La perra vida 05

Continua el adiestramiento de la perra, mas placer, dolor y humillaciones. Agradezco mucho vuestros comentarios. Tiene un poco de todo, filial, zoo.

La perra vida

Capítulo cinco

Susana por fin se iba de compras, después de haber disfrutado la víspera con los videos enviados por su cuñado se le ocurrían muchas cosas que poder comprarle para su hermana, su mente calenturienta imaginaba un montón de atrocidades, no había salido tan perjudicada con la pérdida de su hermana después de todo, si ese sucio basurero que tenía por marido seguía fiel a su palabra, disfrutaría de unas largas sesiones masturbatorias a su costa. No sería como tenerla en casa para su placer pero consideraba una absurda pérdida de tiempo lamentar lo irreparable. Su gemela no volvería a casa.

Una vez en la ciudad entró por primera vez en su vida en un sex-shop y se juró que no seria la última, a pesar de tener muy claro lo que buscaba se distrajo un buen par de horas admirando todos los artículos que se exponían y otros muchos que se ofrecían por catálogo. Había decidido ya que comprar para próximos envíos, pero fiel a su objetivo lo único que compró para la perra en su primera incursión en la que se convertiría en su tienda favorita fue una fusta, un látigo corto y una mordaza de aro, disfrutaría viendo las marcas que dejarían los azotes en ese cuerpo aún igual al suyo y con esa mordaza de aro, que tuvo que probar para asegurarse de que serviría para sus propósitos y cambiar un par de veces de tamaño, su cuñado podría meterle cualquier cosa por la boca sin posibilidad de cerrarla. Pensando en su propio disfrute se compró un pequeño vibrador para su clítoris ya que seguía siendo virgen y por nada del mundo cabrearía a su padre perdiendo su himen, menos aún no teniendo a quién ofrecérselo. De ninguna manera perdería su virginidad en la soledad de su habitación y con un amante a pilas, ya se resarciría llegado el momento.

A media mañana Pedro decidió bajar al pueblo, al igual que su cuñada también se iba de compras, él también tenía su cabeza llena de posibilidades para torturar a su perra. Se le habían ocurrido algunos inventos y quería fabricarlos el mismo, sería mas divertido, torturaría a su perra con artilugios artesanos y se la follaría con cosas de uso cotidiano que hasta su cuñada Susanita tendría por casa y utilizaría habitualmente, de esta forma, al usarlas, podría disfrutar rememorando el uso que les había dado la perra y no solo cuando viera los vídeos. Además tenía la imperiosa necesidad de ampliar su cuadra, con las buenas imágenes que había obtenido estaba ansioso por grabar a la perra apareándose con otros animales y su amigo sería una buena fuente de información para ello.

Lo primero que hizo al llegar al pueblo fue entrar en el almacén de Mateo, como solía suceder en este tipo de poblaciones, en el almacén había un poco de todo, allí encontraría lo necesario para comenzar con sus inventos. Tras saludar a su amigo que atendía solicito a unos clientes, Pedro se paseó entre los pasillos repletos de estanterías abarrotadas buscando los objetos que necesitaría. Quería llevarse al menos, diez pinzas cocodrilo y cuatro juegos de plomadas de las utilizadas para pescar, pero después de pensarlo bien añadió otro par de juegos de pesas para básculas. Compró hilos y cuerdas de diferentes grosores y texturas, un set completo de herramientas, poleas y para rematar su primera visita al almacén se llevó también unos embudos de diferentes tamaños.

  • Buenos días Pedro, no esperaba verte tan pronto por el pueblo – le saludaba el grandullón de su amigo cuando se acercó a pagar sus compras – te suponía en la granja disfrutando de tu nueva propiedad – le comentaba con doble intención, refiriéndose tanto a la granja como a la hembra

  • Hola toro, en eso estaba cuando se me ocurrió bajar a por algunas cosillas, además, tengo el resto de mi vida para ello – lo saludaba el también – se me ocurrió que podía comprar algunas cosas para entretenerme – señalando la cesta que había ido llenando

  • ¿Vas a dedicarte a la pesca? Tienes un buen tramo de río en tu propiedad pero no recuerdo que te haya interesado antes, eres demasiado inquieto para cierto tipo de actividades – sonreía recordando tiempo pasados – Puedo ayudarte con lo que necesites hasta que te ubiques

  • Te lo agradezco viejo amigo, pero nada mas lejos de mis intenciones que dedicarme a la pesca, todos estos artículos son para entretenerme con la perra – sonreía satisfecho – la muy inútil necesita ayuda para retener los conceptos y como esposo dedicado es mi obligación facilitarle el aprendizaje, ¿no crees? – contestaba pagando sus compras

  • Si, tu perra, tengo que agradecerte el saludo que me ofreció el otro día, ¡Joder! en mi puta vida me habían mamado la polla con tanta maestría y es la comidilla del pueblo como la sacaste de la cantina – decía excitado con el recuerdo y los comentarios de sus vecinos – ¿Piensas utilizar esto con ella? – preguntaba sorprendido con los artículos que había adquirido

  • Bueno, ella se lo buscó, te dije que es una perra estúpida falta de educación, no era mi intención mostrarla así ante los vecinos, pero que quieres, consigue cabrearme a la mínima de cambio y ya sabes el pronto que tengo – se lamentaba ante su amigo - y si, todas estas cosas son para ella, me lo agradecerá y disfrutará mucho con los regalos que le llevo.

  • No se me ocurre como puede disfrutar y agradecerte ni esto, ni esto – le decía mostrando las pinzas y las pesas – Me gustaría ver lo que tienes pensado hacer ellas.

  • Pues pásate esta tarde por casa y te lo mostraré – ofreció a su amigo recordándole que quería compartir su suerte con él y eso incluía el placer que pudieran obtener de la perra – Tu traes las cervezas y yo pongo la diversión, además tengo que comentarte un par de cosas

  • De acuerdo, allí estaré – se despedía para poder atender a otros clientes.

Pedro regresó a casa muy contento, Mateo vendría a visitarlo y le haría partícipe de la educación de la perra, tendría que inventar una bonita manera de recibirlo, su perra ya no presentaba el aspecto de pivón espectacular con el que la habían visto hacía un par de días en el pueblo, así que tendría que esmerarse para agradar a su amigo.

Aparcada la camioneta se acercó a la parte trasera del corral para ver a su perra, allí estaba, donde él la había dejado, claro que habría sido prácticamente imposible que se hubiese movido. Estaba atada a una rama alta de un árbol con sus brazos bien estirados por encima de su cabeza y las puntas de sus pies apenas rozando el suelo. Esto de por sí habría sido malo, pero es que después de alimentar a las gallinas que hoy se habían cebado con sus pezones y clítoris mas que la víspera, si es que eso era posible, y aprovechando el tamaño descomunal que habían alcanzado, decidió volver a aplicarle ortigas en ellos y para que no le resultase difícil retenerlas la había atado entera, había pasado varias vueltas de cuerda muy apretada por sus tobillos, rodillas, caderas y cintura, pero como las tetas aún llevaban las gomas que las deformaban y que habían conseguido que mostraran ese maravilloso color rojo oscuro no quiso atarlas y tubo que utilizar unas pinzas de la ropa para sujetar las hojas de la planta en sus tiesos pezones, que lindo lloraba la perra mientras la preparaba. No la había amordazado, tuvo que soportar sus lamentos y quejidos hasta que se alejó y dejó de oírlos y ahora se alegraba de ello, podría comprobar en las imágenes cuando se habían convertido esos lamentos y quejidos en el sordo sollozo que lo recibió.

Cuando se acercó a ella los sollozos cesaron y una grata expresión de felicidad asomó en su rostro. ¡Joder! la degenerada de la perra era el vicio personificado, le hacía lo que le daba la puta gana, la trataba como no debería ni tratarse a los animales y cuanto mas depravado era, mas parecía gustarle a la muy guarra.

  • Buenas tardes perra, veo que te alegras de verme ¿Me has echado de menos? – saludó mientras empujándola suavemente la balanceaba sobre sus ataduras – He ido al pueblo y tengo un montón de sorpresas para ti – comentaba mientas se alejaba para comprobar si estos balanceos quedaban bien en su cámara, si, preciosos – Te soltaré ahora perra, procura no quejarte de nuevo – le dijo cuando poco a poco comenzó a desprenderla de las cuerdas y la masajeaba con mas firmeza de la necesaria mientras recuperaba dolorosamente la circulación en las zonas amarradas y pinzadas, aún colgando de sus brazos - Ahora deja de lloriquear y sonríe que voy a filmarte mas de cerca y se tiene que apreciar lo que disfrutas con mis atenciones – le decía mientras acercaba la cámara para dejar testimonio fiel del estado que presentaban sobre todo el gigante clítoris de la perra y sus tetas que entre lo deformadas, coloradas y los pezones ahora duplicados de tamaño e irritados por la planta se veían impresionantes.

No había nada que pudiera gustarle mas que esos pezones sobresalientes y ese clítoris engordado, en ese momento decidió que haría lo que fuera necesario para que su maltratado clítoris alcanzara, al menos, el tamaño de una cereza y fuera tan sensible que independientemente de los padecimientos que sufriera la perra se corriera con un solo pellizco o un leve roce. Volvió a colocar la cámara sobre el trípode pero la movió a un lado para poder captar a la perra de medio perfil y tras llamar a Brutus, acercándose a ella la sorprendió con sus palabras y acciones, otra vez.

  • Quiero ver como te corres perra, quiero que ese clítoris enorme que se te ha puesto y esas tetas tremendas sean las que te produzcan el placer para correrte a pesar del dolor que puedan provocarte – dicho esto ordenó a Butus que le comiera el coño durante un buen rato - Dame lo que quiero perra – ordenó en el momento que con la aplicada lengua de Brutus la perra dejaba de sollozar y comenzaba con una serie de jadeos salvajes que aumentaron de tono y la llevaron al orgasmo cuando comenzó a pellizcarle y retorcerle ambos pezones – Muy bien perrita quiero otro igual, dame uno gemelo para regalarle a tu hermana, ¿verdad que te gusta eso de los gemelos Susanita? Seguro que disfrutas viendo como la guarra de tu hermana se corre a mis órdenes estando tan maltrecha y dolorida – volvía a preguntar a la cámara con esa sonrisa cínica que ponía cuando hablaba de su hermana y la hacía llegar a un nuevo orgasmo demoledor que dado el lamentable estado en el que se encontraba la perra no pudo controlar sus esfínteres y se meó encima para júbilo de su amo – Seguro que no esperabas esto cuñadita, un cuerpo igual al tuyo meándose de placer, que razón tenías, es tan depravada como sugerías – se reía satisfecho al imaginar a su cuñada avergonzándose ya que su perra no lo hacía.

La soltó y cayó desvanecida a los pies del árbol protegiendo sus pechos y su coño con sus manos debatiéndose con los últimos espasmos de sus tremendos orgasmos, mientras él recogía su cámara.

  • Cuando te recuperes acércate al porche que quiero prepararte para la visita que recibiremos esta tarde – sentenció a la desvanecida perra y supo le había escuchado porque un nuevo jadeo salió de su garganta – Vamos Brutus.

Lara no se reconocía, allí tirada, jadeando, tras haberse corrido como una verdadera cerda a pesar de los terribles dolores que padecía y meándose para que luego su hermana pudiera verlo, estaba mortalmente hundida, pero lo mas curioso de todo es que se sentía realmente agradecida a su amo por ello. Había vuelto para inflingirle mas dolor, placer y vergüenza., Cuando vio como se alejaba en su camioneta, tuvo un miedo atroz, cualquiera diría que debería alegrarle que se marchara tal y como la estaba tratando, pero lloró con verdadera angustia y lo llamó con desesperación, prometiéndole lo impensable parar que no se alejara de ella. Sintió un vacío enorme en su interior al darse cuenta de que la había abandonado. Todo su ser y su existencia dependían ahora de ese hombre, no importaban los castigos, las humillaciones, el dolor, solo el placer absoluto que le producía con su trato. Estaba tan entregada a él en cuerpo y alma, que cualquier deseo que surgía de su amo, era acatado con placer y deleite. La había convertido en una autentica perra, permanentemente en celo, totalmente desprovista de ego, voluntad, y autoestima e increíblemente ambos disfrutaban mucho de ello.

Pedro tenía mucho que preparar y quería que todo estuviera perfecto a la llegada de su amigo, Mateo disfrutaría follándose a su perra, pero también lo haría con los tormentos que le tenía preparados, estaba seguro de ello.

Con su habilidad típica, lo primero que hizo fue clavar firmemente unas poleas en el techo del porche y en las vigas y puerta de su entrada, le costó lo suyo asegurarse de que no se soltarían con el peso de la perra y una vez finalizada esta labor, empezó por preparar lo que serían sus nuevos adornos. Comenzó con cuatro de las pinzas cocodrilo sujetándoles un sedal a cada una de ellas, tenía previsto colocárselas en los labios mayores y tirando de los hilos por atrás para sujetarlos, abrir al máximo ese coño para que su recién agrandado clítoris quedase bien a la vista y totalmente desprotegido. Si el resultado era la mitad de gratificante de lo que imaginaba posiblemente lo convirtiera en un adorno permanente.

El segundo adorno sería, como no, para sus pezones. Las tetas ya estaban alcanzando el color morado que el quería por lo que pronto procedería a retirarle las gomas, sería muy doloroso para la perra pero también muy agradable para el amo, sobre todo si finalizado tan atroz tratamiento, al grabarlas, seguían mostrando ese aspecto delicioso igual a las de su hermana. Tanto sufrimiento no habría servido para deformarlas y Susanita seguiría teniendo las tetas iguales a la perra de su gemela. Para cuando sus tetas recuperasen la sensibilidad había fabricado un nuevo tormento que consistía en otras dos pinzas unidas con sedal por sus extremos, de modo que donde finalizase una comenzase la otra, así al colocárselas en los pezones haría que sus pechos se juntaran, esperaba que resultase cómico en sus grabaciones, esos crecidos pezones juntándole las tetas.

En ese momento vio a la perra acercarse al porche gateando lentamente, estaba asquerosa, sudada, meada y llena de tierra, tenia marcas de azotes en todo su cuerpo y no era así como quería que la viera su amigo, ya que no presentaba su mejor aspecto, al menos que estuviera limpia, tendría que darse un baño antes de poder prepararla.

  • Eres una guarra, mira como te has puesto, apestas a diez metros – le reñía – acércate hasta el río y lávate en condiciones – y viendo que lo hacía a cuatro patas como le había ordenado, satisfecho le gritó - para no peder mas tiempo, camina perra estúpida o volverás a ensuciarte y cuando regreses podrás hablar para agradecer todo lo que se nos antoje hacerte a mi invitado y a mí – y eso hizo, era tan asquerosamente sumisa y obediente que no le extrañaba que su hermana se hubiera aprovechado de ella, lo pedía a gritos la muy imbécil.

Estaba la perra secándose al sol cuando llegó Mateo, no lo esperaba tan temprano, de hecho, tan entretenido había estado preparando los nuevos tormentos de la perra que ni había preparado comida, eso pensaba viéndolo bajar de su camioneta y acercándose con una nevera, no se había olvidado las cervezas.

  • Pues si que te has dado prisa, espero que no hayas desatendido tu negocio por mi culpa, amigo, los vecinos no me perdonarán que te separe de tus obligaciones un viernes por la tarde, por mucho que les muestre a la perra – comentaba ya que el almacén de Mateo era el único establecimiento donde poder comprar en muchos kilómetros a la redonda – Si me das un momento preparo algo y te invito a comer, porque no te habrá dado tiempo

  • No te preocupes por eso, mi mujer se hace cargo del negocio esta tarde y como le he dicho que venía a visitarte ha enviado comida para un regimiento, de ahí que me presente tan temprano, prácticamente me ha echado de casa – respondió mostrando la nevera y con lo que sabía sería una noticia inesperada para su amigo, observando a la perra que se secaba al sol, lamentable su estado, pero quizá por ello, mas endiabladamente apetecible que como la mujer de bandera que lo mamó magistralmente en la cantina, recuerdo y visión que atañían directamente a su polla haciéndola crecer sin recato – Espero que no te importe, así tendremos mas tiempo.

  • Al contrario amigo, pero ¿tu mujer? ¡Joder! Enhorabuena, cuesta creer que el toro al final también se haya casado, menudo par estamos hechos – se reía – No me habías comentado nada.

  • Si, bueno comprenderás que no salió el tema - se excusaba trayendo a su mente sus dos encuentros anteriores, cosa que su polla agradecía amenazando con romper sus pantalones mientras se colocaba en el porche al lado de su amigo - este pueblo nuestro no es precisamente un prototipo de diversión y entretenimiento, que puedo decir, se llama Elena, es una buena mujer, trabajadora, temerosa de Dios y ha resultado ser muy buena compañía.

  • ¿Temerosa de Dios? Todo un dechado de virtudes, ¿eh? Me alegro que tengas a alguien que parece hacerte la vida mas llevadera, si no feliz – sonreía señalando a la perra – ya ves yo con lo que tengo que cargar – se reía, ya que su amigo no tenía manera humana de ocultar la excitación que le producía la perra – menos mal que puedo contar con tu ayuda para manejarla – le decía invitándolo a entrar – Adentro perra – ladraba por encima de su hombro.

  • Vaya, para eso estamos los amigos, ¿no? Bonito lugar – comentaba sorprendido con el aspecto que presentaba el interior de la granja – Tienes de todo aquí, no esperaba una casa tan bien equipada, la verdad, ese sofá parece muy cómodo.

  • Compruébalo mientras la perra te saluda como mereces y alivia un poco la tensión, tenemos toda la tarde por delante y a juzgar por la cantidad de comida que ha enviado tu Elena, cuenta con que te quedes a cenar también – se reía preparando los alimentos que comerían cuando su amigo estuviera mas relajado ya que obediente como siempre su perra ya se estaba aplicando a ello.

Pedro parecía no prestar atención a su amigo, entreteniéndose en poner la mesa y preparar la comida, pero era difícil con los jadeos y maldiciones que salían de su boca, parecía que le gustaba conversar mientras se la chupaban.

  • Me cago en la puta, tío, si me llegan a decir que una hembra podría hacer esto con su boca, no me lo habría creído – jadeaba el toro mientas su enorme polla era devorada con fruición – esto explica lo de la garganta profunda.

  • Si, es buena en casi todo lo que hace, mi trabajo me cuesta, no creas – se jactaba de las habilidades de la perra – pero, por su bien que aprenderá a comportarse.

  • ¡Hostias! es mas que buena, joder – jadeaba sujetándola por sus dispares mechones – y además la tienes tan marcada que da un morbo tremendo – decía inclinándose sobre ella y palmeando su culo con su enorme mano abierta

  • Si es una de mis debilidades recientemente descubiertas, disfruto mucho viéndola bien jodida y marcada, pero lo mejor son sus pezones y su clítoris – explicaba viendo como disfrutaba su amigo de la tremenda mamada de la perra – después de comer jugaremos con ellos y con algunos de los artículos que te he comprado

  • Joder, joder, joder, voy a correrme perra – le decía mientras sujetándola con sus manazas a ambos lados de su cabeza se follaba esa garganta como siempre había deseado hacer y nunca había conseguido dado su tamaño – nunca…. jamás…. grrrr – gruñía en su potente orgasmo

  • Ah Mateo, no sabes cuanto aprecio lo que disfrutas con la perra – decía mientras retiraba una silla y esperaba a su amigo para poder comer lo que su mujer había enviado – ¿ha resultado cómodo el sofá?

  • Ya lo creo, tendré que comentárselo a mi mujer y que compre muebles en los que yo quepa, por una vez – se reía acercándose a la mesa sin molestarse en guardar su polla al observar que su amigo también la tenía a la vista - ¿la perra no come?

  • Acaba de hacerlo, ¿verdad perra? – viéndola tragar la potente corrida de su amigo, relamiéndose con ella y esparciendo por sus amoratadas tetas la saliva que había derramado en el proceso – además seguirá con su boca ocupada mientras nosotros nos alimentamos, no seas glotona ¿eh?, solo tendrás que tener la boca llena y mantener nuestro tono, ¿entendido?.

  • Si amo, agradezco a su amigo el que me haya ofrecido su deliciosa leche para llenar mi estómago y me limitaré a lo que me ha ordenado – y dicho esto se acomodó debajo de la mesa para seguir lamiendo sus pollas mientras ellos comían y charlaban de lo que podían hacerle.

Lara que estaba tremendamente excitada, como era su costumbre, al oírles hablar de lo que podrían divertirse jugando con su cuerpo y con la clase de divertimentos que proponían tenía que concentrarse para limitarse a obedecer a su amo y no dejarse llevar por su vicio. Pasaba de una polla a otra a ritmo de bofetones, patadas o pinchazos de tenedores teniendo mucho cuidado de no extralimitarse y simplemente mantenerlos duros sin correrse, como era el gusto de su amo.

Finalizada la comida Pedro propuso salir al porche donde había dejado los adornos que colocarían a la perra y comenzar con la diversión

  • Colócate en posición para que pueda ponerte tus nuevos adornos – le decía a la perra mientas sacaba su cámara – Mateo se encargará de grabar como te coloco los regalos que te he traído – comentaba a la arrodillada perra entre ellos con sus manos en la nuca esperando pacientemente y con la punta de su bota separando mas sus rodillas forzando la postura – Joder con la perra viciosa esta, está tan mojada que hasta me cuesta ponerle las pinzas. ¿puedes verlo Mateo?

  • Perfectamente ¿Siempre grabas todo lo que le haces a la perra? – comentaba distraído con su nueva ocupación y sin perder detalle de la colocación de las primeras pinzas ignorando los jadeos de la perra por el dolor que estas le producían al morder su carne

  • A petición de su hermana gemela, me compró todo el quipo y además me pagó para que la mantuviera informada puntualmente, ¿verdad Susanita que tú disfrutas con esto? – preguntaba a la cámara ocupado en levantar a la perra de un tirón para poder colocarse detrás de ella y tirando de los sedales abrirla al máximo ante el objetivo - ¿Cómo se ve desde ahí? – preguntaba atándolos hábilmente sobre su trasero

  • Joder, ¿eso que veo es su clítoris, cómo has conseguido ese tamaño? ¿ya lo tenía así la muy cerda? Con razón no para de correrse – disfrutaba su amigo con la nueva imagen que mostraba el coño de la perra que tan abierto y mojado estaba para comérselo

  • Lo cierto es que he tenido que trabajarlo un poco, pero esta perra ha nacido para esto, como mi cuñada bien sabía, tiene una predisposición innata, además del físico adecuado para la jodienda y el maltrato ¿no es cierto cuñada que "vuestro" físico es perfecto para esto? – preguntaba pellizcando el enorme y desprotegido clítoris de la perra provocándole un orgasmo que la hizo caer de rodillas de nuevo y que Mateo registro en plano corto – Cuanto mas le crece mas sensible es, me encanta y pienso convertirlo, al menos, en un cereza viciosa

  • Llevas buen camino de conseguirlo amigo – decía Mateo que volvía a tener la polla como un mástil – ¿qué viene a continuación? – sorprendido viéndolo acercarse con unas tijeras

  • Tengo que quitarle esas gomas, sus tetas ya están amoratadas y tengo previstas otras diversiones para esos pezones insolentes, no pierdas detalle Mateo, espero que resulte tan excitante para nosotros como doloroso para la perra – y dicho esto procedió a cortar las gomas, con mucho cuidado eso si, no quería clavarle las tijeras y sería suplicio bastante para ella cuando recuperaran la circulación – Mírala como llora la pobre, veremos si grita lo bastante fuerte

Y gritó, vaya si lo hizo, cuando una vez retiradas las gomas su amo comenzó a masajearle las tetas parar que recuperaran la circulación, arrodillado tras ella, apoyándola contra su cuerpo, apretándolas y haciéndolas saltar para diversión de Mateo que no perdía detalle grabando las imágenes, no pudo resistir el dolor y cayó desvanecida delante de su amo que satisfecho se dirigió a la cámara.

  • Doy por finalizado este castigo, no temas Susanita que si sus pechos no han quedado deformados y siguen pareciéndose a los tuyos, ya se nos ocurrirá algo que hacerles, ¿no crees? – guiñó un ojo a la cámara y dirigiéndose a Mateo – la dejaremos así un rato que hay algo que quiero mostrarte

Un excitadísimo y alucinado Mateo siguió a su amigo al interior de la casa curioso por lo que querría mostrarle, joder con la puta perra, tenía la polla a reventar pero no llevaba aquí ni dos horas y tenían aún toda la tarde por delante, ya se correría con ganas mas tarde.

Pedro le mostró los vídeos que había tomado a la perra hasta el momento, pero sin lugar a dudas la grabación que consiguió mas alabanzas fue la del burro. Mateo casi se corre al verla, como le había puesto el culo a la perra y eso, era algo que el quería experimentar, su enorme tranca posiblemente no lo dejaría igual de abierto, no la tendría igual de larga, pero con sus enormes dimensiones de ancho no tenía nada que envidiarle.

  • Joder tío, yo quiero hacer eso – comentaba excitado viendo como finalizaba la película y mostraba nítidamente el boquete que había dejado la tranca del burro en el culo de la perra y como la leche salía por él

  • Adelante pues, toda tuya – aceptaba Pedro encantado – solo unas preguntas antes ¿te importa que te grabe? ¿quieres algo ocupando su coño para que la fricción sea mayor?

  • Coño, hay que pensar en todo, veamos ¿que resultará mejor? Por supuesto que no me importa que me grabes, por el resto sugiero el mismo trato que el burro, no voy a ser menos – se reía encantado – y si tu crees que con la botella en su coño será mejor, adelante, yo soy nuevo en estas lides, aunque preferiría probar primero para poder apreciar la diferencia – rectificaba mientras salían al porche a buscar a la perra

  • Levanta inútil que Mateo quiere follar tu sucio culo – le gruñó Pedro a su perra pateándola para que reaccionara sus tetas habían mejorado considerablemente pero aun mostraban un delicioso tono rojizo balanceándose al colocarse a cuatro patas – ¿donde la quieres Mateo, apoyada en la barandilla? ¿tu sentado cómodamente en la silla y ella empalándose?

  • No, no, nada de eso, seré yo quien la folle no ella a mí, esta vez lo haremos aquí mismo en tu porche, tal y como está – y dicho esto comenzó a masturbarla

La perra tenía su coño abierto por las pinzas y su enorme clítoris solo recibió un par de palmadas que consiguieron que empezara a segregar un auténtico río de flujo que Mateo aprovechó para lubricarla. Afortunadamente para su enorme polla que palpitaba de anticipación el culo de la perra no tardó en aceptar los dos dedos de cada mano que Mateo introducía y giraba y separaba para abrirlo en toda su amplitud

  • Graba bien esto amigo – le dijo a Pedro en el momento que comenzaba a introducir su enorme tranca en ese culo tan abierto y receptivo – Grrr que bueno – gruñía con sus embestidas – ¡Joder! este culo es una auténtica delicia – jadeaba mientras entrando y saliendo hasta chocar sus huevos con su vagina se empujaba de rodillas contra el culo de la perra se entretuvo durante un buen rato hasta sacar su polla del todo para decirle a su amigo – llenemos ahora el coño de la perra para que pueda apreciar la diferencia - y dicho esto mientas su amigo entraba para buscar algo con que follarla golpeaba sus nalgas con su enorme erección y su mano abierta

  • Toma, métele esto y me cuentas la diferencia – ofrecía Pedro uno de los botellines que habían bebido – a esta perra le encanta la cerveza

  • Joder que apretado está ahora, tenias razón estando tan llena es mucho mas caliente – explicaba Mateo volviendo a follar ese rotundo trasero mientras notaba las contracciones que las paredes internas de la perra ejercían – colócate detrás de mí que te ofreceré unas buenas imágenes para tu colección – y cambiando su postura de rodillas tras la perra, apoyando sus pies con sus piernas dobladas y muy abiertas a sus lados ofreció a su amigo una preciosa imagen del culo follado de la perra y su coño lleno de botella

Alzándola en vilo con su tremenda fuerza permitió a su amigo grabar como se contraían su nalgas en cada embestida y como empujaba la botella en el interior de la perra, que jadeaba y gemía descontrolada, intentado apoyar sus manos en el suelo y padeciendo los rebotes de sus tetas con tanto empuje.

  • Espero que tengas suficiente con lo que has grabado amigo, porque no aguantaré mucho mas sin correrme – jadeaba Mateo sin parar de arremeter contra ese culo que succionaba su polla apretándola en lo mas hondo de sus entrañas

  • Dame solo un minuto, sujétala bien, procura no moverte un momento – dijo Pedro que sacando otra pinza de un bolsillo procedió a colocarla en el enorme clítoris de la perra con lo que ésta lanzó un gritito – Ahora Mateo, dale a esta perra su merecido

Y por efecto de la tremenda follada que Mateo, ahora poseído como una bestia salvaje, le estaba aplicando y la pinza que mordía su tremendo clítoris la perra comenzó a encadenar orgasmos que hicieron las delicias tanto de su follador como de su amo que grababa excitado todo el proceso.

  • Joder tío voy a volver a correrme – jadeaba Mateo en su último esfuerzo que agarrando con sus manazas a la perra la empujaba contra su cadera que arremetía a pollazos mientras comenzaba a lanzar chorros de esperma dentro de la ella – Hostia puta, en mi vida me ha durado tanto una corrida – decía sorprendido con la cantidad de chorros con los que la llenaba y todo su cuerpo temblando de placer

  • ¡Ah toro! Que polvo mas bueno he grabado – agradecía a su amigo y acercando la cámara al nuevamente dilatado culo de la perra – le ha quedado un boquete casi tan grande como con el burro – comentaba procediendo a retirar la botella y la pinza del coño de la perra y provocándole una última serie de jadeos – ahora solo falta que pruebes su coño así la habrás follado por todas sus entradas

  • Cabrón y ¿tu no piensas correrte? – preguntaba desfallecido viendo la enorme erección que presentaba su amigo – no se cuanto tardaré en recuperarme de la enculada, joder esta perra es aniquiladora – se lamentaba sentándose cómodamente para descansar de su última hazaña

  • Yo ya me correré mas tarde, comprende que tengo que mantener cierto grado de control o las sesiones de entrenamiento serían muy cortas – explicaba sentándose al lado de su amigo - ¿Perra?

  • Si amo, muchas gracias señor Mateo por haber disfrutado follando mi culo de perra – contestaba sumisa – ¿me permite que le limpie? – preguntó acercándose para lamer con largas y lentas pasadas la polla que la había follado, como su amo le había enseñado que tendría que hacer siempre

  • Suficiente perra – la separó Mateo ya que la muy guarra con esa lengua que tenía estaba excitándolo de nuevo y para castigarla por ello le ordenó – ahora limpia del suelo lo que ha salido de tu culo

Hecho esto Pedro se bajó del porche y la llamó al lateral de la casa donde con una manguera y a la vista de su amigo, procedió a limpiarle el coño y el culo de los restos de la follada, quería esos agujeros bien limpios para lo que vendría a continuación. El agua estaba helada pero con las atenciones que le prestaba su amo la perra seguía excitándose, desde luego no tenía remedio.

Para pasar un rato entretenidos sin folleteos decidieron probar las nuevas poleas instaladas por Pedro y para ello colgaron a la perra boca abajo por sus tobillos, le sujetaron las piernas bien abiertas aprovechando la separación de las poleas y de cara al exterior de la casa. Lo hicieron en la entrada del porche de manera que Pedro podría quedar a la misma altura de su grandullón amigo si este se colocaba un par de peldaños mas abajo. Con la perra bien colocada en esa posición Pedro invitó a beber champán bien frío a su amigo, había pensado que sería divertido abrir una botella y tras introducirla en la perra pode beber de su cuerpo y eso hicieron.

Quedaron de lujo las imágenes que grabaron bebiendo de la perra, primero Mateo agitó bien una botella y tras descorcharla sin pausa folló a la perra con ella, que entre lo frío de la bebida y el gas que contenía se retorcía en sus ataduras y cuando el champán brotaba como un geiser Mateo lo lamió hasta hartarse. Ya le tenía ganas a ese clítoris enorme y sensible, pero bañado con el champán disfrutó de lo lindo chapoteando con su lengua en la vagina de la perra. De la primera catada se bajó media botella, claro que gran parte bañó a la perra en su camino al suelo y repitió la operación ahora sin las explosiones gaseosas del primer trago, mas lentamente introdujo la botella en el coño de la perra para volver a beber tras un par de meneos. La botella dio para tres tragos por lo que abrieron otra para poder repetir la operación y una vez finalizada la bebida dejaron a la perra colgada mareada y medio borracha para que se secara mientras recorrían las instalaciones de la granja comentando los cambios y mejoras que podrían hacerse.

Cuando al rato regresaron invirtieron la postura de la perra que estaba con su cara totalmente colorada y se entretuvieron en colgarle pesas, de las que Pedro había traído, en pezones y clítoris. Fueron variando los pesos y admirando los efectos que causaban, que graciosas muecas hacía la perra cuando se excedían con el peso o sujetaban las plomadas para soltarlas de golpe, pero se acercaba la hora en que Mateo quería regresar a su casa, había dejado toda la tarde sola a su mujer y después de lo que había disfrutado con la perra de su amigo, quería compensarla por haberlo liberado de sus tareas. No podía irse sin haberla follado por el coño.

  • Bueno Pedro una follada mas y me marcho – anunció a su amigo que ahora probaba unas pesas aparentemente excesivas en sus pezones

  • De acuerdo, te parece que ambos la follemos tal y como está ahora, si te colocas un par de escalones mas abajo llenaremos cada uno de sus agujeros – comentaba alucinado con lo estirados que estaban los pezones de la perra con las nuevas pesas – le dejaré estas puestas que seguro le molestarán bastante y así quizá no sea todo placer para la muy guarra

  • Me parece buena idea, ya tengo ganas de reventar ese coño que me lleva llamando todo el día, joder de solo ver su vagina tan abierta y lubricada con ese clítoris insolente se me pone la polla como un misil – y sin mas miramientos sujetándole las piernas le introdujo la mitad de su enorme polla – Joder la muy guarra admite todo en todo momento – decía clavándose ahora hasta el fondo y acercando el culo de la perra a su amigo

  • Si, te he dicho que estaba creada para la jodienda y el castigo – gemía Pedro que intentaba clavarle la polla en el culo que le ofrecía, que mas seco que su vagina y estando esta tan llena con la polla de su amigo le costó bastante – Ahora – jadeó cuando al fin consiguió meterla y acompasar sus embestidas a las de su amigo

  • Joder tío, mejor que con la botella, puedo sentirte al otro lado y las contracciones que producen tus embestidas hacen que la perra me apriete como nunca – disfrutaba Mateo

  • Si es realmente bueno esto de la doble penetración y parece que la perra lo disfruta mucho – comentaba arrancándole un par de grititos al jugar con las pesas que deformaban sus pezones – vamos, vamos, no será para tanto - susurraba en su oído sin parar de follarla

Y así estuvieron un buen rato, cada uno disfrutando su parte, las embestidas de uno hacían las delicias del otro, compaginaban sus acometidas, ahora juntos, ahora por turnos, pero cuando al rato los jadeos de la perra se incrementaron y comenzó a estremecerse por dentro y por fuera fue justo de los que las excitadas pollas necesitaban para empezar a descargar sus huevos en lo mas profundo de las entrañas de la perra. Las contracciones de su culo y vagina exprimieron ese par de pollas que una vez vacías abandonaron su cuerpo.

Tan agotados como satisfechos entraron en la casa para descanar del último asalto mientas Brutus se acercaba para lamer lo que el cuerpo de la perra no podía retener. Tardaron un buen rato en salir y para cuando lo hicieron la pobre perra colgaba de sus brazos, desvanecida, Mateo compadecido por su estado, le retiró las pesas de los alargados pezones y cuando iba a soltarla Pedro lo frenó

  • Déjala de momento, antes de soltarla quiero que le hable un poco a la cámara, a su hermana le gustará oír de su propia voz la última experiencia – comentaba malicioso

  • De acuerdo amigo, tu mandas – se despedía Mateo sintiendo un poco de lástima por la perra de su amigo, después de la tarde de folladas maravillosas que habían pasado creía que necesitaba un buen descanso, pero quién era él para interferir en la educación de la perra – Por cierto, Elena quiere conoceros y os ha invitado a comer el domingo, entendería que rechazaras

  • Por nada del mundo, no ofenderé a tu esposa rechazando una invitación tan generosa de su parte, de ninguna manera – sonreía satisfecho al entender los reparos de su amigo – Me encantará conocerla y veremos como pasamos el día.

Mateo se mostró de acuerdo y un poco inquieto ante la aceptación, pero su mujer los había invitado y ahora tendría que aceptar a su amigo tal como era y como trataba a la perra con la que había disfrutado tanto esa tarde, si, esperaba ansioso la llegada del domingo.