La perra de mi amigo... mi perra
Claro era de el, pero yo me la cojia cuando queria, ella inicio este zoofilico encuentro y si que fue placentero...
UN SALUDO A Yoluk, a Edisson López y a Mango, que son de los que recibí comentarios, gracias amigos.
Las narraciones son en verdad parte de mi vida, a algunos les parecerá cosa rara pero a mi las perras siempre han sido parte de mi vida, solas han llegado y claro estuvieron siempre formando parte de mi niñez y juventud básicamente. En casa siempre había animales y perros y de alguna manera las perras estaban ahí y mi mente fogosa y picara desde niño me hizo ser un activo zoofilico desde temprana edad, hasta hoy se que esta actividad tiene nombre, yo simplemente me cojia a las perras sin pensar si es bueno o malo, lo que si se es que es muy sabroso y son excelentes amantes, nomás que como saben los que las han cogido, son muy indiscretas, delante de la gente tienes que rechazarlas o mantenerlas amarradas lejos de uno por que te manifiestan que quieren verga enfrente de quien sea y no sabes que hacer. La cosa es que si les haces un buen trabajo al cogerlas la siguen pidiendo a gritos, no se si les ha pasado pero ahí les va esta narración
Resulta que tenia un amigo cerca de mi casa el tenia una perra ya como de dos o tres años, ya había tenido algunas crías y se veía curiosamente de cuerpo muy bien proporcionado, cosa que generalmente las perras que paren pierden la forma del cuerpo y se les cuelgan las tetas, parecido a algunas mujeres, es típico, pero esta perra no, cada ves que paria volvía a recuperar su cuerpo y estaba muy potable por decirlo de alguna manera, yo tenia ganas de cogerla y hasta ese momento no había tenido la oportunidad.
Una noche que llegamos a su casa habíamos bebido algunas cervezas y mi amigo había tomado mucho mas que yo y ya después de platicar un rato corto me dijo que se iba a acostar por que se estaba durmiendo de cansado o de borracho y le despedí y me quede un rato ahí afuera de su patio, en su casa ya todos se había dormido solo faltaba el. Cuando me disponía a retirarme sentí la embestida sobre una de mis piernas, era como un empujón suave y vi. que era la perra, esta no era de raza, simplemente era una perra grande de color café claro y tenia muy marcada su parte que rodeaba sus ojos como si tuviera un rombo alrededor de cada uno parecía como pariente de lobo, pero no era un animal sin pedigrí, pero bonita.
De primera mano no me la cogi ahí, sino que ya me iba y me siguió, siempre lo hacia y después se regresaba sola a su casa. Para llegar a mi casa recorría como cuatro cuadras calle abajo y nunca me seguía hasta halla, sino que se regresaba rápido y yo seguía caminando solo. Pero esa noche no fue axial, ella se repegaba en mi a ratos y seguía a mi lado hasta que llegue a mi casa, recuerde que estaba solo esa noche mi familia había salido y no vendrían hasta el día siguiente, lo que me hizo comenzar a pensar en que hacer con ese animalito, al cual tantas veces le veía cogiendo con diferentes perros cuando entraba en celo y se corría, yo le veía la cara y parecía que se reía y la veía feliz ahí en el patio de mi amigo bien clava y pegada. Pero esa ocasión era perfecta para mi, asi que fui dentro y tome algo de crema para la piel y me traje un trapo humedecido con agua y salí y la perra seguía ahí como esperando lo que le iba a hacer, se me acerco y la acaricie y la empecé a acomodar y empecé a limpiar su vulva con el trapo, quería que estuviera limpia para untarle la crema. Recuerdo que teníamos un carro no muy nuevo y quería estar cómodo, así que me la lleve acariciándole la cabeza hasta ahí y abrí la puerta y me senté en la base que sobre sale antes del asiento para quedar a su altura de su sexo y la acomode de culito hacia mi y vi que era la posición y altura perfecta, mi verga estaba perfectamente alineada a la altura de su vulva, y comencé a meter mi dedo en su panocha de manera lenta y suave y al animal le gusto tanto que se hacia para atrás, saque mi verga y la coloque solo a su entrada y como siempre empecé a frotársela en su entradita y ella se movía hacia atrás levantando las patitas traseras como si quisiera bailar, solo los que hemos cogido perras saben que esto es lo que sucede, ella sienten placer al igual que uno y quieren sentirla adentro y se ensartan solas poco a poco y mas adentro cada ves.
Ahí la tuve jalándola y haciéndola hacia enfrente con mis mano, esto hacia que se la sacara y metiera así en un vaivén rítmico y muy placentero para mi y para ella creo que era igual de delicioso, yo no quería que eso acabara la mantuve así como cuarenta minutos y no se quitaba, siempre se repegaba mas en mi verga quería tenerla adentro, disfrutarla, así parecía, no hablaba pero me hacia entender lo que ella estaba sintiendo, sentir sus contracciones vaginales era un regalo de la vida. Me apretaba la verga de manera continua a cada metida y a cada sacada, y lo mas placentero era que le metía toda la verga y volteaba y cerraba sus ojitos de lobo, y le sacaba lentamente la verga y sentía sus contracciones como exigiendo que le echara el semen en sus adentros y ella urgía con sus contracciones como incitándome, como que ella sabia como sacármelo, era un juego hermoso que combinado con lo callado de la noche y el clima de octubre eran algo que realmente estaba disfrutan y como lo dije antes, no quería que ese momento terminase, no conté cuantas veces entro y salio mi verga de ese panochito, pero me llevo a uno de los clímax mas pausados y lentos que supera en mucho a la gran mayoría de los que he tenido aun con mujeres. Me hizo llegar al orgasmo despacio y en la ultima de las metidas sentí que estallaba la verga en pedazos, empecé a derramar mi leche dentro de ella y la perra se separaba lentamente de mi y yo la jalaba para ensartarla otra ves toda y la soltaba y ella se hacia lentamente hacia enfrente y me daba una serie de contracciones que yo sentía que me estaba chupando la leche con su vulva, fue ciertamente fascinante, lo platico así de simple, pero fue casi una hora de estarla sintiendo rodearme con su vagina la verga completa y luego oprimírmela de manera conciente con sus esfínteres interiores de su sexo, ella sabia lo que me estaba haciendo y lo disfrutaba. Yo termine asi derramado dentro de ella y ella tubo una serie de orgasmos múltiples que yo recibí como pago de ese momento tan placentero para ambos.
Ya pasada la calentura mia, le saque la verga y me la comenzó a lamber y me hacia temblar, fueron pocos los lengüetazos pero me dejo limpia a cabeza de la verga, luego se acostó y se empezó a limpiar su panocha y le brincaba una de las patas traseras a cada lambida que se daba, todavía tenia creo yo orgasmos o contracciones internas.
Me despedí y me metí a dormir. Al siguiente día al despertar salí al patio y vi. que la perra estaba ahí y me brincaba al derredor y ladraba haciendo piruetas y se lambía la panocha como diciéndome quiero mas, me fui cerca del carro para borrar las pisadas , no quería dejar huellas para que mi familia no sospechara nada, abrí la puerta del carro y el animal de inmediato se puso igual que la noche anteriores repegada al estribo del carro y se hacia para atrás tanto que sus patas traseras se subieron al estribo y después al asiento, eso me indico que quería la misma operación, la verga se me paro pero ya no era conveniente hacerlo ya que era de día y alguien podría verme, asi que la quite de ahí, cerré la puerta y la saque del cerco para que se fuera, había entrado por que a mi se me había olvidado cerrar la entrada del cerco en la noche por la calentura.
La bronca era que cada ves que visitaba a mi amigo la perra quería coger y yo la alejaba, regañándola y pegándole, y se retiraba, pero la siguiente ves que me veía hacia lo mismo y cuando yo iba en el carro a su casa y abría la puerta ella se acomodaba de inmediato para que la culiara otra ves, siempre tuve la precaución de no levantar sospechas, hice mis visitas mas separadas y cuando me la quería coger pasaba por ahí en la noche, escogiendo los días en que mis padres y hermanos no estaban en casa y me seguí y yo le daba para sus adentros, la estuve cogiendo como dos años a la hora que yo quería era mía, fiel como toda perra y excelente amante, el romance termino cuando la vi tirada en la calle la habían atropellado cerca de mi casa, tal ves esa noche fue a buscar a su semental que era yo, ni modo asi pasa, me sentí algo triste, hasta que apareció Canela la perra de mi abuelo allá en su rancho, pero esa es otra zoofilica historia que les contare después