La pescadera
Un chico joven y la pescadera del mercado que lo había visto crecer
Hola tod@s los lectores de esta web, lo primero que quiero es presentarme. Soy Marc, un hombre de 32 años de Barcelona ciudad emparejado desde hace ya 12 años y al que siempre le ha gustado el sexo. Soy alto (1’93) de complexión normal, moreno y blanquito de piel. Me dispongo a contaros el primero de muchos relatos que quiero compartir. Los nombres, incluido el mio, que dare en mis relatos serán lo único falso en estos, pues lo sucedido en la historia son experiencias vividas durante mis años. Empecemos pues.
Mi primer relato se remonta a mis 18 años, una epoca maravillosa de mi vida en la que viví muchos momentos de felicidad carnal. En este caso fue con la pescadera del mercado al que iba mi madre a comprar. De pequeño cada viernes yo acompañaba a mi madre a la compra y siempre acababa metido en la parada Ana, la pescadera a la que mi madre acudia siempre a realizar sus compras. Era una chica encantadora en ese entonces y me encantaba pasar el rato con ella, pues siempre tenia una sonrisa para mi, incluso cuando aprovechando que tenia que atender a las clientas y sus faldas yo me metia debajo de esta a mirar...
Con el paso de los años deje de ir al mercado con mi madre, pero una mañana de verano mi madre me pido que la acompañara, pues le dolia una rodilla y necesitaba ayuda para tirar del carro de la compra. Yo un poco a regañadientes acepte, pues mi idea para un viernes de verano no era precisamente la de ir a la compra con mi madre, aunque al final no resulto tan mal el dia.
Al llegar al mercado mi madre empezo su rutina, tenia sus paradas seleccionadas y siempre con el mismo orden, dejando para el final siempre la pescaderia. Yo iba a su lado, saludando a los paradistas, pues como ya dije me conocían desde pequeños, y en todas las paradas era siempre lo mismo, “Cuanto tiempo”, “Mira que guapo y grande estas ya” y mi madre encantada luciendo hijo. Así fuimos haciendo cada parada hasta llegar a la pescaderia, y que alegria, allí estaba ella, Ana, con sus 36 años muy bien llevados, una media melena recogida en una cola alta, sus ojos color miel, su piel morena y su maravillosa sonrisa. El cuerpo no se le veia bien, pues el delantal que llevaba tapaba mucho, pero si se veia que estaba igual, ni muy delgada ni gorda. Era una mujer de 1’65 mas o menos, con caderas y unos pechos sin ser enormes pero bastante grandes. A parte del delantal llevaba debajo una camiseta de tirantes negra, una falda larga roja y obviamente, los guantes para trabajar. Al verme me sonrio y vino corriendo a darme dos besos, muy cerca de la comisura de los labios y pegandose a mi.
Estuvimos un rato hablando mientras atendia a mi madre y nos conto que estaba algo liada, pues su marido se habia tenido que ir con sus padres esos dias por temas familiares y aunque se habia llevado a su hijo con él, le tocaba encargarse de todo el trabajo de la pescaderia. Al oir eso a mi madre no se le ocurrio decir otra cosa que yo podia ir algun día a ayudarla si lo necesitaba, y yo entre la espada y la pared no pude hacer otra cosa que ofrecerme para lo que necesitara. Asi que acordamos que esa misma tarde a las 20h estaría allí para ayudarla a guardar el producto en cajas y llevarlo al almacen frigorífico.
Llego la tarde y 5 minutos antes de las ocho llegue a su parada.
-Ana: Hola cariño, muchas gracias por venir a ayudarme. Ven y dame dos besos anda.
Me acerque a ella y la bese en las mejillas, no sin darme cuenta de que volvía a pegarse a mi para ello.
-Marc: Nada Ana, no te preocupes.
-A: Bueno pero es de agradecer la ayuda de un chico joven, guapo y fuerte como tu. No todas podrán tener esa suerte-sonrio mientra me tocaba el brazo.
-M: Tampoco es para tanto-respondi yo algo cortado, pero a la vez feliz por sus palabras.
-A: Que no es para tanto? Cariño, recuerda que yo te conozco desde que eras un niño pequeño que venía a mi parada a pasar la tarde conmigo y mirate ahora, te has convertido en todo un hombre. Cuanto mides?-preguntó mirandome de arriba a bajo con su sonrisa.
-M: Pues si te digo la verdad no lo se, no tengo por costumbre medirme, pero más de 1’90m.
-A: Madre mia! Menudo tiarron, como todo vaya en proporción...-se rio ella dejandome a mi con la cara como un tomate.
-M: Bueno...ehm...yo...
-A: Tranquilo cariño, no hace falta que contestes, estaba de broma, además, ya habrá tiempo de saberlo-guiñandome un ojo y con una sonrisa picarona. Venga al lio, voy a por las cajas y unos guantes para ti.
Ana se fue dejandome a mi solo alucinado con lo que acababa de pasar, estaba realmente diciendome esas cosas? Quería de verdad saber como tenia mi polla? La situación me puso tonto y ya la tenía algo morcillona, pero no le di mayor importancia, pues ella era mayor que yo y estaba casada, así que estaría bromeando. Al poco llego ella otra vez con unas cajas blancas y otras azules y me dio unos guantes mientras ella se enfundaba los suyos en sus manos.
-A: Vamos a ver, primero colocamos el pescado en las cajas con cuidado, y luego tendremos que guardar el hielo, lo ves bien?
-M: Si claro, no es difícil.
-A: Asi me gusta esa es la actitud, te ganarás rápido tu premio por ayudar.
-M: Premio? De que estas hablando?
-A: Había pensado que te podría pagar algo por tu ayuda, para agradecertelo, pues seguro que tendrías mejores planes que estar aquí ayudando a una pobre pescadera.
-M: No digas eso Ana, yo estoy encantado de ayudarte en lo que pueda,-mentí yo intentado que no de notara-no tienes que pagarme nada.
-A: Cariño, eres un encanto, ojala todos los chicos fueran como tu, pero algo te daré, si no es dinero ya pensaré que puedo hacerte para compensarte-dijo eso mirandome fijamente a los ojos y relamiendose un poco los labios.
Fuimos colocando todo en su caja mientras seguiamos hablando y ganando confianza. Los demás paraditas del mercado poco a poco se iban marchando y cada vez estabamos mas solos, ya solo quedaban dos paradas recogiendo en el sector donde estabamos. En un momento le pregunté yo a Ana:
-M: Oye, y como es que tu marido se fue, esta todo bien?
-A: Si si, nada grave, tuvo que ir a ayudar a su padre en la casa del campo y como nuestro hijo terminó el colegio pues lo mandé con los abuelos y así se distrae más.
-M: ahh que bueno, me alegra saber que no es nada grave, aunque me sabe mal que tengas que pasar unos días completamente sola.
-A: No te preocupes cariño, tampoco esta mal disfrutar de unos días solo para mi, además, ahora mismo no estoy sola, salgo ganando con el cambio.-sonrio y me guiño el ojo.
-M: Bueno, pero no es lo mismo, con tu marido podrás hacer cosas que conmigo no.
Ana soltó una carcajada sonora
-A: Ay cariño, lo que pueda hacer con él seguro podría hacerlo igual y hasta mejor contigo.
Esa frase me mató, me ruborize entero y a la vez me excite sobre manera. Tenía enfrente a una mujer mayor que yo, que a mi me parecía preciosa insinuandose sin parar. No sabía si era verdad o si era un simple juego, pero decidí que si quería jugar yo tambien lo haría.
-M: Tu crees, seguro que habrá cosas que no harías conmigo y que tu marido te hará a diario.-conteste yo armandome de valor.
Ella rio de nuevo.
-A: Mas quisiera yo que un buen bulto como el que te estas marcando tu ahora a diario, pero en mi casa o es a pilas o ese aparato no lo disfruto.-siguio riendo mientras yo volvía a hacerme pequeño al saber que había notado mi erección.- Anda vamos a guardar las cajas en el almacen, no querras que una vieja madurita vaya contandole sus penas a un jovencito como tu.
Cogimos las cajas y las fuimos llevando hacía el almacen. Yo no sabía que hacer, aunque quería entrar en su juego a cada cosa que me decía me volvia a dejar fuera de juego. El mercado se había quedado vacio ya, eramos la última parada que seguia recogiendo, pues al ir hablando nos entreteniamos. Dejamos la última caja y nos limpiamos los guantes con la manguera, los secamos y yo me los quite, pues no me gustaba llevarlos puestos. Ella seguía haciendo cosas mientras yo la miraba. Una vez estaba todo listo en el almacen frigorífico cerramos la puerta, estonces ella volvio a hablar.
-A: Entonces que, me dejarás que te pague algo por tu ayuda?
-M: Ni de broma, no te preocupes.
-A: Pues si no quieres que te pague dejame almenos que te invite a cenar, seguro que te puedo hacer una comida que jamas olvidarás.-volvio a reir.
Yo no sabía si era una proposicón formal o indecente, pero estaba dispuesto a seguirle en juego otra vez.
-M: Así? Una comida que jamas olvidaré?
-A: Pues claro cariño, tambien tengo una almeja que seguro te encantaría, piensa que mis productos del mar son los mejores de la ciudad.
-M: Eso suena delicioso si, y tu tambien comerás almejas?-pregunté yo con descaro.
Ella se acerco a mi aun con los guantes puestos y cuando estuvo delante me agarro del paquete que volvía a estar como una piedra y dijo:
-A: No cariño, yo soy mas de carne, sobretodo si es como esta bien dura y acompañada de dos huevos.
Acto seguido me desabrocho el pantalon y de un solo tiron me bajo pantalon y calzoncillos hasta los tobillos, dejando mi polla mirando al techo. Ella se arrodillo frente a mi y con du manitas me agarró la polla por la base, empezando a moverla arriba y abajo, con suavidad. Acerco sus labios y empezó a besar mi glande, para luego abrir la boca y con su lengua hacer circulos en la punta. Yo estaba en la gloria y mas cuando con sus carnosos labios empezó una felación de campeonato, succionando mi capullo, pasando la lengua desde la base hasta la punta. como si de un helado se tratara ella chupaba y chupaba, mentiendosela hasta la garganta, sacandola y volviendo a tragar. Jugaba con mis pelotas y las lamia tambien, realmente se notaba que era una experta pues me estaba dando la mejor mamada de mi vida, con ritmo constante y sin dejar de mirarme a los ojos. Yo disfrutaba de las vistas y no podía aguantar más asi que la avise.
-M: Me voy a correr Ana, parate si no quieres que te llene la boca de leche.
Ella no se aparto, al contrario, aumento el ritmo y yo ya no lo pude aguantar.
-M: Aaaarghhh, me corro me corro!!!
No recuerdo cuantos chorros solte en su boca, pero ella no se aparto, siguio chupando y chupando, sin desperdiciar ni una gota, tragaba y ponia cara de disfrutar mientras s mi me temblaban las piernas. Me dio una última chupada succionando mi capullo y se puso en pie, me beso con mucha lengua y me dijo.
-A: La comida ya te la he hecho, espero que te haya gustado tanto como a mi, ahora tu decides si quieres almeja o no.
Sin duda acepte, así que cogímos un taxi y nos dirigimos a su casa. Durante el trayecto no dejamos de besarnos sin parar y meternos mano, tenia el tanga completamente encharcado, nunca había notado tal cantidad de flujo en una mujer antes y yo volvia a estar cachondisimo. Al llegar a su casa no puede aguantar mas, solo cerrar la puerta la agarre del culo y la subi en brazos, la empotre contra la puerta y empece a besarla sin parar. Ella me devolvía los besos con la respiración entrecortada, estamos ambos a mil por hora asi que nos fuimos a su habitación. Una vez allí me desvesti tan rapido como pude y me tumbe en la cama para ver como se desnudaba ella. Se quito primero la camiseta dejandome una maravillosa vista de sus pechos en un precioso subetador blanco, luego de quito la falda. Madre mia que cuerpazo, tenía algo de barriguita, pero sin duda conservaba un cuerpo que cualquier hombre desearía. La agarre de la mano y la tire a la cama, me puse encima de ella y volví a besarla, pero esta vez con suavidad, besos largos y lentos donde nuestras lenguas jugaban a entrelazarse. Alternava los besos con caricias por su cuerpo y con besos, lameto es y mordisquitos por su cuello y orejas. La incorpore un poco y le quite el sujetador liberando asi dos pechos grandes, con una aureola rosada y grande como una galleta y unos pezones gordos y super duros por la excitación. Empeze a lamerselos y morderlos con suavidad, me metia toda su aureola y pezon en la boca y jugaba con mi lengua. Ella no dejaba de suspirar y jadear levemente.
Seguí bajando por su cuerpo, recorriendo su vientre con mis labios hasta llegar entre sus piernas aun con el tanga blanco puesto. Empece a besarla y a lamerla por encima de tanga, mordisqueaba sus muslos y volvia a recorrer su coño con mi boca.
-A: Ufffff, no me seas cabron y cometelo ya por dios!!!
-M: Shhht, llevas media tarde jugando conmigo, ahora me toca a mi-le conteste pellizcandole un pezon.
Prosegui mi juego y le quite el tanga lentamente, dejando a la vista un precioso coño con los labios un poco salidos y completamente mojado.
Me acerque a este con mi boca, pero seguí torturandola un poco, dandole suaves besos por la zona y soplandole un poco. Ella se retorcia y gemia, hasta que no pude resistirlo y abriendolo bien le di un lametazo desde el perineo hasta su clitoris.
-A: Ohhhh siiii!!!! Que gusto!!! Me corroooooo me corrooooo!!!
Exploto en mi boca una catarata de flujos emanado desde lo más profundo de su ser con una sola lamida.
-A: Ummmm, dios, que gusto, no pares por dios, quiero más!
-M: Ni loco voy a parar ahora, solo te he dado una chupadita y yo quiero comertelo más.
Sin dudarlo volví a repetir el movimiento, pero esta vez desde su ano hasta tu clitoris, como loco sin parar de lamer y lamer le introduje un dedo por su vagina sin dejar de lamerle el clitoris.
-A: Que rico cariño, que bien lo haces, uhmmm, no pares por favor, dame más.
Haciendo caso de su petición le meti de golpe otro dedo, entrando y saliendo sin parar de su vagina, con mi lengua martilleando su clitoris. Ella seguia gimiendo y retorciendose como una loca, se notaba que estaba llegando al climax y entonces subí mi apuesta, saque uno de los dedos de su coño y se lo meti de golpe por el culo.
-A: Ahhhhh!!! Me corro de nuevooooo!!! Sigue sigue sigueeee!!!!-chillo contorsionandose en la cama.
Yo seguí en mis tareas pero bajando poco a poco el ritmo para que se fuera recuperando, hasta que al final dijo.
-A: Ven aqui mi amor
Subí a su altura y empezó a besarme con mucha dulzura, relamiendome la cara empapada de sus jugos.
-A: Eso no se ha acabado aun, ahora viene lo mejor, el postre.
Me guiño el ojo, se incorporo un poco y de uno de los cajones de su mesilla de noche saco un preservativo. Lo abrió y con su boca me lo puso en mi polla.
-M: Que arte tienes, eso nunca me lo habían hecho.
-A: Jajajajaja, pues preparate para lo que viene porque lo vas a disfrutar.
Se puso encima mia y se sento de golpe encima de mi polla que entro de un solo movimiento hasta el fondo. Con sus manos en mi pecho en mi pecho para usarlo de apoyo se iba moviendo poco a poco, metiendosela hasta el fondo y sacandola casi por completo, con un ritmo continuo que a mi me tenia enloquecido.
-A: Te esta gustando cariño?
-M: A caso lo dudas? Es una maravilla como te mueves, quien me iba a decir a mi que hoy acabaría follando con una de las primera mujeres en las que me fine de pequeño.
-A: Me alegra que te guste, si te soy sincera al verte esta mañana recorde como de pequeño te dedicabas a mirar por debajo de mi falda y me puse muy perra imaginandote haciendolo ahora.
-M: Pues parece que he pasado de mirar a entrar hasta el fondo.-le dije dandole un cachete en su culazo.
-A: Disfrutalo, porque te pienso sacar hasta la última gota.
Dicho esto aumento el ritmo, cabalgandome sin parar, gimiendo, yo estaba cerca de terminar asi que empece a acariciarle el clitoris mientras ella seguia con su movimiento salvaje.
-A: Ufff amor, como sigas tocandome así...uhmmmm, me correré enseguida.
-M: Eso prentendía pues yo estoy a punto de llegar, no aguantaré.
-A: mmmm aguanta por dios aguantaaaahh que yo ya llegó!!
-M: Me corroooo
-A: Y yooo!! Ahhhhmmm, que gustoooo. Que bueno se siente!!
Despues de eso se deplomo en la cama, nos besamos y nos quedamos dormidos.
Este fue el primero de varios encuentros que tuvimos Ana yo, espero que os haya gustado pues tambien es el primer relato que publico. Os dejare mi correo para que podáis darme vuestras opiniones y asi poder mejorar a la hora de contaros mis relatos, pues tengo algunos más que desearía compartir. Muchas gracias a tod@s.
kaiser04@hotmail.es