormi se asomó a la puerta de la casa, mirando hacia la piscina y vio a Maribel metida en ella. Suspiró de alivio. No le hubiera gustado nada que lo hubieran pillado in fraganti. Volvió a entrar en la casa.

Maribel, desde el agua, lo vio todo, y se tranquilizó al comprobar que no había sido descubierta. Salió de la piscina y se tumbó junto a Ricardo. Justo en ese momento el se despertó, al salpicarle las gotas que se desprendían del pelo y el cuerpo de la chica. Se estiró y bostezó. La siesta y el polvo que había echado lo habían dejado nuevo. Miró a su novia y le sonrió con cierto aire de complicidad, totalmente ajeno a lo que había sucedido. Transcurrido un tiempo prudencial en el que Ricardo se desperezó del todo, Maribel le contó lo que había visto en el interior de la casa y procuro que Ricardo no se alterara, ya que probablemente en ese momento serían observados a través de la cámara que había junto a la caseta de la depuradora, lugar que dedujo la chica después de observar el punto de vista que ofrecía aquel monitor.

Tumbados boca abajo para no ser observados, decidieron que iban a hacer. Ricardo propuso irse inmediatamente, pero ella le propuso un plan de contraataque para que el voyeur aprendiera. Esperaron hasta que Dormi volvió.

Charlaron tranquilamente los tres mientras el sol se ocultaba tras los cipreses que rodeaban el terreno. Le propusieron a Dormi quedarse a pasar la noche, y volver a sus casas al día siguiente, a lo que no hubo objeción ninguna. Dicho esto, fueron hacia la casa para cenar algo. Cuando hubieron terminado, Maribel se dirigió a Ricardo:

-Ricardo, hace calor aquí, ¿qué te parece si nos tumbamos un rato en el césped?

-Buena idea, ¿te apuntas Dormi?

-No, yo me voy a ver un rato la tele, luego si acaso, me voy para allá –respondió Dormi

-Como quieras tío, allí estaremos –dijo Ricardo

Salieron y se dirigieron a las toallas, donde se tumbaron. Se habían encendido las farolas del jardín, y también se había iluminado el interior de la piscina. Hicieron como que hablaban durante un buen rato, ya que ambos sabían que Dormi les vigilaba.

Desde dentro de la casa, eran observados. Dormi esperaba poder grabar otra sesión de sexo duro como la que había sucedido por la mañana. Nada más de pensarlo se ponía a cien. La afición a grabar a la gente sin que lo supieran le venía de tiempo atrás. Tenía 10 años más o menos, cuando por su cumpleaños le regalaron una cámara de fotos. Cuando llegó el verano, sus padres lo apuntaron a unas colonias durante 15 días. Un día, descubrió una pequeña ventana que daba a las duchas de las monitoras, y desde allí, utilizando la cámara que le habían regalado, se dedicó a fotografiarlas. Durante los días que le quedaban para volver, solo pensaba en el momento de ver las fotos en papel. Había hecho casi tres carretes. Finalmente, volvió a casa, y lo primero que hizo fue acercarse a una tienda de fotos, donde tardaron un día en revelarlas. Las recogió al día siguiente y volvió a casa. Sin apenas pararse, se encerró en su cuarto y comenzó a verlas. La mayoría estaban perfectas, solo había 4 o 5 que no servían. Las demás, las puso sobre su mesa, y en ese momento fue cuando se hizo su primera paja en plan voyeur. Con los años, había depurado tanto las técnicas de grabación como las cámaras de vídeo y de fotos que utilizaba. Aquello que parecía una diversión, se había convertido en una obsesión.

Maribel y Ricardo se miraron… ya era hora de comenzar.

Mientras él estaba tumbado boca arriba, ella estaba boca abajo, cada uno en su toalla, la mano de Maribel se dirigió al bulto del bañador de su novio, y comenzó a masajear su paquete, muy despacio, mientras lo miraba. La polla de Ricardo comenzó a crecer, hasta que destacó bestialmente por debajo del bañador. No es que tuviera una polla de campeonato, pero sus 16-17 cm. no había quien se los quitara. Maribel se colocó entre sus piernas, en cuclillas, y bajó el bañador, dejando aquella verga completamente erecta y dura al aire libre.

Dormi, desde su "cueva", estaba en guardia. Sabía que pasaba algo, pero no acertaba a ver nada, ya que Maribel estaba justo entre su novio y la cámara. Gesticulaba haciendo movimientos para que se apartara, se echara a un lado, pero nada....

Maribel y Ricardo, decidieron que aquello sería una experiencia nueva. Se aprovecharían de lo sucedido, para hartarse de follar sabiendo que eran observados, con el morbo que tenía, y además, para escarmentar a Dormi. Comenzó a chuparle la punta de la polla mientras que con una mano la masturbaba. Ricardo le quitó el sujetador, y cogió la crema bronceadora. Echó un chorro de crema bestial en su espalda y la comenzó a extender, estaba toda brillante, resbaladiza. Cuando soltó su polla y se incorporó, hizo lo mismo con sus tetas, vertió una enorme cantidad de crema y las masajeó, haciendo especial hincapié en los pezones, duros como piedras.

Dormi estaba extrañado y excitado a la vez. Como podían ponerse tan descaradamente a hacer aquello sabiendo que el estaba allí. Igual habían pensado que se había quedado dormido, como acostumbraba a sucederle. Siguió observando. Lo siguiente que vio fue como Maribel se giró y cruzó las piernas por encima de la cabeza de su novio, poniendo su caliente coño justo encima de su boca, a la vez que se la mamaba como si de una profesional se tratara. De vez en cuando, la chica levantaba la cabeza, y Dormi tenía la sensación de que supiera que enfrente justo había una cámara grabándolos. Pero no, por que inmediatamente la bajó y siguió en lo suyo. Llevaban así como cosa de diez minutos, y al mirón le iba a dar algo. Estaba como una moto. En ese justo momento, la chica cambió de posición y se volvió de nuevo, colocándose en cuclillas sobre la verga húmeda de saliva, comenzó a bajar poco a poco las caderas, dirigiendo con una mano la polla hasta encontrar la entrada de su excitado y abierto coño. La introdujo muy lentamente y dejo de asir aquel miembro, que ya había encontrado el camino. Sus caderas subían y bajaban, y así siguieron durante un buen rato, hasta que Maribel, sin sacar la polla de su vagina, comenzó a girarse, hasta colocarse justo de cara a la cámara, y reinició los movimientos pélvicos.

Dormi no podía más y comenzó a meneársela, pero de pronto, la chica se paró y estuvo quieta durante un momento. Levantó una mano y dirigiéndose hacia el punto donde sabía que estaba la cámara, hizo una señal con el dedo invitando al observador a unirse a la escena. Dormi se quedó paralizado. Habían descubierto que estaban siendo grabados. De repente, notó como se le sobrecogió el corazón, y no pudo moverse. No sabía que hacer. Hasta se le bajó la erección. Mientras, la chica, continuó follando con su novio, a la vez que repetía el gesto de invitación. El mirón, viéndose entre la espada y la pared, pensó que lo mejor sería que diera la cara y se presentara en la piscina. Apagó los monitores y dejó que el vídeo siguiera grabándolo todo. Cerró la puerta, y se dirigió hasta el lugar donde se encontraban sus, hasta ese momento, amigos.

Cuando llegó, pensó que se detendrían, pero no lo hicieron, seguían follando, lo que le desconcertó. Se quedó de pie justo al lado de la pareja.

Maribel y Ricardo tenían la intención de que, llegado ese momento, lo harían sentarse frente a ellos, y que visualizara en directo como jodían, sin más. Pero en vez de eso, prácticamente sin pensarlo, le hizo un gesto para que se pusiera justo frente a ella. Se giró y miró a Ricardo, quien asintió con la cabeza, dando su aprobación, sin apenas pensar en lo que iba a hacer. Maribel, bajó el bañador de Dormi. Con cada mano, agarró un cachete del culo, y empujó hacia si. La polla del voyeur estaba flácida, y la introdujo por completo en su boca, e inmediatamente después hizo lo mismo con los huevos. Lo tenía todo en la boca, y notó como su verga se empalmaba poco a poco dentro de su boca. Comenzó a chuparla, metiéndola hasta el fondo, sintiendo como llegaba a tocar su campanilla, en el comienzo de la garganta. Jugueteó con su glande, chupándolo y rodeándolo con su lengua, mientras que con una mano sobaba sus duros huevos. De vez en cuando, rozaba su ano con un dedo, produciendo un escalofrío de placer en Dormi.

En ese momento, Maribel ascendió hasta que el falo de Ricardo estuvo fuera, y lo miró. Justo en ese instante, ambos se miraron preguntándose como era posible que estuvieran haciendo aquello, algo impensable hasta ese momento. Había algo que les atraía a realizar juegos sexuales que nunca antes habían experimentado. Se situó a cuatro patas, e hizo que Dormi se tumbara boca arriba, para poder seguir chupándosela mientras Ricardo se la clavaba por detrás. Ella continuó con la mamada, pero, sin que Dormi se diera cuenta, cogió el bote de la crema y se echó en una mano. Empezó a rozar con un dedo impregnado el culo de Dormi. Al principio, este levantó la cabeza, sorprendido, pero al instante, se relajó. Poco a poco, fue lubricándolo, hasta que pasado un rato, el dedo se deslizó hacia el interior. Dormi se convulsionó de placer. Mientras tanto, seguía lamiendo su polla a la vez que la masturbaba. Su novio la estaba penetrando salvaje y bruscamente. Todo su cuerpo se abalanzaba sobre el mirón en cada embestida, y cuando un dedo hubo entrado perfectamente en su culo, comenzó a meter otro.

Nunca le habían hecho aquello, y jamás pensó que le llegara a gustar, pero estaba disfrutando de lo lindo. Lo que le excitaba era tener a Maribel encima y sentir su ir y venir empujada por Ricardo desde atrás. Y sobre todo, verse en medio de una orgía, aunque solo fueran tres los participantes.

Mientras tanto, los dos dedos se convirtieron en tres. Jamás pensó que su culo diera para tanto. Y le estaba gustando. Por un instante llego a sentir mas placer en aquella situación que viendo por el monitor las grabaciones que realizaba.

Maribel seguía chupándole la polla y gesticulando como los peces, comenzó a abrir y cerrar la boca, igual que cuando se hacen aros con el humo de un cigarrillo, y a cada gesto, introducía aquel pene más en su boca. Tras cuatro o cinco movimientos, el miembro le llegaba hasta la garganta, rozando con sus labios los huevos de Dormi.

De repente lo sacaba por completo, para volver a repetir la operación. Maribel se sentía extraña, por que nunca se imagino haciendo aquello, y lo que también le extrañaba era que Ricardo no hubiera puesto impedimento. Obviamente él también estaba disfrutando de aquella situación. De repente, Maribel oyó un jadeo de Dormi, lo que le indicó que estaba a punto de correrse, así que sacó la polla de su boca para evitar lo casi inevitable. Dormi le dijo que no parara, y ella se limitó a mirarlo con lascivia y sonreír.

Ricardo seguía empujando por detrás, y sonriendo también, sacó la polla de su novia, y mirándola con una sonrisa, le dijo:

Te voy a follar por el culo

Maribel estaba tan excitada que no puso objeción, y el tono con que le dijo que le iba hacer una enculada la calentó más todavía. Alargo los dedos untados de crema a su culo y los restregó hasta dejarlo bien lubricado, todo esto sin quitarle ojo de encima a Dormi, que los miraba y subconscientemente agarraba su polla para meneársela, pero cada vez que hacia esto, Maribel le agarraba la mano y le decía: "deja que eso lo termine yo, pronto llegará tu turno". Ricardo empezó a restregar su polla por el culo de su novia, y poco a poco fue introduciendo la punta. Cuando esta hubo entrado, dio un empujón seco y la polla entró hasta el fondo. Oyó como Maribel gimió, ya que no se esperaba una entrada tan brusca. Pero enseguida, con el vaivén y las embestidas, el pequeño malestar se convirtió en placer. Entonces se dirigió hacia la polla de su anfitrión y continuó mamándosela. Cada vez que notaba que se iba a correr, paraba, y al momento continuaba. Dormi estaba a punto de reventar, pero nunca llegaba a correrse por que Maribel siempre paraba en el momento justo. Solo pensaba en el chorro de leche que le iba a soltar en la boca. Y eso lo excitaba más.

En cuestión de cinco minutos, Maribel estaba a punto de tener un orgasmo, que coincidió con Ricardo. Saco la polla de su culo dilatado y ambos se miraron con un aire de complicidad. Se detuvieron unos segundos, se incorporaron, y no dejaron que Dormi se levantara. Para conseguirlo, Maribel uso su pie. Mientras con una mano masturbaba a Ricardo, con el pie toqueteaba la polla de Dormi, lo que también pareció excitarlo. De repente, cuando Ricardo iba a correrse, se acercaron hacia donde estaba Dormi. Maribel agarro la polla de su novio, y la acerco al voyeur, que no vio nada ya que tenia los ojos cerrados. De repente, un chorro de leche salio disparado hacia la cara y el pecho de Dormi, que abrió los ojos extrañado. Toda la corrida le cayó encima, y a juzgar por su cara de asco no le agradó. Los miró y dijo:

Pero que coño hacéis???

Inmediatamente, para callarlo, Maribel se puso de rodillas, y tragándose su polla hasta el fondo, volvió a llevarlo al punto de ebullición, y justo cuando llegaba el final, Maribel se levantó, y le dijo:

Ahora te vas a quedar así por cabrón. Lo de la grabación no nos ha hecho ninguna gracia. Pero imaginamos que a ti tampoco que te haya follado el culo con mis dedos, y que un tío se te haya corrido encima. Estamos en paz. Y como se te ocurra pajearte en los próximos 10 minutos, nos veremos en el juzgado.

Para cuando Maribel terminó la frase, la polla de Dormi estaba flácida, y su aspecto era realmente penoso. Semen en la cara y el pecho, el culo brillante debido a la crema, y sobre todo su cara, que lo decía todo.

Maribel y Ricardo, tras diez minutos mientras los cuales se besaron varias veces de una forma apasionada, dieron por terminada aquella historia que les abrió los ojos a nuevas experiencias, y que también supuso un escarmiento para Dormi, al que se le quitaron las ganas de grabar a amigos suyos… sin su consentimiento.

Espero que os haya gustado el relato. Si teneis algún comentario o crítica, ya sabes, email al canto :).