La perra vida 09

Finaliza el fin de semana con la beata Elena y presentan a la perra sus nuevos amantes. Su gemela comprará un nuevo y electrizante regalo para la perra.

La perra vida

Capítulo nueve

Elena se acercó a la perra y al soltarla de sus ataduras tuvo que volver a limpiarla con la manguera ya que de cintura para abajo era un auténtico reguero de semen y flujo. La metió en la cocina y tras ordenarle que se secara, le colocó la prensa en las tetas, mas apretada que el día anterior y su nueva bandeja para servir el café. Quería impresionar a Pedro con sus ideas para que volviera a prestarle a la perra y quedó francamente impresionado.

Que tarde mas agradable pasaron viendo como Elena hacía beber a la perra su propia orina, como la había limpiado con ese cepillo tremendo y con su pancita de preñada estaba preciosa. Disfrutaron con la limpieza interior y como fue aprovechada la apertura, las carcajadas fueron estruendosas cuando la vieron con el cono. Elogiaron a Elena por su dedicatoria a Susana en la tanda de azotes, todo un detalle por su parte.

La cena en bandeja resultó estupenda y la forma de colocarla para dormir con su picante y todo, sublime, pero ver a Elena haciendo uso de la perra urinario se ganó las ovaciones de ambos espectadores. Y la vieron volver a beber con asco el agua que había salido de su cuerpo y como, atada como la había dejado Elena, meaba su cuerpo y cara sin poder evitar tragar una pequeña parte, la próxima vez podrían ponerle la mordaza de aro enviada por su hermana para que no pudiera cerrar la boca. Pero si de algo disfrutaron fue con la clase de culigrafía, que quedó instaurada como una de las nuevas tareas de la perra. Lo original de los utensilios utilizados en los azotes posteriores, como el contenido íntegro de las grabaciones, demostró sin lugar a dudas la gran creatividad de la flageladora.

Después de pasar la tarde tranquila gozando de las películas que había grabado Elena con las actividades de la perra y descansados del viaje y su expedición a la feria estatal, decidieron que el broche de oro para el fin de semana sería aparear a la perra con uno de los cerdos. El jadeo que emitió la perra con la noticia fue ignorado por sus tres verdugos, poco o nada les importaba lo que ella opinara al respecto.

Mateo y Pedro se acercaron al camión donde habían dejado las bestias y pasaron un buen rato decidiendo cual de los dos cerdos sería el afortunado.

  • Este la tiene algo tiene mas gorda – comentaba Pedro – no sabía que los cerdos podían tener semejante vergazo, hicimos un buen trabajo de selección en la feria

  • Si, no es frecuente, recuerda que por eso los escogimos, pero mira vaya bolas tiene este, seguro que está descargándose un buen rato – rebatía Mateo

  • De acuerdo, sacaremos los dos y que decida Elena cual se folla a la perra – asintió Pedro sacando los cerdos del camión y llevándolos a la parte trasera de la casa

  • Creo que la mejor manera será dejarla a cuatro patas ¿estáis de acuerdo? – preguntaba Elena – Tengo la cámara preparada

  • Querida, no nos ponemos de acuerdo ¿cual crees que será mejor, el que la tiene mas gorda o el que tiene mayores bolas? – preguntaba Mateo

  • ¿Y porqué tendríamos que excluir a uno?, pobres animalitos míos, opino que el que la tiene mas gorda se la folle y al que tiene bolas mas grandes debería chupársela entretanto – explicaba – si esta perra inepta no es capaz de satisfacer a dos cerdos, vale aún menos de lo que ha demostrado hasta el momento

Y con esa sentencia se terminó el dilema, acercaron ambos cerdos para que comenzaran por retozar un rato, ordenaron a la perra que se restregara contra ellos y poco a poco los fuera excitando con sus manos e intentarlo con su boca, de ella dependía que no la lastimaran con su excitación y bruscos movimientos, pero en escasos minutos tuvo a uno montado a su espalda, parecía no haber catado hembra en una larga temporada y estaba ansioso por follar. Joder con el cerdo, no se andaba con tonterías, pegó un tremendo golpetazo a la perra que comenzó a quejarse mientras intentaba introducirle la gorda polla. Realmente tenía un vergazo ese cerdo y tanteaba con él las entradas de la perra, a su excitado público tanto le daba que se la metiera por un agujero o por otro, el caso es que la jodiera en condiciones, por lo que con las embestidas iba cambiando de uno a otro, entraban bien con lo que dilataba la muy perra.

Mateo y Pedro se dedicaron un rato a ayudarlos en la jodienda, no es tarea fácil que un cerdo se folle a una perra, cada poco la polla se le escurría y tenían que asistirla para encontrar el camino, con lo gorda que la tenía y mas que se le estaba poniendo, pareció que al fin se decidió por uno de sus agujeros y ahí se quedaría, el culo de la perra recibía sin problemas la enorme polla, con sus pezuñas le estaba marcando la espalda ya sensibilizada por los azotes, por lo que sus jadeos y lamentos se oían por encima de los ruidos que emitía el animal. La perra desagradecida no parecía estar disfrutando con su nuevo amante. Elena acercaba y alejaba la cámara para ir captando la cópula, sin parar de animar a los animales e insultar a la perra, disfruta de tus amantes perra cerda, era lo mas suave que le decía.

Como el primer cerdo parecía todo un profesional y estaba tomando el gusto a la jodienda, Pedro y Mateo, con mucho cuidado acercaron al otro cerdo, entre ambos lo colocaron panza arriba, debajo de la perra, para que tuviera libre acceso para mamarlo y lo sujetaron para evitar problemas, que chillidos soltaba el muy cerdo. La perra, con el peso y las embestidas del animal que le taladraba el culo, no podía evitar tragarse la polla del que habían colocado debajo, de manera que su cara se incrustaba en su barriga sin poder respirar apenas. La algarabía de arcadas, gritos, jadeos, quejidos y lamentos, inundaba gratamente los oídos de sus maltratadores. Las enormes tetas de la perra quedaban atrapadas entre las patas del cerdo que no paraba de retorcerse, produciéndole rozamientos que aumentaban su incomodidad.

Un largo rato estuvieron los animales dale que te pego y la perra seguía padeciendo cuando a Elena se le ocurrió colgarle del clítoris una pinza bien cargadita de pesas, le costó lo suyo, a pesar del espacio que quedaba entre las patas de ambos animales, con tanto toma y daca le resultó complicado, tres veces tuvo que intentarlo, pero al final quedó colocada la pinza a su entera satisfacción, a juzgar por los nuevos gemidos de la perra que gracias a su sensibilizado e inusual clítoris y a los vaivenes de las pesas con la embestidas, empezaba a correrse como era su costumbre.

La insuficiencia respiratoria y la excitación por la follada, hacía que intentara incorporarse de vez en cuando en busca de aire, cosa que el cerdo que la follaba no agradecía en absoluto y para deleite del público, le gruñía en su oreja a modo de bronca. La perra no daba mas, estaba desfalleciendo cuando el cerdo que estaba mamando comenzó a correrse, el primer chorro la pilló por sorpresa y asqueada tuvo que tragarlo, pero el torrente que salió a continuación lo restregaba por la barriga del cerdo con su cara, empapando su pelo, orejas, cuello y tetas, emitiendo gruñidos las tres bestias, ya que las bárbaras embestidas de su otro amante evitaban que pudiera librarse de restregar semejante cantidad de leche por toda la panza de su compañero, que manaba como un auténtico surtidor. Como se divertían viéndola bien jodida, mientras separaban al cerdo mamado que continuaba expulsando leche y mas leche.

En eso estaban cuando el cerdo follador también empezó a correrse y desmontándose de la perra, empujándola, esta cayó desmadejada sobre el suelo empapado por su compañero, mientras la regaba con los chorros que salían de su polla cual manantial. Un tipo listo este cerdo, la pisoteaba entera mientras la regaba por todas partes, marcando mas su maltratado cuerpo y embadurnándola por completo. Una vez terminada la cópula, ambos hombres, como si lo hubieran ensayado antes, mearon a la perra imitando al cerdo, pisoteándola y pateándola. Finalizado el último ritual de envilecimiento de la perra, llevaron a los cerdos de vuelta al camión, momento que aprovechó Elena para grabar el estado lamentable en el que había finalizado la perra y obligándola a colocarse en su posición de espera, para captar su última degradación, haciéndole una serie de preguntas que esta contestaba como ida, satisfecha con las respuestas y mostrando su perversidad tras tirar de las pesas que colgaban de su clítoris, arrancándole un alarido acompañado del postrer orgasmo de la perra esa tarde, apagó satisfecha la cámara.

Tuvieron que llevarla a rastras hasta el camión y entre ambos hombres la tiraron con el resto de los animales, tendría que quedarse ahí con ellos, hasta que a su amo le apeteciera marcharse a casa, que se fuese acostumbrando a estar con sus nuevos compañeros.

Susana si que había disfrutado con la enorme polla del amigo del basurero. Cuando la vio pensó que la perra no podría hacer nada con ella, y no solo vio como la mamaba, sino que también como taladraba su culo, primero sin botella y luego con ella, parar terminar siendo empalada por ambos hombres colgada del porche.

Que bebieran el champán directamente de su cuerpo le pareció perverso, pero no tanto como que la dejaran ahí colgada como si de un trapo se tratara, ignorándola durante un buen rato, esos hombres eran terribles. Los adornos que le había puesto le resultaron agradables, ese coño de perra, abierto descaradamente, luciendo ese monstruoso clítoris realmente merecía convertirse en algo permanente.

Pero de lo que no disfrutó en absoluto fue de las alusiones de su cuñado al cuerpo de la perra, que sabía compartían, a pesar del maltrato que recibía a diario seguían pareciéndose, salvo el corte de pelo, y el tamaño alcanzado por sus pezones y clítoris, eran prácticamente iguales, incluso sus tetas, una vez quitadas las gomas y recuperada la circulación, eso sí, de manera harto dolorosa, habían recuperado su anterior apariencia, maldita fuera una y mil veces la perra de su gemela.

Con la calentura que alcanzó, no le bastó con correrse, tuvo una noche plagada de lúbricos sueños y por eso, al despertar en la mañana, sus sábanas estaban empapadas, como resultado de la placentera velada.

No lo dudó ni un instante, se marchó a la ciudad para volver al sex-shop, quería comprarle los consoladores mas salvajes que encontrara, se los enviaría a su cuñado para que se follara a la perra con ellos. Si la vez anterior compró un par de azotes, compraría ahora un par de pollas. Llevaba un rato dedicada a ese menester cuando se le acercó una mujer que se presentó como Marta, la dueña de la tienda.

  • Disculpe que la moleste – le dijo educadamente, por nada del mundo quería perder a esta joven cliente que parecía haberse convertido en asidua – La he visto antes por aquí ¿necesita ayuda? Parece que le cuesta decidirse

  • No gracias, no es nada de eso, simplemente es que hay tantas cosas sugerentes en su tienda que cuesta escoger la mas adecuada – contestó avergonzada de que la hubieron reconocido de su visita anterior

  • ¿Busca algo en particular? Me encantaría ayudarla en lo que necesite – se ofreció solícita Marta

  • Tengo un amigo que está adiestrando una perra y me gustaría mandarle dos buenas pollas – contestó superada su vergüenza inicial, se aprovecharía de la ayuda que le brindaban, sabía apreciar un buen consejo cuando lo escuchaba

  • Dos buenas pollas, entiendo – comentaba mientras seleccionaba un par de artículos – ¿el adiestramiento es severo o hablamos de deleitar a la perra?

  • ¡Oh! Sin duda alguna es severo, el placer, lo obtiene la perra con la satisfacción de su amo – afirmaba Susana metiéndose de lleno en la extraña relación que estaba surgiendo entre ellas

  • Correcto, una buena perra solo debe deleitarse con el gozo de su amo – cambiaba los artículos que había seleccionado, satisfecha con la respuesta de la joven y extrañada por el odio que parecía sentir por la mencionada perra – ¿Le parecen apropiados algunos de estos?

Mostraba a la sorprendida Susana una serie de pollas indescriptibles, bien por su tamaño, grosor, superficie o tacto podían resultar verdaderos instrumentos de tortura. Había una gran variedad, pero si no es por la encantadora dueña de la tienda que le mostraba las diversas utilidades y variaciones que podían sufrir los artículos, jamás los habría adivinado.

  • Este es un instrumento de máxima utilidad – comentaba mostrando uno en particular que trataba como si fuera la joya de la corona – Si quiere se lo demuestro o puede probarlo si lo cree oportuno

  • De ninguna manera, muchas gracias, no seré yo la que sea penetrada por semejantes instrumentos – reía divertida, no, no sería ella, sería su hermana gemela – Pero me encantaría una demostración si es usted tan amable

  • Trátame de tú, por favor, creo que después de esta tarde seremos grandes amigas – le decía con un gesto para que la siguiera – tendremos mas intimidad por aquí por favor.

  • Gracias, por cierto, mi nombre es Susana y estoy de acuerdo en que seremos grandes amigas, si mi amigo sigue empeñado en envilecer y emputecer a su perra, yo le suministraré las herramientas necesarias para ello – asentía convencida siguiendo a su nueva amiga hasta un reservado al fondo de la tienda

  • Vera, esta ricura, no solo muestra unas medidas desproporcionadas, si no que además de tener varias velocidades de vibración efectúa unos movimientos de rotación que pocas perras pueden soportar – decía poniendo en movimiento al monstruo para maravilla de su cliente – además, viene con un nutrido número de complementos, por ejemplo mi favorita, esta funda que lo convierte en una enorme polla de esparto puro – mostraba los complementos

  • Maravilloso, eso debe doler bastante – comentaba Susana excitada imaginando a la perra con esa polla tan rústica

  • Y que lo diga, no todo puede ser placer en esta vida, también tiene un juego completo de fundas con protuberancias que harán las delicias del amo, algunas pueden resultar francamente molestas – se reía con la complicidad entre ellas

  • De acuerdo, esta me la llevo – decidía Susana pensando cual sería el complemento perfecto para este pollón – ¿alguna otra recomendación para aplicar a la perra como correctivo?

  • ¿Está a favor del empleo de electricidad? – preguntaba dudosa de hasta donde llegaría la perversidad de la joven – puede ser muy beneficioso en según que entrenamientos

  • La verdad es que no me lo había planteado, ¿podrías mostrarme un ejemplo? – preguntaba cada vez mas excitada con el mundo que esta mujer estaba abriendo ante ella

  • Por supuesto, espere un momento por favor – decía antes de retirarse para regresar al poco rato acompañada de un hombre – Susana, le presento a mi marido Carlos – presentaba al hombre que le había cobrado las compras en su anterior visita y que empujaba un carrito lleno de artilugios – Si no les importa, saldré para atender a nuestros clientes

  • Encantada, su mujer me está ayudando mucho, tienen ustedes una tienda estupenda y muy bien equipada – saludaba

  • Muchas gracias, es usted muy amable, pero tutéeme, por favor, me ha comentado Marta que estaría interesada en algún aparato eléctrico, ¿es correcto? – preguntaba extrañado con esta joven que parecía toda una señorita de sociedad y compraba artículos para castigar a una perra, interesante

  • Cierto, ella me lo ha sugerido y me parece una idea estupenda, como le comentaba a ella, tengo un amigo que está adiestrando una perra y créame, toda ayuda es poca – se reía como si realmente representara un arduo trabajo para su cuñado – donde él vive no hay tiendas como la vuestra y yo me he ofrecido a facilitarle el material necesario, por motivos que no vienen al caso, estoy muy interesada en el desarrollo de la educación de esa perra en particular, quiero que alcance un buen expediente académico, por así decirlo

  • En ese caso le mostraré la mejor opción de que disponemos, siempre y cuando, su elevado coste no sea el problema – comentaba diciéndole su precio, por si, a pesar de las apariencias no pensara, o no dispusiera, de tanto dinero como entusiasmo para gastar en una mascota

  • ¡Oh! No hay problema con eso, si el artículo lo merece, el precio no parece abusivo, estoy muy interesada – comentaba, no le importaba gastarse ese dinero, lo tenía, ese y mas y nada mejor en que invertirlo que en la educación de su hermana, pero tampoco era cuestión de que la estafaran por pardilla

  • Entonces vea esta preciosidad, dese cuenta que estamos tratando con tecnología punta, es un pequeño generador de descargas de medio voltaje que lleva un sistema de recarga para utilizar su completo set de complementos sin molestos cables de por medio, incluye unas baterías de larga duración – mostraba su funcionamiento a la entusiasmada cliente – como puede ver, tiene un regulador de intensidad y múltiples utilidades, tenemos dos consoladores con forma de polla, un par de enormes huevos y un juego de seis pinzas que pueden colocarse de diferentes maneras, según el fin deseado

  • ¿Resulta muy molesto? – preguntaba interesada admirando los complementos en sus manos

  • Molesto quizá no sea la palabra, Susana, estamos hablando de un tratamiento severo, cuando no cruel, quizá no sea esto lo que usted anda buscando – lamentaba con un claro ademán de guardar los artículos

  • No, espera, no los retires aún – lamentaba su elección de palabras – estoy muy interesada en este tipo de artículos y mi amigo estará encantado al poder aplicar un riguroso escarmiento a la perra por sus continuas transgresiones

  • De acuerdo, permítame una pequeña demostración – le decía activando el equipo y sujetando el mando a distancia colocaba una de las pinzas en el dedo meñique de su cliente – ¿preparada?

  • Adelante – asentía dispuesta pero un poco asustada por sus palabras, la mordedura de la pinza ya le estaba resultando muy fastidiosa y aun ni habían comenzado las electrocuciones

  • Le aplicaré una leve descarga, observe, girando esta llave se regula la intensidad y se puede fijar para evitar percances, con este pulsador se aplica la descarga – decía mientras pulsaba el botón rojo durante dos segundos

  • Caramba – exclamaba Susana sujetando su mano ya que su dedo meñique había pegado una sacudida y había sentido una levísima sensación de quemazón – es realmente impresionante, ¿esta era la mínima potencia?

  • Efectivamente, verá ahora los efectos a media potencia – giraba la llave de la intensidad, la fijaba y volvía a pulsar el botón rojo

  • ¡Vaya! – exclamaba sorprendida con la aguda sacudida que le había dado en el dedo y que le había llegado al codo, produciéndole un ligero dolor y la sensación de quemazón era un poco mas intensa – a media potencia, increíble

  • Como puede figurarse, las posibilidades son infinitas – comentaba quitándole la pinza y colocándola con el mando sobre el carrito – si ha sentido lo que ha sentido en un dedo, imagínese lo que padecerá la perra de su amigo aplicándole cualquiera de los complementos en partes mas sensibles de su anatomía.

  • Cierto, me ha convencido – asentía Susana feliz con su nueva compra – si no le importa le daré la dirección a la que debe enviarlo. Por cierto, adjuntará instrucciones, ¿verdad?

  • Por supuesto, el equipo se complementa con un manual de fácil comprensión, para su correcta utilización – asentía contento con la venta realizada

  • Solo un par de cosas mas, me gustaría saber el alcance del mando a distancia y la duración de las baterías – exponía sus dudas

  • El alcance del mando depende de los objetos que se interpongan en la trayectoria entre el emisor y el receptor, por ejemplo, puede traspasar una pared si no es un muro de ladrillo grueso y sin interferencias alcanza mas de 100 metros, con respecto a la duración de las baterías, en espera alcanza las 40 horas a plena carga, antes de comenzar a perder intensidad y en uso permite aproximadamente unas 5 horas sin interrupciones, lo cual, por supuesto, no es aconsejable bajo ningún concepto, dependiendo de la intensidad del voltaje y la duración de las exposiciones puede utilizarse, con breves intervalos, durante mas de 12 horas.

  • Perfecto, mi amigo podrá hacer un buen uso de todo el equipo – asentía satisfecha siguiendo a Carlos que salía del reservado

  • Si me lo permite, le regalaré el otro juguete que había escogido – quería tener contenta a esta nueva cliente, el regalo quizá fuera excesivo, pero seguramente le sería devuelto con creces, eso esperaba.

  • Muy amable, gracias – respondía pagando sus compras y dándole la dirección de envío – desde luego esta tienda se ha convertido en mi tienda favorita. Hasta la próxima – se despedía

  • Carlos, ¿Por qué has tenido que regalarle el megatrack a la niña rica? – preguntaba Marta despidiéndose con un gesto de Susana, utilizando el mote que le habían puesto y extrañada con las acciones de su marido que hasta la fecha no había tenido semejante detalle con un cliente – No somos una ONG y ella no parecía necesitarlo

  • Créeme Marta, no lo necesita pero lo agradece, esta niña rica se convertirá en el seguro para nuestra jubilación, hoy se ha dejado una buena pasta sin pestañear siquiera y ya verás como regresa en menos de un mes – profetizaba - le cobraremos el mega con intereses entonces y en cómodos plazos

  • Pues ya puedes ir pensando lo que le ofrecerás en su próxima visita – amenazaba bromeando – algo que nos deje un buen margen e interese a la niña rica, no nos conviene nada perder a ese joven pez gordo

  • Por eso no has de preocuparte, tengo algo en mente que hará las delicias de la niña – afirmaba rebuscando en un catálogo y enseñándole a su mujer su gran idea - ¿no crees que su amigo disfrutará con esto? Si el tratamiento de la perra es tan estricto y severo como dice y el odio hacía ella que destilaban sus palabras no me ha engañado, seguro que en su próxima visita se lleva uno de estos.

  • ¡Ay Carlos! Eres brillante, a mí no se me habría ocurrido en años y cuando lo vea, no podrá resistirlo, seguro que se lo lleva con todos sus complementos – asentía admirada con la ocurrencia de su marido – Voy a hacer el pedido enseguida, si tus sospechas son acertadas, lo tendremos listo para cuando vuelva

Susana regresaba a casa excitadísima con la sesión de compras en el sex-shop, jamás en la vida se le habría ocurrido que suministraría a su cuñado el material necesario para atormentar a la perra con electricidad, solo de pensarlo se le mojaban las bragas y si no se andaba con cuidado dejaría el asiento de su coche perdido.

Al llegar a casa subió a su habitación para apaciguar su libido cuando vio que tenía un nuevo mensaje, pensar que podría ser de su cuñado casi la hace correrse sin siquiera tocarse.

Querida Susanita, lo prometido es deuda y que no se diga que Pedro Pastor no paga sus deudas, te envío entre otras las imágenes del buen uso que hemos dado a tus regalos y aprovecho para presentarte a la mujer de Mateo, Elena.

Atentamente tu cuñado

Pedro Pastor

Ninguna de las imágenes recibidas con anterioridad pudo superar a las presentes ni imaginaba que encontraría en Elena, la mujer del amigo del sucio basurero un alma gemela. Que maestría, que dominio de la perra, que castigo físico y psicológico. Susana estaba admirada. Como había dicho la perra claro que había disfrutado viendo el uso que hizo la señora Elena de sus regalos, le encantaría poder conocer a esa mujer.