La pasión viaja en colectivo

Todo empezó en un colectivo, un muchacho y un cuarentón casado sin experiencia gay, una historia super caliente de sexo y amor.

LA PASIÓN VIAJA EN COLECTIVO.

Era verano, y yo me moría de calor en ese colectivo (bus) que me llevaba a mi casa. Trabajaba en una oficina con aire acondicionado pero como debía vestir ambo y corbata, los viajes de ida y vuelta , especialmente los de la vuelta se me hacían intolerables.

Todos los días tomaba el mismo colectivo, en la misma esquina y a la misma hora , y hasta veía a la misma gente que viajaba conmigo. Por ejemplo aquella señora de melena ondulada que tenía una verruga muy grande sobre el lado derecho de su labio superior, o aquel morochón con pinta de policía , que siempre transpiraba mucho y no usaba desodorante ....... o ese gordito de mediana edad, que subía en un barrio comercial y se bajaba unas paradas antes que yo.

Dicen en mi país que siempre hay un roto para un descosido, un botón para cada ojal. Y a mi que en esa época tenía 22 años y era flaco y desgarbado, me gustaban los gorditos con cara de : nada que ver, de yo no fui, yo soy hetero, Ud me confunde, rajá (vete) de acá que no soy puto, no pibe, no soy trolo. Ustedes seguramente me entienden.

Por eso generalmente cometía el error de engancharme con tipos imposibles: verdaderos heteros, miedosos incorregibles, traumados eternos, impotentes desde hace un par de lustros, o gente con distintos tipos de compromisos. Este gordito del colectivo por ejemplo me gustaba muchísimo. Bajo su aspecto de tipo serio y formal debería ser un tigre en la cama. Pero quizás era heterosexual, aunque no dejaba de mirarme.

Yo lo veía casi todos los días , y volvía caliente a mi casa. El hombre era de un metro setenta y cinco, noventa kilos, rubio con entradas de una incipiente calvicie, tendría unos cuarenta y cinco años, ojos celestes cubiertos por unos anteojos de fuerte aumento Peludito, sin barba ni bigote, con una destacada pancita, culo chato pero redondo y una mirada increíble de "yo no soy". "Soy casado, tengo mujer e hijos" "Usted se confunde". Una mirada torturada .....o quizás sufriría de constipación.

No sabíamos nuestros nombres ni quiénes éramos, la vida nos había cruzado en un colectivo, lugar prosaico si los hay, y yo estaba perdidamente enamorado de este señor con quien nunca había cruzado palabra.

En mi cama de soltero, lo imaginaba en bolas, con una pija gruesa y cabezona que el pasaba por mi cara, por mis ojos, mis orejas y mi pelo, por mi nariz ,por mis labios, antes que yo la metiera en mi boca para chuparla desesperado. En mis sueños el olía a colonia y talco de bebé, a cigarrillos rubios y pastillas de menta y hablaba con cierto acento extranjero que no podía identificar. Yo recorría sus nalgas redondas pero chatas con mi lengua y acababa en la realida sin tocarme, fuertes chorros de leche, ahh qué tiempos aquellos.....

En ese verano caliente y caluroso, me propuse romper el hielo, y en esa tarde sofocante decidi encararlo de verdad al gordito de mis sueños. Dije en mi casa que llegaría tarde pues tenía una despedida, y juntando coraje y valor, empecé a mirarlo al hombre quien no me sacaba los ojos de encima. Claro que la intensidad de mis miradas y su duración eran mas elocuentes que otras veces pues nos estuvimos mirando todo el viaje.

Cuando el bajó en la esquina acostumbrada, yo hice lo mismo. Mi propósito era seguirlo, pero me pasó algo increíble, me detuvo el semáforo en rojo y el cruzó en dirección a la avenida, y cuando cambió la luz y lo busqué un señor rengo de avanzada edad me impidió el paso , se me puso delante y cuando me quise acordar , el gordito había desaparecido, se lo había tragado la tierra.

Maldije el semáforo, al rengo y a su avanzada edad y al estado de las veredas de Buenos Aries, y empecé a caminar y vi que en la cuadra no había otro local abierto que una pizzería tradicional la ciudad, muy antigua y popular, famosa por haber inventado según dicen la pizza de cancha., una pizza enorme que se vende en porciones en las afueras de los estadios de fútbol. También se afirma que Frank Sinatra, se había hecho traer pizza de ese lugar durante su única visita a Buenos Aires a principios de los ochenta.

Esperé un buen rato en la puerta pero el gordo no salió. Desde prácticamente el momento en que me había parado en la puerta, un hombre alto y esbelto de cabellos rubios y con un ojo tuerto me miraba y me hacía ojitos. El hombre estaba bien bueno como dirían en una canción de salsa, era muy masculino y llevaba la camisa desabrochada y exhibía una pelambre rubia , pelitos rizados rubios en cuello y pecho,lo que me hizo parar la verga, endurecer el pito, calentar la pija, me puso al palo, en suma me puso morcillón y cachondo como diría el Miguel Bosé (que culo tenía ese mozo cuando era joven.....).

Teniendo en cuenta que el gordito no salía de aquel local y sin tener seguridad de que estuviera adentro , pensé mas con el glande que con el cerebro y empecé a sonreírle al tuerto de pelos rubios que seguía parado alli.... Resultó ser un chofer de servicios fúnebres que estaba esperando un "servicio" y que aprovechando una hora libre me llevó a su casa y cogimos divinamente.

Se llamaba Carlos y tenía como todo tuerto que se precie, un cuerpo espectacular, que me encantó chupar de arriba a abajo, su vello en todo el pecho, sus tetillas rosadas y sensibles, sus axilas fragantes, su vientre ,. su pubis , una hermosa pija de veintiun centímetros por cinco que usaba maravillosamente, unos cojones sobresalientes y unas piernas de ciclista que lamí deliberadamente. El rubiote estaba muy caliente y tras unos cariñitos , me desnudó y sin demasiados preámbulos, me garchó , me folló, me hizo suyo, me penetró , me cogió , me fifó, me culió , como decírtelo en palabras, mara villo sa menteeeeeeeeee

Mas tarde y una vez bañados , le chupé la pija hermosa que tenía y arrodillado en el suelo lo miraba gozar con esos ojos torcidos que miraban al este y al oeste pero que se llenaban de pasión mientras mi boca apretaba la cabecita de su verga, su tronco inmenso, oscuro y venoso, sus huevos dulces y empalagosos.

Mientras se la mamaba delicada y detalladamente, pensaba hasta dónde había llegado, cogiendo con un funebrero a falta de un gordito que me tenía caliente.

Yo creo que esa noche el muerto llegó tarde a la cita porque después de esa mamada, el rubiote que tenía mucha leche retenida, me volvió a coger de una manera impecable que me dejó el culo dolorido por dos semanas.

Que machooooooooo, pero claro cuando lo pensé me dio un poco de miedo.

Pero el deseo del hombre nunca se acaba y aunque el rubio me había apagado el incendio, yo seguía pensando en el gordito de las miradas repetidas y sugestivas.

Lo volví a encontrar en el colectivo unos días después, hacia el fin del verano, y luego del juego de las miradas, me bajé en la parada donde siempre se bajaba él, lo seguí y efectivamente entraba en la pizzería , seguramente porque la mujer no lo esperaba con comida.

Esperé una media hora, pues no podía entrar al local y me parece que ese lugar tiene cierta onda gay, pues un joven de unos 23 años intentó levantarme. Aprovechando mi cara de gringo, le contesté en inglés y el tipo me preguntó muy suelto de pija "Wanna fuck", y yo más suelto de culo que él le contesté "How much are you going to pay", o sea mas o menos cuanto me pagaría . El tipo indignado le dijo a un morocho que estaba con el, "este tambien es taxiboy y encima gringo y bilingüe. Nos están invadiendo con lo importado che"

Al cabo de un rato salió el gordito de mis sueños y pasiones. Fue hasta la esquina, cruzó la avenida y se puso a esperar al colectivo que lo llevaría a su casa. Me parece que había comido pizza napolitana porque había un tufillo a ajo que mataba..... Me acerqué y claro era evidente cual era mi propósito, y el estaba algo nervioso , no nos conocíamos mas que de vista...

Era casado, con dos hijos , la mujer una bruja que no lo dejaba en paz, tenía un pequeño comercio de ropa femenina, y aunque siempre le habían gustado los hombres , tenía , dijo , poca experiencia. Me dio su teléfono, y al día siguiente lo llamé. Se llamaba Bernardo, al principio parecía que no me reconocía, pero luego se dio cuenta y nos citamos.

Fuimos a un albergue transitorio, uno de esos hoteles que cobijan a los amantes sin lugar, sacamos un turno que pagamos a medias, y nos tocó la habitación número 101, yo iba adelante y el temblaba... Cerré la puerta, puse el pasador y entonces lo vi, tal como era, de mediana edad, tirando a gordito, calvicie incipiente, anteojos, ojos celestes claritos , piel rosada, estatura media, piernas algo gruesas, lindo culo, y lágrimas en los ojos.

Lo abracé, y en ese abrazo quise poner ternura y no se si fui suficientemente gráfico porque siguió temblando. Supe que era el primer hombre de un cuarentón, de un tipo que antes no había tenido relaciones de adulto con otro hombre. Lo abracé y le besé la frente despejada por la calvicie, la cara rosada, las orejas, el mentón, y finalmente esos labios cerrados y resecos , por el desamor pensé.

El me devolvió el beso, y yo le dije papito y cosas dulces y el me quitó la ropa y buscó mi pija, mi pija erecta dura al palo morcillona y cachonda, y la acarició con su mano pequeña y suave y tibia , con su mano que llevaba su alianza de casamiento, y tocó mis huevos y mi culo y volvió a dirigirse a mi pija, con desesperación, papi despacio le dije que me voy a ir en seco.......y tomé su mano derecha y le di varios besos, y le dije cosas hermosas como nunca le había dicho a nadie, y fuimos a bañarnos juntos a la ducha enorme que tenía el cuarto, y sin anteojos me pareció mas joven, mas inocente, mas entregado a esa pasión que lo consumía y nos besamos muchas veces y su lengua jugó con la mía y mis manos recorrieron su cuerpo castigado por la tristeza y la desdicha , y besé y mordí sus pechos, sus tetas de gordito comilón, y besé su ombligo y le lavé la pija circuncisa gorda y grandota y sus huevos enormes, y una vez enjuagada, me puse su verga en la boca y agachado en el piso, chupaba mientras miraba sus ojos celestes húmedos por el vapor de la ducha o por la emoción de aquella primera vez.

No dejé que acabara y lo sequé como quien seca a un bebe luego del baño, sus brazos , su pecho su espalda, su cabello rubio escaso en la cabeza y tupido en el pecho y en los brazos, su pija, sus huevos, su espalda su culo , y le decia que lindo sos papito y el decía no lindo sos vos bebé....

En la cama nos dimos muchos besos , hasta que nos pusimos en posición de sesenta y nueve y allí el como pudo me la chupó con fuerza con ganas como si quisiera comérmela y me dolía y se lo dije y pidió perdón y luego acabamos uno en la boca del otro y su leche era dulce , con un dulzor que recordaba a la miel , y el se tragó tambien toda mi leche y no se que le habrá parecido porque al rato se quedó dormido y yo lo desperté poniéndole delicadamente un dedo en su culo virgen, y luego dos con saliva y el movía el culo con deseo como si no quisiera perderse un instante de placer y mi pija se endureció a mil y lo puse en cuatro y me lo cogí despacito , suavemente, ingresando con delicadeza en ese camino inexplorado que lo hacía mio por primera vez.

Acabé en su orto un montón de leche ahorrada en largas noches de ensueño con ese hombre que esa noche , casi sin querer entraba en mi historia.

Fuimos amantes, durante cinco años hasta que viajó a Israel, con toda su familia. Bernardo donde estés, te sigo queriendo......

galansoy

A los muchos amigos que me escriben, muchas gracias. Sigan haciéndolo a galansoy@hotmail.com y por favor no se olviden de valorar mis relatos , pues me gratifica mucho que estén entre los cincuenta top. Abrazos .

g.