La pildora magica

Llevo diez años de casado con una hermosa mujer y nuestra vida sexual es buena; hoy por hoy y por razones laborales me traslade de la ciudad en donde vivía a otra en donde no conozco a nadie.

Llevo diez años de casado con una hermosa mujer y nuestra vida sexual es buena; hoy por hoy y por razones laborales me traslade de la ciudad en donde vivía a otra en donde no conozco a nadie. Todos dirían que bueno probar nuevas emociones debe ser algo muy chévere, pero infortunadamente para mí no lo ha sido; tengo un problema moral y ético que no me deja pensar más que en mi mujer y ella se ha convertido en un todo para mí. Frente a la necesidad de estar con ella he viajado varias veces a mi ciudad de origen y créanme cuando les digo que iba resuelto a pasar unos días espectaculares al lado de ella. Decidí viajar en horas del medio día con el fin de llegar en horas de la noche y sin avisarle a nadie sobre mi decisión; cuando llegue al apartamento ella estaba dormida, vestía una pijama en satín blanco que quedaba mas arriba de las rodillas, como la ciudad en donde vivo es de clima caliente y esa noche estaba haciendo mucho calor, ella estaba desarropada, dormida boca arriba con una pierna estirada y la otra flexionada. Dormía como siempre, sin ropa interior, y su pijama se había subido dejando entre ver su vagina, con el bello púbico bien recortado y muy organizado. Me bañe en el baño social para no hacer ruido y me perfumé ya que ella también estaba así. Días atrás le comente mis intenciones a un amigo del trabajo y el me dijo que comprara unas pastas naturales que eran muy buenas y que a el la habían servido mucho, ya que con ellas hasta resistía tres o cuatro polvos. Como yo quería pasar una noche de mucho ajetreo compre las pastas y me tome antes del baño una de esas pastas; esperé 30 minutos como decía la formula y entre al cuarto. Al verla nuevamente mis deseos se hicieron mas carnales y comencé a besarla suavemente desde los pies hasta su boca, fue tan suave que ella no se despertó baje a su pelvis y muy suavemente puse mi mano entre sus piernas haciéndole presión suave sobre su clítoris; creo que estaba soñando por que no se despertaba pero yo veía que estaba disfrutando del momento. Decidí meterme entre sus piernas y comenzar a lamer su vagina, así lo hice y se que a ella le gustaba ya que se estaba humedeciendo y su clítoris se estaba poniendo cada vez mas erecto. Ella mientras tanto se tocaba los senos suavemente y por encima del pijama se veía los pezones bien erguidos. Yo continuaba chupándole la vagina y mi pene se engrosaba cada vez mas queriéndose estallar. No aguante mas y abriendo sus piernas comencé a hundirle mi polla en su vagina estaba deliciosa, en ese momento ella abrió los ojos y me abrazó comenzamos a besarnos apasionadamente aumentando la excitación del uno como del otro ella cada vez mas excitada y yo cada vez las arrecho. En esa posición llego por primera vez y sentí como sus piernas se entrelazaban sobre mi espalda y sus manos clavaban sus uñas en mi espalda. Me decía que no mas, que llegara con ella, que no aguantaba mas, me retiré para dejarla descansar ya que su excitación la tenía muy sensible y no aguantaba ni el mas pequeño roce. Por mi parte la pildorita seguía haciendo lo suyo y yo mas arrecho a cada minuto la bese y ella se dio la vuelta, yo comencé a besarle la nuca y de ahí baje por toda su espalda hasta llegar a sus nalgas, las bese y le introduje mi lengua entre ellas llegando hasta el ano, el cual estaba también mojado de sus flujos vaginales. Allí permanecí por unos segundo y decidí meterle mi verga por el ano, ella estaba aun excitada y muy sensible y con lo que yo le estaba haciendo mas caliente se ponía; suavemente introduje mi pene por su ano, primero el glande y poco a poco el resto del miembro, mientras tanto una de mis dedos acariciaba su clítoris y entraba a su vagina de cuando en vez, sentí un gemido y le pregunté que si le dolía y me respondió que si pero que era un dolor delicioso que le hiciera un poco mas suave y disminuí la intensidad de la penetración. Su mano acariciaba su clítoris y mas flujos brotaban de su ser, decidí sacárselo de culito y colocarla boca arriba y chuparle ese pequeño huevo duro que tenía, ella tomaba con sus manos mi cabeza como queriéndome retirar de ella pero no dejé y así la hice llegar nuevamente. Le abrí las piernas y se las levanté haciendo la posición profunda y estando así le di duro al clavo, cada vez mas rápido y mas profundo, ella estaba demasiado excitada y me decía que tenía dolor de cabeza que llegara con ella, que ella se iba a reventar, continué dándole hasta que llegue, tenía tanto acumulado que mi leche se salía de entre su vagina y se deslizaba por entre su entrepierna y nalgas. Paramos por un rato y nos abrazamos. Ella se quedó dormida y yo… Se imaginaran que paso. La pequeña pildorita no dejaba de hacer efecto, tenia mi verga mas dura que al inicio me levante suavemente de la cama y me metí al baño… pensé, un baño frío serviría para calmar la arrechura que tengo. Cuando Salí de la ducha estaba ella despierta, me miro el pene y se sonrió: "Estas calentón, no?, Te hacia falta tu mujer?" y le dije sin dudarlo un momento que si. Ella se acerco a mi me abrazo, me dijo que me amaba, le hacia mucha falta también y me beso; luego sintió mi pene muy erecto se agacho y comenzó a chupármelo, yo sentía el calor de su boca alrededor de mi pene, era muy agradable pero aumentaba mi excitación y mis ganas de poseerla; "Quieres cogerme nuevamente?", me preguntó y sin decirle nada le di la vuelta y la recliné hacia delante y como si fuera la primera vez le clave mi pene en su vagina. Cada vez mas duro y mas rápido, ella comenzó a gemir cada vez mas, se incorporo y con sus manos me cogía las nalgas apretándolas con mucha fuerza, de un momento a otro se separo me llevó al cuarto me tiro a la cama y se puso sobre mi, allí hizo hasta donde mas aguantó… bueno, aguantamos yo llegue al mismo tiempo que ella; se recostó sobre mi pecho y me dijo que la distancia me estaba haciendo mucho daño y que de paso a ella. Hacía ya mucho tiempo en que no llegaba tantas veces en una noche y lo que no sabía es que la dichosa pastillita aun estaba viva en mi organismo. De un momento a otro se quedo mirándome y me dijo: "Has llegado dos veces y tu pene esta delicioso, quieres continuar?", le conteste sin dudarlo un instante que si. La coloque en la posición de trapecio e iniciamos la faena nuevamente. Esta vez duro mas mi llegada y menos tiempo se demoró en llegar el orgasmo de ella, ya era el cuarto y sentía lastimada su vagina, le dije que se pusiera en cuatro que la iba a penetrar por el ano y no lo podía creer de que yo había llegado tres veces y que mi calentura aún continuaba; sin embargo accedió a mis deseos. La penetré suavemente, y poco a poco ella se fue calentando al ritmo mío y hasta que llegamos los dos nuevamente. En fin, esa noche fue una noche espectacular, más de cuatro orgasmos de ella, tres míos y con una calentura que me duró hasta el otro día, y digo hasta el otro día, por que a las 6 de la mañana del día siguiente la cogí nuevamente y llegamos dos veces más.