La pillada de mi hermano
Mi hermano me pilló haciendo lo que no debía, pero todo acabó muy bien.
Me llamo Marcos, tengo 27 años, moreno, barbita, 180 de alto 75k, definido y un rabo de 20cm.
Tengo un hermano, Pablo, que me saca cinco años, él ya sabía que yo soy gay. Esto ocurrió cuando yo tenía 23 y él 28 años.
Cuando podía iba a la habitación de mi hermano a probarme, y pajearme, con sus boxers. Mi hermano trabaja desde hace tiempo y de vez en cuando traía un boxer de marca nuevo.
A mi el que más me gustaba era un Emporio Armani blanco. Era muy suave, me quedaba muy bien y me marcaba el rabo duro muy bien.
Un finde que mis padres se fueron y mi hermano se fue de fiesta pensé que esa era la mía y me iba a hacer una buena paja con sus boxers.
Abrí su cajón buscando los Emporio blancos pero no los encontré, miré si con suerte estaban en el cesto de la ropa usada y nada. Una pena, los llevaría puestos. Pero al imaginarlo se me puso tiesa muy rápido.
Me fui corriendo a buscar alguno más por su cajón, me probé unos cuantos, me sobé con otros... me tiré en su cama con unos Diesel grises y me sobaba el pakete antes de sacármela y pajearme.
De repente se abrió la puerta de la habitación y entró mi hermano un poco bebido, me tapé con la sábana lo más rápido que pude.
Pablo: ¿Qué haces aquí?
Yo: Nada
P: Anda, vete a tu cuarto.
Yo estaba cortado.
P: ¡Vamos!
Salí de su cama, empalmado y con sus boxers puestos, de repente se dio cuenta de que sus boxers estaban esparcidos por la habitación.
P: ¿Qué haces con mis gayumbos?
Y: Nada, me los estaba probando.
P: ¿Empalmado?
Me puse rojo.
P: ¿Y cuales son los qué más te gustan?
Y: ¿Cómo?
Esa pregunta me sorprendió.
P: Que cuales te gustan más.
Y: Unos Emporio blancos que tienes.
P: Esos son los que llevo puestos, mira, son muy cómodos.
Pablo se descalzó, se desabrochó el pantalón y me dejó ver su paquete en esos boxers que tanto me ponían, no quitaba ojo. (A todo esto, mi hermano tiene un cuerpazo marcado en el gym y nuestras pollas son muy parecidas)
P: ¿Están guapos eh?
Se quitó el pantalón, los calcetines y la camiseta, quedándose solo con los boxers.
Y: Si molan, pero... ¿cuándo estás empalmado también son cómodos?
P: Si, lo sujeta y lo marca muy bien.
Yo me sobaba el paquete, mi hermano lo veía. Empezó a sobarse el también hasta que se empalmó.
P: ¿Ves? Sujetan muy bien.
Y: ¿Me dejas probármelos?
P: Va, pero elige otros para mi.
Rebuscando le escogí unos boxers negros de tela CK, muy comunes, con “salida” para la polla, pero muy morbosos.
Se quitó los Emporio delante de mi, su pollón saltó y golpeó sus abdominales, yo no hice otra cosa que mirársela y relamerme, pero rápido cogió los boxers que le elegí y se los puso. Le marcaban de vicio también, eso era un espectáculo.
Yo cogí los Emporio y me los cambié delante de mi hermano, pero él no hizo caso y no me miró hasta que me los puse.
P: Te quedan de lujo.
Y: Puff, me encantan. ¿Nos hacemos una paja?, mira como vamos...
P: ¿Estás tonto?, vete a tu cuarto.
Y: ¿Me los puedo llevar? (Los Emporio)
P: Haz lo que quieras.
Se tiró en su cama y apagó la luz, yo me fui a mi cuarto y me pajeé un rato, pero quería más.
Al rato me levanto de mi cama y me acerco a la habitación de mi hermano, estaba todo oscuro excepto su cara por el brillo del móvil donde estaba viendo porno, se notaba por que se escuchaba el roce de la cama y se veía una sombra moverse de arriba a abajo.
Me quedé un ratito parado en la puerta, con mi polla sacada por debajo de los Emporio, pajeándome.
Al poco digo:
Y: ¿Qué haces?
Pablo se asustó, pero no se tapó.
P: Ven aquí, anda.
Me acerco.
P: Túmbate conmigo.
Me tumbo, él coge el móvil y sigue viendo porno mientras se pajea, yo hago lo propio con la mía.
P: Joder, mira esta como la chupa.
Y: Si quieres yo te la chupo.
P: ¿En serio, lo harías?
Me levanté y encendí la luz.
P: No, mejor a oscuras.
Apagué la luz, pero vi que la polla la sacaba por la abertura de los boxers. Me puse a los pies de su cama, le agarré la polla, estaba durísima, la descapullé un poco y la empecé a lamer.
Pablo se retorció de placer, él seguía viendo porno en el móvil, aceleraba el ritmo y le hacía una paja a la vez que se la chupaba. Oía sus gemidos y yo estaba cada vez más cachondo.
Le cogí de la goma de los boxers y tiré para quitárselos, a la que subió las piernas le comí los huevos, bajé al perineo y le lamí el culo. Pablo se retorció.
Y: Perdón, me he dejado llevar.
P: Hazlo otra vez.
Le subí las piernas y le empecé a comer el culo. Pablo soltó el móvil y agarró su polla para ponerse a pajear. Le gustaba, lo notaba, se estaba volviendo loco.
Me quite los boxers, me escupí en la mano y me restregué la polla. De comerle el culo noté como se abría y no quería perder la oportunidad. Puse mi capullo en su ojete.
P: ¿Qué haces?, yo no soy gay.
Y: Tranquilo, relájate, te va a gustar.
Metí el capullo y un poco más, a Pablo le dolió y me dijo que la sacara. La saqué y me lancé a comerle el culo otra vez. Volví a escupirme y a meterle un trozo de mi pollón.
Esta vez le gustó, me pidió que le follara un poco y eso hice, no la metí entera, pero me flipaba follármelo, aunque no le veía por que no había luz, le oía gemir.
Y: ¿Quieres follarme tu a mi?
P: No tengo gomas.
Y: Somos hermanos, ven.
Me puse a 4 patas en el borde de la cama, me llené el culo de lapos y le pedí que me follara. Puso su polla en mi ojete y yo mismo me encargué de meterla hasta los huevos.
P: Jooooooder, ¡qué pasada!
Y: ¿Te mola?
P: Buah, ya ves
Y: Vamos hermanito, fóllame.
Pablo empezó a darme caña, me agarró de las caderas y me embestía, metía la polla hasta el fondo en cada empujón, yo bufaba y pedía más y más, que me reventara.
Pablo empezó a gemir muy fuerte y muy seguido, creía que me iba a preñar, pero de repente sacó la polla y encendió la luz.
P: ¡Al suelo, de rodillas!
Me tiré al suelo de rodillas como me pidió, me agarró de la barbilla y se empezó a pajear en mi cara hasta que me obligó a abrir la boca y empezó a correrse de tal manera que no solo cayó en mi boca, me llenó toda la cara, aunque buena parte cayó en mi garganta. Al sentir su lefazo caliente por mi cara me corrí como nunca poniéndome perdido con mi propia leche.
Desde entonces me quedé con los dos boxers que usamos para follar y los usamos para mamársela de vez en cuando. Hasta que se fue a vivir con su novia.