La Pasion en el Fútbol (2)

Continuan las aventuras de Raúl, capitan de la Selección Española. Fernando Morientes se concentró en disfrutar de la boca tan sensual de Raúl, quien lamía todo el largo recorriendo con la punta de su lengua cada uno de los más de veinte centímetros, se detenía en el glande para jugar con el con sus grandes labios y recogían los flujos preseminales y lamía con insistencia el ojito de la verga como si estuviera buscando más.

Hola mi nombre es Marco y ahora les presento el siguiente capitulo de la serie "La pasión en el fútbol" esperando que sea de su total agrado, recuerden que están basados en futbolistas famosos y que son historias sacadas de mi mente calenturienta y cualquier semejanza con la realidad son puras coincidencias. Por último, para cualquier sugerencia o comentario lo pueden hacer en jjra2304@yahoo.com.mx .

La Pasión en el Fútbol

Capitulo Dos

Jugando con fuego

A pesar de que Fernando Morientes se sentía incomodo, correspondió al beso que salvajemente le daba Raúl y le sorprendió demasiado esta actitud, ya que por lo regular se portaba más tierno, pero aún así le gustó.

Raúl besaba intensamente a Morientes, mientras sus dedos se enredaban en sus cabellos, por su parte Fernando lo sujetaba fuertemente de la cintura. De repente Fernando fue el primero en reaccionar y aunque no lo soltó dejaron de besarse.

Te extrañe muchísimo –le dijo Raúl a modo de culpa mientras recargaba su rostro sobre el pecho de Morientes

Yo también amor, pero tu sabes que con la final de la UEFA estuve todo el tiempo en concentración con el equipo… además –dijo Fernando Morientes mientras llevaba una de sus manos a la barbilla de Raúl para que sus rostros quedaran frente a frente –nos vimos durante la final, estuviste ahí conmigo apoyándome.

Si, nos vimos, pero –contestó Raúl haciendo su voz infantil y sus labios los paraba como un niño berrinchudo –no es lo mismo, no tuvimos oportunidad de estar solos

Fernando Morientes comenzó a lanzar pequeñas risas y su rostro se reflejaba amor.

Me encanta como haces pucheritos cuando te pones así –le dijo Morientes y de inmediato toco con la punta de su nariz la nariz de Raúl y luego le dio un tierno beso en los labios

Raúl nuevamente cubrió con sus labios sensuales los delgados labios de su amante. Una de las manos que abrazaban a Morientes del cuello comenzó a deslizarse por la espalda comprobando la firmeza de sus músculos y la otra seguía jugado con su largo cabello. Mientras tanto Fernando Morientes continuaba con sus manos en la cintura de Raúl apretándolo suavemente hacia su propio vientre y se percato que la verga de Raúl rápidamente comenzaba a levantarse bajo el pantalón.

Y es que Raúl aún tenía en su mente las imágenes del jovencito que había conocido hace apenas unas horas, se lo imaginaba desnudo recorriendo con la punta de su lengua toda su suave piel y a pesar de haberse masturbado fuertemente y haber tenido una abundante corrida, Raúl seguía excitado y es que aquel jovencito de nombre Marco si que lo había dejado prendido, le hizo recordar uno de los deseos mas profundos y enterrados que existían en su corazón: su gusto por los jovencitos, por lo menores de edad. Era un deseo que había podido mantener en lo más profundo de su ser, pero ahora al conocer a Marco nuevamente salía a relucir y no sabía como manejar nuevamente esta situación. Por eso ahora quería follar con Fernando Morientes.

Pero Fernando Morientes era más razonable y a pesar de que comenzaba a reaccionar antes las insistentes caricias de Raúl y de sus besos apasionados, reacciono separándose de él.

Puede entrar tu esposa o alguno de los niños –dijo Morientes separándose de Raúl y se fue a sentar en uno de los sofás de ese gran estudio

Pero… ¿es que no quieres estar conmigo? –dijo Raúl quien nuevamente se dirigía a lado de Morientes par sentarse a su lado

Claro que quiero estar contigo es más… -mientras decía esto Morientes se acerco al rostro de Raúl y hablándole al oído le dijo –quisiera follarte aquí mismo

Después de pronunciar esto, Fernando Morientes le dio varias mordiditas a su oreja dejándola mojada con su saliva, Raúl cerraba los ojos disfrutando de las caricias y una de sus manos comenzó a deslizarse sobre la pierna musculosa de Morientes hasta que llego a su bulto que comenzaba a reaccionar antes las insistentes caricias por parte del capital de la selección española. A punto estaban lo dos de abandonarse al placer de sus caricias y al deseo, cuando de pronto escucharon que alguien tocaba la puerta.

Inmediatamente Raúl se levantó del sofá y se dirigió con mucha prisa a sentarse detrás del escritorio y levantó la pantalla de la Laptop que se encontraba sobre el escritorio para disimular que estaba trabajando en ella, mientras Fernando Morientes se había quedado sentado en el sofá leyendo una de las revistas de deportes que había en la mesa del centro, fue Raúl quien levantando la voz, para que pudiera ser escuchado por afuera del estudio, rompió el momento de tensión:

Oye Fernando, ¿podrías abrir la puerta por favor? No recuerdo haberle puesto el seguro –decía Raúl en tono fuerte

Si… si… claro –dijo Morientes poniéndose de pie y abrió la puerta

Al abrir la puerta se encontró con la esposa de Raúl quien entró de inmediato y se puso frente al escritorio donde estaba sentado Raúl y le informo que necesitan se les informara en donde deberían conectar todos los aparatos musicales para evitar algún problema con la energía eléctrica, ya que además de esos aparatos también debería conectar la luz que iluminaría todo el jardín al llegar el atardecer y los juegos infantiles que también se habían contratado.

Un poco disgustado por la interrupción, Raúl se levantó de inmediato al percatarse de que no había ningún problema con su erección, que ya había bajado a consecuencia de la llegada por sorpresa de su esposa.

Ok. Ahorita soluciono ese problema, ¿me acompañas Fer? –dijo Raúl antes de salir del estudio

Claro por eso me adelanté para ayudarte en lo que pudiera –dijo Fernando y dirigiéndose a la esposa de Raúl le pregunto -¿y ustedes como van?

Bien… mi comadre me ayuda a terminar unos bocadillos –dijo la esposa de Raúl y salió del estudio y se fue nuevamente a la cocina

Raúl y Fernando salieron por el pasillo que había en el estudio para llegar rápidamente al jardín:

¿Te dije que era peligroso? –dijo Morientes tratando de regañar a su amante por la situación que estuvo a punto de salirse de control

Ya encontraremos el modo de estar juntos… te necesito –le dijo Raúl sin importarle el comentario de Fernando, se sentía muy excitado y quería estar con él a toda costa

Pero… no ves que… -le decía Fernando, pero en eso momento se acerco un señor y no pudo terminar su frase.

El sujeto le explico a Raúl que lo que necesitaba era asegurarse de que su casa no sufriera de un corto circuito a causa de una sobrecarga de electricidad y por lo tanto necesita de una conexión con alto voltaje. Entonces Raúl los comenzó a guiar hacia el fondo del jardín, donde había un pequeño cuarto con una planta de luz de emergencias, llegaron y Raúl le mostró la instalación y de inmediato el sujeto salió a buscar tanto las herramientas como los cables necesarios.

Apenas salió el sujeto del cuarto, cuando Raúl se lanzó sobre los labios de Morientes y de sus brazos se colgaba nuevamente de su cuello. Fernando se mostraba un poco temeroso ante la iniciativa de Raúl, sin embargo comenzaba a mostrarse excitado ante esta situación.

Tengo ganas de… -decía Raúl mientras bajaba una de sus manos para colocarla exactamente en la entrepierna de Morientes y la apretó fuertemente con su mano –mamar esta polla

Yo… -decía Morientes mientras Raúl jugaba con su lengua en su cuello –quisiera sentir… ahh… tus encantadores labios… ahí donde me acaricias fuertemente tu mano

Raúl era quien estaba controlando las emociones de Fernando, quería llevarlo al punto de que ya no tuviera más opción que cogerlo como era su deseo.

De repente Raúl mientras recorría el cuello de Fernando con su lengua y sin pesarlo clavo fuertemente sus dientes sobre la piel de Morientes ocasionándole un leve dolor y un profundo placer.

Ahh… ahh… -gemía Morientes manteniendo sus ojos cerrados mientras disfrutaba de los labios de Raúl y de las acaricias que le seguí dando a su verga que comenzaba a levantarse bajo el pantalón

Cuando de pronto percibieron que alguien se acercaba y escucharon pasos de más de una persona e inmediatamente se separaron, Raúl se metió más a fondo del cuarto disimulando que estaba verificando alguno de los objetos que se encontraban por ahí y Fernando de inmediato se agacho abrochar sus zapatos, también disimulando pero para ocultar su erección que era mas que evidente.

Entraron dos sujetos y Raúl les dijo que podía utilizar todo lo que necesitaran. Fernando se puso de pie cuando se dio cuenta que su erección no sería tan evidente y Raúl le hizo una seña para que salieran del cuarto.

De pronto y antes de salir, uno de los sujetos se quedo observando fijamente el cuello de Fernando Morientes y le dijo:

Oiga, tiene como una mordida o un piquete de abeja en el cuello –dijo el sujeto de la manera mas natural

¿Así?… -dijo Fernando visiblemente nervioso por el comentario al recordar que fue provocado por Raúl hace pocos minutos

Haber déjame ver que tienes –contestó Raúl y se acercó a Morientes quedando frente a él y llevo una de sus manos al cuello para tocarle la supuesta herida con uno de sus dedos –creo que te pico una de las hormigas que abundan en el jardín

Si, supongo que fue eso –contestó Morientes nervioso

Raúl y Fernando Morientes salieron de inmediato de ahí y se dirigieron hacia la casa.

¿Y ahora que vamos hacer? –preguntó Morientes un poco preocupado

Solo dirás que te pico una hormiga, ya vistes que los tipos aceptaron esa versión sin chistar.

Si, supongo que no debe de haber mayor problema –contestó un poco más tranquilo Morientes.

Justo cuando estaban a punto de entrar a la casa, Raúl y Fernando se toparon con sus respectivas esposas que se dirigían al jardín para prestar atención a los arreglos florales que acababan de llegar y que colocarían por todo el jardín y mesas.

Pero Victoria, esposa de Morientes, de inmediato se percató de la marca que había cuello de su esposo.

¿Qué fue lo que te paso? –preguntó Victoria intrigada

Me pico una hormiga y comencé a rascarme y se hizo más grande la marca

Si, no pasa nada, no te preocupes seguido le sucede a los niños –contestó la esposa de Raúl sin prestarle tanta atención al hecho y de inmediato caminaron hacia el jardín –pero si quieres ponte un poco de alcohol o alguna venda, que Raúl te enseñe donde esta el botiquín.

Gracias –contestó Morientes y mientras ellas se iban al jardín, nuevamente ellos dos se dirigieron hacía el estudio.

Cuando entraron al estudio Raúl de inmediato busco el botiquín de emergencia en uno de los cajones del escritorio y recordó que era la segunda vez en todo el día que buscaba un botiquín y nuevamente llegaron imágenes a su mente del jovencito que conoció en la cancha mientras corría por la mañana. No pudo evitar lanzar una pequeña sonrisa cuando se imagino follando fuertemente a Marco, situación que le llamo la atención a Fernando Morientes que se encontraba sentado en una de la sillas frente al escritorio.

¿De que te ríes? –preguntó un poco intrigado Morientes –recuerda el dicho que dice: "El que solo se ríe de sus maldades se acuerda"

Recordé como paso lo que tienes en el cuello –mintió Raúl

Eres un chico maloso –dijo Morientes y le mando un beso porque se había lago que le cautivaba de Raúl era su sonrisa y sus grandes labios.

Raúl abrió el último cajón y ahí estaba el botiquín, pero de inmediato lo cerró diciéndole a Fernando que no estaba y que tenían que ir a su recamara porque ahí si había uno.

¿A tu recamara? ¿Cómo crees? –le contestó Fernando sorprendido

Pero si nada mas vamos a buscar el botiquín para ver que te pones ahí en el cuello –dijo Raúl como si realmente esa fuera la razón principal

No… pero no sería prudente… digo por todo lo que tenemos tu y yo… sería algo… no se… ni como definirlo… algo… raro… provocador… no se –decía Fernando –mejor ve por el y aquí te espero

Es que… tengo que subir y bajar con el… y luego volver al llevarlo subir y bajar nuevamente… y la verdad estoy un… poco cansado para… todo eso –decía Raúl buscando un pretexto para llevarlo a su habitación

Que flojo eres –contesto Morientes emitiendo sonrisas por la situación

Además me tiene que complacer –decía Raúl mientras cambiaba el tono de su voz haciéndola casi infantil –tenias varios días sin venir a verme

Esta bien… vamos pero de inmediato nos bajamos –dijo Morientes

Raúl de inmediato se puso de pie y se dirigió a Fernando y lo tomo de la mano y se levantó de la silla, se besaron y fueron tomados de la mano hasta la puerta del estudio donde nuevamente sus lenguas se unieron para darse un beso profundo mientras Raúl llevaba una de sus manos al miembro del español Morientes.

Ya en la habitación y mientras Raúl buscaba el botiquín de primeros auxilios dentro del baño de su recamara, Fernando Morientes llevado por la curiosidad comenzó a indagar por la habitación.

Y ¿de que lado duermes? –preguntó Morientes parado al pie de la cama

Del lado derecho –contestó Raúl desde del baño

Cuando estamos juntos, siempre te quedas del lado izquierdo –respondió Morientes

Si, así es –contestó Raúl asomando su cara del baño –pero cuando estamos juntos tu y yo es muy diferente –y al terminar le mando un beso

Si tienes razón –contestó Morientes y se sentó del lado derecho de la cama recargándose con sus brazos – ¿sabe? Me siento cansado, la final de la UEFA me dejo muy agotado físicamente hablando

Bueno, tienes que relajarte porque ya mañana nos concentramos con la Selección y tienes que seguir con la buena racha que has tenido en el Mónaco –dijo Raúl

Si, tienes razón –contestó Morientes, quien había cerrado sus ojos mientras seguía sentado y recargado sobre la cama

De pronto Fernando sintió la presencia de Raúl y abrió sus ojos llevándose una enorme sorpresa estaba Raúl frente a él completamente desnudo, mostrando su pequeño y fibroso cuerpo, completamente rasurado, sus músculos se venían excitados, su verga semierecta, su sonrisa encantadora y que ahora se veía hasta maliciosa, sus ojos le brillaba de deseo, lo que Fernando tenía ante sus ojos era un Raúl excitado y sumamente encantador.

¿Qué estas haciendo? –respondió sorprendido Morientes y de inmediato se puso de pie

Tranquilo mi amor –contestó Raúl que de inmediato pego su cuerpo desnudo al cuerpo de Fernando y comenzó a acariciarlo

Pero no esta bien lo que estamos haciendo –contestó Morientes mientras sentía como Raúl le acariciaba su espalda y le besaba su cuello –recuerda que una vez hablamos que nunca lo haríamos en nuestras casas por respeto

Ya lo se… -contestó Raúl –pero… hoy no puedo evitarlo… quiero que me folles… ahora –decía mientras lo besaba y llevaba una de sus manos a la entrepierna de Morientes que comenzaba a despertar

Pero… no… esta… bien… -susurraba Morientes quien luchaba entre el deseo y al razón

Tranquilo… te quiero mucho Fer –le dijo Raúl en uno de sus oídos

Entonces Fernando Morientes se dejo llevar y se entregó por completo a las tiernas y apasionadas caricias de su amante Raúl, quien tomándolo de los hombros lo empujo hasta que logró sentarlo.

De inmediato Raúl se puso de rodillas entre las piernas de Morientes y como si la vida se le fuera en ello con suma rapidez comenzó a desabrochar el pantalón de mezclilla de Morientes, bajo el cierre y con sus manos busco bajo el bóxer de Fernando su verga semierecta y la saco junto con sus pesados huevos.

Raúl metió en su boca toda la verga de Fernando, quien lanzo un gemido al sentir sobre su miembro la caliente boca de Raúl y de inmediato comenzó a crecer poniéndose dura, parecería que la venas que se le marcaban en su verga querían explotar de lo excitado que se encontraba, se imagino que en parte era por el morbo que le provocaba que se encontraba en la habitación de Raúl y que sus esposas estaban en el piso de abajo.

Fernando Morientes se concentró en disfrutar de la boca tan sensual de Raúl, quien lamía todo el largo recorriendo con la punta de su lengua cada uno de los más de veinte centímetros, se detenía en el glande para jugar con el con sus grandes labios y recogían los flujos preseminales y lamía con insistencia el ojito de la verga como si estuviera buscando más.

Ahh… ahh…-gemía Fernando disfrutando de la intensa mamada de Raúl -Creo que… deberíamos parar… en cualquier momento puede… venir… alguien

Raúl continuaba mamando esa enorme verga, sentía que la sangre de su cuerpo le quemaba estaba realmente excitado y a pesar de que en su boca tenía una gran verga y que estaba con el hombre que amaba, en su mente continuaban desfilando imagines del joven Marco, recordando la suavidad de su piel y la perfección de su cuerpo.

Raúl estaba como desesperado chupando esa verga que tanto placer le brindaba sin hacerle caso a las palabras de Morientes, quien ya había colocado una de sus manos en la cabeza de Raúl para controlar la mamada y para acariciarle su suave cabello.

Mientras Raúl continuaba llenando de saliva los más de veinte centímetros de carne dura y caliente, con una de sus manos comenzó apretar su propia verga de la base, agitando al aire sus dieciocho centímetros.

Cuando Fernando Morientes sentía que sus huevos comenzaban a quemarles más y a contraerse intensamente, anunciándole su pronta corrida, escucharon que alguien subía muy rápido las escaleras que estaban frente de la habitación.

Continuara