La pequeña de mamá
Basado en una historia real que jamás paso... La pequeña de mamá relato corto que nace de la platica con una chica que siempre fantaseo con ser la nena consentida de su mami. "...Me abrió, sentí como quedaba expuesta ante mi madre y ella parecía satisfecha con eso.."
Hoy discutí con Vi, ella no entiende por que después de 3 años de novias y teniendo 30 años no vivimos juntas; la verdad nunca se lo he explicado creo que no tendría el valor para decirle el por que; y aun si tuviera las agallas no espero que lo entienda, no quiero perderla pero tampoco quiero dejar a mamá. Sé que dicho así suena un poco, si no es que muy, inmaduro y dependiente de mi parte, pero las cosas no son tan simples, supongo que habría que empezar por contar que cuando mis padres se divorciaron mi papá me llevó con él sin siquiera dejarme ver a mi mamá, solo después de un par de años bastante difíciles pude verla de nuevo. Era maravilloso estar con ella otra vez, y además empezó a consentirme y a permitirme todo lo que se me daba la gana, siendo yo una adolescente aquello era el paraíso.
Decidí que quería irme con ella a vivir y así lo hice. Papá se molesto conmigo, pero sobre todo se molesto con mamá.
Todos los viernes al salir de la escuela corría a casa, entraba a mi cuarto, prendía la computadora y pasaba horas con Ariadna, Ari era mi mejor amiga y no la veía desde que entramos a la secundaria, pasábamos la tarde platicando de mil y un tonterías, hasta que un día empezó a platicarme de su novio, un chico de su escuela que después de casi dos años le había “llegado” y así fue como me di cuenta de que yo quería a Ari más que como una amiga, cada vez que me contaba de él, sentía unos celos terribles, pero nunca le dije nada, hasta que un día se le ocurrió contarme de como él le había metido mano. Me sentí enloquecer, pero extrañamente estaba también muy excitada, empecé a acariciarme a mi misma como Ari decía que su novio la había tocado, y aquello se volvió costumbre, ahora cada vez que llegaba a casa me encerraba en mi cuarto y esperaba que Ari me contará todo cuanto su novio le había hecho para acariciarme, claro, imaginado que era ella quien me tocaba a mi o mejor aun que era yo quien la había tocado.
Un viernes singularmente aburrido de escuela llegue tarde a casa, apurada como estaba, entré al cuarto y prendí la computadora sin darme cuenta que había dejado la puerta sin seguro, de inmediato salude a Ari y ella empezó a contarme de su semana en la escuela y cantidad de cosas más, llego el punto que yo había esperado toda la semana, me platicó que había ido con él a una fiesta, y después de eso el la llevó a su casa donde estuvieron solos, él acaricio sus pechos encima de la ropa; me quede helada ante eso, pero no puede evitar rozar mis pechos como Ari decía que él lo había hecho, la narración continuo, y de alguna manera yo me deje envolver por sus palabras, mi respiración era rápida y entrecortada, había terminado por quitarme la blusa y bajarme el bra, acariciaba mis pechos y mi ropa interior y mi falda estaban cada vez más mojadas, fue entonces cuando Ari me contó que él la había tocado “ahí”, temblé, de los pies a la cabeza me estremecí, le pregunte de inmediato que había sentido y ella respondió que había sido delicioso, que no sabría que decirme o como describirlo, pero que había sido riquísimo, retumbaron en mis oídos esas palabras, una y otra vez, tal como si la hubiese escuchado de viva voz, un sudor frió recorrió mi espalda y termine por levantarme de la silla y quitarme las pantaletas; si había llegado hasta ahí, bien podía seguir hasta donde Ari había llegado; me subí la falda y me senté, sin saber bien como empecé a tocarme ahí, lo primero que sentí fue alivio, se sentía tan bien, que seguí preguntando que le había hecho él. Él le había abierto las piernas y había metido el dedo en su coño, fue la primera vez que leí la palabra, y me resulto obvio que significaba y que era lo que tenía que hacer, en ese instante abrí las piernas y estaba dispuesta a hundir mi dedo en mi cuando escuche el ruido de la puerta, era mamá, estaba frente a mí y me preguntaba – ¿Qué estas haciendo Ileana?-.
Lo único que logre fue levantarme de la silla y balbucear un leve y casi inaudible “nada”. Se acerco viéndome directamente a los ojos y volvió a preguntarme - ¿QUÉ - ESTAS - HACIENDO?.- Sentía que el aire me faltaba y las piernas me temblaban, levanto su mano y la puso sobre mis pechos. - entonces ¿por que tienes los pechitos al aire y tu coñito descubierto? - Yo seguía ahí parada, petrificada sin poder articular palabra alguna.
Sin más, descanso su mano en mi sexo, y clavó su dedo dentro de mi. – Dime nena, ¿qué hacías? - con un ligero gemido repetí – nada - . – ¿Nada?, y si no estabas haciendo nada, ¿por qué estas tan abiertita y tan mojadita, eh? – A cada palabra que decía sentía su dedo dentro de mi, moviéndose dentro y fuera, moviéndose de un lado a otro, moviéndose y atrayéndome hacia ella, las sensaciones eran tales que no podía dejar de gemir, y nada más que jadeos era lo que mi boca podía emitir. – Ven – Me acerco aun más a ella, se puso detrás sin sacar su dedo de mi, y me abrazo, me llevo a su cuarto, estando ahí me soltó, se alejo un poco y me recostó en su cama. Se tendió junto a mi y llevo su mano a mi rostro me cerro los ojos y siguió acariciándome, bajo por mis labios, acaricio mis pechos y bajo hasta llegar de nuevo a mi coño. Hundió un dedo en mi, lo metió de nuevo esta vez más adentro, - ¿Sabes lo que creo Ileana…?, Creo que estabas en tu cuarto dedeandote, creo que lo que quieres es que alguien te enseñe como usar tu coñito… Ari no lo va hacer bebé… - Saco su dedo de mi… me abrió las piernas y acomodo su mano entre ellas y se puso sobre mi - yo, si - dijo, y al decir eso clavó sus dedos en mi y los metió más adentro que antes.
Me abrió, sentí como quedaba expuesta ante mi madre y ella parecía satisfecha con eso, se acerco y dijo – Yo si puedo enseñarte; eres mi nena ¿cómo no hacerlo?, Creo que lo que quieres es que te toquen, te acaricien, te besen y te cojan, yo puedo hacerlo bebé -. Sus palabras eran suaves y su timbre de voz el mismo que usaba cuando quería consolarme y cada acción que decía era la misma que llevaba a cabo, me toco, me acaricio, me beso y poco a poco me cogió; me acariciaba deteniéndose en los lugares que ella sabía me reconfortaban, acaricio mi espalda, sumía su mano entre mi cabello y lo peinaba, me cogía, su mano dentro de mi jugueteaba entrando y saliendo despacio, se incorporo un poco y me dijo, - Creo que lo quieres es que besen tus pechitos y los mamen - , así lo hizo, poso su labios en la punta de mis pezones y les dio un pequeño beso, los acaricio con la punta de su lengua y luego los metió en su boca y empezó a chuparlos, succionaba de ellos tan fuerte que una ligera punzada de dolor atravieso mi cuerpo, - ¡que ricos pechitos tiene mi nena, tan duritos y tersos!- Se levanto y se desnudo frente a mi, - Cuando estabas chiquita Ileana, hubo una vez en que me estabas mamando, y lo hiciste tan, pero tan rico que me vine, ¿quiere intentarlo ahora bebé?- de nuevo se puso sobre mi, tomo mi cabeza entre sus manos y ofreció sus pechos, se veían tan ricos que los metí en mi boca e hice lo mismo que ella acababa de hacer conmigo; se frotaba contra mi y gemía tan fuerte, y entre más lo hacia yo más deseaba sentirla junto a mi, la succione fortísimo, deje que mis manos acariciaran su cuerpo y ella se retorcía encima de mi, en un momento y de improviso tomo mi mano y la llevo a su coño, -¡ hazlo bebé!, ¿querías sentir un coño, no?, siente el mio. – Le clave mis dedos y ella se convulsionaba sobre mi, hizo lo mismo conmigo me penetro y la fuerza con la que lo hizo casi me hizo desmayar, irrumpimos la una en la otra hasta que perdí la conciencia, el espasmo que corrió por mi cuerpo me hizo al fin desfallecer y me quede tendida en su cama.
Cuando me recupere mamá estaba junto a mi, quitaba los cabellos de mi cara y los peina delicadamente, me pregunto si estaba bien y como me sentía, me pregunto si me había gustado lo que habíamos hecho y si ahora me sentía más tranquila, después de responderle se levanto de la cama y comenzó a vestirse, se acerco me dio un beso en la frente y me dijo, - Ahora ve a apagar la computadora, que ya lleva un rato encendida y ni siquiera la estas ocupando, y recoge tu cuarto Ileana que esta hecho un desastre .-
Esa fue la primera vez que estuve con mamá, pero no la última. Después de ese día Ari se enojo conmigo por que la deje colgada, dijo que yo estaba celosa de ella y de su novio, y que no quería hablar más conmigo, realmente ya no me importo mucho, mamá por su parte se alegro de que no hablará más con Ari y le dedicara más tiempo “a la casa”; a mamá no le incomoda que yo haya tenido otras novias, incluso ella las ha conocido, Vi por ejemplo, le cae muy bien; sin embargo las cosas no siempre funcionan; y bueno, mamá siempre ha estado conmigo en esos momentos.
Espero que Vi, olvide eso de vivir juntas al menos por un tiempo o quizás acepte que mamá nos visite seguido…