La piara. Una tarde diferente
Me voy con fresa y nodriza a un club muy especial de Barcelona, donde mis esclavas demostraran su valía y conoceremos a nuevas parejas juguetonas Dominación, bisexualidad y todo aquello a lo que os tengo acostumbrados
Unas semanas después de que nodriza y guante empezaran a convivir con sus tres hijas (por cierto, se llevan todas muy bien y se han integrado magníficamente, tanto unas con otras como todas ellas con la piara, pero hay historias que no pueden/deben contar en abierto) me llego un mensaje al teléfono de mi ahijada, fresa “Padrino. Hoy termino las clases a las tres y tengo la tarde libre. ¿Comemos juntos?”. La pequeña putita sabia que me ponía mucho que cuando estábamos en presencia de la familia o de gente que no conocía nuestra especial relación, me llamara así.
Por supuesto que una invitación así era imposible de rechazar, así que anule un par de reuniones de trabajo que tenia por la tarde. Luego, llame a nodriza y le dije que dejara la lactancia para guante (que había incrementado la producción de leche en las tetas al tener ahora dos bocas más que alimentar) y que cogiera una serie de cosas del cuarto de juegos del piso y las metiera en una mochila para que pasara a buscar a fresa por la salida del instituto donde las recogería a las dos y nos iríamos a pasar la tarde los tres juntos.
Al llegar a la puerta del instituto, me encontré a todas las alumnas juntas, hablando entre ellas. Estaban preciosas, todas con su uniforme, como si no hubieran roto un plato en su vida, pero yo sabía que bajo esa apariencia de niñas buenas, había tres putas redomadas que no llevaban ropa interior. Lo que si llevaban eran todas el plug anal en forma de joya y su vibralust, así que inicie el programa en “suave”. Todas dieron un respingo y sonrieron al notar como el aparato que llevaban en el coño empezaba a hacer su trabajo. Tenían la obligación de ponérselos todo el día y puesto que era de un material hipoalergenico, no se les irritaba.
Carlos: Hola cerditas – las salude desde el coche - ¿Habéis visto a nodriza? Le dije que viniera a recoger a fresa y que nos íbamos a pasar la tarde por ahí…
Fresa: Si, Amo. Ha ido un momento a usar el baño – me contesto con una sonrisa inocente, pero con unos ojos de zorra tremendos.
Unos minutos después, nodriza y dulce salían de unos arbustos cercanos. Nodriza, con cara de satisfacción, se iba arreglando la falda corta, plisada y negra que le había ordenado que se pusiera. Por su parte, dulce salía con media sonrisa y con la barbilla brillante. Estaba claro que la morena había usado a la gafitas para aliviar su vejiga y que una vez con el coño en la boca, no había dejado pasar la oportunidad de darle otro tipo de fluido en la boca a la alumna. Cuando ambas nos vieron, se acercaron al coche.
nodriza: buenas tardes, Amo – dijo con una bonita sonrisa – perdón por hacerle esperar, pero es que tenia pis y…
Carlos: Ya… y nada como una buena meada y una comida de coño con el morbo de que os vea alguien ¿No?
nodriza: jajaja – rio la traviesa veterana – como me conoce… ya sabe que le tengo un cariño especial a este wáter portátil.
Carlos: ¿No será por el cariño que le tiene ella a las niñas y que te las entretiene siempre que tiene ocasión?
nodriza: pues… seguramente, Amo. Ya sabe que para una madre es importante que sus hijas estén bien cuidadas, educadas y queridas.
dulce había creado un gran lazo afectivo con las hijas de nodriza y guante. Casi como si fuera una tercera madre. Seguramente por ser hija de padres separados, el vínculo era más fuerte. Las cuidaba, las bañaba y jugaba con ellas siempre que podía, limpiándolas cuando iban al baño e incluso cambiando los pañales de la pequeña de todas, con gran eficiencia y dedicación. Y, por supuesto, las educaba en las normas que regían la piara y su jerarquía, hasta la última consecuencia.
Cerda, con pequeños espasmos en el estomago por la proximidad de su primer orgasmo, gracias al juguete vibratorio, le pregunto a fresa si no tenía previsto ir al instituto por la tarde. Fresa, con la misma cara de pilla que tenia siempre, le explico que, puesto que eran tardes de tutoría y que la suya ya estaba hecha con sus padres, la profesora le había dicho que se podía ir en casa. En algún remoto lugar de mi retorcida imaginación vislumbre que clase de tutoría le podía dar una profesora católica a una pareja cuyos miembros se follaban a su propia hija cuando les venía en gana y no contentos con eso, también usaban a otras alumnas de su propia clase para los fines más perversos y retorcidos que se le ocurrían. Lo más lógico hubiera sido que la tutoría fuera al revés. Seguramente la maestra hubiera aprendido mas de cómo funciona el mundo que los padres sobre el desarrollo de su hija.
agujero: Que morro!!! - Protesto el juguete de Marcos – Si tu no vas a clase, yo también me la salto!
Carlos: agujero, ven un momento - le dije desde el asiento de mi coche e hice que metiera la cabeza por la ventanilla del acompañante, por donde les hablaba
agujero: ¿Si, Amo? – dijo obedeciendo
Carlos: Tú vas a ir a clase y serás una de las golfas mas obedientes que hay ahí dentro – le dije mientras le tiraba de su pezón izquierdo por encima de la camiseta azul del uniforme. Que tuvieran prohibido llevar ropa interior incluso en el colegio facilitaba enormemente las cosas ya que era fácil intuir donde los tenia gracias a la excitación que le producía el juguete vaginal, lo que ponía cachondos tanto a compañeros como a profesores – porque como me entere yo o el Amo Marcos de que has bajado tu rendimiento, te vamos a castigar con lo que menos te gusta: no te tocaremos ni dejaremos que te toques durante semanas, te pondremos un cinturón de castidad y haremos que no puedas usar esas pinzas para los pezones que tanto te gusta llevar por casa hasta que vuelvas a ser la buena estudiante que eras ¿Queda claro? - Con cara de placer por el dolor que le producía mi presión en el pezón, aquella pequeña fulanita asintió con la cabeza. Para alguien que no fuera masoquista como ella, aquel tirón la hubiera hecho llorar. A ella, junto con la acción del vibralust, había hecho que se corriera, provocando un hilo de flujo por el muslo, en dirección al tobillo. A aquella masoquista se le haría muy larga la tarde hasta la hora de poder salir e ir a casa de Marcos para que le diera su ración diaria de humillación y dolor – Bien. Así me gusta… ahora, te irás con dulce de donde han salido ella y nodriza y te comerá el coño, para que veas que si obedeces, todo irá mucho mejor. Cerda, acompáñalas y grábalo todo. Cuando agujero se corra, ocupa su lugar y que sea ella la que grave. Y para terminar, que sea ella quien decida quién de las dos le va a comer el coño para agradecerle que sea tan hábil con la lengua. No hace falta que os diga que mientras que os comen los coños, el vibralust ha de estar en vuestra boca ¿Verdad? – las tres negaron con la cabeza – Bien… Y vosotras dos, subir, que tengo hambre.
Después de despedirse con un beso en la boca, que me dieron entrando por la puerta del copiloto, las chicas se fueron a los arbustos, tal como se les había ordenado. Pese a estar pegados al muro del colegio, apenas se les veía si uno no se fijaba… si no te fijabas… igual que si no te fijabas mucho… Mientras me daban los besos de despedida, gracias a que tenían que apoyar la rodilla en el asiento, se les veían sus depiladas rajitas por debajo del uniforme (dos tallas más corto de lo que aconsejaba el decoro) y seguramente la joya anal que todas portaban. Por fortuna, en aquella zona siempre había viejos que se fijaban en todas estas cosas…
El viaje desde La Guineueta hasta Pedralbes por la ronda no fue más de diez minutos, durante los cuales las chicas intercambiaron besos y se metieron mano en el asiento de atrás del coche. Desde que “rescatamos” a nodriza de aquella cadena de hamburgueserías y le encontramos trabajo en el club BDSM, la veterana pasaba muchas horas con la piara y eso se notaba en el “cariño” que se tenían entre ellas. Las niñas solían visitarla en casa para jugar con ella y sus tres hijas (dos de guante y una suya) y era rara la semana en la que no las usaban tres o cuatro veces.
Cuando salimos por el acceso de la ronda, rodeamos el cuartel militar del Bruch y nos dirigimos al Frankfurt Pedralbes. Era uno de los establecimientos de comida rápida más cercano a dónde íbamos a ir. Además, era un lugar que solía estar frecuentado por soldados del cercano cuartel y siempre es divertido exhibir a un par de zorras, que podrían ser madre e hija.
Carlos: Quiero que entréis y que pidáis un par de bocadillos y dos cervezas – ordene a mis dos sumisas – os los comeréis en la barra y daréis juego. Ya me entendéis. Quiero que hasta la última salchicha del local se ponga dura con vosotras
Fresa: Si, Amo – me dijo con voz melosa mi ahijada - ¿Quieres que juguemos a la mami y la niña mala?
Carlos: Mejor si jugáis a la niña mala y la mami peor…
Dándome un beso con lengua, bajaron del coche. Talmente parecían madre e hija. Nodriza con su falda, tacones y blusa blanca con un par de botones desabrochados de mas, parecía una secretaria que acababa de salir de trabajar y a la que había venido a buscar su aplicada hija, con su uniforme de faldita a cuadros y su polo azul, rematado con los largos calcetines y el calzado a juego.
Mientras ellas entraban, yo estacione el coche fuera del bar. Tenía un punto de vista perfecto, porque cuando hace calor, el local quita las puertas principales y se convierte en un chiringuito la mar de aireado con facilidad de entrar y salir. En el lugar había un grupo de cinco chicos, todos ellos con el pelo muy corto y en buena forma física. Parecían soldados del acuartelamiento cercano y por la cantidad de cervezas que tenían sobre la mesa, llevaban un rato ahí. Reían y se hacían bromas más o menos pesadas, pero cuando entraron las dos cerdas, todos guardaron silencio y se las comieron con los ojos.
Nodriza: buenas tardes – saludo al camarero – una cerveza y un bocadillo con las salchichas estas gordas y blancas… no recuerdo como se llaman…
Camarero: ¿Una butifarra del Vallés?
Nodriza: bueno, si… de estas – hizo un gesto exagerado con las manos, convirtiéndolas en un tubo tan grande como le daban los dedos para resaltar sus palabras – Bueno… lo más gordo que tengas
Camarero: Muy bien… ¿Y para ti, señorita?
Fresa: Si, para mí también una de estas gordas. Cuanto más gorda mejor – se rio de su propia gracia, siendo secundada de “su madre”, que también rió a gusto - y para beber, una Fanta de naranja.
Soldado: Diga que si, señora! – le chillo desde su mesa, situada aproximadamente a unos tres metros de los taburetes donde estaban sentadas las chicas – cuanto más gordo, mejor!
Nodriza: Por supuesto. Si no, luego, te quedas insatisfecha… y con hambre
Todos los presentes rieron y mientras el camarero preparaba el pedido, siguieron a sus cosas, pero sin perder un segundo de vista a las dos cerdas, que al sentarse sobre los altos bancos habían abierto las piernas, dejando que sus coños se reflejaran en los espejos que había bajo la barra. No había sido algo casual, sino que era hecho a posta para poner cachondos a los chavales. Y lo estaban consiguiendo, puesto que algunos se tocaban la polla sobre el pantalón, para acomodársela cuando tanto la pequeña como la mayor movían las piernas y separaban las rodillas.
Ni que decir tiene que la degustación del bocadillo fue todo un espectáculo. Tanto fresa como nodriza se lo comieron como si fuera una polla y enguarrarón todo lo que pudieron los labios y la barbilla con salsas los mismos, hasta el punto que la mayonesa le resbalaba por la comisura de los labios a las dos como si mas que un Frankfurt, se estuvieran comiendo un par de rabos
Un rato después, cuando estaban a punto de terminar los bocadillos, en el chat de la piara llegaron los videos que habían hecho, siguiendo instrucciones, las cerdas que no estaban presentes. Pese a bajar un poco el volumen, lo dejaron suficientemente alto como para que los asistentes pudieran escuchar como gemían las chicas mientras se comían los coños las unas a las otras
Fresa: Ala mama!!! – Dijo metida en su papel - ¿Has visto como le ha dejado la boca Carla a Ainhoa? Si parece papa Noel! Jajajaja
Nodriza: Ya ves, cielo… si esta para comerle los morros y dejarla bien limpia
Fresa: bueno… para fluejem… – dijo camuflando la palabra flujo a la atenta mirada de los soldados, que después de escuchar los gemidos de los videos estaban atentos como los perros de las praderas – el de Ainhoa. Mira que esta rico…
Nodriza: shiiiiiiiit – le dijo fingiendo un pudor que no tenia – que te van a escuchar los chicos…
Fresa: Hmmmmmmm – dijo mirándolos y haciendo que todos bajaran la mirada o disimularan – pues oye, yo a alguno… Bufffff… me he puesto tonta… ahora vengo… - dijo mientras que se levantaba y se iba al baño.
Soldado: Señora ¿Se encuentra bien su hija? – pregunto uno de ellos, con mas intención de seguir a fresa que de ayudar
Nodriza: ¿Eh? A, si, gracias! – Dijo dándose la vuelta y encarando la mesa de los soldados. Cuando lo hizo, se giro del todo y les ofreció una vista directa de su depilado coño al usar los travesaños inferiores del banco para apoyar los tacones. Si cuando la conocimos llevaba una gran mata de pelo en la parte superior, al final decidimos que se lo depilara – Unas amigas nos han enviado unos videos y ha ido a… refrescarse. Le ha entrado una calentura… calor… le ha entrado calor – dijo guiñando pícaramente el ojo, dando a entender que había ido a masturbarse al baño.
Soldado: ah… vale… vale… - dijo incapaz de ser lo suficientemente atrevido para acudir al baño por si fresa necesitaba alguna cosa más… contundente que masturbarse
Soldado: señora, lleva un poco de mayonesa en la comisura de los labios.
Nodriza: ay… perdón – dijo como si tuviera la culpa de algo y sacando la lengua, se la paso por los labios, de derecha a izquierda, recorriendo su labio superior, como si limpiara todo rastro de una corrida – es que a veces no te lo puede tragar todo y luego tienes estos problemas, que se dan cuenta… ¿ ahora está bien, chico? – le dijo a uno de los soldados, que iría mas pasado de alcohol que el resto y se le había quedado mirando fijamente el coño, sin ningún tipo de disimulo.
Soldado: No le hagas caso – dijo, aparcando la formalidad de tratarla de usted, para pasar a tutearla – el muy gilipollas no está acostumbrado a ver un bonito paisaje y se ha quedado pillado
Nodriza: ah… bueno… espero que no sea porque le ha disgustado…
Soldado: Que va! Si tienes un coño precioso… - le soltó a bocajarro a la morena. Los otros rieron, pero le pegaron una hostia en el brazo para que se diera cuenta que se había pasado. Nodriza únicamente sonrió, sin cambiar de postura
En aquel momento salía fresa del baño. Se había refrescado la cara con el agua de la pica y hecho una veloz paja, triturándose el clítoris con los dedos y volvía sin saber lo que había pasado en su ausencia.
Fresa: ¿Qué ha pasado? Escuchaba las risas desde el baño…
Nodriza: nada, que uno de los chicos se ha quedado pillado mirando hacia aquí – señalo con las manos su coño – y yo les preguntaba si les gustaba. Y me han dicho que si…
Fresa: ah! Guay! ¿Y este? – Pregunto a los soldados mientras se sentaba en su asiento y abría las piernas como “su madre” para que tuvieran todos una visión directa de su entrepierna
Soldado: joder, que coñito! – Dijo uno de ellos – están los dos para comérselos ahora mismo…
Cuando el ambiente estaba a tope y la tensión sexual se cortaba con un cuchillo, decidí hacer mi aparición en escena y sacarlas de allí antes de que a alguno de aquellos soldados se le fuera la olla y intentara violar a fresa o nodriza en el WC. Claro que la verdad hubiera podido ser al revés, ya que si uno de ellos se las hubiera llevado al baño, el violado habría sido el soldadito.
Carlos: Hola cielo – dije dándole un morreo a nodriza mientras le agarraba una teta por la base y se la apretaba. El movimiento hizo que una pequeña mancha de leche transparentara por su blusa - ¿Ya habéis comido?
nodriza: bueno… no todo lo que hubiéramos querido, pero… - dijo mirando a la mesa de los soldados y cerrando las piernas, recuperando una postura de mujer “decente”
Carlos: Hola preciosa – le dije a mi ahijada, besándola en las mejillas como si fuera mi hija al tiempo que ella se tocaba ligeramente el coño sin que “yo me diera cuentas”, lo que provoco más de un exabruptos… - ¿Cómo va? ¿Te has quitado el hambre?
Fresa: Bueno… si te digo la verdad, se me ha abierto mas
Carlos: Joder, sois muy raras… - seguí en mi papel del marido que no se entera de la película ¿Nos vamos? – dije al tiempo que hacía señas al camarero para pagar la cuenta – la visita con el psicólogo “para lo vuestro” es en media hora.
“Claro” dijeron ambas y se levantaron, abriendo por última vez las piernas para todos aquellos soldados que habían estado disfrutando del espectáculo. Saliendo del local, agarre la nalga derecha de nodriza y la apreté. Estaba dura aquella hija de puta y por mucho que me vaciara una y otra vez los huevos, seguía queriendo usarla con verdadero deseo.
Cuando subimos al coche, las chicas lo hicieron en la parte de atrás y tal como se cerró la puerta, fresa ordeno a su “madre” que le comiera el coño hasta correrse por segunda vez esa tarde, porque llevaba una calentura brutal. Nodriza apenas tuvo que trabajársela tres minutos y la joven esclava, estirada en el asiento de atrás del coche, ya se corría en su boca, soltándole uno de sus poderosos squirts, que nodriza se trago no sin cierta dificultad debido a la postura forzada en la que estaba. Cuando la pequeña termino de soltar flujo, la morena tenía toda la barbilla llena de la corrida de mi ahijada.
fresa: Uffffff como lo necesitaba. Me metí en el baño a ver si alguno de aquellos chavales me seguía, pero para ser soldados, son bastante cagados…si llega a seguirme alguno, te juro que dejo la paja a la mitad y me lo follo ahí mismo.
nodriza: no eres la única que se hubiera follado a alguno. ¿Has visto el paquete que tenía el de la izquierda? Joder, estoy empapada…
Sin decir nada, fresa se sentó bien en el asiento de atrás y tiro de la pierna derecha de nodriza, colocándola sobre el respaldo y dejándole el coño al aire al separarle las patas. Entonces, sacándole el huevo vibratorio del coño y depositándoselo en la boca, le metió dos dedos en el coño y empezó a follarselo sin piedad mientras le recordaba que era una cerda y que cuando creciera, su hija seria igual de puta que ella, por lo que le daría el mismo tratamiento, llevándosela a putear para que fuera una buena sacaleches como su madre. Cuando terminamos la ruta de apenas dos kilómetros entre el Frankfurt y el club al que íbamos, la morena ya se había corrido. Y cuando lo hizo, fresa le acerco los dedos en la boca para que se los limpiara. La morena, se volvió a meter el juguete en el coño y limpio los dedos con verdadera meticulosidad.
El club al que íbamos era Training Pedralbes. Situado en una de las zonas más pijas de Barcelona, había sido un antiguo gimnasio exclusivo, pero con la crisis los dueños se pillaron las manos y unos empresarios vieron la oportunidad de llenar un hueco en los clubs de intercambio, dándole glamur al tema y reacondicionaron las instalaciones para convertirlo en un buen lugar para que la gente follara. Con cuatro plantas era uno de los mayores de la ciudad condal. Su esquema era bastante sencillo: en la parte superior los vestuarios, en la planta principal, desde donde se accedía al local, la recepción, el bar y un par de salas de juegos para parejas y otra sala donde se organizaban encuentros bisex. En la planta menos uno estaba situada la zona de aguas, con piscina, duchas y yacusi, una sala de proyección de películas X y tres salas para follar, una de ellas interconectada con la sala oscura. En la parte inferior, otro grupo de duchas, la discoteca y una mazmorra bien ambientada, si bien era usada habitualmente por gente vainilla que únicamente disfrutaban de la apariencia y no del mundo realmente BDSM.
Tras cambiarse de ropa, ponerse un traje de tubo con unos zapatos de tacón, la apariencia de fresa había mutado y aquella cerdita había pasado de ser una inocente colegiala a una provocadora hembra. Un poco de maquillaje y unos retoques en el peinado y nadie sospecho que aquella preciosidad no tenía, ni de lejos, la edad para entrar en el club.
Entre semana, el local abre sus puertas a las 16:00, lo que es aprovechado por muchos para tomarse la tarde libre en sus trabajos e ir al club con sus amistades. Era una alternativa mucho más barata a los apartamentos por horas y encima, pudiendo degustar una copa e intercambiar cromos con otras parejas.
Cuando pasamos la primera puerta y nos abrieron la verja del perímetro supimos que la parte más peligrosa estaba a punto de llegar, así que nodriza y yo nos adelantamos un poquito y fresa permaneció detrás. El portero se la miro un par de veces, pero la simpatía de la morena y los pechos casi al descubierto hicieron su magia y finalmente, no puso impedimento en que la pequeña accediera al local sin pedirle documentación.
Tras subir al vestuario, desnudarnos y dejar las esclavas los juguetes vibratorios dentro de la taquilla, cogimos las toallas y bajamos a las instalaciones. Por el número de zapatos que había sobre las taquillas, en aquel momento seriamos unas diez o doce parejas en todo el club, así que podíamos divertirnos en compañía de desconocidos.
Cuando llegamos a la piscina no había nadie. Teníamos aquella zona solo para nosotros, así que dejamos las toallas en el banco que había al lado y nos metimos los tres dentro. Estar en una piscina con un par de hembras guapas como ellas siempre es un placer y más si te apoyas en el borde y empiezan a morrearte al tiempo que juegan entre ellas. Unos minutos más tarde me senté en el linde de la piscina y les ordene que me comieran la polla y los huevos.
Un rato después, ordene a nodriza que se sentara en mi lugar y puse a fresa a comerle el coño, mientras yo me situaba detrás de mi ahijada. Cuando le separe las nalgas y vi como su coño se abría, invitándome a entrar, así que dirigí mi polla hacia su rajita y la penetre. Su ojete, todavía ocupado por la joya anal, se contrajo cuando noto a su “vecino” ocupado. El contraste entre el agua y el calor del coño de la sumisa era un placer de dioses. Cuando empecé a bombear, nodriza ya estaba gimiendo, con la boca ocupada por su propia joya anal. Cuando fresa usaba la lengua, no le gustaba tener ningún agujero vedado, así que les solía sacar aquello que llevaran en el ojete sus compañeras de juegos para tener el terreno despejado. Al notar la lengua de fresa en su clítoris y los dedos en el interior de sus agujeros: el índice y el medio en el coño y el anular, como su nombre indica, por el culo, la morena empezó a boquear como un salmón fuera del agua.
Desde que tenía dos hijas más a las que alimentar, las tetas de nodriza habían crecido para incrementar la producción de leche materna pero se habían vuelto tremendamente sensibles gracias al tratamiento especial a la que las sometíamos y cuando su dueña se excitaba, empezaban a producir leche, lo que se traducía en pequeñas gotas en sus erectos pezones siempre que se le ponían duros. A mí, era algo que me excitaba tremendamente, así que ordene a fresa que le apretara las ubres por la base. Casi de inmediato, los pezones de la morena empezaron a soltar leche materna que saltaban sobre sus tetas, barriga y la cara de fresa.
“Uala!” Escuche decir a una voz femenina detrás de mí. Cuando me gire vi a una parejita de aproximadamente treinta y cinco años. Ambos con la toalla puesta. Ella, una rubita de aproximadamente metro sesenta, complexión delgada y con unas abultadas tetas bajo la toalla. El chaval, algo más alto, delgadito y bajo la toalla se le notaba una buena herramienta.
Carlos: ¿Te gusta ver cómo le sale leche de los pezones? – pregunte a la parejita que acababa de entrar en la sala de la piscina y estaban a unos tres metros nuestros. Ella asintió – pues ven… si te apetece puedes hacerlo tú misma. Somos Carlos, fresa y la morena tetuda, nodriza. ¿Adivina por qué?
Sandra: Jijijiji – rió el chiste la chica - Nosotros Sandra y él, Didac ¿no tendría que ser ella la que me dijera que la puedo tocar?
Carlos: Si fuéramos vainilla todos, si. Pero ellas dos son mis esclavas, tal como habrás adivinado por los nombres.
Sandra: Entonces… ¿Puedo? – le dije que si con la cabeza y ella se acerco a nodriza, poniéndose en cuclillas al lado de la matrona. Al hacerlo, se le abrió la toalla y se le vio un bonito coño depilado. La recién llegada extendió la mano derecha y agarro la teta izquierda de la morena por la base, apretando suavemente. El pecho hizo lo que se esperaba y soltó unas gotas de leche – Uala!!! – volvió a repetir la rubia
Fresa: si eres tan suave, sacara poquita, pero si quieres mas… - dijo a la vez que apretaba fuertemente los dedos de Sandra sobre la ubre de nodriza. Un potente chorro de leche salto del pezón y le dio en toda la cara a Sandra.
Mientras su pareja estaba jugando con la teta de nodriza, Didac se quito la toalla y la colgó en las perchas, al lado de las nuestras. Lucia ya una polla hiniesta de buen tamaño y sin un solo pelo. Luego, le quito la toalla a su chica, que exhibió un bonito par de tetas operadas con un pezón redondo y oscuro como una galleta príncipe, con un pezón hinchado. Su raja estaba totalmente depilada y sus labios menores sobresalían de los mayores. Después de colgar la toalla de la chica en las perchas, paso sus dedos por su coño y se los llevo a la boca.
Didac: Joder, cariño. Estas empapada…
Sandra: no veas cómo me ha puesto que me eche la leche en la cara una tía.
Didac: para variar – dijo irónico
Sandra: jajaja, cabronazo!!!
Didac: Y a mucha honra, zorrita mía… - luego le dio un beso a tornillo mientras le tocaba el coño. Al terminar, paladeo – Que morbo catar una leche en tu boca que no sea de macho…
Sandra: ¿Me dejas que chupe directamente del pezón? – Me pregunto a mí. Había cazado las reglas al vuelo
Carlos: claro. Y si tu chico quiere usar el otro pezón, también…
Sandra y Didac se arrodillaron al lado de nodriza, uno a cada lado y empezaron a succionar sus pechos. La morena, que ya se ponía cachonda cuando le vaciaban sus hijas la leche de las ubres, se vio en la gloria. Fresa le comía el coño mientras que dos bocas le succionaban la leche. Era una situación casi habitual en casa, pero allí, en un club de parejas, era algo desacostumbrado.
nodriza: Hostia, que bueno… qué bueno!!! – Dijo, pronunciando como podía por la joya, mientras echaba la cabeza hacia atrás y exponía sus pechos para facilitar la tarea de la pareja – sigue zorrita… que vas a hacer que me corra… y tu también, cabronazo… uffffffff
Desde el punto de vista de fresa, entre las piernas de nodriza, dos nuevos juguetes se habían puesto a su alcance y sin preguntar nada (sabía que tenía mi permiso) alargo las manos. Con la izquierda empezó a acariciar los huevos del chaval y con el dedo medio de la derecha, recién salido del coño de la morena y lleno de flujo, empezó a estimular el clítoris de la rubia. Ambos dieron un pequeño respingo, pero no dijeron nada y siguieron chupando las tetas a una nodriza cada vez más excitada y al borde del orgasmo.
Yo, por mi parte, seguía follando a un ritmo constante el coño de mi ahijada, que soltaba hilitos de flujo que quedaban flotando en la piscina mientras gemía y gruñía con el morro enterrado en el coño de la ex cocinera.
La pequeña fue la primera que se corrió, soltando un potente squirt que, al estar bajo el agua, apenas se noto si no hubiera sido por el cambio de temperatura en el liquido elemento que sumergía mis huevos y los espasmos que succionaron mi rabo hacia su interior. Cuando fresa noto que le iba a llegar el orgasmo, acelero la paja que le estaba haciendo a Didac, haciendo que un hilo de liquido pre seminal empezar a colgar de su glande e introdujo dos dedos en el coño de Sandra, con los que la follaba como toda una experta hasta que le sobrevino el orgasmo a la rubia, que sorbió con más fuerza y le mordió ligeramente el pezón a nodriza. Con los gemidos de fresa en su coño, la estimulación en sus dos mamas y la punzada de dolor en el pezón, la siguiente fue nodriza, pegándose una buena corrida en la boca de su amiga, que se trago con sumo gusto.
Didac: Hostia… para, para, para, que me corro!!!
Fresa: ¿Y? – dijo la pequeña mientras abandonaba las piernas de nodriza y se metía la polla del chaval en la boca para empezar una mamada frenética.
El chaval, pillado en fuera de juego, se encontraba de rodillas, con una teta de la que brotaba leche materna mientras que la propietaria de la misma agarraba por la nuca a su pareja para que no se soltara y una morenita le metía un par de dedos que la hacían gemir como a una zorrita en celo. Y para colmo, una monada de chiquilla se estaba follando la garganta con su polla, succionándola como no se la habían chupado nunca, con media sonrisa en la cara mientras unos ojos marrones miel miraban directamente a los suyos
Didac: Jo…der….
Fresa: Dámela. Córrete, va… - le dijo sacándose la polla de la boca y masturbándolo mientras le miraba con la boca abierta y la lengua fuera. La mano izquierda de la chavala acariciaba sus huevos con la presión justa y encima, uno de sus dedos estaba peligrosamente cerca de su ano. Su mano derecha había abandonado el coño de la chica y ahora estaba recorriendo su miembro arriba y abajo – córrete en mi puta cara, por favor…
Y cuando el chaval no resistió mas, el dedo índice de fresa se deslizo hasta el interior del ano de Didac. El primero chorro de leche salió como un misil e impacto en toda la frente de la sumisa. Después vinieron un segundo, un tercero… y hasta un quinto lechazo mientras fresa continuaba con la masturbación y la estimulación de la próstata del chaval, que vacio los huevos hasta dejárselos totalmente secos. Cuando termino, la cara de mi ahijada era un mapa de carreteras totalmente blanco.
Sandra: Uala!!! Cuanta leche le has sacado! – Dijo la rubia. Nodriza había ocupado el sitio que fresa había dejado vacio, consiguiendo que se corriera con sus dedos y justo después de recuperase del orgasmo, vio como su pareja le llenaba la cara de semen – Conmigo no saca tanta!
Fresa: ven…límpiamela y te enseño como hacerlo – le dijo la zorrita a la vez que sonreía como una niña inocente.
Sandra se metió en la piscina y empezó a lamer la cara de fresa. Lo hizo como si fuera el dulce más sabroso de toda la tierra. Le daba pasadas largas que llegaban desde su barbilla hasta la frente y cuando pasaba por la boca, se enredaba con la lengua de su futura maestra. Cuando al cabo de un rato la rubia había cambiado el semen por saliva en la cara de fresa, esta le conto como relajar la garganta para que le entrara la polla hasta los huevos, como acariciar estos y como estimular la próstata de un macho para que este soltara hasta la última gota de lefa.
Sandra: Uala qué bien! – Dijo la tetas de plástico – eso no lo sabía… lástima que ahora tendré que esperar un buen rato hasta que se le ponga dura otra vez a Didac. O incluso hasta mañana, nada… – Dijo con cierta pena.
Fresa: Mi Amo todavía tiene el rabo duro, como llevo notando un buen rato… si a Él le apetece, puedes hacer prácticas con la suya.
Sandra miro hacia atrás. Yo seguía taladrando el coño de mi sumisa y tenía la polla dura como el hierro. Ella se acerco y con su mano recorrió la espalda de fresa hasta llegar al culo y de ahí pasar al mío y acariciarme los huevos. Me sonrió e intento besarme.
Carlos: lo siento, preciosa, pero con la boca llena de semen de tu novio… como que no – ella rió como una tonta y se lleno la boca con el agua de la piscina para limpiársela y luego, la escupió al vierteaguas. Repitió la operación un par de veces y luego se me volvió a acercar. Sin semen si había morreo – ahora si…
Mientras me comía la boca, acariciaba con una mano mis huevos y lo que sobresalía del coño de fresa de mi polla. Con la otra mano, agarro la teta de la sumisa y se entretuvo jugando con ellas. Por su parte, nodriza también había bajado al agua y estaba trabajándole la polla a un pobre Didac que miraba como su chica se comía la boca con un tío que le sacaba más de treinta centímetros de altura mientras le acariciaba los huevos y las tetas a una chica que parecía muy jovencita y que era taladrada sin piedad por este. Sin saber cómo, su polla empezó a reaccionar, cosa que no era normal. Solía necesitar unas horas para recuperarse, pero la boca de aquella madre estaba obrando el milagro de la resurrección.
Sandra: Joder… como bombea ¿no? – le pregunto a fresa, que tenia los ojos en blanco
Carlos: ¿Quieres probar?
Sandra: Claro…pero no tengo gomas aquí
Carlos: No te preocupes. Fresa…
La pequeña salió de la piscina y se dirigió a las toallas, recogió una goma de las que usaba con desconocidas y volvió al agua. Una vez allí me levante y saque la polla del agua, momento que aprovecho para ponerme la goma.
Carlos: el truco esta en mantener el borde pegado al cuerpo – dije mientras la rubia se ponía en posición, al lado de nodriza. Agarrándose al borde, movió el culito, provocativamente.
Me acerque a ella y le separe las nalgas. Vi un agujero marrón en forma de asterisco y abajo, los labios menores sobresaliendo de los mayores. Fresa agarro mi polla y la dirigió hasta la entrada de su coñito. Cuando la punta entro, su mano derecha se deslizo hasta el borde de mi polla y mantuvo el borde del condón pegado a mi piel, lo que evitaba que el agua entrara en el preservativo y perdiera efectividad.
Sandra: Uffffffff buena polla!
Fresa: te lo dije jijiji – y antes de comerle la boca, me dijo – dele duro, Amo.
Agarre a la rubia por las caderas y empecé a follármela. Era realmente estrecha y el hecho de que el agua le diluyera el flujo hacia algo más difícil la penetración. Cuando empecé a bombear, lo hice con calma, de menos a más. Fresa me aguantaba la goma mientras le comía la boca a Sandra, tragandose todos sus gemidos y nodriza hacia lo propio con la polla de Didac, que ya estaba durísima.
Sandra: Uala cariñooooo! – gimió sintiendo mi polla tocándole la matriz - Como te… te ha puesto de dura… joder… es… la polla esta tetuda! ¿Cómo lo ha hecho?
Nodriza se saco la polla de la boca y sonrió. Luego, mientras le taladraba el coño, la rubia escucho el truco de apretar la base de la polla con el pulgar para que la sangre que entrara tuviera más difícil salir del miembro. Aquellas lecciones no estaban pagadas a menos que me ofreciera el ojete…
Carlos: ¿Qué te parece si ya que se la ha puesto dura otra vez, la disfrute?
Sandra asintió. Estaba demasiado concentrada notando como en un agujero mi polla la follaba y en el otro, la lengua de fresa luchaba con la suya por el control del espacio en su propia boca como para hablar. Mi polla entraba y salía de su coño mientras que el agua rebotaba en su culazo y el ojete se aflojaba y contraía como si diera besitos. Agarre a la zorrita y puse su panza sobre el borde de la piscina, dejando el culo y el coño fuera del agua. Ahora no necesitaba la ayuda de fresa y le ordene que fuera a buscar otra goma para que nodriza se follara a Didac. En cuanto regreso, se la puso y la morena monto a horcajadas al chaval, al que no dejo moverte del borde de la piscina. Un minuto después, estaba montando sobre su polla a la vez que le ponía las tetas en la boca para que se las chupara y siguiera sacando leche materna mientras su pareja era follada sin miramientos por mi polla. Por su parte, la pequeña fresa se entretenía comiéndole los huevos a su montura y follando con la joya anal de la morena, que había vuelto a su agujero tras sacársela de la boca. Un rato después, Didac resoplaba como una cafetera al borde del segundo orgasmo
Didac: Jo… joder… creo… si sigues… joder… si seguís así, me… me corro
Nodriza: Si, hostia!!! Córrete, joder!!! Decía la morena mientras cabalgaba la polla del chaval, a punto de un nuevo orgasmo – córrete ya, pero no dejes de chuparme las tetas, cabronazo!!! Me corro yo también, joder!!!
Didac: Toma!!! Joder!!! Toma hija de puta!!! – decía mientras azotaba las nalgas de su amazona y notaba que la mano de fresa se volvía a deslizar desde los cojones a la zona baja de los mismos para introducir el dedo en el interior de su ano, lo que le hizo descargar el doble de leche en el condón. Unos minutos antes, la boca de la sumisa había pasado a jugar con las orejas de la rubia, que gemía y mojaba mis huevos con sus abundantes fluidos.
Sandra: Yo también me corro, cariño!!! Dijo mientras agarraba tiernamente la mano de su pareja – joder como me folla… joder… joder… jooooooooooohhhhhhhh!!!!!
El coño de Sandra se contrajo en un potente orgasmo y apretó mi polla en su interior. Y no solo mi polla. Mi dedo pulgar, que había estado jugando con su ojete y que ahora mismo estaba introducido hasta la segunda falange, también noto la presión del orgasmo.
Tras unos minutos de jadeos grupales, volvió cierta calma. Fue entonces cuando solo se escuchaba el bombeo de mi polla contra el coño de la rubia, que tenia las tetas apretadas contra el suelo mientras le daba sin piedad.
Carlos: Bueno… parece que todo el mundo se ha corrido, menos yo… - les dije, dramatizando un poco la situación - ¿Qué os parece, cerdas, si le enseñáis a esta rubia como ha de vaciarle los huevos a vuestro Amo?
Fresa y nodriza ayudaron a bajar a Sandra del bordillo de la piscina. Con la presión, se le habían marcado todo el relieve de las piezas de plástico anti resbalones en las ubres. Ahora las tenía cuadriculadas, como un tablero de ajedrez. Cuando me subí en el borde, la pusieron entre mis piernas y me quitaron el condón. Aquella rubia se lanzo a mi polla como si no hubiera comido en una semana y aquello fuera el manjar más rico que había catado en su vida. Nodriza me agarraba la polla mientras fresa cogía por la coleta a Sandra y moderaba la velocidad de la mamada.
Carlos: fresa, los huevos – le ordene mientras subía mi pierna izquierda a la altura del bordillo, dejándolos expuestos. La sumisa no tardo un segundo en empezar su trabajo con la lengua en ellos y en mi ano.
Unos minutos después, cuando estaban listos, tiro de la cola de Sandra y la llevo hasta esa zona. Se notaba que la rubia tenía menos experiencia comiendo los cojones y el ojete a los machos que comiéndose sus pollas, pero para todo hay una primera vez. Y cuando nodriza vio mi polla libre, se inclino sobre ella, para ocupar el lugar de Sandra.
Entre las tres, me estaban llevando a un potente orgasmo y así se lo dije. Entonces, la pequeña fresa le explico a Sandra, que había vuelto a trabajarme el rabo mientras nodriza me comía la boca, que hacer y cómo poner el dedo para que mi orgasmo fuera más potente y sacara mas leche.
Fresa: ¿Lo has entendido todo, cielo? – Le pregunto como si estuviera dando clase a una niña pequeña. Sandra asintió con la cabeza – Amo, esta lista para que le dé su leche…
Carlos: Didac ¿Dónde le gusta? – Le pregunte a la pareja de la mamona. No quería que parara en aquel momento, con el orgasmo a punto de estallar
Didac: En la boca! Échaselo en la boca. Le encanta la lefa recién exprimida – dijo mientras se masturbaba una polla totalmente flácida
Carlos: Muy bien, putita – le dije agarrándola por la nuca e imprimiendo yo el ritmo de la mamada – aquí lo tienes!!!
Al escuchar eso, fresa le dijo “ahora” a la rubia, que introdujo el dedo en mi ano, tal como le habían explicado. Inmediatamente note como la leche salía de mis cojones y tras pasar por mi polla, se estrellaba contra la garganta de la rubia, que incapaz de tragarla toda, echo parte de ella por la nariz, haciendo un precioso “dragón blanco”.
Uno tras otro, los chorros de semen le entraron en la boca a la operada tetuda que intentaba desesperadamente concentrarse para tragárselo todo, pero los dedos de las dos esclavas en su coño, se lo impedían, así que cuando termine de soltar toda mi carga, de su nariz y comisuras de los labios, manaban verdaderos chorretones de semen mientras ella ponía los ojos en blanco, presa de un potente orgasmo provocado por mis dos esclavas.
Sandra: Ahhhhh…. Ahhhh…. Hmmmmmmmmmmm
Mientras, Didac, con la polla morcillona y pelándosela como un mono, miraba toda la escena. Cuando termine y le saque la polla de la boca para que la rubia pudiera respirar tras el orgasmo, salto al agua y empezó a morrear a su pareja, limpiando todo rastro de semen de la cara de la misma.
Fresa: qué bonito es el amor… - dijo antes de meterse mi polla en la boca para limpiarla de todo rastro de semen y saliva, ayudada por nodriza.
Unos minutos después, con todos algo mas recompuestos después de los pertinentes orgasmos, salimos de la zona de aguas, únicamente vestidos con las toallas. Tanto yo como mis esclavas, las llevábamos atadas a la cintura y por lo tanto, las dos esclavas dejaban ver las tetas abultadas de nodriza y las ya más que respetables tetas en crecimiento de fresa. Tanto Sandra como Didac se quedaron en la piscina, morreandose y disfrutando del semen que les encantaba compartir, no sin antes decirnos que nos dejarían el teléfono en la barra, por si les queríamos llamar algún día y repetir experiencia.
Cuando subimos al bar, pudimos ver que había cuatro parejas más. Un par de ellas, totalmente descompensadas de edad, por lo que o eran putas (de las caras, eso sí) o eran alguna amiga que acompañaba al maduro, puesto que los hombres sacaban, como mínimo veinte años a sus parejas. De las as otras dos, las que casaban de edad, me fije en una rubia de pelo rizo con unos ojos verdes deliciosos y cara de pilla. A su lado, un hombre corpulento, sin estar gordo, de aproximadamente unos cincuenta años de edad también, que se miraba a fresa con verdadero interés.
Pedimos unas consumiciones y me senté en uno de los tamboretes. Las dos esclavas, al no tener orden de hacerlo, permanecieron en pie, a mi lado. Tras unos tragos y unos cruces de miradas, la rubia se levanto y vino hacia nosotros.
Angi: Hola chicos. Me llamo Angi – se presento la madura. Gracias a la transparencia del pareo que vestía pude observar unas bonitas tetas, algo caídas, pero rematadas por un interesante pezón - y ese es Pep. Mi marido – Dijo mientras señalaba al grandullón, que nos saludo con la mano desde el otro extremo de la barra en forma de U.
Carlos: Encantado – le dije acercándome para darle dos besos, pero la rubia cambio la dirección de su cara y termino siendo un pico en los labios – Soy Carlos. Y ellas son fresa y nodriza
Angi: ¿Fresa y nodriza? – Dijo con sorpresa – Que nombres más extraños…
Carlos: Bueno… para unas esclavas como ellas, son un regalo de sus Amos.
Angi: ¿Esclavas? Ah! Sois del rollo BDSM! Qué bien! – Dijo con ilusión – Nosotros tenemos curiosidad en ese mundo, pero todo lo que hemos ido viendo es un poco… decepcionante…
Carlos: ¿Cómo de decepcionante? – Le pregunte mientras hacia una señal a Pep para que se acercara a nosotros.
Cuando estuvimos todos juntos, nos fuimos a un pequeño reservado, al lado derecho de la barra. No es más que una serie de camas unidas en U alrededor de una mesa. Yo me senté en el extremo más alejado y mis esclavas se posicionaron de rodillas, una a cada lado. La pareja se sentó uno a cada lado. Angi a mi izquierda, cerca de nodriza y Pep a mi derecha, con fresa.
Pep: Caray… que bien educadas las tienes – dijo mientras admiraba la pose de las esclavas - ¿Es cierto que sin el permiso del Amo, no se pueden tocar?
Carlos: ¿Tú dejarías que se llevara tu coche cualquiera sin que le dieras permiso? – el grandote negó con la cabeza, divertido – pues es lo mismo. Ellas son una propiedad y como tal, la mínima educación exige pedir permiso para usarlas.
Angi: ¿Y qué les puedes ordenar?
Carlos: Lo que me plazca. Para eso son voluntariamente mis esclavas
Pep: ¿Y siempre cumplen lo que se les ordena? ¿Sea lo que sea?
Carlos: Esclavas, poneros ante nuestros amigos y esperar. Si abren las piernas, querrán vuestras bocas en sus sexos. Si no lo hacen, esperar instrucciones.
Fresa gateo hasta la entrepierna de Pep, al que le falto tiempo para separar las piernas, mostrando un rabo gordo y largo, de aproximadamente unos veintitrés centímetros y gordo como la mitad de la muñeca de la esclava. Lo hizo con una sonrisa resignada, fruto de la multitud de veces que le habían rechazado por aquel pedazo de polla. Pero esta vez, se encontró delante a una hembra que en lugar de asustarse, gimió de placer al verlo y empezó a lamer unos huevos duros y gordos, a conjunto con el resto como toma de contacto, mientras con la derecha empezaba a masturbarlo, notando como aquel miembro se empezaba a poner duro. Por su parte, nodriza se encontraba de rodillas, en posición de espera ante las piernas cerradas de la rubia.
Pep: ¿Qué pasa cariño? – le pregunto el veterano a su mujer, procurando mantener la calma, pese a que las atenciones de fresa empezaban a hacer que tuviera más sangre en la polla que en el cerebro - ¿No te gusta la chica? ¿Quieres que le diga a ver si podemos cambiar?
Angi: No… - dijo acariciando la cabeza a nodriza – Es que… he pensado si será esclava por voluntad propia o…
Nodriza: Señora – le dijo sin mirarla a los ojos, metida en rol – soy esclava del Amo Carlos por voluntad propia. Él me ha formado tal como soy y le estoy agradecida por ello. Mi mayor placer es darle placer y obedecer sus órdenes para que disfrute y se sienta orgullosa de mi
Angi: Entiendo… - dijo abriendo las piernas y acompañando la cabeza hasta su depilado coño. Sus abultados labios y un clítoris prominente, la recibieron con ganas y un montón de flujo espeso y blanquecino. Cuando los labios de la esclava lo localizaron, empezaron a trabajarlo mientras jugaba con los pezones.
Al cabo de un rato, Angi tenía dos dedos en el interior del coño, recibiendo una soberana follada de nodriza mientras le hacía vacio sobre el clítoris y Pep metía el dedo gordo de su pie derecho en el coño de fresa mientras disfrutaba de una mamada como hacía tiempo que no recibía.
Angi: Dile… uffffff… Dile que se… que se aparte… que me corro… Carlos, que me corro!!!
Carlos: ¿Y? le pregunte mientras le acariciaba el pecho y jugaba con sus enhiestos pezones.
Angi: Que… que a veces… uffffff… joder… que si sigue así… que me meo a veces!!!
Carlos: Nodriza, ni se te ocurra apartar la boca…
La esclava cabeceo y se preparo para todo mientras incrementaba todo lo posible el ritmo de la follada con los dedos. Unos segundos después, Angi la agarraba por la cabeza y mientras que la apretaba contra su entrepierna, se corrió gimiendo e insultándola.
Angi: Toma!!! Zorra!!! Hija de puta!!! Tragateloooooooooo todo!!! Joder!!!!
Nodriza continúo con su trabajo al no recibir orden en contra y consiguió que encadenara un segundo orgasmo. La pobre cincuentona puso los ojos en blanco y tras correrse, se derrumbo en el sofá mientras mi esclava seguía partiéndole el coño con los dedos.
Carlos: Nodriza. Basta – le ordene – déjala descansar. Ayuda a fresa.
La jovencita había estirado al marido de Angi sobre el sofá y ahora mismo estaban haciendo un potente 69. Mientras la cría estaba de rodillas sobre la boca del corpulento cincuentón, le trabajaba la polla que a duras penas le entraba en la boca. Era muy consciente de que se iba a tener que esforzar si quería meterse todo aquel trabuco por el coño y que lo iba a pasar francamente mal si el agujero elegido era su ojete. Por su parte, Pep tenía agarrado el culo de la esclava y lo abría para poder meterle la lengua hasta lo más profundo del coño, lamiéndoselo como si fuera un limón mientras gruñía y suspiraba con la mamada de fresa, pero cuando noto la lengua de nodriza en sus cojones y como empezaba a jugar con su ojete, dejo las posaderas de mi ahijada y poniendo una mano en su nuca, la obligo a tragarse toda la polla que pudo, mientras que con la otra, agarraba la nuca de la morena y apretaba para que le metiera toda la lengua posible en el culo. De esta guisa, empezó a mover el culo, follándole la garganta a fresa y pocos segundos después, soltó un potente lechazo que le salió por la nariz a la esclava que no perdió el control y siguió acariciando los cojones, a fin de que la descarga fuera completa.
Cuando termino de soltar su carga, el hombretón se relajo y las dos esclavas se dedicaron a lamerle la leche de la polla y los cojones. Cuando terminaron, volvieron a su posición original, una a cada lado. Un par de minutos después, Pep se incorporo y vio a su mujer masturbándome con la izquierda mientras nos comíamos la boca. Fresa, sin abandonar su posición, me lamia los huevos.
Pep: Madre mía… que boca tiene la chavalita… Excepto ella (su mujer) no le había podido follar la boca a ninguna.
Carlos: Muchas gracias – le dije, sacando mi lengua de la boca de su mujer – están bien educadas. Son muchas horas de doma.
Pep: ¿Y si no obedecen… las castigas?
Carlos: Si. Claro. Pero son muy obedientes y casi no tengo que castigarlas
Pep: Ah… - dijo casi con cara de pena
Carlos: ¿Y esa cara? – Le pregunte con una sonrisa, mientras jugueteaba con el empapado coño de su mujer
Pep: Bueno… me hubiera encantado poder azotar el culo a esta belleza – comento mientras acariciaba la cabeza de fresa
Carlos: No necesitas una escusa para eso. Vamos
Y diciendo eso, me levante y me dirigí a las escaleras. Las dos esclavas se levantaron inmediatamente y me siguieron. La pareja se miro, se dio un apasionado beso en la boca y también emprendió el camino en pos de mis pasos.
La mazmorra del local no estaba diseñada realmente para el BDSM, si no para aquellos vainillas que gustaban de la estética de este mundillo. A mano derecha había una cama redonda sobre unas patas, una tela de araña hecha con cadenas y al final, una cruz en X, al lado de una mesa donde una pareja jovencita jugaba a azotarle las tetas a la chica.
Cuando entramos, ate a fresa con las muñequeras a la cruz, dejando sus tetas en crecimiento colgando y su culo ofrecido, listo para ser usado como apeteciera mientras su nariz rozaba la pared posterior. Le puse la trenza en la que había recogido el pelo en la parte anterior, entre sus tetas y bajando la mano, le di un azote que dejo marcada mi palma en su blanco culo. Ella salto hacia adelante por el impacto y luego conto uno y me dio las gracias.
Pep: Hmmmmmmmm
Angi: Que delicia… ¿Los cuenta? – Me pregunto
Carlos: Por supuesto – le dije dándole una segunda palmada, que también agradeció y conto – es bueno siempre saber cuántas palmadas lleva. Así, entre otras cosas, me evito contar.
Las otras tres tortas en las nalgas sirvieron para calentar la zona antes de cederle el sitio a Pep. Aquel tío tenía unas manazas importantes y estaba seguro de que cuando le pillara el gusto, fresa iba a recibir una buena.
El primer azote fue casi tímido. De todas formas, con el peso del brazo sirvió para que la esclava saltara hacia adelante y contara el azote después de dar las gracias. Cuatro azotes más tarde, el hombretón empezaba a tomar confianza y los impactos eran más contundentes.
El sonido de las tortas había hecho que la pareja que estaba sobre la mesa se incorporara y mientras miraban, la chica hubiera empezado a masturbar al chaval. Cuando se sentaron entendí porque el chico estaba azotándole las tetas a la chica. O mejor dicho, ubres. Aquellos pechos eran de una talla 110 como mínimo y cuando se sentó, le llegaron hasta el estomago. Su pezón era gordo y negro y estaba totalmente enhiesto.
Fresa: Diez. Gracias, Señor.
Angi: Ufffffff me está poniendo cachondísima ver a Pep azotando así a una chica que podría ser nuestra hija – Dijo la rubia mientras se acercaba a mí y empezaba a acariciarme los cojones
Carlos: ¿Y no te gustaría darle tu también? – Le pregunte con cara de pillo, mientras le daba yo un azote a ella.
Angie: Yo… preferiría otra cosa…de momento… - me dijo juguetona, mientras me agarraba la polla y empezaba a masturbarme, acercándosela a la boca de nodriza, que permanecía de rodillas a mi lado. Cuando la esclava vio la proximidad de mi rabo, empezó a lamerme los huevos, a la espera que le diera permiso para metérselo en la boca – me ha parecido que nodriza tenia leche en las tetas – asentí – me gustaría mamar de sus tetas… Amo
Carlos: No tengo problemas en eso, Angi, pero si en lo de que me llames Amo. Por mucho que me gustaría, no lo soy, así que el tratamiento si quieres entrar en rol conmigo seria “Señor”.
Angi: Esta bien, Señor – Me dijo con una sonrisa picara - ¿Cumpliría usted mi fantasía?
Carlos: Por supuesto. Pero me gusta hacer lo que me plazca mientras juegan las hembras que tengo a mi cargo.
Angi: Claro, Señor. Lo que usted ordene…
Puesto que la pareja que estaban sobre la mesa situada al lado de la cruz se habían levantado para ponerse tras Pep y así ver mejor como este azotaba el culo a fresa, ordene a nodriza que se sentara en ella, con la espalda bien recta y las manos detrás de la nuca. De esta forma, dejaba sus bonitas tetas lactantes a disposición de Angi, que viendo la oportunidad, se acerco a ellas y empezó a juguetear. Primero las acarició, luego tiro de los pezones y finalmente, apretándolas, se amorro para mamar.
En esa postura, su precioso culo redondo quedaba a mi merced para proceder con él como quisiera, así que opte por darle un par de azotes suaves que apenas enrojecieron las nalgas. La rubia gruño en señal de aprobación y cambio de pezón, para alimentarse de la otra ubre de nodriza.
Cuando Pep llego a los veinte azotes, el culo de fresa tenía un color rojo precioso. Sin llegar al punto de agujero, ella también disfrutaba de una dosis de dolor controlado. Y que le azotaran el culo, le producía un gran placer.
Pep: Joder, como le está quedando el culo – Me dijo, parando un momento del tratamiento que le estaba dando - ¿Me he pasado? – me pregunto preocupado
Carlos: Jajajajaja – Me reí a gusto – fresa ¿cómo tienes el culo, esclava?
Fresa: preparado para lo que ustedes quieran hacerle, Amo
Carlos: ¿Estas disfrutando?
Fresa: Que mi Amo se sienta orgulloso de mí es todo lo que pido, Amo.
Detrás de nosotros escuche un gemido de gusto. Ambos nos giramos y vimos a la pareja que no perdía detalle de lo que le hacían a fresa mientras el chico había metido la mano entre las piernas de la chica, desde atrás y le metía un par de dedos, follándola.
Chica: Que bien educada esta
Carlos: Gracias. Lleva muchas sesiones de adiestramiento
Chica: ¿Y dejas que la azote cualquiera?
Carlos: No. Ella es mi sumisa y solo la azota quien a mi me apetece
Chica: ¿Y dejarías que yo la azotara?
Carlos: Depende… ¿A cambios de qué?
Chica: Vaya… - dijo haciendo un mohín - ¿Hay que ofrecer algo?
Carlos: Cuando una pacta con el diablo, ha de estar dispuesta a entregar algo…
Chica: Pero es que a mí, no me gusta que me azoten…
Carlos: ¿Y quien dijo que tendría que ser eso? – Dije con una sonrisa – este es el trato: cinco azotes en su culo y nos haces de mamporrera para mi amigo y yo, es decir, nos pones la goma y llevas nuestras pollas hasta el coñito de nuestras parejas sexuales. Diez azotes y a parte de hacernos de mamporrera, nos acariciaras los huevos mientras las follamos. Quince y después de que nuestras parejas se corran, entraras a ocupar su lugar.
Chica: ¿Y si le doy veinte? – pregunto traviesa
Pep: Entonces igual te tienes que limpiar la cara de nuestras corridas, si a Carlos le parece bien…
Chica: veinte entonces ji ji ji – dijo traviesamente.
Pep se aparto del colorado culo de fresa con una sonrisa y observo con mucho morbo como con cada torta en el culo de la chiquilla, aquellas montañas de carne que tenía por pechos la aprendiza de Ama, se movían y chocaban entre ellas. Veinte azotes después, una mujer con la respiración ligeramente agitada se separaba del culo de mi esclava con una sonrisa triunfal en la boca.
Por su parte, Angi seguía chupándole las tetas a nodriza y le metía dos dedos en su lubricado coño. La morena se había estirado y ahora le sobresalía la cabeza por la otra parte de la estructura, así que aprovechando la circunstancia, le dije al chico que la rodeara y le pusiera la polla a la altura de la boca. Ella, conocedora de sus deberes la abrió y relajo la garganta para que se la pudieran follar. Para nodriza, esa tarde estaba siendo un vicio. Ya no solo por la cantidad de leche que le habían sacado de las tetas unos desconocidos, cosa que la ponía tremendamente cerda, si no porque esos mismos desconocidos le habían dado todo el placer que podía pedir una esclava como ella. Y todavía quedaba la sesión obligatoria de una hora con guante en casa… Estaba convencida de que iba a dormir plana…
El chaval, un chico de complexión delgada tenía una polla más bien normalita, así que no supuso ningún esfuerzo para la madre tragársela estando boca abajo y agarrándolo por el culo, hacer que se la follara.
Por su parte, Angi seguía comiéndole las ubres a nodriza como si fuera un niño de un campo de refugiados, ofreciendo un espectáculo tremendo. Y no solo por sus nalgas, redondas y duras, listas para alojar mi polla, si no que sus tetas también colgaban, ofreciendo unos pezones duros y tiesos a los que no me podía resistir. Cuando se los agarre y presione, escuche un gruñido de placer. Iba a ser muy interesante montarla…
Por los movimientos que note a mi espalda me di cuenta que la chica ya le estaba colocando la goma a Pep y por las expresiones que escuche, el tamaño no correspondía con el diámetro de nuestro recién conocido amigo.
Pep: Joder! Siempre me pasa lo mismo… Espera, ahora vuelvo – le dijo a fresa, después de darle una fuerte palmada en la nalga derecha
Fresa: Veintiuno, gracias, señor – Conto la palmada la sumisa - No pensaba marcharme a ningún lado, Señor – dijo con cierta sorna, mientras sacudía sus muñecas, amarradas a la cruz por las muñequeras de cuero.
La pequeña esclava aprovecho ese momento para mirarse a sí misma y enorgullecerse de en que se había convertido. Tenía a vaca como referente y en las historias que su padre y yo le habíamos contado sobre su madre se veía reflejada. Ahora mismo y en su situación, atada en una cruz, esperando a que un desconocido la follara tras calentarle el culo, seguro que mami estaría la mar de a gusto.
Cuando noto que le separaban las nalgas, supo que era el momento. Procuro relajarse al máximo para encajar aquel pollón tan gordo como el puño de Raquel, pero cuando en lugar del rabo de Pep noto la lengua de la tetuda, se giro. Aquella chica, a la vista de que quien tenía que ayudar se había marchado, decidió tomar la iniciativa y comerle el coño ofrecido que ofrecía mi esclava en aquel momento. La lengua de la chavala se la follo con verdadera maestría y en el tiempo en el que el hombretón había ido a buscar una goma de su tamaño, la joven fresa ya se había corrido, soltando un potente chorro en la boca de aquella desconocida a quien no le había visto ni la cara.
Pep: Mira que golosa – dijo mientras se situaba tras la chica y le sopesaba las tetas como si fueran melones en la frutería - ¿Te ha gustado el coñito de esta zorrita? – la chica separo la cara de la entrepierna de fresa. La tenía toda blanca de la corrida de la cría, pero con una sonrisa bobalicona, le dijo que sí, que le había gustado el coño de la morenita – Fantástico. Pues ahora se buena chica y ponme la goma. Quiero disfrutarla yo también.
La tetuda hizo lo que se le ordeno y cuando la polla de Pep estuvo lista, le separo las nalgas a fresa con una mano y con la otra guio el miembro hasta el coño de la morenita. La comparación entre el coño de mi ahijada y el capullo de aquel cincuentón era dantesca. Nadie habría apostado por que aquel delicado coñito se pudiera tragar todo aquel cacho de carne, pero cuando el hombretón apoyo su miembro y empezó a apretar, aquel agujero se dilato y se lo trago entero, no sin cierta dificultad.
Pep: Hostia puta! Se lo ha tragado entero – exclamo el marido de la lujuriosa Angi, que seguía comiéndole las ubres a nodriza – No me lo puedo creer!!!
Fresa: Uuuuuuu uufffffff- exclamo al notarse rellena de carne. Hacia relativamente poco que había empezado a experimentar con el fist, ayudada por Raquel, a la que guante guiaba con extremo cuidado, pero una cosa era eso y la otra el pollón que ahora mismo estaba empujándole la matriz hacia arriba. Junto con la polla de José, el del sex shop y la de Iván, un amigo del Amo Carlos, aquella polla estaba en el top 3 de pollones que se había tragado, seguidos de cerca por las de sus Amos…
Mientras la tetuda acariciaba los cojones del macho, Pep disfruto del calor que le ofrecía el coño de fresa. Aquel agujero se adaptaba a su polla como un segundo condón y le apretaba de una forma tremendamente gustosa. Cuando creyó notar que esa presión se aflojaba, tiro lentamente de su polla, haciéndola salir del coño de la esclava hasta que solo quedo en su interior una parte de su rojo capullo. Entonces, agarrando a la chica por las caderas, apretó otra vez y se la volvió a clavar hasta que sus huevos chocaron contra el clítoris de la chica al tiempo que su capullo empujaba la matriz de la cría. Fresa, totalmente rellena de carne pero conociendo su obligación se concentro y contrajo el coño, relajándolo seguidamente y volviéndolo a contraer en una mamada vaginal deliciosa.
Pep: Dios! Y encima me la esta chupando con el chocho! Que puta joya – Dijo mientras le soltaba una torta sin ninguna compasión en la nalga derecha que restallo en la mazmorra del club
Los gemidos de su marido al incrementar el ritmo de la follada a mi esclava y los de la chica hicieron que Angi dejara de alimentarse de nodriza y levantara la cabeza para ver como el ariete de su marido entraba y salía cada vez más rápido del estrecho agujero de mi ahijada.
Angi: Como me gusta ver a una zorrita bien rellena por el pollón de mi marido… ¿Le apetece hacerme lo mismo, Señor? – Me pregunto mirándome a los ojos, mientras le resbalaba una gota de leche materna por la comisura de los labios.
La tetuda también tuvo problemas para colocarme a mí el condón, pero a diferencia de Pep, no abandone la sala para ir a buscar uno de mayor tamaño. Ver cómo estaban dando duro a la cría mientras de tanto en tanto le caía un potente azote en las nalgas y observar como la pareja de la tetuda hacia que su polla entrara y saliera de la garganta de nodriza mientras la veterana le seguía comiendo las tetas era suficiente aliciente como para no salir de allí.
Al finalizar su trabajo, aquella hembra llevo mi polla hasta el coño de mi nueva amiga y lo puso en la entrada. A diferencia de su marido con mi ahijada, mi primer pollazo fue duro y hasta el fondo, lo que pillo a Angi desprevenida y le provoco un tremendo orgasmo que me mojo los huevos como se hubiera meado. Creyendo que era algo excepcional, seguí bombeando duro y para mi sorpresa descubrí que, al cabo de pocos minutos, mi pareja sexual se volvía a correr con la misma intensidad, mojándome polla, huevos y la mano de nuestra amiga, que fiel al pacto, nos agarraba los cojones mientras le comíamos alternativamente la boca y los tetones.
Media hora después ambas hembras se habían corrido infinidad de veces y ahora tanto Angi como fresa se apoyaban en lo que tenían más a mano para no caer puesto que les temblaban las piernas después de encajar tanta polla. La rubia sobre el cuerpo de nodriza a quien seguía chupando unas secas tetas y la morenita se dejaba colgar de los brazos, sin fuerzas en las piernas ya después de tanto maltrato a su matriz. Por su parte, el chico se había corrido apenas diez minutos después de meterle la polla en la boca a nodriza y ahora se encontraba detrás de su chica, metiéndole los dedos sin piedad, casi a un rimo tan elevado como el que llevábamos el cincuentón y yo.
Chica: Por favor… por favor… por favor… - dijo aquella tetuda al separar los morros de mis labios – por favor, follarme. Lo necesito. Llevo la hostia de tiempo acariciándoos los cojones y notando como sueltan flujo estas dos perras y necesito que me rellenéis
Pep y yo nos miramos y asentimos. Como si nos hubiéramos leído la mente, tiramos de nuestras pollas y salimos de los agujeros donde las teníamos alojadas. El coño de Angi, al retirarle el tapón de carne que constituía mi polla empezó a soltar todo aquello que no había podido salir y resbalando por sus piernas, formo un gran charco entre sus patas. Por su parte, el coño de fresa parecía que había sido víctima de una tuneladora y ahora estaba totalmente dilatado y con forma de tubo. Los flujos de la sumisa también se vieron liberados y resbalaron por sus piernas, pero el solo hecho de notarse libre de toda aquella presión en su interior hizo que fresa se meara allí mismo, lo que provoco las risas de los machos allí presentes.
Carlos: Tú, gandula – le llame la atención a nodriza, que estaba en éxtasis entre los dedos y los chupetones de la rubia mientras que le soltaba una potente torta en la teta que la devolvió al mundo real – levántate, libera a fresa y friega, que este par de zorras lo han puesto todo perdido.
Incluso nodriza, que no había recibido polla, al levantarse noto como un torrente de flujo abandonaba su coño. Angie lo había usado para liberar la presión cada vez que se corría, metiéndole los dedos más rápido y profundo en lugar de chillar y tener que soltar la presa del pezón lactante. A la madre le dolían tremendamente las ubres y las notaba hipersensibles después de que aquella zorra madura se las hubiera vaciado del todo.
Mientras las hembras obedecían a lo que se les había ordenado, Pep se sentó en el borde de la mesa donde hasta hacia un minuto estaba el menú de su mujer e hizo que la tetuda le cambiara la goma. Tras ordenar que me la cambiara a mí, el cincuentón agarro a la chavala por los sobacos y subiéndola en el aire, se la puso encima, clavándose su polla hasta casi el fondo.
Chica: Dios!!! ¿Cómo le entraba esto a la puta niñata esa? – Se quejo aquella vaca
Pep: Así – y soltándole los sobacos y agarrándola por los hombros, dio un golpe de caderas. La polla del macho desapareció dentro del coño de la chica y su clítoris se aplasto contra el pubis del macho
Chica: Ooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!! – Dijo mientras ponía los ojos en blanco y empezaba a convulsionar sobre la polla del fornido follador, desplomándose sobre su pecho, aplastando sus ubres contra él, presa de un terrible orgasmo.
Carlos: ¿Le gusta que le follen el culo? – Le pregunte al chaval que la acompañaba mientras veía como su ojete se hacía visible al tirar hacia adelante el cuerpo de la chica.
El chaval asintió, así que me coloque tras el culo de la tetuda y le hice un gesto al veterano para que la abrazara. Pep, viendo la jugada, la abrazo fuerte, dejando su ojete totalmente expuesto y cerro todo lo que pudo las piernas para que me fuera más fácil aproximarme a mi objetivo. Angi, que pese al cansancio no había perdido detalle de la maniobra fue la que lamio los huevos de su marido y de paso, el agujero marrón de la chica, ensalivándolo para lubricarlo y separando las nalgas con cara de vicio, me sonrió. Empuje suavemente para meterme en aquel agujero que se trago mi polla no sin cierto esfuerzo. Al tercer empujón, las pollas de mi nuevo amigo y la mía compartían un reducido espacio en el interior de aquella chavala, que no paraba de gemir, gruñir y correrse, contrayendo los agujeros, dándonos un delicioso masaje.
Entre las folladas previas a las otras hembras y lo apretada que estaba esta, no tardamos ni quince minutos en estar listos para descargar los huevos en la cara de la propietaria de unas ubres que se había estado comiendo el cincuentón hasta que su mujer se puso de rodillas sobre su cara para que le comiera el coño, empapándolo. Por su parte, mis sumisas se habían puesto de acuerdo y mientras fresa estaba a mi espalda, lamiéndome el ojete y los huevos, nodriza se estaba comiendo intensamente la boca con el chaval, pajeandolo de forma frenética una polla más bien fláccida.
Carles: ¿Quieres lefa, zorrita? – Le dije al oído a la hembra, que seguía como en trance, corriéndose una y otra vez. Ella únicamente asintió frenéticamente – Pep… ¿Listo? – El corpulento macho gruño desde debajo del coño de su mujer diciendo que si, pero Angi estaba acercándose a un orgasmo de los suyos y reclamaba una boca que atendiera su coño – fresa, cómele el coño a la señorita hasta que te lo diga.
Mi ahijada salió de detrás de mí y se puso al lado de Pep, estirándose como pudo sobre la mesa. Viendo la jugada, la rubia solo tuvo que levantar el cuerpo y su marido salió de debajo para que entrara mi sumisa, siguiendo con su trabajo.
Después de tirar de mi polla observe, por unos segundos, como el asterisco de la chica se había convertido en una O mayúscula por efecto de mi polla ya que de inmediato el cincuentón desmonto a su amazona y la puso de rodillas, moviendo frenéticamente el rabo ante ella. La chica, fiel a su palabra, abrió la boca y saco la lengua, lista para recibir nuestra descarga, que se produjo unos segundos después, dejándole la cara chorreando de una densa lefa, mezcla del veterano y la mía.
Cómo siguió la fiesta y como llegamos a casa, ya es otra historia que os contare otro día…