La perversión de una esposa ingenua III.
Me dolía la actitud y decisión de mis dos hombres de entregarme a un desconocido, sin embargo... después de hacerlo, comprendí que estaba destinada a ser el juguete sexual de los hombres.
La perversión de una esposa ingenua III:
Por la mañana sentí un extraño presentimiento al no ver a Julio a mi lado, abandone la cama y fui a buscarlo; no estaba por ningún lado, tampoco mi esposo se encontraba en la habitación.
Al asomarme hacia la vereda, lo vi caminar con dirección la casa, venia solo. Julio se había marchado, me senté en la entrada y espere que llegara, al ver mi rostro interrogante se apresuro a decirme.
-Julio se ha marchado, surgió algo de última hora.
__ ¿Hice algo indebido? ¿Se fue molesto conmigo?
-No, solo tuvo que marcharse. Pero antes de marcharse, me dijo que estaba satisfecho con tu comportamiento y prometió regresar pronto.
__ ¿De verdad?
-Sí. Tienes que creerme, y antes de irse me dijo algo, bueno… más bien me pidió algo. ¡El me pidió que no tengamos sexo hasta que vuelva! Solo puedo tocarte, quizá masturbarte, pero no penetrarte.
__ ¿Cuándo regresara?
-Aún no lo sé, pero cuando regrese… solo estará una noche con nosotros, él prometió llevarte unos días a vivir con él.
__Ahora que estamos solos y que estamos hablando del asunto, ¡quiero preguntarte algo! ¿Tú estás de acuerdo con todo lo que está sucediendo? Es decir… ¿no te molesta que Julio me coja aquí en nuestra propia casa? Y lo de ir con él a su casa… ¿no te molesta?
-Claro que estoy de acuerdo, he sido yo mismo quien le pidió seducirte, yo le insistí para que te cogiera delante de mí. Lo de ir a su casa… es algo que juntos planeamos, es algo necesario para lograr nuestros planes.
__ ¿Planes? ¡Dime! ¿Cuáles son esos planes que tienen?
-Prefiero que seas paciente y lo descubras tu misma cuando estés a su lado. Ahora deja que sea yo quien te haga algunas preguntas. ¿Te gusta lo que Julio te hace? ¿Te gusta cómo te coge? ¿Quieres ir a su casa o no?
__Sí, me gusta lo que me ha hecho, cuando me coge… me hace sentir verdaderamente satisfecha, pierdo la noción de las cosas y no quisiera que esos momentos terminaran nunca. ¡Si… tengo deseos de ir a su casa y pasar unos días a su lado! Hacer todo lo que él me pida.
-Eso es lo que más deseamos de ti, que seas complaciente y no te cierres a nada. Ambos estamos seguros que los días que pases a su lado… será la mejor experiencia que hayas tenido.
Los siguientes días las cosas se dieron tal y como mi esposo dijo, por las noches me pedía desnudarme y acompañarlo al árbol, ahí me hacia abrir las piernas y mientras me decía cosas morbosas, me masturbaba. Yo cerraba los ojos e imaginaba todo cuanto me decía.
Cada día me decía algo diferente, pero todo relacionado con actos morbosos, y lograba excitarme mucho, mi chocho terminaba mojado y mi cuerpo ya exigía ser atendido. Rápidamente pasaron un par de semanas, y por fin una tarde él me dio la noticia que tanto esperaba.
Yo estaba sentada en la entrada de la casa, lo vi caminar por la vereda, al llegar a mi lado, me tomo de la mano y me llevo con ansiedad al árbol.
-He hablado con Julio esta mañana, vamos desnúdate que quiero acariciar tu chocho mientras te doy la buena noticia.
Lentamente me despoje de mis ropas, mientras lo miraba fijamente, me resultaba difícil de creer su emoción al saber que Julio vendría una vez más a cogerme en nuestra propia casa, aún no comprendía el motivo de tan evidente emoción.
Ya desnuda me acomode frente a él, separe las piernas y lo deje acariciar mi chocho, confieso que ya estaba mojada, así que no fue difícil que sus dedos resbalaran con facilidad al interior de mi sexo.
Mientras me acariciaba las paredes internas, empezó a hablar.
-¡Me ha dado su autorización de decirte lo que sucederá mientras estés con él! ¿Quieres saberlo?
__Si.
-Pues mira, antes que nada… ¡mañana por la tarde llegara aquí! Así que mañana por la noche vamos a cogerte los dos, igual que la vez pasada. Al día siguiente saldrás con él. Irán a su casa y… ese mismo día conocerás a alguien, es un hombre diferente, con la verga más grande que puedas imaginar.
-Él va a cogerte, y lo más importante. Te va a iniciar por el ano.
__ ¿Por qué tiene que ser un desconocido? Yo… preferiría que fueras tú o Julio quien me inicie. ¡Por favor!
-¡Vamos! Mira Laura, solo inténtalo y si no te gusta… jamás volverás a ir, pero si las cosas son como Julio dice… pronto serás tú quien suplique volver a los brazos de ese hombre.
Sentí miedo por tal situación, un desconocido, ¿Por qué? Esa era mi constante pregunta, esa tarde no sentí placer, pese a los intentos de mi esposo por excitarme, no logre mojarme, estaba molesta, no deseaba saber nada del asunto, incluso sentí que era el momento de terminar con ese juego prohibido.
Por la mañana él salió para el campo, tenía que traer leña para el baño, mientras yo preparaba la comida, sumida en mis pensamientos, tratando de encontrar una respuesta a su extraña actitud, las horas pasaron rápidamente ya empezaba a obscurecer cuando escuche la voz de Julio en la entrada de la casa.
Me tomo por sorpresa, había olvidado que llegaría, no me había preparado, su presencia me hizo olvidarme por completo de lo que había estado pensando desde la tarde anterior.
- ¡Hola Laura! ¿Cómo estás?
__ ¡Hola… muy bien gracias… pasa!
- ¿Tu esposo?
__No está, fue a traer leña, pero no debe tardar.
- Te noto nerviosa o quizá molesta. ¿Sucede algo?
__No, todo está bien.
Pese a mi respuesta, sentí que ese era el momento de hablar con él, decirle que no deseaba que otro hombre me cogiera, solo quería hacerlo con él y con mi esposo, sin perder el tiempo, le dije lo que sucedía aprovechando que mi esposo aún no regresaba.
__Julio… ¿Por qué quieres que otro me coja? Yo… quiero hacerlo solo contigo y con mi esposo.
Julio se aproximo y me tomo de la barbilla para levantar mi rostro, me miro fijamente y dijo las siguientes palabras, dejándome en claro que ya había decidió entregarme a otro hombre y nada lo haría cambiar de parecer.
- ¡Vamos a ver Laura! ¿Quieres ir a mi casa o no?
__Si.
- Entonces, tendrás que aceptar todo lo que yo te pida hacer, y una de las cosas que tienes que hacer, es… coger con algunos amigos míos, ya lo habíamos hablado y estabas de acuerdo, sin embargo, si te has arrepentido, ahora mismo doy la vuelta y me marcho.
El temor a perderlo me hizo reaccionar de inmediato, aceptando todo lo que el proponía.
__No… ¡no quiero que te molestes! ¡Lo hare! Todo lo que me pidas, pero… no te enojes por favor.
- Entonces no vuelvas a decirme que no quieres hacerlo, ahora, enciende el baño, tengo muchas ganas de cogerte y apenas llegue tu esposo lo haremos los tres.
Me apresuré a encender el baño con la poca leña que aún quedaba, mientras Julio se sentaba en el árbol y miraba el obscurecer, una media hora después mi esposo llego y entablo una amena charla con él, ya el baño estaba en su punto.
Dirigí mis pasos hacia ellos y les hice saber que ya estaba listo.
__ ¡Ya está caliente el baño!
-Entra primero Laura, enseguida te alcanzamos.
Fui a la habitación y me despoje de mis ropas, después camine desnuda por el patio de la casa, pase frente a ellos y no perdieron la oportunidad de seguir mis pasos, entre al baño e inicie a bañarme, se tomaron varios minutos antes de entrar ellos, una media hora más tarde, cuando ya nos habíamos bañado. Julio dio inicio al juego sexual.
Mi esposo estaba sentado en la pequeña silla de madera, Julio me ordeno arrodillarme y mamar su verga, sin perder el tiempo obedecí, la pequeña verga de mi esposo entro completamente en mi boca, la sentí crecer un poco más.
Las manos de Julio me tomaron por la espalda, fueron directo a mis tetas, las acaricio con suavidad, mientras decía lo que me esperaba al llegar a su casa.
- Ya está arreglado lo de mi amigo, mañana mismo ira a cogerse a Laura por la noche, le conté que nadie la ha cogido por el ano. Su reacción fue la que ya esperaba, él está ansioso de tenerla desnuda, quiere ser el primero en estrenarle el ano.
Repentinamente, sentí una de sus manos soltar mi teta y dirigirse a mi chocho, ahora le tocaba el turno de ser acariciado, sus dedos resbalan por mis labios vaginales, poco a poco fui excitándome.
- Si todo sale bien, al día siguiente, tendrá su primer orgia, hay varios candidatos, todos tienen buena verga, así que recibirá toda la leche que quiera. Tendrá una verga en la boca, otra en su chocho y ¿Por qué no? Podríamos hacerle la doble penetración, en fin… ya veremos cómo se comporta.
Ya estaba excitada con sus palabras, cuando le dijo a mi esposo que cambiaran de lugar, ahora yo mamaba la verga de Julio y mi esposo me penetraba, su verga entro sin problema, resbalo por lo lubricada que ya estaba, me tomo con fuerza de mi cintura y arrecio sus movimientos, en pocos minutos eyaculo dentro de mí.
Rápidamente Julio pidió seguir y mi esposo se hizo a un lado para cederle su lugar, su verga se abrió paso por mis labios vaginales, no había duda, ya podía notar la gran diferencia de ambas vergas, en ese momento estaba tan excitada que sin pudor alguno le pedí a mi esposo me dejara mamar un poco más su verga.
Él se puso delante de mí y me dejo volver a meter su verga en mi boca, sentí ese amargo sabor de su semen, mezclado con mis propios líquidos vaginales, cerré los ojos e imagine a ese nuevo hombre que al día siguiente me cogería, imagine su verga aun mas grande y gorda que la de Julio.
Mi esposo no pudo evitar que lo hiciera venirse en mi boca, no lo solté hasta que sentí su leche inundar mi garganta, mientras Julio aumentaba la fuerza de sus embestidas, minutos después su leche salió disparada inundando mi chocho, fue algo mágico, sentir semejante chorro de leche caliente correr por mis entrañas.
Los tres perdimos las fuerzas, nos enjuagamos y salimos del baño, mi esposo fue a dormir al cuarto de herramientas y esta vez… Julio y yo lo haríamos en la cama matrimonial.
Mi cuerpo seguía muy caliente, aún no sentía la plena satisfacción, sin perder el tiempo; me apresure a acomodarme entre las piernas de Julio, abrí la boca y metí la verga de él hasta el fondo de mi garganta, no fue fácil lograrlo, pero si pude hacerlo, poco a poco la sentí recobrar vida, Julio me pedía que lo dejara descansar, pero yo no lo acepte, quería sentir una vez más su verga en mi chocho.
Ya estaba bien parada, él se acomodo sobre la cama y yo… me senté sobre su verga, estaba tan caliente que fui prácticamente yo quien se cogió a Julio, y lo deje muy sorprendido cuando le pedí me dijera lo que haría su amigo conmigo.
__ ¡Por favor… cuéntame que me va hacer tu amigo! ¿Cómo es su verga?
- ¡El tiene una verga muy grande y gorda! Te cogerá por el ano, es lo que más le gusta, pero lo sorprendente es… que sabe aguantar mucho tiempo, sabe controlar la eyaculación, estoy seguro que te gustara como va a cogerte.
__ ¿De verdad? Aaaaa que rico debe coger. Entonces… ¿va a cogerme por mi culito?
- Si. Mañana mismo te estrenara, ya verás cómo va a gustarte.
Mis movimientos eran acompasados, con mucha suavidad, tardé varios minutos disfrutando de la verga de Julio, imaginando esa gran verga que me aguardaba en su casa, imaginando como me cogería, ya empezaba a perder el pudor, estaba decidida a hacer todo cuanto mis dos hombres me pidieran.
Esta ocasión su eyaculación no fue lo que yo deseaba, apenas sentí un escaso chorro correr dentro de mi chocho, por primera vez… Julio no logro calmar la calentura que invadía mi cuerpo.
Se quedo dormido en pocos minutos, mientras yo no podía dejar de acariciar mi cuerpo, apretaba mis tetas, buscaba con ansiedad mi clítoris y lo masajeaba con desesperación, pero todo resultaba en vano, y por el contrario… aumentaba mi excitación.
Por fin logre controlarme, logre dormir unas cuantas horas, por la mañana, me levante y me apresure a encender el baño, volvimos a bañarnos, pero ya no hubo sexo, busque mi mejor vestido y salí de casa al lado de mis dos hombres.
Mi esposo nos acompaño a la parada del autobús, ahí se despidió nosotros subimos al transporte y nos alejamos, por la ventana lo mire ir de regreso a la casa, era la primera vez que yo salía de casa sola, sin su compañía.
Julio se quedo dormido, mientras yo miraba por la ventanilla, confieso que seguía caliente, no había logrado calmar mi excitación, ya deseaba que el autobús llegara a nuestro destino, cosa que sucedió casi 6 horas más tarde.
Caminamos por las calles de aquella pequeña ciudad, hasta llegar a donde abordamos otro transporte, nuevamente nos perdimos por un camino rural donde casi no pasaban autos, muy de vez en cuando se veía alguno, casi obscurecía cuando llegamos a una ranchería, ahí descendimos y cruzamos por las calles del pequeño poblado, muy similar al lugar donde vivo.
__ ¿Aquí vives?
- No pequeña… aquí vive Darío. Yo vivo en el municipio que pasamos antes.
En ese momento sentí que todo mi cuerpo era presa de un extraño temblor, ¿de miedo? ¿De excitación? No sabría explicarlo, tenía miedo, pero también deseaba ya estar frente a ese hombre que según Julio… era lo más parecido a un semental.
Ya estábamos caminando por un camino demasiado alejado del pueblo, la noche empezaba a caer, los árboles de ambos costados del camino impedían la entrada de los últimos rayos del sol, un extraño viento empezó a correr haciendo el momento un tanto lúgubre.
Por fin después de una larga caminata, vi las luces a lo lejos, en lo más alto de un pequeño cerro.
- Ahí vive Darío, debe estar ansioso de vernos llegar, trata de comportarte amable con él, se complaciente y disfruta de lo que estás por vivir. Mañana vendré por ti.
Mi corazón latía desaforadamente conforme nos aproximábamos al lugar, parecía un lugar abandonado, no se veía a nadie, Julio grito el nombre con fuerza y minutos después… como si fuera una aparición, salió de en medio de los árboles un hombre alto, de aspecto cadavérico, su rostro parecía el de un hombre molesto.
Su voz era gruesa, el solo escucharlo hacia sentirse muy inferior a él.
ü ¡Llegas tarde!
- ¡Si… lo siento, me retrase un poco, pero aquí estamos como te prometí! ¡Ella es Laura!
El hombre se paró a escasos centímetros de mí, me miro de arriba abajo, con mirada calculadora, sentí un escalofrío recorrer todo mi ser.
ü ¿Qué edad tienes Laura?
__19 años.
ü ¿Eres soltera?
__No… ya estoy casada.
ü ¿Estás aquí por tu propia voluntad?
__Si.
Había algo en sus palabras que no terminaba de gustarme, por un momento sentí el impulso de salir corriendo de ese lugar, pero ya era demasiado tarde.
ü Muy bien, entonces, puedes dejarla, mañana pasa por ella como lo acordamos.
Julio dio la vuelta y se alejo en silencio, sin decirme una sola palabra, sin voltear a verme, yo… solo baje la mirada y espere que Darío dijera que hacer. Lentamente, como si no le importara el tiempo fue por un banco de madera y lo puso al lado de un viejo árbol.
Seguía mirándome sin decir una sola palabra, aumentando mi estado de nervios. Por fin las palabras salieron de su boca.
ü ¡Desnúdate!
Por mero instinto mire a todos lados para asegurarme que nadie nos miraba, después… comencé a despojarme del vestido, le siguió el sostén y por último las pantaletas, trate de cubrir un poco mi desnudez con mis pequeñas manos, me daba vergüenza estar desnuda ante ese hombre desconocido.
Repentinamente, su voz se escucho rompiendo el silencio del lugar, y dejándome sorprendida, era evidente que no estábamos solos.
ü ¡Ya puedes salir muchacho!
De la espesura del campo, salió un hombre joven, no mayor a mi esposo, totalmente desnudo, su verga era muy similar a la de mi esposo, se aproximo y se quedo a escasos centímetros de donde yo estaba, continué en silencio, no atinaba a decir absolutamente nada.
ü ¡Anda… puedes cogerte a Laura!
El joven se me aproximo, de forma torpe acaricio mis tetas, incluso causándome un poco de dolor, hizo lo mismo con mis nalgas, por fin me recostó en el pasto y separo mis piernas, se acomodo en medio y me penetro sin más preámbulo.
Empezó a bombearme con fuerza, no había la mas mínima actitud amorosa, solo me bombeaba, buscando satisfacer su deseo sexual, solo tardo unos minutos en derramarse dentro de mí. Su eyaculación fue abundante lo reconozco.
Así como inicio, se levanto y se alejo por el mismo lugar donde llegó. Yo me quede recostada en silencio, tratando de encontrar una respuesta a mis interrogantes.
ü ¡Los hombres jóvenes son impacientes! Solo buscan desahogarse, sin darle placer a las mujeres, ahora vas a sentir la diferencia entre un hombre joven y un hombre maduro. Dame la mano pequeña.
Darío me tomo de la mano y me llevó al interior de la casa, mientras caminaba, la leche del joven salía por mi chocho, mojando mis muslos, dentro de la casa había una vieja cama, y unas sillas parecidas a las que se usan en la playa.
ü ¡Recuéstate en la silla! Separa las piernas a los costados y no las cierres hasta que yo te lo permita.
Rápidamente le dije lo siguiente.
__ ¡Por favor… quisiera bañarme antes de hacerlo! Aún me está saliendo el semen del joven.
La respuesta que me dio, fue demasiado morbosa.
ü ¡No te preocupes, no me molesta saborear la leche de los hombres, mucho menos si es de un joven! ¡Relájate y disfruta lo que voy a hacerte!
Me dio vergüenza, pero no podía hacer nada al respecto, así que abrí mis piernas y lo vi aproximar su boca lentamente.
Su lengua era muy grande, a comparación de la de Julio, se abría paso con facilidad en mis labios vaginales, no le importaba saborear la leche del joven, era una locura… ese hombre sabía bien como mamar un chocho.
Solo bastaron unos minutos para que yo perdiera el miedo, el pudor y todo lo que sentía antes de llegar a su casa, ahora estaba más caliente, su lengua me estaba dando un placer único. Cerré los ojos y ya no me aguante, deje que por vez primera los gemidos de placer salieran de mi garganta.
__Aaaaaaa asiiiiiiiiiiiiiii oooooooo que ricooooooooo másssssssss aaaaaaaaaa mis piernas estaban temblorosas, ya su lengua habia logrado entrar casi a la mitad, por momentos la sacaba y pasaba la puntita por mi clítoris, haciéndome dar brinquitos por el placer que sentía y aumentando mis gemidos para su propia complacencia.
__Nooooooooo nooooooooooo por favorrrrrrr no lo hagassssssssss aaaaaaaaa vas a matarme de tanto placerrrrrrrrrrr aaaaaaaaa pude sentir como salía un hilillo de líquidos de mi chocho, él se apresuraba a chupar con ansiedad.
El tiempo fue eterno, al igual que el placer, ya no tenía fuerzas en mi cuerpo, lo vi ponerse de pie y ahí, estando frente a mí… se desnudo, dejándome ver esa monstruosa verga, la cual entraría no solo en mi chocho, también se encargaría de romperme el culo.
__ ¡Dios mío… es enorme! No voy a soportarla. Tengo miedo…
Mis palabras no causaron consideración alguna en Darío, quien se tiro en el suelo y me tomo la cabeza con sus manos para hacerme mamar su verga monstruosa.
Las lágrimas escaparon de mis ojos al luchar por meter esa verga en mi boca, no podía hacerlo, él empujo con fuerza mi cabeza y solo así logro que entrara la puntita. Sentí ahogarme y trate de zafarme, pero él… se dio cuenta y dio un fuerte empujón más y metió hasta la mitad de su verga en mi boca.
Por fin se apiado de mí y me dejo sacarla, jale aire rápidamente, su verga estaba demasiado dura, tenía las venas palpitando, me dejo reponerme un poco, pero después… me recostó y abrió mis piernas con fuerza, ahora dirigió su verga a la entrada de mi chocho.
Sentí morir de dolor cuando la metió con fuerza, no se detuvo y siguió empujando hasta que toda quedo dentro de mí, le enterré las uñas como consecuencia del dolor que sentí. Se quedo inmóvil unos minutos, cuando ya no sentía dolor, me tomo una pierna en su mano izquierda y me levanto, me aferre a su cuello para no caer.
Sin piedad empezó a bombear, era sorprendente como ese viejo podía tener tanta resistencia. Los minutos pasaban y él estaba tan tranquilo, mientras yo… estaba bañada en sudor.
Mi pierna derecha colgaba a su lado, el reía mientras seguía bombeándome, se escuchaba un sonido morboso al chocar mis nalgas con sus huevos. Ya no tenía fuerzas, quería que se detuviera y se lo hice saber.
__ ¡Por favor! Déjame descansar un poco… no puedo más… ¡por favor! Aaaaaaaaa me mueroooo aaaaaaaaaa ya me dolía el chocho, sentía que mis labios vaginales palpitaban por la fricción recibida. Por fin se apiado de mí y me bajo lentamente, saco su verga y yo caí sin fuerzas sobre el suelo.
Me tomo en sus brazos y me recostó en la cama. Solo me dejo descansar unos cuantos minutos, me hizo ponerme en cuatro patas, se paro frente de mí y me arrimo su verga a mi boca. Estaba cubierta por un líquido espumoso y blanquizco. No sé si era el semen del chico, mis líquidos vaginales o ambos.
ü Si quieres descansar… entonces usa la boca y mama mi verga.
No pude negarme, abrí la boca y la deje entrar, el sabor no era tan desagradable, sin darme cuenta ya estaba con la mitad de su verga dentro de mi boca, pero no logre meter más, la chupe por un buen rato, hasta que nuevamente me dio la vuelta.
Afortunadamente, volvió a mamar mi chocho, su lengua se encargo de calmar el dolor que aun sentía, repentinamente me dio la vuelta y volvió a ponerme en cuatro patas, esta vez su lengua luchaba por entrar en mi ano, yo me resistía, pero poco a poco fue venciendo mi resistencia, el placer era tanto que ya no me importaba si me cogía por el ano.
__Aaaaaaaaaa que rico se siente aaaaaaaaaaaa masssssssssssss siiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaa cuando se dio cuenta que estaba lista, se puso de pie, me tomo por la cintura y puso la punta de su verga en la entrada de mi ano. Apreté mis labios con fuerza, sabía que me dolería, pero no quería perder esa oportunidad de hacerlo.
Sentí como mi esfínter se dilataba, dándole paso a esa monstruosa verga, de mi frente escapaban gruesas gotas de sudor, se tomaba su tiempo para ir empujando.
No pude más y lance un grito de dolor cuando ya me habia metido poco más de la mitad.
__Nooooooooooooo por favorrrrrrrrrrrrrrr aaaaaaaaaaaaaaa ya nooooooooooo por piedadddddddd aaaaaaaaaaaaaaaa sentí que caía en un negro abismo, y perdí el conocimiento por el dolor causado, cuando reaccione, ya me tenia bien penetrada, me sostenía con fuerza de la cintura y estaba inmóvil.
Poco a poco fue moviéndose, metiendo y sacando su verga de mi ano, solo sentí dolor unos minutos más, pronto desapareció y dio paso al placer. Era algo morboso sentir esa verga dentro de mi ano y estarlo disfrutando. Por si fuera poco, estiro su mano y metió un par de sus largos dedos en mi chocho, acariciando con su dedo anular mi botoncito rosado.
Era como estar penetrada por delante y por detrás. Era un placer único, delicioso, algo que me estaba llevando al éxtasis.
__Aaaaaaaaaaaaa massssssssssss aaaaaaaaaa diosssssssssssss que ricoooooooooo asiiiiiiiiiiiiii masssssssssssss aaaaaaaaaaaa mis gemidos lo enloquecían, y parecía que le daban más fuerza, seguía bombeando sin parecer querer terminar. Por fin un buen tiempo después… lo sentí ponerse rígido, se aferro con fuerza a mis caderas y soltó un torrente de leche que corrió dentro de mi intestino.
Al mismo tiempo me arranco un prolongado orgasmo, mis líquidos salían disparados con fuerza por mi chocho. Mi cuerpo temblaba sin parar. Caí rendida, y el sobre de mí. Así permanecimos un buen rato, hasta que su verga fue quedando flácida, cuando me la saco, ya no estaba dura, sin embargo… se veía desafiante.
Caímos rendidos y el cansancio nos hizo dormirnos, por la mañana después de bañarme, volvió a cogerme, en total lo hizo tres veces durante el día, por la tarde Julio paso por mí como lo habían acordado, yo estaba cansada, no quería saber nada mas de sexo, le pedí me llevara a mi casa.
Me cuestiono, pero no le dije nada, tampoco le dije algo a mi esposo, estaba hastiada de coger, por lo menos esos días no deseaba saber nada de vergas.