La perra meona (IV)

Las perras de Ñ se conocen. Rivalidad, humillación y experiencia lésbica.

Teníamos la orden de encontrarnos en una cafetería céntrica. No nos costaría reconocernos, nos habíamos visto por cam y las dos llevaríamos una cinta negra atada al cuello.

Debíamos saludarnos con dos besos, sentarnos en una mesa, pedir algo de beber y, una vez instaladas, hacernos un selfie y enviárselo a nuestro Amo Ñ. La verdad es que el plan no me apetecía en absoluto, pero me esforcé en poner mi mejor sonrisa para él.

En menos de un minuto nos llegó su primer mensaje.

Ñ: Estupendo, me encanta ver por fin a mis perras juntas.

Según leía el mensaje noté un pinchazo entre mis piernas, levanté la mirada y pude comprobar que aquellas palabras habían causado el mismo efecto en m que, disimuladamente, se rozaba con la silla.

Ñ: a: quítate las bragas y pásaselas a m. m: tómalas y póntelas, ya es hora de tapar mi coño y dejar libre el de a que seguro que está empapado. Luego seguid hablando y conociendoos, me volveré a poner en contacto con vosotras.

Nos miramos y dejamos pasar unos segundos para reaccionar, la cafetería estaba abarrotada pero no llamábamos la atención así que si nos dábamos prisa, ocurriría de forma imperceptible para el resto de clientes. De pronto me sentí desnuda, desprotegida, esta vez no éramos solo Ñ y yo los que sabíamos que iba sin ropa interior.

Como ya imaginaréis, nuestros atuendos y peinados habían sido escogidos y aprobados por Ñ antes de salir de casa. m llevaba un vestido corto, con escote palabra de honor y una chaqueta y yo una minifalda tableada y camisa de manga larga; las dos con botas altas de tacón, el pelo suelto y un maquillaje discreto.

Diez minutos después, notamos cómo vibraba la mesa. Esta vez cada una tenía un mensaje de Ñ.

Mensaje para a: Hoy invitas tú, es el momento de dar una buena bienvenida a m. Te levantarás a pagar e irás al aseo, entrarás en el último retrete y esperarás, confío en ti y en que darás el mejor de los recibimientos a mi cuadra a m.

La ira y la rabia me inundaban de nuevo, una vez más mi Amo, MI AMO, me dejaba en una posición inferior a la niñata de m. Cogí aire profundamente y me levanté a pagar; mientras me atendían, miré de reojo a m, le había cambiado la expresión, tenía un gesto de vicio, travesura y malicia.

Mensaje para m: Atiende, perra, lee bien y cumple exactamente con mis instrucciones. a después de pagar se irá al servicio, desde que la veas entrar dejarás pasar cinco minutos. Te levantas y vas a buscarla, estará metida en el último retrete. Llamadme cuando estéis juntas.

La espera se me hizo eterna, desconocía los planes de Ñ para mí y no tenía ni idea del contenido del mensaje de m. Por fin m apareció, se metió en el cubículo y, sin decirme nada, empezó una videollamada con nuestro Amo.

Ñ: ¡Por fin, perras, os estaba esperando! Prestad atención: a partir de este momento quiero a mis putas en silencio. Utilizad la cinta americana que he pedido a m que lleve para pegar el móvil en la puerta y así vuestro Amo podrá disfrutar mientras os usa.

Costó que el teléfono se sostuviera, estábamos nerviosas y no especialmente hábiles.

Ñ: m quítate las bragas, devuélveselas a su dueña, siéntate en la taza y abre bien las piernas. Muy bien, así. Ummm puedo ver desde aquí como brilla mi coño ¿no te parece de lo más apetecible, a? Arrodíllate y hazle la mejor comida de coño de su vida. m disfruta, no tendrás muchas más ocasiones así.

No sabría describir con exactitud lo que sentí en ese momento... me sentía humillada, utilizada, minusvalorada... y al mismo tiempo excitada y plena por estar sirviéndole a él. Era la primera vez que probaba el sabor de un coño que no era el mío y hasta hacía unos segundos nunca me había planteado esa situación, ni siquiera fantaseado con ella. Y ahí, de rodillas, ofreciendo mi culo a Ñ y con la cabeza entre las piernas de la "sumisa de libro" perfecta y tetona que había usurpado mi puesto a los pies de mi Dueño, recibí la corrida de mi compañera de cuadra.

Ñ: Ufff cómo me ponéis perritas, habéis estado estupendas. m, es hora de que limpies los restos que has dejado alrededor de la boca de a. Agradécele con el mejor de los besos el placer que te ha dado.

Recibí el beso solicitado por Ñ; y fue cuando me pudo el deseo, el morbo, la lujuria... y aproveché para jugar con su lengua en un beso apasionado y sucio que fue cortado por nuestro Amo.

Ñ: ¡Ya está bien, putitas! Salid de ahí y adecentaros. Es el momento de irse.

Salimos en silencio del local, yo muy caliente y m altiva y confiada por lo que había pasado.

Llegó un nuevo mensaje para las dos.

Ñ: m, es hora de volver a casa. a, despídete de mi perra y llámame cuando estés sola.

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Muchas gracias por vuestras lecturas, comentarios y valoraciones. Continuará... o no. De vosotros depende.