La perra vida 02

Es duro asumir las consecuencias de sus propios actos, así culmina la conversión de su gemela en una auténtica perra. Tiene un poco de todo, filial, zoo, sado...

La perra vida

Capítulo dos

Susana era una mujer feliz y todo gracias a la estúpida de su gemela, era la primera vez en su vida que tenía algo que agradecerle, pero tras la pasada noche en la caseta de la piscina por fin podría hacer realidad sus sueños.

Se pasó toda la mañana de su 18 aniversario realizando un montaje con varios fragmentos de las sucias grabaciones, le costó lo suyo ya que no podía parar de masturbarse mientra lo hacía, al menos se había corrido otras cuatro veces, pero consiguió terminar y el resultado fue una guarra composición donde se veía como la perra de su gemela era insultada, golpeada y follada, se apreciaba claramente como había disfrutado con el mal trato recibido. Se había reservado las imágenes en las que salía el perro, pero la expresión de adoración que mostraba ese rostro igual al suyo por el asqueroso hombre que la violaba, azotaba e insultaba, produciéndole varios los orgasmos a la perra, quedaban plasmados con total nitidez. No había vuelto a pensar en su hermana como persona, desde aquella noche en la caseta de la piscina era solo la perra.

Al hacerle llegar a su padre una escueta carta acompañada de las imágenes, al día siguiente y por supuesto de modo anónimo, su reacción no se hizo esperar, explotó e increpó a sus hijas que no soltaron prenda. Susana había convencido sin grandes dificultades a su hermana de que sería mejor permanecer en silencio, no contarle nada a su padre, ya que aunque Lara no pudiera recordarlo, parece ser que le pidió a Susana que la dejara en la caseta de la piscina, porque tenía planes, ella, que jamás hacía nada por voluntad propia. Por lo que esta decidió hacer las cosas al modo de su hermana, como era su costumbre, otra vez estaba olvidando las cosas que hacía, su hermana tenía razón, siempre la tenía, ella era una soberana inútil.

Desde siempre Don Rafael, el padre de las gemelas había considerado la virginidad un bien muy preciado, algo con lo que poder comerciar en el momento oportuno y ellas lo sabían, razón por la cual Susana había tardado tanto en atreverse a profanar los agujeros de su hermana. Esta era una de las principales razones por las que aquella película le enfurecía, esta, y la excitación brutal que le habían producido las imágenes. Pero como no podía conseguir nada por parte de sus hijas, y mas enfadado de lo que había estado en toda su vida buscó y encontró al sucio basurero con información que extrajo de las imágenes del video y la nota adjunta. Lo convenció, no sin esfuerzo, de que le acompañara a su casa para encararlo con sus hijas, compensándole por su tiempo con una cifra indecente de dinero, por supuesto, él, mejor que nadie, sabía que todo se podía comprar.

El hombre se llamaba Pedro y no entendía de qué iba todo este rollo, pero lo estaba disfrutando a lo grande. Este viejales ricachón le pedía que le acompañara a su casa para resolver un pequeño asunto familiar con una de sus hijas, a él, al encargado de la basura de su casa y sin imaginar cual podría ser la conexión con el viejo decidió acompañarlo, sobre todo cuando le ofreció tanta pasta por ello. ¿Sus hijas? Realmente estaba picado por la curiosidad, pero cuando vio la casa a la que se acercaban comenzó a preocuparse en serio ¿sería este viejo el padre de su perrita?

Al entrar en el despacho de su padre las dos hermanas reaccionaron de manera totalmente diferente al ver al hombre que le acompañaba, reflejando perfectamente su carácter. Lara parecía avergonzada mientras miraba con temor y vergüenza a su padre y con adoración al otro hombre, adoptando esa pose sumisa suya, estaba ante el amo de la perra. Y Susana tranquila pero sorprendida, con un brillo especulativo en su mirada que no presagiaba nada bueno. Estaba en pié de guerra, pero como era una mujer perfectamente controlada, nadie se dio cuenta, solo ese leve gesto de sorpresa que dejó traslucir ¿que hacía este sucio ser infame con su padre?.

  • ¿Con cual de mis hijas ha estado, joven? – inquirió Don Rafael con un tono que no admitía bromas ni mas pérdidas de tiempo – alguien se ha tomado la molestia de enviarme una nota y un escandaloso video con sus imágenes, por la información que obra en mi poder, a usted lo reconozco, pero desgraciadamente no puedo diferenciar a mis propias hijas, si ellas no lo quieren. Y es obvio, que no – gruño mas enfadado de lo que sus hijas lo habían visto antes dirigiéndoles una mirada que las dejó clavadas en medio de su despacho.

Susana tenía la extraña sensación de que esto se le escapaba de las manos y era una sensación que no le gustaba nada, había tardado mucho tiempo en finalizar sus planes de posesión absoluta sobre su hermana para que ahora algo saliese mal y francamente con la presencia de ese ser inmundo en su casa pintaba muy mal.

  • Espere un condenado minuto, ¿me ha traído aquí para averiguar con cual de sus hijas he estado follando? – preguntó noqueado por esta situación, delante de él había dos copias idénticas de la perra, ¿que diablos estaba pasando? ¿Era una broma? ¿otro insulto de estas personas?. Pedro estaba mas enfadado que sorprendido al ver a la perra doble – Verá Don Rafael, pregúntele a ellas - respondió intrigado con lo que fuera que pudiera pretender el viejo, ¿que marrón iban a cargarle?

  • Lo he hecho, pero estas sinvergüenzas desagradecidas no han querido responderme y como no consigo diferenciarlas... – se lamentaba el hombre asqueado con la certeza de que una de sus hijas se había comportado como una auténtica puta y en la caseta de su piscina nada menos – quiero arreglar este asunto sin mas tardanza, así que, joven ¿con cual de ellas?

  • Yo tampoco las diferencio ahora – de hecho no se imaginaba que pudieran existir dos copias tan iguales, comenzaba a pensar que le habían gastado una jugarreta esas perritas ricachonas - pero podría indicarle cual de ellas es, si hace que una se desnude – confesó Pedro pensando en todas las marcas que tenía la perrita cuando la encontró y a las que añadió varias de su propia cosecha y que podrían verse fácilmente, al menos disfrutaría de un poco de espectáculo si no salía nada mas bueno de esto.

  • De acuerdo, que así sea – sentenció el padre – por favor, Lara… – le dijo a su hija pequeña, la que pensaba no involucrada con esta aberración mientras Susana jadeaba de alegría, se había librado de desnudarse en esta absurda farsa - …desnuda a tu hermana – apostilló su padre satisfecho con lo que consiguió aumentar el desprecio que Susana sentía por su hermana. Estaba claro que su padre no pensaba que su estúpida gemela fuera capaz de algo tan sucio y aberrante, pues bien que lo había disfrutado la muy perra.

A pesar de la vergüenza que sentía, Susana mostraba orgullosa su cuerpo sin ninguna marca, esto le valdría un millón de puntos ante su padre, por lo que Pedro le comentó a ese viejo de la forma mas cruel y despectiva posible que no podía ser ella, ya que él se había encargado de darle su merecido a la perra que se había follado en la caseta de la piscina, pero que para estar totalmente seguros tendría que acercase a ella y realizare un examen mas minucioso.

  • Adelante joven, proceda como crea conveniente – acotó el viejo que al ver a su hija mayor desnuda, su cuerpo perfecto sin una sola marca, también entendió que no podía tratarse de ella, había resultado ser la mejor de sus hijas después de todo, se lamentaba.

Con el beneplácito del viejo y aprovechando la ocasión se acercó a la perra, a la que estaba desnuda y tras observarla detenidamente girando a su alrededor, se paró delante de ella y ni corto ni perezoso introdujo su mano entre sus piernas escarbando allí dentro por unos instantes y retirando su mano pegajosa se la aproximó a la nariz para olerla detenidamente sin dejar de sonreír y lentamente, sin perder el contacto visual con los ojos de esa perra que sabía no era la suya, se los chupó ruidosamente. Estaba disfrutando de lo lindo y parecía entenderlo todo, esta era la perra que se le había ofrecido para después entregarle a la hermana, menuda zorra perversa

  • No, no parece ser esta – comentó mientras para finalizar la inspección sujetó ambos pezones entre sus dedos pulgar e índice imprimiéndoles un buen pellizco y un breve y rápido giro de 180 º que obligaron a gritar a su víctima – Definitivamente, no es ella – comentaba para terminar de humillarla – mi perrita está mejor educada, sabe guardar la compostura y no se quejaría tanto por un pellizquito de nada – se reía ahora de ella que estaba roja de vergüenza y a juzgar por su mirada llena de odio y rabia.

Al oír esas palabras dichas con dureza y descaro a su padre, al cual nunca jamás en la vida le habían hablado de semejante manera, Lara jadeó y volvió a mirar con adoración al hombre, lo que hizo que su padre casi enloqueciera, decepcionado, enfadado, sorprendido y aliviado por igual, lo único que hizo fue preguntar a su hija pequeña si estaba satisfecha con lo que había hecho y que él había visto en la grabación.

Su hasta hace poco adorada y dulce hija para desconcierto de todos, sin pronunciar palabra, asintió con un claro y repetido gesto de su cabeza mientras se ruborizaba mas y mantenía su mirada clavada en el piso. Su padre lo decidió en ese mismo instante, si su hija era lo que quería, sería lo que él le daría, ya no podía hacer nada mas por ella. Su cabeza intentado comprender como podría haberse equivocado tanto con su dulce hijita, como había podido disfrutar con lo que ese sucio bruto había hecho con ella... pero si era lo que ella quería, se había hecho la cama y ahora tendría que dormir en ella. Era lo menos que se merecía por ese comportamiento escandaloso que hasta había conseguido excitar a su propio padre como ninguna otra cosa que pudiese recordar le había excitado.

Con esa idea en mente, ordenó a Susana que se vistiera y despidió a sus dos hijas, a pesar de las protestas de su hija mayor les decretó que esperaran en su cuarto, tenía que discutir con ese hombre y para poder hablar con él tenía que alejarlas de su vista, ese hombre que había abusado de la pequeña tendría que aceptar lo que estaba dispuesto a ofrecerle. Averiguaría el precio a pagar a ese patán para convencerlo de que se quedase con su descarriada hija, le daría lo que quisiera si se la llevaba y le liberaba de su cuidado, últimamente no era la hija que él recordaba y prefería no tener que manejarse con ella después de lo que había visto y como había reaccionado él ante ello, ¡pero si con todo este proceso se la había puesto la polla como la de un caballo!.

Fue fácil, el hombre tenía claro su precio, en su pueblo natal había una buena extensión de terreno en un valle entre las montañas, con una pequeña granja que estaba en venta, no muy lejos de donde vivía la perra. Era un lugar tranquilo y apartado donde podría vivir a su bola, cultivar sus propios alimentos y cuidar a sus propios animales. Un lugar donde disfrutar sosegadamente, como le diera la puta gana, con una pequeña ayuda monetaria para no tener que preocuparse del clima ni las buenas cosechas y para mantenerse al día sin trabajar si no le apetecía hacerlo. El viejo aceptó sin miramientos, pequeño precio a pagar por la vergüenza de su hija menor.

Pedro no se podía creer lo que ese viejo le estaba ofreciendo. Era feliz, gracias a estas putillas de sociedad había conseguido sin proponérselo todo con lo que había soñado, volvería al pueblo como propietario de sus tierras, tendría que cargar con la perra, pero hasta eso le parecía estupendo, se divertiría con ella, podría hacerle lo que quisiera sin tener que rendir cuentas a nadie. Perfecto.

Susana estaba fuera de sí, todos sus planes se habían ido al traste, su padre se lo acababa de comunicar hacía unos instantes. Ella protestó e intentó convencerlo de que la dejara a su cuidado, que ella se encargaría de administrarle la disciplina necesaria para modificar su conducta, pero todo fue en vano. Su padre solo quería librarse de la causante de su extrema excitación a toda costa., no quería tenerla cerca bajo ningún concepto ahora que sabía con lo que disfrutaba la muy guarra y como le afectaba eso a él. Su propia hija, estaba avergonzado.

Era un hecho, su padre lo había decidido y así se lo había contado, al día siguiente le entregaría su presa a ese sucio basurero, su plan había fracasado, era el fin. No esperaba que su padre buscase al hombre para entregarle a la hermana que ya había tomado, pensaba que en adelante la dejaría a su cuidado. Estaba realmente furiosa, tanto tiempo planeando su venganza para no poder disfrutarla. Su perversa mente maquinaba la manera de sacar algún provecho de todo esto, tenía que haber algún modo, no podía estar todo perdido, su mente trabajaba a toda velocidad.

Su cuñado, tendría que hablar con él, le inspiraba un profundo asco y un odio visceral, sobre todo tal y como la había tratado en el estudio delante de su padre, ya que solo con verla estaba claro que no se trataba de ella, todo lo demás que había hecho solo sirvió para humillarla y aprovecharse de ella. La víspera de su partida lo planeó todo para poder explicarle cuales eran sus nuevos planes para su perra.

Al día siguiente cuando Pedro entró en el despacho del viejo le esperaban un juez y las dos perritas. Firmó los documentos de propiedad que le pusieron delante sin apenas detenerse a leerlos, uno por la granja del valle y otro por su esposa y se dispuso a marcharse de allí lo antes posible, no fueran a cambiar de idea. El viejo le compró la granja, en el amplio valle perdido en las montañas, aunque no muy lejano, donde, con el dinero entregado como dote mas las mensualidades prometidas, podría vivir sin esfuerzo y a su antojo. También le entregaba a la perra, eso si, como esposa, pero ese pequeño detalle no enturbiaba ni un ápice su felicidad.

Cuando Rafael les dejó para acompañar al juez, Susana aprovechó para acercarse a ese ser inmundo y plantearle sus nuevos planes. Le contó y demostró como trataba a su hermana

  • Acércate inútil – le espetó a su hermana y cuando estuvo cerca, dándole una bofetada y un buen tirón de pelo la obligó a agacharse – límpiame los zapatos mientras hablo con tu esposo y esmérate, ya que posiblemente sea la última vez que puedas hacerlo – tenía que aprovechar el poco tiempo que tenía, pero esto último lo dijo con un tono de voz autoritario pero que dejaba traspasar lo que lamentaba la verdad que encerraban sus palabras. Habría deseado ordenarle otras cosas, pero era lo único que podía pedirle en ese momento, su padre podría regresar de improvisto y no le convenía en absoluto que la pillara.

Y mientras Lara se arrodillaba delante de su hermana ante la atónita mirada de su marido para proceder a obedecer como siempre había hecho, con su lengua, con largas y lentas pasadas comenzó a ensalivar los zapatos de su hermana mientras Susana hablaba con su cuñado.

Le ofreció dinero, mucho dinero, a condición de mantenerla informada sobre las actividades de la perra. Esto sorprendió a Pedro, era gracioso ver a una mujer maltratando su propia imagen, pero viendo como trataba esta señoritinga a su perra creyó entender hasta donde llegaban su odio, su maldad y perversidad y aceptó gustosamente el trato, le gustaría informarle de cómo trataría y lo que haría a un cuerpo que era igual al suyo, podría incluso pensar que se trataba de ella misma, pagando por ello además, eso seria estupendo.

Susana le dio su regalo de boda, el collar de perra para ella y para él, el mas moderno equipo completo de grabación y un moderno ordenador portátil, que esperaba supiera utilizar, con el que podrían mantener el contacto y seguir así los progresos de la perra. Le hizo la primera entrega de dinero y las imágenes que había recogido con las tres cámaras en la caseta de la piscina y algunas otras de las que había tomado durante los años anteriores, donde se mostraba a su perra esposa humillándose ante su hermana hasta extremos insospechados. Todo esto lo tenía tremendamente excitado. Desde que se había topado con esta perrita su deseo había aumentado exponencialmente. Quería estar ya en su granja alejado del mundo, para poder darle a su perra lo que se merecía y vivir cómodamente, como le saliera de los cojones. Si, la vida podía ser maravillosa.

Lara dudaba de compartir esa opinión, no estaba convencida de que la vida fuera maravillosa, su mente no alcanzaba e contemplar las implicaciones de sus acciones, pero a pesar de sus miedos se marcharía feliz con su flamante marido a vivir al valle. No volvería a tener contacto con su familia por deseo expreso de su nuevo amo. Si, este le había dejado claro desde el principio como serían las cosas de ahí en adelante, el sería el amo y ella la perra y por imposible que pudiera parecer eso era en lo que se había convertido, en la sucia perra de este hombre horrible y despreciable, y se marcharía con él para no volver a su casa, no volvería a ver a su padre y su hermana y tendría que someterse, a partir de ese mismo instante, a todos los caprichos de su amo. Eso la tenía tremendamente excitada, lo que demostraba que su hermana siempre había tenido razón, era menos que una persona, una insignificante mascota excitada a las órdenes de su marido.

Pedro acompañó a la perra a su antigua habitación para ver que le dejaría llevarse, no gran cosa, desde luego, ya que las perras poco necesitaban, pero pensaba hacer una buena aparición en su pueblo y para eso quería mostrar a su mujer con su mejor aspecto. Le dejó escoger un vestido que tendría que ser escotado y ceñido, zapatos de tacón muy alto y un par de joyas que le hizo guardar en una bolsa y le ordenó que dejara el resto de las cosas, por lo que tendría que desnudarse y ponerse únicamente el collar que su hermana le había entregado como regalo de boda. Cuando Lara obedeció y al desnudar su cuerpo se podían apreciar todas y cada una las marcas de su juerga nocturna, tenía los muslos y los pechos llenos de verdugones y medio cuerpo atravesado con las marcas que le había dejado su cinturón. Era un espectáculo sublime, le encantaba ver a esa perra espectacular llena de marcas, si, la mantendría así siempre, aunque pudiese representar un trabajo agotador para él, se reía. Estaba hecho, en ese momento abandonaría la vida que había conocido para comenzar una nueva al lado de su amo, pero antes tenían que despedirse de Don Rafael.

Al volver a entrar en el estudio Pedro estaba satisfecho, pero al observar la expresión preocupada y triste del viejo, pensó en tranquilizarlo a su manera. Le había resuelto la vida y no merecía sufrir por eso, aunque se cobraría por los insultos recibidos por esta gente, le haría un pequeño regalo de despedida.

  • Me marcho y me llevo a su hija Don Rafael, pero no debe preocuparse, la trataré como merece – le dijo con sorna apretando contra él a la perra desnuda que lucía como tal con el collar que le había regalado su hermana aprisionando su garganta.

  • Eso es lo que me preocupa joven – y mirando a su hija con ese collar, desnuda, parada al lado de ese hombre, que la doblaba en edad y tamaño, preguntó – ¿Es esto lo que quieres, hija? Después de lo que he visto...

  • Oh, si padre – contestó ella – no se que habrás visto, pero estoy satisfecha con mis acciones y... mi marido – ahora bajando la voz y la mirada al suelo avergonzada de su desnudez ante su padre.

  • Ya ve, el único problema de su hija, es que es una perrita desobediente que necesita un hombre con mano dura que sepa como tratarla y darle su merecido, ¿verdad perrita? – decía mientras le pellizcaba un pezón con fuerza con el que solo le arrancó una mueca de dolor ya que permaneció en silencio para orgullo de su dueño.

  • Si señor, es lo que quiero padre – jadeaba y suplicaba su hija humillada

  • Pero si te trata como a un animal, pero aún – jadeó ahora el padre, ¿como podía estar excitándose con el comportamiento de su hija? – ¿En serio te gusta eso? – se tuvo que sentar en su butaca para apaciguarse un poco, tenía que disimular la tremenda erección que amenazaba con atravesar sus pantalones, le gustaba ser una perra, a su propia hija... y ¿como, por todo los demonios a él le excitaba eso?

  • Pero claro que le gusta viejo, ha nacido para ello, verá, ahora perrita le vas a demostrar a tu padre lo sucia que eres. Acércate parar que pueda apreciar las marcas producidas por nuestro encuentro, que admire como te brilla el coñito y tus pechos crecen, se calientan y se endurecen – le ordenó empujándola sin ninguna delicadeza hacía su padre mientras se acomodaba en el sofá para disfrutar del espectáculo de la perra, lo que comenzaba a ser adictivo.

Esa fue la primera de las órdenes que recibió Lara para deleite y disfrute de su padre. Se acercó a él para que admirara las marcas que quedaban como resultado del trato recibido la víspera y que pudiera comprobar lo mojada que estaba, como sus pezones eran duros y calientes. Su padre la manoseaba con dureza como había deseado desde que vio las imágenes, a su propia hija, eran unos degenerados, pero no podía evitarlo, era toda una puta esta perra. Cuando su nuevo yerno le comentó que si la azotaba se mojaría mas, no lo dudó y la tumbó sobre sus rodillas para comenzar una tanda de azotes en su culo con la mano abierta y sin ninguna consideración hacía la receptora, ni con la fuerza ni con las cosas que le decía, algo que nunca había osado hacer, azotar a su hija. Quería castigarla como se merecía por haberle engañado todos estos años interpretando a la hija buena, la muy perra.

Lara sufría, el escozor en su trasero era inmenso y su padre no paraba de decirle cosas horribles, que había sido una niña mala que se había convertido en la perra de ese hombre y que disfrutaba con lo que estaba haciendo, ya que al parar de azotarla los flujos de la perra le habían mojado los pantalones. En ese momento, al ser testigo directo de la depravación de su hija, le dio un bofetón que la tiró al suelo y aprovechando que estaba de rodillas delante de él, se sacó la polla hinchada que hacía rato ocupaba sus pantalones y agarrándola sin consideración por el pelo la obligó a hacerle una mamada.

Era la primera vez que Lara tenía una polla alojada en su garganta y le gustaba, lo pasaba mal porque era la de su padre, pero le gustaba la sensación de ese garrote de carne caliente entrando y saliendo de su boca, forzándola, su lengua, involuntariamente, persiguiéndolo en sus movimientos. Su garganta se abría sola para recibirlo y alojarlo bien dentro. Su saliva caía y sus labios succionaban. A Pedro le estaba gustando como se la chupaba al viejo la perra, tendría que enseñarle un par de trucos, pero era una buena chupadora de pollas esta perra con la que tenía que cargar, estaba empezando a considerarse mas afortunado aún, pensaba mientras se acariciaba la tremenda erección producida por el espectáculo.

Rafael ya no podía mas, su propia hija le estaba pegando la mejor mamada de su vida y se había excitado porque la había azotado, joder que guarra era la muy puta de la perra, ya no podía, ni quería, pensar en ella como su hija, a partir de ese momento, solo tendría una hija, Susana, esta sería solo la perra de su yerno. Eso pensaba mientras sacaba la polla de la boca de la perra para llenarle la cara con su leche. Una vez limpia la polla del viejo, Pedro chasqueó los dedos para llamar la atención de la perra para que se ocupara de atenderla a él ahora y como no podía ser de otro modo, Lara gateó por el estudio de su padre, meneando ese trasero colorado y marcado hasta colocarse delante de su marido y aliviarlo con su boca como había hecho con su padre. Pedro estaba encantado sintiendo esa garganta absorber su tremenda polla. Le estaba mamando a fondo cuando el viejo recuperado de su orgasmo, se acercó a ellos y comenzó a azotar a la perra mientras su yerno, sin querer ni poder evitarlo, se corría también sobre su cara y su pelo.

  • Muy bien, perrita – le decía su amo sujetándola por el collar y poniéndola en pie de un tirón – fíjate si has hecho un buen trabajo que tu padre necesita otra vez que le prodigues tus encantos. Diga Don Rafael, ¿por donde quiere follarse a mi perra? – preguntaba ofreciéndole el cuerpo de su hija mientras con su mano libre masturbaba a su mascota, estaba totalmente empapada y le divertía esparcir sus fluidos entre sus agujeros, dilatándola al introducir dos o tres de sus dedos sin contemplaciones – La muy guarra ha disfrutado con las mamadas y los azotes, tiene sus entradas dispuestas para usted – decía sin dejar de masturbarla y girándola para que pudiera apreciar lo que decía sin hacer caso de los gemidos y sollozos que emitía con sus manipulaciones.

  • En ese caso, me gustaría clavársela por atrás yerno, es algo que nunca he hecho pero creo que esta perra con ese culo marcado y colorado es lo que merece – contestaba excitado su padre con lo que estaba sucediendo, nunca pensó que dría eso, pero claro, toda esta situación era impensable y tremendamente excitante además.

  • Si me lo permite Don Rafael, acomódese en su butaca que mi perra se encargará del resto, debe permanecer usted lo mas cómodo posible para disfrutar de la enculada – recomendaba Pedro mientras ordenaba a la perra que colocara la pesada butaca del viejo en medio del despacho, ya sabía lo que haría él mientas su suegro disfrutaba del culo casi virgen de su hija – Eso es, ahora que está cómodamente instalado acércate perra y clávate la polla de tu progenitor en tu sucio culo.

Lara seguía las indicaciones de su amo y colocándose de espaldas a su padre con sus piernas bien abiertas a cada lado de las suyas, comenzó a descender suavemente, sabía que le dolería ya que era nueva en esto, pero no pudo pensar mas ya que su amo, con la crueldad que le caracterizaba, agarrándola de sus pezones y de un fuerte tirón la ensartó de un solo golpe para deleite del viejo y tormento de su perra mujer. Con el lastimero aullido que pegó se ganó un par de bofetadas que le cruzaron la cara y otro par mas que castigaron sus pechos, a pesar de haber quedado casi oculto tras el jadeo de placer emitido por su padre.

  • Así me gusta perra, y ahora sube y baja por su verga, despacio, eso es, y cuando Don Rafael lo indique aumentaras la velocidad de tus movimientos, yo regresaré enseguida y no me gustaría ver que no eres capaz de hacer disfrutar a tu padre como merece – comentó saliendo del despacho para sorpresa de su suegro que estaba en la gloria follándose el apretado culo de la perra

Pedro salió a buscar a su perro Brutus que le esperaba en su vieja camioneta y al volver a entrar en la casa descolgó de la pared del hall un gran espejo que utilizaría para deleite de su suegro y vergüenza de su perra mujer. Con dificultad volvió a entrar al despacho y colocó el espejo apoyado en una silla delante de la butaca del viejo, para que este pudiera apreciar con todo lujo de detalles la cabalgada.

  • Caramba Don Rafael, veo que está disfrutando de lo lindo – se ría Pedro al ver el espectáculo que lo recibió en el despacho, su perra tenía las piernas totalmente abiertas, su suegro la había obligado a ponerse en cuclillas sobre la butaca para tener mejor acceso a ese culo maravilloso, con las manos se sujetaba a los apoyabrazos y saltaba literalmente sobre él como si le fuera la vida en ello mientras era sujetada por su pelo para marcar el ritmo – espero que me permita una pequeña licencia – decía mientras sujetando a Brutus por su collar lo acercó al coño de la perra que de tan abierto y excitado que estaba manaba como un río – Ahora Brutus, disfruta tu también de mi nueva mascota

  • Maldita sea Pedro, pero que degenerado eres – jadeaba el viejo mientras la lengua de Brutus le lamía los huevos de vez en cuando en su tarea de beber lo que salía de ese coño empapado – Esa lengua rasposa de tu perro es casi tan buena como el culo de tu perra – gemía de placer sin poder quitar ojo del espejo que reflejaba a la perfección el vicio de su hasta hacía poco adorada y dulce hija – Este polvo me está matando

  • Bueno Don Rafael, solo espero que con esta despedida de su hija comprenda su verdadera naturaleza, observe – y en ese momento, procurando no obstaculizar la visión del viejo comenzó a azotar con su cinturón los pechos de su perra que sin poder contenerse empezó a correrse desenfrenadamente, gimiendo y gruñendo como la perra que realmente era

  • Mírala Pedro, se corre como una verdadera y sucia perra – gemía su suegro alcanzando las cotas de placer jamás soñadas por él sin parar de tirarle del pelo para que siguiera montándolo a pesar de su orgasmo – solo le falta mearse de placer a la muy guarra

  • Si es eso lo que quiere, ¡atrás Brutus! – ordenó Pedro y en el mismo instante que su perro separaba la cabeza de la fuente de la que había estado bebiendo y con un solo y potente chasquido azotó el coño de la perra que inmediatamente comenzó a mearse lanzando un chorro en arco que formó un charco delante de ellos y al que Brutus se acerco para olisquear y degustar mientras el viejo experimentaba el mas profundo e intenso orgasmo de su dilatada vida.

  • Condenada perra – consiguió articular Don Rafael recuperada su respiración tras el potente orgasmo y levantándose de golpe tirando a la perra que se había quedado desmadejada encima de él que calló sobre el charco formado por su orina y bajo las atenciones de la aplicada lengua de Brutos que empezó a recorrerle todo el cuerpo – Nunca habría pensado que tenía una puta tan guarra bajo mi mismo techo – se lamentaba ahora a su yerno un poco avergonzado

  • No se preocupe Don Rafael, no es culpa suya ni suya la vergüenza – contestaba este pateando a la perra – yo me encargaré de educarla y tratarla como merece – replicaba para tranquilizar un poco al viejo - perra limpia la polla que acaba de follarte – y dicho esto Lara haciendo un esfuerzo sobrehumano se acercó de rodillas a la polla de su padre y como le habían ordenado comenzó a lamerla lentamente como habría hecho con los zapatos de su hermana mientras Brutus hacía lo propio con su culo y su coño

  • Suficiente – atajó su padre al poco rato dándole otra fuerte bofetada que la tiró al suelo – permíteme invitarte a un cigarro yerno.

Acomodándose en el sofá, Pedro contestó a su suegro que no le importaría descansar un rato antes de irse, la tremenda erección que había provocado la enculada del viejo a la perra tendría que remitir un poco antes de pensar en marcharse, no le importaba no volver a correrse ahora, tendría todo el tiempo del mundo para disfrutar de su perra. Don Rafael se acercó a su mesa y sacando dos tremendos puros ofreció uno a su yerno, pequeño agradecimiento por el salvaje polvo de despedida que le había regalado.

Ambos hombres disfrutaban de su cigarro sin dejar de observar a la perra que revolcando su espalda sobre sus propios orines retozaba con el perro que no se cansaba de lamer lo que ésta le ofrecía, abriendo sus piernas de forma obscena sujetándolas por las rodillas.

  • Ja ja, parece que la sucia perra no ha tenido bastante – se burlaba Pedro ante tremendo espectáculo soltando una bocanada de humo de ese delicioso cigarro – habrá que saciarla para que no me dé el viaje

  • Ja ja, es cierto – se reía el viejo alucinado con la verdadera demostración de la naturaleza de su hija – esta perra viciosa necesita mas polla. Si no te importa Pedro me gustaría ver como lo hace con uno de su raza

  • Adelante Don Rafael esta es su fiesta de despedida – concedía Pedro satisfecho con su suegro, había resultado ser un hombre perverso y tan vicioso como él mismo – Haga lo que guste

  • Perra a cuatro patas – ordenó y sin tardanza la excitada perra obedeció mirándolo con agradecimiento – quiero que Brutus taladre tu sucio coño

Y como si el perro hubiera estado esperando la orden tan pronto la perra estuvo en cuatro se colocó tras ella para encaramándose y arañándola con sus patas, introducir su enorme polla dentro de ese coño hirviente dando comienzo a una follada como era habitual en él fuerte, rápida y dura.

Estos cigarros deliciosos duraban una eternidad y cuando estaban por la mitad la enorme bola del perro entró dentro del coño de su compañera formando un tapón que tardaría en soltarse y comenzado a llenarla con su caliente leche. Lara había experimentado otro par de orgasmos mientras Brutus la follaba y ahora que había terminado estaba prácticamente desvanecida, no había emitido mas que sonidos leves en toda la tarde y a Pedro le gustaba eso, era muy silenciosa esta perra cuando re revolcaba en su celo.

  • Esto si que le resultará divertido Don Rafael – dijo de pronto Pedro una vez finalizada la atracción y con una mueca traviesa se levantó del sofá y alejándose al otro extremo del despacho llamó a su perro – Aquí Brutus – y parar deleite de los espectadores el perro se giró colocándose culo con culo con la perra y comenzó a acercarse a su amo arrastrando a la perra enganchada por su coño.

Lara estaba casi desvanecida, pero el roce que producía sobre sus rodillas y pechos el ser arrastrada por la alfombra de ese modo era un tormento atroz, por fín habían conseguido romper su silencio ya que los lastimeros gemidos y jadeos que habían salido de su garganta hasta ese momento se convirtieron en desesperados gritos y sollozos que su público recibió con satisfacción, le estaban dando su merecido a la muy perra, tardaría en olvidar la despedida de su padre, si es que lo conseguía.

  • Vamos viejo no me diga que no le ha gustado – lo retaba Pedro acariciando la cabeza de su obediente y fiel perro como recompensa por el esfuerzo – Llámelo ahora – decía soltando otra gran bocanada de humo

  • Ja, ja, que bueno ha sido eso, aquí Brutus – llamaba su suegro al perro mientras palmeaba su muslo y apuraba su cigarro – vamos bonito, tráeme a la perra

Y Brutus obedeció, volviendo a arrastrar su carga por todo el despacho, acción que repitieron varias veces mas mientras el volumen de los gritos de la perra disminuían y aumentaba la intensidad de sus sollozos. Hasta que pasado un rato y con un fuerte "plop" que retumbó en el despacho los perros se desengancharon. Lara estaba vencida, muerta de humillación su marido y su padre la habían follado y azotado para todo un mes, no podía moverse del lugar donde había caído a los pies de su padre mientras este admiraba como Brutus lamía la corrida que había depositado en el coño de la perra.

Era el momento de irse, pensó Pedro y acercándose de nuevo a su suegro que parecía embelesado con las figuras a sus pies se dio cuenta del motivo de su embeleso, las pasadas de esa áspera lengua por el coño de la perra estaban consiguiendo que esta dejara de sollozar para volver a jadear y gemir como una posesa con su postrer orgasmo.

  • Increíble, soberbio – no dejaba de murmurar Don Rafael admirando la criatura viciosa, perversa, pervertida y libidinosa en que se había convertido su hija – No olvides lo que te ha dicho tu amo perra, limpia la polla que te ha follado y ésta, acercándose a Rufus, obedeció - Ha sido un espectáculo maravilloso, gracias Pedro, me considero en deuda contigo

  • Para nada Don Rafael – decía el sucio basurero al hombre que le había solucionado la vida y al que tras la velada compartida en el estudio consideraba un gran amigo - soy yo el que tiene una deuda de gratitud eterna hacia usted.

Se marcharon al poco tiempo, Pedro satisfecho, feliz y orgulloso, no había dejado que la perra se limpiase ni se vistiese y se despidió del viejo diciéndole que hasta siempre y que si tenía que ponerse en contacto con él, por alguna razón, que ya sabía como hacerlo, siempre sería bienvenido, si decidía visitarles. Esas palabras dejaron un poco preocupada a Lara, la verdad, tal y como la había tratado su padre, no estaba segura de querer volver a verlo y su hermana se había comportado de un modo extraño últimamente y prefería perderla también de vista. Quería comenzar su nueva vida como perra de su amo.

Susana estaba en su habitación, mirando por la ventana pudo ver como ese ser infame acompañado de su perro alejaba a su hermana de su vida para siempre. La muy perra iba desnuda, caminaba a trompicones y no parecía importarle. Confiaba en que su cuñado cumpliese su palabra y, al menos, le enviara imágenes de su perra gemela, escaso consuelo tras haber frustrado sus planes, pero menos era nada.