La Pasión en el Futbol (5 - Primera Parte)

Continua la pasion en la casa de Raul y Vicente sigue con suma atencion los movimientos de Raul y Fernando Morientes. Vicente no alcanzaba a comprender como el culo rosado de Raúl podrá soportar el enorme miembro de Fernando.

Hola soy Marco y ahora les presento el siguiente capitulo de la serie titulada " La pasión en el fútbol " esperando que sea de su total agrado, recuerden que están basado en futbolistas famosos y que son historias sacadas de mi mente calenturienta y cualquier semejanza con la realidad son puras coincidencias. Por último, para cualquier sugerencia o comentario lo pueden hacer en jjra2304@yahoo.com.mx .

La pasión en el fútbol

Capitulo Cinco (Primera Parte)

Observando y disfrutando

Por su parte, Fernando Morientes continuaba recorriendo el abdomen de Raúl desplazando sus labios hasta que se topo con su lampiño ombligo y con el que estuvo jugando con su lengua durante unos momentos, haciendo más larga la espera que tanta angustia provocaba en Raúl.

Fernando Morientes se puso de rodillas frente a Raúl cuando sus labios llegaron al vientre de Raúl, recorriéndolo suavemente con sus labios pero sin tocar la verga erecta de Raúl, ya que nunca le había agradado mamar una verga. Observo como el vientre de su amado Raúl estaba rasurado, únicamente mantenía unos vellos arriba de su verga.

Y Fernando Morientes recordó como en un encuentro que tuvieron hace como dos meses, habían hecho un pacto entre los dos para mantenerse rasurados de todo el cuerpo: axilas, abdomen, vientre, huevos, área del ano y finalmente piernas. Este pacto era como una manera de recordarse el uno al otro cuando estuvieran separados en sus casas, ya que al observa su cuerpo, al tocarse, al sentirse la piel suave y libre de vellos o eliminando el vello era como una manera de estar junto al otro en ese momento.

Fernando Morientes beso todo el vientre de Raúl y colocando sus manos en las caderas comenzó a girarlo poco a poco, acariciando y besando su piel hasta que su trasero quedo ante sus ojos y estos le brillaron de emoción llenándose de lujuria.

Raúl seguía preso del placer, solo se limitaba a cerrar sus ojos y a disfrutar de las caricias que Morientes le proporcionaba sin parar, era como una marioneta en sus manos, se dejaba hacer, de dejaba llevar.

Por su lado, Vicente Rodríguez seguía sin poder creer lo que escuchaba, pero aún así se dejo llevar por la curiosidad y convencido de que no era lo correcto pero era lo que su mente le dictaba, camino por el pasillo hasta que llego a un lugar donde podía observar sin ser visto y se sorprendió aún más con la escena que tenía antes sus ojos:

Fernando Morientes, de rodillas detrás del trasero de Raúl, abría las nalgas con sus manos para que su culo quedara completamente expuesto a sus ojos. Morientes comenzó a recorrer con su lengua todo el contorno de ese culito que tanto le ponía.

Raúl comenzó a lanzar pequeños gemidos al sentir como esa lengua le invadía su culo, era tanto el fuego que sentía por dentro que por un momento se le olvido que afuera el estudio estaban todos sus compañeros de la selección en una fiesta que el mismo había ofrecido y sobre todo que afuera esta su esposa y sus hijos.

Raúl comenzó a agitar su cuerpo al recibir la lengua de Morientes dentro de su culo y para poder sostenerse se aparto un momento de esa lengua que tanto placer le estaba dando y se inmediato se puso a cuatro patas sobre el sillón (situado frente al escritorio) recargándose sobre el respaldo apoyando su abdomen y rostro, dejando al descubierto sus trasero.

Fernando de inmediato siguió el cuerpo de Raúl y volvió abrir con sus manos las nalgas para volver a trabajar con su lengua ese culo que tanto le apetecía y le encantaba.

Cuando Raúl sintió que la lengua rasposa de su querido Fernando estaba jugando con su culo, comenzó nuevamente a lanzar pequeños gemidos de placer, era una sensación que le fascinaba y lo transportaba a otro mundo.

Fernando comenzó a recorrer el contorno del culo de Raúl con la punta de su lengua, haciendo toda clase de figuras, lengüeteaba sin parar hasta que poco a poco comenzó a meter su lengua al culo, lo hacía por pausas: primero su lengua jugaba en la entrada, después lambia sin parar, poco después metía su lengua lo más profundo posible y al sacarla le daba pequeñas mordidas, como si quisiera comer a mordidas ese culo que le encantaba.

Raúl comenzó nuevamente agitar su cuerpo, eran como convulsiones las que tenías, su movimiento iniciaba de la cadera agitándolas fuertemente hasta terminar en su cabeza la cual también movía y hasta en ocasiones estrellaba contra el respaldo del sillón donde estaba recargado. Su boca dejaba escapar fuerte gemidos ahogados, ya que los reprimía para evitar llamar la atención, pero a veces le era difícil y de vez en cuando soltaba algunos pequeños gemidos. A Raúl le encantaba que le comieran el culo de esa manera.

Por su parte, Vicente Rodríguez escuchaba cada uno de los sonidos que salían de la boca de Raúl y sin darse cuenta su verga comenzaba a levantarse por lo morbosa de la situación, Vicente comenzaba a sentirse inquieto y algunas gotas de sudor salían de su frente.

De repente Vicente escucho un fuerte gemido que le estremeció por completo, percatándose en ese momento que su verga estaba de nuevo completamente dura. Y llevado por la curiosidad, Vicente avanzo hacia el estudio y cuidando que no fuera descubierto, lo que observo lo dejo nuevamente anonadado, pero esta vez su mente no se lleno de complejidades ni de miedos ni deseos reprimidos, su mente se libero a lo que hace tanto tiempo no podía ni quería aceptar: el amor y el sexo homosexual.

Lo que Vicente vio fue: Raúl a cuatro patas ofreciéndole sin ningún reparo el culo a Fernando Morientes, que se encontraba hincado frente a ese culo, que Vicente veía llenado por dos dedos de Fernando que entraban y salían sin parar, mientras Morientes acariciaba con su otra mano una de las nalgas de Raúl.

A partir de ahora para Vicente era ya imposible dejar de contemplar, observaba como Morientes deslizaba sus dedos por el culo de Raúl y como ese culo poco a poco se abría, se dilataba, le parecía aun más excitante y morboso observar el rostro y los movimientos del cuerpo de Raúl, el cual pedía más y más.

Ahh… ahh… más… -decía Raúl en medio de gemidos reprimidos

Vicente no perdía cada detalle y observo como Morientes con una mano (la otra seguía invadiendo el culo de Raúl con dos de sus dedos) con muchos esfuerzos desabrochaba su pantalón y como poco a poco lo iba bajando hasta que dejo descubierto su verga, que salió de inmediato disparada apuntando hacia arriba. Vicente vio que estaba toda mojada de liquido seminal, babeante, era la primera verga que veía en estado de erección.

Sin darse cuenta, Vicente acariciaba su propia verga por encima de su pantalón, que a pesar de que minutos antes ya había tenido una corrida estaba nuevamente erecta.

Vicente observa como Morientes desliza sus grandes dedos por el culo de Raúl incrementando su velocidad, mientras Raúl continua a cuatro patas sosteniendo los movimientos de su propio cuerpo con el respaldo del sillón. Por un momento Vicente se pregunta en que lugar le gustaría estar: metiendo sus dedos o soportando la invasión de esos dedos y eso era algo que pronto descubriría.

Ahh… ahh… -Raúl en medio de gemidos aún reprimidos que cada momento eran más difíciles de controlar, algunas gotas de saliva salían disparadas de su garganta

¿Quieres sentir otro dedo? –preguntó Morientes que continuaba masajeando lentamente su propia verga para tenerla lista para cuando Raúl suplicara por ella

Ahh… no creo que lo aguante… ahh… -decía Raúl

De repente Morientes detiene un poco el deslizamiento de sus dedos para acomodar un tercer dedo, pero antes deja caer un poco de saliva sobre el culo de Raúl para mantenerlo húmedo y facilitar nuevamente la invasión.

Ahh… no te detengas… papi… quiero más… -decía Raúl visiblemente agitado

De pronto, Fernando Morientes desliza lentamente sus dedos pudiendo experimentar la sensación de cómo eran estrangulados por el fuerte esfínter anal de Raúl, desapareciéndolos poco a poco, mientras Raúl arqueaba su espalda por la corriente de placer que lo invadía haciendo temblar todo su cuerpo por el intenso placer que disfruta y que sobre todo deseaba desde la mañana de este día y Raúl lanza un fuerte gemido que no pudo reprimir por la ola de placer que lo invadía desde su ano invadido hasta la última célula de su ser.

Ahh... ahh… -lanzó un fuerte gemido Raúl

Y Vicente se sorprendió porque nunca antes había escuchado y visto que un hombre pudiera disfrutar tanto mientras su culo era invadido por tres dedos y por algún momento sintió un poco de envidia, pero sin saber a quien le tenía mas envidia si a Raúl o a Fernando Morientes.

Ahh… méteme….ya… algo más… ahh… grande y dura…–decía Raúl agitado y sudado

¿Algo más grande y dura? –contestó Fernando con un tono un tanto juguetón e irónico

Ahh… si… algo… más grande y dura… ahh –confirmo Raúl mientras seguía disfrutando de los dedos de Morientes en su culo

¿Cómo que? –contestó Fernando Morientes acercando su rostro a las nalgas de Raúl y de repente mordió una de ella

Ahh… méteme tu verga… ahh… ya… la quiero… -decía Raúl comenzando a desesperar con el juego de Morientes

Entonces ¿que quieres que te meta mi amor? –dijo Fernando poniéndose de pie

Tu verga… ahh… méteme tu polla… ahh –gemía Raúl

De repente Fernando Morientes saco sus dedos del culo de Raúl de un solo jalón ocasionándole un fuerte dolor a Raúl, quien se levanta de la posición de cuatro patas para sentarse en el mismo sillón moviendo sus nalgas para sentir un poco alivio en su culo adolorido y dilatado.

Fernando Morientes comienza a caminar por el estudio para irse a sentar en la silla detrás del escritorio, mientras su mano continua masajeando sus 22 centímetros de verga. Antes de sentarse, Fernando Morientes bajo sus pantalones hasta el suelo y se sentó.

A Raúl se le salían los ojos al observar como se veía la verga de su gran amor apuntando hacia el techo completamente erecta y babeante.

Vicente Rodríguez tuvo que retroceder unos pasos más hacia el pasillo para evitar ser visto, pero su mano en ningún momento dejo de masajear su verga, ahora la visión que tenía Vicente era totalmente lateral y también le pareció sumamente excitante la verga de Morientes apuntando hacia el techo.

Raúl de pie frente al escritorio seguía observando como Morientes se acomodaba con las piernas bien abiertas y sus labios los mantenía abiertos con la punta de su lengua por fuera, saboreándose esa verga que tanto placer ya le había dado, Fernando lo veía con cara de querer comerse toda su verga y entonces le hizo una señal para decirle que se acercara y que lo hiciera.

Antes de dirigirse a comerse esa verga que tanto se le antojaba Raúl se desnudo por completo y de inmediato se puso frente a Fernando Morientes.

Raúl se coloco entre la silla y el escritorio, Fernando tuvo que moverse con la silla hacia atrás para que Raúl pudiera hincarse y acomodarse entre sus piernas.

Raúl una vez acomodado de inmediato llevo una de sus manos hacia la enorme verga de Morientes y comenzó a subirla y a bajarla por todo ese duro tronco. Mientras Raúl acercaba su rostro a la entrepierna de Fernando su lengua mojaba con saliva sus sensuales labios.

Como Raúl tardaba mucho en llevarse a su boca la verga de Morientes, este sin ningún recato tomo de los cabellos a Raúl haciendo presión hacia su verga y de inmediato Raúl se le llevo a su boca metiéndosela casi en su totalidad.

Desde el lugar donde estaba escondido, Vicente pudo darse cuenta como la boca de Raúl fue llenada con la verga de Morientes inclusos sus ojos se abrieron más al percatarse de las enormes tragaderas de su capitán al devorarse en estos momentos toda la verga de Fernando Morientes.

Desde ese lugar, Vicente observo como los labios de Raúl de repente se vieron envueltos de los negros vellos que cubrían la verga de Morientes y de cómo sus huevos chocaban con la barbilla de Raúl.

Raúl comenzó a deslizarse por todo el largo de esa verga dura, una de sus manos tomaba la verga desde la base, apretándola de vez en cuando mientras sus labios subían y bajaban del glande hasta casi la mitad de la verga. Fernando Morientes disfrutaba de la rica boca de Raúl mientras una de sus manos jugaba con su largo cabello y en ese momento recordó cuando lo dos decidieron mantener el cabello semi largo y era otra manera de estar juntos a pesar de las distancias.

Fernando Morientes lanzaba pequeños gemidos de placer y de repente esos gemidos eran más fuertes porque algunas veces Raúl mordía suavemente alguna parte de esa verga que se mantenía rígida.

Nuevamente Vicente Rodríguez se sorprendió al darse cuenta que el placer no era exclusivo de la persona que recibía la mamada, como ahora disfrutaba Fernando Morientes y que alguna vez el mismo había gozado; sino también por parte de la persona que realiza el sexo oral y a esa conclusión llego luego de ver los gestos de gozo que Raúl lucía en su rostro además del amor y del coraje que le ponía cada vez que se tragaba esos veintidós centímetros de verga y es que a Raúl le fascinaba chupar y mamar la verga, especialmente la de Morientes, el gran amor de su vida.

Vicente Rodríguez continuaba acariciando su verga sobre su pantalón mientras su mirada seguía fija a los movimientos de aquellos dos hombres que se entregaban al amor llenos de pasión y deseo. Sus ojos se le salían por contemplar cada uno de sus movimientos.

Vicente ya ni siquiera se percataba que es un acto de tipo homosexual y que al contrario de lo que pensaba, le estaba excitando de sobremanera como antes pocas mujeres lo habían logrado hacer, así que ya no había duda Vicente por fin estaba aceptando que tiene inclinaciones homosexuales. Hasta hace algunos días esta situación no la hubiera tolerado, a pesar de que también se hubiera excitado, pero todo es parte de un proceso ahora estaba aprendiendo a aceptar sus tendencias homosexuales y disfrutaba de verlo, de imaginarse ocupando el lugar de Raúl o de Fernando, su verga manejaba cada una de sus emociones. Sus pensamientos son interrumpidos cuando por fin escucha voces además de gemidos y exclamaciones de placer:

Ahh… ya es suficiente… ahora ahh…quiero… ahh… sentir tu… culito… -dijo Fernando Morientes jalando de los cabellos la cabeza de Raúl para alejarlo de su verga

Si… papi… ya quiero… sentirla –dijo Raúl poniéndose de pie mientras con una de sus manos agitaba su propia verga desde la base con sus huevos

Entonces ya sabes… lo que tienes que hacer… -contestó Fernando Morientes también moviendo su verga para que no perdiera su dureza y con señas le indico lo que quería que hiciera.

Por su parte Vicente Rodríguez seguía con suma atención los movimientos de sus compañeros sin dejar de acariciar su verga que aún mantenía dentro de su pantalón, obviamente seguía escondido y aunque estuviera a la vista de ellos, Raúl ni Fernando lo hubieran mirado porque estaban demasiado concentrados en sus acciones sexuales.

Vicente observa con mucha atención los movimientos que Raúl hacía, se coloco a espaldas de Fernando, mientras este continuaba sentado acariciando su verga que apuntaba hacia arriba y entonces Vicente comprendió que lo que Raúl se proponía hacer: sentarse sobre la verga de Fernando y de manera inconsciente Vicente comienza a inquietarse ya que además de que no puede dejar de verlos, siente como su boca, su verga y su culo están ansiosos de experimentar cada uno de las cosas que esta viendo.

Raúl comienza a flexionar sus rodillas mientras que con sus manos abre por completo sus nalgas para que su culo quede libre y tanto Fernando como Vicente esperan ansiosos el momento en que surja el primer contacto de la cabeza enorme y roja de Morientes con el culo dilatado y palpitante de Raúl.

Vicente no alcanzaba a comprender como el culo rosado de Raúl podrá soportar el enorme miembro de Fernando.

De pronto la habitación se ve envuelta en una oleada de suspiros de placer emitidos por cada uno de ellos, mientras afuera continuaba la comida efectuada a todos los integrantes de la Selección Española, y es que el suspiro salió de la boca de Raúl cuando la entrada de su ano rozo por primera vez con el glande duro de Fernando provocándole una oleada de placer que salía de su culo, que era un suspiro de desesperación porque Raúl tenía una urgencia por sentir todo ese miembro dentro él., por su parte Fernando Morientes lanzo un suspiro al sentir en la punta de su glande lo caliente que se encontraba el culo de Raúl y por último Vicente suspiro al imaginarse ocupando el lugar tanto de Raúl como de Fernando.

Con la excitación en su máximo tope y la ansiedad que tenía desde la mañana, Raúl se dejo caer por completo encima de la verga de Fernando y de inmediato se encontró con que su culo rozaba los enormes y cargados huevos de Fernando, Raúl se había sentado de un solo golpe en la verga de Morientes y de la garganta de los dos salieron fuertes gemidos de dolor y de placer:

Ahh… Fer… papi… ahh… -gemía Raúl al sentir la enorme invasión en su culo y comienza a gemir fuertemente mientras su cuerpo permanece quieto sin moverse, desde su culo siente que un temblor de deseos recorre todo su desnudo cuerpo, su boca de abre tratando de jalar más aire y siente dolor, mucho dolor, de repente comienza a arquear su espalda, su cuello, ese sensación invade todo su ser

Ahh… ahh… es toda… tuya… gózala… así -gemía también por su parte Fernando Morientes al sentir la presión en su miembro y cierra los ojos para prolongar al máximo estas sensaciones, de cómo el esfínter anal de Raúl le estrangula su verga

Por su parte Vicente Rodríguez sigue sorprendido de la forma en que Raúl de un solo golpe se sentó sobre la enorme verga de Morientes y en ese mismo momento Vicente apretó su culo tratando de imaginar el dolor que Raúl pudo haber sentido. Vicente continuaba observando la escena que a pesar de no poder verla de enfrente, aun en esa posición lateral alcance a ver los rostros de Raúl y Fernando, los gestos de placer y de gozo y ajeno a sus propios movimientos cuando reacciono se dio cuenta que en su mano se hallaba ya su verga erecta, sin darse cuenta en que momento la saco de su pantalón y se dejo llevar y comenzó primero a masajearla lentamente, recorriéndola con su mano.

Mientras Raúl permanece inmóvil sobre el miembro de su amante y amigo Morientes, lleva una de sus manos a su propia verga y la comienza a masajear lentamente para ir disminuyendo su dolor y Morientes acaricia uno de sus pezones pellizcándolo lentamente.

Cuando Fernando Morientes considero que era el momento, comenzó a mover su cintura con su verga dentro del culo de Raúl, comenzando a empujar lentamente su verga hacia arriba como indicándole a Raúl que era tiempo de gozar.

Esta historia continuara . . .