La perra y su melliza.
Una chica virgen quiere experimentar cosas que sus padres jamás aprobarían
Hace meses que no escribo nada, la verdad es que no ha habido nada especialmente remarcable que mereciese la pena explicar hasta esta semana.
Después de varias semanas sin abrir mi correo, una mañana, quizá fruto del aburrimiento entré en mi dirección de e-mail, allí, una mujer de Galicia me felicitó por mis escritos, y estuvimos hablando unos días, la verdad es que no tuvimos mucha empatía, por lo que no sentí ninguna decepción cuando me dijo que era mejor no seguir, pero un par de días más tarde recibí un nuevo correo de una chica que deseaba hablar conmigo. Tengo la sensación de que me estoy haciendo mayor, hace un tiempo no me hubiese molestado ni en contestar, pero esta vez entablé contacto con ella. Según ella está estudiando ingeniería, y tiene una hermana melliza que también está estudiando esa carrera, y ahora está haciendo prácticas en no se que ciudad de Inglaterra. La verdad es que esos detalles no me importan en absoluto, pero el hecho de que tenga una hermana me hizo pensar en que quizá fuese interesante escucharla. Me explicó que a pesar de tener ya 19 años aún se mantiene virgen, porqué su familia es bastante conservadora, pero resulta que a la niña descubrió la página de todorelatos y no deja de leerla todos los días, proporcionándole un placer hasta hace poco desconocido. Os preguntareis que tiene esto que ver con vosotros, ¿verdad? pero seguro que todas y todos estáis deseando que os lo cuente.
Llevamos unos cuantos días hablando, quiero conocerla bien, antes de decidir si sigo adelante hasta convertirla en mi perrita o si me planto. La verdad es que a pesar de sus convicciones religiosas, se está comportando como una chica bastante abierta, y lo digo en todos los sentidos de la palabra, no me costo demasiado que me mostrase su rostro. Es una chica bastante normal, ni fea, ni excesivamente guapa, como ya dije normal, ligeramente bronceada, de pelo castaño y ojos marrones, de finos labios, el semblante es tímido, y eso, junto al hecho de que tenga una hermana melliza es lo que más me excita, quien no desearía tener sexo con dos hermanas mellizas. Tiene unas tetas no demasiado grandes, un poco delgada para mi gusto, pero con un culo bien puesto, el coño lo tiene poblado de pelo, pero eso durará poco tiempo…
Durante nuestras conversaciones he aprendido algo sobre ingeniería, y he de confesar que me supera el tema, pero siempre ella acababa derivándolo hacia el tema que a ella le interesaba, que es el sexo y el mundo de la sumisión. Pronto la convencí para que se mostrase desnuda ante mi, cuando se lo pedí imaginé que el juego terminaría aquí, pero no, me envió una foto en la que mostraba su cuerpo, tapando púdicamente sus tetas y su coño. Le hice saber que quería verla completamente desnuda, que quería admirar las partes de su cuerpo que ningún hombre había visto aún. A la mañana siguiente cuando abrí el correo tenía una nueva foto suya, estoy seguro de que estaba excitada cuando se la hizo, tenía los pezones erectos y si no hubiese tenido esa mata de pelos en el coño hubiese visto sus labios brillando.
La señal de skype me dijo que ya estaba conectada, y avergonzada me preguntó si me había gustado la foto.
-La verdad es que no me ha acabado de gustar, como muy bien sabes, las hembras sumisas como tu, deben de llevar el coño perfectamente rasurado, y a mi, particularmente me disgustan las fotos en las que no se me muestra el rostro. Retírate y sorpréndeme si quieres proseguir.
Al rato recibí una nueva foto, en la que me estaba mirando mientras con una mano se agarraba la teta, la verdad es que la cosa se estaba poniendo interesante…
-Muy bien, cariño, pero eso me sorprende realmente muy poco.
Por la tarde, recibí un nuevo mensaje suyo, era un archivo, en el que aparecía ella, con el coño ligeramente enrojecido, pero sin ningún rastro de pelos.
No me molesté en contestar a su correo, quería que se impacientase, que se torturase pensando en si lo había hecho bien o no.
Por la mañana, cuando puse en marcha mi ordenador me encontré con media docena de correos suyos, en los que me preguntaba ansiosa, si me había gustado lo que había hecho para mí, si estaba molesto con ella, si era o no una buena sumisa obediente. Finalmente le envié un mail con mi número de teléfono.
-Esto me gusta mucho más, tienes permiso para llamarme. A los pocos segundos estaba escuchando su voz, una voz trémula, cosa que de inmediato me produjo una erección.
-Hola, amo.
-Hola perrita, me gustó tu foto
-Gracias señor, solo deseaba que le gustase, pero al no decirme nada, pensé que estaba enfadado conmigo y…-no obstante no creas que con eso me sentiré satisfecho.
-Señor, haré lo que tu me digas, seré la mujer más obe…-No eres a mis ojos más que una zorra, una perra, una guarra, una puta obediente, no mereces ser llamada mujer.
-Si, amo, si, soy eso, soy una guarra, me excita que me trate así, seré su puta, su perra, su guarra, obediente, haré todo lo que quiera, todo.
Miré mi reloj, podía ausentarme un rato del despacho, con lo que le dije, que se tan solo un vestido ligero y que en media hora nos encontraríamos al final de la Rambla bajo la estatua de Colon.
El tráfico era bastante fluido a media mañana, se nota que la gente empieza a estar de vacaciones, muchos de los vehículos que me preceden llevan matrículas extranjeras. En unos veinte minutos estoy en el lugar, aparco tranquilamente y me siento a observar, ya ha llegado, lleva un vestido de tonos claros, ligeramente escotado. Le envío un mensaje en el que le digo que pase por la pasarela de madera hasta el Maremagnum siempre mirando al frente y allí se dirija a los baños, que deje la puerta sin pasar el pestillo y espere con la falda subida y de cara la pared. Pasa por mi lado, me levanto y la sigo, estoy tan solo a dos o tres metros de ella, en ese momento suenan los pitidos de aviso y el semáforo nos indica que la pasarela se abrirá, los turistas miran asombrados como las embarcaciones pasan del puerto en dirección al mar. Yo no paro de observarla, al natural resulta más atractiva, podría pasar por una turista más. Imaginar que en pocos minutos voy a usarla hace que se me ponga dura la polla, y por un instante estoy tentado a acercarme a ella y a descubrirme, pero no, para ella es más excitante seguir mis instrucciones. Le envío un sms, “ni se te ocurra girarte, estoy detrás de ti”, noto como se estremece cuando lee el mensaje, respira fondo en ese momento la pasarela ya se ha unido empieza a andar. Se dirige al lugar, las puertas se abren y notamos el gélido frío del aire acondicionado, sigue andando hacia los baños, abre la puerta y entra, espero unos segundos y entro yo, marco su número y oigo el timbre de su teléfono es la tercera puerta, la empujo y cede. Mis ojos la ven, con el vestido subido mostrándome el culo. Cierro la puerta y ahora si, paso el pestillo, me acerco, puedo sentir su respiración, casi ni se mueve, acerco mis labios a sus oídos para decirle, -hola perrita –mientras mis manos recorren su cuerpo. –Estoy seguro de que estás mojada- mis dedos entran en su coño fácilmente, se estremece cuando siente por primera vez en su vida un dedo que no es el suyo dentro de si. Empiezo a frotar, mi mano se va mojando por segundos mientras froto con fuerza, está completamente empapada, respira fuertemente, cuando siento que llega al orgasmo, entre gemidos. La sujeto con firmeza, porque tengo la sensación que se desplomará, y le susurro –te ha gustado, verdad, putita?, la giro, quiero que me vea, me mira a los ojos, me sonríe, y me dice, -si, Amo, si, jamás había sentido tanto placer.
Me bajo la cremallera del pantalón, cojo su mano y me la acerco a mi polla, la toca, es la primera vez que toca el miembro a un hombre, la saca, la mira, la cojo por la cabeza y la empujo hacia abajo, no hace falta más, la muy puta ya me ha entendido, saca la lengua y empieza a lamerme el capullo, saboreándolo, con dificultad lo mete en su boca y empieza a moverse torpemente, al final soy yo el que tiene que follarse su boca, empiezo a moverme, sus babas se le caen por la comisura de los labios, me excita verla así, tan entregada ya, noto sus pezones duros a través del vestido, los aprieto, un gemido de dolor o de placer?, me corro abundantemente en su boca, empieza a toser, se ha atragantado, incluso le sale el esperma por la nariz, mancha su vestido, pero a pesar de todo me mira sonriendo.
-limpia bien mi polla. Se levanta y va a coger papel higiénico, -pero tu eres tonta o qué, usa tu boca de zorra. Se agacha, mientras toma mi miembro y lo vuelve a lamer, cuando acaba pretende secarse su coño, pero se lo impido.
-La gente notará el olor, Amo.
-Mis hembras huelen siempre a lo que son, unas zorras viciosas, y quiero que todo el mundo que se acerque a ellas lo sepa…